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Henrik Svensmark, jefe de las investigaciones sobre las interrelaciones entre el Sol y el
clima que se realizan en el Centro Espacial Nacional de Dinamarca, reúne los resultados
sobre los que él y sus colegas han informado en una docena de trabajos científicos, y
que explican cómo el clima es gobernado por las partículas atómicas provenientes de las
estrellas que han explotado.
Estos rayos cósmicos ayudan a formar las nubes comunes. Los altos niveles de rayos
cósmicos y la nubosidad refrescan al mundo, mientras los intervalos más cálidos
ocurren cuando los rayos cósmicos y las capas de nubes disminuyen.
Durante más de 20 años, los registros de los satélites acerca de las nubes de baja altura
han encajado con las variaciones en los rayos cósmicos. Cómo los rayos cósmicos
toman parte en la formación de las nubes, se analizó en el experimento SKY, llevado a
cabo en el sótano del Centro Espacial Nacional de Dinamarca. Los electrones liberados
en el aire por el paso de los rayos cósmicos ayudan a ensamblar los bloques de
construcción de los núcleos de condensación en los que el vapor de agua se condensa y
que conducen a la formación de nubes.
Con escalas de tiempo grandes, la intensidad de los rayos cósmicos cambia más
enfáticamente porque varía la llegada de éstos desde las zonas principales de emisión de
la galaxia. Durante los últimos 500 millones de años, la Tierra ha pasado a través de
cuatro episodios de efecto invernadero, en los que el hielo desapareció y el nivel del mar
fue alto, y cuatro episodios de Edad de Hielo, como el que aún vivimos ahora, con
presencia de capas de hielo y glaciares, y con un nivel del mar relativamente bajo.
Nir Shaviv, de la Universidad Hebrea en Jerusalén, junto con Ján Veizer, de las
universidades del Ruhr y de Ottawa, correlacionan estos cambios con el viaje del Sol y
la Tierra a través de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Ellos culpan de los episodios de
edades de hielo a los encuentros con brazos espirales luminosos donde los rayos
cósmicos son muy intensos. Los eventos de enfriamiento más frecuentes,
aproximadamente cada 34 millones de años, ocurren siempre que el sistema solar pasa a
través del plano medio de la Galaxia.
En los episodios de "Tierra Bola de Nieve" alrededor de 700 y 2.300 millones de años
atrás, incluso en el Ecuador había masas de hielo. En esas ocasiones, la proporción del
nacimiento de estrellas en la galaxia fue extraordinariamente alta, lo que también debió
significar un número grande de estrellas que explotaban e intensos rayos cósmicos.
Remontándonos más atrás aún en el tiempo, la teoría de los rayos cósmicos y su ayuda
en la formación de las nubes, puede explicar por qué la Tierra no se heló completamente
cuando era muy joven. El Sol era mucho más débil de lo que es ahora, pero también
rechazaba con más vigor los rayos cósmicos, por lo que la Tierra no debió haber tenido
mucha cobertura nubosa.
La actividad humana lleva produciendo calentamiento global desde hace casi dos siglos,
según una nueva investigación que prueba que este fenómeno no se ha desencadenado
durante el siglo XX.
El investigador principal, la profesora asociada Nerilie Abram de la Universidad
Nacional de Australia (ANU), dijo que el estudio encontró que el calentamiento
comenzó durante las primeras etapas de la revolución industrial y fue detectable por
primera vez en los océanos Ártico y tropicales en el decenio de 1830, mucho antes de lo
que esperaban los científicos.
"Fue un hallazgo extraordinario", dijo Abram, de la Escuela de Investigación de
Ciencias de la Tierra de la ANU y el Centro ARC de Excelencia para la Ciencia del
Sistema Climático.
"Fue uno de esos momentos donde la ciencia realmente nos sorprendió. Los resultados
son claros. El calentamiento climático que estamos presenciando hoy comenzó hace
unos 180 años."
Los nuevos hallazgos tienen implicaciones significativas para evaluar la medida en que
los seres humanos han hecho que el clima se aleje del estado pre-industrial, y ayudarán
a los científicos a comprender el impacto futuro de las emisiones de gases de
invernadero en el clima.
"En los océanos tropicales y el Ártico en particular, los 180 años de calentamiento han
causado que el clima medio sobrepase la variabilidad normal en los siglos anteriores a la
revolución industrial," explica Abram.
La investigación, publicada en la revista 'Nature', ha sido realizada por 25 científicos de
Australia, Estados Unidos, Europa y Asia, trabajando juntos como parte del consorcio
Past Global Changes 2000 year (PAGES 2K).
Abram declaró que el cambio climático antropogénico era generalmente visto como un
fenómeno del siglo 20, debido a que las mediciones climáticas eran poco frecuentes
antes de la década de 1900.
Sin embargo, el equipo estudió reconstrucciones detalladas del clima pasado que
abarcan 500 años para identificar cuando la tendencia sostenida al calentamiento
comenzó realmente.EL TRABAJO
Los científicos examinaron los registros de las variaciones climáticas naturales a través
de océanos y continentes de todo el mundo. Estas historias climáticas aparecen
preservadas en los corales, decoraciones de cuevas, anillos de árboles y núcleos de
hielo.
El equipo de investigación analizó miles de años de simulaciones de modelos
climáticos, incluidos los experimentos utilizados para el último informe del Panel
Intergubernamental de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (IPCC), para
determinar qué causó el calentamiento temprano.
Los datos y simulaciones identificaron la aparición temprana del calentamiento
alrededor de la década de 1830, y encontraron que el calentamiento temprano se
atribuyó a los crecientes niveles de gases de efecto invernadero.
Los investigadores estudiaron la mayoría de las erupciones volcánicas a principios del
siglo XIX y se encontró que sólo eran un factor de menor importancia en el inicio
temprano del calentamiento climático.
TEORÍA DE LA GLACIACIÓN, EFECTOS NATURALES Y CAMBIO
CLIMÁTICO
¿Vamos hacia una nueva glaciación? Nuevos datos apuntan hacia la glaciación.
En medio de una fuerte e intensa campaña mediática sobre el CO2 y los planteamientos
del calentamiento global, tras el famoso escándalo del “climategate” y los
controvertidos informes climáticos, los nuevos datos, apuntan justo a lo contrario:
Vamos hacia una glaciación. Los ciclos cósmicos han estado siempre ahí, mientras que
las actividades humanas son muy recientes.
Pero apoyar esta hipótesis requiere evidencias sólidas, y por fin pueden ponerse encima
de la mesa, tal y como sostiene Victor Bokov, director del Instituto Polar Abdusamatov,
de la Academia de Ciencias Rusas.
Pero Bokov, tan sólo encabeza una lista mucho más extensa de científicos que sostienen
esta hipótesis, que de confirmarse encajaría con la lógica cíclica de las nuevas
investigaciones paleoclimáticas.
Las claves se encuentran en el análisis de las últimas glaciaciones y los períodos
denominados “interglaciares”. Si buceamos en la historia tendríamos que remontarnos a
la época del final del Pleistoceno y en concreto a las glaciaciones de Würm y de Riss.
La de Würm tuvo diversos ciclos de aumento/remisión, y fue responsable de la
migración y dispersión del “homo sapiens” por los diversos continentes, es decir hace
120.000 años, y remitiendo completamente hace 20.000. La de Riss comenzó hace -
200.000 años, siendo la de Würm una especie de subglaciación con ciclos más cortos.
Los datos obtenidos del análisis en las capas de hielo de la Antártida, así como las
muestras de análisis incremental de hielo en el Océano y pérdida de hielo en el
continente, muestran una curiosa paradoja que remite a una hipotética situación ya
acaecida en el Pleistoceno: El incremento del nivel de los mares, es el preludio de una
glaciación, según las series históricas.
En los periodos de mayor excentricidad, también aparecen restos de Iridio y SO4, lo que
evidencia mayor intensidad de la radiación cósmica. A mayor excentricidad, mayor
radiación procedente de otras fuentes que no son el Sol.
Este fenómeno, pone de manifiesto igualmente que la acción gravitacional del Sol no es
constante, sino que fluctúa de forma logarítmica y cíclica en función de los eventos
cósmicos de la Galaxia.
Las marcas interglaciales, nos muestran tramos en los que se invierte la tendencia de los
ciclos, lo que supone un período de menores contrastes térmicos tras la glaciación, que
se origina por un giro en el eje de la tierra a los 22,5º desde los 24,5º en el caso de la
glaciación Würm, lo que propicia una mayor isolación estival.
Ahora analicemos el contraste del incremento del nivel de los Océanos en relación con
los períodos interglaciares y las glaciaciones
Existe una conexión lógica entre el incremento del nivel del mar y el comienzo de una
etapa glacial. Puede verse como ya sucedió así en el pasado como preámbulo de la
glaciación Würm. Los movimientos cíclicos en el nivel del mar se corresponden con el
movimiento del eje de la Tierra. Una vez más, otro indicio de ciclo cósmico.