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A continuación se redactara un análisis sobre las observaciones realizadas en la E.S.R.N.

N°48
mientras se dictaba el taller de futbol callejero a cargo del tallerista Heraldo. Dicho análisis tratara
de ser abordado desde diferentes autores trabajados en clase.

- La dinámica del grupo resulto ser muy inclusiva, tanto en los encuentros semanales como
en el encuentro con diferentes localidades. Y cuando digo grupo NO hago referencia a la
definición planteada por Pichón Riviére en Algava – Aportes desde el trabajo grupal donde
se menciona a un “conjunto RESTRINGIDO de personas…” sino un grupo donde no hay
relaciones estrictas, o de un individuo por sobre otro. Se vio un ambiente de intercambio
constante entre tallerista y participantes, el primero solo interviniendo cuando fue
necesario.
Es necesario tener en cuenta que hubo días de encuentro donde fuimos a realizar las
observaciones pero no hubo asistencia por parte de los y las participantes del taller, dado
que no hay una obligatoriedad de asistencia. Bien podría decirse que estos sucesos
imprevistos (la ausencia de lxs participantes) tuvieron repercusión en nosotres que fuimos
a realizar un trabajo y no fue posible o en el tallerista que llego al lugar y se encontró solo.
Pero como explica Melich se puede decir que fue un acontecimiento, no un suceso. ¿Por
qué? Citando a Melich podríamos decir que al momento del acontecimiento ningunx de
nosotres estaba preparadx ni sabía que podía llegar a suceder. ¿Tuvo un impacto en
nuestra actividad o en nosotrxs mismxs? Claro que sí, pero seguramente el que sufrió una
irrupción totalmente inesperada fue el coordinador, quien debió re-planificar su rutina. En
este tipo de acontecimientos es donde se ve la inteligencia y la capacidad de adaptarse de
un/a tallerista, lo cual no se pudo ver en este caso porque ningún participante se había
hecho presente.
Vale también recalcar el poder de enseñar mediante el cuerpo, de transmitir más allá de
algún ejercicio físico. Se vio durante las observaciones un respeto por el/la compañero/a,
donde a pesar de estar en un juego de un equipo contra otro siempre se prioriza la
integridad del/la compañera dejando a un lado la verdadera competencia, y por supuesto
la integridad de cada unx.
El ejercicio de transmitir algo con el cuerpo enriquece el aprendizaje, motiva a participar, a
dejar una enseñanza que va mas allá de lo que se puede planificar. El taller de fútbol
callejero no solo enseña a patear una pelota. Enseña a compartir, a consensuar, a
evidenciar que cualquiera puede ser parte de un grupo como el que mencionaba Algava
donde “se relacionan entre sí … funcionando en un interjuego de roles”

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