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El aceite para el cambio automático sirve para transmitir la fuerza del convertidor de
par, para la operación de los elementos de mando hidráulicos y para ajustar sus
coeficientes de rozamiento, para la lubricación y la eliminación de las partículas
desprendidas por abrasión así como para la refrigeración. Todas estas funciones tiene
que cumplirlas el aceite del cambio automático dentro de una gama de temperaturas que
abarca desde -30 °C hasta 150 °C (medidas en la cámara de acopio de aceite). Durante
el cambio de marchas pueden presentarse incluso durante corto tiempo temperaturas
desde 250 °C hasta 400 °C en los embragues y los frenos. Se utiliza un aceite básico
mineral provisto de toda una serie de aditivos:
· Modificadores de la fricción, que ajustan exactamente los valores de
razonamiento,
· Antioxidantes para reducir el envejecimiento a altas temperaturas,
· Dispersantes para evitar depósitos e incrustaciones en el cambio,
· Antiespumantes que impiden la formación de espuma de aceite,
· Mejorantes del índice de viscosidad para conseguir una viscosidad homogénea en
toda la gama de temperaturas,
· Inhibidores de la corrosión, contra la corrosión de los componentes del cambio
debida a la condensación de agua
Bus CAN
En el caso del bus CAN, la transmisión de datos tiene lugar secuencialmente (es decir,
por medio de señales transmitidas consecutivamente) a través de un línea de dos hilos.
En comparación con otros sistemas bus utilizados en los vehículos, la transmisión de
datos por el bus CAN resulta particularmente rápida.
Control electrónico del cambio
El control electrónico del cambio (abreviado: EGS) ofrece toda una serie de ventajas:
Elemento de mando
Se denominan elementos de mando todos los embragues, frenos y ruedas libres de un
engranaje planetario. Se necesitan para acoplar las marchas del cambio.
Elemento de regulación
Palanca selectora
Presión de lubricación
Presión de mando
Presión de trabajo
Presión moduladora
Por razones de seguridad, los vehículos con cambio automático sólo deben poder
arrancar con la palanca selectora en las posiciones P o N, ya que el convertidor de par
no interrumpe por completo la transmisión de fuerza. Incluso el régimen de arranque
del motor puede ser suficiente para poner el vehículo en movimiento.
Se trata de una válvula de cierre contra presión nula. Está sometida a una tensión previa
por fuerza elástica. Al aplicar corriente a la bobina, el inducido es atraído al interior de
la bobina en contra de la fuerza elástica, abriendo así la salida cero. De este modo, con
la aplicación de corriente eléctrica a la bobina se reduce la presión del aceite, y ello
tanto más cuanto mayor sea la intensidad de la corriente. La válvula electromagnética
de regulación se utiliza siempre en combinación con un estrangulador. Las válvulas
electromagnéticas de regulación no pueden controlar directamente la presión del aceite
de un elemento de mando. Son alimentadas con la presión de la válvula de regulación
reducida, por lo que sólo proporcionan una presión de control que se utiliza en una válvula
reguladora de la presión post-conectada. Este es por ejemplo el caso de la presión
moduladora.