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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

ASIGNATURA DEL CURSO: PROCESO DE EJECUCION

TEMA: EMBARGO EN FORMA DE INSCRIPCION, ADMINISTRACION, RECAUDACION Y

ANOTACION DE DEMANDA

INTEGRANTES:
BARRIENTOSSALAZAR JUAN FRANCISCO

BRICEÑO ESPINOZA YONY

DOMINGUEZ MELGAREJO KATTYA

QUEVEDO RODRIGUEZ OLIMPIA ANGELA

SOSA CUMA FERNANDO LUIS

DOCENTE:
Dr. OSCAR WILFREDO RUIZ JARA
CICLO: VIII

LIMA – PERÚ/ 2018


ii

AGRADECIMIENTO

Al docente, por sus enseñanzas a lo


largo de nuestra carrera, por su
paciencia para despejar nuestras
dudas; gracias por su tiempo.

A la Universidad

ULADECH Católica

Por ser un cobijo para apoyarnos y


donde ampliamos nuestros
conocimientos.
iii

DEDICATORIA

A Dios:

Dedicamos este trabajo a Dios, por su


sabiduría, y permitirnos llegar hasta
este momento de nuestra vida
profesional.

A nuestra familia, por su confianza


y apoyo incondicional.
iv

INDICE GENERAL

INTRODUCCION .......................................................................................................................... 1

1. EMBARGO EN FORMA DE INTERVENCIÓN EN RECAUDACIÓN .......................... 2

2. OBLIGACIONES DEL INTERVENTOR RECAUDADOR. ............................................ 6

3. OBLIGACIÓN ESPECIAL. ................................................................................................ 8

4. CONVERSIÓN DE LA RECAUDACIÓN. ........................................................................ 9

5. EMBARGO EN FORMA DE INSCRIPCIÓN................................................................. 11

6. DISTRIBUCION ENTRE EMBARGO EN FORMA DE INSCRIPCION Y ANOTACION

DE DEMANDA. ....................................................................................................................... 12

7. CADUCIDAD DEL DERECHO DE EMBARGO EN FORMA DE INSCRIPCION...... 14

8. FUNDAMENTO DEL DERECHO DE EMBARGOEN FORMA DE INSCRIPCION…14

9. REQUISITOS DE LA MEDIDA CAUTELAR EN GENERAL. ..................................... 16

10. BIENES QUE NO SE PUEDE EMBARGAR .................................................................. 15

11. EMBARGO EN FORMA DE ADMNISTRACIÓN DE BIENES .................................... 23

12. CONVERSIÓN A ADMINISTRACIÓN DE UNIDAD DE PRODUCCIÓN O

COMERCIO. ............................................................................................................................ 26

13. OBLIGACIONES DEL ADMINISTRADOR ............................................................... 283

14. E JECUCIÓN DE LA CONVERSIÓN A ADMINISTRACIÓN…………………….…26

15. ANOTACIÓN DE DEMANDA EN LOS REGISTROS PÚBLICOS…………..……28


CONCLUSIONES ................................................................................................................... 36
1

INTRODUCCION

El presente trabajo está encaminado a establecer la importancia de las medidas cautelares


dentro del proceso civil. Las medidas cautelares son disposiciones judiciales que se dictan
para garantizar el resultado de un proceso y asegurar el cumplimiento de la sentencia,
evitando la frustración del derecho del peticionante derivada de la duración del mismo.

Es necesario señalar que cuando se solicita que se dicte una medida cautelar respecto del
inminente incumplimiento de un derecho declarado mediante sentencia, ante ello el Código
Procesal Civil ha establecido como mecanismo favorable a la parte accionante, cuando crea
que es existe la posibilidad que su pretensión no será satisfecha, solicite ante el Juez una
medida cautelar, para ello deben cumplirse con los siguientes presupuestos: los
“Presupuestos genéricos de las medidas cautelares. Quien solicite una medida cautelar
deberá, según la naturaleza de ella: a) acreditar la verosimilitud del derecho que invoca; b)
acreditar el peligro de pérdida o frustración de su derecho o la urgencia de la adopción de la
medida según las circunstancias del caso; y c) otorgar contra cautela para responder de todas
las costas y de los daños y perjuicios que pudiere ocasionar si la hubiese pedido sin derecho,
salvo aquellos casos en que no se la requiera por la naturaleza de la medida solicitada.
2

EL EMBARGO

1. EMBARGO EN FORMA DE INTERVENCIÓN EN RECAUDACIÓN

ARTICULO 661°.-

“Cuando La medida afecta una empresa de persona natural o jurídica con la


finalidad de embargar los ingresos propios de esta, el juez designará a uno o más
interventores recaudadores, según el caso, para que recaben directamente los
ingresos de aquella.

La disposición del párrafo anterior es aplicable, también, a las personas jurídicas


sin fines de lucro.

La resolución cautelar debe precisar el nombre del interventor y la periodicidad de


los informes que debe remitir al juez”.

La intervención judicial es la medida cautelar en cuya virtud una persona designada por el
juez, en calidad de auxiliar externo de este, interfiere en la actividad económica de una
persona física o jurídica, sea formal o informal, para asegurar la ejecución forzada o para
impedir que se produzcan alteraciones perjudiciales en el estado de los bienes.

En opinión de Palacio, las intervenciones tienen una cobertura mayor, que “aun cuando solo
persiga en forma inmediata preservar la inalterabilidad de una situación de hecho, siempre
sirve, en definitiva, como todas las medidas cautelares al resultado práctico de un proceso
cuyo objeto consiste en una pretensión o en una petición encaminada a dividir o adjudicar
bienes, a reconocer derechos reales sobre estos o a reemplazar a la persona o personas que lo
administran e incluso a liquidar y distribuir la totalidad de un patrimonio”.

Existen tres modalidades de intervención, para el Código Procesal: la recaudación, la


información y la administración. En el primer caso, se caracteriza por el hecho que el auxiliar
nombrado por el juez circunscribe su cometido a recaudar sumas embargadas (interventor
recaudador), tuviese a su cargo la información sobre el movimiento económico de la empresa
3

(interventor fiscalizador) o sustituyese al administrador o administradores de esas entidades


(interventor administrador).

Otras opiniones sostienen dos especies de intervención: la que se limita a fiscalizar o


controlar la administración de una sociedad, asociación, ente colectivo o patrimonio; y la que
reemplaza provisionalmente al administrador o administradores de la entidad o bienes que se
trate (interventor administrador) o actuar con ellos en forma conjunta (interventor
coadministrador).

La intervención en recaudación que tiene como objetivo embargar los ingresos propios de la
empresa (sea de persona natural o jurídica) para lo cual, el juez designa un órgano de auxilio
judicial llamado interventor, a fin de que recabe directamente los ingresos de aquella, sea que
se perciban en forma sucesiva, como sucede con los honorarios profesionales, los
arrendamientos o las entradas a espectáculos públicos. La intervención puede recaer sobre
actividades dedicadas al comercio formal o informal.

Para que opere esta medida debe tratarse de bienes productivos de rentas, frutos o productos,
como la explotación industrial o comercial, sea cualquiera su importancia y naturaleza; sobre
participaciones o regalías correspondientes al presunto deudor en otras empresas; rentas
provenientes de locación de inmuebles, etc.

Puede el juez contemplar la posibilidad del veedor en la intervención en recaudación, al que


le asignará funciones informativas, vinculadas a los aspectos externos de la recaudación.

La designación del interventor debe recaer en una persona que posea los conocimientos
necesarios para desempeñarse como tal, atendiendo a la naturaleza de los bienes o actividades
en que intervendrá. No requiere de la posesión de título profesional, pero sí de específicos y
probados conocimientos de índole contable.

Dichos profesionales son personas apropiadas para desempeñarse en calidad de interventores


o veedores.

(Podetti, 1956) Señala “el interventor judicial es un custodio y como tal, un auxiliar
externo del juez que lo designa. Como no existe una profesión u oficio que pueda
considerarse particularmente apto para esta función, no existen listas y los jueces
tienen amplia libertad para designarlos. Es obvio que no han de nombrar a quien
4

proponga el solicitante de la medida, porque ello tanto implicaría como poner en


manos del presunto acreedor una medida que, por sus características, puede ser muy
gravosa para el deudor o presunto deudor. Y que han de seleccionar a la persona que,
bajo su propia responsabilidad, desempeñará el cargo del interventor, fiscalizando
entradas y reteniendo fondos”.

La norma no fija límite al número de interventores. Para designar el interventor, se tendrá en


cuenta la naturaleza, extensión de sus funciones, frecuencia y capacidad del movimiento
económico de la intervenida; por citar, si la empresa tiene sucursales en diversas provincias
del país, podría asignarse un interventor por cada sucursal.

El interventor está obligado a llevar el control de ingresos y egresos de la empresa


intervenida. La medida no afecta las facultades dispositivas y administrativas, pues el
interventor únicamente fiscalizará el funcionamiento y conservación de lo intervenido, sin
interferir ni interrumpir sus labores propias. El juez fijará la misión que deberán cumplir y
las atribuciones que le asigne, de acuerdo con sus funciones, sin perjuicio de las que refiere
el artículo 662 del CPC.

Como señala la norma, la resolución cautelar debe precisar el nombre del interventor y la
periodicidad de los informes que debe remitir al juez. A pesar de que la norma no lo precise,
la resolución cautelar debe fijar la retribución del interventor en su cometido, pero el cobro
solo puede ser ejercido una vez concluida su misión y rendida cuenta satisfactoriamente de
los dineros retenidos y depositados, sin embargo, podría exceptuarse cuando la intervención
sea por un lapso muy extenso y se fija la remuneración por el tiempo más que por el monto
retenido.

El interventor es un auxiliar del juez a cuyas directivas debe ceñirse. Debe designarse a una
persona ajena a la sociedad intervenida y limitar su cometido a la gestión que se le haya
encomendado, además de las obligaciones que detalla el artículo 662 del CPC. El interventor,
en calidad de auxiliar externo del juez, debe asumir una actitud imparcial. No es
recomendable que la designación recaiga en una persona, que como empleado o
administrador, forme parte de la empresa intervenida.
5

Su designación, como la de todo órgano de auxilio judicial, está sujeta a la recusación,


impedimento o abstención según el caso (ver el artículo 315 del CPC).

Una vez designado el interventor, aquel debe ser puesto en funciones por el juzgado,
recurriendo inclusive a la fuerza pública, en caso de resistencia a la ejecución de la medida y
ordenando el descerraje si fuere necesario para allanar el domicilio de la ejecutada. Si esta
tuviera varias sucursales, la intervención puede recaer en todas ellas, designando un
interventor por cada sucursal, procediendo a la ejecución a través de exhorto, en caso estas
se encuentren fuera de la competencia territorial del juzgado.

La recaudación cubre el monto ordenado cautelar, pudiendo dicho monto ampliarse, con la
consecuente prolongación en el tiempo. Véase el caso del recaudador que detecta que los
ingresos de la empresa afectada no se vienen recaudando directamente con dinero en efectivo
sino por depósitos bancarios. En estos casos, la retención no podría exceder de un
determinado porcentaje sin riesgo de afectar capital y gastos de explotación que corresponde
respetar para asegurar la generación de ingresos.

JURISPRUDENCIA:

Es procedente amparar el pedido de embargo en forma de intervención y anotación


de la demanda en el Registro de Personas Jurídicas de Lima, si el solicitante acredita
no solo su calidad de accionista con un porcentaje del 50% de acciones de la empresa
demandante sino su condición de gerente de ella. Encontrándose discutiendo en el
proceso principal la resolución de la empresa, ello implica que debe tener aún más
control de todos los movimientos contables de |os activos de dicha empresa (Exp. N°
31807-99 (Resolución N°2), Sala de Procesos Sumarísimos y No Contenciosos.
Ledesma Narváez, Marianella. Jurisprudencia Actual, Tomo 6. Gaceta Jurídica, pág.
698).
6

2. OBLIGACIONES DEL INTERVENTOR RECAUDADOR.

ARTICULO 662°:

El órgano de auxilio judicial está obligado a:

1. Verificar el funcionamiento y conservación de lo intervenido, sin interferir ni


interrumpir sus labores propias;

2. Llevar control de ingresos y de egresos;

3. Proporcionar, de los fondos que recauda, lo necesario para la actividad regular y


ordinaria de lo intervenido;

4. Poner a disposición del juez dentro de tercer día las cantidades recaudadas,
consignándolas a su orden en el Banco de la Nación. A pedido propio o de parle,
puede el juez modificar el plazo para consignar; y,

5. Informar, en los plazos señalados por el juzgado, el desarrollo regular de la


intervención, especialmente los hechos referidos en los incisos 1, 2 y 3 de este
artículo.

En este artículo nos expresa taxativamente las obligaciones del interventor recaudador,
entonces el interventor debe desempeñar personalmente el cargo con arreglo a las directivas
que le imparta el juez, ya que es colaborador externo del magistrado que lo designa. Sus
atribuciones emanan de la resolución judicial que las enumera sin perjuicio de las que
corresponde considerar implícitas. En caso de duda, el interventor debe requerir autorización
judicial.

El interventor debe limitarse solo a las medidas estrictamente necesarias para el


cumplimiento de su función, evitando las que comprometan su imparcialidad respecto de las
parles interesadas o que puedan producirles daño o menoscabo.

Es pasible de remoción cuando se extralimita en las atribuciones que se le confirieron o no


guarda con las partes, una adecuada equidistancia.
7

El interventor judicial tiene el deber de limitar su cometido a la gestión que se le haya


encomendado informando objetivamente sobre ella, sin que pueda admitirse su participación
en el proceso formulando peticiones que incumben a las partes, en cuanto estas pueden
pretender que la medida cautelar se cumpla en la forma más adecuada. En ese sentido el
interventor debe presentar los informes periódicos que disponga el juzgado, tal como lo
señala el inciso 5 del artículo, sin perjuicio que al finalizar su mandato emita un informe final
de todo lo ejecutado.

Además el interventor-recaudador, con la periodicidad que el juez fije, debe poner a


disposición del juzgado las cantidades recaudadas, con los certificados de depósito bancario
por dichas sumas (ver el inciso 4).

Como se advierte del inciso 3, el interventor debe "proporcionar, de los fondos que recauda,
lo necesario para la actividad regular y ordinaria de lo intervenido. La redacción de este inciso
es bastante amplia para fijar cuánto es lo necesario para la actividad regular. Si bien la
recaudación se orienta a retener determinado monto establecido en el mandato cautelar, lo
retenido no puede exceder de un determinado porcentaje a fin de no poner en riesgo el
funcionamiento de la propia empresa y los gastos de explotación, para asegurar la generación
de ingresos. La norma no obliga al juez a establecer un monto de la recaudación dentro de
un porcentaje, pero es importante que el juez lo fije oportunamente en atención al informe
que emita el recaudador según los ingresos y egresos de la intervenida.

Tal como se aprecia del presente artículo, las obligaciones que se asigna al interventor
recaudador, no tiene nada que hacer con la administración del negocio. Como señala (Podetti,
1956), “su misión se concreta y concluye con la fiscalización de la caja. Si la retención que
debe hacer es total, podrá sustituir el cajero o a quien perciba las entradas, rentas o beneficios;
si es solo de una parte proporcional de las entradas brutas, fiscalizará estas y exigirá, diaria
o periódicamente, la entrega de la parte proporcional correspondiente; si de las entradas netas,
su fiscalización tendrá que hacerse extensiva a los libros y papeles, a fin de determinarlas.
Pero de todas maneras ha de procurar no entorpecer más allá de lo indispensable, la
administración o parle de la administración intervenida, y dar cuenta al juez de cualquier
inconveniente o dificultad que pudiera presentársele en el cumplimiento de su misión”.
8

3. OBLIGACIÓN ESPECIAL.

ARTICULO 663°:
“El interventor recaudador debe informar, de inmediato, sobre aspectos que
considere perjudiciales o inconvenientes a los intereses de quien ha obtenido la
medida cautelar, entre ellos la falta de ingresos y la resistencia e intencional
obstrucción que dificulte o impida su actuación”.

Una de las obligaciones que asume el interventor en recaudación es informar, en los plazos
que señala el juzgado, el desarrollo regular de la intervención, especialmente sobre el
funcionamiento y conservación de lo intervenido, los ingresos y egresos de la intervenida,
así como los fondos que proporciona para la actividad regular y ordinaria de lo intervenido.

Este informe pondrá en conocimiento del juzgado y podrá referirse a “aspectos que considere
perjudiciales o inconvenientes a los intereses de quien ha obtenido la medida cautelar, entre
ellos la falta de ingresos y la resistencia e intencional obstrucción que dificulte o impida su
actuación”.

Es trascendente este informe para la permanencia de la medida de intervención dictada, pues


si el interesado considera que la intervención es improductiva, puede pedir la conversión del
embargo a secuestro, con la consecuente clausura del negocio.

Nótese que la intervención en recaudación recae sobre bienes productores de rentas o frutos,
Su función se limitará exclusivamente a la recaudación de la parte embargada, sin injerencia
alguna en la administración.

Una vez designado el interventor y producida la aceptación del cargo, aquel debe ser puesto
en funciones por el secretario, quien en caso de resistencia a la ejecución de la medida, se
halla facultado para requerir el auxilio de la fuerza pública y allanar el domicilio, pero dicha
resistencia no es condición para pedir la conversión de la medida, la misma que opera solo
cuando el informe señale que es improductiva.

Puede darse el caso de que el interventor emita al juez el siguiente informe:


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1) He cumplido con verificar el funcionamiento y conservación de lo intervenido, sin haber


interferido ni interrumpido en las labores propias de la ejecutada;

2) Además he llevado el control de los ingresos y egresos de la ejecutada. Al respecto debo


manifestar que no me ha sido posible recaudar los ingresos obtenidos por la ejecutada, en
razón de que los clientes de esta efectúan el pago por los servicios que les brinda la ejecutada,
a través de depósitos en efectivo en las cuentas corrientes en moneda nacional N° 00-5555
del Banco Buena Vida y cuenta corriente en moneda extranjera N° 00-6666 de la misma
institución bancaria;

3) En consecuencia, no he recaudado suma alguna que haya tenido que ser consignada en el
Banco de la Nación y puesto a disposición del juzgado”.

A tenor del informe citado, no puede calificarse de improductiva la empresa, pero dicha
información puede provocar la variación de la medida a efectos de recurrir a la retención de
tales depósitos.

4. CONVERSIÓN DE LA RECAUDACIÓN.

ARTICULO 664° CPC:

“Si el interesado considera que la intervención es improductiva, puede solicitar al


juez la clausura del negocio y la conversión del embargo de intervención a secuestro.
El juez resolverá previo traslado al afectado por el plazo de tres días, y atendiendo
al informe del interventor y del veedor, si lo hay. Contra la resolución que se expida
procede apelación con efecto suspensivo.”

Una de las características de la medida cautelar es su mutabilidad o variabilidad, esto es que


la medida dictada puede ser modificada para lograr simetría entre ella y la naturaleza,
magnitud o extensión de la tutela ordenada. Cuando no se aprecia este equilibrio, el sistema
cautelar permite que cualquiera de las partes puedan buscar modificarla, a través de la mejora,
ampliación, reducción y sustitución de la ya ordenada medida cautelar.
10

En el caso del embargo en forma de intervención en recaudación, esa variabilidad de la


medida se va a expresar en la conversión de la medida de recaudación a secuestro, facultad
que le corresponde solo al beneficiado con ella, a diferencia de la variación, que le
corresponde a cualquiera de las partes (ver el artículo 617 del CPC).

La intervención en recaudación también puede generar la conversión a la intervención en


administración (ver el artículo 670 del CPC), de ahí que este tipo de cautelas se califiquen
como secuestro por transformación cuando se califique la intervención de improductiva. Otro
supuesto de conversión encontramos en el embargo en forma de depósito, el mismo que
puede convertirse a secuestro siempre y cuando el obligado se niegue a aceptar la designación
de depositario (ver el artículo 649 del CPC).

La intervención en recaudación no busca afectar el normal desarrollo de la empresa, todo lo


contrario, lo que se pretende es que ella siga operando para no paralizar la producción. El
objetivo de la intervención es recaudar parte de los ingresos para la ejecución forzada y los
otros para que sean destinados a la actividad ordinaria y regular de la empresa intervenida.

Por otro lado, para que opere la conversión de intervención a secuestro es determinante el
informe que emita el interventor recaudador, en relación a la productividad de la empresa
afectada. Recién a partir de esa información, previo traslado del afectado, procederá a la
clausura del negocio, siempre que la resolución quede firme.

JURISPRUDENCIA:

La conversión del embargo de intervención no requiere de mayores informes


documentados del interventor designado. Procede ampararla si la medida cautelar no
cumple con el objeto por el que fue emitida (Exp, N° 5401-98, Sala de Procesos
Ejecutivos, Ledesma Narváez, Marianella, Jurisprudencia Actual, Tomo 4, Gaceta
Jurídica, p. 576).

Ante el informe del interventor sobre la improductividad del negocio intervenido, la


carga de la prueba para contrarrestar ello, le corresponde al afectado, consignando
fondos compatibles con el monto mandado pagar (Exp. N° 61258-119-97, Sala de
11

Procesos Ejecutivos, Ledesma Narváez, Marianella, Jurisprudencia Actual, Tomo 4,


Gaceta Jurídica, pp. 576-577).

Existiendo mandato judicial firme que dispone la conversión de la medida de


intervención en recaudación a secuestro conservativo y clausura del negocio; no
resulta de amparo la variación de la medida cautelar solicitada, si la que se ofrece
para reemplazo no ofrece las garantías suficientes (Exp. N° 836-99, Sala de Procesos
Ejecutivos, Ledesma Narváez, Marianella, Jurisprudencia Actual, Tomo 4, Gaceta
Jurídica, pp, 577-579).

5. EMBARGO EN FORMA DE INSCRIPCION.

ARTICULO 656° CPC:


“Tratándose de bienes registrados, la medida puede ejecutarse inscribiéndose el
monto de la afectación, siempre que éste resulte compatible con el título de propiedad
ya inscrito.
Este embargo no impide la enajenación del bien, pero el sucesor asume la carga hasta por
el monto inscrito. La certificación registral de la inscripción se agrega al expediente”.

El embargo en forma de inscripción, es la medida cautelar dirigida a restringir la


disponibilidad de los bienes registrados (predios, naves, aeronaves, vehículos automotores,
etc.) del obligado, lográndose su ejecución con la inscripción del embargo en el Registro
Público que corresponda, para lo cual se deben cursar los partes judiciales respectivos.
Esta clase de embargo se basa en el principio registral de publicidad por el cual se presume,
sin admitirse prueba en contrario, que toda persona tiene conocimiento del contenido de las
inscripciones. Por tanto, una vez registrado ninguna persona puede alegar el desconocimiento
del embargo en forma de inscripción, descartándose así la buena fe del adquirente en caso de
transferencia del bien.
Por ello, es muy importante el requisito de compatibilidad aun en el caso de haber resolución
judicial que ordene la inscripción de una medida incompatible con dicho título y estando el
registrador público obligado a no calificar tal resolución por mandato del segundo párrafo
del Art. 2011º del Código Civil, debe el indicado registrador rechazar la inscripción en
observancia del principio de tracto sucesivo (contemplado en el Art. 2015º del Código Civil),
12

según el cual ninguna inscripción, salvo la primera, se hace sin que esté inscrito o se inscriba
el derecho de donde emane, debiendo mantenerse siempre la exacta concordancia entre la
realidad registral y el contenido del acto que se pretende inscribir es decir que de los asientos
regístrales existentes se aprecie el nexo entre el título dominial inscrito y los demás derechos
registrados o por registrarse.

Finalmente, considero que cualquier impedimento del acceso del mandato cautelar al
Registro a causa de incompatibilidad descrita en el párrafo precedente se funda además en el
hecho de que ninguna inscripción puede irrogar daño a los terceros ajenos a una relación
jurídica, en razón de no amparar la ley el abuso del derecho. Por lo tanto, es con tal
inscripción que se ejecuta o formaliza la medida cautelar en forma de inscripción y no con la
facción del acta que acostumbran a realizar los auxiliares jurisdiccionales para anotar el
embargo.

EMBARGO EN FORMA DE INSCRIPCIÓN


• Opera con bienes registrados
• Principio de tracto sucesivo
• No impide la enajenación del bien
• Adquiriente asume el monto inscrito de la afectación

6. DISTINCIÓN ENTRE EMBARGO EN FORMA DE INSCRIPCIÓN Y


ANOTACIÓN DE DEMANDA

En definición, el embargo en forma de inscripción es una medida cautelar que tiene por
finalidad limitar la disponibilidad de los bienes registrados para así garantizar el
cumplimiento del fallo definitivo.
Tenemos que, pese a que en el embargo en forma de inscripción no prohíbe la transferencia
del bien, resulta eficaz a su propósito por cuanto el que adquiere el bien, asume la carga de
la medida hasta por el monto que ella represente, en virtud del principio de publicidad
registral, según el cual, se presume jure et de jureque todos tienen conocimiento del
contenido de las inscripciones, incluyéndose al embargo en forma de inscripción.
13

En cambio, la anotación de la demanda en los Registros Públicos, constituye una medida


cautelar dirigida a inscribir dicho acto procesal con la finalidad de que todos tomen
conocimiento de la existencia de un proceso en que se encuentra ventilándose, una pretensión
referida a derechos inscritos, que puede afectar su libre disponibilidad por estar sujetos de
una y otra manera al resultado del proceso.

Para concluir tenemos que a diferencia del embargo en forma de inscripción que tiene por
fin asegurar la materialización del derecho declarado en juicio, tenga o no vinculación con el
bien afectado, la anotación de demanda en los Registros Públicos se encamina a preservar
directamente la pretensión misma, haciendo uso de la publicidad registral que evite la
invocación de buena fe, por parte de un tercero.

EJEMPLO DE EMBARGO EN FORMA DE INSCRIPCIÓN

En este tipo de embargo la SUNAT afecta bienes muebles o inmuebles registrados,


inscribiendo la medida por el monto total o parcialmente adeudado en los registros
respectivos, siempre que sea compatible con el título ya inscrito.
En este caso, el embargo no impide la enajenación del bien, pero el adquirente asume la carga
hasta por el monto de la deuda tributaria por la cual se trabó la medida, debiendo el Ejecutor
levantar el embargo únicamente si se cancela el monto de la deuda tributaria materia de la
cobranza.
La empresa “Rayitos de Sol SAC” tiene una deuda tributaria de S/. 980,000 nuevos Soles
por concepto de ITAN adeudado del año 2011, el cual fuera declarado, pero no cancelado.
La Administración Tributaria ya ha realizado las notificaciones de los valores
correspondientes y de la Resolución de Ejecución Coactiva sin tener una respuesta favorable
por parte de la empresa deudora, pese a que ya se vencieron los plazos para cumplir con la
exigencia de pago de los siete días hábiles que señaló la Resolución de Ejecución Coactiva.
En este contexto el Ejecutor Coactivo ha hecho verificaciones en los Registros de Propiedad
Inmueble y ha detectado que la empresa “Rayitos de Sol SAC”, es propietaria de dos terrenos
industriales situados en el distrito de Lurín y de una oficina en la Avenida Rivera Navarrete
en el distrito de San Isidro. Al haber revisado las fichas registrales de los referidos inmuebles
14

se ha percatado que no tienen alguna carga o gravamen que recae en los mismos, motivo por
el cual decide trabar una medida cautelar de embargo en forma de inscripción respecto de los
tres inmuebles hasta por el monto de la deuda existente.
En caso que la empresa intente vender los bienes el comprador tendrá conocimiento que los
bienes se encuentran embargados, por lo que podrá desistirse de la compra.

7. CADUCIDAD DEL DERECHO DEL EMBARGO EN FORMA DE


INSCRIPCION

De acuerdo al artículo 625 del Código procesal civil las medidas cautelares se extinguen de pleno
derecho a los cinco años contados desde su ejecución; si el proceso principal no hubiera concluido
podrá el juez a pedido de parte disponer la reactivación de la medida. Esta decisión requiere de nueva
ejecución cuando implica una inscripción registral.

8. FUNDAMENTOS DE DERECHO DEL EMBARGO EN FORMA DE


INSCRIPCION

• El derecho de acción de cobro está amparado en el Artículo 1219 del Código Civil
establece que “Es efecto de las obligaciones autorizar al acreedor para lo siguiente: 1.-
Emplear las medidas legales a fin de que el deudor le procure aquello a que está obligado.
• Artículo 608 del Código Procesal Civil, según el cual todo Juez puede, a pedido de parte,
dictar medida cautelar antes de iniciado un proceso o dentro de éste, destinada a asegurar
el cumplimiento de la decisión definitiva.
• Artículo 642 del Código Procesal Civil, numeral que prescribe:
a) que cuando la pretensión es apreciable en dinero se puede solicitar embargo
b) que éste consiste en la afectación jurídica de un bien o derecho del presunto obligado,
aunque se encuentre en posesión de tercero, con las reservas que para este supuesto señala
la ley.
• Artículo 656º.- “Tratándose de los bienes registrados, la medida puede ejecutarse
inscribiéndose el monto de la afectación, siempre que ésta resulte compatible con el título
de propiedad ya inscrito; este embargo no impide la enajenación del bien, pero el sucesor
15

asume la carga hasta por el monto inscrito; la certificación registral de la inscripción se


agrega al expediente”

9. REQUISITOS DE LA MEDIDA CAUTELAR EN GENERAL


1) VEROSIMILITUD DEL DERECHO, El requisito es que exista una verosimilitud del
derecho invocado en la petición del proceso principal, el cual para la presente esta basada en
el derecho de acreedor que me asiste por el pagare que acredita la deuda y que es exigible,
en consecuencia, está plenamente acreditado la verosimilitud, sumado a ello el propio pagare
indica los tipos de intereses por lo que también se acredita la solicitud de un monto mayor de
la deuda principal.

2) PELIGRO EN LA DEMORA, Que, en la práctica es de público conocimiento la


demora que existe en los procesos judiciales por la llamada carga procesal, tiempo que pone
en riesgo el cobro de la deuda ya que los ejecutados al no tener ningún impedimento legal
podrían transferir el bien que poseen, poniendo en riesgo el cobro efectivo de la deuda.

3) RAZONABILIDAD, lo solicitado es razonable, ya que solo se pide se embargue el


monto adinerado que cubra la deuda total (petición de la demanda principal), con la finalidad
de hacer efectiva la sentencia, ya que si no se embarga el inmueble este podría ser transferido
con lo cual al final del proceso no existiría un bien que cubra lo adeudado.

4) CONTRACAUTELA

Se ofrece contra cautela de forma de juratoria hasta el monto que resuelva el juzgado sea el
conveniente para resarcir los posibles daños, para lo cual legalizo mi firma ante el secretario.

10. BIENES QUE NO SE PUEDEN EMBARGAR

Conforme lo determina el artículo 648º del Código Procesal Civil existe una lista de bienes que
no podrán ser materia de embargo, dichos bienes se detallan a continuación:

1. Los bienes constituidos en patrimonio familiar, sin perjuicio de lo dispuesto por el Artículo 492
del Código Civil;
16

2. Las prendas de estricto uso personal, libros y alimentos básicos del obligado y de sus
parientes con los que conforma una unidad familiar, así como los bienes que resultan
indispensables para su subsistencia;

3. Los vehículos, máquinas, utensilios y herramientas indispensables para el ejercicio directo


de la profesión, oficio, enseñanza o aprendizaje del obligado;

4. Las insignias con decorativas, los uniformes de los funcionarios y servidores del Estado y
las armas y equipos de los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional;
5. Las remuneraciones y pensiones, cuando no excedan de cinco Unidades de Referencia
Procesal. El exceso es embargable hasta una tercera parte. Cuando se trata de garantizar
obligaciones alimentarias, el embargado procederá hasta el sesenta por ciento del total de los
ingresos, con la sola deducción de los descuentos establecidos por ley;
6. Las pensiones alimentarias;
7. Los bienes muebles de los templos religiosos; y,
8. Los sepulcros.

11. EMBARGO EN FORMA DE ADMINISTRACIÓN DE BINES.


ARTICULO 669° CPC:

“Cuando la medida recae sobre bienes fructíferos, pueden afectarse en


administración con la finalidad de recaudar los frutos que produzcan.”

El Código Procesal hace referencia a dos supuestos de administración, la recogida bajo el


procedimiento no contencioso (artículo 769 del CPC) y el artículo 669 del CPC. En este
último caso, se parte de un supuesto, “la presencia de bienes fructíferos que se afectan con la
finalidad de recaudar los frutos que produzcan”.

En un sentido amplio se puede considerar como fruto a todo rendimiento o utilidad que
produce una cosa, y por lo tanto, los frutos son un accesorio de la cosa que lo produce y
suponen un incremento de su utilidad para su titular y al mismo tiempo, una vez producidos,
adquieren sustantividad propia independiente de la cosa que los ha producido.
17

El artículo 890 del CC define a los frutos como los provechos renovables que produce un
bien, sin que se altere ni disminuya su sustancia. El fruto es un bien nuevo que produce otro
bien; en cambio los productos no se reproducen. Véase el caso de las minas y canteras. Los
frutos naturales son los que provienen del bien sin intervención humana. Pertenecen al
propietario del bien embargado y se perciben cuando se recogen; por ejemplo la lana de las
ovejas. Los frutos industriales son los que produce el bien con intervención humana.
Pertenecen al productor y se perciben cuando se obtienen, como sería el caso de la industria
pesquera, que transforma la materia prima en harina de pescado. Los frutos civiles son
aquellos que se producen como consecuencia de una relación jurídica. Pertenecen al titular
del derecho y se percibe cuando se recaudan, por ejemplo, la renta de un inmueble. El Código
Civil señala que en estas dos últimas modalidades de frutos (industriales y civiles), para el
cómputo de ellos, se rebajarán los gastos y desembolsos.

Nótese que según la norma en comentario, el embargo en forma de administración recae


sobre “bienes fructíferos que se afectan con la finalidad de recaudar los frutos que
produzcan”, a diferencia de la intervención en forma de recaudación que detalla el artículo
661 del CPC que “afecta los ingresos propios de una empresa de persona natural o jurídica”.

Es importante reafirmar en este tipo de medidas el carácter fructífero del bien afectado con
el embargo, pues se parte del supuesto de una empresa productiva que se busca afectar,
situación diversa a la conversión de recaudación a administración. Coincidimos con (Ariano,
2005) cuando sostiene que el embargo puede recaer, tanto en bienes existentes como en
bienes futuros; y entre los futuros se encuentran los frutos que pueda generar un bien.
“cuando estemos ante un bien fructífero, sea que se haya embargado el bien y sus frutos o
que se hayan embargado solo los frutos del bien, el artículo 669 del CPC señala que en tales
casos, el embargo implica la designación de un administrador quien se encargará de, recaudar
los frutos (por ejemplo, cobrar las rentas de arrendamiento)”. A ello hay que considerar lo
regulado en el artículo 645 del CPC, que señala que el embargo recae sobre el bien afectado
y puede alcanzar a sus accesorios, frutos y productos, siempre que hayan sido solicitados y
concedidos.

Como se aprecia la redacción de este artículo está restringida a “recaudar los frutos que
produzcan”, sin embargo, la administración judicial como medida cautelar, va más allá de
18

dicho enunciado; “busca producir mediante el desplazamiento, total o parcial, del propietario,
usuario o usufructuario de bienes o del administrador, legal o contractual de los mismos, con
el fin de asegurarlos o conservarlos, mientras se esclarecen los derechos sobre ellos o sobre
la administración misma” (Podetti, 1956). Cuando la medida cautelar se orienta al amparo de
dichos supuestos, se podría recurrir a medida genérica (ver el artículo 629 del CPC), por
superar la redacción del artículo 661 del CPC que limita a “la recaudación de los frutos que
produzcan” para una futura ejecución forzada. Véase el caso de la asociación que no tiene
por finalidad evitar perjuicios económicos a la entidad, sino pretende regularizar sus
funciones, adecuándolas a sus estatutos y a las leyes. En este caso se busca remover a las
autoridades y poner en reemplazo a un interventor en administración quien prepara, convoca
y preside la asamblea de socios para designar a la nueva directiva. Las divergencias entre los
socios no es argumento para la remoción del administrador de la sociedad y su reemplazo
por un interventor judicial, sino se justifica en el peligro en la demora y una conducta que
afecte la integridad del patrimonio social. Señala (Podetti, 1956) “la designación de un
administrador judicial que reemplace al de la sociedad, debe estar determinada por
dificultades de solución apremiante y de trascendencia comprobada, no bastando que hayan
sobrevenido desinteligencias entre los socios respecto a la dirección de los negocios.

No demostrada la urgencia invocada, procede, en resguardo de los derechos que


corresponden al socio, la designación de un interventor en forma de información y un veedor,
encargado de vigilar las gestiones del administrador titular.

Apartándonos de la administración que regula este artículo, nos ubicamos en otro supuesto,
al que nuestro Código no hace expresa referencia, como es el secuestro judicial de bienes
inmuebles. Cuando este bien es el propio objeto litigioso, para asegurar la saludable ejecución
del bien materia de litis, se permitiría sustituir la administración del deudor, poseedor del
inmueble, manteniéndolo inmovilizado y en buen estado de conservación. Esta medida se
hace más necesaria, en caso de reivindicación de un inmueble, para impedir que el poseedor
haga deterioros en la cosa reclamada.

También puede operar en caso de inmuebles embargados y depositados en poder del deudor.
El demandante podrá solicitar el nombramiento de un interventor en información para que
inspeccione y dé cuenta al juez del estado de los bienes y de las destrucciones que se hubiesen
19

efectuado o efectúen en ellos. En esta misma línea, (Palacio, s/f) presenta algunos supuestos
en materia societaria, en los que operaría la intervención en administración, pero con análogo
criterio correspondería apreciar la procedencia en sociedades civiles y en lo pertinente, en las
asociaciones. Veamos: “si la contabilidad de una sociedad es llevada en forma tal, que impide
el ejercicio del derecho de contralor por parte de sus integrantes, así como el conocimiento
claro de la situación real de la sociedad y de las operaciones comerciales realizadas; si en
abundante documentación surgen deficiencias contables y administrativas que demuestran la
existencia de un peligro en la demora, de consecuencias fatales para la vida de la sociedad;
si por no convocarse a los socios a asamblea, ni confeccionarse el balance anual se torna
imposible el control de aquellos; si se halla en discusión la titularidad de un alto porcentaje
de acciones de una sociedad anónima; si la administración que legalmente compete al
directorio, ha sido de hecho asumida por el presidente en forma unilateral y se han detectado
irregularidades capaces de configurar una situación de peligro grave para la sociedad, tales
como atrasos en la contabilidad, desconocimiento por el presidente acerca del paradero del
libro de inventarios y balances y del registro de acciones, existencia de una cuenta bancaria
a nombre personal de uno de los accionistas, depósitos a plazo fijo a nombre del presidente
y vales de caja firmados por este por cantidades considerables y sobre las cuales se niega a
dar explicaciones”.

Por último, a pesar de que la norma no lo precise, la resolución que designa al administrador
judicial debe prever el monto de sus honorarios, para lo cual, debe tener en consideración el
tiempo que duró la intervención; el trabajo y responsabilidad del interventor y aunque no
como elemento decisivo, la naturaleza e importancia económica de los bienes administrados,
incluso las rentas producidas mientras duró la vigilancia de quien los administró. Para la
designación del administrador, el juez tiene que apreciar que se trate de una persona ajena a
la sociedad intervenida y que tenga los conocimientos necesarios para desempeñarse como
tal, atendiendo a la naturaleza de los bienes o actividades en que intervendrá. No es
determinante que tenga un título profesional pero sí que tenga conocimientos específicos
sobre la materia que le tocará administrar. En la práctica, la tendencia de las designaciones
de los administradores se orienta hacia los contadores o economistas y en pocos casos, recae
en abogados. Se dice que dichos profesionales son personas apropiadas para desempeñarse
en calidad de interventores, fiscalizadores e informantes, pero sí corresponde nombrar
20

administradores o coadministradores en sociedades comerciales. Hay que recordar que el


interventor es un órgano judicial que opera en la calidad de auxiliar externo del juez, por
tanto, debe asumir una actitud imparcial, caso contrario procede aplicar las reglas de
recusación de jueces (ver el artículo 305 del CPC).

JURISPRUDENCIA:

Al haber convivido el accionante con la causante por aproximadamente 42 años y,


adquirido durante dicho tiempo los inmuebles y depósitos bancarios indivisos, este
tiene la preferencia en el nombramiento de administrador judicial que recaiga en su
persona toda vez que tiene la condición de copropietario de dichos bienes. Los
herederos declarados tienen la condición de hermanos paternos y, por tanto, no son
considerados como herederos forzosos, para tener la prioridad en cuanto a la
administración de tos bienes en referencia (Exp. N° 817-2002, Tercera Sala Civil de
Lima. Ledesma Narváez, Marianella. Jurisprudencia Actual, Tomo 6. Gaceta
Jurídica, p. 696).

12. CONVERSIÓN A ADMINISTRACIÓN DE UNIDAD DE PRODUCCIÓN O


COMERCIO.

ARTICULO 670° CPC:


“A pedido fundamentado del titular de la medida, se puede convertir la intervención
en recaudación a intervención en administración. El juez resolverá el pedido, previo
traslado por tres días al afectado y atendiendo a lo expresado por el veedor, si lo
hubiera. En este caso, el administrador o administradores según corresponda, asumen
la representación y gestión de la empresa, de acuerdo a la ley de la materia. Contra
esta decisión procede apelación con efecto suspensivo.”

El presente artículo reafirma una de las características de la medida cautelar, como es su


variabilidad (ver el artículo 612 del CPC). Ello permite que la medida, pueda ser modificada
por otras que aseguren en mejor forma los fines para la que se dictó.
21

La conversión de la medida presupone la previa ejecución de la medida originaria (la


intervención en recaudación) permitiendo que solo el beneficiado con la medida pueda pedir
su conversión, situación que difiere de la variabilidad que regula el artículo 617 del CPC, en
la que dicha facultad se otorga, tanto al beneficiado como al afectado con la medida.

Por otro lado, el trámite que se brinda al pedido de variación de la medida, difiere de la
conversión. La variación opera inaudita para cuando es solicitada por el titular de la medida,
en cambio, en la conversión “el juez resolverá el pedido, previo traslado por tres días al
afectado y atendiendo a lo expresado por el veedor, si lo hubiera”. Nótese que el pedido de
variación, solo opera previo conocimiento de la otra parte, si es solicitada por la afectada con
la medida.

El pedido de sustitución, que recoge el artículo 628 del CPC, permitiría que este opere
frustrando la conversión a la administración.

Esta modalidad de medida cautelar es la más grave que se puede adoptar en materia de
intervención judicial porque implica otorgar al interventor facultades de dirección y gobierno
en reemplazo del administrador o administradores de la empresa.

En ese sentido, léase la redacción del presente artículo que señala: “el administrador o
administradores según corresponda, asumen la representación y gestión de la empresa, de
acuerdo a la ley de la materia”.

La redacción de la norma permite la concurrencia de varios administradores, quienes asumen


la representación y gestión de la empresa intervenida. (Podetti, 1956) distingue frente a la
pluralidad de administradores lo siguiente: “cuando el desplazamiento implica solamente
disminuir las facultades del legítimo administrador, que debe actuar con la conformidad de
un custodio judicial, tenemos una coadministración; si el desplazamiento es total, pasando
todas las facultades al funcionario judicial, tenemos propiamente administración judicial, y
si las facultades no se desplazan, pero su ejercicio es visado o fiscalizado por el custodio,
tenemos una intervención judicial”. Frente a los supuestos descritos por Podetti, el presente
artículo recoge la administración con desplazamiento total en la representación y gestión de
la empresa. Frente a la misión del interventor en recaudación, los administradores tienen
mayores facultades, puesto que estos asumen el mandato de administrar la empresa, cesando
22

automáticamente en sus funciones, los órganos directivos y ejecutivos de la intervenida (ver


el artículo 672 del CPC).

No se puede confundir la administración legal que resulta de las disposiciones del Código
Civil, donde el administrador representa al dueño de los bienes administrados con la
administración judicial como medida cautelar, donde el administrador, interventor o veedor
son auxiliares externos del juez que lo designó y a quienes representa.

En la administración civil o comercial puede existir un contrato o una situación a él


asimilable; en la administración judicial, existe una relación de Derecho público, en la cual
el juez, mediante un custodio que él designa, interfiere en la administración de bienes bajo
tutela judicial.

La posibilidad de recurrir a este tipo de medida es importante para evitar la paralización de


las actividades, cuando se embargan bienes que constituyen o forman parte de empresas, de
fábrica, de transportes y en general de establecimientos comerciales o industriales en
funcionamiento, con grave daño para el presunto deudor y para la colectividad. En esta
hipótesis, el embargo debe cumplirse mediante la designación de un interventor en
información, que vigile el mantenimiento de los bienes, o un administrador, que sustituya la
realizada por el presunto deudor, ubicándose la norma en este último supuesto.

A pesar de que la norma no lo precise, la resolución que designa al administrador judicial


debe prever el monto de sus honorarios, para lo cual, debe tener en consideración el tiempo
que durará la intervención; el trabajo y responsabilidad del interventor y aunque no como
elemento decisivo, la naturaleza e importancia económica de los bienes administrados.

Por último, no cabe confundir el rol de administrador judicial con el de parte procesal. El
administrador es un órgano de auxilio judicial, un tercero colaborador del proceso, que va a
dirigir la empresa intervenida, pero que jamás puede asumir la defensa de la parte
demandada. Si al haberse ordenado la administración judicial se ha desplazado a los órganos
de gobierno, la parte afectada con la medida, continúa ejerciendo su defensa, en tal sentido,
perfectamente puede designar nuevo abogado, variar de domicilio procesal y delegar poderes
de representación a terceros, sin que ello implique estar interfiriendo con la administración
ordenada, pues no debe confundirse nunca el rol de parte con el rol de auxilio judicial. La
23

condición de parte se mantendrá hasta la conclusión del proceso, a diferencia del


administrador judicial, que permanecerá hasta cumplido el objetivo dinerario, por el cual se
le asignó el manejo de la empresa.

JURISPRUDENCIA:

La consignación verificada por la propia entidad intervenida, demuestra el manejo sin


control de su patrimonio, a pesar de que el control de este le corresponde al
interventor, por ello se justifica la conversión a la intervención en administración
(Exp, N° 492-95, Segunda Sala Civil, Ledesma Narváez, Marianella, Ejecutorias,
Tomo 2, Cuzco, 1995, pp. 351-352).

Es facultad del juzgador acceder a la petición de conversión de la medida cautelar de


intervención en recaudación a intervención en administración.

Tal potestad funciona en tanto el negocio sujeto a intervención se encuentre


conducido directamente por el obligado, pero es claro que no puede tener cabida
cuando en efecto de un contrato de arrendamiento de fecha anterior a la medida
cautelar aquel negocio es explotado por un tercero que tiene la calidad de arrendatario
(Exp. N'265-96, Cuarta Sala Civil, Ledesma Narváez, Marianella, Ejecutorias, Tomo
4, Cuzco, 1996, pp. 348 - 349).

13. OBLIGACIONES DEL ADMINISTRADOR.

ARTICULO 671° CPC:

El administrador está obligado, según corresponda al bien o empresa, a:

1. Gerenciar la empresa embargada, con sujeción a su objeto social;

2. Realizar los gastos ordinarios y los de conservación;

3. Cumplir con las obligaciones laborales que correspondan;

4. Pagar tributos y demás obligaciones legales;


24

5. Formular los balances y las declaraciones juradas dispuestas por le;

6. Proporcionar al juez la información que este exija, agregando las observaciones


sobre su gestión;

7. Poner a disposición del juzgado las utilidades o frutos obtenidos; y,

8. Las demás señaladas por este Código y por la ley.

El juez debe fijar la misión que deben cumplir los administradores y las atribuciones que se
les asigne, de acuerdo con la función encomendada, sin poder ser mayores que la qué otorga
este artículo o las que señale su constitución como empresa.

No es necesaria una enumeración exhaustiva pues existen atribuciones que implícitamente


resultan de la naturaleza del cargo discernido, y que parte de ellas aparecen descritas en este
artículo, pero, hay supuestos que posiblemente no sean claros en relación a la actividad del
administrador, que deben llevar a que el juez no deje de observar estas dudas y no dejar a la
libre interpretación de sus facultades al administrador judicial designado.

Hay que recordar que el administrador judicial es un auxiliar del juez y como tal, no puede
ingresar al proceso a ejercer ningún acto de defensa a favor del acreedor, beneficiado con la
medida, ni a favor del deudor afectado con la medida.

La parte demandada continúa siendo parte en el proceso, y como tal asumirá su defensa. El
hecho de que los órganos de gobierno hayan sido desplazados por el administrador judicial,
no significa que este sustituye la posición procesal de la parte en el proceso. Cada uno tiene
un rol diferente: el deudor, como tal, seguirá manteniendo su rol de parte y ejercerá su defensa
durante todo el proceso y el administrador, como órgano de auxilio judicial, en su calidad de
representante del juez, gerencia la actividad de la empresa embargada hacia los objetivos
encomendados, sin asumir la defensa procesal de dicha empresa –presuntamente deudora- en
el proceso. El administrador puede ser removido del cargo, como parte de la variación de la
medida cautelar a que refiere el artículo 6'17 del CPC.

Como señala (Palacio, s/f), “la administración judicial es la medida cautelar más
grave que cabe adoptar en materia de intervención judicial porque implica otorgar al
interventor facultades de dirección y de gobierno en reemplazo provisional del
25

administrador o administradores de la sociedad, asociación, ente colectivo o bien que


se trate”. En tal sentido, apreciamos a través de la siguiente norma, una serie de
obligaciones que se impone a quien ejerce la función de administrador judicial.

El administrador no representa, ni es mandatario de la entidad sujeta a la medida judicial,


sino al juez que lo designó, en atención a ello, los actos que realice aunque en formas, fines
y efectos sean análogos a los de las autoridades sociales o contractuales, no son mandatarios
o representantes de la entidad.

En tal sentido, aunque la norma no lo regule, el administrador judicial no está facultado para
nombrar o contratar más personal, que los que la empresa tenía cuando se le otorgó el
mandato, salvo previa autorización judicial. Tampoco se puede limitar las facultades del
interventor manteniendo a las autoridades anteriores en el ejercicio de ciertas atribuciones.
No es admisible la subsistencia de una doble administración.

El administrador debe limitarse a las medidas estrictamente necesarias para el cumplimiento


de su función, que no comprometan su imparcialidad respecto de las partes interesadas ni que
puedan producirles daño o menoscabo, de manera que es pasible de remoción si se extralimita
en las atribuciones que se le confirieron o no guarda con las partes, una adecuada
equidistancia; sin embargo, en opinión de (Ariano, 2005), “el interventor-administrador,
gerencia la empresa embargada, con sujeción a su objeto social (artículo 671 inciso 1 del
CPC), pero no en interés de la empresa embargada, sino en el interés del acreedor
embargante. No se trata de sustituir, de ser el caso, a los Órganos directivos y ejecutivos por
estar realizando una mala gestión en lesión del empresariado mismo, sino de gerenciar la
empresa en el interés del acreedor embargante”.

Todo administrador, como órgano de auxilio judicial, está sujeto a responsabilidades civiles
y penales en el ejercicio de sus funciones. También está sujeto a sanciones disciplinarias, que
pueden llevar a disponer la pérdida del derecho a cobrar honorarios y aun los gastos
realizados, sin perjuicio de la remoción de su cargo. Si no ha conservado los bienes con
relativa diligencia, si los gastos hechos no han beneficiado de ninguna manera a la
intervenida, no podría exigir el pago de un servicio tan mal prestado, ni a la repetición de un
gasto inútil.
26

El administrador está obligado a rendir cuentas en los plazos y oportunidades que el juez y
la ley fijen, agregando las observaciones sobre su gestión (ver el inciso 6). En tal sentido,
debe cumplir con las obligaciones laborales y tributarias; formular los balances y las
declaraciones juradas dispuestas por ley. La rendición de cuentas que haga el interventor no
puede ser equiparable a la aprobación del balance pues la apreciación de su labor como
interventor escapa a la competencia de los órganos de gobierno de la empresa intervenida

Por otro lado, la norma señala que para resolver la conversión de la medida originaria, el juez
tendrá en cuenta lo expresado por el veedor, si lo hubiera. El veedor asume una figura
intermedia entre el interventor en información y el administrador judicial. El veedor no limita
su cometido a un reconocimiento de bienes o a la comprobación de un estado de cosas, sino
que lo extiende a realizar controles permanentes y amplios en la administración de la
empresa.

14. EJECUCIÓN DE LA CONVERSIÓN A ADMINISTRACIÓN.

ARTICULO 672° CPC:

“El secretario interviniente redactará el acta de conversión en presencia del


afectado, notificándolo con el auto respectivo.

Asimismo, le expresará la forma y alcances de la nueva medida, y pondrá al


administrador en posesión del cargo. El acta incluirá un nuevo inventario de los
bienes y archivos existentes al momento de la ejecución. Si el intervenido se niega a
firmar, dejará constancia de su negativa.

Al asumir el cargo el órgano de auxilio judicial, cesan automáticamente en sus


funciones los órganos directivos y ejecutivos de la empresa intervenida.”

El presente artículo hace referencia al procedimiento a seguir para la ejecución de la


conversión en administración, para lo cual, se encomienda al secretario judicial que redacte
el acta de embargo en presencia del afectado, a quien se le notificará recién en dicho acto de
la resolución cautelar.
27

Esta redacción, propia de la medida que regula el artículo 637 del CPC, no resulta apropiada
para esta conversión, pues la postergación de la notificación, opera para privilegiar el inaudita
pars, sin embargo, la conversión no goza de esta limitación, porque como se aprecia del
trámite que recoge el artículo 670 del CPC, el pedido de conversión se resuelve previo
traslado al afectado, esto significa que el inaudita pars no está presente en este trámite.

Por otro lado, el secretario le expresará la forma y alcances de la nueva medida, y pondrá al
administrador en posesión del cargo. El acta incluirá un nuevo inventario de los bienes y
archivos existentes al momento de la ejecución. Si el intervenido se niega a firmar, dejará
constancia de su negativa. La intervención del secretario se justifica por ser el encargado de
dar fe de las actuaciones y diligencias, así como de apoyar a los magistrados en sus funciones
judiciales. El artículo 272 de la LOPJ regula las atribuciones y obligaciones de los oficiales
auxiliares.

El acta incluirá un inventario de los bienes y archivos. Puede el intervenido dejar constancia
de sus observaciones respecto de la medida. Si este se rehúsa firmar, el secretario dejará
constancia de su negativa.

La intervención judicial es una medida cautelar y quien ha de cumplirla es un auxiliar externo


del juez. Podrá en cierto modo, reemplazar o sustituir a las autoridades de la entidad
intervenida, pero nunca como mandatario o representante de estos, sino como funcionario
judicial sujeto a las directivas, instrucciones, vigilancia y sanciones del juez que la dispuso.
Además, como señala la norma, al asumir el cargo de administrador, cesan automáticamente
en sus funciones los órganos directivos y ejecutivos de la empresa intervenida.

Como señala la norma, existe un intermediario que en nombre del juez, pone a aquel en
funciones. Ese intermediario es el auxiliar jurisdiccional, quien pondrá al administrador en
posesión del cargo, instruyéndole de la forma y alcances de la nueva medida. Además, se
levantará un nuevo inventario de los bienes y archivos existentes al momento de la ejecución.
Ese acto es importante porque lo señala el momento, entre la libre disponibilidad de los
bienes y las restricciones que la medida cautelar importa o trae aparejada. A pesar de que la
norma no lo refiera, se debe en dicho acto identificar a la persona designada como órgano de
auxilio, así como certificar la entrega de los bienes a esta. No basta la designación y
aceptación del cargo para empezar a ser administrador; es preciso la entrega material del
28

cargo, de allí la importancia del inventario de los bienes al momento de la ejecución de esta
diligencia.

15. ANOTACIÓN DE DEMANDA EN LOS REGISTROS PÚBLICOS

ARTICULO 673° CPC:

“Cuando la pretensión discutida en el proceso principal está referido a derechos


inscritos, la medida cautelar puede consistir en la anotación de la demanda en el
registro respectivo, para la ejecución, el juez remitirá partes al registrador, los que
incluirán copia íntegra de la demanda, de la resolución que la admite y de la mediad
cautelar, el registrador cumplirá la orden por su propio texto, siempre que la medida
resulte compatible con el derecho ya inscrito. La certificación registral de la
inscripción se agrega al expediente. La anotación de la demanda no impide la
transferencia a quien ha obtenido esta medida.”

A través de la anotación de la demanda se busca asegurar la publicidad de los procesos


relativos a bienes inmuebles o bienes registrables, frente a la eventualidad que las sentencias
que en ellos recaigan hayan de ser opuestas a terceros adquirientes del bien litigioso o a cuyo
favor se constituya un derecho real sobre este, señala (Palacio, s/f).

Esta medida opera cuando se deduce una pretensión que pudiere tener como consecuencia la
modificación de una inscripción en el registro correspondiente, como el caso de la
prescripción adquisitiva de dominio. Ella no se halla supeditada a la naturaleza real o personal
de la pretensión deducida sino a la posibilidad que en el supuesto de prosperar sea susceptible
de incidir en la situación jurídica del bien con relación a terceros. Esta figura busca la
necesaria coordinación entre registro y proceso, como instrumentos al servicio de la
seguridad del derecho.

Esto implica que solo será posible acudir a la anotación de la demanda como instrumento de
publicidad del proceso cuando el resultado del mismo tenga acceso a un Registro Público,
esto es, cuando una situación jurídica afectada por un proceso tenga trascendencia registral.
29

El objeto de la anotación busca asegurar la publicidad de los procesos relativos a bienes


inmuebles o muebles registrables frente a la eventualidad que las sentencias que en ellos
recaigan hayan de ser opuestas a terceros adquirientes del bien litigioso o a cuyo favor se
constituya un derecho real sobre este. Véase el caso de la anotación de la demanda de la
prescripción adquisitiva de dominio entablada contra quien aparece inscrito en registros
como propietario. Dicha anotación, al dar a conocer la existencia de un proceso sobre el bien,
descarta la posibilidad que quien adquiere u obtiene la constitución de un derecho real sobre
el bien litigioso, se ampare en la presunción de buena fe como principio general.

Otro caso en que resulta atendible este tipo de anotaciones es en el otorgamiento de escritura
e inclusive en la revocatoria judicial del anticipo de legítima por desheredación, sobre un
bien inscrito en Registros Públicos; sin embargo, no resulta coherente condicionar la
procedencia de esta afectación cautelar, en el caso de otorgamiento de escritura pública, bajo
el argumento de que no se ha demandado acumulativamente la inscripción en Registros
Públicos de la compraventa que se quiere formalizar. Dicha pretensión es facultad del
comprador asumirla o no, pues la inscripción no es un acto constitutivo a la transferencia,
situación que es ajena al interés del pretendiente, ni puede perfeccionarse a través de un
mandato judicial, por tanto, no resulta procedente rechazar la anotación de la demanda, bajo
el argumento de no haberse demandado conjuntamente al otorgamiento de escritura, la
posterior inscripción registral.

Como toda medida cautelar, la anotación es asiento registral no duradero, por ser provisoria.
Anuncia la existencia del proceso y además enerva la eficacia de la fe pública registral de
manera negativa, impidiendo que un tercero de buena fe la alegue a su favor, pero además,
la publicidad despliega un carácter cautelar pues determina anticipadamente los límites
dentro de los cuales pueden ser desenvueltos retroactivamente los efectos de un fallo judicial;
y su efecto trasciende del proceso en el cual se dispuso la medida, ya que puede ser invocada
en otro proceso, donde se controvierten los derechos de ese tercero.

La interposición de una demanda justifica la existencia de la anotación, ya que la demanda


judicial es el contenido de este tipo de asiento. Supone la existencia de una pretensión que
pudiere tener como consecuencia la modificación de una inscripción en registros.
30

Ello nos lleva a decir que no cabe la solicitud de la medida con carácter previo a la
interposición de la demanda. Esta medida no puede operar con anterioridad a la interposición
de la demanda, de lo contrario, no cumpliría su primordial función de otorgar publicidad a
una cuestión litigiosa, por tanto, no basta que se haya interpuesto la demanda sino debe haber
sido admitida para que se pueda viabilizar dicha anotación.

Por otro lado, la demanda interpuesta debe afectar situaciones registradas o registrables. Esto
requiere que exista un bien o un derecho de cualquier naturaleza que esté incorporado a uno
de los registros públicos, para que sea posible practicar el asiento de anotación. Con ello se
pretende cautelar los principios registrales de tracto sucesivo y legalidad (ver el artículo 2015
del CC), sin embargo, se considera que más allá de la concatenación se busca conferir
publicidad secuencial adecuada. Sobre el particular señálese el caso de la sociedad anónima,
donde no procede anotar en la partida registral la medida cautelar de embargo recaída sobre
las acciones de propiedad de uno de los socios, dado que ello debe hacerse en el Libro de
Matrícula de Acciones que toda sociedad anónima debe llevar. Según el artículo 50 del
Reglamento del Registro Mercantil (actualmente Registro de Sociedades), la transferencia de
acciones no es un acto inscribible, por tanto no es factible a través de la ficha, donde corre
registrada la sociedad, determinar con certeza la titularidad de las acciones.

Otro aspecto que debe apreciarse es que el contenido de la demanda debe de tener alguna
trascendencia registral, es decir, el bien o derecho que consta inscrito en el registro debe de
alguna manera quedar envuelto en la litigiosidad. En este caso, tratándose de una sociedad
anónima, sí se permite anotaciones preventivas en el Libro de Sociedades, cuando se refieran
a la validez de los actos o contratos inscritos, en los cuales se impugnan los acuerdos tomados
por los socios, tal como refiere el artículo 86 del Reglamento del Registro Mercantil; o
cuando se ordene la suspensión de un acuerdo adoptado por la sociedad, lo que sí anotable,
en la partida de la persona jurídica, de acuerdo con el artículo 92 del citado Reglamento.

Además, como toda medida cautelar, es necesario que se invoque el peligro en la demora,
que en este caso deriva en la operatividad de los principios de legitimidad registral y la buena
fe respecto a terceros adquirientes a título oneroso que inscriban su derecho, creándose una
situación jurídica irreversible en perjuicio del demandante.
31

En cuanto a la duración, la anotación se mantendrá mientras no se extinga el proceso, esto


lleva a señalar que ha de subsistir el asiento en el registro hasta que no se ejecute totalmente
el fallo, previsión importante en pronunciamientos de ejecución simultánea o sucesiva (ver
el inciso 2 del artículo 739 del CPC).

Como ya se ha señalado, cuando una situación registrada queda afectada por la litigiosidad,
la única forma de conjurar los peligros que derivan de la protección jurídica que el Registro
otorga a terceros de buena fe es hacer publicar en el Registro la pendencia del proceso. Ello
no implica que los derechos adquiridos por las personas que contrataron con la parte vencida
en el proceso, en el cual se dispuso la anotación, puedan invalidarse en ejecución de
sentencia, pues si ello fuera así importaría afectar la garantía constitucional del derecho a la
defensa. Lo que deberán soportar estos terceros son los efectos de la sentencia, asegurándose
de ese modo la trascendencia de la cosa juzgada en relación a estos, de ahí que se señale que
quienes estén en esa situación tendrán así la oportunidad de examinar los autos y resolver, en
virtud de ello y de las posibilidades del triunfo del actor, si realizan o no el negocio, y en caso
afirmativo, si el precio habrá de Ser menor en relación inversa a aquellas posibilidades de
progreso de la demanda.

Tanto en la anotación de la demanda y el embargo en forma de inscripción se permite


transferir el bien afectado, sin embargo, ambas se diferencian porque la anotación no contiene
el monto de afectación y por tanto no podría operar la sustitución (ver el artículo 628 del
CPC) sobre dicha medida; además que la finalidad de la anotación es publicitar la existencia
del proceso, en cambio en el embargo es la afectación del bien del presunto obligado por una
cantidad determinada.

Cuando se inicia un proceso de desalojo contra un propietario que no obstante haber vendido
el bien se niega a entregar la posesión de este, cabe la anotación de la demanda de desalojo
por el nuevo adquiriente para evitar los efectos de futuros contratos de alquiler que se quisiera
forzar sobre el inmueble. En igual sentido debe procederse a la anotación cuando se trate de
pretensiones relativas a la adquisición de la propiedad por prescripción adquisitiva o en el
caso de otorgamiento de escritura, dirigida contra el vendedor registral. Como se aprecia, a
través de esta cautela se pretende proteger los derechos que pudieran corresponder al actor,
a través de la advertencia dirigida a todo aquel que se disponga a adquirir un bien
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(registrable), o a recibir algún derecho real sobre el mismo, de que pesa sobre él una
litispendencia que podría modificar su situación registral.

A continuación compartimos algunos pronunciamientos realizados por el Tribunal Registral


en relación a la anotación e inscripción de la medida cautelar:

La sentencia firme que declara fundada una acción pauliana debe inscribirse en el rubro de
cargas y gravámenes y no en el de títulos de dominio de la partida registral involucrada”.
Criterio adoptado en las Resoluciones N° 114-2003-SUNARP/TR-T del 11 de junio de 2003
y N° 076-2003- SUNARP/TR-A del 16 de mayo de 2003.

Cuando no exista coincidencia entre titular registral y parte demandada y no existe


pronunciamiento judicial al respecto, no resulta procedente la anotación de una demanda”.
Resolución del Tribunal Registral N° 117-2002-ORLC-TR.

Solo las resoluciones judiciales que den lugar a inscripciones definitivas requieren la
constancia de haber quedado consentidas o ejecutoriadas, en aplicación del artículo 51 del
Reglamento General de los Registros Públicos”. Criterio adoptado en la Resolución N° 237-
20O2-ORLC/TR del 30 de abril de 2002.

La rogatoria consiste en la anotación de la demanda, que es una inscripción de carácter


temporal, que se extiende para asegurar y cautelar en el Registro el cumplimiento de los fallos
judiciales o la eficacia de cualquier derecho real que no puede ser inscrito en forma definitiva
y a la vez cumple la función de enervar la eficacia de la fe pública registral de los titulares de
situaciones jurídicas aún no consolidadas, reservando durante su vigencia, la prioridad del
título ya que los efectos de la inscripción de la sentencia se retrotraerán siempre a la fecha de
la anotación preventiva de la demanda, de conformidad con lo dispuesto por los artículos 86
y 87 del Reglamento de inscripciones”. Resolución del Tribunal Registral N° 337-2002-
ORLC-T del 3 de agosto de 2004.

Al contemplar el artículo 2012 del CC que, se presume, sin admitirse prueba en contrario,
que toda persona tiene conocimiento del contenido de las inscripciones, esto expresa que, si
toda persona al adquirir un bien inmueble conoce la situación jurídica del mismo, y quien
anotó la medida cautelar hará prevalecer su mejor derecho judicialmente. Ahora bien, lo
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preceptuado en el artículo 86 del Reglamento de las inscripciones dice claramente que 'los
bienes inmuebles pueden ser enajenados o gravados, pero sin perjuicio de la persona cuyo
favor se haya extendido la anotación, atendiendo a lo manifestado, los bienes pueden ser
enajenados, sin perjuicio de iniciar las acciones correspondientes de quien a su favor se
extendió la anotación, ejerciendo su mejor derecho y preferencia frente al posterior
enajenante o acreedor o ejecutante o demandante, ya sea declarando la nulidad del mismo.

Aun en el supuesto que se hubiese inscrito la compraventa materia del bloqueo, la referida
inscripción no habría sido obstáculo para la admisión al registro del título alzado, toda vez
que la demanda de otorgamiento de escritura pública de compraventa de derechos y acciones
había sido anotada con anterioridad al bloqueo referido, reservándose en virtud al principio
de prioridad consagrado en el artículo 2016 del CC, la preferencia por sobre aquellos actos o
contratos presentados con posterioridad, y dotándola de los efectos retro prioritarios a la
fecha y hora de presentación del título que contiene la demanda anotada'. Resolución del
Tribunal Registral N° 083-2001 -ORLC/TR.

Si existe adecuación entre el título presentado y la partida registral, con relación al estado
civil de los intervinientes, no procederá que el registrador deniegue la inscripción sobre la
base de la información obrante en otros registros, en los que se consigne un estado civil
distinto". Criterio sustentado en la Resolución N° 409-2004-SUNARP-TR-L del 2 de julio
de 2004.

Cuando la inscripción de una asamblea general tuvo lugar como consecuencia de un mandato
judicial y este es posteriormente declarado nulo, dicha nulidad alcanza al asiento extendido
en virtud del mismo sin requerirse que se declare la nulidad del acuerdo de la asamblea
general, por derivar la inscripción directamente del mandato judicial". Criterio adoptado en
la Resolución N° 004-2002-ORLC/TR del 4 de enero de 2002.

Las anotaciones preventivas son asientos provisionales y transitorios que tienen por finalidad
reservar la prioridad y advertir la existencia de una eventual causa de modificación del acto
o derecho inscrito, siendo susceptibles de anotación preventiva, las demandas y demás
medidas cautelares, así como las resoluciones judiciales que no den mérito a una inscripción
definitiva, estando también permitidas las demás anotaciones preventivas cuando así lo
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autorice una disposición vigente, de conformidad con los artículos 64 y 65 del Reglamento
General de los Registros Públicos.

Cabe concluir que las anotaciones preventivas tienen un carácter provisorio y excepcional,
responden a un criterio númerus clausus de acuerdo a los casos expresamente previstos en el
Nuevo Reglamento General de los Registros Públicos, siendo que de conformidad con el
artículo 66, se ha establecido que no procede la extensión de anotaciones preventivas que se
originen en la existencia de defectos u obstáculos subsanables ni en la falta de inscripción
del derecho de donde emanen.

El fundamento de las anotaciones preventivas está conectado con el fin último de registros:
la seguridad jurídica en el tráfico inmobiliario, que, indudablemente, está mejor
salvaguardado permitiendo el acceso a la publicidad registral, aunque sea solo provisional,
de las situaciones jurídicas en formación y, citando a Campuzano, las anotaciones
preventivas, tienen las siguientes notas: la temporalidad, eventualidad y modalidad.
Resolución del Tribunal Registral N° 0018-2002-ORLC/TR.

JURISPRUDENCIA:

Las anotaciones preventivas por su naturaleza provisoria y transitoria tienen un plazo


de vigencia de setenta días prorrogables por mandato expreso a ciento ochenta días,
según el reglamento de inscripciones. Tratándose de demanda inscrita
preventivamente por mandato judicial, proveniente de un proceso, su levantamiento
procede por nuevo mandato de la misma procedencia (Exp. N° 1951-98, Sala de
Procesos Ejecutivos, Ledesma Narváez, Marianella, Jurisprudencia Actual, Tomo 5,
Gaceta Jurídica, p. 557).

Tratándose de una pretensión de otorgamiento de escritura, no procede rechazar la


anotación de la demandada por no adjuntar tasa judicial, pues la pretensión carece de
cuantía (Exp. N° 1142-99, Sala de Procesos Sumarísimos, Ledesma Narváez,
Marianella, Jurisprudencia Actual, Tomo 4, Gaceta Jurídica, pp. 578-579).

Si la pretensión versa sobre la nulidad de la escritura pública de compraventa por


existir inobservancia e incongruencia con la minuta, es procedente amparar la medida
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cautelar de anotación de la demanda, pues tiene por objeto evitar que la parle
emplazada realice cualquier acto de disposición respecto del mismo. Debe
considerarse lo regulado en el inciso 7 del artículo 2019 del Código Civil (Exp. N°
3663-99, Sala de Procesos Abreviados y de Conocimiento, Ledesma Narváez,
Marianella, Jurisprudencia Actual, Tomo 4, Gaceta Jurídica, p. 579).

La medida cautelar de anotación de la demanda, si no bien no impide la transmisión


del bien ni las afectaciones posteriores, también es cierto que otorga prevalencia a
quien ha obtenido esta medida. La prohibición de innovar solo se concederá cuando
no resulte de aplicación otra Prevista en la ley.

La ley no autoriza al juzgador el exceso en la concesión de dichas medidas (Exp. N°


1396- 98, Sala de Procesos Sumarísimos, Ledesma Narváez, Marianella,
Jurisprudencia Actual, Tomo 3, Gaceta Jurídica, pp. 512-513).

La anotación preventiva de la demanda como medida cautelar tiene como objetivo


mantener en el mismo estado de las cosas a la fecha de la anotación hasta la
culminación del proceso y si la decisión judicial le es favorable al solicitante de la
medida, los efectos de la resolución tiene validez desde la anotación, pues de ese
modo se evita que la resolución judicial sea ilusoria.

La prioridad en el tiempo de la inscripción determina la preferencia de los derechos


que otorga el registro (Exp. N° 1340-94-La Libertad, Ledesma Narváez, Marianella,
Ejecutorias Supremas Civiles, Legrima, 1997, pp. 603-605).

Si bien el proceso principal es uno de ejecución de garantía hipotecaria, no existe


impedimento legal para que la demanda pueda ser inscrita para los efectos de la
publicidad de la iniciación del proceso frente a terceros y a otros órganos
jurisdiccionales; para la efectiva realización de la garantía que se sigue por ante el
juzgado de origen y desvirtuar la buena fe, de aquellos terceros que pudieran adquirir
algún derecho. La medida cautelar tiene por finalidad impedir que estos terceros
puedan entorpecer y perjudicar los alcances de la hipoteca a favor del banco
ejecutante (Exp. N° 1279-2001, Cuarta Sala Civil de Lima. Ledesma Narváez,
Marianella. Jurisprudencia Actual, Tomo 6. Gaceta Jurídica, p.700).
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CONCLUSIONES

El presente grupo ha llegado a las siguientes conclusiones:

1. Que en principio el embargo judicial es una actividad procesal, originada en el


proceso de ejecución, destinada a individualizar bienes concretos y específicos del
deudor, con el fin de afectarlos, provisional o definitiva, para la realización forzosa y
subsiguiente pago de las obligaciones al acreedor.
2. El embargo en forma de intervención en recaudación es una modalidad de embargo
que busca garantizar el cumplimiento (medida cautelar) o hacer efectivo (medida de
ejecución) una obligación dineraria, asimismo no tiene el carácter de subsidiario y
complementario como en otras legislaciones, por tanto, se puede solicitar inclusive
antes de iniciado el proceso, solo procede contra la empresa de una persona natural o
jurídica o sin fines de lucro, por tanto, el afecta el negocio.
3. Cuando el intervención recaudador considera que aspectos son perjudiciales o que
hechos son inconvenientes a los intereses del favorecido con el embargo no existe
parcialidad del interventor con el demandante, si no que esta obligación (especial
guarda perfecta consonancia con la obligación principal del interventor, esto es
recabar los ingresos de la empresa.
4. Quedará siempre a criterio del interventor recaudador analizar qué aspectos son los
que considera puede perjudicar la fructuosidad de la medida y deben ser de
conocimiento del juez, teniendo la obligación de informárselos.
5. En la conversión de la recaudación el presupuesto para la conversión es que si la
empresa no tenga ingreso alguno o que los mismos ingresos no alcancen o cobertura
el monto de la afectación, es decir que la empresa no tenga ingreso alguno.
6. Para la ejecución del embargo en forma de intervención sea cual fuere su modalidad,
siempre deberá concurrir el secretario judicial, si el afectado con la medida de
embargo en forma de intervención no se encuentra al momento de ejecutarse la
misma, ello no podrá ser motivo para la suspensión de la ejecución de la medida.
7. Tanto el interventor como el intervenido son responsables civil y penalmente en caso
de no dar cumplimiento al mandato judicial, el ámbito penal, las conductas del
interventor e intervenido son consideras delitos y deberá aplicarse el código penal
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para evaluar es que delito encuadra las conductas de dichas personas, el ámbito civil
el juez podrá establecer multas compulsivas a fin en caso verifique las inconductas
del interventor e intervenido, además podrá subrogarlos (solamente a los
interventores).
8. La medida de embargo en forma de administración de bienes tiene como finalidad
afectar los frutos de los bienes del deudor para que con la venta de estos el acreedor
vea satisfecha su pretensión dineraria, mientras que la medida administración judicial
tiene como finalidad asegurar la eficacia de la futura sentencia donde se discute , por
lo general pretensiones secundarias, por tanto son distintas medidas, entonces el
embargo en forma de administración de bienes y el embargo de intervención (en
recaudación o información), son distintas clases de embargo.
9. En las obligaciones del administrador viene hacer un órgano de auxilio judicial y
como tal su conducta se debe ceñir al cumplimiento de ciertos principios ético –
morales como son la probidad, buena fe y lealtad procesal, los demás deberes del
administrador establecidos por el legislador están en consecuencia con su labor
principal que es percibir los frutos de los bienes de la empresa afectada, sin afectar el
normal desarrollo de esta.
10. La anotación de la demanda deberá de existir ya proceso judicial iniciado, no solo
basta la interposición de la demanda, sino que la misma sea admitida por el juez,
quien adquiere el bien o derecho con la anotación de la demanda inscrita, tiene que
respetar lo decidido en el proceso que publicita la medida cautelar, incluso si atenta
con su derecho , la medida cautelar de anotación de demanda puede resultar
infructuosa por tardía, ello debido a que para su procedencia la demanda debe estar
admitida lo que permitiría que el demandado pueda tomar conocimiento de la
existencia de dicho proceso y actuando de mala fe disponga el bien o derecho pasible
de inscripción en el registro.

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