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Memoria para un oso hormiguero

Antonio Cisneros (27 de diciembre de 1942 - 6 de octubre de 2012) es acaso el


más reconocido poeta de la Generación del 60. Su partida, hace un mes, ha
dejado un hondo pesar entre quienes lo conocimos y admiramos su obra, plena de
ironía y de esa irreverencia que tanto bien le hicieron a una tradición sumida por
momentos en la gravedad y el sentimentalismo.

Estudió Literatura en los primeros años de la década del 60, junto con Marco
Martos, Miguel Gutiérrez, Gregorio Martínez, Manuel Velásquez Rojas,
Hildebrando Pérez Grande, Raúl Vargas y Javier Montori, entre otros.

Se graduó de bachiller, en 1967, con su trabajo El Transcurrir: un mecanismo


básico de Eguren. En 1974 obtuvo el grado de doctor en Literatura por la UNMSM
con la tesis Tradición y rebelión en la poesía inglesa contemporánea, en la que
aborda la tradición y la renovación: dos manifestaciones constantes y dialécticas
de la poesía británica, tanto a nivel temático e ideológico como a nivel de su
expresión formal. También hizo estudios en la Pontificia Universidad Católica del
Perú entre 1960 y 1965.

Obtuvo la Beca "Javier Prado" con la cual viajó a Londres. A su regreso de Europa
fue profesor de Literatura Latinoamericana Contemporánea en San Marcos. Si
bien ingresó primero a la PUCP, se trasladó luego a la Decana de América, con un
grupo de estudiantes de la Católica que habían sido expulsados por haber
apoyado a la Revolución Cubana. A la fecha de su muerte, el 6 de octubre
pasado, era Profesor Cesante de nuestra universidad, con todos sus derechos
laborales y sociales.

A los 26 años de edad fue reconocido con el Premio Casa de las Américas de
Cuba, por su libro Canto ceremonial contra un oso hormiguero en 1968. Fue uno
de los primeros premios de los muchos que recibió en vida, como el Premio
Nacional de Poesía, el Premio Gabriela Mistral, el Premio Iberoamericano de
Letras José Donoso, el Premio de Poetas del Mundo Latino Víctor Sandoval
(Aguascalientes). Fue Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia.
El 8 de junio de 2010 recibió en Santiago de Chile el Premio Iberoamericano de
Poesía Pablo Neruda, entregado y financiado por el Consejo Nacional de la
Cultura y las Artes de ese país.
Además de San Marcos, enseñó en diversas universidades del Perú, Estados
Unidos y Europa. Hizo periodismo en prensa, radio y televisión y fue director del
Centro Cultural Inca Garcilaso del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú.

Obra y crítica
Para el poeta y docente sanmarquino Hildebrando Pérez Grande, desde Destierro
(1961) hasta Un crucero a las islas Galápagos (2005), pasando por libros
memorables como Canto ceremonial contra un oso hormiguero (1968), Como
higuera en un campo de golf (1972) y Las inmensas preguntas celestes (1992), la
poesía de Antonio Cisneros ha sido una fiesta de la palabra, la inteligencia, el
humor, la ironía y de una mirada impecable y redentora de la exaltante realidad
que nos rodea, con el toque de una irreverencia saludable.

"Desde la década de los 70’, la obra lírica de Antonio Cisneros lo perfila como uno
de los mayores poetas en lengua española y uno de los más traducidos a otros
idiomas modernos, hecho que lo distingue visiblemente dentro de su marco
generacional", dice.

Los estudiosos, desde diversas perspectivas críticas –continúa Hildebrando


Pérez– coinciden en alabar el virtuosismo de su escritura, su temprana maestría
con el lenguaje poético contemporáneo, "el atinado uso del distanciamiento
brechtiano y el rigor crítico con el que rechaza el facilismo, el panfleto, el tono
dulzón y melodramático y ejerce más bien la mirada interdisciplinaria, la actitud
dialógica, la crítica puntual de los desmanes de la alienación contemporánea, y la
manera cómo verbaliza estremecedoramente –con el lenguaje culto o el vitalísimo
lenguaje de la calle– su sincera reconversión", anota.

Por su parte, el Dr. Camilo Fernández Cozman señala que "Cisneros –irónico,
desmitificador, notable exponente de la llamada generación del sesenta–
renovó la poesía peruana y asimiló los aportes de la poesía de lengua inglesa. Su
primer poemario importante, Comentarios reales, significó una lectura periférica y
contestataria de la historia del Perú. El poeta ironizó la Conquista y el Virreinato
como etapas signadas por la violencia". Asimismo, continúa Camilo Fernández,
desmitificó la Emancipación al burlarse de los criollos independistas que
configuraron una nueva élite ilustrada absolutamente ajena a la pluralidad cultural
y lingüística del Perú.

Posteriormente, Cisneros dio a conocer Canto ceremonial contra un oso


hormiguero bajo el influjo del discurso de las ciencias sociales. "Allí el poeta criticó
la alienación que reina en la sociedad capitalista y la representó en la figura de
una ballena (Poema sobre Jonás y los desalienados): el ser humano se ve
obligado, para subsistir, a vivir alimentando a la ballena. Después vieron la luz
otros poemarios como Agua que no has de beber, El libro de los dios húngaros y
Como higuera en un campo de golf que confirmaron la alta calidad de la poesía
de Cisneros", comenta.

El también docente de Literatura Mg. Marcos Mondoñedo asevera que la poesía


de Antonio Cisneros puede describirse de modo global por dos aspectos entre los
muchos que ha destacado la crítica. Se dice por ejemplo, que su poesía añade
una dimensión coloquial prácticamente inédita en nuestra tradición o le que añade
una influencia anglosajona bien procesada y personal o que su ironía y su
distanciamiento crítico brechtiano insuflan a su discurso de una paradójica
melancolía.

"Yo simplemente quisiera añadir que, precisamente, este último procedimiento


permite al lector una paradójica inmersión al tema del amor con una ausencia de
ridículo que le agradeceremos siempre. De este modo, surge la posibilidad de una
expresividad nueva, afectiva y de una gran intensidad, pero que al mismo tiempo
es capaz de albergar --y esto sería lo segundo a destacar--, un lugar enunciativo
dedicado no solo a experimentar con sus versos el amor como un acontecimiento,
sino que también provee, ese mismo lugar, de una perspectiva que posibilita
observar el carácter acontecimiental del amor", precisa Mondoñedo.

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