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REVISTA NOMADíAS

Noviembre 2012, Número 16, 269-279

Raro.
Una historia gay de Chile, de Óscar Contardo

Gonzalo Andrés Salazar


Universidad de Chile
desterritorializado@gmail.com

El periodista Óscar Con- teresada, inscrita a su vez en un


tardo es nuevamente éxito de régimen específico de poder. La
ventas con la publicación de su metodología usual del texto es el
tercer libro, Raro. El autor de análisis de discurso.
Siútico vuelve a la carga, esta En ocho capítulos y 402
vez, con la provocativa misión páginas, Contardo narra dife-
de elaborar una historia gay de rentes relatos entretejidos en
Chile. Pero, ¿qué entiende el au- torno a los prejuicios e ideas
tor por historia gay? En la intro- que han rodeado la homose-
ducción a su texto, señala que su xualidad. Escribe sobre la for-
contenido es la “forma en que los mación de estos discursos en la
varones que se inclinan por per- Baja Edad Media, su migración
sonas de su propio sexo han sido hacia tierras americanas y su
tratadas en distintas épocas: sodo- importancia en la conformación
mita, maricón, invertido, ho- de la identidad nacional. Tam-
mosexual, gay” (11). Su interés, bién aborda su mutación en un
entonces, es hacer una historia discurso eugenésico e higienista
de la evolución de los comporta- (biopolítico) y las prácticas de
mientos de una mayoría, la que cierta bohemia santiaguina en
discrimina a los homosexuales. relación con dichos discursos.
Es decir, expondrá los prejuicios Asimismo, evidencia la homo-
que históricamente han rodeado fobia de la Unidad Popular y de
la homosexualidad, para refu- la dictadura militar por igual, y
tarlos y evidenciar, bajo éstos, el surgimiento de una vida noc-
una voluntad políticamente in- turna gay en este último período,

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junto con la epidemia del sida. llamada historia. Es cierto que


Quedan también al descubierto Raro carece de periodificaciones
las cuentas pendientes de nues- claras, suele no citar sus fuentes
tra menguada democracia en ni su bibliografía, o citarlas de
materia de derechos civiles para forma incompleta. Pero la dife-
personas LGBT. rencia más importante entre el
Claramente un best se- texto aquí descrito y un estudio
ller dirigido a un público masi- histórico es que Raro no toma en
vo, el libro ansía tener también cuenta la historicidad de las pro-
un fin pedagógico: educar a el/ pias categorías que utiliza (como
la lector/a sobre la homosexua- sí lo hace todo estudio histórico).
lidad. Para tales efectos, Contar- Esto se evidencia en las catego-
do vuelve una y otra vez sobre rías de “sodomita”, “homo-
los “estudios más exhaustivos sexual” y “gay”; todas ellas muy
y científicos” (30) con el fin de utilizadas a lo largo del libro. El
desligar, por ejemplo, la aso- autor presenta el origen etimoló-
ciación entre homosexualidad gico de las palabras “sodomita”,
y pedofilia. Con estas y otras “homosexual” y “gay”, y deja en
estrategias, desea situar a la ho- claro que las tres aparecieron en
mosexualidad como una opción momentos históricos muy dife-
o condición “diferente”, aleján- rentes. “Sodomita” es una pala-
dola de conductas consideradas bra muy antigua, mientras que
aberrantes. “homosexual” aparece, según el
Las fuentes que informan mismo Contardo, en el siglo XIX.
el texto consisten en archivos ju- El anglicismo gay aparece a co-
diciales, periódicos, entrevistas mienzos del siglo XX, pero solo
y la producción literaria y cul- en la década de 1970 adquiere su
tural en general. Añade, de este significado actual, Sin embargo,
modo, cierta metodología histo- en la práctica escritural estas ca-
riográfica a las técnicas periodís- tegorías aparecen confundidas y
ticas. Sin embargo, esto no re- usadas como sinónimos. Esto le
dunda en un libro propiamente resta prolijidad a la exposición y
historiográfico. Su intención no al análisis, y hace menos “histo-
es serlo, está claro, pero aún así, riográfico” el relato.
me parece productivo marcar la El libro parte con una
distancia entre esta “Historia gay revisión de los albores de la cri-
de Chile” y un estudio ajustado a minalización de la sodomía en
las convenciones de la disciplina la Edad Media. Considerada un

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Gonzalo Salazar • Raro. Una historia gay de Chile...

vicio adquirido y contagioso, consonancia con las subculturas


fue siempre atribuida a un otro. de las grandes urbes europeas,
Después del descubrimiento de pero a una escala mucho menor.
América, será el indígena quien Así por ejemplo, a comienzos
ocupe este lugar. Ya adentrán- del siglo XX ya existía en San-
dose en la Colonia, el autor pre- tiago una especie de circuito ho-
senta varios casos de sodomía mosexual en torno al cerro San-
seguidos contra mestizos, espa- ta Lucía, la Estación Mapocho
ñoles y algunos clérigos. Al final y lugares específicos del centro
de este período, en el tránsito (146). Los puntos de encuentros
del siglo XVIII al XIX, la sodo- secretos eran “cantinas de mala
mía deja de ser castigada con la muerte, baños públicos, prostí-
muerte. Poco a poco, avanzado bulos y parques” (157). Asimis-
el siglo XIX, pasa a ser objeto de mo, desde la década de 1940, al-
atención de la naciente ciencia gunos homosexuales burgueses
médica. Esta comenzará a estu- vivían en el barrio que rodea el
diar a los individuos que, con cerro Santa Lucía. Ellos forma-
el rótulo de “homosexuales”, ron parte de cierta sociabilidad
ya no parecen remitir a un acto homosexual que, a mediados
(la sodomía) sino a una identi- del siglo XX, participaba de todo
dad y un deseo constante por un sistema de códigos cultu-
miembros de su mismo género. rales. Allí primaba el travestis-
El autor destaca que el término mo verbal, el levante callejero o
“homosexual” surgió del acti- cruising, el ejercicio de la ironía
vismo militante aparecido en y el subtexto como estrategia de
Alemania a fines del siglo XIX. defensa. Mientras, gustaban de
Sin embargo, fue capturado por aventuras con hombres de clase
el discurso médico y criminalís- baja, considerados más “hom-
tico, como una posibilidad de bres”.
hablar de esta nueva identidad Contardo se aboca tam-
(el individuo homosexual) fuera bién a contar las peripecias de
del ámbito de la marginalidad y intelectuales, escritores y artis-
la religión. tas homosexuales. Entre ellos, se
Es en este período cuan- encuentran Augusto d’Halmar,
do emerge una subcultura –lla- Hernán Díaz Arrieta, Benjamín
mada por Contardo– homo- Subercaseaux, Luis Oyarzún,
sexual en los bares y prostíbulos Roberto Humeres, Enrique La-
de Santiago y Valparaíso, en fourcade y Rolando Alarcón.

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A contrapelo de estos de la mano del mercado, sin


discursos de emergencia cul- reivindicaciones políticas que
tural, el siglo XX también pre- fueran a la par del consumo,
senció la irrupción de discursos y con una izquierda que
higienistas y eugenésicos en el desdeñaba a los homosexuales.
seno del aparato estatal. Esto El libro luego textualiza
significó que, entre las décadas la dolorosa experiencia del sida
de 1930 y 1960, la homosexua- entre los homosexuales en las
lidad pasara de considerarse un décadas de 1980 y 1990 y la vi-
delito a un trastorno médico, del sibilidad alcanzada debido a la
ámbito psíquico o endocrinoló- pandemia. Finaliza con el surgi-
gico. miento del activismo en un en-
El autor luego recala rarecido contexto democrático y
en la homofobia de la prensa los avances y asuntos pendien-
de izquierda durante la tes a los que nos enfrentamos
Unidad Popular. Bajo la hoy en día, en materia de dere-
dictadura militar, sin embargo, chos civiles.
surgió un circuito de lugares
abiertamente dirigidos a una
clientela homosexual o lésbica. Bibliografía
Contardo es hábil en señalar la
particularidad del caso chileno Contardo, Óscar. Raro. Una
historia gay de Chile. Santiago: Planeta,
en cuanto a la aparición de este
2011.
circuito: en plena dictadura y

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