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1. En estricto rigor, y en el caso particular, con el fallecimiento del Sr.

Villagra,
estamos en una hipótesis de sucesión intestada, el artículo 983 inciso
primero del Código de Bello señala que “son llamados a la sucesión
intestada los descendientes del difunto, sus ascendientes, el cónyuge
sobreviviente, sus colaterales, el adoptado, en su caso, y el Fisco”. Sin
embargo, y para el caso en que este hubiese testado, sólo podría disponer
del cuarto de libre disposición, que supone el 25% de la masa hereditaria.
De todas formas, el artículo 1000 del Código Civil, dispone que “toda
donación o promesa que no se haga perfecta e irrevocable sino por la muerte
del donante o promisor, es un testamento, y debe sujetarse a las mismas
solemnidades que el testamento”. Así pues, en la donación revocable que
realizó al Sr. Olavarría, sólo podría disponer libremente del cuarto de libre
disposición, a favor de este, toda vez que tiene dos hermanos, quienes son
sus herederos.

2. El Derecho Civil, es regido por la premisa de que puede hacerse todo aquello
que no esté expresamente prohibido. Así las cosas, la donación realizada por
el Sr. Villagra, hacia el Sr. Olavarría, vulnera el principio de unidad familiar,
toda vez que al dejar “todos sus bienes” al Sr. Olavarría (que no es un
asignatario forzoso), pasa por alto las limitaciones testamentarias existentes
en el ordenamiento jurídico chileno. El artículo 1000 C.C. señala que “ Toda
donación o promesa que no se haga perfecta e irrevocable sino por la muerte
del donante o promisor, es un testamento, y debe sujetarse a las mismas
solemnidades que el testamento”. Estamos pues en presencia de una
verdadera asignación testamentaria a titulo universal, ya que versa sobre
todos los bienes del Sr. Villagra hacia un tercero (Art.1098 inciso 1º). Ahora,
el artículo 1186 C.C. señala que “Si el que tenía a la sazón legitimarios
hubiere hecho donaciones entre vivos a extraños, y el valor de todas ellas
juntas excediere a la cuarta parte de la suma formada por este valor y el del
acervo imaginario, tendrían derecho los legitimarios para que este exceso se
agregue también imaginariamente al acervo, para la computación de las
legítimas y mejoras”, ahora el artículo 1187 dispone que “Si fuere tal el
exceso que no sólo absorba la parte de bienes de que el difunto ha podido
disponer a su arbitrio, sino que menoscabe las legitimas rigorosas, o la cuarta
de mejoras, tendrán derecho los legitimarios para la restitución de lo
excesivamente donado, procediendo contra los donatarios, en un orden
inverso al de las fechas de las donaciones, esto es, principiando por las más
recientes”. Por tanto, la manifestación de voluntad de don Carlos Villagra, en
el sentido de que le atribuye todos sus bienes a un “extraño”, tiene el efecto
de que los legitimarios (hermanos de Carlos Villagra) tienen derecho a que
se les restituya el exceso, por tanto, es válida la declaración de voluntad de
Villagra hacia Olavarría, toda vez que éste último sólo tendrá derecho a
retener el 25% de la donación revocable efectuada por Villagra, ya que el
exceso deberá restituirse a los hermanos del Sr. Villagra.
3. Los hermanos del Sr. Villagra aducen que “Lo expresado por el causante en
escritura pública carecía de valor, asimismo el poder, ya que no podría
representarse a una persona muerta”. Lo cierto, es que los hermanos de don
Carlos V, tienen derecho en la sucesión quedada al fallecimiento de este,
toda vez que sucedieron abintestato, ya que no otorgó testamento, y al tenor
del artículo 983 C.C. son llamados a la sucesión intestada “…sus
colaterales(…)”. Los hermanos de Villagra, sólo tendrán derecho a que se les
restituya el exceso de la donación hecha al extraño. En lo que si aciertan, es
en que el “poder” es innecesario, toda vez que el artículo 1144 dispone que
“las donaciones revocables se confirman y dan propiedad del objeto donado,
por el mero hecho de morir el donante si haberlas revocado”.

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