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VIII.

EL SEXO EN ELMATRIMONIO
(Borrador incompleto)

Introducción

1. Las relaciones del hombre y la mujer en general y en particular en el ámbito del


matrimonio y de la familia son un factor fuente de no pocas dificultades. Es por lo tanto
una importante faceta de su ministerio. En ocasiones el pastor es llamado para ejercer
como consejero de parejas que afrontan situaciones delicadas en su vida íntima.

Se hace necesario que una asignatura que estudia y analiza las relaciones familiares,
considere aspectos generales y de no poca importancia de la vida intima de la pareja.
Para ello recurriremos a documentos escritos por expertos cristianos que con autoridad
han abordado estos temas.

2. En primer lugar recurriremos a la Biblia como máxima autoridad sobre la condición


del hombre y de la mujer y de sus relaciones.

Dios es el Creador del hombre (Génesis 1:26-28). El hombre, imagen de Dios se


entiende a la pareja humana: Ambos son imagen de Dios.

La pareja es el resultado un designio y un diseño de Dios mismo. El hombre es varón y


hembra semejante a la divinidad. El hombre, varón, creado para vivir y relacionarse con
otro hombre, mujer (Génesis 2: 18, 23-24).

I. Los Objetivos de la Sexualidad Humana


La esencia misma del matrimonio se halla en la propia condición de la pareja humana.
Todo en él fue minuciosamente diseñado. Si era necesario en el Edén, cuánto más, lejos
de él. Al instituir el matrimonio, Dios tenía objetivos definidos.

1. La multiplicación de la especie humana

El texto inspirado afirma: "Y los bendijo Dios. Les dijo: 'Fructificad y
multiplicaos. Llenad la tierra y gobernadla. Dominad los peces del mar. Las
aves del cielo, y todas las bestias que se mueven sobre la tierra'" (Génesis
1:28).

El Creador concedió a la pareja humana el privilegio de ser procreadora, de colaborar


con Él en el crecimiento de la especie. Este don sería fructífero por vía generacional.
Este es un misterio de una magnitud sublime. Con el privilegio del don de la
procreación concedido a la pareja, iba implícita la delicada tarea de formar a sus
descendientes para una vida provechosa y feliz en la tierra.

2. El logro de la máxima felicidad posible

Dios dijo por medio de Salomón:

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"Disfruta de la vida con la esposa que amas, todos los días de tu vida fugaz
que te son dados debajo del sol, porque ésta es tu parte en la vida, y en el
trabajo con que te afanas debajo del sol"(Proverbios 9:9).

El hombre no fue creado para vivir en la soledad. Fue diseñado como ser sociable y
"No es bueno que el hombre esté solo" y Dios le proveyó la "ayuda idónea para él"
(Génesis 2:18). El necesita recibir y dar afecto y ayuda material y moral. Su mayor
felicidad posible se encuentra en su mejor compañía y ésta la halla en su "otro yo".

3. La mayor realización de los esposos

El y ella unidos son completos, alcanzan la más excelsa realización como personas.

"La relación matrimonial tiene una influencia de la máxima amplitud y de las


más prolongadas sobre la totalidad de la vida. Dios quiso que así fuera. Nada
hay sobre la tierra que sea comparable a esta estrecha unión de dos seres que
deben mezclar sus vidas, trabajar, sufrir, llorar juntos, completarse el uno al
otro, tener todo en común, llevar el mismo nombre ante los hombres (...). El
destino de la familia es servir a Dios: Josué 24:15. El cristiano que quiera
servir a Dios, al casarse, no escogerá sino a una persona cristiana (...). Basta
con considerar la vida evangélica del matrimonio, para comprender que es un
acto de infidelidad contraerlo sobre una base que no sea la base estrictamente
cristiana. El matrimonio debe ser una unión tan absoluta que se pueda decir
de ambos cónyuges: Los dos no hacen más que uno (Edmond de Pressensé.
según HS. ps. 324-325).

Declaraciones muy importantes:

"El vínculo de la familia es el más estrecho, el más sagrado de la tierra.


Estaba destinado a ser una bendición para la humanidad. Y lo es siempre que
el acto matrimonial sea sellado con inteligencia, en el temor de Dios, y con la
debida consideración de sus responsabilidades" (White, El hogar Adventista,
p. 14).

"Fue una de las primeras dádivas de Dios al hombre, y es una de las dos
instituciones que, después de la caída, llevó Adán consigo al salir del paraíso.
Cuando se reconoce y obedecen los principios divinos en esta materia el
matrimonio es una bendición: salvaguarda la felicidad y la pureza de la raza,
satisface las necesidades sociales del hombre y eleva su naturaleza física,
intelectual y moral" (Ibid, 22).

El objetivo divino al formar al hombre y a la mujer, instituir el matrimonio y


otorgarles el don del sexo, es evidente que se puede resumir en tener hijos, ser felices y
ser mejores personas. Nos casamos para multiplicarnos, para el logro de la dicha más
completa. Con el matrimonio prologamos nuestra existencia por medio de nuestros
hijos, disponemos de más probabilidades de un gozo mayor y alcanzamos cotas más
elevadas de salud y de moral.

Así pues, Dios concedió a la pareja humana el don del sexo para procrear hijos,

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dar placer y acercar más al esposo y a la esposa en la íntima unión del matrimonio.
Quiere que compartan la vida juntos y que con respeto y amor se conozcan física,
espiritual, intelectual y emocionalmente

II. La Sexualidad del Hombre y de la Mujer


La diferencia del deseo sexual entre el hombre y la mujer son relevantes y sin embargo
no siembre se es consciente de ello. La respuesta a esta realidad se halla en la fisiología
y en la psicología. Todos sabemos acerca de la diferencia en el hombre y la mujer, pero
sería deseable un mejor conocimiento y una mayor consciencia de esta realidad.

Para el hombre el apetito sexual es más físico que para la mujer. La fisiología
masculina produce constantemente espermatozoides y estos con el semen se
almacenan en las versículas seminales. Cuando están llenan, generan una
necesidad física de emisión. Nada de esto existe en la mujer.

Para la mujer la demanda sexual es más emocional que física. La diferencia de


reacción del hombre y de la mujer son evidentes. El esposo, por ejemplo, tendrá
poca dificultad en tener relaciones íntimas no mucho después de una discusión
desagradable con su esposa. Para ella, por el contrario, sería casi imposible. sus
sentimientos la afectan más. No puede tener satisfacción cuando otros aspectos
de la relación con su esposo no van bien.

Para la esposa las buenas relaciones sexuales empiezan ya por la mañana y


aumentan con todas las pequeñas atenciones de amabilidad por parte del esposo
durante todo el día. La cortesía y los detalles afectuosos por parte de él preparan
el camino para un encuentro sexual satisfactorio.

Por otra parte, el esposo suele llegar al clímax de la relación sexual con
bastante rapidez, pero sus emociones también decrecen rápidamente. La esposa,
sin embargo, es más lenta en sus cambios emocionales, tanto antes como
después del acto. El esposo debe ser consciente de esta realidad y procurar ser
comprensivo y cuidadoso en su relación con su mujer después del clímax.

Dios en su sabiduría concedió el sexo a la pareja para tener hijos, dar placer y
estrechar al esposo y a la esposa en la unión íntima del matrimonio. El quiere
que vivan juntos toda una vida conociéndose física, emocional, espiritual e
intelectualmente. No es una tarea fácil ni siempre agradable, pero necesaria y
provechosa.

Es pertinente mencionar aquí al psicólogo adventista Dr. Charles Wittschiebe, autor de


Dios inventó el sexo , en la sección III. El sexo en el matrimonio que trata cuestiones
relativas "Diferencias entre actitudes sexuales femeninas y masculinas, El acto sexual,
Problemas sexuales y Control de la natalidad, aborto y temas relacionados".

III. Consejos Prácticos Aportados por la Psicología

El Dr. Gary Chapman en su libro El matrimonio que siempre he deseado en las


páginas 12-14 ofrece unas importantes sugerencias interés para la buenas relaciones
íntimas de la pareja.

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1. Sugerencias que los esposos les han hecho a las esposas:
Qué hacer para que las relaciones sexuales sean más significativas

1. Sé agresiva a veces.
2. Sé innovadora e imaginativa
3. No te de vergüenza demostrar que lo estás disfrutando.
4. Sé atractiva a hora de acostarte. ponte otra ropa que no sean camisones "a lo
abuelita" o el pijama de todos los días..
5. Haz cosas para atraerme la atención; los hombres se excitan fácilmente por
la vista.
6. Habla más abiertamente sobre el sexo. Expresas que estás preparada para el
acto sexual como tal después que el juego amoroso preliminar te haya excitado
lo suficiente.
7. Acuéstate más temprano.
8. No me hagas sentir culpable de noche por mis imperfecciones de día (no ser l
suficiente afectuoso, etc.).
9. Prologa la relación sexual de vez en cuando.
10. Estate más atenta a mis necesidades y deseos como hombre.
11. Participa más plena y libremente en el acto sexual; sé más dócil y abierta.
12. Permite la variedad en cuanto al momento del acto sexual (no siempre por
la noche).
13. Muestra más deseo y entiende que las caricias y los juegos amorosos son tan
importantes para mí como lo son pata ti.
14. No permitas que te sientas disgustada por los sucesos cotidianos que no
salen bien.
15. Distraernos juntos al menos una vez por semana.
16. No juegues siempre a hacerte la difícil.
17. Despeja la mente de las cosas cotidianas (las de hoy y las de mañana) y
concéntrate en lo que nos ocupa: El amor.
18. No trates de fingir que estás disfrutando.
19. No trates de castigarme negándome el sexo o dándomelo de mala gana.
20. Trátame como si fuera tu amante.

2. Sugerencias que las esposas les han hecho a los esposos:


Qué hacer para que las relaciones sexuales sean más significativas.

1. Muestra más afecto durante el día; cuando llegues del trabajo, bésame en el
cuello.
2. Dedícale más tiempo al juego amoroso; el amor, el juego de los comentarios
románticos son importantes.
3. Fomenta el acto sexual en distintos momentos en vez de siempre de noche
cuando estamos cansados.
4. Sé más comprensivo cuando estoy enferma de verdad.
5. Sé agresivo y no esperes a que yo tome el primer paso.
6. Acéptame como soy; acéptame aun cuando me veas en mi peor faceta.
7. De vez en cuando, dime que me amas y no solo cuando estamos en la cama;
llámame a veces simplemente pata decirme: "!Te amo¡" No te avergüences de
decirme¨"Te amo" delante de otras personas.
8. Mientras me esté duchando, pon música suave en la radio.

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9. Honra a Cristo como cabeza del hogar.
10. Muéstrate delicado y amoroso por lo menos una hora antes de iniciar el
sexo.
11. Ayúdame a sentirme que soy atractiva sexual y románticamente
halagándome a menudo.
12. Dime lo que te gusta y cuándo estás excitado, expresa tus deseos más
abiertamente. Comparte tu ser conmigo más plenamente.
13. Trata de no eyacular tan pronto.
14. Medita conmigo acerca de tus problemas y victorias; déjame expresarte mis
necesidades.
15. Aprecia la belleza de la naturaleza y comparte esa apreciación conmigo.
16. Asume más responsabilidad en cuanto a preparar a los niños para la cama,
de ese modo podré sentirme descansada y compartir mejor la noche contigo.
17. Sé paciente conmigo. No te burles de mi lentitud pata alcanzar el clímax.
18. No abordes las relaciones sexuales como si fuera un formulismo. Haz que
cada vez sea una nueva experiencia. No permitas que la relación sexual se
vuelva aburrida haciendo las mismas cosas una y otra vez; prueba cosas nuevas
o lugares nuevos.
19. Nunca trates de hacer el amor conmigo cuando albergues sentimientos
negativos hacia mi o sepas que las cosas no andan bien; que haya armonía
entre nosotros para que la relación sexual sea realmente un acto de amor.
20. De vez en cuando, piensa en algo agradable que decir acerca de mí delante
de los demás.

IV. Distorsiones Sexuales


a causa de la caída, el plan original para la pareja humana se distorsionó. El dominio
por medio del poder, la manipulación y la destrucción de la individualidad ha afectado
negativamente al matrimonio. El egoísmo, el ansia de placer y la falta de simpatía han
quebrantado las vidas de hombres y mujeres causando sufrimiento y amargura.

A lo lago de los siglos las desviaciones del ideal de Dios para el matrimonio han sido
evidentes en las diferentes culturas y en toda sociedad. Mencionemos por ejemplo la
poligamia, la fornicación y el adulterio, el abuso fuera y en el matrimonio, el divorcio,
el incesto, el divorcio, la homosexualidad, la masturbación, la pornografía, etc.

V. La Educación Sexual
1. En la familia
Cuándo
Desde cuándo
Hasta cuándo
Por quién
Cómo
2. En la iglesia
Documentos

Conclusión

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1. Resumen
Objetivos divinos para la sexualidad humana
La sexualidad del hombre y de la mujer
Sugerencias psicológicas de la intimidad matrimonial
Distorsiones sexuales
La educación sexual

2. Implicaciones educativas y religiosas


Para los esposos y la familia
Para el ministerio
Para la juventud

Juan Navarro
Facultad Adventista de Teología
Curso 2015-2016

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