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Estudiante:
YESSICA ARZAYUS
Grupo
151004_16
Tutor
ADMINISTRACIÓN EN SALUD
OCTUBRE DE 2018
INTRODUCCION
Como dice Francis Crick en una cita apócrifa de Alicia en el País de las Maravillas, “no somos
más que un montón de neuronas”. La motivación del inicio de este módulo es entender qué es lo
que sucede en nosotros, en tanto “montón de neuronas”, cuando abrimos los ojos y tenemos una
vívida experiencia del mundo físico a partir de la imagen invertida y con muy poco detalle que se
forma en nuestras retinas. No conocemos todos los detalles de este proceso, pero combinando
información proveniente de muy distintas fuentes y obtenida con muy variadas técnicas, se ha
podido construir un modelo neurofisiológico de organización y funcionamiento del sistema visual.
La segunda característica esencial del sistema somatosensoriales es que está compuesto por dos
subsistemas diferenciables anatómica y funcionalmente, que no obstante trabajan de forma
integrada en el funcionamiento natural de este sistema. Estos dos subsistemas son los llamados
subsistema cutáneo, o tacto, y el subsistema propioceptivo, es un sistema sensorial que informa de
aquellos estímulos que entran en contacto con la piel, bien sean estímulos mecánicos, térmicos o
químicos. El segundo subsistema, el propioceptivo, informa de la posición de las diferentes partes
que componen el aparato corporal. Algunos autores añaden a estos dos subsistemas un tercero que
denominamos sistema nociceptivo, o sistema del dolor, y que sería el encargado de informar de
daños en los diferentes tejidos corporales.
También se describe el sistema nociceptivo de forma independiente a los otros dos subsistemas
del sistema somatosensoriales. La tercera característica esencial de este sistema es la presencia de
un amplio conjunto de receptores que varían en su estructura y funcionamiento, que están
distribuidos de forma particular y no homogénea en diferentes localizaciones corporales, y que
sirven de forma diferencial a la detección de distintas cualidades de la estimulación.
JUSTIFICACION
La Fisiología humana es el área que estudia la función normal de las células, los tejidos y los
sistemas, en búsqueda de un permanente equilibrio u homeostasis, a través de la integración de
todos los conocimientos previos acerca de, Física, Química, Biología, Bioquímica y Morfología,
para usarlos en la interpretación de los fenómenos que subyacen al funcionamiento normal de un
ser vivo, en este caso el hombre.
Dichos conocimientos son fundamentales en la comprensión del fenómeno de la vida como tal y
en la comprensión del hombre en general, ya que es necesario entender los mecanismos normales
para luego poder adentrarse en el conocimiento de sus alteraciones, es decir, la enfermedad, y la
intervención para restablecer el equilibrio perdido, es decir, la terapéutica, pilares de la ciencia
médica. Sólo conociendo los mecanismos normales es posible comprender la enfermedad,
prevenirla y abordar su tratamiento en forma adecuada. Es así, como el estudio de la Fisiología es
la base fundamental para todas las áreas clínicas y para otras básicas como la Farmacología y la
Patología. Además, esta área permite al estudiante continuar fomentando su espíritu investigativo,
cultivar su curiosidad científica y trabajar en la elaboración de ideas y de conceptos propios
alrededor de los temas tratados, lo cual logra crear una actitud correcta hacia la ciencia en general
y lo dota de instrumentos que le permitirán tener criterio y juicio responsables durante su etapa de
formación y posteriormente, en su vida profesional.
EL Sistema Nervioso porque considero que nuestro cuerpo es una máquina compleja que requiere
que cada parte de él trabaje juntas a la vez y sincronizada mente para que funcione a la perfección.
Pero toda esta máquina no se maneja sola, es por eso que existe una especie de computador que
controla y maneja cada una de las funciones y actos, y que tiene la capacidad de permitirlos pensar,
razonar, crear y sentir, siendo el mecanismo más elaborado y complejo de todos los seres humanos.
Este computador es el Sistema Nervioso el encargado de captar los cambios que se producen tanto
en el medio ambiente externo, como el interno del ser humano; correlacionarlos e integrarlos, de
modo que podamos reaccionar en la forma más adecuada a dichos cambios y pueda seguir
subsistiendo como tal.
El sistema nervioso del hombre es la parte culmine de muchísimos cambios evolutivos que se han
obtenido a través de una continua serie de adaptaciones al medio ambiente en el tiempo como
consecuencia de un aumento de las necesidades funcionales de nuestro organismo. Todos estos
cambios evolutivos han desarrollado un sistema capaz y eficiente que permite la interpretación y
respuesta a la gran variedad de estímulos físicos, químicos y biológicos a los cuales estamos
sometido los seres humanos.
OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL
Conocer las bases del sistema somatosensoriales en el sistema nervioso y las estructuras
periféricas y centrales implicadas en la percepción de los contactos con el exterior del
cuerpo y de las relaciones internas de las diferentes partes del cuerpo.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Analizar los receptores, que son las conexiones, las vías sensoriales y las áreas corticales
del sistema nervioso
Conocer las bases del sistema motor y las estructuras periféricas y centrales implicadas en
el control de nuestros movimientos.
Definir que son los receptores, que son las conexiones, las vías sensoriales y las áreas
corticales.
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Los receptores cutáneos no están distribuidos uniformemente por la superficie del cuerpo, sino que
hay regiones con una mayor densidad por lo que presentan también mayor sensibilidad. Las zonas
más sensibles son la punta de la lengua, los labios, la punta de los dedos, el dorso de la mano y la
cara. Los receptores cutáneos son dendritas de neuronas sensitivas que pueden encontrarse
encapsuladas, formando discos o terminaciones nerviosas libres.
Receptores somatosensoriales
Receptores sensoriales
Los receptores sensoriales convierten la energía del estímulo en una señal nerviosa, en la que está
codificada la información y las características del estímulo. A continuación se transmite desde el
receptor, mediante una serie de neuronas y relevos sinápticos, hasta las regiones cerebrales
específicas, denominándose proceso sensorial. La infraestructura del sistema nervioso encargada
de sustentar este proceso se llama sistema sensorial y consiste en el conjunto de neuronas y sinapsis
excitatorias e inhibitorias que van desde la periferia (superficie corporal u órgano receptor) hasta
los niveles más altos del sistema nervioso central.
Con todo, este proceso forma parte de otro más amplio: la percepción, en el cual, la información
sensorial se integra con la información previamente adquirida, por lo que se añaden elementos
subjetivos que pueden matizar la sensación. Por lo tanto al hablar de percepción hay que
contemplar un proceso activo e integrador en el que participa todo el cerebro.
Los receptores sensoriales son los encargados de convertir los estímulos en mensajes nerviosos.
El estímulo normal y apropiado para un receptor es el que presenta el umbral más bajo con
capacidad excitatorias. A este estímulo se le llama "adecuado o específico" e implica la mínima
intensidad necesaria para que pueda ser detectado. Aunque un traumatismo ocular puede provocar
destellos luminosos, los estímulos adecuados para la visión son los correspondientes a ondas
electromagnéticas dentro del espectro visible. Esta idea está en relación con la Ley de Müller de
las energías sensoriales específicas que postula: “el tipo de sensación no está determinado por el
estímulo, sino por el órgano sensorial estimulado, y por la zona del sistema nervioso central donde
se procesa la información”.
Existen varias formas de clasificar de los receptores dependiendo de los criterios empleados (la
sensación provocada, su origen embriológico, su localización y la naturaleza física del estímulo).
Los más habituales son los criterios de localización que permiten distinguen entre exteroceptores
(receptores externos), interoceptores (receptores viscerales) y propioceptores (receptores
musculares y articulares). Otro criterio muy utilizado es el que atiende a la naturaleza física del
estímulo, según el cual los receptores se clasifican en:
b) Termorreceptores. Que se estimulan cuando detectan cambios en la temperatura; los hay que
se estimulan con el frío y otros, con el calor.
c) Nociceptores. Estimulados por el daño producido en los tejidos, o cuando este daño es
inminente, ya sea por mecanismos físicos o químicos.
e) Quimiorreceptores. Que son estimulados por sensaciones químicas de gusto y olfato (sabores
y olores), por la concentración de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre arterial, o por la
osmolalidad o el pH de los líquidos corporales.
Y un tercer criterio les clasifica en función de su estructura en:
b) Secundarios. Formados por una célula especializada, que se conecta a través de una sinapsis
con la fibra sensorial.
Estudio de la Nocicepción
Los Nociceptores reaccionan a estímulos nocivos capaces de causar daño tisular. Están formados
por terminaciones nerviosas cutáneas libres, que responden a dos tipos principales: los
Nociceptores mecánicos y los Nociceptores polimodales. Los primeros responden a estímulos
mecánicos, como pinchazos dolorosos con objetos agudos (dolor agudo); los segundos, reaccionan
a estímulos mecánicos, químicos y térmicos (dolor crónico o persistente). Por tratarse de un
sistema de alarma, ambos tipos de receptores se adaptan muy lentamente o no lo hacen. La
estimulación parte de una alteración primaria de los tejidos, con reacciones celulares que producen
sustancias capaces de estimular los Nociceptores.
Vías somatosensoriales
Sistema de la columna dorsal y lemnisco: Es una vía formada por grupos de tres neuronas
en serie que trasmite la información procedente de la mayoría de los Mecanorreceptores y
propioceptores hasta la corteza. Consta principalmente de fibras nerviosas mielínicas de
conducción rápida. Las primeras neuronas, o neuronas de primer orden, tienen sus somas
en los ganglios de la raíz dorsal de los nervios raquídeos o en los ganglios craneales y sus
axones ascienden ordenadamente por la médula espinal hasta el bulbo, en dos haces
denominados columnas dorsales o haz de Burdach y de Goll. Allí establecen sinapsis sobre
neuronas de segundo orden situadas en los núcleos de las columnas dorsales. En cada
relevo sináptico se mantienen las relaciones topográficas (orientación espacial), de tal
manera que las proyecciones de los dedos, mano y brazo se mantienen juntas.
Los axones
de las neuronas de segundo orden cruzan al lado opuesto (decusación) y penetran en el
lemnisco medial, que asciende hasta el tálamo donde a nivel del núcleo ventral
posterolateral (VPL) hacen sinapsis sobre neuronas de tercer orden que proyectan sus
axones al área somatosensoriales primaria (SI) de la corteza cerebral. Para transmitir la
sensibilidad de la cara existe la vía del trigémino que es equivalente a la vía del sistema de
columna dorsal y lemnisco en el resto del cuerpo.
En el caso de las señales dolorosas (y en otras modalidades también) existen vías descendentes
que participan en el control del dolor: el sistema endógeno de analgesia. Este sistema se puede
dividir en analgesia inducida por opioides endógenos (encefalina, dinorfina y b-endorfina) o
inducida por estrés. Cuando los Nociceptores se activan liberan sustancia P en sus terminales
sinápticas. La sustancia P produce un potencial postsináptico excitador muy duradero y ayuda a
mantener el efecto de los estímulos nocivos. Los opioides actúan evitando la liberación del
neurotransmisor (inhibición presináptica) o provocando un potencial postsináptico inhibidor con
lo que disminuye la intensidad del dolor o su inhibición total. En situaciones de estrés, las neuronas
de los núcleos del rafe liberan como neurotransmisor serotonina y éste causa inhibición en las
neuronas nociceptivo. Por otra parte las neuronas del tronco del encéfalo aumentan la liberación
de noradrenalina que también inhibe la información dolorosa.
1. Neurona sensorial
2. Campo receptivo
3. Neuronas de primer orden
4. Neuronas de segundo orden
5. Corteza cerebral
6. Homúnculo somato-
sensorial en la corteza
cerebral
7. Divergencia (un axón se
ramifica e inerva varias
otras neuronas)
8. Convergencia (varios axones
de diferente origen inervan
la misma neurona)
9. Células accesorias en el
órgano receptor
Además de las células receptoras, en los receptores sensoriales pueden existir otros tipos de células
que optimizan el proceso de excitación del sistema sensorial. La célula sensorial (célula receptora)
activada puede liberar un neurotransmisor que actúa sobre el primer componente de la vía
sensorial. Esta es la vía que va desde el receptor sensorial hasta el área sensorial respectiva de la
corteza sensorial. En esa vía viajan potenciales de acción organizados en formas particulares de
frecuencias o conjuntos (trenes) de potenciales con intervalos específicos que representan una
forma de código en cada modalidad sensorial. En ese recorrido, la información atraviesa varias
sinapsis en las cuales pueden aparecer modificaciones (procesamiento). En el sitio de destino de
la información en la corteza cerebral, se ha descrito para varias modalidades sensoriales, la
existencia de una representación sensorial. Es decir, los campos receptivos de los órganos
sensoriales (piel, Órgano de Corti, retina) se encuentran representados en ubicaciones definidas.
Así por ejemplo, en la zona somestésica de la corteza cerebral existe una representación sensitiva
de las regiones del cuerpo (homúnculo sensitivo).
En la vía sensorial misma hay que tener presente algunas de sus propiedades. Así por ejemplo, los
estímulos al actuar sobre los receptores sensoriales actúan sobre campos receptivos no sobre
receptores individuales. Esto significa que en una vía sensorial viajan simultáneamente los
potenciales de acción por varios axones de la vía. Esos axones pueden pertenecer a las células
sensoriales o a las primeras neuronas que inician la vía. Ellos se pueden ramificar (divergencia) y
alcanzar a varias otras neuronas (de primer orden) en la vía. Pero estas también pueden recibir
inervación desde otros campos receptivos o desde otros sistemas sensoriales o de axones que no
pertenezcan a sistemas sensoriales (convergencias). En todo caso, cada modalidad sensorial se
identifica con una vía específica.
Desde el punto de vista histológico y funcional, una neurona tiene tres zonas principales: el cuerpo
o soma, las dendritas y el axón. Estos dos últimos elementos son los encargados de establecer las
relaciones sinápticas: las dendritas son como antenas que reciben la mayoría de la información que
proviene de otras células; el axón, por su parte, es el cable con el que una neurona se conecta a
otras.
Las conexiones pueden establecerse a muy corto alcance, a unos cientos de micrómetros a la
redonda, o a distancias muchos mayores. Las neuronas de la espina dorsal, por ejemplo, se
comunican directamente con órganos como los músculos para dar lugar al movimiento (sinapsis
neuromuscular).
Una sinapsis prototípica, como las que aparecen en los botones dendríticos, consiste en unas
proyecciones citoplasmáticas con forma de hongo desde cada célula que, al juntarse, los extremos
de ambas se aplastan uno contra otro. En esta zona, las membranas celulares de ambas células se
juntan en una unión estrecha que permite a las moléculas de señal llamadas neurotransmisoras
pasar rápidamente de una a otra célula por difusión. El canal de unión de la neurona postsináptico
es de aproximadamente 20 nm de ancho, y se conoce como hendidura sináptica.
Estas sinapsis son asimétricas tanto en su estructura como en su funcionamiento. Sólo la neurona
presináptica segrega los neurotransmisores, que se unen a los receptores transmembrana que la
célula postsináptico tiene en la hendidura. El terminal nervioso presináptica (también llamado
botón sináptico o botón) normalmente emerge del extremo de un axón, mientras que la zona
postsináptico normalmente corresponde a una dendrita, al cuerpo celular o a otras zonas celulares.
La zona de la sinapsis donde se libera el neurotransmisor se denomina zona activa. En las zonas
activas, las membranas de las dos células adyacentes están unidas estrechamente mediante
proteínas de adhesión celular. Justo tras la membrana de la célula postsináptico aparece un
complejo de proteínas entrelazadas denominado densidad postsináptico. Las proteínas de la
densidad postsináptico cumplen numerosas funciones, que van desde el anclaje y movimiento de
receptores de neurotransmisores de la membrana plasmática, hasta el anclaje de varias proteínas
reguladoras de la actividad de estos receptores.
- Área motora (área 4): controla de forma voluntaria los músculos esqueléticos pues contiene los
cuerpos de las neuronas motoras superiores. Esta área se sitúa en el giro precentral de lobo
frontal, por delante del surco central, y se extiende hasta el lóbulo paracentral de la cara media
del hemisferio cerebral. Los movimientos que requieren mayor precisión y variedad, como los
movimientos de los labios y las manos, tienen una mayor representación cortical.
- Área premotora (área 6): controla actos motores complejos y la destreza motora; se sitúa por
delante del área motora y se conecta con ella por fibras cortas de asociación. Igualmente se conecta
con el tálamo, el cuerpo estriado y el cerebelo y constituye el centro cortical del sistema motor
extrapiramidales.
La lesión de las áreas 4 y 6 produce inicialmente una parálisis fláccida (por lesión del área
premotora), pero luego una parálisis espástica (por lesión del área motora donde reside la neurona
motora superior).
- Área motora ocular (área 8): controla los movimientos oculares y se relaciona con el
movimiento simultáneo o conjugado de los ojos; se sitúa por delante del área premotora.
- Área de broca (área 44:) controla la parte motora del lenguaje o la producción de los sonidos y
se encuentra en el lobo frontal; la lesión de esta área produce una afasia motora (incapacidad para
pronunciar las palabras).
- Región prefrontal: es la parte restante del lobo frontal situada por delante del área premotora,
donde llegan fibras de asociación provenientes del tálamo y de todas las áreas corticales de ambos
hemisferios.
Esta región rige funciones mentales superiores como el pensamiento abstracto, la previsión, el
juicio, la conciencia del comportamiento, etc. La lesión de esta área en el caso de la sífilis o de
tumores, por ejemplo, produce graves trastornos mentales con cambios emocionales de la
personalidad que pueden requerir una lobotomía prefrontal, ya casi en desuso debido al tratamiento
con fármacos.
- Área sensorial principal (área 3, 2, 1): recibe la información sensorial de las distintas partes
del cuerpo, en un ordenamiento similar al de la parte motora; se sitúa por detrás del surco central,
en el giro postcentral del lobo parietal.
La lesión de esta área produce anestesia aunque se alcanzan a percibir algunas modalidades de
sensación general. La lesión de las áreas sensoriales de asociación como el área 7, situadas por
detrás de esta área principal produce agnosia, sea táctil o propioceptiva: esto es, se conserva la
sensibilidad pero no se pueden reconocer la naturaleza del estímulo ni su intensidad.
Cada hemisferio controla el lado contrario del cuerpo, tanto en la parte motora como en la
sensorial, debido al entrecruzamiento que sufren en su trayecto las neurofibras ascendentes y
descendentes; por lo tanto, las lesiones motoras y sensoriales afectan el lado contrario del cuerpo.
- Área visual (área 17): recibe la información sensorial proveniente de la retina; se ubica en el
lobo occipital, alrededor del surco calcarino. La lesión de esta área produce hemianopsia o
ceguera en medio campo visual.
- Área auditiva (áreas 41 y 42): recibe la información sensorial auditiva proveniente del conducto
coclear; está localizada en el lobo temporal, en giros situados por debajo del surco lateral. La
información proveniente de la parte vestibular del oído y relacionada con el equilibrio es recibida
en un área cortical vecina.
- Área gustatoria (área 43): recibe la información sensorial proveniente de los calículos
gustatorios; se localiza en la parte inferior del giro postcentral (opérculo parietal) y se extiende
profundamente por el surco lateral hasta el llamado córtex insular.
Para el análisis de los estímulos proveniente de los órganos de los sentidos y la elaboración y
compresión de su significado conceptual, estas áreas sensoriales primarias requieren de la
participación de áreas sensoriales de asociación o secundarias que se encuentran próximas a ellas.
El centro del lenguaje se localiza en el hemisferio cerebral dominante (el izquierdo en el caso
de las personas diestras); a este centro pertenecen el +área de Broca (área 44), como también el
centro receptivo del lenguaje hablado que se encuentra en el córtex auditivo secundario del lobo
temporal, el centro del lenguaje escrito ubicado en el córtex visual secundario del lobo occipital,
el de la comprensión de la palabra que se localiza en los lobos temporal y parietal y el de la
memoria del lenguaje situado en la parte posterior del lobo temporal.
2. Sistema Nervioso Autónomo:
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El sistema nervioso parasimpático pertenece al sistema nervioso autónomo, que controla las
funciones y actos involuntarios. Los nervios que lo integran nacen en el encéfalo, formando parte
de los nervios craneales, motor ocular común, facial, glosofaríngeo y vago. En la médula espinal se
encuentra a nivel de las raíces sacras de S2 a S4. Se encarga de la producción y el restablecimiento
de la energía corporal.
Se encarga de la inervación de los músculos lisos, el músculo cardíaco, las glándulas de todo el
organismo y es el que controla gran parte del organismo en situaciones de peligro, estrés y/o
miedo. Su función se puede considerar relativamente independiente del sistema nervioso somático,
pues cuando se destruyen las conexiones con el sistema nervioso central (SNC) y la porción
periférica del sistema nervioso autónomo, todavía siguen funcionando las estructuras inervadas
por él. Sin embargo, esta independencia no es total, ya que la actividad del SNA puede ser
aumentada o disminuida por el sistema nervioso central, en particular, por la corteza cerebral.
División sintética
En una visión más esquemática, las fibras nerviosas simpáticas preganglionares emergen por las
raíces anteriores, siguen por los ramos comunicantes blancos hasta la cadena
de ganglios paravertebrales (tronco simpático), a partir de donde pueden seguir por una de las
siguientes cuatro vías:2
Sinapsis en el tronco simpático con neuronas de ganglios del mismo nivel o del nivel
superior o inferior desde donde las fibras postganglionares dejan el ganglio por el ramo
comunicante gris uniéndose a los nervios periféricos somáticos para ir a inervar vasos
sanguíneos, glándulas sudoríparas y músculos erectores del pelo en piel y músculos.
Pasan a través del tronco simpático, sin hacer sinapsis, continuando por los nervios
esplácnicos para terminar formando sinapsis en los ganglios prevertebrales, desde donde
las fibras posganglionares forman pequeños nervios viscerales que se distribuyen a las
vísceras abdominales y pélvicas.
Pasan a través del tronco simpático para formar sinapsis directamente con las células
neurohormonales de la médula suprarrenal.
Función
Desde el punto de vista psicológico nos prepara para la acción. El funcionamiento del
sistema nervioso simpático está asociado con la psicopercepción de un estímulo de carácter
emocional no neutro.
Brazo eferente: Se origina en las astas laterales de la médula espinal, tiene carácter
simpático y circula a través de la raíz anterior, luego abandonando esta raíz van a los
ganglios simpáticos, a través de las ramas comunicantes blancos. Del ganglio simpático
salen fibras postganglionares:
Unas tras hacer sinapsis en el ganglio simpático vuelven hacia el nervio raquídeo,
este tronco se llama «ramo comunicante gris». Al acompañar al nervio raquídeo
llega a todas las estructuras.
Otras se dirigen acompañando a los vasos y junto con ellos alcanzan los territorios
que irrigan. Son los ramos perivasculares.
Por último están los fascículos o nervios esplácnicos o viscerales, se distribuyen
por las vísceras.
Brazo aferente: las fibras viscerales atraviesan la cadena simpática, mediante el ramo
comunicante blanco, y llegan al nervio raquídeo. El cuerpo de la neurona está en el ganglio
raquídeo, terminando en las astas posteriores.
Las neuronas intercalares cierran este arco, conectando las astas posteriores con las
laterales.
3. Sistema Endocrino:
Si bien rara vez pensamos en ellas, las glándulas del sistema endócrino y las hormonas que liberan
influyen en casi todas las células, los órganos y las funciones del cuerpo. El sistema endócrino
juega un papel decisivo en la regulación del humor, el crecimiento y el desarrollo, la función de
los tejidos y el metabolismo, así como en la función sexual y los procesos reproductivos.
En general, el sistema endócrino se encarga de los procesos corporales que se producen lentamente,
como el crecimiento celular. Los procesos más rápidos, como la respiración y los movimientos
corporales, son controlados por el sistema nervioso. Sin embargo, si bien el sistema nervioso y el
sistema endócrino son sistemas independientes, suelen trabajar juntos para ayudar al cuerpo a
funcionar de manera adecuada.
Las principales glándulas que conformas el sistema Algunas glándulas exocrinas son:
endocrino son: Glándulas sudoríparas
Glándula pineal. Salivales
Glándula tiroides. Mucosas
Glándulas suprarrenales. glándulas mamarias
Gónadas: testículos y ovarios. glándulas sebáceas
Hígado. glándulas lacrimales.
Hipófisis o pituitaria (lóbulo posterior y
lóbulo anterior)
Hipotálamo.
Páncreas.
Paratiroides.
Riñones.
Las glándulas endocrinas son liberados en la sangre Las sustancias producidas por las glándulas exocrinas
y así llegan a las células y órganos que los requieren viajan a través de conductos y se depositan en
superficies epiteliales.
Hipotálamo
Es una estructura del sistema nervioso central, ubicada a nivel del diencéfalo; ocupa cerca del 0.3%
de la masa encefálica total. Está ampliamente inervado e irrigado, lo cual le permite un control
absoluto de las condiciones físico-químicas de la sangre y, por consiguiente, dar respuestas a
través de la secreción neurohormonales o neuroeléctrica. Comprende la zona situada desde
el quiasma óptico hasta los tubérculos mamilares, por debajo del tálamo (de ahí su nombre).
Consta de 10 núcleos (ver núcleos del hipotálamo), por medio de los cuales ejerce sus funciones
neuroendocrinas.
Hipófisis
La hipófisis es una estructura de pequeño tamaño, que se encuentra alojada en la silla turca a nivel
del hueso esfenoidal; al igual que el hipotálamo, forma parte del diencéfalo. Está conformada por
dos porciones bien diferenciadas e histológicamente distintas: una anterior
(llamada adenohipofisis), cuya función es la producción de hormonas (ver hormonas hipofisiarias)
y otra posterior, llamada neurohipofisis, conformada por haces de fibras nerviosas provenientes
del infundíbulo y que corresponden a los axones de las neuronas situadas en este núcleo. Su
función consiste en almacenar y secretar las hormonas oxitocina y vasopresina, sintetizadas en el
hipotálamo.
Conexiones hipotálamo-hipofisiarias
una vía sanguínea (sistema porta hipofisario), que conecta la eminencia media y
el infundíbulo con el lóbulo anterior de la hipófisis o adenohipofisis y controla, así, la
secreción hormonal de esta última.
Cada una de las hormonas producidas tanto en el hipotálamo como en la hipófisis tiene una serie
de factores estimuladores e inhibidores de la secreción. A continuación se muestran las más
importantes:
Vasopresina
El factor inhibidor de la liberación de prolactina (PIF) inhibe la producción de prolactina por parte
de la adenohipófisis, y su síntesis depende de muchos factores. Al comienzo se creía que
únicamente la dopamina era la encargada de la inhibición de la liberación de prolactina, pero
análisis cuantitativos de dopamina en el sistema porta hipofisiario han demostrado que los niveles
de este neurotransmisor no son suficientes para ejercer todo el efecto, por lo cual se cree que
intervienen otra serie de sustancias tales como el ácido gamma amino butírico (GABA) o la
somatostatina.
4-Digestión y metabolismo:
Defina que es una enzima y como se clasifican según el tipo de reacción.
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Los enzimas son proteínas que catalizan reacciones químicas en los seres vivos. Los enzimas son
catalizadores, es decir, sustancias que, sin consumirse en una reacción, aumentan notablemente su
velocidad. No hacen factibles las reacciones imposibles, sino que solamente aceleran las que
espontáneamente podrían producirse. Ello hace posible que en condiciones fisiológicas tengan
lugar reacciones que sin catalizador requerirían condiciones extremas de presión, temperatura o
pH.
Prácticamente todas las reacciones químicas que tienen lugar en los seres vivos están catalizadas
por enzimas. Los enzimas son catalizadores específicos: cada enzima cataliza un solo tipo de
reacción, y casi siempre actúa sobre un único sustrato o sobre un grupo muy reducido de ellos. En
una reacción catalizada por un enzima:
2. El sustrato se une a una región concreta de la enzima, llamada centro activo. El centro
activo comprende (1) un sitio de unión formado por los aminoácidos que están en contacto
directo con el sustrato y (2) un sitio catalítico, formado por los aminoácidos directamente
implicados en el mecanismo de la reacción
3. Una vez formados los productos el enzima puede comenzar un nuevo ciclo de reacción
Las propiedades de los enzimas derivan del hecho de ser proteínas y de actuar como catalizadores.
Como proteínas, poseen una conformación natural más estable que las demás conformaciones
posibles. Así, cambios en la conformación suelen ir asociados en cambios en la actividad catalítica.
Los factores que influyen de manera más directa sobre la actividad de un enzima son:
PH
Temperatura
Cofactores
En función de su acción catalítica específica, las enzimas se clasifican en 6 grandes grupos o clases:
Clase 1: OXIDORREDUCTASAS
Clase 2: TRANSFERASAS
Clase 3: HIDROLASAS
Clase 4: LIASAS
Clase 5: ISOMERASAS
Clase 6: LIGASAS
Describa como se da el metabolismo de los carbohidratos, los lípidos, las proteínas, las
vitaminas y los minerales; así mismo explique cuáles son los estados metabólicos.
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Metabolismo de lípidos
Los ácidos grasos (AG) son los componentes principales de los lípidos complejos (triacilgliceroles,
fosfolípidos). Los triacilgliceroles son la forma más importante de almacenamiento de energía en
los animales. Este tipo de almacenamiento presenta sus ventajas, al oxidarse el C de los AG
producen más ATP que cualquier otra forma de C, además, los lípidos están menos hidratados que
los polisacáridos, por lo que ocupan menos espacio. Los AG se incorporan a las membranas
celulares.
Los carbohidratos de la ración proporcionan más del 50% de la energía necesaria para el trabajo
metabólico, el crecimiento, la reparación, la secreción, la absorción, la excreción y el trabajo
mecánico. El metabolismo de CHOs incluye las reacciones que experimentan los CHOs de
orígenes alimentarios o los formados a partir de compuestos diferentes a los CHOs. La oxidación
de este tipo de glúcidos proporciona energía, se almacenan como glucógeno, sirven para la síntesis
de aminoácidos no esenciales y ante el exceso de CHOs se favorece la síntesis de ácidos grasos.
Esta vía metabólica ni requiere, ni produce ATP, se desarrolla en el citoplasma de las células de
tejidos con elevada actividad lipogenética (hígado, tejido adiposo, glándula mamaria, cerebro en
desarrollo). La molécula de glucosa 6-fosfato será transformada en y una pentosa fosfato. Los
carbonos de la pentosa se transferirán en piezas de 2 a 3 carbonos entre moléculas. Los productos
finales pueden contener de 3 a 7 átomos de carbono que serán utilizadas posteriormente en la
glucólisis (triosas fosfato), en la síntesis de aminoácidos (eritrosa 4-fosfato), en la síntesis de ac:
nucleicos, NAD, FAD, y CoA. En esta vía se genera también NADPH, esta coenzima se utilizará
para la síntesis de ácidos grasos de cadena larga, de colesterol, la hidroxilación de ácidos grasos y
esteroides, mantenimiento de la glutatión reducido (GSSG) en los glóbulos rojos.
Gluconeogénesis
El hígado, el tejido adiposo y la glándula mamaria son los sitios más importantes de biosíntesis de
AG. La actividad del tejido adiposo predomina en el rumiante. Los principales sustratos para la
síntesis de AG son el acetil-CoA y el NADPH, éstos se generan en la glucólisis, el ciclo de las
pentosas y el ciclo de Krebs. El enzima citrato sintasa convierte al acetil CoA y al OAA en citrato
y de esta manera logra cruzar la membrana mitocondrial para salir al citoplasma; el citrato es
retransformado en acetil CoA y OAA en el citosol por el enzima ATP-citrato liasa. El oxalato se
convierte en malato para regresar a la mitocondria e incorporarse al ciclo de Krebs. El enzima
málica descarboxila al malato en piruvato que puede ser transportado a la mitocondria. Este enzima
en el citosol genera NADPH, necesario para la síntesis de AG.
Cuando el aporte de energía de la dieta es insuficiente, el animal responde con la señal hormonal,
que se transmite al tejido adiposo por medio de la liberación de adrenalina, glucagon u otras
hormonas. Éstas se unen a la membrana de la célula adiposa y estimulan la síntesis del quien
activará a una proteína quinasa que fosforila y activa a la triglicérido lipasa. Los triglicéridos se
hidrolizan a diglicéridos, liberando un ácido graso del carbono 1 ó 3 del glicerol. Los diglicéridos
y los monoglicéridos son hidrolizados rápidamente para producir ácidos grasos y glicerol. El ácido
graso no esterificado sale a la sangre y se une a la albúmina para ser transportado a otros tejidos,
y el glicerol será utilizado por el hígado para la producción de glucosa.
Metabolismo de proteínas
Las proteínas funcionan como enzimas, para formar estructuras, pero además los aminoácidos
pueden utilizarse como fuente de energía o como sustratos para otras rutas biosintéticas. En los
animales superiores, los aminoácidos provienen de la proteína de la dieta o por recambio
metabólico de proteína endógena. El exceso de aminoácidos se degrada parcialmente para dejar
esqueletos de carbono para biosíntesis o se degradan totalmente para producir energía. Los
aminoácidos son catabolizados a través de la remoción del nitrógeno (N), a través de dos rutas
principales: la trasnominación y la desaminación oxidativa.
Estados metabólicos
En el metabolismo existen diferentes estados metabólicos, los cuales se dan debido a la adaptación
del metabolismo a la disposición de nutrientes. Para la coordinación de esos mecanismos, el
metabolismo de cada órgano y tejido debe estar estrictamente regulado e integrado con el del resto
del organismo.
Describa la anatomía del hígado, la vesícula biliar y el páncreas, establezca una secuencia
que describa la secreción de la bilis y jugo pancreático, brevemente determine cuál es su la
función de estas secreciones en el metabolismo.
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El hígado
Es el órgano más grande del cuerpo, llegando en una persona adulta a pesar 1,5 kilogramos.
Se ubica en la parte superior derecha de la cavidad abdominal y es considerado una de las vísceras
más importantes y poderosas del cuerpo. De esta manera, cualquier deterioro o merma de sus
funciones no solo afecta al sistema digestivo, sino que provoca un desequilibrio a nivel general.
El hígado está cubierto por una capa de tejido conectivo, denominada cápsula de Glisson, y posee
dos lóbulos (izquierdo y derecho) de diferente tamaño. Cada lóbulo está constituido por miles de
lobulillos, que poseen una forma hexagonal y que están ampliamente irrigados. En el centro de
cada uno se sitúa la vena central, la que desemboca en la vena hepática. Además, cuenta con ramas
de la arteria hepática y ramas de la vena porta.
Este órgano posee numerosas tareas químicas, por lo que es considerado un verdadero laboratorio.
Regula el azúcar en la sangre, descompone grasas, proteínas y hormonas, almacena vitaminas y
minerales y elimina sustancias tóxicas que ingresan al organismo (como alcohol, medicamentos,
etc.). Incluso, posee la capacidad de retirar algunas bacterias y los restos sin vida de las células
sanguíneas.
También es el encargado de producir un vital fluido digestivo, la bilis, que facilita la digestión de
las grasas. Este líquido es conducido desde su fábrica (los hepatocitos o células hepáticas) hacia el
exterior del hígado, a través de los finos canalículos biliares, que unidos forman los conductos
biliares derecho e izquierdo.
La vesícula biliar
Catalogada como una estructura de almacenamiento, la vesícula biliar es un pequeño saco hueco
con forma de pera, de unos ocho centímetros de largo y tres de ancho.
Está ubicada en la parte derecha del abdomen, debajo del hígado y la forman, desde adentro hacia
afuera, capas de tejido fibroso, músculos (que se contraen para expulsar la bilis) y una membrana
mucosa de revestimiento.
En ella se alberga de manera temporal y continua la bilis y por esta razón se encuentra conectada
directamente con el hígado, a través de los conductos biliares.
La vesícula biliar posee, además, importantes conductos, por los cuales vierte su contenido hacia
la primera porción del intestino delgado. Entre ellos está el conducto cístico, que sale desde la
vesícula biliar y se conecta al duodeno por el colédoco. Este último es un tubo de,
aproximadamente, 10 milímetros, que posee una válvula que abre y cierra el paso del contenido
biliar, llamado esfínter de Oddi.
El páncreas
Detrás del estómago encontramos una glándula de forma alargada y plana, que encaja de manera
precisa en la vuelta que da el duodeno: el páncreas.
El páncreas no solo destaca por sus funciones digestivas (sus fluidos descomponen los alimentos),
sino también hormonales (secreta directamente a la sangre la hormona insulina, que regula la
cantidad de glucosa en la sangre).
El páncreas tiene una longitud cercana a los 15 centímetros y es una verdadera cápsula que alberga
en su interior numerosos lobulillos, los que producen y secretan enzimas digestivas. Es importante
destacar que entre cada uno de ellos se ubican los islotes de Langerhans, verdaderas fábricas de
insulina.
Los jugos generados en el páncreas se dirigen por los conductos menores hacia el conducto
pancreático principal y accesorio.
Desde allí, a través de un ensanchamiento del duodeno, denominado ampolla de Váter, se abocan
a cumplir con su tarea digestiva.