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Arzobispado de Lima
Jr. Chancay 282, Cercado.
www.arzobispadodelima.org
El Domingo de Ramos
La Misa Crismal
Por la Confirmación, el fiel cristiano recibe su segunda unción. Por esta Unción,
Cristo otorga los dones del Espíritu Santo, y el confirmado renueva su adhesión
a la fe cristiana, su vínculo con la Iglesia y su compromiso de difundir y
defender la fe.
La tercera unción está destinada para los que van a ser consagrados sacerdotes y
obispos.
La intención de la Iglesia al imponer el óleo de los enfermos es ayudar al
enfermo en sus dolencias del alma y del cuerpo, soportar y vencer con fortaleza
la enfermedad y conseguir el perdón de los pecados. Con este óleo, el Espíritu
Santo vivifica y transforma nuestra enfermedad y nuestra muerte en sacrificio
salvador como el de Jesús.
El Jueves Santo
Misa de la Cena del Señor: El Jueves Santo conmemora los siguientes grandes
acontecimientos salvíficos de Cristo:
El lavatorio de los pies. En esta Misa se recuerda el momento en que Jesús lava
los pies a sus discípulos, tarea encomendada a los siervos, pero que aprovecha
para enseñar a sus discípulos que su misión será la del servicio a favor de la
causa de la salvación del hombre: “Porque os he dado ejemplo, para que
también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros” (Jn 13, 15). En
nuestras Misas, el celebrante lava los pies a doce personas de la comunidad de
fieles que representan a los apóstoles.
Es tradicional que el Arzobispo de Lima lave los pies a doce ancianos del Asilo
de Ancianos Desamparados, ubicado en Av. Brasil 496, Breña, y que está a cargo
de la Congregación religiosa Hermanitas de los Ancianos Desamparados.
El Viernes Santo
Sermón de las Siete Palabras: Para el mundo cristiano, toda la vida de Jesús
será siempre objeto de reflexión y meditación. El doloroso trance de Jesús,
clavado ya en la cruz y su dolorosa agonía, fue descrito por los cuatro
Evangelistas.
La tradición señala que duró desde el mediodía hasta las tres de la tarde. Durante
este tiempo, el Redentor pronunció siete palabras, que iban descubriendo su
fuerte padecimiento y sus íntimos pensamientos. Tenía como testigos a su
Madre, la Virgen María, a San Juan Evangelista y María Magdalena.
En Lima, el Padre Francisco del Castillo, en el siglo XVII, reúne a sus fieles en
la Iglesia de Desamparados, y desarrolla un sermón que tiene como estructura
las siete palabras de Cristo en la Cruz. Pronto esta costumbre se difundió por
todo Lima y se extendió hasta Europa. Hasta el día de hoy se mantiene la
costumbre de revivir estas dramáticas horas de Cristo en la Cruz.
Las siete palabras son las siguientes:
- Primera Palabra: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lc 23,34)
- Segunda Palabra “En verdad, en verdad te digo: Hoy estarás conmigo en el
paraíso” (Lc 23, 43)
- Tercera Palabra: “Mujer, he ahí a tu hijo. Hijo, he ahí a tu madre” (Jn 19, 26-27)
- Cuarta Palabra: “¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?” (Mt 27,
46)
- Quinta Palabra: “Tengo sed” (Jn 19, 28)
- Sexta Palabra: “Todo está cumplido” (Jn 19,30)
- Séptima Palabra: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lc 23, 46)
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Sábado Santo
La Vigilia Pascual
Misa de Resurrección