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Material didáctico digitado por Dr. Luis Aníbal Torres Jiménez en base a la copiafisica proporcionada por los
doctores Reinaldo Valarezo García y el Dr. Rogelio Castillo del año 2010, compilada y preparada por el Dr. Luis
Aníbal Torres Jiménez, docente de la carrera de Derecho de la Universidad Nacional de Loja con fines
exclusivamente académicos y didácticos.
CONCEPTO DE CIENCIA
Arturo Rosenblueth Stearns propone, no sin humor e ironía, una noción de ciencia y de método científico: "Ciencia es el tema que tratan
los libros y las revistas científicas, y método científico es el que siguen los hombres de ciencia cuando se dedican a la tarea de la
investigación científica" Esta aseveración nos conduce a un hecho, aparentemente trivial, que ha sido motivo de discusión a través de la
historia: las particularidades o los diversos contenidos como temas y subtemas teóricos del conocimiento científico y los rasgos que
definen a la ciencia o las explicaciones que hacen que esta sea considerada como ciencia.
Francisco Larroyo define a la ciencia como "un conjunto de verdades sistematizadas u ordenadas de manera demostrativa y establece
como principales características las siguientes:
La definición anterior coincide con la de Russell: "la ciencia es un conjunto de conocimientos ciertos y probables, metódicamente
fundados y sistemáticamente dispuestos según los grupos naturales u objetos".
Ambas definiciones son descriptivas, señalan qué es la ciencia; sin embargo, existen otras que destacan la finalidad de la ciencia (el
porqué); por ejemplo, Fina Pizarro señala que: "[Ciencia] es la empresa humana que persigue explicar el acontecer del mundo que nos
rodea mediante el llamado método hipotético-deductivo"
La definición anterior no es útil para las intenciones del presente trabajo, en virtud de que la autora, al interpretar su noción de ciencia,
excluye del concepto "las actividades que no tienen como referencia el mundo observable"; por ejemplo, el objeto de estudio de la
teología, el de las "ciencias exactas" y por extensión no incluye la materia de estudio de la ciencia jurídica (entendida en el sentido
"dogmático").
Por último, citaremos la definición y descripción que de la ciencia hace Ruy Pérez Tamayo: “[Ciencia es] la actividad humana creativa
cuyo objetivo es la comprensión de la naturaleza y cuyo producto es el conocimiento, obtenido por medio de un método organizado en
forma deductiva y que aspira a alcanzar el mayor consenso posible”.
1. Es una actividad humana creativa. En primer lugar, se restringe como actividad de los seres humanos, es privativa de ellos. Las
conductas de los demás seres, por muy completas que sean, no constituyen ciencia. Es creativa, aunque se caracteriza por ser opuesta
a la fantasía y a la imaginación, ya que el científico estudia y describe la realidad como le parece que es; trata de proporcionar un
retrato fiel de ésta, utilizando constantemente la creatividad. Respecto de ésta, existen dos posturas que no son irreconciliables: una
indica que el objeto principal de la ciencia es la observación de la naturaleza (considera que la mente del ser humano es una tabla
rasa donde puede escribirse la realidad); otra indica que la principal tarea del científico es la invención de modelos e hipótesis para
explicar la realidad. Para Pérez Tamayo ambas posiciones no son contradictorias, sino complementarias, pues por sí solas son
incapaces de explicar el proceso científico, es decir, la simple observación no conduce a la construcción de generalizaciones en·
torno de los fenómenos de la naturaleza, ni la reflexión pura, despojada de la observación, sus productos con la realidad. Ambas
resultan indispensables para el proceso de construcción del conocimiento científico y, en consecuencia, para los efectos que provocan
en la realidad social.
2. Establece que se necesita mayor creatividad para elaborar teorías y modelos El objetivo de la ciencia es la comprensión de la
naturaleza. Naturaleza es un sinónimo de realidad, referida no sólo al mundo de la materia, sino a todo aquello cuya existencia puede
verificarse de manera objetiva, ya sea directa o indirectamente.
3. Cuando la ciencia declara que su objetivo es la comprensión de la naturaleza, quiere decir que su meta es la explicación de la
realidad, el sometimiento de todos Los fenómenos que ocurren en ese vasto compartimiento de la naturaleza. El producto de la
ciencia es el conocimiento. El conocimiento, indica Tamayo, se entiende de dos formas: una amplia, que se refiere a todo aquello
de lo que tenemos conciencia y que proviene de ideas personales; y la restringida, que denomina la información cuya veracidad se
puso a prueba al confrontarla con la realidad. De esta manera entendemos el producto de la ciencia.
4. El conocimiento obtenido por medio del método científico, cuyas características tienden a garantizar que el conocimiento, producto
de la actividad científica, tenga un menor grado de falibilidad que el obtenido por otros procedimientos o que ofrezca soluciones
más firmes a los problemas planteados.
Estas definiciones resaltan algunas características de la ciencia, dependiendo de los intereses intelectuales propios de los autores. Unos
describen en qué, consiste la ciencia como actividad, es decir, qué la caracteriza del resto de las conductas y actos humanos; otros ponen
énfasis en el producto que se obtiene: un tipo de conocimiento que pretende describir y explicar la Naturaleza o la realidad de manera
objetiva y libre (aparentemente) de consideraciones morales y religiosas o de especulaciones filosóficas; y otros hacen mención al método
que se utiliza para obtener conocimientos y conseguir e interpretar datos.
Una explicación detallada de la ciencia, que abarque sus peculiaridades como actividad humana y su objetivo, además de su método y
el producto que se obtiene, debería ser tan precisa como la que propone Ruy Pérez. Lo importante es estar conscientes de sus notas
principales sin sacralizarlas.
La supuesta "pureza" de la investigación científica sobre todo de las ciencias naturales, era, hasta hace poco tiempo, incuestionable; la
actividad científica estaba, según esa concepción, más allá de los condicionamientos sociales; su desarrollo era en cierto modo
independiente del de la sociedad; la historia de la ciencia natural se expresaba como un continuo de descubrimientos debidos
exclusivamente a la creatividad y capacidad de mentes individuales (véase, por ejemplo, Cazadores de microbios, de Paul de Kruif) o,
mejor dicho, era su motor; la evolución de la sociedad se debía en gran medida a los descubrimientos hechos por un selecto grupo de
gente. Estudios más profundos intentan vincular el desarrollo científico con la dinámica de la sociedad, no en una relación de simple
dependencia (la ciencia sometida a los paradigmas de una determinada sociedad), sino de mutua interdependencia: es cierto que algunos
descubrimientos e innovaciones tecnológicas generan cambios profundos en la sociedad, pero también las condiciones sociales y
económicas repercuten en las actividades científicas.
Socialmente, la percepción que se tiene de la ciencia y de sus practicantes es muy variada; hay sociedades que tienen en alta estima
ambos, e incluso en cada sociedad existen grupos sociales que consideran aceptable el desempeño de la actividad científica, otros a los
que les parece indiferente y algunos más para los que significa m peligro latente. La situación es extrema para los practicantes de las
ciencias sociales, cuya utilidad práctica cuestionan con frecuencia la mayoría de los grupos sociales.
Una clasificación muy usada en las ciencias parte de la división que establece Husserl respecto de la naturaleza del objeto del que se
ocupan:
Se reconocen dos clases de objetos según su existencia: los reales y los ideales. Los primeros son aquellos que existen en el tiempo y en
el espacio (como los cuerpos), o simplemente en el tiempo (como los hechos psíquicos). Lo real, en suma, puede ser psíquico, corporal
o ambas cosas a la vez, esto es, psicofísico, como en el caso de los animales superiores. De ahí que las ciencias que estudian estos objetos
reciban el nombre de ciencias reales.
Los objetos ideales no poseen este carácter espacio-temporal o simplemente temporal; no son objetos de experiencia empírica. Sin
embargo, son portadores de una consistencia tal que nadie puede dudar que existan, ya que son susceptibles de ser pensados por todo
sujeto.
Con base en esta división de objeto, las ciencias se clasifican en ciencias formales o eidéticas y ciencias reales o fácticas; entre éstas se
encuentran las ciencias naturales y sociales. Esta distinción es importante para ubicar a la ciencia jurídica.
Eli de Gortari clasifica las ciencias en naturales y sociales, ambas como parte de estudio del universo: Las ciencias naturales son
disciplinas que estudian la naturaleza en sus diversos niveles y en sus distintos aspectos. En cambio, el estudio de la sociedad en todas
sus formas y aspectos de su organización y su desarrollo, lo mismo que de las diversas actividades que el hombre realiza y de los
productos resultantes de esas actividades, junto con la historia de la propia sociedad en sus múltiples aspectos constituye el dominio de
las ciencias sociales.
Kédrov y Spirkín plantean una clasificación basada en "el descubrimiento de las interrelaciones entre tres grandes sectores del saber
científico las ciencias naturales, las ciencias sociales y la filosofía, cada una de las cuales abarca un grupo de ciencias"
a. CIENCIAS FILOSÓFICAS: dialéctica y lógica.
b. CIENCIAS MATEMÁTICAS: lógica matemática, matemática y cibernética.
c. CIENCIAS NATURALES Y TÉCNICAS: mecánica, astronomía, astrofísica, física y fisicoquímica, química-física, química (y
ciencias aplicadas derivadas de las anteriores, por ejemplo, mecánica aplicada, astronáutica, metalurgia, etc.), geoquímica,
geología, geografía' bioquímica, biología, fisiología humana y antropología.
d. CIENCIAS SOCIALES: historia, arqueología, etnografía, geografía económica, estadística económico-social; ciencias que
estudian la base y las superestructuras: políticas y económicas, ciencias estatales, jurisprudencia, lingüística, psicología, etc.
Kédrov y Spirkin centran la utilidad de las clasificaciones de las ciencias principalmente en razones pedagógicas para facilitar la
enseñanza de estas disciplinas, así como en la confección de obras muy específicas y de planificación de la labor científica, incluidos los
planes del gasto estatal en las diversas disciplinas y la construcción de los centros de enseñanza e investigación. En ocasiones, la
investigación científica, a pesar de tener un alto grado de especialización, y en particular cuando acomete problemas sociales, requiere
la colaboración de investigadores que provienen de otros campos del conocimiento. En este sentido, es necesario referimos a la noción
que Larroyo expresa sobre interdisciplina:
Las ciencias son unidades del saber; conjuntos de conocimientos unificados merced a ciertos principios; pero no son cuerpos de verdades
cerradas. Al contrario: toda ciencia se halla en relación viva con otras ciencias; influye sobre otras y es influida por otras.
De acuerdo con esta explicación, el método de las ciencias debe ser racional y reflejo. En el ámbito de la investigación jurídica el método
debe tener características similares, a diferencia de lo que puede ocurrir en la práctica profesional del abogado, en la que la repetición de
esquemas o de proceso de búsqueda de soluciones a conflictos concretos, es decir, los planteados por el cliente, convierten la labor en
algo empírico y casi espontáneo, no tanto porque la tarea del litigio sea de esa naturaleza, sino porque la preparación profesional carece
en la actualidad de una adecuada vinculación con la práctica, a pesar de que el 2 de Septiembre de 1993 se implantaron (modificadas en
Julio de 1997) las “ clínicas procesales” en los programas de la Facultad de Derecho de la UNAM.
MÉTODO CIENTÍFICO Y METODOLOGÍA
La ciencia como actividad humana tiene un método o conjunto de métodos. Para Fina Pizarro, el método de la ciencia es el hipotético-
deductivo, …[que] consiste en formular una hipótesis (según un procedimiento), derivar predicciones de la misma, con la ayuda de
ciertas condiciones iniciales y determinados supuestos o hipótesis auxiliares, averiguar (mediante observación y experimento) si se
cumple las predicciones y argumentar en favor o en contra de las hipótesis según aquellas se hayan cumplido o no. La argumentación
no lleva al rechazo (refutación) o a la aceptación (justificación) de la hipótesis de una manera necesariamente definitiva. Cualquier
conclusión en ciencia se considera provisional y revisable.
Para algunos autores el método científico es privativo de las ciencias que, en su opinión merecen tal título, es decir, las ciencias fácticas,
más no las formales o del “espíritu”. Esta es la posición de Pizarro, quien aclara en su obra que se refiere sólo a las ciencias fácticas; sin
embargo, su definición sobre el método científico también la emplean implícitamente autores que tienen una visión más amplia acerca
de la ciencia; por ejemplo, Jorge Witker señala que el método científico es aplicable para “cualquier área (de conocimiento) y consta de
tres partes:
1.2. EL MÉTODO
El hombre, a fin de percibir la realidad y expresarla, se ha visto valido a normas o modelos de pensar. Estas formas, esquemas de
representación o métodos, como también se les conoce, le han permitido elaborar y desarrollar perspectivas en virtud de las cuales
pretenden explicar el mundo y los fenómenos materiales espirituales que se les presenta.
El ser humano, en su afán de conocer y alcanzar la verdadera, en sus diferentes épocas y circunstancias ha ampliado y perfeccionado
cuatro caminos o formas de conceptos del mundo: la filosofía, la ciencia, la religión, y el arte; y en el cometido de su tarea ha logrado
presentar propuestas de cómo se ha de conocer, en sus diversos aspectos, la realidad así esta propuesta para comprender el mundo, el
medio que rodea al hombre, con toda su riqueza ontológica, e incluso las formas para auto entendernos construyendo las bases
metodológicas que cada generación ha de analizar y actualizar con una visión crítica a fin de transmitir a la siguiente, que a su vez
necesitará volverlos a cuestionar y mejorar.
Si procedemos al análisis etimológico de la palabra método, encontramos que deriva de dos raíces griegas: meta y odos; la primera
significa: “el modo de, a lo largo de”; y la segunda posee el significado de: “camino, vía o ruta”. De ahí que exista un método cuando
se sigue un camino, cuando se procede conforme a una regla o vía, cuando se efectúa un procedimiento para investigar en cualquier
nivel, cuando mediante una serie de actividades sujetas a un plan previo se obtiene un determinado fin o se logra hacer algo.
Aunque los tratadistas del método todavía no acuerdan una definición única de este, las concepciones brindadas a lo largo de los siglos
no pueden considerarse contradictorios, antes bien, han de estimarse complementarias.
En una primera aproximación apreciamos que el método, por ser el camino que debemos recorrer a fin de alcanzar una meta propuesta
requiere precisamente, el conocimiento previo de ese destino o meta que se intenta conseguir, es decir, resulta indispensable la
determinación clara de los problemas cognoscitivos, saber de antemano cual es la naturaleza de la realidad que pretendemos abordar;
así, de acuerdo con el tipo de realidad que va a tratarse, será el modelo del método por seguir.
Basado en la perspectiva anterior que es de carácter teleológico, el fin contemporáneo determinaras las vías que se van a transmitir.
Este fin puede ser de índole gnoseológica o el desarrollo de una actividad práctica.
Una concepción básica del método lo presenta como modo de obrar o de proceder en cualquier actividad, es decir, una forma concreta
de proceder en el discurso racional; como esta visión, el método contribuye a formar hábitos o costumbres en diferentes campos de la
actuación humana, lo que asegura además un resultado previsto.
En un sentido filosófico el método hace referencia al método idóneo para alcanzar el saber, el camino que nos conduce al conocimiento,
el método presidido por la lógica, establece los procedimientos, tanto teóricos como prácticos, que utilizan las ciencias, con lo que se
manifiesta, al mismo tiempo, el dominio del hombre sobre el propio conocimiento.
La dimensión lógica de los métodos es esencial, pues esta disciplina filosófica muestra el método general de las ciencias, que lo adapta
a su naturaleza y características específicas. El análisis lógico en el campo de cada ciencia es indispensable, pues facilita la percepción
de las relaciones que se establecen entre dos objetos de nuestro estudio, pero podemos aplicar la manera univoca un método a todas las
ciencias representa caer en un apriorismo de carácter idealista.
El método visto desde otra perspectiva introduce orden en las actividades y tareas del hombre. Al intentar superar la casualidad, establece
su orden en el que se apoyan un conjunto de normas o reglas por seguir.
Si prescindimos del método se dificulta llevar a feliz término la investigación y arribar a una comprensión objetiva y coherente de la
realidad. El método no sustituye el talento, pero si representa un apoyo eficaz de este. Por tanto, actuar sin método trae aparejado un
obstáculo para la adquisición sistemático de conocimientos.
Por ser diferente de la casualidad o la suerte, el método, por lo mismo presenta, o es susceptible de presentar, un valor. El método se nos
muestra también como un instrumento valioso, un procedimiento implícito en toda actividad científica, que permite evaluar el proceso
de investigación que se efectúa en el desarrollo de las ciencias.
Vinculada a la faceta anterior se encuentra la concepción del método como forma o modo concreto de organiza la investigación en
determinado campo de la realidad, que facilita, además, la selección y coordinación de las actividades que se llevaran a cabo.
Otro concepto de método es el que lo circunscribe a un conjunto de operaciones intelectuales que permiten alcanzar y comprender la
verdad. En este sentido, Ario Garza concibe el método con un sistema de supuestos y reglas que se proponen para descubrir y comprobar
la verdad.
Relacionada con la óptica anterior tenemos la postura de Aníbal Bascuñán, para quien el método es el camino del pensamiento científico
enfocado hacia las búsquedas de la verdad, y que, por tanto, comprende la formulación, la ordenación de juicios en un sistema
teoréticamente eficaz, así como su exposición adecuada de manera racional para el convencimiento o la enseñanza.
También, el método es un plan reflexivo de trabajo, un procedimiento sujeto a un designo que se traza con antelación y que garantiza la
eficacia de la acción por realizar.
Con una visión sistemática, el método permite, transformar lo desconocido en conocidos; si parte de un conocimiento explicito, posibilita
obtener un conocimiento más acabado.
Para Ezequiel Ander-Egg el método se refiere a un conjunto de actividades intelectuales que prescinde de los contenidos específicos y
establece procedimientos lógicos formas de razones, reglas, et, que permiten el acceso a la realidad que ha de ser captada.
El método es importante porque facilita encauzar el esfuerzo, tanto, mental o ambos, hasta la solución del problema cotidianos, científicos
o filosóficas fantasías, establece los medios más adecuados para lograr al interior los fines propuestos y proyecta orden en el trabajo. El
método dirige al intelecto en su intento de explicar la realidad.
Los métodos, por ser guías, nos ayudan a utilizar de una forma mejor los medios racionales existentes, a fin de acceder al conocimiento
de la realidad y a actuar sobre ella, pero por sí mismos no llevan al conocimiento, a la acción más eficaz, ni a la mejor manera de evaluar
los resultados. Ningún método es un camino infalible; Y aún más, es necesario cambiar de método para el progreso científico. Si siempre
se utiliza el mismo debemos pensar en un estancamiento del conocimiento.
El prestigio del método consiste, a juicio de Miguel Villoro Toranzo, en que nos enseña a usar los instrumentos de trabajo, no suple el
ingenio, pero si enseñar el trabajar, a no desperdiciar esfuerzos, a poner los pies donde los demás han colocado con firmeza los suyos.
La postura frente al método no es homogénea, pues mientras algunos filósofos hacen depender todo de él, otros, actitud contraria,
propugnan por una emancipación de cualquier sujeción metódica. Frente a estas perspectivas, que por extremas no facilitan una visión
mesurada, es conveniente aceptar los métodos que proporcionan márgenes de libertad y creatividad. “El método, aunque asuma el rigor
lógico que le es propio, debe partir de ciertas consideraciones preliminares y apoyarse en determinados juicios de valor”.
La objetividad de los métodos significa que son independientes del sujeto que los utiliza; es decir, de acuerdo con esta característica de
los métodos no interesa la capacidad intelectual de una persona, sino la idoneidad del o de los métodos que se aplican en la solución de
problemas.
El método, a juicio de Adriana Yurén, tiene una función de fundamento, ya que constituye un núcleo común de normas que comparten
todas las ciencias, Y proporciona un principio a partir del cual se afrontan problemas interdisciplinarios, lo que contribuye a solucionar
problemas primordiales; asimismo, considera que el método es trascendental porque los resultados no se limitan a las categorías de un
sujeto o de un campo particular, sino que se refieren a cualquier resultado que puedan tener las nociones trascendentales, que son
totalmente abiertas.
El método también puede concebirse como un procedimiento racional, lógico, que tiene la finalidad de adquirir, sistematizar y transmitir
conocimientos, tanto en el nivel científico como filosófico.
EL MÉTODO Y LA TÉCNICA
Toda actividad humana, a fin de obtener mejores resultados, requiere del método y de la técnica; ambos son instrumentos fundamentales
para la actuación humana.
El método, advierte Ezequiel Ander-Egg, no basta ni es todo, se necesitan procedimientos y medio a que hagan operativos los métodos.
Este autor considera que las técnicas, igual que los métodos, son respuestas al “Como Hacer” para alcanzar un fin o resultado propuesto;
pero que ese sitúa en el nivel de los hechos o de las etapas prácticas, que actúan a modo de dispositivos auxiliares y que permiten aplicar
el método por medio de elementos prácticos, concretos y adaptados a un objeto definido. Estima que si el método es el camino o
procedimiento general del conociendo científico, las técnicas son los procedimientos de actuación concretos que deben seguirse para
recorrer las fases del método científico; por tanto, algunas técnicas, cuando no se utilizan en forma rutinaria, llegan a ser verdaderos
instrumentos de ruptura con el conocimiento espontáneo y contribuyen eficazmente a la construcción del conocimiento científico.
Así como nos encontramos un concepto único de método, tampoco existe acuerdo entre los autores respecto a lo que deje significar la
palabra técnica. En el diccionario el vocablo técnico designa un conjunto de procedimientos de que se vale una ciencia o un arte; pero
esta concepción, por amplia, no precisa su diferencia específica, que nos permitirá distinguirla con claridad de otros conceptos afines.
Según Garza Mercado, la técnica se define, desde un punto de vista estricto, como un sistema de dispuestos y reglas que permite hacer
bien una cosa; el autor agrega que la técnica se justicia exclusivamente en función de su utilidad práctica, a diferencia del método, que
se propone para descubrir y comprobar la verdad, y por oposición al arte, que persigue la realización de objetos estéticos.
Las técnicas de se incluyen en un método y, a la inversa, un método conlleva el manejo de técnicas diferentes. El método es el plan
general, la guía para llevar a cabo el proceso de la investigación; y las técnicas, que se integran a los métodos, sin son los procedimientos
específicos, dotados de eficacia, para realizar bien algo. Lo mismo que los métodos, las técnicas coadyuvan en la búsqueda de la verdad,
así como en la adquisición, sistematización y transmisión de los conocimientos.
Las técnicas, por ser formas concretas y directas de aplicar los métodos, permiten combinar diversos; por ello, la interrelación metódica
se hace patente mediante la aplicación de técnicas. Como simples ejemplos de la vinculación más adecuada entre técnicas y métodos
podemos señalar la que se da legislación jurídica, la relación de la técnica de análisis de leyes con los métodos histórico, descriptivo,
sistemático y comparativo.
Si de investigación se trata, la técnica en este ámbito, comprende tanto la búsqueda, la individualización y el aprovechamiento de las
fuentes de conocimiento como el registro, la clasificación y el señalamiento de los datos que arrojan; el método, por su parte, será
preponderadamente deductivo si la investigación referida se da en el plano teórico, o tendrá un carácter más inductivo si la indagación
se presenta en el terreno empírico.
Para José Antonio Alonso las técnicas son los procedimientos operativos, rigurosos, bien definidos, transmisibles y susceptibles de
aplicarse repetidas veces en las mismas condiciones; este autor puntualiza que la elección de las técnicas depende del objetivo que se
busca y el método de trabajo que se utiliza.
Con el propósito de distinguir, no con el de separar de manera concluyente, podemos señalar que en el nivel teórico los métodos se
presentan con un carácter más general, global y coordinación de actividades, mientras que en las técnicas de percibe un rasgo práctico y
operativo, un carácter acentuado de aplicación. De cierta manera, los métodos serían el género, mientras que la técnica, la especie. Por
otra parte, si nos ubicamos en un delimitar con precisión las fronteras de ambos procedimientos; aunque no puedan establecerse con
claridad los límites entre ellos, con frecuencia es innecesario.
Con la misma finalidad de señalar las características que permitan distinguir, en términos generales, el método método de la técnica,
observamos que en tanto el primero ayuda primordialmente a pensar las acciones a realizar, la segunda auxilia para llevarlas a cabo, a
hacerlas, a ejecutarlas; en idéntico sentido, el primero está presidido por normas lógicas; la segunda, en cambio, por reglas referentes al
uso. Aún a pesar diferencias, detectados entre ellos una necesidad de integración recíproca.
Leoncio Lara Sáenz precisa que la técnica se diferencia de la práctica en que ésta es el resultado de la acción personal o particular de
cada individuo al aplicar una técnica especifica; es decir, la práctica es la forma en la que el individuo pone en acción, de conformidad
con sus propias aptitudes y habilidades, las reglas de la técnica para la consecución de un fin científico o artístico determinado.
LA METODOLOGÍA
La relación entre método y metodología es de especie a género; los métodos se incluyen en la metodología. La palabra metodología,
desde el punto de vista etimológico, significa el estudio o tratado de los métodos; pero si asumimos una perspectiva global se presenta
como una teoría de procedimientos para alcanzar el conocimiento.
La metodología es una disciplina filosófica, perteneciente al ámbito de la lógica (porque todos los problemas referentes al método son
de naturaleza lógica), que tiene por objeto el estudio sistematizado de los métodos, y que nos indica, de una manera orientadora, las vías
convenientes a fin de lograr determinada actividad.
La metodología estudia y analiza los métodos con el propósito de describirlos y dirigir el intelecto hacia la consecución de conocimientos;
en sentido semejante se pronuncian Ernesto de la Torre y Ramiro Navarro de Anda, pues consideran que la metodología es un conjunto
de proposiciones lógicas, graduadas y jerarquizadas, destinadas a facilitar y mejorar el ejercido intelectual, la capacidad creadora de la
mente humana en cualquier rama del saber. Estos autores puntualizan que toda inteligencia, disciplinada por una labor constante y
reflexiva, producirá resultados positivos y válidos, y una mente por brillante que sea, nada alcanzará sin constancia ni orden en su
ejercicio, pues solo la inteligencia aplicada con orden y disciplina origina frutos abundantes. Por ende para precisar algunas acepciones
del término metodología considero que:
1. Una disciplina que estudia y analiza los métodos. Desde este punto de vista es una rama de la lógica, es lógica aplicada, cuyo objeto
consiste en el estudio de las formas metódicas que se enfocan a la adquisición y comprobación de conocimientos científicos.
2. Una propuesta de concepción del mundo o de la realidad. Desde esta perspectiva encontramos diferentes corrientes del pensamiento:
matematicismo, mecanicismo, biologicismo, logicismo, cientificismo, etc.
Si la metodología, de acuerdo con esta acepción, es una forma de entender el mundo, cada perspectiva que ha surgido a través de los
siglos contiene una propuesta básica para captar la realidad: para el matematicismo, corriente de pensamiento que deriva de la escuela
pitagórica, la clave para entenderla es mediante los números, pues considera que estos son una especie de sustancia de la que se
componen las cosas y hace posible comprender el universo en su conjunto; el mecanismo, corriente de pensamiento derivada de los
éxitos de la física, la mecánica y la astronomía, afirma que las cosas pueden explicarse a partir de las dimensiones, el movimiento y
el equilibrio de fuerzas; para el organicismo o biologismo, postura que proviene del auge de la biología y de las teorías de Charles
Darwin sobre la evolución de las especies, la vida de todo cuanto existe está sujeta a cambios, y precisamente estos nos permiten
saber la constitución última de lo existente.
Estas corrientes de pensamiento, lo mismo que el logicismo, el cientificismo, el economicismo, entre otras, tienen el defecto de
considerar un solo elemento para explicar la realidad en su conjunto; son visiones unilaterales del mundo que dejan fuera los demás
elementos para una captación integral de la realidad.
3. Una forma sistemática de abordar una realidad, por ejemplo, la realidad física, psicológica, social, jurídica, etc., que incluye la crítica
del conocimiento.
4. Un conjunto de etapas y reglas por seguir para la investigación de un objeto; es lo que se conoce como metodología de la investigación,
y que incluye el análisis y la valoración crítica de los múltiples métodos y sus combinaciones.
Las experiencias deben registrarse en las que Bacon llamó tablas. En la tabla de presencia se señalarán los casos en que de acuerdo con
la circunstancia que se considere productora del fenómeno, éste se da; es decir, en ella se anotaran los casos en que se da el mismo
fenómeno. Si ante la presencia de un fenómeno siempre se presenta otro (por ejemplo, si al fenómeno frío sigue siempre el fenómeno
migración de ciertas especies de aves) tenemos una importante señal o indicio de que el primer fenómeno interviene en el origen del
segundo.
En la tabla de ausencia se registrarán los casos en que el fenómeno que se investiga no se da, a pesar de que existen circunstancias que
se consideran como productoras de él; se anotarán las ocasiones en que la ausencia de un agente conlleva la carencia de un fenómeno;
por ejemplo, si siempre que está ausente la luz deja de producirse la fotosíntesis, es posible concluir que este fenómeno depende, en
algún modo, de ese agente.
En la tabla de variantes o de diferencia de grados se situarán los casos en que el fenómeno presenta variaciones o diferencias; se apuntarán
las ocasiones en que, ante el aumento o la disminución de la intensidad del agente que se supone causa el fenómeno, aumenta o disminuye
la intensidad de éste. Se asentará la variación del agente y la proporción con que se presenta el fenómeno; por ejemplo, si la ingestión de
yodo aumenta o decrece provoca una mayor o menor producción de hormonas tiroideas, entonces puede inferirse que este fenómeno
depende en algún modo de aquel agente.
María Elena Chapa refiere que el propósito de Bacon es encontrar fenómenos que cuando se presenta uno de ellos, también se da el otro;
cuando no se da uno, no se produce el otro; y cuando uno varía, de igual manera varía el otro. Al comprobar esta conexión, entonces
resulta posible enunciar la relación forzosa que existe entre los hechos; de éstos se pasa a la afirmación general. La inducción es, según
Bacon, el paso de los hechos a la expresión de la relación constante que los vincula; es decir, el paso de los hechos a la ley que los rige.
Según John Stuart Mill (siglo XIX), los métodos para la investigación experimental son cinco: el de concordancias, el de diferencias, el
que combina concordancias y diferencias, el de variaciones concomitantes y el de residuos; cada uno de ellos está sujeto a un principio
regulador.
De estos métodos, los primeros cuatro guardan cierta semejanza con los que estableció Bacon; el último se reserva para los casos en que
ninguno de los anteriores es aplicable.
Método de concordancias. Su propuesta consiste en estudiar casos diferentes para comprobar en qué concuerdan, en comparar
fenómenos que, aunque se dan en diversas circunstancias, presentan una conformidad entre ellos. De acuerdo con la lógica tradicional,
si se da la causa, se produce el efecto, y esto no quiere decir otra cosa que, cuando se trata de la labor que desarrolla un investigador, al
buscarse la causa de un hecho y encontrar su presencia en casos totalmente diferentes, surge la probabilidad de que tal hecho, que se
repite en todas las circunstancias, sea la causa que se busca. El principio a que se sujeta este método establece: si dos o más casos del
fenómeno que se investiga sólo tienen una circunstancia en común, pero ésta concuerda, es la causa o el efecto del fenómeno estudiado.
Método de diferencias. Su planteamiento estriba en que hay que buscar casos que se parezcan en todas sus circunstancias, con excepción
de una, en comparar casos que difieren solamente en la presencia o ausencia de ciertos hechos. La lógica afirma que excluida la causa,
se elimina el efecto, lo que significa que un hecho cuya causa se busca, por ejemplo, una enfermedad, se presenta en varias personas que
no tienen entre sí más que un solo síntoma en común, entonces se tiene la presunción de que tal aspecto es la causa que se busca; después
se comprueba que, al desaparecer el mencionado síntoma, desaparece la enfermedad. Este método lo regula el principio siguiente: si un
caso en el que el fenómeno se presenta y otro caso en el que no tiene lugar presentan todas las circunstancias en común, excepto una,
que sólo se da en el primero, tal circunstancia única en la que difieren es la causa o el efecto, o una parte indispensable de la causa del
fenómeno que se estudia.
Método combinado de concordancias y diferencias. Este procedimiento utiliza en forma conjunta los métodos anteriores y está sujeto
al principio que dice: si dos o más casos en los que se da el fenómeno que se investiga tienen solamente una circunstancia en común,
mientras dos o más casos en los que no se presenta, tienen en común la ausencia de dicha circunstancia, la circunstancia única en la que
los dos grupos de casos difieren es la causa o el efecto, o una parte indispensable de la causa del fenómeno que se estudia. Podemos
señalar el ejemplo siguiente: las personas que siguen una dieta balanceada y hacen ejercicio tienden a ser saludables; quienes llevan una
dieta inadecuada y una vida sedentaria tienden a presentar serios problemas de salud. Podemos, pues, afirmar que la nutrición y el
ejercicio influyen en la salud de las personas.
Método de variaciones concomitantes. Esta operación consiste en determinar el grado en que se dan los cambios en los fenómenos por
estudiar, y lo rige el principio que instituye: todo fenómeno que varía de alguna manera, en tanto que otro fenómeno cambia de una
forma particular, es la causa o el efecto de ese fenómeno, o está relacionado con él por alguna causa. La lógica tradicional establece que al
variar la causa, varía el efecto, por lo que este método trata de detectar las diferencias que se presenten en la evolución de un fenómeno,
en correspondencia con las diferencias en el desarrollo de otros fenómenos. Un ejemplo de la utilización de este método es el registro de
las variaciones en la concentración de alérgenos en el ambiente, de acuerdo con las estaciones del año.
Método de residuos. En virtud de este método se tiene la posibilidad de averiguar las causas cuya presencia no puede eliminarse por
medio de la experimentación; hace factible analizar un residuo excedente en un compuesto del que se separaron previamente los
elementos conocidos. Este método lo rige el principio que afirma: si se sustrae de cualquier fenómeno la parte que, por inducciones
anteriores, constituye el efecto de ciertos antecedentes, resultará que el residuo del fenómeno es el efecto de los antecedentes restantes;
por ejemplo, si se efectúa un estudio de la bóveda celeste y se observa un cuerpo luminoso fuera de nuestro sistema solar que no está
registrado en las tablas astronómicas, ello indica la presencia de una estrella nueva.
Nicola Abbagnano refiere que la inducción se justifica desde el punto de vista pragmático, que es la interpretación contemporánea
de carácter probabilista de la inducción: cuando un carácter determinado concurre en una proporción de las muestras examinadas,
puede considerarse que esta proporción vale para todos los otros ejemplos del caso, salvo prueba en contrario. Esto significa que
cuando el valor numérico de tal proporción se toma como medida de la posibilidad de que el carácter de que se trata suceda en un
nuevo ejemplo, se tiene un juicio de probabilidad. De acuerdo con esta postura, la inducción es un medio para obtener previsiones:
la vida cotidiana muestra casos en los que, en una situación dada, se requiere una decisión, que se toma según los indicios que
muestran algún grado de seguridad; sin embargo, cabe aclarar que la decisión no se deduce de aquella indicación ni la conducta
contraria implica contradicción. Además, esta visión pragmática de la inducción incluye la posibilidad constante de revisar y
eliminar los posibles errores.
Método deductivo. Etimológicamente, la palabra deducción proveniente del latín deductio, significa "sacar consecuencias", por tanto,
expresa la relación por medio de la cual una conclusión se obtiene de una o más premisas. El método deductivo es una operación lógica
que parte de principios admitidos comúnmente como ciertos o conocimientos de carácter general, a fin de inferir conclusiones
particulares a partir de ellos. Es un proceso de carácter racional que pasa de una proposición a otras proposiciones, con el objetivo de
llegar a una proposición límite, que es la conclusión del proceso. Las proposiciones de las que obtenemos las conclusiones se denominan
antecedentes o premisas, y a la conclusión, que es otra proposición, se le llama consecuencia. Tomada en un sentido amplio, la deducción
se presenta como el acto de inferir una verdad de otra u otras; en este contexto, en todo razonamiento o discurso hay deducción, pues
conseguimos una verdad desconocida de otra u otras que conocemos. “Una definición hoy muy común y que se aplica a todas las formas
de deducción, es la que sostiene que en el proceso deductivo se derivan ciertos enunciados de otros enunciados de modo puramente
formal, esto es, en virtud sólo de la forma (lógica) de los mismos".
Si para deducir partimos de una sola proposición o premisa, estamos frente a la deducción inmediata; si nuestra operación la
efectuamos por medio de dos o más proposiciones o premisas, la deducción se llama mediata.
En el silogismo, forma típica del método deductivo, encontramos únicamente dos premisas, de las cuales la primera, por ser más
general que la segunda, recibe el nombre de mayor, y a la otra se le conoce como premisa menor. Ejemplos: todos los hombres son
sujetos de derecho (premisa mayor), los negros son hombres (premisa menor), luego los negros son sujetos de derecho (conclusión);
todos los planetas tienen forma redonda (premisa mayor), la Tierra es un planeta (premisa menor), luego la Tierra tiene la forma
redonda (conclusión).
Las conclusiones se obtienen mediante la aplicación de la primera proposición o premisa (mayor) a la segunda (menor); a su vez, cada
premisa cuenta con dos términos, y la conclusión también, pero entre las dos premisas sólo existen tres términos: el mayor, el menor
y el medio; este último sirve de enlace para efectuar la inferencia o aplicación de la primera premisa a la segunda y obtener así la
conclusión.
A juicio de Abbagnano, las características fundamentales de la teoría deductiva aristotélica , son: la multiplicidad de las premisas y la
universalidad de las mismas; respecto del término medio, señala que es indispensable porque la atribución de un predicado a una cosa
puede sólo hacerse con referencia a la sustancia de la cosa misma, y sólo en virtud de esta referencia se determina la cualidad
(afirmación o negación), la cantidad (universal o particular) y la modalidad (esencial o accidental) de la atribución deducida; estima
que la universalidad de las premisas se deduce del hecho de que deben referirse al objeto en su totalidad, o sea, a la sustancia o esencia
necesaria del objeto mismo; así, pone como ejemplo, que para Aristóteles el silogismo perfecto es la deducción perfecta, es
decir, aquella en la que las premisas contienen lo necesario para la deducción de la conclusión.
Siendo la deducción un tránsito de lo universal a lo particular o menos universal, supone principios conocidos de antemano, que son
las verdades universales, de las cuales inferimos otra verdad particular o menos universal. Y como nada podría demostrarse si todo
se hubiese de demostrar, hay que admitir que la deducción, que es una especie de demostración, supone verdades o
principios indemostrables, pero que no necesitan de demostración a causa de la gran evidencia de que están dotados.
Para Elí De Gortari la deducción es un proceso lógico mediante el que, partiendo de uno o más juicios que expresan conocimientos
adquiridos o por lo menos postulados, se deriva otro juicio en que se expone un conocimiento menos general o, lo que es lo mismo,
particularizado e implicado en los antecedentes; es una operación analítica para descubrir la interconexión de los
conocimientos adquiridos y para formar hipótesis de trabajo en la investigación científica, no obstante, aclara que en ésta se expresa
de manera más completa la conexión entre los conceptos y los juicios.
Irving M. Copi y Carl Cohen sostienen que la distinción entre deducción-de la que se dice que es una inducción que va de lo general
a lo particular- e inducción -que va de lo particular a lo general- es insatisfactoria. Estos autores consideran que un argumento
deductivo tiene la pretensión de que sus premisas proporcionen fundamentos concluyentes para su conclusión. Cuando el razonamiento
en un argumento deductivo es correcto, se le llama válido; cuando es incorrecto, se le llama inválido. Si un argumento de este tipo no
es sólido, por no ser válido o porque sus premisas no son verdaderas, no sirve para establecer la verdad. En cambio, un argumento
inductivo tiene una pretensión muy diferente; no que sus premisas sean fundamentos para la verdad de su conclusión, sino que
solamente proporcionan cierto apoyo a su conclusión. Los argumentos inductivos, por tanto, no pueden ser "válidos" o "inválidos" en
el sentido en que estos términos se aplican a los argumentos deductivos. Aclaran que es posible evaluar los argumentos inductivos
como mejores o peores, de acuerdo con el grado de apoyo que sus premisas dan a sus conclusiones, y que cuanto mayor sea la
probabilidad o verosimilitud que sus premisas confieran a la conclusión, más alto será el mérito de un argumento inductivo. Pero
esa probabilidad, puntualizan, aunque las premisas sean todas verdaderas, está muy lejos de la certeza.
La diferencia fundamental entre estos dos tipos de argumentos radica en las afirmaciones que se hacen acerca de las relaciones entre
premisas y conclusión. Los argumentos deductivos son aquellos en los cuales se afirma la existencia de una relación muy estrecha y
rigurosa entre premisas y conclusión. Si un argumento deductivo es válido, entonces, dada la verdad de sus premisas; su conclusión
debe ser verdadera sin importar qué otra cosa sea cierta. Por ejemplo, si es verdad que todos los humanos son mortales y si es verdad
que Sócrates es humano, entonces debe ser verdad que Sócrates es mortal, independientemente de cualquier otra verdad que pueda
haber en el mundo y de qué premisas se añadan o qué información se descubra [...] Si un argumento es válido, ningún hecho adicional
del mundo puede hacerlo más válido; si una conclusión se ha inferido válidamente de un conjunto de premisas, ningún otro elemento
que se añada al conjunto puede otorgarle una validez mayor o más estricta al argumento.
Para José Antonio Alonso la deducción es, ante todo, un método de demostración, en el que se infieren las consecuencias lógicas a
partir de unas premisas ciertas, ya que a partir de premisas válidas llegamos a la verdad de la conclusión por medio de la aplicación
de estructuras lógicas adecuadas. Por el contrario, la inducción para este autor es la lógica de la justificación de los nuevos enunciados
de la ciencia empírica.
Una gran parte de nuestros razonamientos en la vida cotidiana es una combinación tanto de argumentos inductivos como deductivos:
partimos de la inducción y enseguida usamos las conclusiones inductivas como premisas del razonamiento deductivo; integramos
conclusiones deductivas a resultados inductivos, después efectuamos otras deducciones y así sucesivamente.
El método deductivo se utiliza en todas las disciplinas científicas; pero es más apropiado al procedimiento que siguen las ciencias
abstractas y racionales, por ejemplo la filosofía, la lógica, las matemáticas, las ciencias culturales; es decir, disciplinas que requieran
pruebas formales y que no tengan directamente como objeto la experiencia, sino el desarrollo de conceptos y juicios, a partir de ciertas
premisas; la inducción, por otro lado, es el de las ciencias experimentales.
Que las observaciones empíricas impliquen ciertos principios racionales, como al principio de causalidad, del cual estamos seguros,
aun antes de haber efectuado ninguna experiencia, así como el papel preponderante que desempeña la hipótesis en las denominadas
ciencias fácticas, implica un cierto desplazamiento del método inductivo en favor del deductivo.
Giorgio Del Vecchio refiere que las ciencias suelen clasificarse en deductivas e inductivas, dependiendo del método que empleen;
pero que esta distinción tiene un valor relativo, porque en general las ciencias se sirven, en distinta medida, de ambos métodos. Señala
que se observa que muchas ciencias fundadas en la inducción, a medida que avanzan, tienden a convertirse en deductivas. Esto
acontece en especial cuando después de llegar de manera inductiva a ciertos resultados, éstos se toman como premisas, para proceder
en forma deductiva al conocimiento de otros hechos particulares. Menciona como ejemplo a la astronomía, que asumió un carácter
deductivo después de fijar, sobre la base de numerosas experiencias, el principio de la gravitación universal. Reconoce que si bien los
dos métodos (deductivo e inductivo) son distintos, no son, empero, contradictorios ni excluyentes, sino que en cierto aspecto se
combinan, se integran y es posible entre ellos una mutua ayuda y avenencia. Luego de realizar un determinado número de
observaciones, es posible llegar a la generalidad -que tendrá en tal caso origen inductivo- y proceder ulteriormente por deducción.
Con el argumento de que poseemos dos especies de cognición: la empírica, que se funda sobre la observación externa (a posteriori),
y la racional, que deriva directamente de nuestro intelecto (a priori), Del Vecchio precisa que la primera nos indica que algunos hechos
suceden de cierto modo; pero no implica que no pudieran acontecer de manera diversa (señala sólo que hasta un momento dado de la
investigación experimental las cosas se han mostrado de cierta manera); el hecho, menciona por ejemplo, de que los cisnes que se ven
en Italia sean blancos, no significa que no existan también de otro color; en efecto, en Australia se descubrieron cisnes negros. La
verdad racional, por el contrario, jamás puede desmentirse por medio de la experiencia; así, pone como ejemplo que si afirmamos que
la suma de los ángulos internos de un triángulo vale dos rectos, decimos que esto es y será siempre verdad para cualquier triángulo
posible, porque afirmamos una verdad correspondiente a las leyes de nuestro pensamiento, que siempre serán válidas y se imponen a
los hechos o, mejor, están necesariamente en correspondencia con ellos. Concluye que podremos fundarnos siempre, y con absoluta
seguridad, en razonamientos deductivos, en verdades racionales, a diferencia de lo que sucede en relación con las verdades empíricas,
en las que conviene proceder con cautela a fin de evitar convertirlas en axiomas o dogmas.
Sin la capacidad deductiva, mencionan Pedro Olea Franco y Francisco L. Sánchez Del Carpio, el hombre estaría condenado a repetir
siempre los mismos errores, pues tendría que esperar cada caso particular sin que lo precediera ningún recuerdo. En cambio, al emplear
la deducción ubica un problema o fenómeno sin aparente conexión con los datos ya conocidos. Con el método teórico deductivo,
agregan, es posible organizar el pensamiento y generar otros métodos; nos ayuda a conceptuar, de manera más general, toda clase de
circunstancias; nos permite adelantarnos a los hechos y abstraer, para su consideración individual, partes de un todo.
Método de análisis. La palabra análisis, de acuerdo con su sentido etimológico proviene del griego analysis, y significa "desatar,
desligar, deshacer, distinguir y separar las partes de un todo".
El método de análisis consiste en una operación que se realiza con el propósito de conocer los principios o elementos del objeto que
se investiga, para examinar con detalle un problema. Al desintegrar o descomponer un todo en sus partes se nos posibilita el estudio,
con mayor detenimiento, de cada uno de sus elementos, y la determinación de los tipos de relaciones que se establecen entre ellos y
con respecto del todo. El conocimiento de la naturaleza de las partes o los elementos hace posible la comprensión de la esencia de un
todo.
El procedimiento de este método consiste en una resolución, esto es, una actividad encaminada a transformar lo complejo en simple;
por eso también se conoce como método de resolución o método resolutivo.
El todo -del que se realiza un análisis- puede ser cualquier objeto, es decir, real, ideal o cultural. En otras palabras, es posible que sea
de carácter material (por ejemplo, objetos del reino mineral) o de índole racional (como en el caso de las leyes, las hipótesis, las
teorías, etc.), y por ello se clasifica en análisis empírico y análisis racional.
El método de análisis puede combinarse con el método comparativo, y así se logra efectuar un estudio para encontrar las semejanzas
y diferencias de una serie de elementos que han sido separados. Asimismo, puede vincularse con procedimientos empíricos, por
ejemplo las observaciones, las encuestas y las experimentaciones, o también con el método descriptivo, y así se señalan, se detallan y
caracterizan cada uno de los elementos de un objeto.
La abstracción desempeña un papel importante en el análisis de objetos ideales pues en virtud de ella se aíslan las partes de un objeto de
esta naturaleza. Podemos proceder, como sugiere Descartes, dividiendo cada una de las dificultades, comenzando por los objetos más
simples y más fáciles de conocer, para luego ascender gradualmente hasta el conocimiento de los más complicados.
Como momentos del método de análisis se precisan: la observación, la crítica, la comprensión y la generalización. El análisis de los
objetos ″ puede realizarse separando uno de los otros conceptos de que la cosa analizable se compone, como en el análisis químico, o
considerando aparte las cualidades que no pueden naturalmente existir más que unidas, como la forma y el color de un objeto.
El análisis se efectúa en el procedimiento de la investigación y en toda actividad que pretenderla ir de lo concreto a lo abstracto, de los
efectos a sus causas. Las operaciones de análisis se realizan en los procesos de investigación científica y filosófica, con el fin de
desentrañar, describir e interpretar los objetos; la intención es la misma: poner en descubierto sus partes integrantes, proceder al estudio
de sus elementos constitutivos y descubrir sus causas y propiedades.
El método analítico procede de lo complejo lo simple, a sus elementos componentes; se dirige a conseguir previo conocimiento del todo,
el entendimiento de sus partes. El análisis es útil silo que buscábamos es establecer relaciones e implicaciones en los objetos de nuestras
indagaciones.
Como una variante de este método de análisis está el método e análisis lógico-lingüístico o método analítico-lingüístico, que tiene la
finalidad como lo indica Mauricio Beuchot, de desentrañar los elementos y los principios lógicos de lo que se examina.
Este análisis se ha diversificado mucho, advierte e autor, pero tiene la característica común de ser un método que borda los problemas a
partir de la expresión para llegar a lo factico, y hacerlo con la única finalidad de clarificar el lenguaje sin tratar de reformularlo o
reconstruirlo.
En dirección semejante al método analítico-lingüístico está el método de análisis conceptual, cuyo propósito estriba en clasificar los
conceptos y llegar a las definiciones que gocen del máximo posible de precisión y rigor.
Estos dos métodos, el analítico-lingüístico y el de análisis conceptual, llevados hasta el extremo por el neopositivismo, nos conducen
hasta un empirismo de corte radical. El defecto de esta corriente, respecto de la aplicación del análisis, es reducir la filosofía a la lógica
y limitar todos los problemas a conflictos derivados del lenguaje. Sin embargo, debemos reconocer que el análisis, lejos de detenerse en
la disolución o ceración de los elementos de los problemas, nos ayuda a solucionarlos.
Método de síntesis. Etimológicamente, la palabra síntesis, qu proviene del griego sythesis, denota unificación, coordinación o
composición. El significado actual es muy parecido: acto de indagar las partes del todo, operación de reconstrucción de elementos que
están separados.
Mediante este método se une diversas representaciones y se construyen una totalidad única. Esto presupone el conocimiento de los
aspectos las relaciones básicas de las partes que integran tal unidad. Con una perspectiva de totalidad de unidad, podemos pasar de los
constituyentes a lo constituido, del simple a lo compuesto.
La síntesis, así como el análisis, puede versar tanto sobre objetos reales como ideales y culturales; es decir existen síntesis materiales
(como las que realizan los físicos, los químicos y los biólogos) y síntesis racionales, que se efectúan con productos del pensamiento
(corno la de psicólogos, sociólogos, historiadores y juristas, por ejemplo). El método de síntesis, que es un procedimiento fundamental
del conocimiento porque implica un proceso de integración- nos permite proceder a la combinación de los elementos más simples en
formas más elaboradas, reunir las partes de un todo de una manera ordenada y sistematizada.
El método de síntesis consiste en una actividad que se realiza con el propósito de organizar, con una visón global e integral, los elementos
componentes; la vía es ir de los detalles al conjunto. Al proceder de esta forma integrando en un ante compuesto sus elementos
constitutivos, se consigue el conocimiento del todo mediante el previo conocimiento de las partes que lo componen. Con el nombre de
síntesis también se designa el resultado de dicha actividad.
Mediante este procedimiento no se busca la simple tarea de agregación de elementos, sino un complejo que goce de nuevas cualidades,
que se manifiestan precisamente por la combinación y conjunción de los componentes. Como ejemplos de síntesis racionales tenemos
las leyes, las hipótesis, los principios y los conceptos universales, pues cada uno de estos incluye la organización de datos o elementos
en una forma determinada.
De acuerdo con Raúl Gutiérrez Sáenz, la síntesis permite a los científicos encontrar unidad en donde parece haber elementos
desconectados, captar en una amplia visión el orden que hay entre elementos al parecer dispersos, o incluso opuestos y armonizar y dar
congruencia a los fenómenos. Añade que las grandes teorías explicativas del universo tienen origen en la mente del científico, en concreto
cuando logra captar relaciones en apariencia lejanas, pues al proceder así simplifica de manera notable la formulación del fenómeno
estudiado.
Eli De Gortari menciona que, en la ciencia, cada concepto representa una síntesis y que, igualmente, la hipótesis científicas se constituyen
como síntesis relacionadas que establecen la superación de los datos fragmentario y de las determinaciones particulares, y se generalizan
a manera de unidad en el plano de la posibilidad; asimismo, considera que las teorías científicas representan la síntesis superiores del
conocimiento logrado.
Veamos enseguida la operación de síntesis en el ámbito del método dialectico, de la psicología y de la lógica. Con enfoque del método
dialectico se considera que la síntesis es la actividad que logra la conexión coherente de dos proporciones o perspectivas contradictorias
(tesis y antítesis), con lo que se obtiene (en este tercer momento) un punto de vista superior.
La asociación desde la perspectiva de la psicología, es una tendencia espontanea del individuo, que está presente en la sensación en la
precepción y en la representación y es la forma más elemental de la síntesis.
La actividad lógica es esencialmente sintética. Cada operación lógica es una síntesis o reunión de elementos de otras operaciones más
simples. El progreso lógico se realiza componiendo o dividiendo, pero es siempre la síntesis la que fija y da carácter a una nueva forma
de conocimiento […] La primera operación lógica es l concepto, cuya esencia es el ser unidad de representaciones. Sigue el juicio, que
es una síntesis de conceptos o de un concepto y una representación. Por último, la inferencia, cualquiera que sea forma, es una síntesis
de juicios o una nueva relación de concepto de carácter mediato.
Conjugación del método analítico y del método sintético. El análisis y la síntesis son dos actividades inversas entre sí; mientras una va
del todo a la parte, de lo uno a lo múltiple, la otra se dirige de la pare al todo, de lo múltiple, la otra se dirige de la parte al todo, de lo
múltiple a la unidad. En cierto momento del proceso cognoscitivo se contraponen, pero en otros se complementaran, pues la mayor parte
de los métodos se apoyan en ellos de manera conjunta.
Ambas operaciones abarcan tanto al mundo ral como el ideal, y se enriquecen recíprocamente. En el desarrollo de un trabajo intelectual
completo se recurre a esta doble operación. Si tomamos como paradigma el silogismo, observaremos que en él hay análisis y síntesis de
juicios.
Análisis y síntesis son dos operaciones que se dan en la evolución de las ciencias: no son excluyentes entre sí. En la elaboración de una
ley científica, por ejemplo, se parte de observaciones y experimentaciones, que son procedimientos analíticos, para llegar a la inducción,
procedimiento sintético que efectúa una generalización.
La marcha del pensamiento se caracteriza por una alternancia, por movimientos sucesivos de análisis y síntesis. Par Eli De Gortari el
proceso es el siguiente: en primer lugar se analizan las manifestaciones inmediatas de la existencia, descubriendo sus aspectos
elementales; luego estos elementos se sintetizan en la reconstrucción cognoscitiva de la existencia que se formula en la hipótesis
explicativa; después, cuando la hipótesis se convierte en teoría , se analiza la evolución de esta sencilla forma sintética, y se descubre
los elementos necesarios para practicar una síntesis superior.
De Gortari señala que el avance continuo del conocimiento científico va de la síntesis racional al análisis experimental, de la síntesis que
se realiza en el experimento al empleo de la razón analizadora, del análisis del experimento al empleo de la razón analizadora, del análisis
del experimento al desenvolvimiento sintético de la razón, y del análisis racional a la síntesis experimental. Con fundamento en lo
anterior, este autor considera que las leyes objetivas descubiertas por la ciencia, como síntesis del conocimiento logrado, sirven a manera
de instrumentos eficaces para analizar concretamente los nuevos descubrimientos de la investigación científica.
Método dialectico. Se apoya tanto en la inducción como la deducción, recurre al análisis y la síntesis y se caracteriza por la confortación
de ideas, el contraste de puntos de vista, a fin de llegar a un nuevo conocimiento.
Para Platón, el método dialectico implica un intercambio de afirmaciones y negaciones, en un contexto de dialogo. Para Hegel, el método
dialectico constara de tres frases: tesis, antítesis y síntesis, ante un primer planteamiento de la realidad (tesis) surge que la niega (antítesis),
y frente a ambas se presenta la síntesis como punto de vista que supera la contradicción.
Al método dialectico desde otro Angulo se lo concediera el arte de la discusión bien organizada. Así, para la confortación de pareceres
o posiciones y para la superación de las controversias, este método se presenta como o el más útil.
A veces se dice que la filosofía es una disciplina dialéctica. Esto significa que la filosofía procede por medio de un mecanismo de
argumentación y contrargumentacion. Por supuesto, todas las disciplinas dependen en alguna medida de la argumentación, pero en la
filosofía el razonamiento lógico desempeña un papel especialmente predominante. La explicación de esto es que la filosofía trata de
responder a preguntas tan fundamentales que es difícil encontrar algunos hechos empíricos específicos que resuelvan los problemas.
Cuando dos personas no estén de acuerdo sobre algún tema filosófico, el único camino de progreso abierto a ellas es considerar y
evaluar los argumentos y las objeciones de ambas partes. Por lo tanto, la investigación filosófica debe ser crítica y lógica si ha de
resultar de algún provecho. Para facilitar tal investigación debemos aprender a formular preguntas críticas sobre los argumentos con
los que nos topamos y a examinar las respuestas con perspicacia lógica. Estas son cuestiones de lógica y de sistemática.
Metido mayéutico. Se debe a Sócrates y se caracteriza por ser un procedimiento que ayuda a encontrar conocimientos mediante el uso
de interrogantes, hábilmente graduadas, que se plantean al interlocutor o a uno mismo; mediante el perfeccionamiento de las respuestas
brindadas nos acercamos a la verdad.
José Villanova refiera que para Sócrates el método de investigación filosófica era la mayéutica que consistía, según una imagen del
mimo Sócrates en ″partear″ las ideas, esto es, ayudar al parto de estas. Relata que partear ideas consiste en ir a la plaza pública e
interrogar, a cualquier que pasara, sobre algo presumiblemente su interlocutor tenía que conocer.
Hecho esto y obtenida una respuesta, Sócrates la criticaba de manera que obligaba a rectificarla. Una vez que conseguía la rectificación
volvía a criticar la nueva versión de la respuesta para obtener otra rectificación. Aclara que Sócrates no emitía un dictamen final, se
limitaba a criticar las opiniones ajenas, y su interlocutor iba mejorándolas conforme dicha critica.
Método experimental. Se caracteriza por crean las situaciones propias a fin de establecer científicos mediante la comprobación; por
medio de este se efectúa un estudio deliberado y controlado de los cambios que se presentan en un fenómeno determinado.
La experimentación es decir, el provocar artificialmente el hecho a los hechos que se quieren observar, per ite detectar los nexos casuales
y así, con base en estos, realizar la formulación de los principios científicos que los rigen.
Método fenomenológico. Propone considerar la esencia de los hehos y no los hechos en su individualidad concreta; es decir, buscar la
esencia de las cosas fenómenos, mediante la abstracción, omitiendo todo dato de carácter empírico. La finalidad de este método es
determinar las estructuras del objeto de investigación.
El punto medular de este método consiste en volver de los objetos a los actos de conciencia (vivencias) que nos ofrece, y en estudiar las
estructuras de conciencia con su generalidad ideal; es decir, como esencia.
Su proceso en el siguiente, según Husserl: La actitud natural consiste en recibir fielmente, del modo más natural, el fenómeno tal como
se da o se presenta. La reducción eidética consiste en practicar una selección entre los elementos esenciales y los accidentales. Por
ejemplo, al recordar un pentágono, le acompañamos de su tamaño y su color; estas son notas accidentales, no esenciales, del resultado
de la exclusión de esas cualidades no esenciales, obtenemos un residuo de notas que si son esenciales; esto es, el polígono de cinco lados;
luego vemos pues, que la actitud natural se ha reducido o trasformando en una conciencia empírica a la conciencia pura.
Método Sociológico. Este método que también se conoce con el nombre de método positivo por seguir los lineamientos que planteo el
positivismo de Comte y Spencer, se caracteriza por analizar y comparar los hechos que se observan en busca de la relación causal entre
ellos; es inductivo en el sentido de que parte de la observación empírica a fin de establecer leyes científicas.
Manuel Rodriguez Lapuente menciona que, para conocer cómo está formulada la sociedad y cómo funciona, es necesario aplicar el
método analítico; al igual que hacen los científicos, es preciso observar y distinguir las partes que componen el objeto de estudio, para
después en una operación de síntesis contraria a la anterior, ver cómo se conecta y actúan unas partes en relación con las otras hasta
reconstruir la unidad que constituye el conjunto. El autor india que este doble movimiento metodología implica también dos posibles
enfoques en el estudio de la sociedad: en primer término es posible detenerse en los elementos que conforman una sociedad, en sus
estructuras (enfoque estructuralista) y, en segundo lugar, determinar cómo funciones estos elementos, como se relaciona cada estructura
tanto en sí misma como con las demás (enfoque funcionalista). Agrega que el primer caso se trata de una visión estática (puramente
conceptual) y, en el segundo d una visión dinámica que permite percibir las estructuras sociales por medio de los procesos sociales.
De acuerdo con Juan Malde, los caracteres del método sociológico durkhemiano son: su independencia de todo la filosofía y de toda
doctrina práctica, su objetividad (los hechos sociales no deben reducirse a sus condiciones elementales, sean físicas, u orgánicas, y solo
reducirse a sus condiciones elementales, sean físicas u orgánicas, y solo pueden explicar, mediante otros hechos sociales). Este método
consiste en comparar los casos en los que los dos fenómenos están presentes o ausentes de manera simultánea e investigar si las
variaciones que adopten estas diferentes combinaciones de circunstancias demuestren que uno es la causa del otro. Más que ser de
naturaleza descriptiva, este método pretende dar cuenta de los hechos.
EL MÉTODO CIENTÍFICO
El método científico es el proceso y razonado que se sigue para la obtención de la verdad en el ámbito de la ciencia. Se integra una serie
de procedimientos racionales por medio de los que se plantean los problemas científicos y se ponen a prueba las hipótesis científicas.
Por método científico se entiende un procedimiento planeado y riguroso que se emplea en la investigación con el propósito de encontrar,
en el interior de cada parcela del saber científico, conocimientos generales, criterios y comprobables; de acuerdo con esta perspectiva,
es una forma de adquirir conocimientos un proceso que concierne a la formulación de nueva ideas que han de validarse o justificarse con
rigor racional.
Luis Ponce de León Armenta considera que las características del método científico son: a) se sustenta en la conformación sistemática
del saber, partiendo de la hipótesis para sí comprobación o desaprobación; b) busca la verdad; c) es un método abierto, puesto que permite
la concurrencia de hipótesis no puede comprobarse, se rechaza automáticamente, y e) es un método dinámico, porque permite el
planteamiento del problema investigado, su discusión y comprobación.
Asi este metodo científico –que recurre al análisis, a la síntesis y a la inducción como a la deducción- se constituye por un proceso lógico
que se proyecta, de manera articulada, para la solución de problemas, la adquisición y la explicación de conocimientos científicos, con
garantía de progreso y ahorros de esfuerzos. El método científico también puede enfocarse como el resultado de la actividad de las
ciencias; en este sentido se nos presenta como un producto de la experiencia racionalizada y probada, como un conocimiento adquirido
que permite, a su vez el desarrollo ulterior de la ciencia.
Debido a que el método en general es el procedimiento a que debe sujetarse nuestra mente para alcanzar el conocimiento, Jaime Mans
Puigarnau considera que el método científico será dicho procedimiento pero dirigido a conseguir el conociendo científico, esto es, el
conocimiento general, verdadero y cierto. A justo de este autor el método científico consiste en un conjunto de reglas que han de seguirse
para la investigación e las verdades que constituyen el objeto de las diversas ramas del saber y para su disposición articulada.
Para Eli De Gortan, el método científico comprende tres frases que tiene la característica d ser inseparables, pero que pueden distinguirse:
una fase indagatoria, de descubrimiento de nuevos procesos objetivos o de aspectos nuevos de los procesos conocidos; otra fase
demostrativa, de conexión racional entre resultados adquiridos y de comprobación experimental de los mismos; y una tercera fase
expositiva, en la que se afinan ls resultados para serir de material a nuevas investigaciones y comunicar a los demás el conocimiento
adquirido.
El método científico tiene aplicación en todo tipo de ciencias, tanto en las denominadas naturales como en las sociales. El método de la
ciencia es único, sin embargo, se particulariza y especializa en cada disciplina científica existente; esto es, se adapta a cada uno d los
dominios de las ciencias en razón d sus respectivos problemas, características y planteamientos singulares. En realidad, el método
científico procura lineamientos generales par que, con fundamento en ellas, se deriven los particulares que necesitan todas las disciplinas
referidas.
[…] dentro del método científico quedan incluidos todos los procedimientos que se aplican en la obtención y en la constitución del
conocimiento. De este modo, forman parte el método los procedimientos generales, las caracterizaciones específicas que ellos adquieren
en cada uno de los dominios científicos, las operaciones investigadoras, las secuelas demostrativas, las formas de exposición y las
técnicas de experimentación. Por su parte, los caracteres generales de los que particularizan en cada una de las disciplinas con arreglo
a la determinación especifica de los procesos estudiados: Por ello es que ni los procedimientos de investigación, ni las técnicas
experimentales, ni tampoco los desarrollos demostrativos son idénticos en todos los dominios científicos. No obstante características
comunes se mantienen en todas y cada una de sus determinaciones particulares.
Mediante la investigación metódica que realizan las disciplinas científicas, además de obtener nuevos conocimientos en las áreas
respectivas, se logra comprobar la eficacia del método o métodos empleados, ya que el método es un camino que se va perfeccionando
en cada investigación. El mejoramiento del método, a su vez conlleva el perfeccionamiento de conceptos, juicio y razonamientos y esto
redunda en beneficio de la actividad científica, en la actualización del método científico.
Los precursores del método científico, como la conoceremos en la actualidad, fueron Decartes, Galileo, Bacon, quienes se preocuparon
por dar con un método riguroso, con un método ″inventivo″, que les permitiera alcanzar nuevos conocimientos que pudieran
comprobarse. Descartes propone, en el desarrollo s su método, partir dl criterio de la evidencia de una manera gradual y ascendente
desde el punto de vista de su complejidad, y hacer enumeraciones completa y generales a fin de evitar omisiones; Galileo recomienda
confiar en os sentidos, apoyarse en las experiencias y basarse en la observación; por su parte, Bacon proclama el uso del experimento y
el razonamiento inductivo.
Las fases del método científico son: 1. El planteamiento del problema; 2 la formulación de la hipótesis; 3. La comprobación y
comunicación y comunicación de resultados.
Los elementos básicos de este método son: la observación, los problemas para resolver, el sistema conceptual que esta presenta en las
tres fases de este procedimiento lógico, la hipótesis, la experimentación respecto de ciertos fenómenos, el modelo científico, la
comprobación y su diseño las ciertos fenómenos el médelo científico, la comprobación y su diseño, las leyes, teorías, principios o
nociones y la comunicación de conocimientos adquiridos.
La observación. Es una actividad que incluye el examen atento del hecho o fenómeno que se estudia; en el ámbito social implica utilizar
los sentidos a fin de captar los hechos y realidades sociales presentes y al individuo en su contexto real; se trata de escudriñar los objetos
para encontrar en ellos problemas que han de resolver de manera científica.
Para conocer la realidad señala María Elena Chapa, es necesario observarla antes; aclara que toda observación exige una actividad
selectiva: quien quisiese observarlo todo, no observarla nada; observar es, entonces, observar algo, y ese algo depende del interés del
observador. Esta autor considera que observar no es, por tanto, hacer las cosas que se presente a la conciencia, sino que la conciencia se
presente a la cosas y, al hacerlo, llevar a cabo una elección; observar es una actitud que implica una actividad del espíritu. Puntualiza
que la observación científica es la actitud que busca metódicamente ciertas relaciones.
Planteamiento del problema. Por problema científico se entiende todo dificultad teórica o practica que le compete resolver a la ciencia,
toda cuestión que trata de aclararse, las situaciones que no tienen solución conocida y las preguntas que derivan de la observación
científica.
Cabe aclarar que las soluciones a las preguntas que surgen en la investigaciones científica originan nuevas preguntas, nuevos problemas
que motivan líneas novedosas de indagación de la realidad, y así sucesivamente. Se trata del hecho patente de la insatisfacción del
hombre respecto al conocimiento.
El planteamiento correcto de un problema y su descomposición facilitan obtener su solución, pues en el mismo problema encontramos
las bases para lograrla, además de que se parte de una serie de conocimientos adquiridos con anterioridad.
Leoncio Lara Sáenz propone las siguientes pautas para identificar y formular problemas: 1. el problema debe establecerse e identificarse
explícitamente; 2. el planteamiento del problema debe ser consecuente con el conocimiento actual y comprobado mediante la teoría
científica; 3. la resolución del problema debe ser viable, y es necesario apreciar las posibilidades reales del investigador -para llevarla a
cabo; 4. el problema debe tener importancia como asunto no resuelto en la investigación científica, es decir, debe ser relevante; 5. los
problemas deben identificarse y plantearse en forma clara y precisa, y de manera lógica; 6. el problema debe localizarse en algún sector
del conocimiento; 7. el método debe seleccionarse adecuadamente en la identificación y el planteamiento del problema; 8. el problema
deberá ofrecer soluciones adecuadas, es decir, de los componentes del problema se derivarán los elementos de la solución; 9. el problema
debe ser cierto y no un seudo problema; y 10. Para identificar el problema deben aplicarse los conocimientos existentes y no inventar
información 80.
Sistema conceptual. Los conceptos o, más propiamente dicho, el sistema, conceptual, son el elemento básico que facilita. La operación
del método científico. Los conceptos que crean los científicos, aunque algunos carecen de correlato empírico, son útiles y significativos
en todo contexto teórico.
Ander-Egg menciona que la ciencia se caracteriza porque se expresa mediante un lenguaje especial (que es un modo de leer la realidad)
y que los conceptos que utiliza son abstracciones, construcciones lógicas que produce el científico, expresadas de modo que den cuenta
del hecho o fenómeno que representan (simbolismo lógico) y que se expresan en un término concreto (simbolismo gramatical). Señala
que el concepto, que es distinto del fenómeno o cosa que representa, designa o simboliza, es un instrumento básico del método científico
que cumple con una serie de funciones generales: facilitar la comunicación, el diálogo y la discusión (función que comparte con el
lenguaje común); suministrar un esqueleto formal para categorizar y elaborar leyes y teorías; organizar la percepción mediante la
descripción de lo fáctico (por ejemplo, los conceptos de aire o luz), por medio de la interpretación (como son, entre otras, la tasa de
mortalidad o la evolución) o utilizando la -forma prescriptiva (normas o reglas de acción).
La hipótesis. Esta palabra, que proviene del griego hypothesis, significa, etimológicamente, "poner por debajo"; en la actualidad, por
hipótesis se entiende un enunciado o proposición que antecede a otros y constituye su fundamento.
En el ámbito científico, la hipótesis significa la explicación plausible, de tipo racional, de los hechos y fenómenos, y que se acepta
provisionalmente con el objeto de someterla a comprobación posterior. Admitida como principio, da lugar, por medio de deducciones,
a un sistema de proposiciones o teoremas, es decir, proposiciones demostrables, que junto con las definiciones constituyen el sistema
hipotético-deductivo.
La hipótesis es la tentativa de explicación verosímil de los hechos y fenómenos que se estudian. Constituye la respuesta o respuestas
que, como argumento interino, se dan a los problemas detectados, una suposición que permite establecer y explicar relaciones entre los
hechos que se analizan.
Rosaura Ruiz Gutiérrez señala que el valor de la hipótesis consiste en que es un incentivo para buscar la verdad y una clave para saber
dónde podemos encontrarla.
La experimentación. Actividad _dirigida a. modificar la realidad con el propósito de crear el fenómeno que se investiga y observarlo; se
trata de una operación en virtud de la que se determinan los fenómenos para probar en ellos sus propiedades y encontrar sus causas.
Respecto a la experimentación, Mario Bunge indica que es capaz de calar más hondo que la observación, ya que efectúa cambios en
lugar de limitarse a registrar variaciones: aísla y controla las variables sensibles o pertinentes. En este orden de ideas manifiesta que, sin
embargo, los resultados experimentales pocas veces son interpretables de una sola manera y que no todas las ciencias pueden
experimentar. Pone el ejemplo de ciertos sectores de la astronomía y de la economía, que alcanzan una gran exactitud sin ayuda del
experimento, lo que prueba que las ciencias fácticas no son por necesidad de tipo experimental.
El modelo científico. El modelo en el terreno científico se intriga conjunto de acciones referentes al planteamiento de problemas, a la
formulación de hipótesis y a la forma de comprobación de estas últimas.
Por modelo se entiende la abstracción que se realiza de la realidad que se investiga, a fin de facilitar el examen de las relaciones entre
los elementos de un sistema.
Esencialmente, un modelo es una representación de la realidad, con la que se trata de reducir la variedad y complejidad del inundo
real mediante el uso del lenguaje simbólico. En ello reside su ventaja (facilitar la manipulación de datos) y su desventaja (la complejidad
y variedad de la realidad se escapa a las excesivas simplificaciones). Sin embargo, los modelos constituyen auxiliares efectivos y útiles
para hacer avanzar el pensamiento por los caminos más seguros y precisos, aunque nunca son sustitutos de la tarea de pensar".
Existen diferentes tipos de modelos: físicos, lógicos, matemáticos, teóricos y empíricos, entre otros. Cada uno provee determinadas
formas para el diseño de prueba de las hipótesis, en razón de la naturaleza o tipo de objeto que se investiga y de las características de los
problemas que se abordan.
Diseño de la comprobación científica. Mediante este elemento se procede a elaborar un plan o esquema de la comprobación de las
hipótesis planteadas al inicio de la investigación; comprende la adecuación de formas metódicas con el propósito de proyectar las
validaciones de los conocimientos adquiridos.
Si el objeto de conocimiento es ideal, dice Lara Sáenz, la comprobación científica requiere la demostración, lo que implica el uso de
razonamientos, la formulación de postulados, el establecimiento de definiciones o la determinación de leyes. En cambio, si la
comprobación científica se refiere a objetos reales, se utilizará la verificación, que reclama especialmente las vías de la observación; esto
es, la toma de datos directamente de fenómenos o conductas, por medio de testimonios de terceros, de la experimentación o de
instrumentos que permiten, a su vez, obtener datos y estadísticas que, generalizados hagan posible validar una hipótesis.
La comprobación. Ya que una característica de los conocimientos científicos es que se trata de conocimientos probados, la
comprobación de la o las hipótesis es un elemento básico del método científico; se trata de poner a prueba los conocimientos adquiridos,
para que puedan explicarse de forma crítica.
La sistematización permite enlazar los nuevos conocimientos con el conjunto de los conocimientos anteriores; de tal manera que,
partiendo de uno de sus elementos, se puede llegar racionalmente a cualquier otro de los elementos del sistema, ya sea de manera directa
o mediata. Por consiguiente, por medio de la sistematización de la ciencia se consigue explicar recíprocamente a unos conocimientos
por otros.
De este modo, la sistematización consiste primordialmente en probar o demostrar racionalmente un nuevo conocimiento, con fundamento
en el sistema va establecido con los conocimientos anteriores. Para esto se • emplean generalmente la deducción y la inducción. Así,
partiendo de un juicio comprobado se infieren sus consecuencias y se consigue una prueba por síntesis deductiva.
Rosaura Ruiz establece que la prueba de las hipótesis o teorías implica, por lo menos, cuatro actividades:
1. La hipótesis debe examinarse en cuanto a su consistencia interna, lo que supone que si una hipótesis es seudocontradictoria, ambigua
o no está lógicamente bien formulada, debe rechazarse, a menos que la inconsistencia o ambigüedad se elimine.
2. La estructura lógica de una hipótesis debe examinarse para averiguar si tiene valor explicativo; esto es, si hace inteligible, en algún
sentido, b al fenómeno observado, si ayuda a comprender por qué el fenómeno observado de hecho ocurre como se observa.
3. La hipótesis debe examinarse en cuanto a su consistencia con hipótesis y teorías comúnmente aceptadas en el campo particular de la
ciencia; es decir, si representa algún avance respecto a otras hipótesis bien establecidas. Esto es lo que por lo común se presenta; sin
embargo, la falta de consistencia con otras teorías no siempre es razón para rechazar una hipótesis, motivo por el que se reconoce que
algunos de los grandes avances científicos ocurren cuando se muestra que una hipótesis ampliamente sostenida se reemplaza por otra
nueva, que explica los mismos fenómenos como la hipótesis preexistente, así como otros que ésta no podía explicar.
4. En el ámbito de las ciencias fácticas, la hipótesis científica debe probarse de manera empírica, indagando si las predicciones acerca
del mundo de las experiencias derivadas como consecuencias lógicas de la hipótesis, concuerdan o no con lo que se observan.
Leyes, teorías, principios o nociones explicativas. Las leyes son proposiciones de carácter general que exponen una relación regular
que ha sido probada respecto a ciertas clases de hechos; implican el principio de causalidad, ya que se refieren a la vinculación constante
entre el antecedente y el consecuente. Mediante leyes e hipótesis confirmadas podemos relacionar determinado orden de fenómenos.
El conocimiento científico inserta los hechos singulares en pautas generales llamadas leyes naturales o leyes sociales. Tras el desorden
y la fluidez de las apariencias, la ciencia fáctica descubre las pautas regulares de la estructura y del proceso del ser y del devenir. En la
medida en que la ciencia es legal, es esencialista: intenta llegar a la raíz de las cosas. Encuentra la esencia en las variables relevantes y
en las relaciones invariantes entre ellas [...] Solía creerse que explicar es señalar la causa, pero en la actualidad se reconoce que la
explicación causal no es sino un tipo de explicación científica. La explicación científica se efectúa siempre en términos de leyes, y las
leyes causales no son sino una subclase de las leyes científicas. Hay diversos tipos de leyes científicas y, por consiguiente, hay una
variedad de tipos de explicación científica: morfológicas, cinemáticas, dinámicas, de composición, de conservación, de asociación, de
tendencias globales, dialécticas, teleológicas, etcétera.
Las teorías científicas son instrumentos metódicos, porque implican un sistema deductivo en el que se obtiene consecuencias observables
de la combinación de hechos observados con hipótesis fundamentales.
Por teoría se entiende un esquema explicativo que expone los hechos con una naturaleza y características particulares, que muestra la
constitución de los fenómenos de manera determinada. Las teorías pueden provenir de hipótesis generales o de la vinculación coherente
de leyes científicas.
Arturo Rosenblueth, citado por Ponce De León Armenta, concibe la teoría como un cuerpo de doctrina científica aplicable a un grupo
amplio de hechos o fenómenos y que implica correlaciones entre eventos de distinta índole.
Con el término teoría también se designa a los sistemas de hipótesis cuyas consecuencias se aplican a toda una ciencia o parte de ella, y
que son susceptibles de comprobarse. La teoría es una construcción de tipo especulativo que establecemos para vincular las
consecuencias a los principios. Es una síntesis hipotética, de carácter explicativo, que acepta la comunidad científica.
Por principio científico se entiende el elemento básico, fundamental, de la construcción científica; el origen o la razón primordial de un
razonamiento o discurso en el interior de la ciencia.
Los principios que rigen la formación metódica de teorías, según Elí De Gortari, son la simplicidad, la regularidad y la continuidad. De
acuerdo con el primero hay que adoptar la explicación más simple entre todas las posibles, además de que los postulados iniciales
expresados en lenguaje lógico o matemático deben ser el número más reducido posible. El segundo se refiere a que los procesos
universales se rigen por leyes. El tercero establece la imposibilidad de efectuar una división radical en el continuo uniforme que es el
universo; este principio permite la conexión entre las teorías, como partes del continuo indisoluble del conocimiento que, a su vez, refleja
el continuo inseparable del universo.
La comunicación de conocimientos adquiridos. El conocimiento adquirido en el ámbito científico es comunicable. Se expresa
mediante información, que se divulga a fin de hacer posible la confirmación y contribuir al mejoramiento de la educación general. Utiliza
por lo común el procedimiento deductivo.
Metodología.- Conjunto de métodos que se siguen en una investigación científica, un estudio o una exposición doctrinal.
M Metodología General. Se refiere a los procesos comunes que utilizan las disciplinas científicas, tanto para adquirir
como para sistematizar y transmitir sus conocimientos.
E Metodología Especial. Por su parte, remite al estudio de o los métodos propios de cada ciencia.
E
Método Jurídico.- es el proceso que permite relacionar las dimensiones jurídicas y
N
y la Metodología Jurídica
El Método Jurídico está orientado tanto a la adquisición, sistematización, y trasmisión de conocimientos
jurídicos como a la solución de conflictos en el ámbito del derecho.
T Metodología jurídica.- Es una forma d abordar, desde los punto de vista gnoseológico,
lógico y axiológico, las realidades y dimensiones jurídicas.
I
F
I Iusnaturalismo
Iuspositivismo
C
Corrientes epistemológicas-jurídicas Metodologías jurídicas Iusociologismo
O particulares lusnormativismo
1.3 CORRIENTES EPISTEMOLÓGICO-JURÍDICAS
El pensamiento jurídico contemporáneo no es homogéneo, uno de sus rasgos es que se orienta hacia direcciones diferentes, muchas veces
antagónicas. La razón de las contradicciones que presentan las diversas trayectorias consiste en las concepciones que los tratadistas e
investigadores jurídicos están influyendo por una serie de factores generales y particulares. Como factores de carácter general podemos
mencionar los siguientes: la concepción que se tenga de la filosofía (en especial en lo que se refiere a los problemas gnoseológicos) y
de la ciencia, así como las distintas concepciones del mundo; como factores de tipo particular encontramos la visión de la problemática
y de los temas de la filosofía del derecho y de la ciencia jurídica, al igual que la perspectiva que se asuma en el estudio de la
realidad jurídica.
No cabe duda de que la filosofía del derecho es un buen termómetro para valorar una época, Gregorio Robles, quien argumenta que su
conexión con temas tan dispares (gnoseológicos, ontológicos, antropológicos, morales, políticos y los estrictamente jurídicos), y en
especial con la vida política y social de los hombres, haca posible considerarla una atalaya privilegiada, desde la que puede contemplarse
la vida humana. Este autor puntualiza que el intento del filósofo consiste hoy, como siempre, en encontrar nuevos caminos, no en cejar
en el empeño de encontrar la verdad.
La compleja realidad jurídica nos muestra que en ella intervienen, entre otros, los siguientes datos o elementos: bilógicos, psicológicos,
históricos, económicos, ideológicos, normativos, sociológicos, lógicos y éticos. El enfoque que se realice de estos elementos
determinará las respectivas posturas de los tratadistas: unos se centrarán exclusivamente en el normativo, y así tenemos la visión
normativista del derecho, otros, en elementos empíricos.
Lo que da lugar a diversas tendencias: biologicismo jurídico, economicismo jurídico, sociologicismo jurídico; otros dirigirán la mirada
a elementos valorativos o morales, lo que propiciará un eticismo jurídico; lo que se consideran que la realidad última del derecho es de
un orden estructurado racionalmente, originan el racionalismo jurídico.
A lo largo de la historia del derecho encontramos que han existido muchas explicaciones de qué es el derecho y cómo podemos
conocerlo. Sin embargo, la mayor parte son enfoques unilaterales que se realizan de un elemento determinado que constituye el derecho,
por lo que se presentan la desventaja de omitir el estudio de las demás dimensiones que lo integran. Abundan posiciones extremas del
pensamiento jurídico. Unos, al hablar del origen de la conciencia jurídica del hombre se circunscriben a la consideración de las
condiciones reales que imperan en la sociedad y desarrollan una teoría objetivista, sin interesarles el tema axiológicos; otros, en cambio,
han contribuido a erigir una teoría subjetivista en la que, al omitir las condiciones reales que imperaban las condiciones reales que
imperan efectivamente en un sociedad, hacen depender el elemento central de la espontaneidad y de la inspiración del sujeto.
Lo que une a muchas posturas que investigadores y tratadistas del derecho han desarrollado es la forma en que se ha de abordar el
fenómeno jurídico, esto es, el método jurídico. Las consideraciones generales del derecho que han realizado ciertos autores se vinculan
con los postulados y las propuestas de otros. Por tanto, estas consideraciones pueden agruparse para, que un conjunto, se presenten a
manera de corrientes o escuelas del pensamiento jurídico. Las consideraciones generales del derecho que han realizado ciertos autores
se vinculan con los postulados y las propuestas de otros. Por tanto, estas consideraciones pueden agruparse, para que, en conjunto, se
presenten a manera de corrientes o escuelas del pensamiento jurídico. Proceder de esta forma, además de la ventaja de carácter sistemático
que esto presenta, nos permitirá analizar mejor cada propuesta de las escuelas.
Cabe aclarar que necesitamos reconocer que la ubicación de un autor determinado en cierta corriente del pensamiento jurídico no
significa que, desde otro aspecto, no pueda considerársele partidario de otra escuela; es decir, a manera de ejemplo, encontramos autores
que postulan el carácter normativo del derecho, pero sin desconocer la importancia del elemento social, o bien autores que centran su
atención en el estudio de los valores, aunque aceptan la dimensión de la positividad.
Una característica del pensamiento jurídico moderno es el problema de la posibilidad y la crítica del conocimiento jurídico, con lo que
está presente el asunto metodológico. Podemos considerar los postulados de las escuelas o corrientes, debido a las propuestas que realizan
para conocer la realidad jurídica, un enfoque epistemológico-jurídico, es decir, un método para conocer el derecho.
Como principales corrientes del pensamiento jurídico están el iuspositivismo y el iusnaturalismo. Si partimos del escepticismo filosófico
encontramos el positivo jurídico, que se centrará en el elemento normativo del derecho en la dimensión social que éste presenta. El
iusnaturalismo, por su parte, enfoca el estudio del derecho desde la perspectiva filosófica del realismo crítico; para ello realiza
investigaciones jurídicas de naturaleza ontológica y deontológica basadas en el análisis de la naturaleza humana. Cabe mencionar que
estas escuelas del pensamiento jurídico son las que orientan las tendencias de las demás escuelas o corrientes. Así, encontramos que
están vinculadas a la corriente del positivismo jurídico entre otras, la escuela de la exégesis, la de jurisprudencia de conceptos y la
escuela del sociologicismo jurídico. Las que se relacionan con el iusnaturalismo son la jurisprudencia de valores y el tridimensionalismo
jurídico.
A pesar de la lucha doctrinal actual, se encuentran salvo posturas extremas, ciertas convergencias en el pensamiento jurídico: se reconoce
la necesidad de elaborar y sistematizar conceptos, no como un fin en sí mismo, sino como una actividad encaminada a la mejor
comprensión y aplicación del derecho; se acepta la importancia que tienen para el jurista el estudio y la observación de la realidad social
del derecho; y se admite la trascendencia del estudio objetivo de lo fines y de las funciones del derecho.
Enseguida se presentan la propuestas metodológicas de las corrientes siguientes: iuspositivismo, iusnaturalismo, escuela de la exégesis,
escuela del historicismo jurídico, escuela del utilitarismo jurídico, escuela del derecho libre, jurisprudencia de conceptos, jurisprudencia
de intereses, jurisprudencia valorativa, jurisprudencia sociológica y la del tridimensionalismo jurídico.
EL POSITIVISMO JURIDICO
Esta corriente del pensamiento jurídico tiene como antecedente el positivismo, esto es, la corriente de la teoría del conocimiento que
pretende explicar, desde el punto de vista material, únicamente por medio de la experiencia, todos los fenómenos y todos los procesos
humanos, tanto individuales como colectivos. Desde el punto de vista gnoseológico, el positivismo, por renunciar sistemáticamente a
abordar problemas metafísicos y valorativos a los que considera vagos o inútiles, conduce hacia el escepticismo.
A raíz del éxito que se tuvo en las ciencias naturales del siglo XIX, el método del positivismo pretende implantarse en las ciencias
sociales. Así, en el ámbito del derecho surge el positivismo jurídico, que afirma categóricamente que la validez y la vigencia del derecho
dependen de que éste ha sido dictado por el Estado, y no porque la conciencia individual o la opinión publica lo haya admitido o
elaborado.
Esta escuela surge como una reacción al carácter rígido que mostraban las doctrinas del derecho natural y contra la filosofía especulativa
y metafísica de su época, con el propósito de establecer las bases para una certeza jurídica.
El positivismo jurídico pretende explicar el derecho, sobre todo, a partir de bases inductivas. En este sentido, el concepto que debe
precisarse mediante propiedades fácticas o descriptivas, sin alusión a ningún criterio valorativo. Un postulado del positivismo, que
consiste en limitarse solo a los hechos, sostiene que el análisis del derecho debe centrarse exclusivamente en el derecho creado por los
órganos estatales y abstenerse, por tanto, de entrar en valoraciones éticas o considerar las implicaciones de las normas en la realidad
social.
Algunas notas comunes de todo positivismo jurídico es el rechazo del derecho natural y estudiar el derecho desde un punto de vista
unilateral (dependiendo de lo que se considere en el derecho, si el hecho social o la norma, lo que da lugar a diversas escuelas positivista),
al margen de las otras realidades en las que está inmerso.
Para el positivismo jurídico lo importante es la voluntad del estado, en lugar de la razón; lo que debe considerarse es voluntad, la voluntad
incondicionada.
Con el predominio de la óptica estatal, la justicia se considerará, conjuntamente, como fin del derecho y del Estado, significará el
equilibrio de los derechos coexistentes entre los diferentes miembros de la sociedad, para que en la medida de su realización se logre la
tranquilidad y, como efecto de la paz social, la conservación del poder.
En este contexto, el derecho se caracteriza como un medio de control social, como un mero instrumento del Estado, en el que los juristas
se convierten, por ser intérpretes del único derecho existente, es decir, el derecho positivo, en colaboradores de la voluntad estatal
referida.
El positivismo jurídico nace siempre del escepticismo filosófico, motivo por el que reduce la razón a un entendimiento técnico e
instrumental y se rehúsa a tomar en cuenta la racionalidad que toda ley debe presentar. No le interesa el contenido de la ley, sino solo
su base jurídica, su fuente, su modo de formación; estima que es la autoridad la que hace la ley, y que la ley es voluntad.
Si derecho es lo que determina la autoridad competente, el poder soberano puede imponer todo contenido jurídico, e incluso el
absolutamente inmoral. Da por supuesta la justicia, o más bien piensa que ese asunto es de orden ético y no de orden jurídico, razón por
la que los positivistas conciben lo justo y lo injusto como una conformidad o una inconformidad con la voluntad de hecho del legislador.
“El positivismo legalista material moderno penetra en el mundo jurídico con la corriente codificadora, junto a la que se desarrolla,
propugnándola, primero, y escoltándola, después, la escuela de la exegesis”.
Como modo de entender la ciencia jurídica. Es delimitar su objeto de estudio e investigación, un nivel de la problemática del derecho o
una forma de abordarlo. Considera el derecho tal cual es, un mero hecho histórico.
Como teoría general del derecho. Hay que comprender el conjunto de aseveraciones estrechamente ligadas, con las que se describen e
interpretan los fenómenos de la vida humana organizada en sociedad. La teoría formalista del derecho es la pretensión de establecer lo
que es jurídico y lo que no lo es. Ve el derecho como una técnica de organización de la sociedad, como la monopolización de la fuerza
en una comunidad política.
Como una ideología de la justicia. Es una toma de posición frente a una situación que se funda en un sistema de valores, con
independencia de su contenido.
(…) hay ocasiones en las que la expresión positivismo jurídico se utiliza también para designar un conjunto de teorías, concepciones y
tesis acerca, por decirlo así, de la “naturaleza” del derecho positivo, o de la normas jurídicas, o de las llamadas fuentes del derecho, o de
las características del orden jurídico, o de los métodos de aplicación del derecho positivo a casos concretos, etc. Varias de las cuales se
identifican con lo que se conoce como formalismo jurídico. A este significado Bobbio lo denomina positivismo jurídico como teoría.
Sin embargo, la adopción del positivismo jurídico.
Como enfoque metodológico -la tesis de que el derecho es un fenómeno social y de que no existe conexión necesaria entre el derecho y
la moral- no nos compromete a aceptar como verdaderas ninguna de las tesis o concepciones que caracterizan al positivismo jurídico
como teoría.
De la consideración general que establece el iuspositivismo, en el sentido de que únicamente es derecho el positivo, se deriva una serie
de tendencias que centran su atención en los hechos sociales o en las normas jurídicas, con lo que surgen las escuelas de jurisprudencia
sociológica y normativismo jurídico.
La tendencia sociológica del positivismo jurídico, conocida como jurisprudencia sociológica, establece que el elemento fundamental
para la comprensión del derecho es la realidad social, que en esa realidad deben efectuarse las indagaciones para saber cómo opera real
y efectivamente el derecho, así como para captar cuáles son las funciones que presenta. Esta corriente del pensamiento jurídico considera
a las normas jurídicas como hecho, como creación social, y su problemática central es estudiar su eficacia.
El positivismo jurídico de carácter normativo, de acuerdo con Brieskorn, es aquel que sólo califica como "derecho" las normas que
imponen los hombres en el espacio y en el tiempo, y que han sido establecidas mediante el poder. Considera que las normas jurídicas
son válidas única y exclusivamente porque las emitieron los órganos jurídicos competentes y por medio de un procedimiento
reglamentado.
Como variantes de formalismo jurídico están las siguientes: “el legalismo, referido a la teoría de justicia, el normativismo relativo a la
teoría del derecho; el dogmatismo, que se expresa un modo de entender la ciencia del derecho, y el conceptualismo, que se manifiesta
en la teoría de la interpretación”.
El austriaco Hans Kelsen es un representante destacado de la tendencia normativista del positivismo jurídico. Este autor propone efectuar
el análisis del derecho sin intervención de criterios éticos, sociales o políticos, por considerar un carácter metajurídico. Su propuesta
metodológica estriba en sentar las bases para el estudio de un objeto puramente ideal, esto es, las normas jurídicas, para, a partir de ellas,
desarrollar la ciencia del derecho.
Víctor Manuel Rojas Amandi refiere que el primer paso en el sistema kelseniano consiste en la distinción entre juicio del ser y el deber
ser, y que esta diferencia lleva a Kelsen a la conclusión de que la ciencia jurídica, al ocuparse de lo mandado jurídicamente, es una
ciencia normativa que, para mantenerse en los límites científicos, aspira a elementos extraños, o sea, de juicios que no sean normativos.
Esta ciencia, por satisfacer la pureza de los supuestos metodológicos, el nombre de teoría pura del derecho.
La preocupación de Kelsen es indagar en las estructuras lógicas de las normas jurídicas a fin de desarrollar una ciencia de meras formas
de pensamiento, esto es, una ciencia normativa desvinculada de todo el contenido real. En este sentido, los seguidores de Kelsen estiman
que, por ser objetos ideales lo que estudia la ciencia jurídica, no les son aplicables las comprobaciones del tipo de la contrastación
empírica, sino el de la demostración lógica de sus enunciados científico-jurídicos.
Para la corriente kelseniana, los datos relacionados con las reglas primarias de obligación tienen carácter metajurídico por ser éticos, y
la justicia sólo es ideología. Para sus partidarios, el contenido de la norma jurídica es indiferente, por lo que el orden jurídico no es más
que el poder organizado, con lo que lo jurídico se reduce a la técnica de la coacción que se utiliza para provocar la conducta deseada o
deseable en la sociedad. Miguel Reale menciona que, de acuerdo con Kelsen, el derecho es sólo un sistema escalonado de normas
jurídicas, que valen independientemente del reconocimiento y de la voluntad de los individuos; que a diferencia de las normas
éticas, validez de la norma jurídica no se liga a su contenido: cualquier contenido puede serlo del derecho; que no hay conducta humana
que no pueda prever una norma jurídica y que, ante la pregunta de por qué vale ésta, la respuesta sería: por sus caracteres formales,
porque nace obedeciendo a un método apropiado, a una técnica especial que está de acuerdo totalidad del sistema; esto es, porque se
refiere - mediante sucesivas concatenaciones- a la norma fundamental hipotética. García Máynez menciona que un argumento de los
positivistas para justificar el carácter libre del contenido de las normas es el siguiente: si la positividad del derecho es ontológicamente
anterior al contenido del mismo, este elemento depende sólo de aquella, y entonces habrá que decir que el legislador es "absolutamente
libre" cuando establece lo que ha de "valer" como derecho. Este autor estima que los positivistas subrayan unilateral e indebidamente,
el aspecto existencial del derecho, la positividad, que identifican la esencia del derecho con existencia de éste. Por ello declaran que,
desde el punto de vista de la esencia, el contenido de las prescripciones legales es indiferente.
CARACTERÍSTICAS
Respecto a las características de las diferentes tendencias del positivismo jurídico, podemos mencionar, entre otras, las siguientes:
a. La interpretación es esencialmente lógica; la que ha de llevar a cabo el jurista, respecto al de la norma vigente, se hará con fundamento
en el método lógico-sistemático. Se observa un marcado culto literal al texto de la ley, en especial en la escuela de la exégesis.
b. La concepción del derecho se da a partir del método descriptivo; es decir, se señalan las características de hechos o de normas, según
las perspectivas de la escuela positivista. Lo que le interesa es la descripción de las formas legales. El análisis jurídico es diferente del
sociólogo y del ético.
c. La supresión de toda exigencia de valoración del derecho, la separación entre el derecho y la moral o entre el derecho que es y el
derecho que debe ser. En la perspectiva sociológica lo que le interesa son los hechos, lo que puede observarse empíricamente. En este
sentido se propugna la utilización de los métodos de las ciencias naturales.
d. El derecho es un sistema lógico cerrado sin contradicciones ni lagunas. El sistema jurídico es suficiente para inferir decisiones correctas
de él, sin necesidad de tomar en cuenta la costumbre y la denominada naturaleza de las cosas. La tendencia a identificar todo el
derecho con la ley afirma la supremacía de la legislación.
e. Se desentiende de las explicaciones del contenido normativo. Lo que se ha de investigar son los alcances de cada sistema jurídico
particular. Como es indiferente el contenido normativo, se considera vinculante cualquier norma que cumpla con los requisitos que
preestablece el legislador.
f. La visión voluntarista del derecho. Sólo es derecho el que emane de la voluntad de legislador. La creación normativa es voluntad del
poder político y tiene carácter imperativo (escuelas de la exégesis, la jurisprudencia de conceptos y la postura normativa). El derecho
ha de guiar a los destinatarios de las normas hacia lo que impone el poder estatal.
g. La concepción del derecho de como un orden coactivo, como reacción social organizada, como un sistema de normas que se hacen
valer por medio de la fuerza o que reglamentan el uso de esta es un conglomerado social. Al faltar este elemento, el derecho se
confundiría con la moral.
h. La concepción formalista del derecho. La consideración del derecho según una vista normativa esto es, por medio de conceptos
elaborados a partir de derecho positivo. Lo que le interesa es la forma lógica del derecho, sin atender asuntos históricos, sociales o
valorativos.
CONSIDERACIONES CRÍTICAS AL POSITIVISMO JURÍDICO
El derecho no puede entenderse humanamente si supera las fronteras del derecho positivo. Por eso el positivismo fracasa ante el problema
de determinar quién hace el legislador el poder competente para la formulación del derecho. Kelsen, al tratar de superar, lo refiere a la
"norma hipotética fundamental" que explicaría el derecho como las disposiciones del detentador fáctico del poder. El positivista tiene
que recurrir en este punto a algo pre-jurídico, a la "naturaleza o esencia de las cosas" en una u otra forma, por lo que queda demostrada
la insuficiencia del derecho positivo. El derecho requiere ciertos fines- políticos, morales u otros-, pues estos le dan su orientación y le
imprimen su contenido.
Joseph Hóffner considera que un positivismo jurídico congruente tiene que llegar a la conclusión de que, por una parte, no puede haber
acción que de suyo, es decir, independientemente de la ley positiva, sea antijurídica y, por otra, que toda ley positiva, incluso la más
infame, crea derecho, ambas consecuencias funestas para el hombre y la sociedad, como ha mostrado la más reciente historia.
Carlos Ignacio Massini refiere que en la base de la legislación positiva, concebida como un factum, pueden colocarse los hechos
sociales, como la hace positivismo sociologista; las relaciones de producción económica, como sostiene el marxismo; el espíritu del
pueblo, entendido al modo de Savigny, o sostener lisa y llanamente que el derecho puede reducirse a un lenguaje convencional. En todas
estas direcciones del pensamiento jurídico positivista, agrega este autor, pretende explicarse o fundamentarse el hecho de la legislación
estatal remitiéndose a otro hecho: la ley se explica por lo social, lo económico el genio de un pueblo o su modo de expresión, pero lo
que estas teorías nos informan es el origen inmediato del dato legislativo y no nos dan razón del hecho jurídico; lo que intentan mostrarnos
es su génesis, pero no nos dicen lo que es el derecho; manifiestan cómo parece o mencionan datos referentes a su modo de producción
material, pero no nos proveen de su fundamento explicativo de los jurídico. Este autor estima el positivismo jurídico está imposibilitado
para captar la realidad jurídica total: se trata de una actitud que pretende trabajar sobre una realidad que renuncia a saber qué cosa es, es
decir, de elaborar y aplicar algo cuya verdadera naturaleza se desconoce.
Una teoría tan "pura" del derecho, como la que postula Kelsen, sin "ingredientes" metafísicos, morales sociales y políticos,
caracterizadas exclusivamente por su aspecto lógico-formal, da por resultado, como señala el iusnaturalismo, un derecho sin derecho, es
decir, vacío, pues en última instancia en derecho se da para estructurar, ordenar y regular la conducta social.
PREGUNTAS
MAPA CONCEPTUAL
El pensamiento jurídico contemporáneo no es homogéneo, la razón de las contradicciones por una serie de
factores generales y particulares. Abundan posiciones extremas del pensamiento jurídico donde abordar el
CONSIDERACIONES fenómeno jurídico, es el método jurídico. Ciertos autores se vinculan con los postulados y las propuestas de
otros, por tanto, estas consideraciones pueden agruparse para, que un conjunto, se presenten a manera de
EPISTEMOLÓGICAS corrientes o escuelas del pensamiento jurídico. Proceder de esta forma, además de la ventaja de carácter
BÁSICAS sistemático que esto presenta, nos permitirá analizar mejor cada propuesta de las escuelas.
El pensamiento jurídico tiene como antecedente el positivismo, la validez y la vigencia del derecho
dependen de que éste ha sido dictado por el Estado, y no porque la conciencia individual o la opinión
POSITIVISMO pública. No le interesa el contenido de la ley, sino solo su base jurídica, su fuente, su modo de formación;
JURÍDICO estima que es la autoridad la que hace la ley, y que la ley es voluntad. Los positivistas conciben lo justo y
lo injusto como una conformidad o una inconformidad con la voluntad de hecho del legislador
La tendencia sociológica del positivismo jurídico establece que el elemento fundamental para la
comprensión del derecho es la realidad social, que en esa realidad deben efectuarse las indagaciones para
CORRIENTESFACETAS Y TIPOS DE saber cómo opera real y efectivamente el derecho, así como para captar cuáles son las funciones que
POSITIVISMO
EPISTEMOLÓGICO- presenta.
JURÍDICAS JURÍDICO El positivismo jurídico de carácter normativo califica el "derecho" como las normas que imponen los
a. La interpretación
hombres en el espacio yesen
esencialmente
el tiempo. lógica
b. La concepción del derecho se da a partir del método descriptivo
c. La supresión de toda exigencia de valoración del derecho
d. El derecho es un sistema lógico cerrado sin contradicciones ni lagunas.
CARACTERÍSTICAS e. Se desentiende de las explicaciones del contenido normativo.
f. La visión voluntarista del derecho.
g. La concepción del derecho de como un orden coactivo
h. La concepción formalista del derecho.
EL IUSNATURALISMO
Esta corriente del pensamiento jurídico, que es la más antigua, sostiene la concepción valorativa del derecho. El iusnaturalismo, esto es,
el derecho natural, afirma que el derecho no se limita a un simple hecho, sino que interviene en él una dimensión de valores; que todo
ordenamiento jurídico está sujeto a valores, que la realización de estos nos permita dar con el derecho justo, con el único derecho
verdadero, que el orden jurídico deriva de la realización de los valores que postulan las normas.
Existen múltiples concepciones del derecho natural, pero los elementos comunes de estas son las siguientes: la creencia en el derecho
positivo ha de ser valorado por un conjunto superior de principios, criterios y normas que constituyen precisamente el derecho natural;
la tarea del jurista no se circunscribe a analizar el derecho positivo, sino que debe ampliar su campo a fin de indagar la constante ética
del derecho; el derecho obliga no por haber sido creado por un legislador, sino por la bondad o justicia intrínseca de su contenido.
Desde que surgió la primera concepción del derecho natural, con los griegos, en el siglo V a.C. (especialmente con Heráclito, que plantea
la idea de un derecho natural que deriva de la ley natural inmutable), hasta la actualidad, esta escuela ha manifestado que se fundamenta
en diversas disciplinas filosóficas: en la axiología, la epistemología y la ontología o metafísica.
Enrique Rommen relata que todos los pueblos, los tiempos remotos de su historia, atribuyeron un origen exclusivamente divino a las
instituciones de la moral y del derecho, que se confundían, entre ellos, con las reglas del culto. Así ocurría entre los antiguos griegos,
germanos y romanos.
Una concepción racional del derecho natural la encontramos en los estoicos. La corriente filosófica conocida como estoicismo
consideraba que el fundamento del derecho estaba en la naturaleza y, como la razón se identificaba con la naturaleza, su postulado era
que había que vivir de acuerdo con la naturaleza, de acuerdo con la razón.
En un periodo de más de 2 000 años, vigencia de esta escuela en diferentes latitudes, encontramos, como es de esperarse, muchos puntos
de vista, algunos contradictorios, respecto de que es el derecho natural, cuáles son sus principios y sus características, así como las
vinculaciones que existen entre este derecho y el derecho positivo. Como no es nuestra intención repasar cada uno de los enfoques que
realizaron los diferentes autores en la historia de las doctrinas del derecho natural, con limitaremos a señalar algunos de sus
representantes: PLATÓN, ARISTÓTELES, CICERÓN, SAN AGUSTÍN, SANTO TOMAS DE AQUINO, HUGO GROCIO,
ROUSSEAU y KANT.
A partir del reconocimiento de que la historia y su mutabilidad constituyen un componente básico del derecho natural se ha concebido a
este derecho, ya no con la rigidez racionalista con que se propugnaba lo que es justo por siempre, sino una serie de principios
fundamentales y directivos, que se presentan como axiomas, que pueden ser conocidos mediante la simple actividad de la razón. Cabe
aclarar al respeto que el derecho natural no consiste en las interpretaciones y precisiones que las culturas formulan sobre las constantes,
sino en las mismas constantes ontológicas, a las que cada cultura se acerca relativamente.
El derecho natural se ha concebido como la suma de los principios de la formación del orden social, a partir de las orientaciones que
brindan la ética y una visión ontológica relista, válidos para todas las relaciones humanas y que sirven de fundamento a la obligatoriedad
de las normas jurídicas.
Para la corriente tradicional del pensamiento iusnaturalista, el derecho natural se conforma de un conjunto de criterios, principios y
normas racionales, que tienen la función de presidir y regir la organización verdaderamente humana de la vida social, con base en las
exigencias ontológicas del hombre. Esta postura señala como características de los principios referidos que son supremos, evidente y
universales.
Una posición iusnaturalista contemporánea fundamenta el derecho en la “naturaleza de las cosas”. Esta corriente parte del análisis del
ser para establecer el deber ser. Sus partidarios afirman que al indagar los diversos papeles y las situaciones que pueden presentarse al
hombre, los modos o maneras de nuestra conducta en el mundo, que constituyen el fundamento ontológico, surgen o dominan exigencias
justas y, correlativamente, obligaciones naturales.
LA NATURALEZA HUMANA (EL HOMBRE COMO PERSONA), EJE CENTRAL DEL DERECHO NATURAL
La indagación de la naturaleza humana, manifiestan los iusnaturalistas, ha de ser global si quiere darse una explicación integral del
fenómeno jurídico; para ello debe utilizar, además de los métodos analítico, sintético, inductivo y deductivo. Señalan que el derecho
natural no tiene su origen en la naturaleza concreta e histórica de este o aquel hombre, sino en la naturaleza en cuanto tal, esto es, en
ciertas estructuras básicas de la naturaleza humana, en lo que, en todos los tiempos y culturas, define metafísicamente al hombre como
tal.
Simón arguye que si se afirma que el hombre es una persona dotada de inteligencia y de libertad, que debe construir su destino en función
de un dato que le constituye como ser humano y según las finalidades que le expresan en el orden dinámico, y si, por otra parte, el
desarrollo del hombre no puede realizarse más que en la sociedad, lugar natural de su existencia, y en las relaciones objetivas multiformes
que mantiene con ella, quedará demostrado que existe un orden fundado en la naturaleza, un conjunto de derechos cuya raíz está en la
esencia del hombre.
El iusnaturalismo considera que el elemento clave para entender el derecho es la persona, pues ella, en virtud de su libertad y de su
dignidad, constituye el derecho: éste nace con la persona y para la persona. Sus partidarios consideran que el hombre es persona por ser
el sujeto o soporte en el que surgen derechos y obligaciones, por ser el centro axiológico autónomo, libre y original que justifica su
conducta por motivos de los que puede dar razón.
Juan Vallet De Goytisolo señala que la característica principal del derecho natural es tener una perspectiva omnicomprensiva de la
naturaleza, así como de los medios y modos de percibirla y escrutarla; por ello, en verdad, es el único derecho natural, en el pleno sentido
de ambas palabras, porque los dos términos que lo integran- naturaleza y derecho- se contemplan en él con toda la plenitud de los
conceptos que expresan respectivamente. Este autor propone observar la naturaleza de manera ontológica y criteriológica, proyectándola
con prudencia a la realidad política bajo la luz de la ética, y observando en ella tanto lo que es histórico, es decir, en su estática y en su
dinámica. Agrega que el hombre no puede contemplarse en abstracto, porque no aparece aislado, sino en sus relaciones de origen y de
fin con su creador, en su sociabilidad, en relación con su prójimo, integridad, integrado en cuerpos sociales- familias, oficio y profesión,
municipio, Estado, etc.-, en un medio geográfico, económico, político e histórico determinado, con todas sus circunstancias concretas,
como portador de una historia y heredero de una tradición, en movimiento, actuando, realizando y transmitiendo sus conocimientos y
logros.
Las siguientes son las características de las normas del derecho natural que los seguidores de esta escuela señalan: inmutables, evidentes
y universales. Respecto a la inmutabilidad indican que deriva de lo permanente de naturaleza humana, pero cabe aclarar que reconocen
que únicamente es aplicable a los primeros principios y no a sus conclusiones remotas. Es evidente que no es posible cambiar ciertos
principios, como “dar a cada uno lo suyo”, “hay que hacer lo que es justo” y “hay que evitar lo injusto”, que por ser absolutamente
comunes a todo hombre y en cualquier circunstancia no pueden violarse sin que impliquen una falta notoria a la justicia y a la esencia
del hombre.
[…] el término derecho natural abarca una elaboración doctrinaria sobre el derecho que, en el curso de su vigencia multisecular, presentó
–y presenta- vertientes de reflexión muy variadas y diferenciadas, que no permiten atribuirle univocidad. Sin embargo, existen algunas
notas que permiten identificar, en el término derecho natural, un paradigma de pensamiento. Entre esas notas, que determinan lo que una
doctrina del derecho natural normalmente considera merecedor de estudio, pueden destacarse: a) la idea de inmutabilidad –que presupone
principios que, por una razón u otra, escapan a la historia y por eso pueden ser visto intemporales-; b) la idea de universalidad de esos
principios meta temporales […] c) la idea de que los hombres tienen acceso a esos principios a través de la razón, de la intuición o de la
revelación. Por eso los principios del derecho natural son datos y no creados por convención. De ahí d) la idea de que la función principal
del derecho no es mandar, sino calificar como buena y justa o mala e injusta una conducta […] Esa calificación promueve una continua
vinculación entre norma y valor y, por lo tanto, una permanente aproximación entre derecho y moral.
Hablar de derechos humanos, dicen los iusnaturalistas, es referirse a las facultades que, con carácter inexcusable, derivan de la naturaleza
del hombre.
Los derechos humanos, que constituyen el tema central del iusnaturalismo moderno, se basan en la exigencia moral de respetar la
dignidad del hombre como persona que se autorrealiza de una manera consciente, en la exigencia fundamental de reconocer los derechos
naturales del hombre, entre los que pueden mencionarse el de la vida, el de la libertad y el de la igualdad.
El término derechos humanos, empezó a ser utilizado a partir del triunfo del derecho natural en los Siglos XVII Y XVIII, denotando los
derechos naturales, inherentes y derivados de la misma esencia y naturaleza del hombre, que posee por el hecho de ser hombre, que son
anteriores a toda legislación positiva, la cual en ninguna forma puede suprimirlos; aclarando que no se trata de unos simples “hechos”,
de los que el Estado saque enseguida “consecuencias jurídicas”, como una concesión de la sociedad política, sino que tienen el carácter
de “pretensiones” que se hacen valer frente al derecho positivo y que exigen ser reconocidas y garantizadas por él.
Resumen:
* El Derecho natural es una ley u ordenamiento jurídico que emana y se funda en la naturaleza humana.
* El iusnaturalismo considera que la persona constituye el derecho; este nace con la persona y para la persona.
* Las características de las normas del derecho natural son: inmutables, evidentes y universales.
La naturaleza
* Hablar de derechos humanos, es referirse a las facultades que, con carácter inexcusable derivan de la naturaleza del hombre.
humana y eje
central del derechos humanos se basan en la exigencia moral de respetar la dignidad del hombre como persona que se autorrealiza de una
* Los
derechomanera
naturalconsciente.
* El término “derechos humanos”, empezó a ser utilizado a partir del triunfo del derecho natural en los Siglos XVII Y XVIII.
Pregunta:
El Derecho natural es una elaboración doctrinaria sobre el derecho, que tiene su origen en ciertas estructuras básicas de la naturaleza
humana, este derecho es, inmutable, evidente y universal. La inmutabilidad se deriva permanente de la naturaleza humana, es evidente
que no es posible cambiar ciertos principios, por ser absolutamente comunes a todos y en cualquier circunstancia no pueden violarse sin
que impliquen una falta notoria a la justicia y a la esencia del hombre.
Vallet De Goytisolo siguiendo los lineamientos de Recasens Siches en este punto menciona que entre la gran diversidad de las tendencias
iusnaturalistas actuales pueden señalarse las siguientes notas concordantes.
a. Remisión a la metafísica como fundamentó primero del derecho natural, es decir que muestra al derecho natural, es decir a criterios
prepositivos o meta positivos, sin los cuales las normas positivas serian incomprensibles, puesto que su determinación indefectiblemente
implica y requiere un juicio de valor para preferirla a tantas otras posibles.
b. Reafirmación, críticamente depurada, de una estimativa jurídica iusnaturalista, que muestra al derecho natural muy lejos de ser una
doctrina conclusa, a diferencia de la escuela del derecho natural y de gentes que había creído poder formular una especie de código de
validez general para todos los hombres en cualquier lugar, tiempo y circunstancias
c. Desnormativacion del derecho natural. Esta nota se presenta frente al normativismo de las luces al respecto, Michel Villey considera
que las leyes se proponen para guiar, entre otras, en el hallazgo de lo justo natural. La propuesta de esta tendencia consiste en considerar
las normas jurídicas como un a posteriori de los principios del derecho natural
d. Recorte de la extensión del área de la naturaleza humana, indebidamente extendida por la escuela del derecho natural y de gentes de
Grocio, Puffendorf, Wolf y por algunos neoescoclasticos del siglo XIX, quienes de la naturaleza del hombre a-veces obtenida
Mediante la abstracción de lo que consideraban esencial – pretendían deducir unos códigos de leyes naturales que abarcan todo el derecho
y que fueran aplicables de modo general.
El hombre, necesaria y esencialmente, vive en sociedad y, por tanto, también está condicionado e influido por los factores de la realidad
social, en términos generales, y por la concreción particular de esos factores en cada situación histórica.
e. Concepción tridimensional del derecho, en el sentido de que los criterios del derecho natural deben ser apoyados por la normatividad
formal, obra humana por medio del derecho positivo, en relación con la realidad social de cada tiempo, lugar y situación histórica. Triada
de dimensiones: justicia, norma y conducta social, que están reciproca e inseparablemente vinculadas, pues cada una implica las otras
dos.
García Máynez advierte al respecto que se dan zonas de no coincidencia; sin embargo, sirve para resaltar el triple dato de que la justicia
es el fin del derecho, el conducto social su objeto y las normas un medio para ayudar a lograrlo.
f. Reconocimiento del valor, como realidad primaria para el derecho, de dignidad y autonomía de la persona, que no puede desagradarse
a medio o instrumento, ni sumirse en una concepción absorbente de la sociedad o del Estado, que considera al hombre un mero átomo
integrante de su personificación en un todo.
g. Insistencia en la necesidad de grandes dosis de conocimientos sociológicos con que alimentar la estimativa jurídica, a fin de que esta
tenga el conocimiento preciso para obtener las adecuadas consecuencias prácticas más oportunas, eficaces y mejores en cada tiempo y
lugar, o sea, en cada situación histórica concreta.
h. Acentuación de un sentido histórico en los ideales jurídicos o programas del derecho justo, en armonía con cada realidad social
concreta, es decir, reconocimiento de que el ser humano contiene dimensiones esenciales e inmutables, pero al mismo tiempo se realiza
y vive en realidades muy diversas y siempre cambiables o inmutables.
i. Procedencia de la lógica formal pura del silogismo que debe reemplazarse por otro sector de la lógica: el logos de lo humano y de lo
razonable, de la razón vital e histórica.
El iusnaturalismo sostiene que el derecho positivo está subordinada al derecho natural, que este puede incorporarse en el sistema jurídico
positivo o actuar como fuente subsidiaria de él, y el derecho natural es el criterio ideal para valorar el derecho positivo, en razón de que
los derechos innatos de los hombres son el fundamento y la raíz de los derechos particulares.
En lo que el ámbito jurídico respecta, Aristóteles distingue entre la ley universal o natural y ley especial o positiva. Positiva es ‘la que
regula la vida de una comunidad determinada “; por ley natural se enriende un conjunto de principios objetivamente válidos, que reciben
aplicación para todos los países […] “Los principios de la equidad son permanentes e inmutables, y el derecho universal tampoco cambia,
pues es la ley de la naturaleza; las leyes
escritas, por lo contrario, a menudo varían “. En lo que atañe a las relaciones entre los dos órdenes, dice Aristóteles que el natural
representa, frente al positivo, el fin a cuyo logro este debe este aspirar. Pero como de acuerdo con la metafísica aristotélica, lo general
solo puede actuar y existir en lo individual, el derecho positivo, como accidens, da ‘existencia’ a sustancia jurídica “. Expresado de otro
modo: el derecho universal debe manifestarse en la ley positiva, la cual, por su parte, ha de tender hacia la realización del ius naturale.
El Estagirita reconoce, sin embargo, que los ordenamientos históricos no pueden cumplir del todo aquel desiderátum, y que en ellos
existen necesariamente imperfecciones y algunas.
Para Arthur Kaukmann, citado por García Máynez, lo que constituye la estructura ontológica real del derecho es la conjunción de la
esencia y la existencia jurídicas O, en otras palabras, la iusnaturalidad y la positividad. Agrega que la relación entre estos términos no es
de exclusión u oposición, sino de polaridad, Complementación y apoyo. Para este autor tanto el positivismo como el iusnaturalismo de
carácter idealista y absolutista son teorías monistas que captan solo un aspecto de la realidad jurídica: el primero solo es el aspecto o
lado existencial, y el segundo solo el lado o aspecto esencial.
H. Welzel, citado por Bockle, establece que la distinción entre derecho natural y el derecho positivo representa en la historia del espíritu
humano el fenómeno que con mayor claridad y firmeza refleja la convicción de que en las relaciones sociales humanas hay algo más que
lo que lo que se impone simplemente por su fuerza y lo que practicamos de hecho en virtud de un habito arraigado, algo que no tiene
una realidad puramente fáctica, algo que -independientemente de las ordenes y las costumbres – nos obliga, en la intimidad de nuestro
ser, a un determinado acto. Puntualiza que la idea de la obligación absoluta es el núcleo y la verdad permanente del derecho natural.
El derecho positivo está llamado a plasmar el derecho natural en realidad, y normalmente el derecho natural se manifiesta
existencialmente a través del derecho positivo, buscando amoldarse a las dimensiones históricas del hombre y a ñas desigualdades
concretas, propugnando que las leyes positivas se orienten a la realización del bien común. Pudiéramos decir que el derecho positivo
vive y se complementa constantemente del y por el derecho natural. Seria, sin embargo, utópico creer que los preceptos fundamentales
del derecho natural son suficientes para la ordenación jurídica de la convivencia humana y que las leyes positivas
son superfluas; antes bien son necesarias ciertas normas más particulares que, en contacto con las circunstancias y respondiendo en su
contenido a las exigencias.
El derecho positivo, como precisa Villoro Toranzo, no es más que la forma práctica por excelencia que tienen los hombres para realizar
la justicia; debe concebirse como la prolongación natural del mismo, y no como algo opuesto al derecho natural.
Se denomina exegética la acción desarrollada por los juristas que realizan una labor de interpretación y explicación de textos, en este
caso, legales. La empresa codificadora se desentendió del ideario naturalista que contribuyo al triunfo de la Revolución francesa y redujo
sus esfuerzos jurídicos a los simples comentarios interpretativos de sus textos.
Esta escuela, que se desarrolló primero en Francia y se extendió luego a otros países europeos y americanos durante el siglo XIX, sostiene
que el derecho es la ley escrita, que en ella se manifiesta todo el derecho. Las características de esta corriente epistemológica jurídica
son las siguientes:
1)Culto al texto legal lo que implica que el jurista deba circunscribir todas sus consideraciones a la ley; 2) estimar que las leyes son
perfectas y completas, razón por la que no hay margen de arbitrio para el intérprete; 3) desconocimiento del papel de la costumbre ; 4)
rechazo a cualquier intento de labor creadora por parte del juez ( ya que este debe limitarse, mediante vías de carácter deductivo, a aplicar
el derecho que está en la ley).En este sentido la expresión de Dantón , uno de los representantes de esta escuela, es por demás evidente
“ El Juez es el siervo de la ley “
Enrique Aftalion y José Vilanova señalan que la escuela de exegesis muestra el principio iuspositivista con la forma de un positivismo
a valorativo, estatal y legalista: positivismo, a valorativo porque para ella no hay más derecho que el que se encarna en la ley, considera
como un hecho o suceso, con criterio crudamente naturalista; positivismo estatal porque considera que el derecho positivo emana del
Estado ; positivismo legalista porque el Estado establece el derecho positivo mediante una sola vía o fuente : la ley. Estos autores
puntualizan que entre los graves defectos de esta escuela están la inmovilidad social que acarrea y el descuido de los aportes valiosos de
la jurisprudencia.
Por juzgar que el intérprete se arrogaría atribuciones que le corresponden al legislador se intenta crear o elaborar el derecho, la tarea de
este se halla limitada por esta escuela a dos funciones; extraer las consecuencias que, por necesidad lógica, están inmersas en los textos
legales, en las palabras de la ley y, en caso de que sean oscuras, buscar la intención del legislador, realizar una labor reconstructiva, lo
más fi posible, del pensamiento de este.
La exegesis parte, pues de la ley para establecer una serie de raciocinios o silogismos [sic] , basados en los tres principios fundamentales
de la lógica formal: el de identidad , el de contradicción y el tertium non datur […] En cuanto al postulado básico de la doctrina de la
exegesis, es evidentemente falso por la simple razón que ya dio Aristóteles, al señalar que la ley, por muy detallista que sea , ni el
legislador, por mucho que prevea, no pueden tener en cuenta toda la mutabilidad de la vida , toda la enorme variedad de sus casos.
Siempre habrá una serie de supuestos que, aun cuando parezcan comprendidos en la letra de la ley, no están en su espíritu, porque el
legislador ni los previo ni los pudo prever […] Sin duda la letra de la ley ha de servirnos para entender, para comprender cuál es el
contenido de su norma. Pero no puede llevamos hasta aceptar un resultado que sea absurdo, que repugne a la naturaleza de las cosas o
que no correspondan a la finalidad para la cual la ley fue elaborada.
Resumen:
* Desnormativacion del derecho natural: la propuesta de esta tendencia es considerar las normas jurídicas de los principios del derecho
natural
* Recorte del área de naturaleza humana x extendida por la escuela del derecho natural
* García Máynez advierte al respecto que se dan zonas de no coincidencia y que la justicia es el fin de derecho
Tendencias
actuales del
*Reconocimiento del valor, como realidad primaria pata el de derecho, la dignidad y autonomía de la persona que no puede desagradarse
a la
derecho sociedad o al estado
natural
* Insistencia en la necesidad de grandes dosis de conocimientos sociológicos que alimentan la estimativa jurídica, a fin que tenga el
conocimiento preciso para obtener adecuadas consecuencias prácticas más oportunas y eficaces en tiempo y lugar de cada situación
histórica concreta.
* Acentuación de un sentido histórico en los ideales jurídicos o programas del derecho justo, en armonía con cada realidad social
concreta, es decir, reconocimiento de que el ser humano contiene dimensiones inmutables y vive en realidades muy diversas y siempre
cambiables o mudables
*El iusnaturalismo sostiene que el derecho positivo está subordinado al derecho natural, que este puede incorporarse al sistema jurídico
positivo o actuar como fuente subordinaría de él.
*Se distinguen leyes en el ámbito jurídico: ley universal o positiva, ley especial o positiva
*Aristóteles dice que el natural representa frente al positivo, en fin, de cuyo logro debe este aspirar.
El derecho
*El yderecho
natural el universal debe manifestarse en la ley positiva.
derecho
*El derecho positivo está llamado a plasmar el derecho natural en la realidad y normalmente el derecho natural se manifiesta
positivo
esencialmente a través del derecho positivo, basándose a las dimensiones históricas del hombre y desigualdades concretas, propugnando
leyes positivas se oriente a la realización del bien común.
*El derecho positivo, como precisa Villoro Toranzo, no es más q la forma práctica por excelencia que tienen los hombres para realizar
la justicia.
*Recibe este nombre la escuela que surgió en Francia a raíz de la preocupación de los juristas por estudiar y comentar la codificación
napoleónica de principios de siglo pasado.
*Codificación mediante razonamientos lógicos, especialmente basados en el análisis, la solución de cualquier tipo de problema que la
práctica jurídica pudiera presentar.
*Se denomina exegética la acción desarrollada por los juristas que realizan una labor de interpretación y explicación de textos, en este
caso legales
*Esta escuela, que se desarrolló primero en Francia y se extendió luego a los países europeos y americanos durante el siglo XIX, sostiene
La escuela
que el derecho es ley escrita, que en ella manifiesta todo el derecho.
de la
exegesis*Las características de esta corriente epistemológica jurídica son: Culto al texto legal, lo que implica que el jurista deba circunscribir
jurídica todas sus consideraciones a la ley, 2) estimar que las leyes sin perfectas y completas, razón por la que no hay margen de arbitrario en el
intérprete 3) desconocimiento del papel de la costumbre; 4) rechazo a cualquier intento de labor creada por parte del juez.
*La exegesis parte, pues de la letra de la ley para establecer una serie de raciocinios o silogismos, basados en los tres principios
fundamentales de la lógica formal.
*Representante de esta escuela están: Proudhon, Aubry y Rau, Laurent, Pothier y Baudry – Lacantinerie
Pregunta:
1.) De acuerdo a la temática “LA ESCUELA DE LA EXEGESIS JURIDICA” ¿Que es la exegética?, ¿Dónde tuvo su primer
desarrollo y cuáles fueron sus principales representantes?
La exegética es la acción desarrollada por los juristas que realizan una labor de interpretación y explicación de textos legales, esta escuela
se desarrolló en Francia extendiéndose en el siglo XIX a países europeos y
americanos, finalmente esta escuela tuvo grandes representantes como son Proudhon, Aubry y Rau, Laurent, Pothier y Baudry-
Lacantinerie.
EL HISTORICISMO JURÍDICO
Es una escuela de la teoría de la naturaleza histórica del derecho al afirmar que este no deriva, de la abstracción de las leyes, sino que es
producto de la historia, del sentimiento de lo justo y de lo injusto, de la voluntad del pueblo o de la nación. Esta corriente del pensamiento
jurídico surge en Alemania y en Francia. Gustavo Hugu es su precursor y Federico Carlos de Savigny y es el difusor quien desarrolla
sistemáticamente las ideas medulares de la escuela los rasgos que explican la aparición del modelo historicista a juicio de Gregorio peces
Barba con los siguientes.
1. El paso de la concepción universalista del derecho a criterio particularista que toma en cuenta los rasgos propios de cada sistema
jurídico y conduce a su pensamiento jurídico que parte de esa realidad.
2. El paso de una concepción inmutable a una concepción del derecho que puede cambiar como consecuencia de la relación derecho
poder.
3. El paso de una idea que situaba la producción normativa en un autor supra humano –Dios- en la naturaleza, a una concepción que lo
hacía depender del poder soberano.
4. El paso de una concepción que permitía el conocimiento del derecho por medio de la razón a una que necesitaba difundirse y
promulgarse como actos de voluntad del poder soberano.
5. El paso de una concepción que fundaba la validez del derecho en su racionalidad, es decir, en su acuerdo con la naturaleza o con el
mandato divino, a una concepción que lo funda en el apoyo, en última instancia, del poder político. Así, la validez y la eficacia del
derecho se vinculan a la efectividad del poder en una sociedad concreta.
El historicismo jurídico, con un carácter iuspositivista, prescindió del problema iusnaturalista y enfoco su atención en manifestación
histórica como las pandectas justinianeas y en el código napoleónico. Esta escuela tomo el modelo del derecho romano y d sus
instituciones, lo que implicó una contradicción, pues el postulado esencial de esta corriente era sostener que cada pueblo poseía un
espíritu propio y, por tanto, m un derecho propio. Debido a que reelaboro los conceptos del derecho roano, sus trabajos perfilaron una
genealogía de conceptos.
La escuela del historicismo jurídico surge como reacción contra el racionalismo filosófico y contra el imperialismo político. Emerge
como respuesta contra el racionalismo, porque esta corriente sigue el modelo de las matemáticas, de las ciencias exactas, y se atiene
exclusivamente a la razón, ignora la experiencia y la historia. La concepción jurídica de molde racionalista tenía una visión rígida del
derecho en la que todo estaba previsto, todo era exacto: el derecho como producto exclusivo de la razón humana. La pretensión de los
seguidores de esta concepción era establecer una legislación que implantaran, con carácter definido, el único modelo racional y digno
de vigencia, sin considerar las particularidades de los pueblos ni su dimensión social e histórica. El historicismo jurídico también reacción
contra el imperialismo francés, ya que reclama el respeto y la vigencia de las costumbres y tradiciones de cada pueblo Juan Alberto
Matilde señala que el historicismo que propuso Savigny representa un giro de la
atención hacia la realidad social: el derecho asciende de la historia de cada pueblo, en lugar de descender de un principio universal y
necesario.
El eje central del historicismo jurídico gira alrededor de un concepto de historia a modo de centro de gravedad, como el elemento sintético
que permite entender cualquier fenómeno social, incluido el derecho , En este orden de ideas, sus partidarios sostiene que en la historia
podemos encontrar el objeto sobre el que debe versar todo el conocimiento de lo jurídico . Para esta postura los derechos no los crea el
legislador, sino que los elabora la comunidad de una manera instintiva y no meditada, se fundan en las costumbres preexistentes, en las
creencias populares, surgen de lo más profundo del pensamiento del pueblo. Sus seguidores afirman que los derechos brotan de la
conciencia jurídica popular, y reconocen en ella la fuente autentica y genuina del derecho.
A diferencia de la escuela de la exegesis, que sostiene el primado de las leves, para el historicismo jurídico la ley tiene una función
secundaria: se construye según los principios que se dan por existentes en la conciencia jurídica nacional y adquiere sentido al relacionarla
con el desarrollo histórico de un pueblo concreto. En este orden de ideas lo consuetudinario (expresión inmediata del espíritu del pueblo,
según el leguaje que utilizan los seguidores de esta escuela) debido a su primacía se impone a la tarea del legislador; lo único que deben
hacer juristas es buscar en la tradición vigente y en las condiciones vitales de cada pueblo las auténticas formas populares y contribuir,
partiendo de estas mismas a su construcción técnica.
Los partidarios de esta afirman que en el espíritu del pueblo reside el derecho, al igual que la religión, el lenguaje, la moral y el arte.
Sostiene que el derecho popular es producto espontaneo de la esencia más íntima del pueblo, concreción vital de sus convicciones y
sentimientos nacionales, y que evoluciona en la misma que el pueblo o la nación.
Esta escuela eta en lo cierto al sostener la necesidad de la indagación historia en el ámbito jurídico, en evitas la formación de leyes de
espaldas a la historia, pero la apelación a lo histórico no es suficiente. Su defecto radica en eludir la función valorativa, pus tenemos que
reconocer que no es lo mismo explicar que justificar, porque para justificar hay que recurrir a conceptos y valores, y utilizar que va más
allá de lo histórico.
Jose Corts Grau menciona que el historicismo jurídico habría aceptado si se hubiese limitado acentuar la condicionalidad de todo
contenido del derecho, la importancia del factor del hecho , conformé al aforismo clásico ex facto oritur jus , pero que erro al intentar
establecer valoraciones jurídicas con criterio estrictamente historicista y al fragmentar la conciencia jurídica humana en conciencias
jurídicas nacionales, pues llego a ciertos exclusivismos de raza incompatibles con el sentido universal de la cultura, es decir, con el
sentido universal del hombre. A esta escuela se le ha criticado también por su extremada acentuación del carácter espontaneo de las
instituciones jurídicas y por propender a un distanciamiento entre la teórica y la práctica. Como se indicó, es importante el elemento
histórico en el ámbito jurídico, pero hay que contenerlo en sus límites precisos.
Miguel Reale señala que sin la participación activa y creadora del hombre no es posible penetrar en la verdadera naturaleza del fenómeno
jurídico que es siempre una subordinación de hechos y valores y, por consiguiente, una armonización de condiciones del mundo del der
con las exigencias del deber ser. Argumentando que tampoco es válido aceptar como naturales únicamente los productos de una
formación histórica lenta, que la historia del derecho presenta soluciones de continuidad, saltos bruscos y rupturas que han dado como
resultado un aumento en el activo de nuestro patrimonio cultural.
EL UTILITARISMO JURÍDICO
Esta corriente del pensamiento jurídico sostiene que el fundamento del vínculo jurídico está en la utilidad. Con base en el pragmatismo,
que afirma que los juicios son verdaderos cuando fomentan nuestra actividad y perfección que la verdad depende de la eficacia, equiparan
la justicia con la utilidad.
Entre los representantes de esta escuela están Jeremías Bentham, Jihn Stuart, Federico Nietzche. Para este último el derecho es una lucha
por el poder y tienen como objetivo lograr la paz entre dominadores y dominados.
Para Spencer, también el fundamento del derecho es la utilidad, pero la utilidad entendida no en sentido hedonista (o sea como placer)
si no en sentido biológico como adaptación de la especie – mediante la herencia-al ambiente y a las condiciones de existencia (. Apencer
considera) la conciencia moral y jurídica como la síntesis de las experiencias de las generaciones anteriores. Ya no se requeriría entonces
el cálculo individual de las generaciones anteriores ya no se requeriría entonces de cálculo individual para cada acción, sino que el
individuo encontraría ya en si preconstituidas en serie de disposiciones recibidas por vía hereditaria. Mas también este intento de fundar
la Moral y el Derecho sobre la biología se revela como insuficiente, en verdad, aun proveyéndose de la más vasta experiencia de la
especie en lugar de la restringida del individuo queda siempre en pie la circunstancias de que las condiciones de existencia en el sentido
biológico expresan solo hechos , conexiones empíricas entere antecedentes y consiguientes, ahora bien , de esto no se podrá nunca
recabar un principio de obligación es decir , la norma que debe regular nuestras acciones, solo cuando se haya establecido como valido
éticamente un determinado fin podrán estimarse aplicables del conocimientos que se tengan sobre los medios idóneos aquel fin, siempre
que también esos medios sean considerados éticamente plausibles. El problema de la licitud o de la justicia y el de la moralidad no
pueden resolverse con solo las nociones del orden físico.
Michel Villey menciona que esta corriente transforma el derecho en un instrumento de la política o de la economía, en una técnica de
control social que se lleva acabo a fin de obtener el mayor número de placeres o el aumento del poder colectivo.
Entre las críticas al utilitarismo jurídico están: evadir la indagación de soluciones justas, así como de la experiencia concreta del derecho
e implicar conceptos inconfundibles, como el de justicia y el de utilidad (que en realidad pueden tanto coordinarse como contraponerse)
o el de verdad y el de acción (la verdad no depende de nuestra
congruencia o incongruencia practica). Esta es incapaz de responder a las preguntas ¿Cómo y porque lo que consideramos útil debe
subordinarse a lo que los demás consideran útil? Si se han de satisfacer los deseos de cada uno, esta postura no proporciona un criterio
que pueda aplicarse en la conciliación de motivos opuestos.
EL TRIDIMENCIONALISMO JURÍDICO
Esta corriente del pensamiento jurídico propugna por una visión integral del derecho, en la que se consideren los tres aspectos que
conforman el fenómeno jurídico: la norma, el hecho y el valor. Los partidarios de esta escuela afirman que el derecho es, a la vez, norma,
hecho y valor, o lo que es lo mismo, que en el se da la eficacia, la validez extrínseca y la validez intrínseca, que serían las tres dimensiones
del derecho.
Considera esta escuela que el derecho representa una síntesis de ser y deber ser y que su fundamento está en la naturaleza humana.
Propone enfocar el derecho con una perspectiva realista y total, a partir de la observación del mundo jurídico de las normas, de las
conductas sociales y de los valores. Con el propósito de superar explicaciones unilaterales o sectorizadas, los seguidores de esa escuela
rechazan que el derecho se reduzca a un empirismo sociológico o a pura normatividad; afirman que no es puro hecho ni pura norma,
sino un hecho social con forma normativa de acuerdo con un cierto orden de valores.
Según Miguel Reale una regla de derecho positivo puede considerarse perfecta cuando la promulga una autoridad legítima con base en
el bien común, y encuentra, en virtud de su valor ético y de su racionalidad, la adhesión o sentimiento de los miembros de una comunidad,
declara que en esa regla se integran, plenamente armonizadas, la validez ética, la sociología y la formal o técnico jurídico.
Para Legas y Lacambra, así como García Maynez, el llamado caso ideal o norma perfecta solo se presenta en esos excepcionales, ya que
en el deberían coincidir a la vez la vigencia, la eficacia y la justicia. En cambio, según Miguel Reale se manifiesta en sasos ordinarito,
pues argumenta que si no fuese así no habría sido posible el progreso jurídico. De acuerdo con los tridimensionalitas, el derecho
manifiesta una integración incesante de valores. para ellos, valorar es normar el mundo practico, atendiendo el dinamismo humano y los
fines de la vida social. Sostienes, así mismo, que el concepto de norma es posterior al de valor, por lo que este, como productor de
normas, determina lo que debe der y lo que no debe ser.
El derecho es una realidad, digámoslo así, trivalente, o, en otras palabras, tridimensional (…) es siempre hecho, valor y norma, para
quien quiera que lo estudie, dándose tan solo una variación en el ángulo o prisma de investigación. La diferencia es pues, de orden
metodológico, según el objetivo que se tenga en mente alcanzar. Es lo que con agudeza Aristóteles llamaba diferencia específica, de tal
modo que el discurso del sociólogo, va de la norma hacia el valor y culminar en el hecho y finalmente, nosotros podemos ir del hecho a
la norma hacia el valor y culmina en el hecho y finalmente, nosotros podemos Ir del hecho a la norma, culminando en el valor, que es
siempre una modalidad del valor de lo justo, objeto propio de la filosofía del derecho.
De acuerdo con Miguel Rale , la teoría tridimensional del derecho permite una representación simbólica de los datos que componen la
experiencia jurídica los correlaciona dialécticamente de manera que los tres factores competentes se desarrollen interrelacionados en el
tiempo , con posibilidad de preverse , aunque sea de forma conjetural. Agrega que podrán influirse de manera recíproca, incluso, en
función de la supervivencia de nuevas mutaciones factuales, axiológicas y normativas.