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El mundo infinito de las formas y manifestaciones de la risa se oponía a la cultura oficial, al tono
serio, religioso y feudal de la época. Dentro de esta diversidad hay una unidad de estilo en la
cultura cómica popular, principalmente de la cultura carnavalesca.
1- Los festejos del carnaval ocupaban un lugar muy importante en la vida del hombre medival. Se
llenaban las plazas y calles durante días. Además casi todas las fiestas religiosas poseían un
aspecto cómico popular y público. Ninguna fiesta se desarrollaba sin los elementos de una
organización cómica.
Todos estos ritos y espectáculos organizados a la manera cómica, presentaban una diferencia de
principio con las formas de culto y las ceremonias oficiales serias de la Iglesia y del Estado feudal,
Ofrecían una visión del mundo, el hombre y de las relaciones humanas totalmente diferente,
deliberadamente no oficial exterior a la Iglesia y al Estado; parecían haber construido al lado del
mundo oficial un segundo mundo y una segunda vida creando una especie de dualidad del mundo.
¿Cuáles son los rasgos típicos de las formas rituales y espectáculos cómicos de la Edad Media?
El principio cómico que preside los ritos carnavalescos los exime completamente de todo
dogmatismo religioso y están desprovistos de carácter mágico o encantatorio. Incluso ciertas
formas carnavalescas son una parodia del culto religioso, son formas exteriores a la religión:
pertenecen a una esfera particular de la vida cotidiana.
Los espectadores no asisten al carnaval, sino que lo viven ya que está hecho para todo el pueblo.
El carnaval posee un carácter universal, es un estado peculiar del mundo. Es imposible escapar
porque el carnaval no tiene una frontera espacial, en su curso solo puede vivirse de acuerdo a sius
leyes: las leyes de la libertad.
El carnaval no era una forma de espectáculo teatral, sino más bien una forma concreta de la vida
misma. No era simplemente representada en un escenario sino vivida en la duración del carnaval.
Los bufones y payasos son los personajes característicos de la cultura cómica de la Edad Media.
El carnaval es la segunda vida del pueblo, basada en el principio de la risa. Es su vida festiva. La
fiesta es el rasgo fundamental de todas las formas de ritos y espectáculos de la Edad Media.
Las festividades cualquiera sea su forma son una forma primordial de la civilización humana.
Siempre han tenido un sentido profundo, han expresado siempre una concepción del mundo. Las
fiestas siempre tienen una relación profunda con el tiempo, en la base de las fiestas siempre hay
siempre una concepción del tiempo natural, biológico e histórico.
En la Edad Media la fiesta se convertía en la forma que adoptaba la segunda vida del pueblo, que
temporalmente penetraba en el reino untópico de la universalidad, la libertad, la igualdad y la
abundancia. En las fiestas oficiales de la Edad Media, en cambio, no se sacaba al pueblo del orden
existente ni eran capaces de crear una segunda vida. El carnaval era el triunfo de una especie de
liberación transitoria, más allá de la órbita de la concepción dominante. El individuo parecía
dotado de una segunda vida que le permitía establecer nuevas relaciones, verdaderamente
humanas, con sus semejantes. La alienación desaparecía provisionalmente.
La eliminación previsional de las relaciones jerárquicas entre los individuos creaba en la plaza
pública un tipo de comunicación inconcebible en situaciones normales. Esto produjo el nacimiento
de un lenguaje carnavalesco típico. Se originó una lengua propia capaz de expresar la cosmovisión
carnavalesca unitaria pero compleja del pueblo. Se caracteriza por la lógica de las cosas al revés y
contradictorias. La segunda vida se construye en cierto modo como un mundo del revés, como una
parodia de la vida ordinaria.
La risa carnavalesca es patrimonio del pueblo: todos se ríen. Es también universal, contiene todas
las cosas y la gente, el mundo entero parece cómico. Por último esta risa es ambivalente, alegre y
al mismo tiempo sarcástica, niega y afirma, amortaja y resucita.
Los juramentos desde muchos puntos de vista eran similares a las groserías. Eran una género
verbal especial con la mismas bases que las groserías (carácter aislado, acabado y autosuficiente).
Sumergidos en el ambiente del carnaval adquirieron un valor cómico y se volvieron ambivalentes.
El portador del principio material y corporal es el pueblo, que de su evolución crece y se renueva
constantemente. Por eso el elemento corporal es magnífico, exagerado e infinito.
La abundancia y universalidad determinan a su vez el carácter alegre y festivo (no cotidano) de las
imágenes referentes a la vida material y corporal. El principio material y corporal es el principio de
la fiesta, del banquete, de la alegría.
Una de las tendencias de la imagen grotesca es exhibir dos cuerpos en uno: uno que da vida y
desaparece y otro que es concebido y lanzado al mundo.
En contraste con las exigencias de los cánones modernos, el cuerpo siempre está en una edad muy
cercana al nacimiento o la muerte.
Está era la única concepción del cuerpo que conocía la cultura popular y el espectáculo.
En las groserías modernas no queda nada del ese sentido ambivalente y regenerador, sino
negación pura y llana, el cinismo y el insulto puro.
A partir de la segunda mitad del siglo XVIII hay un proceso de reducción progresivo en la forma de
los ritos y espectáculos carnavalescos populares. Por una parte se produce la estatización de la
vida festiva, que pasa a ser una vida de gala, y por la otra se introduce a la fiesta en lo cotidiano, es
decir queda relegada a la vida privada, doméstica y familiar. La fiesta casi deja de ser la segunda
vida del pueblo (dice casi porque el principio festivo carnavalesco popular es indestructible).
El grotesco pierde sus lazos reales con la cultura popular de la plaza pública al convertirse en pura
tradición literaria. El grotesco ofrece la posibilidad de un mundo totalmente diferente, de una
nueva estructura vital. La función del grotesco es liberar al hombre de las formas de necesidad
inhumana en que se basan las ideas convencionales. El grotesco derriba esa necesidad y descubre
su carácter relativo y limitado. La risa y la cosmovisión carnavalesca, que están en la base del
grotesco, destruyen la seriedad unilateral y liberan el pensamiento y la imaginación humana que
quedan disponibles para el desarrolla de nuevas posibilidadses.
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Concepción materialista histórica. Da cuenta de las condiciones sociales en que se produce la obra
de Rabelais para analizarla.
Edad media, fiestas comunes. Capitalismo, separa la cultura de los que no tienen cultura.
En las fiestas de la edad media todavía no hay ningún principio racional en funcionamiento. Ej:
principio del tercero excluido (las cosas son o no son).
Modo del cultura popular medieval incompatible con el capitalismo. Las políticas para reencauzar
esto duran 300 años.
A partir del 1500 sectores religiosos comienzan a intentar prohibir este tipo de fiestas.
Fuente: lectura indiciaria de Rabeláis. Trabaja con fragmentos escritos. Concepción epistemológica
: se pueden construir indicialmente las condiciones históricas a través de distintas entradas.
Bajtim: para el periodo que toma cultura popular carácter interclasista (diferencia con Guinzburg).
Peter Burke da cuenta de lo que pasó en el medio.