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Ataque de Pánico, ¿cómo supéralo?

16 julio, 2017 Por D A N I E L M O L I N A Deja un comentario

Imaginad. Has salido del trabajo. Ha sido un día estresante. Llevar ya un tiempo
notando que la presión va haciendo huella en ti. Las presiones familiares,
laborales, etc., se van convirtiendo en una carga demasiado pesada. Tu ánimo
está por los suelos, pero intentas ser efectivo en todo lo que haces en tu vida
diaria. No te permites el descanso o el desconectar de toda esa carga vital. Pues
ahora, caminando hacia casa, cuando el estrés que has soportado en el trabajo
se va rebajando, aparece una sensación extraña. Jamás habías sentido nada
parecido. Sientes una profunda angustia. Comienzas a temblar. Tienes
dificultades para caminar, y la visión se vuelve borrosa. Empieza a dolerte el
pecho, y a nota como todo tu cuerpo de tensa. Es en ese momento cuando en tu
mente aparece el temido pensamiento: “¡Me estoy muriendo! El temido ataque
de pánico ha comenzado.

Se presenta la ansiedad
Tratas de calmarte, pero la ansiedad no cesa. Los pensamientos y el miedo
irracional se apoderan de nosotros, y ello impedirá que nos calmemos. En ese
momento sólo pensaremos en el dolor que sentimos y qué nos estamos
muriendo. Es una sensación horrible y paralizante. Pero aun así intentaremos
buscar ayuda desesperadamente.

Si encontramos esa ayuda lo primero que diremos es que nos está dando un
ataque al corazón. Que nos estamos muriendo. Si no encontramos en ese
momento a nadie, nuestro miedo irá creciendo hasta unos extremos
inimaginables. Pero tanto con ayuda como si no, el dolor irá remitiendo. La
tensión corporal va disminuyendo, y el dolor torácico va desapareciendo.

Habremos superado sin saberlo un ataque de pánico. Si nos trasladan a un


hospital, y nos realizan las pruebas médicas pertinentes, los resultados del
funcionamiento del corazón será el correcto. Nunca ha habido un ataque de
corazón. Ha sido un ataque de ansiedad. Y a partir de ese momento, cada vez
que acumules un nivel elevado de ansiedad, tu cuerpo reaccionará de ese modo.
La olla a presión
Espero que este pequeño relato nos haya servido a los que hemos sufrido un
ataque de ansiedad alguna vez, reconocer lo que hemos llegado a sentir, y a los
que afortunadamente no han padecido esta psicopatología, entiendan un poco
más en funcionamiento de dichos ataques.

¿Pero porque nuestro cuerpo y nuestra mente reaccionan así ante la


ansiedad? Es por la presión. Es decir. Imaginad una olla que hierva a presión.
Este tipo de ollas tiene unas válvulas que cuando la presión es elevada en su
interior, elimina el exceso. Pues la persona que padece ansiedad, esa válvula
que elimina el exceso depresión en su interior está “rota” o “estropeada”. Por
tanto cuando la ansiedad excesiva en nuestro interior, nuestro cuerpo la elimina
tensando todo nuestro cuerpo. Toda esa presión se vuelve tensión. Para que
luego se destense y por tanto se elimine la presión que teníamos en nuestro
interior.

Por tanto, la presión excesiva hace que todo nuestro organismo se tense, para
que una vez tenso, se vuelva a destensar. Es un metido físico para deshacernos
de toda la tensión que ha acumulado nuestra mente.

¿Qué es un ataque de pánico?


El ataque de pánico o crisis de ansiedad se caracteriza por un miedo intenso
e irracional en la persona que lo padece. Es una reacción a un nivel excesivo
de ansiedad. Cuando la presión interior es elevada se produce una alteración
física y psíquica que se traduce en dicho ataque o crisis.

Un ataque de pánico puede tener una duración e intensidad variable. Puede


durar desde pocos minutos a una hora (en los casos más extremos). Y su
sintomatología puede ser más o menos leve según el grado de ansiedad que
padezcamos.

Normalmente el ataque de pánico se produce en momentos en los cuales


estamos supuestamente más relajados, como por ejemplo en la noche o en
actividades tranquilas. Son momentos propicios para soltar toda la tensión y la
ansiedad acumulada.
Diagnóstico y síntomas
Según la clasificación internacional de trastornos mentales DSM-IV los
criterios para diagnosticar un ataque de pánico (o crisis de ansiedad) serían los
siguientes:

Aparición temporal y aislada de miedo o malestar intensos, acompañada de


cuatro (o más) de los siguientes 13 síntomas, que se inician bruscamente y
alcanzan su máxima expresión en los primeros 10 minutos.

1. Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardiaca.


2. Sudoración.
3. Temblores o sacudidas.
4. Sensación de ahogo o falta de aliento.
5. Sensación de atragantarse.
6. Opresión o malestar torácico.
7. Náuseas o molestias abdominales.
8. Inestabilidad, mareo o desmayo.
9. Desrealización o despersonalización.
10. Miedo a perder el control o volverse loco.
11. Miedo a morir.
12. Parestesias.
13. Escalofríos o sofocos

Que decir que el diagnóstico siempre deber ser realizado por profesionales
tanto del ámbito psicológico como del médico. Una vez descartadas
patologías físicas, la persona deberá ser tratada por un profesional de la salud
mental.

Tratamiento
El principal tratamiento para el ataque de pánico es el psicológico, pudiendo ser
combinado por el farmacológico en los casos que por su gravedad, lo requiera.

-Tratamiento farmacológico: se basa en recetar medicamente ansiolíticos y


antidepresivos. Un médico psiquiatra deberá valorar la necesidad del
tratamiento mediante fármacos.
-Psicoterapia: este tratamiento permite conocer la raíz de los miedos y de la
ansiedad del paciente, así como el planteamiento de estrategias para controlar y
superar la problemática. Las crisis de pánico se pueden afrontar y superar
fácilmente si se tiene las herramientas adecuadas, además de llegar a no
padecerlas más con un tratamiento adecuado.

Qué decir que como todo en la vida, no existen los atajos. Si se padece
ansiedad, ésta se debe tratar adecuadamente, y para ello es fundamental dos
factores: el tiempo y el esfuerzo. El paciente debe tomar un papel activo en su
propia recuperación.

También se puede recomendar otras técnicas para combinar con los


tratamientos citados, como puede ser la práctica de yoga, meditación, reiki,
etc., actividades físicas o actividades que le ayuden al paciente a eliminar la
ansiedad, y tener la mente ocupada.

El apoyo emocional también es fundamental. Por ese motivo, la persona que


sufre de ataques de pánico debe comunicárselo a su entorno más cercano. De
ese modo, las personas cercanas podrás proporcionarte el apoyo y la ayuda que
necesitas.

3 Pasos para superar un ataque de pánico rápidamente


1-. Relájate. Los ataques de ansiedad no se pueden predecir, pero existen
ciertos signos que nos pueden alertar de que estamos a punto de sufrir el
temido ataque de pánico. Por ejemplo, podemos notar que nuestra mandíbula
se está tensando, que nuestros latidos se incrementan, o que empieza a dolernos
levemente el pecho. En ese momento, o si no hemos logrado descifrar los
primero signos, cuando comencemos a padecer el ataque, debemos sentarnos
o tumbarnos y cerrar los ojos.

Si estamos con alguien conocido, tenemos que decirle que nos pasa, y que
vamos a hacer. También puedes indicarle que necesitas tranquilidad y que se
mantenga en silencio. Si estás solo, siéntate o túmbate donde puedas. Si estás
en la calle, siéntate igual, y cierra los ojos. Necesitas aislarte de todo estimulo.

Haz respiraciones lentas, hondas y completas. Cálmate pensando que sólo es


un ataque de pánico y que todo pasaré en breve. Y continúa respirando de la
misma manera. No te preocupes por todo lo que te rodea. Céntrate en ti. Con
este tipo de relajación centrado en la respiración y en calmar nuestros
pensamientos lograremos frenar el exceso de adrenalina que se ha apoderado de
nuestro cuerpo.

2-. Frena los pensamientos negativos. Sólo estás tú. Respirando lentamente.
Tranquilizándote. Es el momento para frenar todos esos pensamientos que te
dictan que te está ocurriendo algo muy malo, y puede llevarte a la muerte. No
estás sufriendo ningún ataque al corazón. Así que debes decírtelo interiormente.
Di: “No voy a morir”, “Sólo es un ataque de pánico”, “duele y asusta, pero
pasará”, “solo voy a sufrir este ataque unos minutos”. Controla tu miedo
con pensamientos positivos. Todo está en tu mente.

3-. Acepta tus emociones. En un ataque de pánico uno experimenta multitud


de emociones, por ejemplo, está el miedo, la tristeza, la desesperanza, etc. Son
emociones negativas propias de todo que estás sufriendo en ese momento. Todo
lo que has acumulado en tu interior está saliendo y es toda una montaña rusa de
emociones.

Por todo ello debes aceptar que estás sufriendo. Son emociones que también
van a desaparecer, pero que tienes que experimentar. Acepta lo que estás
experimentando, sabiendo que es pasajero. Todo ataque de pánico es breve, y
lo será más cuando más dejemos aflorar nuestras emociones más internas.

Consejos para controlar la ansiedad y los ataques de pánico

-Infórmate qué son los ataques de pánico y sus síntomas.


Uno de los primeros pasos para afrontar la ansiedad es saber que nos ocurre.
Existe mucha bibliografía que nos permite reconocer los síntomas que estamos
sufriendo, y asociarlos con la ansiedad. También podemos acudir a un
profesional que nos diagnostique y nos de toda la información al respecto.

-Reinterpretar el problema.
La ansiedad hace que la persona siempre esté en alerta por posibles peligros.
Debemos aprender a que toda esa alarma es fruto del miedo, y el miedo sólo
está en nuestra mente. Es algo irreal. Por ese motivo debemos:
 Aprende a razonar los posibles peligros.
 Preguntarse si esos miedos son reales o no.
 Poner nuestra atención a los problemas sólo cuando se puede hacer algo
al respecto.
 Cuando no haya nada que hacer, debemos seguir con nuestra vida normal.

-Desviar nuestra atención del problema.


Cuando una persona sufre de ansiedad, su atención se centra en ese problema,
y no deja de pensar en todo aquello que le preocupa. Por ello debemos aprender
a relajarnos, y evitar centrarnos en los problemas. Es mucho más constrictivo
centrarse en la soluciones.

-Usar técnicas de relajación.


Las técnicas que nos permiten relajarnos ayudan mucho a la hora de rebajar los
niveles de ansiedad, y por tanto de no sufrir los temidos ataques de pánico. Con
este tipo de técnicas reducimos la actividad fisiológica y con ello conseguimos
la tan ansiada relajación muscular, y por ende, mental.

-Pide ayuda profesional y apóyate en las personas que te rodean.


Es importante tratar la ansiedad, ya que por sí sola no desaparece. Sin
tratamiento habrá tiempos con menos ansiedad, y otros con una ansiedad tan
elevada que te llevará a sufrir los temido ataques. Es importante saber la raíz de
tus miedos, y aprender a gestionar tus emociones negativas. Y eso sólo se
consigue mediante la ayuda profesional. Así que no lo dudes e invierte en ti. La
ansiedad se puede superar.

También es esencial tener el apoyo de todos aquellos que te rodean. Saber que
te ocurren y cómo te pueden ayudar, es fundamental para tu recuperación. Así
que comunícate con los demás y deja que te ayuden.

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