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Cuerp

Cuerpo y espíritu
spíritu
Leonardo Boff
Espíritu y cuerpo
Leonardo Boff

Considero que no hay, en un nivel radical, diferencia entre mística y


espiritualidad.

La comprensión común, cultural, registrada en nuestra cabeza, que no es


bíblica sino griega, y que se transformó en un elemento del edificio teológico
cristiano, define al ser humano como cuerpo, por un lado, y espíritu, por el otro. De
ser así, el espíritu es parte de la totalidad del ser humano. La muerte separa al cuerpo
del espíritu; el cuerpo queda aquí, el espíritu es juzgado delante de Dios.

Esta visión es profundamente dualista y no traduce la experiencia que


hacemos. Por eso hay un concepto de espíritu que es bíblico y se articula con el re-
descubrimiento del concepto del espíritu hecho por el pensamiento moderno.

Para la Biblia existe el hombre-carne, la totalidad del ser humano en tanto


confronta el mundo que sufre, vive o muere. Cuando dice que “el Verbo se hace
carne” significa que el hombre se hace débil, llora, sufre y se alegra. Existe el hombre
cuerpo; es el ser humano en cuanto se relaciona en una comunidad. Es un conjunto
de relaciones.

Cuando San Pedro dijo que la Iglesia es el cuerpo de Cristo ¿Qué significa? No
es cuerpo en el sentido en que es una parte de Cristo, el cuerpo, está aquí, y la otra,
el espíritu, allá. La iglesia como cuerpo es la comunidad y es el conjunto de
relaciones lo que me hace vivir en una comunidad. Por lo tanto el hombre cuerpo y
la persona humana son el conjunto de sus relaciones. Existe también el hombre
espíritu, es la totalidad del ser humano que se relaciona con Dios. Cuando sueña así
trasciende esa totalidad en un destino eterno, divino, es el hombre espíritu.

¿Qué ha dicho el pensamiento moderno después de Descartes y,


principalmente, de Hegel? Hegel escribió una obra fundamental para entender toda
la cultura moderna, la Fenomenología del espíritu, que Marx siempre discutió.
Fenomenología son las manifestaciones del espíritu en la conciencia. Espíritu es el ser
humano en su totalidad en cuanto ser que piensa, decide y tiene identidad, tiene
subjetividad, es sujeto.
Un lápiz no es sujeto, no se piensa a sí mismo, no crea una identidad.
Entonces, espíritu es el modo de ser. No es una parte del ser humano sino un modo
de ser de ese ser exótico de la naturaleza que aparece como hombre y mujer en la
medida que hacen historia, esto es, se construyen a sí mismos junto con los otros. Es
un ser cultural, de la naturaleza que actúa sobre ella modificándola, destruyéndola o
guiándola positivamente. Es un ser ético que decide pros y contras, que lo mismo
puede desear el bien del otro, asociándose con él, como puede rechazarlo,
eliminándolo.

En el fondo, Hegel define el espíritu como libertad. La historia humana es la


historia de la libertad. La historia de la libertad es la historia de la participación, de la
decisión con el otro, libertad para eso y para aquello. Es exactamente el sentido
bíblico del hombre espíritu, en la medida en que trabajamos sobre nuestra
subjetividad, sobre nuestra capacidad de crear, de hacer historia, de hacer un mundo
no de lobos que se devoran sino de seres humanos solidarios a la luz de Dios.

En el sentido radical el espíritu remite al Espíritu Santo, o sea, Aquello que


produce vida, que está presente en todo. Como afirma la Biblia: el espíritu se mueve
en todas las cosas, todo lo penetra, recrea la faz de la tierra. Espiritualidad es captar
ese movimiento del mundo, su dinamismo, la presencia del Espíritu está en todas las
cosas. El Espíritu bíblico no es de tranquilidad; es el vendaval, el viento fuerte,
aquello que crea, que desestructura el orden establecido e inventa uno nuevo. “Vivir
según el espíritu” es la definición que Pablo hace de la vida cristiana.

Cristo también es Espíritu en cuanto resucitado. No es más según la carne, no


es más un Cristo limitado. Éste murió en la cruz. Por eso, quien está en Cristo
resucitado está en la libertad. Es una criatura nueva. Su espiritualidad viene del
Espíritu de la creatividad, de la invención, entonces nada tiene que ver con lo que
recoge la paz artificial, inventada. Espíritu es la vida y lo que se opone a esa vida y a
ese Espíritu es la muerte. Todo aquello que produce vida, expande vida, defiende la
vida, se organiza en función de la vida, es espiritualidad.

Si entendemos la espiritualidad así, entonces equivale a aquello que llamamos


mística. Significa vivir esa radicalidad profunda, ese dinamismo que está en nosotros,
ese centro del centro, ese misterio.

Otro gran pensador, Heidegger, decía que la esencia del espíritu humano no es
solamente la libertad, que a su vez es creatividad; es también misterio. Porque si
hubiese lo que es la libertad, podría deducirla a partir de argumentos y, así, acabaría
con esa libertad. La libertad puede incluso contrariar los argumentos, ser antilógica.
El fundamento de la libertad del ser humano es un abismo, un misterio. Entonces
misterio es la profundidad, es la definición del ser humano, misterio que yo siempre
conozco, que continúa siendo misterio a pesar del conocimiento, que debo
continuamente profundizar porque nunca termino de recorrerlo.

Esa es la realidad del ser humano.

Fragmento del libro “Mística e espiritualidade”.


Frei Betto, Leonardo Boff.
Espíritu e corpo. Pág: 75-77
Garamond universitaria. Brasil. 1994
Traducción: Marcel Arvea Damián

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