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Conclusión:

Dividir nos da la idea de repartir o distribuir en partes iguales. Por eso cuando queremos
comenzar a enseñar a dividir a un niño necesitamos es conveniente relacionarlo con cosas
concretas.

Por ejemplo si mamá hace una pizza y quiere cortarla en partes iguales primero la cortará
por la mitad y así tendrá dos partes iguales (esto es dividir por dos), luego si cada mitad la
corta en dos partes iguales quedaran 4 porciones, es decir que la pizza quedó dividida en 4
y si repite la operación la pizza quedará dividida en 8, esto es dividir por 8. También puede
decir si la pizza está cortada en 10 porciones cuántas le tocarán a cada niño si son 5.

El niño entiende los conceptos matemáticos a través de cosas concretas. Pero aún así le
resulta más fácil trabajar con el repartir que con el partir.

Por eso siempre es conveniente iniciar por repartir dulces en cantidades iguales, colocar
la misma cantidad de objetos en cajas, etc. Cuando tienen una edad apropiada para hacer
un cálculo matemático ya no necesita hacerlo con cosas concretas como sucedió con los
niños de quinto. Pero ningún niño aprende a dividir antes de saber sumar, restar y
multiplicar, las operaciones matemáticas van acompañando el desarrollo del niño y su
madurez.

Cuando llega el momento de aprender el algoritmo de la división ya el niño debe entender


que debe pensar en cuantas veces cabe el número 2 en el 18, eso puede representar si
tengo 8 caramelos cuantos le toca a cada uno si debo repartirlos entre dos niños en partes
iguales. Es decir relaciona el problema planteado con la operación y para resolver la
operación matemática ¿debe ser necesario conocer el algoritmo, es decir los pasos a
seguir en la resolución de la división.?

Hemos comprobado que no es necesario pues el niño recurre a sus propias estrategias,
claro esta que la docente lo guiará, para llegar a una posible solución dentro de sus
posibilidades.

Cecilia
Morales

Docente

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