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SALA DE CASACIÓN CIVIL

Exp. 2015-000627

Magistrado Ponente: GUILLERMO BLANCO VÁZQUEZ


En el j ui ci o po r nu l i dad de asam bl ea, i ni ci ado ant e el J uzgado
P ri m ero de P ri m era Inst an ci a en l o C i v i l , Mercant i l y d el Tránsi t o de
l a C i rcunscri pci ón J udi ci al d el est ado Mi randa, con se de en Los
Teques , el cu al post eri orm ent e deci di ó el J uz gado S e gundo de P ri m er a
Ins t an ci a con i gu al com pet enci a y s ed e, por l os ci udad an os L IL IAN
RA FAE L A APO NT E RO DRÍGU E Z , VAL E NT INA y VAL E RIA
B O NVE NT O APO NT E , repres ent ados j udi ci al m e nt e por el abo gado
Herm an R oj as Art e ga, cont ra l a soci e dad m ercant i l INV E RS IO NE S
I NMO B IL IARIA B O NVE NT O C.A. , represent ada j udi ci al m ent e por
l as abo gad as Ma rí a J osé Mart i ns Da S i l va y Li l i C orom o t o Fuent es
Anders on; el J uz gado S uperi or en l o C i vi l , Mercant i l y Trá nsi t o de l a
misma C i rcunscri p ci ón J udi ci al , con oci endo en ap el ac i ón, di ct ó
s ent enci a defi ni t i va en fecha 28 de no vi em bre de 2014, m edi ant e l a
cual decl a ró si n l uga r l a apel aci ón pr opuest a por l a rep r esent aci ón
j udi ci al de l os dem andant es, y en cons e cuen ci a con fi rm ó l a sent en ci a
de f echa 19 d e fe brero d e 2014, del J uz gado S e gundo de P ri m era
Ins t an ci a en l o C i vi l , Mercant i l y T ránsi t o de l a C i rc unscri pci ón
J udi ci al del est ado Bol i vari ano de Mi ra nda, qui en conoci ó en r az ón de
l a i nhi bi ci ón sobre veni da d el j uez de co gni ci ón, y que decl aró si n
l ugar l a dem and a pr opuest a.
C ont ra l a prei ndi cad a sent enci a, l a r epre sent aci ón j udi ci al de l os
acci onant es, anunci ó recurso de casa ci ón, el cual fue adm i t i do y
oport unam ent e form al i z ado. No hubo i m pugna ci ón.
C oncl ui d a l a sust an ci aci ón del p resent e re curso d e c asaci ón y
cum pl i das l as form al i dades l egal es, se di o cuent a en S al a,
corres pondi e ndo l a ponenci a al Ma gi st rado que con t al car áct er
s us cri be el pr esent e fal l o.
En fecha 23 de di ci em bre de 2015, l a Asam bl e a Na ci onal nom bró
M agi s t ra dos Ti t ul ares en la S al a de C asaci ón C i vi l , quedando
cons t i t ui da de la si gui ent e form a: Magi st r ado P res i dent e Dr.
Gui l l erm o Bl an co V áz quez ; Magi st rado Vi cepresi d ent e, D r. Fr anci sco
R am ón Vel áz quez Est évez ; Magi st rada Dra. Mari sel a Val en t i na Godo y
Es t aba; Magi st rad a Dra. Vi l m a Marí a Fe rnández G onz ál ez y
M agi s t ra do Dr. Yv á n Darí o B ast ardo Fl ores.
S i endo l a oport uni d ad de deci di r, proc ede est a S al a a h ac erl o,
previ as l as consi de r aci ones si gui ent es:
PUNTO PREVIO

A objeto de conciliar una recta y sana administración de justicia,


esta Sala previo al análisis del fondo de lo sometido a consideración
pasa a realizar las siguientes consideraciones:
A los folios 288 al 304 de la primera pieza, corre inserta sentencia
definitiva de fecha 15 de febrero de 2011, mediante la cual el Juzgado
Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del estado Bolivariano de Miranda declaró:

“...PRIMERO : CON LUGAR la defensa de falta de


cualidad pasiva de la parte demandada, Sociedad
Mercantil ‘INVERS IONES INMOBILIARIA BONVENTO
C.A.’, alegada en su escrito de contestación de l a
demanda.
SEGUNDO : SIN LUGAR la demanda que por Nulidad de
Asamblea interpusieron las ciudadanas LILIAN
RAFAELA APONTE RODRIGUEZ, VALENTINA
BONVENTO APONTE y VALERIA BONVENTO
APONTE, por medio de apoderado judicial, contra la
sociedad mercantil ‘INVERSIONES INMOBILIARIA
BONVENTO, C.A.’, ambas partes identificadas en autos”.
(Destacado del fallo parcialmente transcrito) .
Igualmente, riela a los folios del 42 al 69 de la segunda pieza del
expediente, sentencia de fecha 3 de mayo de 2012, mediante la cual el
Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicia l del estado Bolivariano de Miranda, conociendo
de la apelación propuesta contra el fallo antes indicado, declaró:

“...Primero: CON LUGAR el recurso de apelación


ejercido por el Abogado HERMÁN ROJAS ARTEAGA,
actuando en su condición de apoderado judicial de la parte
demandante, ciudadanas LILIAN RAFAELA APONTE
RODR ÍGUEZ, VALENTINA BONVENTO APONTE y
VALER IA BONVENTO APONTE, todos identificados,
contra la sentencia dictada en fecha 15 de febrero de
2011, por el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo
Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción
Judicial del Estado Miranda, con sede en Los Teques.
Segundo: se REVOCA, la sentencia dictada en fecha 15
de febrero de 2011, por el Juzgado Primero de Primera
Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsit o de la
Circunscripción Judicial del Estado Miranda, con sede en
Los Teques.
Tercero: se DESECHA la defensa opuesta por la
representación judicial de la parte demandada en cuanto a
la falta de cualidad de su representada, Sociedad
Mercantil ‘INVERS IONES IN MOBILIARIA BONVENTO
C.A.’, para sostener el presente juicio.
Cuarto: Por cuanto la parte demandada ha resultado
vencida en la presente incidencia, se le condena al pago
de las costas de conformidad con lo previsto en el artículo
274 del Código de Procedimi ento Civil.
Quinto: De conformidad con lo dispuesto en el artículo
251 del Código de Procedimiento Civil, notifíquese a las
partes de la presente decisión, al haberse proferido fuera
de su oportunidad legal.
Sexto: Remítase el presente expediente a su Trib unal de
origen, en su debida oportunidad legal.”. (Destacado
del ad quem).

De las transcripciones precedentes se observa que en primer lugar,


el juez de primera instancia, en la oportunidad de la definitiva, mediante
sentencia declaró con lugar la defensa de falta de cualidad pasiva de la
parte demandada, sociedad mercantil INVERSIONES INMOBILIAR IA
BONVENTO C.A., alegada en su escrito de contestación de la demanda y
consecuentemente sin lugar la demanda que por nulidad de asamblea
interpusieron l as ciudadanas LILIAN RAFAELA APONTE RODR ÍGUEZ,
VALENTINA BONVENTO APONTE y VALER IA BONVENTO
APONTE, contra la sociedad mercantil INVERSIONES INMOBILIAR IA
BONVENTO, C.A.
Asimismo, se observa que el sentenciador de alzada, conociendo
en apelación sobre la sentencia antes referida, consideró improcedente la
defensa de fondo referida a la falta de cualidad de la accionada,
revocando la decisión apelada sin hacer pronunciamiento sobre el fondo
del asunto sometido a su consideración .
Posteriormente, devueltos los autos al juzgado de mérito, en fecha
16 de diciembre de 2013, la juzgadora a cargo de dicho órgano
jurisdiccional se inhibió de continuar conociendo del presente asunto,
por considerarse impedida de sustanciar y decidir sobre el fondo de la
causa, toda vez que ya había manifestado opinión con respecto a lo
principal en el pleito
Corolario de lo anterior, una vez recibidos los autos y solicitado el
abocamiento, el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil y del Tr ánsito de la Circunscripción Judicial del estado
Bolivariano de Miranda en fecha 19 de febrero del 2014 dictó sentencia
mediante la cual, teniendo en consideración el pronunciamiento
esgrimido por el ad quem respecto a la cualidad de la parte demandada,
pasó a conocer del fondo del asunto sometido a su consideración y
declaró sin lugar la demanda presentada.
Finalmente, ejercido el recurso de apelación, el Juzgado Superior
en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de esa misma Circunscripción
Judicial en fecha 28 de noviembre de 2014, dictó sentencia mediante la
cual declaró sin lugar la apelación y confirmó bajo una motivación
distinta el fallo apelado, siendo anunciado y formalizado en su contra el
recurso de casación que ocupa a esta Sala.
El artículo 209 del Código de Procedimiento Civil, dispone:

“La nulidad de la sentencia definitiva dictada por el


Tribunal de la instancia inferior, que se hall e viciada por
los defectos que indica el artículo 244, solo puede hacerse
valer mediante el recu rso de apelación, de acuerdo con las
reglas propias de este medio de impugnación. La
declaratoria del vicio de la sentencia por el Tribunal
que conozca en grado de la causa, no será motivo de
reposición de ésta, y el Tribunal deberá resolver
también sobre el litigio. Esta disposición no se aplica en
los casos a que se refiere la última parte del artículo 246”.
(Destacado de la Sala).

Conforme al citado artículo es deber del juez del segundo grado de


jurisdicción pronunciarse sobre el fondo de la controver sia, aun cuando
encuentre que la sentencia apelada se halle viciada por defectos de
forma, lo que por vía de consecuencia, deviene en que en ningún caso
debe el ad quem ordenar la reposición de la causa esgrimiendo para ello
que la decisión apelada, está v iciada de nulidad en razón del
incumplimiento de los requisitos intrínsecos que deben contener las
sentencias que están establecidos en el artículo 243 del Código Adjetivo
Civil, pues en el actual régimen procesal el juez de alzada debe
reexaminar la controversia y proceder a corregir los defectos de forma en
que hubiese incurrido la sentencia de primera instancia.
En el presente caso, observa la Sala que el juez superior en fecha
03 de mayo de 2012, declaró la nulidad de la sentencia definitiva dictada
por el Juzgado Primero de Primera Instancia antes mencionado, desechó
la defensa opuesta por la representación judicial de la parte demandada
en cuanto a la falta de cualidad de su representada, y condenó en costas a
la parte demandada por haber resultado ven cida en lo que
denominó “incidencia”.
De tal manera, al haber el ad quem anulado la sentencia del
juzgado a quo y abstenerse de pronunciarse sobre el fondo del asunto
que le fue sometido a su conocimiento, acarreó la reposición de la causa
(no decretada), infringiendo de esa manera la norma contenida en el
artículo 209 del Código de Procedimiento Civil.
En este sentido cabe acotar, que ciertamente la violación de la
norma antes citada, atañe directamente al orden público procesal, al estar
referida a obliga ción de administrar justicia de los jueces superiores,
pero no es menos cierto, que la nulidad del fallo y la consecuente
reposición de la causa, solo sería procedente cuando haya quedado
comprobado en el juicio que la infracción de la actividad procesal h aya
causado indefensión a alguna de las partes y que el acto no haya
cumplido su finalidad.
Al respecto, esta Sala en sentencia Nº RC -96 de fecha 22 de
febrero de 2008, expediente Nº 2007 -740, señaló lo siguiente:
“...Con relación a la infracción de aquellas normas que
regulan la forma de realización de los actos procesales, es
importante señalar que el quebrantamiento per se no genera la
procedencia de la denuncia, la consecuente nulidad y
reposición del acto procesal viciado, pues en este caso se hace
necesario verificar la concurrencia de determinados
elementos. Así, para que proceda la nulidad de un acto, tiene
que, en primer lugar, haberse dejado de cumplir en el acto
alguna formalidad esencial; en segundo lugar, que el acto no
haya logrado el fin para el cual estaba destinado; en tercer
lugar, que la parte contra quien obra la falta no lo haya
causado y que el quebrantamiento sea imputable al juez; en
cuarto lugar, que la parte no haya convalidado o consentido el
quebrantamiento de la forma del acto; en quinto lugar, que se
haya hecho uso de todos los recursos contra esas faltas; y en
sexto lugar, que se haya verificado la existencia de la lesión al
derecho de defensa.
En este orden de ideas, la Sala en decisión N° 00998, de
fecha 12 de diciembre de 2006, Caso: Pablo Pérez Pérez
contra Promociones y Construcciones Oriente C.A., reiterada
entre otras, en sentencia N° 00587, de fecha 31 de julio de
2007, caso: Chivera Venezuela S.R.L., contra Inversiones
Montello C.A. y otra, estableció lo siguiente:
‘en materia de reposición y nulidad de los actos
procesales, el vigente Código de Procedimiento Civil,
acorde con los principios de economía y celeridad que
deben caracterizar todo proceso, incorporó el requisito
de la utilidad de la reposición en el sistema de nulidades
procesales.
En este sentido, el artículo 206 del Código de
Procedimiento Civil dispone que:
‘...Los jueces procurarán la estabilidad de los juicios,
evitando o corrigiendo las faltas que puedan anular
cualquier acto procesal. Esta nulidad no se declarará sino
en los casos determinados por la ley, o cuando haya
dejado de cumplirse en el acto alguna formalidad
esencial a su validez.
En ningún caso se declarará la nulidad si el acto ha
alcanzado el fin al cual estaba destinado.’
Aunado a lo anterior, cabe destacar, que mientras que en el
Código de Procedimiento Civil de 1916 se refería a la
reposición preterida, como un vicio disociado del
quebrantamiento del derecho de defensa, nuestro actual
Código recoge el vicio de reposición no decretada dentro de la
causal de quebrantamiento de formas procesales en violación
del derecho de defensa.
(…Omissis…)
En consecuencia, es posible que el juez de instancia hubiese
incumplido o quebrantado alguna forma procesal sin que por
ello proceda la reposición, pues es presupuesto indispensable
que el acto no haya alcanzado su finalidad, que sea imputable
al juez, que no haya sido consentido o convalidado por las
partes, y resulte lesionado el derecho de defensa de alguna de
ellas.” (Destacado de la Sala).

En atención al precedente jurisprudencial transcrito, resulta


evidente para esta Sala que en materia de nulidad de los actos procesales
y consecuentes reposiciones, la norma adjetiva civil vigente, acorde con
los principios de economía y celeridad pr ocesal, incorporó el requisito
de la utilidad de la reposición en el sistema de nulidades procesales. Por
tanto, para que proceda la reposición es indispensable, que además haya
quedado comprobado en el juicio que la infracción de la actividad
procesal haya causado indefensión a alguna de las partes, que el acto no
haya cumplido su finalidad, e incluso que no haya sido consentido o
convalidado por las partes .
Los principios constitucionales desarrollados en el artículo 26 de
la Carta Política ratifican lo h asta ahora expuesto, al referirse al derecho
de igualdad para acceder a la justicia, a la tutela de los derechos, a la
justicia imparcial, equitativa, sin formalismos o reposiciones inútiles.
Del mismo modo, el artículo 49 de la Carta Magna refrenda la
doctrina expuesta al garantizar a los ciudadanos el debido proceso en
todas las actuaciones judiciales; y el artículo 257 eiusdem, armoniza el
sustento constitucional cuando, dejando de lado la vetusta concepción
del proceso como fin en sí mismo, lo define co mo el instrumento
fundamental para la realización de la justicia.
Ahora bien, observa esta Sala que en caso de marras, pese a la
infracción en la que incurrió el ad quem en su fallo de fecha 03 de mayo
de 2012, al no agotar la competencia que le fue transf erida con motivo
del ejercicio del recurso ordinario de apelación presentado, no se
evidencia que la mencionada infracción haya causado indefensión a
alguna de las partes, quienes continuaron sujetas al proceso, instando un
pronunciamiento sobre el fondo d el asunto controvertido, observándose
de las actas del expediente que fue plenamente garantizado en las fases
ulteriores del proceso el ejercicio pleno del derecho a la defensa de las
partes, al otorgarles las oportunidades necesarias para participar en to dos
los actos procesales correspondientes y ejercer los recursos tanto
ordinarios como extraordinarios que la Ley contempla.
En tal sentido, en criterio de esta Sala, la defensa real y efectiva
que cada una de las partes asumió desde el comienzo del juicio hasta su
fin, conducen indefectiblemente a considerar que la nulidad y
consecuente reposición de la presente causa en base a la infracción
observada, únicamente acarrearía un típico caso de reposición inútil,
después de que el juicio se encuentra en su fa se final, habiendo sido
agotadas las dos instancias con relación al fondo del asunto elevado al
conocimiento de la jurisdicción civil, debiendo en consecuencia esta
Sala, con base a los principios de economía y celeridad procesal
considerar inútil la decla ratoria de nulidad de la sentencia de fecha 03 de
mayo de 2012 y la consecuente reposición de la causa. Y así se decide.

RECURSO POR INFRACCIÓN DE LEY


-I y II-

Por razones metodológicas y de economía procesal, la Sala pasa a


agrupar en un solo capí tulo las denuncias identificadas en el escrito de
formalización como “CAP ÍTULO SEGUNDO -INFRACC IÓN DE LEY” y
“CAP ÍTULO TERCERO -INFRACC IÓN DE LEY -DETERMINANTE EN
EL DISPOS ITIVO DEL FALLO”, ello en atención a la similitud de su
fundamentación.
En tal sentido, de conformidad con lo estatuido en el ordinal 2° del
artículo 313 en concordancia con el artículo 320, ambos del Código de
Procedimiento Civil, se delata la infracción en la recurrida del artículo
509 eiusdem, por falta de aplicación derivada del silencio de prueba.
I
“…Fundamentado en el artículo 313 ordinal 2° del Código
de Procedimiento Civil, denuncio la violación por falta de
aplicación de la norma jurídica expresa del artículo 509
del Código de Procedimiento Civil, la cual prevé que el
juez para esta blecer los hechos debe examinar cuanta
prueba se haya incorporado en el proceso, es decir, el
artículo 509 procesal constituye una regla para el
establecimiento de los hechos, presupuesto absolutamente
necesario para fijar los hechos ocurridos concretament e en
el caso que nos ocupa, en consecuencia, al omitir el juez
valorar alguna prueba, comete un error de juicio, el cual
se encuentra previsto en el ordinal 2° del artículo 313 del
Código de Procedimiento Civil, infracción de Ley que es y
debe ser determinante en el dispositivo del fallo.
(…Omissis…)
Ciertamente cuando el juez de alzada en el punto VI de la
recurrida, punto (sic) denominado ‘Consideraciones para
decidir’ escribe: ‘En atención a ello, resulta preciso
indicar que ciertamente cuando una socied ad mercantil
pretenda la venta del activo social, lo deberá deliberar en
una asamblea de accionistas legalmente constituida para
ello, observando primeramente su (sic) Estatutos Sociales
y en caso de no disponer nada referente, deberán regirse
por las disposiciones del Código de Comercio. Ahora
bien, la presente controversia, como ya se dejó
establecido, versa sobre la nulidad de la Asamblea (sic)
Extraordinaria (sic) de Socios (sic) celebrada el día 17 de
Septiembre (sic) de 2.007 (sic), de la cual se logr ó
evidenciarse (sic) los puntos que se trataron, no
constituyendo ninguno la venta del activo social, como ut
supra esta alzada verificó, por tanto, la parte actora no
constituyó elementos ni argumentos probatorios
suficientes para determinar que las ciudadanas ADRIANA
PATRICIA BONVENTO VICENTINI y CLAUDIA ELISA
CHACÓN BONVENTO, hayan actuado dolosamente en la
celebración de la asamblea cuya nulidad se pretende.
(…Omissis…)
Como se puede verificar del texto transcrito de la
recurrida, cuando el de alzada di ce ‘…que la parte actora
no constituyó elementos ni argumentos probatorios
suficientes…’, incurre en la violación denunciada
de INFRACCIÓN DE LEY por falta de aplicación del
artículo 509 del Código de Procedimiento Civil, que lo
obliga a valorar todas las pruebas que se hayan producido,
aún aquellas que a su juicio no fueren idóneas para
ofrecer algún elemento de convicción.
Ciertamente el juez de alzada violó la norma jurídica
expresa del artículo 509 del Código de Procedimiento
Civil, que lo obligaba a va lorar todas las pruebas que se
hayan producido, ya que evidentemente la alzada omitió
valorar el documento público promovido por la parte
actora y marcado con las letras ‘GCC’ en COPIA
CERTIFICADA ‘Documento de Opción de compra venta’
emanado de la Notaría Pública del Municipio Guaicaipuro
del Estado Miranda, el cual se encuentra en los folios
treinta (30) al folio treinta y ocho (38) del cuaderno de
medidas del expediente de la presente causa, cuyo valor
probatorio surge de la norma sustantiva civil consagr ada
en los artículos 1.359 y 1.360 del Código Civil,
incurriendo el juez de alzada en la violación denunciada.
Por otra parte, el Juzgado Primero de Primera Instancia en
lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción
Judicial del Estado Bolivaria no de Miranda, que fue el
Juzgado inicialmente competente para conocer de la
presente causa, dictó auto de fecha dos (02) del mes de
Diciembre (sic) del año dos mil ocho (2.008), dicho auto
se encuentra en los folios treinta y nueve (39), al folio
cuarenta y uno (41) del cuaderno de medidas de l a
presente causa, el cual transcribo parcialmente a
continuación:
‘Visto el escrito que antecede, suscrito por el
abogado HERNAN ROJAS ARTEAGA , inscrito en el
Instituto de Prevención Social del Abogado con el N°
107.626 en su carácter de apoderado judicial de las
ciudadanas LILIAN RAFAELA APONTE
RODRÍGUEZ VALENTINA BONVENTO APONTE Y
VALERIA BONVENTO APONTE , suficientemente
identificadas en autos, mediante el cual ratifica la
solicitud relativa al decreto de medida de prohibición
de enajenar y gravar sobre un inmueble propiedad de
la demandada y esgrime, acompañan además copia
certificada expedita por la Notaría Pública del
Municipio Guaicaipuro del Estado Miranda, en fecha
21 de Octubre de 2.007, que reproduce document o
suscrito entre la sociedad mercantil INVERSIONES
INMOBILIARIA BONVENTO C.A. , inscrita en el
Registro Mercantil Primero de la Circunscripción
Judicial del Distrito Federal y estado Miranda en
fecha 31 de Agosto (sic) +de 1.990, bajo el N° 31,
Tomo 75-A-PRO, siendo su última modificación
estatutaria de fecha 17 de septiembre de 2.007 (sic),
según asamblea inscrita en la mencionada oficina de
registro en fecha 27 de septiembre de 2.007, bajo el N°
55, Tomo 151 A -Pro, y el ciudadano ENRIQUE DA
SILVA RODRÍGUEZ , de nacionalidad venezolana,
mayor de edad, de este domicilio y titular de la cédula
de identidad N° 12.161.769, el cual versa sobre un
inmueble propiedad de aquella, constituido por un
terreno y las bienhechurías construidas sobre el
mismo, situado en el lugar conocido como El Llano de
Miquilen de la ciudad de Los Teques, Avenida
Independencia Municipio Guaicaipuro del Estado
Miranda, este tribunal una vez evaluados los
argumentos contenidos en el escrito en mención, así
como la documental adjunta al mism o, concluye que la
parte accionante ha cumplido con el extremo del que
adolecía originalmente su solicitud y cuya carencia se
evidencia en el auto proferido por éste juzgado en
fecha 3 de octubre de 2.008, razón por la cual se
encuentran dados en forma con currente, los requisitos
exigidos en el artículo 585 del Código de
Procedimiento Civil. En tal virtud, este tribunal de
conformidad con la disposición antes referida en
concordancia con el artículo 588 ejusdem, y por
encontrarse cumplidos los requisitos de procedencia
para el decreto de las medidas preventivas, a saber 1°)
La presunción grave del derecho que se reclama
(Fumus Boni Iuris; 2° El riesgo real y comprobable de
que resulta ilusoria la ejecución del fallo (periculum in
mora), DECRETA MEDIDAS DE PR OHIBICIÓN DE
ENAJENAR Y GRAVAR sobre el siguiente
bien…(sigue)(subrayado y negrillas de quien escribe) ’
La anterior transcripción del auto del Juzgado Primero de
Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de
la Circunscripción Judicial del est ado Bolivariano de
Miranda, se explica por sí misma y deja claro la violación
por falta de aplicación de la norma jurídica expresa del
artículo 509 del Código de Procedimiento Civil, al no
valorar la copia certificada del documento público de
opción de com pra venta producido por la parte actora y
marcado con las letras ‘GCC’ y que cursa en el cuaderno
de medidas de la presente causa, ya que sólo valoró y
desechó la copia simple del documento privado de opción
de contra venta sin firmar, que había sido consi gnada
inicialmente por quien recurre y no valoró el documento
público en copia certificada de opción de compra venta
otorgado por la demandada y producido por el
recurrente…”.

Por su parte, en la segunda denuncia de fondo señala:


II
“…Establecida como ha sido la violación de la norma
jurídica expresa por falta de aplicación del artículo 509
del Código de Procedimiento Civil, debo precisar que si el
juez de alzada hubiera aplicado correctamente la norma
procesal del artículo 509 del Código de Procedimiento
Civil, hubiera valorado el documento público en copia
certificada ‘opción de compra venta’, según la regla legal
expresa de los artículos 1.359 y 1.360 del Código Civil,
en concordancia con el artículo 395 del Código de
Procedimiento Civil, normas de nues tro derecho positivo
que le atribuyen al documento público, pleno valor
probatorio mientras no sea declarado falso, y
consecuencialmente establecer la relación de las pruebas
con los hechos que prueban determinado (s) hecho (s), que
en el presente caso no es otro que la VENTA DEL ÚNICO
ACTIVO SOCIAL de la empresa mercantil accionada
Inversiones Inmobiliaria Bonvento. C.A.
La Infracción de Ley por falta de aplicación de la norma
jurídica expresa del artículo 509 del Código de
Procedimiento Civil denunciada, evidentemente influyó en
la dispositiva del fallo, pues la referida prueba
documental instrumento público opción de compra venta,
demuestra que la verdadera intención de la modificación
de los estatutos sociales y fin último de ello es la venta
del activo social para lo cual se requería un quórum
calificado para que la asamblea fuera legalmente
constituida, ya que por efecto de la reforma de los
estatutos de las cláusulas Décima Primera y Décima
Cuarta, pretenden lograr por esa vía el objeto contemplado
en el numeral 4° del artículo 280° del Código de Comercio, es
decir ‘LA VENTA DEL ÚNICO ACTIVO SOCIAL DE LA
EMPRESA MERCANTIL, ya que la modificación de la
cláusula décima primera de los estatutos, consiste en reducir
el número de directores de tres (3) a sól o dos (2)
directores, dejando de ésta forma fuera de la Junta
Directiva (sic) de la empresa mercantil Inversiones
Inmobiliaria Bonvento C.A., a mi representada y de la
posibilidad de decisión en los asuntos de la compañía, lo
que les permite a esas dos dir ectoras nombradas
ilegalmente, tener amplias facultades de administración y
de disposición sin limitaciones alguna…” (Resaltado del
texto transcrito).

Para decidir, la Sala observa:


De conformidad con lo expuesto por el formalizante en su
denuncia, la re currida al momento de decidir no valoró de forma alguna
el documento público que cursa en copia certificada de opción de compra
venta suscrito entre Inversiones Inmobiliaria Bonvento C.A.,
representada por sus Directoras las ciudadanas Adriana Patricia
Bonvento Vicentini y Claudia Elisa Chacón Bonvento, y Enrique Da
Silva Rodríguez, inserto a los folios 30 al 37 del cuaderno de medidas, a
través del cual el juzgador de alzada habría podido establecer una
correcta relación entre las pruebas y los hechos, gen erando en su opinión
la falta de aplicación del artículo 509 del Código de Procedimiento
Civil, y en consecuencia la configuración del vicio de silencio de prueba.
Sobre este particular, la Sala, en decisión de fecha 4 de abril de
2001 caso: Eudocia Rojas contra Pacca Cumanacoa, reiterada, entre
otras, en sentencia N° 696, de fecha 25 de septiembre de 2006,
estableció lo siguiente:
“…El artículo 509 del Código de Procedimiento Civil,
constituye una obligación para el jurisdicente necesaria
para establecer s u criterio valorativo de las pruebas
incorporadas en el expediente con relación a los hechos.
Esta es una de las modalidades previstas en el artículo 320
del Código de Procedimiento Civil, que permite a la Sala
examinar las actas procesales y extenderse al
establecimiento y apreciación de los hechos y de las
pruebas. En consecuencia, la falta de valoración de algún
medio probatorio comporta la infracción por la falta de
aplicación del artículo 509 del Código de Procedimiento
Civil, el cual contiene la obligación reseñada anteriormente,
constituyendo su conducta uno de los motivos de
excepción previstos en el artículo 320 eiusdem ,
estableciéndose una de las modalidades del error de
juzgamiento contempladas en el ordinal 2º del artículo 313
del mismo Código…”. (Subrayado de la Sala).

De conformidad con el criterio jurisprudencial precedentemente


expuesto, queda claro, por una parte, que el artículo 509 del Código de
Procedimiento Civil prevé una obligación para el juez de examinar todas
las pruebas para estab lecer los hechos; y por otro lado, que la infracción
de la referida norma, trae como consecuencia errores en el
establecimiento de los hechos, situación ésta que sólo puede ser
examinada en virtud de las facultades que excepcionalmente ofrece el
artículo 320 del texto adjetivo.
En este mismo orden de ideas, el juez al momento de sentenciar
realiza un silogismo jurídico, entrelazando la norma con la situación
fáctica presentada, con fundamento en las probanzas que las partes
incorporan al proceso, para su co nvencimiento intrínseco, por ello es su
obligación analizar todas y cada una de las pruebas incorporadas a lo
largo del proceso, pues si en esta actividad que realiza no valora alguna
prueba tendrá incidencia en su decisión, produciéndose de esta forma la
anómala situación procesal que la doctrina ha denominado silencio
probatorio.
Pues bien, la Sala solo decretará la nulidad de una sentencia
recurrida, cuando el vicio delatado sea tan grave que de no haberse
cometido, la controversia hubiese tenido diferen te resultado, es decir
dicho vicio debe ser determinante en el dispositivo de la sentencia.
A fin de corroborar lo denunciado por el recurrente, la Sala pasa a
transcribir la parte pertinente de la sentencia recurrida, que dejó
establecido lo que sigue:
“…DE LAS PRUEBAS APORTADAS POR LAS
PARTES
PARTE ACTORA:
Conjuntamente con su escrito libelar, consignó las
siguientes documentales: Marcado con la letra ‘A’, copia
certificada del poder especial otorgado por las ciudadanas
LILIAN RAFAELA APONTE RODR ÍGUEZ y
VALENTINA BONVENTO APONTE, al abogado
HERMAN ROJAS ARTEAGA, anotado en fecha 27 de
julio de 2008, bajo el No. 22, Tomo 71, de los libros de
autenticaciones llevados por la Notaría Pública Segunda
de Puerto Cabello Estado Carabobo (f. 15 al 17 de la pieza
I del expediente).
(…Omissis…)
Marcado con la letra ‘B’, copia certificada del poder
especial otorgado por la ciudadana VALER IA
BONVENTO APONTE, al abogado HERMAN ROJAS
ARTEAGA, anotado en fecha 25 de julio de 2008, bajo el
No. 48, Tomo 40, de los libros de autenticaciones llevados
por la Notaría Pública Décima del Municipio Libertador
del Distrito Capital (f. 19 y 20 de la pieza I del
expediente).
(…Omissis…)
Marcado con la letra ‘C’, copia certificada del expediente
No. 298.693, llevado por el Servicio Autó nomo de
Registros y Notarías Registro Mercantil Primero del
Distrito Capital, correspondiente a la Sociedad Mercantil
‘INVERSIONES INMOBILIAR IA BONVENTO C.A.’ (f.
22 al 56 de la pieza I del expediente), contentiva de la
CONVOCATOR IA A LA ASAMBLEA GENERAL
EXTRAORDINAR IA efectuada en fecha 05 de septiembre
de 2007, así como del ACTA DE ASAMBLEA levantada
el día 17 de septiembre del mismo año.
(…Omissis…)
Marcado con la letra ‘D’, original de la Declaración
Sucesoral, expediente No. 080069, llevado por el Serv icio
Nacional Integrado de Administración Aduanera y
Tributaria (SENIAT), correspondiente al causante
BONVENTO VICENTINI GIORGIO ELISEO (f. 57 al 63
de la pieza I del expediente).
(…Omissis…)
Marcado con la letra y número ‘DP1’, copia certificada
del docum ento de propiedad del inmueble perteneciente a
la Sociedad Mercantil ‘INVERSIONES INMOBILIAR IA
BONVENTO C.A.’, inscrito en fecha 01 de junio de 1992,
bajo el No. 25, Tomo 14 de los libros de Registro Público
del Municipio Guaicaipuro del Estado Miranda; a través
del cual el ciudadano GIUSEPPE PERSICHETTI
RONDINELLI dio en venta pura, simple, perfecta e
irrevocable a la Sociedad Mercantil INVERSIONES
INMOBILIAR IA BONVENTO C.A., representada por los
ciudadanos GIORGIO ELISEO BONVENTO y ADR IANA
PATR ICIA BONVENTO, el doce con cincuenta por ciento
(12,50%) de la totalidad de los derechos de propiedad,
dominio y posesión que le correspondían sobre un bien
inmueble constituido por un terreno y las bienhechurías
sobre él edificadas, el cual tiene un área aproximada de
quinientos cuarenta metros cuadrados (540 Mts2), situado
en el Llano Miquilen de la Ciudad de Los Teques,
Municipio Guaicaipuro, ello por la cantidad de
DOSC IENTOS CUARENTA Y NUEVE MIL
QUINIENTOS BOLÍVARES (Bs. 249.500,00) (f. 64 al 70
de la pieza I del expediente).
(…Omissis…)
Marcado con la letra y número ‘DP2’, copia certificada
del documento de propiedad del inmueble perteneciente a
la Sociedad Mercantil ‘INVERSIONES INMOBILIAR IA
BONVENTO C.A.’, inscrito en fecha 01 de junio de 1992,
bajo el No. 26, Tomo 14, Protocolo Primero de los libros
de Registro Público del Municipio Guaicaipuro del Estado
Miranda; a través del cual el ciudadano GIUSEPPE
PERSICHETTI RONDINELLI dio en venta pura, simple,
perfecta e irrevocable a la Sociedad Mercantil
INVERS IONES INMOBILIAR IA BONVENTO C.A.,
representada por los ciudadanos GIORGIO ELISEO
BONVENTO y ADRIANA PATR ICIA BONVENTO, el
sesenta y dos con cincuenta por ciento (62,50%) de l a
totalidad de los derechos de propiedad, dominio y
posesión que le correspondían sobre un bien inmueble
constituido por un terreno y las bienhechurías sobre él
edificadas, el cual tiene un área aproximada de quinientos
cuarenta metros cuadrados (540 Mts2), situado en el Llano
Miquilen de la Ciudad de Los Teques, Municipio
Guaicaipuro, ello p or la cantidad de DOSCIENTOS
CUARENTA Y NUEVE MIL QUINIENTOS BOLÍVARES
(Bs. 249.500,00 (f. 71 al 77 de la pieza I del expediente).
(…Omissis…)
Marcado con la letra y número ‘DP3’, copia certificada
del documento de propiedad del inmueble perteneciente a la
Sociedad Mercantil ‘INVERSIONES INMOBILIARIA
BONVENTO C.A.’, inscrito en fecha 01 dejunio de 1992, bajo
el No. 27, Tomo 14, Protocolo Primero de los libros de
Registro Público del Municipio Guaicaipuro del Estado
Miranda; a través del cual el ciudadano GI USEPPE
PERSICHETTI RONDINELLI dio en venta pura, simple,
perfecta e irrevocable a la Sociedad Mercantil
INVERS IONES INMOBILIAR IA BONVENTO C.A.,
representada por los ciudadanos GIORGIO ELISEO
BONVENTO y ADRIANA PATR ICIA BONVENTO, el
doce con cincuenta por c iento (12,50%) de la totalidad de
los derechos de propiedad, dominio y posesión que le
correspondían sobre un bien inmueble constituido por un
terreno y las bienhechurías sobre él edificadas, el cual tiene un
área aproximada de quinientos cuarenta metros c uadrados
(540 Mts2), situado en el Llano Miquilen de la Ciudad de
Los Teques, Municipio Guaicaipuro, ello por la cantidad
de DOSCIENTOS CUARENTA Y NUEVE MIL
QUINIENTOS BOLÍVARES (Bs. 249.500,00) (f. 78 al 84
de la pieza I del expediente).
(…Omissis…)
Marcado con la letra y número ‘DP4’, copia certificada
del documento de propiedad del inmueble perteneciente a la
Sociedad Mercantil ‘INVERSIONES INMOBILIARIA
BONVENTO C.A.’, inscrito en fecha 02 de junio de 1992, bajo
el No. 28, Tomo 14, Protocolo Primero de l os libros de
Registro Público del Municipio Guaicaipuro del Estado
Miranda; a través del cual el ciudadano GIUSEPPE
PERSICHETTI RONDINELLI dio en venta pura, simple,
perfecta e irrevocable a la Sociedad
Mercantil INVERSIONES INMOBILIARIA BONVENTO C.A.,
representada por los ciudadanos GIORGIO ELISEO
BONVENTO y ADRIANA PATR ICIA BONVENTO, el doce
con cincuenta por ciento (12,50%) de la totalidad de los
derechos de propiedad, dominio y posesión que le
correspondían sobre un bien inmueble constituido por un
terreno y las bienhechurías sobre él edificadas, el cual
tiene un área aproximada de quinientos cuarenta metros
cuadrados (540 Mts2), situado en el Llano Miquilen de la
Ciudad de Los Teques, Municipio Guaicaipuro, ello por la
cantidad de DOSC IENTOS CUARENTA Y NUEVE MIL
QUINIENTOS BOLÍVARES (Bs. 249.500,00) (f. 85 al 91
de la pieza I del expediente).
(…Omissis…)
Marcado con la letra ‘E’, original del Acta de Defunción
No. 39, emanada por la Primera A u t o r i d a d C i v i l d e l a
Parroquia el Cafetal, del Municipio Baruta , Estado
M i r a n d a , correspondiente al ciudadano GIORGIO ELISEO
BONVENTO VICENTINI (f. 92 de la pieza I del expediente).
(…Omissis…)
Marcado con la letra ‘F’, informe de avalúo d e l i n m u e b l e
perteneciente a la Sociedad Mercantil
‘ I N V E R S I O N E S I N M O B I L I A R I A BONVENTO C.A.’,
elaborado por el Ingeniero MAURO NASSISI (f. 93 al 116
de la pieza I del expediente).
(…Omissis…)
Marcado con la letra ‘G’, copia fotostática del documento
de opción compra venta de un inmueble ubicado en el
Llano de Miquilen, Los Teques, Aveni da Independencia,
Municipio Guaicaipuro del Estado Miranda, entre la
Sociedad Mercantil ‘INVERS IONES INMOBILIAR IA
BONVENTO C.A.’ y el ciudadano ENRIQUE DA SILVA
RODR IGUES (f. 117 al 121 de la pieza I del expediente).
Ahora bien, en vista que el documento p rivado consignado
en copia simple no cuenta con firma alguna, además de
que su contenido nada aporta para la resolución del
presente proceso seguido por nulidad de asamblea,
consecuentemente mal podría quien aquí suscribe
conferirle algún tipo de valor pro batorio; en este sentido,
aun cuando la documental en cuestión no fue impugnada
por la parte adversaria en el decurso del juicio, es
concluyente que ésta no tiene ningún valor, razón por la
cual se desecha del presente proceso. Y ASÍ SE
DECIDE.” (Negrillas del texto).

Desprendiéndose de la cita transcrita, la ausencia de


pronunciamiento de la recurrida sobre la documental que refiere el
formalizante, la cual se encuentra inserta en el cuaderno de medidas.
No obstante lo anterior, la doctrina de esta Sala ha sido conteste
en admitir que para que el jurisdicente se encuentre obligado a analizar
el medio de prueba que repose en cuadernos distintos al principal, es
necesario que la parte interesada en aprovecharse del mismo lo haga
valer expresamente, a fin de que el juez este enterado de su existencia y
por ende obligado a analizarlo como elemento probatorio, siempre que el
cuaderno en referencia se encuentre en el juzgado de cognición para el
momento del dictamen de la sentencia (Vid. Sentencia N° 334 del 27 de
abril de 2004, caso: COMPAÑÍA ANÓNIMA INGENIER ÍA
VENEZOLANA (CAINVE), contra GRANITOS DEL ORINOCO C.A.).
Al efecto, observa esta Sala que en sub iudice si bien se evidencia
en el folio 243 del cuaderno de medidas, que en fecha 29 de junio de
2012, luego del trámite de apelación contra la oposición al decreto de la
medida cautelar, e incluso del trámite del recurso de casación anunciado
y declarado perecido por esta Sala en fecha 9 de mayo de 2012, el
referido cuaderno fue recibido ante el juzgado de meri to, no se
desprende de la revisión de las actas procesales que la accionante, hoy
recurrente, ratificara expresamente el medio probatorio que riela inserto
a la incidencia cautelar y que pretende hacer valer a través del ejercicio
del recurso extraordinari o de casación, lo cual sería suficiente para
declarar improcedente la delación presentada, y en consecuencia, sin
lugar el recurso de casación formalizado ; no obstante lo anterior, esta
Sala extremando en sus funciones, teniendo por objeto una
administraci ón de justicia transparente, proclive a la materialización del
derecho constitucional a la defensa, procede de seguidas a determinar la
posible incidencia del documento que se señala silenciado, en la solución
jurídica otorgada al caso en concreto por la r ecurrida. Cabe destacar, lo
cual no fue indicado por el recurrente.
Pues bien, la Sala en uso de las facultades que le otorga el artículo
320 del Código de Procedimiento Civil, habiendo sido delatada la
infracción por parte de la recurrida del artículo 509 eiusdem, desciende a
las actas que conforman el presente expediente y específicamente al
contenido del cuaderno de medidas observa que la prueba documental
que corre inserta a los folios 30 al 37, se encuentra constituida por una
copia certificada del doc umento de opción de compra -venta suscrito
entre la demandada Inversiones Inmobiliaria Bonvento C.A.,
representada por los ciudadanos Adriana Patricia Bonvento y Vicente y
Claudia Chacón Bonvento y el ciudadano Enrique Da Silva Rodrígues,
donde las partes s e prometen realizar el negocio jurídico de compra -
venta sobre un inmueble descrito: “… por un terreno y la bienhechurías
construidas sobre el mismo…” que “…tiene un área aproximada de
QUINIENTOS DIECIOCHO METROS CUADRADOS CON SETENTA Y
SIETE DECÍMETROS CUAD RADOS (518,77Mts.2) (…) y le pertenece a
LA PROMITENTE VENDEDORA…”, la cual fue aportada por la
accionante en la incidencia cautelar mediante escrito de ratificación de
la solicitud de medida cautelar de fecha 22 de octubre de 2008.
En el mismo orden de id eas, se observa que la recurrida al
momento de pronunciarse sobre la copia fotostática simple del referido
documento de opción compra venta, la cual corre inserta al folio 117 al
121 de la pieza I del expediente, no le otorgó valor probatorio, según se
evidencia de la transcripción supra realizada, por cuanto, el documento
privado consignado en copia simple no contaba con firma alguna.
No obstante ello, en cuanto al contenido y la naturaleza misma del
documento presentado, la recurrida estableció que: “…además [su]
contenido nada aporta para la resolución del presente proceso seguido
por nulidad de asamblea. ”.
Lo parcialmente transcrito, tomando en consideración que la
decisión recurrida sustentó la improcedencia de la acción de nulidad de
asamblea en que “… el demandante no demostró en forma alguna que en
la Asamblea Extraordinaria de la Sociedad Mercantil ‘INVERSIONES
INMOBILIARIA BONVENTO, C.A.’, celebrada en fecha 17 de septiembre
de 2007, no se hayan dado cumplimiento a los requisitos formales
establecidos en las disposiciones del Código de Comercio…” conduce a
esta Sala, a la certeza que siendo el contenido y naturaleza jurídica de la
prueba documental desechada, el mismo de la prueba que se señala
silenciada, la cual a la luz de la acción ejerc ida en criterio del
jurisdicente de alzada, no aportaba nada a la solución del fondo de la
controversia, su posible apreciación por encontrarse en copia certificada
en el cuaderno de medidas, no sería suficiente para incidir en el
dispositivo del fallo rec urrido.
Ahora bien, con base en todo lo antes expuesto debe esta Sala
concluir que la infracción aquí detectada de silencio de pruebas, no
resulta suficiente para modificar de lo dispositivo del fallo de la
sentencia recurrida, de conformidad con lo previs to en el ordinal 2° del
artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, que señala que: “En los
casos de este ordinal la infracción tiene que haber sido determinante
de lo dispositivo en la sentencia.” , por lo cual la nulidad y
correspondiente reposición, acarrearía solo un típico caso de reposición
inútil, no cumpliendo por ende con el requisito referente a la utilidad de
la reposición que es indispensable para su procedencia, y como
consecuencia solo generaría una casación inútil, después de que el juicio
se encuentra en su fase final, y ya fueron agotadas las dos instancias a
que se contrae, debiendo la casación perseguir un fin útil, lo cual impone
no concederla por vicios circunstanciales, accesorios o de mera forma,
dado que se consideraría como casaci ón inútil, cualquier infracción que,
aún siendo procedente no sea capaz de cambiar la decisión de la litis,
como ocurre en este caso. Y así se establece.
En ese mismo sentido, esta Sala en su fallo N° RC -848, del 10 de
diciembre de 2008, expediente Nº 2007 -163, caso: Juana Ynocencia
Rengifo De Arenas, señaló lo siguiente:

“…Tal criterio ha sido sustentado por la extinta Corte


Suprema de Justicia, en su Sala de Casación Civil, en
sentencia de 9 de Diciembre de 1.992, criterio que se da
aquí por reiterado, que señalo:
‘Nuestra Casación ha señalado que: ‘Es Casación
Inútil, cualquier infracción que, aún siendo procedente
no sea capaz de cambiar la decisión de la litis’.
El procesalista patrio, Dr. Humberto Cuenca, ha señalado
que:
‘La Casación Inútil es como una especie de casación
en interés de la Ley’ La Casación inútil sería una
especie de culto irracional a la Ley; la Ley por la Le y
misma. Lo cual implicaría incurrir en actitudes
superfluas e intrascendentes que atentarían contra los
principios procesales que rigen nuestro ordenamiento
adjetivo. Así se decide.’ (Sentencia de la Sala de
Casación Civil, de fecha 9 de diciembre de 1992, con
ponencia del Magistrado Dr. Rafael J. Alfonzo
Guzmán, en el juicio de Francisco Gil Matos, en
contra de C.A.D.A.F.E., ex pediente No. 89-177).
Así mismo en fallo del 23 de Noviembre de 1.988, la
Corte dispuso:
‘En este sentido se ha expresado el procesalista Dr.
Humberto Cuenca cuando ha dicho:
Como una especie de la casación, en interés de la
Ley, ha sido considerada la cas ación inútil.
La casación tiene una función ‘preferentemente
crítica’, pero sólo puede ser declarada procedente por
infracciones graves de cierta entidad, nunca por
errores superfluos e intrascendentes.
Puede ocurrir que la infracción denunciada altere
realmente la voluntad legislativa, pero lo haga en
ámbito tan reducido, en detalles y cuestiones tan
banales que, discrecionalmente, la Sala considere que
su declaratoria con lugar no ejercía ningún influjo en
el resultado de la controversia ni la falta revis ta la
importancia necesaria como para un pronunciamiento
tan grave como es la nulidad de una sentencia en
vísperas de cosa juzgada’.
La casación debe perseguir un fin útil y, por tanto, no
debe concederse por vicios circunstanciales, accesorios o
de mera forma.
El caso más frecuente de casación inútil se refiere a los
errores de derecho que pueda contener la fundamentación
de la sentencia ya que, a pesar de equivocada, la
jurisprudencia es pacífica en el sentido de que el error de
motivación sólo es casable cuando trasciende sobre el
dispositivo del fallo.
En gran número de resoluciones sobre casación inútil se
advierte la atenta observación de la Corte sobre el
resultado de la controversia considerando, en general
como casación inútil, cualquier infracción que, aun siendo
procedente, no sea capaz de cambiar la decisión de la
litis”.

En consideración a todo a lo antes expuesto, esta Sala de Casación


Civil declara improcedente las denuncias de infracción de ley analizadas
conjuntamente en el sub iudice, así como sin lugar el recurso
extraordinario de casación propuesto por la parte demandada. Así se
decide.
A pesar de la determinación tomada en el caso en particular sobre
la improcedencia de la denuncia de silencio de pruebas, esta Sala
considera necesario re visar la legalidad y pertinencia de la doctrina
pacifica y reiterada sostenida por este cuerpo colegiado en relación al
requisito establecido para la valoración de las pruebas que cursen en
cuadernos distintos a las piezas principales del expediente someti do a
consideración de los jueces de instancia, referido a la necesaria
ratificación del medio probatorio , a fin de que el juzgador conozca de
su existencia y por ende esté obligado a analizarlo.
Para ésta Sala, es imprescindible traer a colación el cambio operado
en el sistema procesal de 1987, bajo la sustitución del modelo liberal de
la Constitución de 1961, representativa del Estado de Derecho, al
sistema del Estado Social de Derecho y de Justicia del que participa la
Constitución de la República Bolivar iana de Venezuela del año 1999,
que constituye, inclusive, una paso evolutivo al modelo de Estado Social
representado en las constituciones europeas de: Italia (1947); Alemania
(1949); Portugal (1976) y España (1978), al consagrar no sólo un Estado
Social, sino un modelo de Estado Social de Derecho y de Justicia, que
replica en la Constitucionalización de las normas adjetivas, vale decir,
un sistema donde se han positivizado aquellos principios y valores que
ya no quedan sujetos a un espontáneo cumplimiento por parte de los
jueces, sino también al control jurisdiccional de la constitucionalidad, a
través, inclusive, de medios o remedios procesales de gravamen como
sería la apelación, o de impugnación, como sería la Casación, que van
más allá de entender, com o se hacía en el Estado de Derecho, que una
norma jurídica es válida no por ser justa, sino exclusivamente por haber
sido expuesta por una autoridad dotada de competencia normativa, donde
el paradigma de la jurisdicción, deja de ser producción jurispruden cial
del derecho y el sólo sometimiento a la ley y al principio de legalidad
como únicas fuentes de legitimación. Hoy día, el Juez Civil, debe
entender el nuevo rol del papel de la jurisdicción, que es la aplicación de
la ley sólo si es constitucionalmente válida, sobre todo ante un Código
Adjetiva pre – constitucional, donde su interpretación y aplicación debe
ser siempre un juicio sobre la ley misma y su constitucionalidad. De aquí
se deriva, - como señala LUIGI FERRAJOLI (Pasado y Futuro del
Estado de Derecho)-, un cambio epistemológico de la ciencia procesal al
surgir una posible divergencia entre Constitución y Legislación adjetiva
que genera una transformación tanto para la cultura jurídica como para la
jurisdicción, una dimensión pragmática y una resp onsabilidad cívica,
desconocidas para la razón jurídica propia del
viejo iuspositivismo formalista: el descubrimiento de las antinomias y
lagunas, y la promoción de la superación por medio de las garantías
existentes (Art 2, 26, 49 y 257 CRBV), o la proyec ción de las garantías
que falten (Art. 22 CRBV, mediante su realización con las formas que el
propio juez propicie, Art 7 in fineCPC). En definitiva bajo la nueva
visión constitucional del sistema procesal, se involucra la subordinación
de la ley adjetiva a los principios constitucionales, equivalente a
introducir una dimensión sustancial en la interpretación de la validez de
las normas formales.
En Iberoamérica, el maestro EDUARDO J. COUTURÉ (Estudios de
Derecho Procesal Civil. Tomo I al III. Ed. Depalma. 1979), ya había
advertido de la constitucionalización del proceso, de la necesidad de
entender la sustanciación, el andamiaje o iter procesal desde los valores,
principios y garantías constitucionales, donde pudo prever los peligros
que la abstracción exce siva, de considerar al proceso como un fin en sí
mismo, que llevaba a entenderlo como una geometría formar, que
extraviaba su rumbo y se alejaba de su carácter instrumental y de su fin
que no es otro que el de obtener la justicia (Art. 257) con sustento en la
verdad; sin ésta interpretación, surge un Juez Civil, que se aisla en una
torre ideal a meditar sobre las formas el proceso, por el contrario, el
proceso debe estar al servicio del hombre, del hombre que pide justicia,
y que no sólo se quede en carga d e alegatos (pretensiones ó defensas),
sino que vierta su verdad a través del dispositivo en la promoción y
evacuación de medios y en las posibilidades oficiosas probatorias del
inquisitivismo oficioso del Juez Civil (Arts. 401 – 514), que le conducen
al Juez a la sensación de asistir a una cruzada descubridora, plena de
hallazgos, como si un velo fuera descorriéndose hasta poder tener por
norte la verdad (Art. 12 CPC), que deja atrás al juez pétreo para dar
cumplimiento a un verdadero juez director del proc eso, pues si un juez
es director del proceso, ha de actuar activamente, dejando atrás la
verificación probatoria, pudiendo intervenir con verdadera inmediación,
escudriñando in limine las pretensiones hasta extender su
improponibilidad, generando despachos saneadores que desembaracen al
proceso de futuras reposiciones, abriendo la mediación y, compartiendo
la responsabilidad de la búsqueda de la verdad dentro de los límites de
su oficio. Aquí entramos a una verdadera “Edad de las garantías
Jurisdiccionales” , - como diría el procesalista Argentino AUGUSTO M.
MORELLOS- de un proceso que se va, a un proceso que viene, de un
juez distante a un juez próximo, erradicando todo retardo y formalismo
con el propósito fundamental de la debida administración de justicia ,
donde la praxis del litigio civil no esté divorciado del proceso justo.
Por ello, la importancia de los medios de prueba bajo la
constitucionalización del proceso, pues, la prueba, sin duda, es la Regina
Procesum, es la reina del proceso, es ella, la que va a permitir a las
partes sustentar sus afirmaciones fácticas, su carga alegatoria, y, en
definitiva, a través de las cargas de prueba llevar a la convicción del
Juzgador la Verdad que, conducirá conforme a las pautas de juzgamiento
a declarar con lugar o sin lugar la pretensión o la excepción (Art. 254
CPC).
Así, ante esta nueva visión constitucional del proceso, hace falta
escudriñar clásicos conceptos como los de: adquisición y comunidad
probatoria; del Juez director del proceso y, de la valoraci ón de los
medios de prueba, para evitar esa praxis civil lejana de la realidad, todo
ello bajo la garantía constitucional del acceso de la prueba al proceso
(Art. 49.1 CRBV)

En tal sentido, se observa que la sentencia N° 334 del 27 de abril de


2004, caso: Compañía Anónima Ingeniería Venezolana (CAINVE),
contra Granitos del Orinoco C.A.), estableció lo siguiente:

“…La doctrina de este Tribunal Supremo ha sido


pacífica al señalar que se configura el vicio de
silencio de pruebas en aquellos supuestos en los
cuales el sentenciador deja de analizar una prueba
producida en autos, conforme a los medios
probatorios consagrados en nuestra legislación
claramente tipificados o por cualquier otro medio de
prueba atípico. Pero resulta pertinente ratificar que
para que el jurisdicente se encuentre obligado a
analizar el medio de prueba de que se trate, es
necesario que la parte interesada en aprovecharse
del mismo lo haga valer expresamente, a fin de que
el juez este enterado de su existencia y por ende
obligado a analizarlo como elemento probatorio.
En el subjudice, de la lectura realizada sobre la
recurrida, se constató que efectivamente ella no
analizó la referida inspección ocular
Ahora bien, al realizar el estudio del escrito de
formalización advierte la Sala que, e l recurrente
manifiesta que la prueba presuntamente silenciada no
constaba en el cuaderno principal ya que dicha
inspección se había efectuado en la incidencia de la
oposición al embargo y por lo tanto se encontraba
cursante en el cuaderno de medidas, cuer po éste que
no fue remitido al juzgado superior con ocasión de la
apelación interpuesta contra la decisión del a quo de
fecha 28 de octubre de 2000, que decidió sobre el
fondo de la causa principal.
Entonces, estima la Sala que han debido las
demandadas solicitar oportunamente ante el superior
ordenara la remisión de las actuaciones en comentario
(cuaderno de medidas) para agregarlas a los autos en
conocimiento de la alzada, vale decir ha debido ser
diligente y no pretender, como lo expone, que el
solicitar al a-quo remitiera las señaladas actuaciones
era un deber del juez superior. En abono de lo
expuesto, la Sala ha constatado que el pedimento al
juez de mérito, a fin de que fueran remitidas las
actuaciones en cuestión, la realizaron las
demandadas, a través de su apoderado, en fecha 5 de
mayo de 2003 y según lo expresado en su escrito,
dirigido al Juez de Primera Instancia y que cursa al
folio 90 de la primera pieza, a efectos de consignarlas
ante éste Tribunal Supremo de Justicia con ocasión de
la formalización.
En este orden de ideas es necesario concluir que
dentro de los supuestos del caso en particular y dadas
las condiciones configuradas en el mimo, era
imposible para el Juez silenciar dichas pruebas. En
consecuencia, se declara improcedente la presen te
denuncia. Así se resuelve.
II
Con apo yo en el ordinal 2º del artículo 313 del
Código de Procedimiento Civil, se denuncia la
violación del artículo 509 ejusdem por falta de
aplicación, al haber incurrido el ad quem en silencio
de pruebas
Se alega que:
‘...Con respecto a la prueba de testigos
promovida y evacuada por nuestra representada,
GRANITOS DEL ORINOCO, S.A. no fue valorada
por el sentenciador, quien dispuso en la parte
motiva del fallo pronunciado lo siguiente: En
cuanto a la prueba testimonial de los Ciudadanos
JOSE (Sic) JIMÉNEZ RODRÍGUEZ, PEDRO JOSE
(Sic) LOPEZ (Sic) CHIARAMONTE, YOVANNY
MORALES RAMOS, GABRIEL BARRIOS
RONDON, JOSE (Sic) RAFAEL MALPICA Y
GUILLERMO JOSE (Sic) SIFONTES; los cuales
no consta(Sic) en las actas procesales haber sido
evacuadas, al respecto se declara no tener materia
sobre la cual decidir, y así se decide., (Sic) (
folio 241 de la primera pieza).
Al respecto observamos: 1) consta en el folio 130
de la primera pieza del expediente que nuestra
Patrocinada (Sic), en la fech a 11 de abril del
2.002 (Sic), presentó escrito de Pruebas (Sic) y
en el Capítulo II promovió la prueba testimonial
de los Ciudadanos: JOSE (Sic) JIMÉNEZ
RODRÍGUEZ, PEDRO JOSE (Sic) LOPEZ (Sic)
CHIARAMONTE, YOVANNY MORALES RAMOS,
GABRIEL BARRIOS RONDON, JOSE (Sic)
RAFAEL MALPICA Y GUILLERMO JOSE
SIFONTES. 2) Consta en la parte narrativa de la
Sentencia (Sic) pronunciada por el Tribunal A -
quo ( vuelto folio 196 que cursa al folio 130
escrito de pruebas de los testigos antes
mencionados. 3) Consta del escrito de
INFORMES, presentado por la representación
judicial de la demandada por ante el Juzgado
Superior, un análisis de las pruebas
testimoniales, donde afirma que de los testigos
promovidos declararon JOSE (Sic) RAFAEL
MALPICA, GABRIEL DE JESÚS RONDON Y
GUILLERMO JOSE (Sic) SIFONTES (vuelto al
folio 211). Y 4) Consta en los folios 69 al 89 del
cuaderno de medidas (3ra. pieza) que la Prueba
(Sic) testimonial promovida por la parte
demandada GRANITOS DEL ORINOCO, S.A. fue
comisionada para ser evacuada por ante un
Juzgado de Municipio.
(...Omissis...)
Partiendo del supuesto que dichas pruebas no
estaban adjunto al cuaderno principal, debió el
Juzgado Superior ordenar la remisión del
cuaderno de medidas, en el cual, por error del
Tribunal de mérito, habían agregad o la
evacuación de pruebas testimoniales, no obstante
existen suficientes evidencias de las actas
procesales, donde se comprueba la evacuación de
dicha prueba, por consiguiente debió ser diligente
el Juez Superior del conocimiento jerárquico
vertical para solicitar información al Tribunal de
Mérito, incluso ignoró los informes presentados
por la parte demandada, donde hace un exhaustivo
análisis de los testimoniales evacuadas, tal como
se evidencia de los folios 211 y siguientes. El
hecho circunstancial de que la evacuación de la
prueba testimonial, fuera agregada por el
Tribunal de mérito, erróneamente en el cuaderno
de medidas y el cual no fue remitido al Superior
(sic) adjunto al Cuaderno (sic) principal , ello por
ningún respecto no desvirtúa el valor int rínseco
de la prueba, la cual se conserva incólume en
todos y cada uno de sus efectos jurídicos’.

Denuncia el formalizante que la alzada al no analizar


las declaraciones de los testigos promovidos por las
demandadas y decidir no tener materia sobre la cu al
pronunciarse infringió, por falta de aplicación, la
preceptiva legal contenida en el artículo 509 del
Código de Procedimiento Civil incurriendo, de esta
manera, en silencio de pruebas.
Para decidir la Sala observa:
Del análisis practicado sobre el escrito de
formalización encuentra esta Máxima Jurisdicción que
con respecto a las declaraciones de los testigos en
cuestión, ocurrió el mismo supuesto que con la prueba
de inspección ocular denunciada como silenciada en
la delación anteriormente resuelta, val e decir, las
deposiciones en comentario, una vez evacuadas y
devuelta la comisión que a tal efecto se librara,
fueron agregadas al cuaderno de medidas que se
abriera con ocasión de la oposición a la medida de
embargo; pieza ésta que no fue remitida a la al zada en
la oportunidad de ejercerse la apelación.
Ahora bien, en razón de que este hecho lo ha
manifestado el formalizante en el texto de su escrito,
cabe aseverar que la omisión del análisis de tales
declaraciones, no se deben a que el ad quem las haya
silenciado, ya que ellas no se encontraban agregad as a
los autos en la oportunidad de emitir su fallo y nunca
lo estuvieron, pues como se expresó supra, las mismas
reposaban en el cuaderno de medidas, que, se repite,
no fue solicitado se enviara al juzgado d e alzada,
razón por la cual ésta no pudo tener conocimiento de
la existencia de dicha prueba.
Estima la Sala, en consecuencia, que la conducta
de las demandadas, no fue lo suficientemente
diligente para llevar al conocimiento del juez
superior, las probanzas en cuestión.
Como corolario de lo expuesto, concluye esta
Máxima Jurisdicción que la actitud negligente de
las demandadas no puede redundar en
responsabilidad para el jurisdicente, pues no es
posible endosarle, como silencio de prueba, el no
analizar elementos probatorios que no se
encontraban en las actas procesales, por lo que
debieron las accionadas, en conocimiento de que
dichas testimoniales cursaban al cuaderno de
medidas, peticionar ante la alzada las solicitara,
tal como lo hicieran en fecha posterior a cuando fue
dictada la sentencia del ad quem, para que fuesen
remitidas a esta Máxima Jurisdicción.
Con fundamento en las consideraciones precedentes,
de las que se evidencia que no incurrió el juez
superior en el vicio del que se le acusa y por ende al
no haber falta de aplicación del artículo 509 del
Código de Procedimiento Civil, se declara
improcedente la denuncia que se analiza. Así se
decide.” Destacado de la Sala.

Así, la doctrina bajo análisis, previendo la posible delación de la


infracción de silencio de pruebas que, se ubican en cuadernos separados
al principal, estableció como supuestos materiales, previos al análisis de
su procedencia, que: 1. la parte interesada en beneficiarse del medio
probatorio debe ratificarlo expresamente en e l cuaderno contentivo del
juicio principal, a fin de que el juez este enterado de su existencia y por
ende obligado a analizarlo como elemento probatorio, y 2. Que deberá el
cuaderno separado continente del medio probatorio ratificado reposar
junto a las piezas principales en la oportunidad de dictar
pronunciamiento sobre el fondo de la controversia.
De sustentarse tal criterio, se estaría concluyendo, que los
cuadernos separados y su sustanciación responden a una autonomía total,
respecto de las verdades de una misma causa. Los cuadernos
“autónomos” son considerados así, por su sustanciación, separada del
juicio principal, pero no constituyen una moneda que pueda tener dos
caras y de los cuales, respecto del juicio principal se obtengan dos (02)
verdades, pues el proceso es uno sólo y responde a un mismo fin.
Para garantizar que ello sea así, hay que tomar en consideración dos
(02) principios del derecho probatorio, como lo son: 1) la adquisición
procesal de los medios y 2) la comunidad de la prueba . Para la casi
totalidad de los tratadistas, encabezados por HERNÁNDO DEVIS
ECHANDÍA (Teoría General de la Prueba Judicial. Tomo I.pág 118), la
adquisición de la prueba y la comunidad de éstas, representan un mismo
concepto. Esto es falso. La adquisición de la prue ba ocurre en una etapa
anterior y está sujeta al control probatorio, vale decir, puede ser
impugnada, desconocida o tachada, si bien se adquirió al proceso, ella
todavía no es valorada, pues la comunidad nace cuando el Juez, en su
motiva de la perentoria o fallo de fondo, comienza la apreciación o
valoración de la prueba que inicia con la verificación de
lainmaculación de las mismas y luego el juez las hace común a los
alegatos de las partes, si es el caso. Así, pues, una vez que el medio es
promovido y comienza a verter su argumentación probatoria, éste se
adquiere al proceso, es irrenunciable por el promovente, pero su
comunidad nace en la motiva del fallo, cuando el juez en su apreciación
probatoria considere que el medio es inmaculado y luego observa que
favorece las afirmaciones de la parte no promovente.
Bajo tales concepciones, no puede considerarse que un medio
promovido y adquirido en un cuaderno autónomo, no pueda ser valorado
por el Juez de la causa sino hay la ratificación del medio en el cuaderno
principal o viceversa del principal al cuaderno autónomo, o cuando
ocurre la acumulación o reunión de varios procesos, la prueba practicada
en cualesquiera de ellos vale para todos, porque si el juez adquiere
convicción sobre un hecho común a las diversas causas, sería absurdo
que los efectos de esa adquisición dejaran de aplicarse a ellas, a pesar de
que se resuelvan por una sola sentencia o como la tacha por una
sentencia anterior, pues siempre tendrá influencia en la definitiva.

Por ello, en el andami aje procesal, el juez al momento de


sentenciar, bien sea el cuaderno autónomo o el juicio principal, debe
bajo el principio de exhaustividad probatoria (Art. 509 CPC) analizar y
valorar todos cuantos medios se hayan producido, adquirido en el juicio,
bien sea en los cuadernos autónomos, sin necesidad de que se imponga
una carga al promovente de ratificarlos , so pena de incurrir en silencio
probatorio, si ambos expedientes, el principal y el autónomo coinciden
en la instancia. Si el expediente cautelar no es tá o no se encuentra en la
misma instancia, tanto la parte podrá trasladar el medio, como el Juez
podrá, como director del proceso que busca conocer la verdad, solicitar
el traslado probatorio , igualmente deberá hacerlo el Juez superior,
cuando reciba un cuaderno cautelar no soportado con los instrumentos
para el estudio de la procedencia o no de lo solicitado. Ello ratifica que
la prueba se adquiere, no cuando se promueva o se produzca en el
proceso, sino cuando vierte el argumento de hecho que traslada al
proceso y sobrevive a los controles probatorios y luego, allí, es
indisponible, no puede ser renunciada y se adquiere, pero, es en el fallo,
cuando el juez declara esa comunidad por la identidad del argumento
vertido por el medio adquirido y las afirmacio nes trabadas en la
congruencia de la litis que refleja el fallo . Por todo ello, la adquisición y
la comunidad, obligan a que el juzgador valore los medios por
exhaustividad probatoria, tanto de los cuadernos auónomos, como del
proceso principal, al ser el proceso no sólo uno, sino que tiene un
carácter instrumental para la búsqueda de la justicia, existiendo un
interés público en la función de la prueba que no es otro que el de llevar
la certeza, la convicción a la mente del Juez para que pueda fallar
conforme a Justicia.

Mantener, como lo solía sostener el viejo criterio de la sala que es


necesaria la ratificación del medio aportado y adquirido en un cuaderno
autónomo sería tanto como sostener el exclusivo interés privado de quien
pide o aporta la prueb a, lo que equivaldría a concluir, erradamente, que
el fin primordial del proceso civil, es un fin privado, cuando en realidad,
desde los principios, valores y garantías de la carta política de 1999,
vale decir, desde el nuevo milenio, el mundo de la prueba palpita en
pulsaciones de múltiples y polifacéticos replanteos, aperturas, ajustes
teóricos, irrupción de matices novedosísimos que plantea un desafío
determinante al Juez Civil, de adecuar la praxis a la realidad social, del
código pre-constitucional, a las garantías, valores y principios que lo
lleven a fallar adecuadamente.
Hay que enfrentar a través de cada fallo, para dejarlo atrás, a aquél
fantasma que recorría y sigue recorriendo al proceso civil,
preguntándonos, si el Juez Civil verifica o invest iga, si suple a las partes
en lo que ellas no han hecho, o que el Juez está arrinconado por el
dispositivo de aquéllas, que son las que en verdad “hacen” y “deshacen”
y construyen o dejan de practicar la prueba . Esta variedad de
interrogantes debe planteár selas el Juez Civil al sentenciar; lejos de
inocultables envoltorios ideológicos y a sabiendas de que se encuentra en
su actuación, ante una danza que puede ir, desde un desborde autoritario
a un avance pautado y, por cierto, más razonable y democrático en las
líneas que traza la frontera del proceso civil, debiendo respetar y
caracterizar los controles eficaces (estructuras contradictorias) que
conlleven al proceso justo, proscribiendo sorpresas del órgano, o de las
partes que descoloquen al adversario fru strándole la debida igualdad de
oportunidades en la práctica y adquisición de la prueba, que permiten
entender que el proceso es uno sólo, que tiene carácter instrumental y
que la sociedad le ha otorgado la responsabilidad de otorgar Justicia.

Al respect o, el maestro Santiago Sentís Melendo, al referirse al


proceso como unidad en su publicación titulada “La Prueba -Los Grandes
Temas del Derecho Probatorio” sostiene que en principio:

“…E s e c a r á c t e r d e l p r o c e s o s e b a s a [ e n ] l a
afirmación chiovendiana ‘las actividades
procesales pertenecen a una relación única’
(...Omissis...)
Si en tiempos pasados se pudo decir que la prueba
pertenece al demandador que afirma o que es de
quien la pide, hoy en día se reconoce, con
carácter general, que no es que se sustraigan a la
disposición de la parte que las ha producido, sino
que sirven también a la otra parte y al juez, sin
que se pueda distinguir entre uno y otro fuero,
entre uno y otros tribunales… Y tampoco se
puede distinguir entre ‘los cuadernos de
prueba’ y el principal, ya que todos ellos
constituyen un solo expediente …” (Resaltado del
presente fallo).

Desprendiéndose de la cita parcialmente trascrita, el tratamiento


doctrinal atribuido a la conformación de los expedientes judiciales y
consecuentemente a las actu aciones que reposan en ellos, lo cual se
corresponde al criterio sostenido por esta Sala, según el cual “…el
mundo para las partes como para el juez lo constituyen las actas del
expediente y lo que está fuera de él, no existe.”. Criterio el cual emerge
de dos reglas fundamentales del sistema procesal como lo son: 1. Lo que
no está en las actas, no existe, no está en el mundo ( Quod non est in actis
non est in mondo); y 2)la verdad o certeza procesal, según el cual, toda
actuación que conste en las actas del proceso se supone conocida por
los litigantes: (Quod in actis, est in mundo) . (Vid. Sentencia N° 2000 -
000655 de fecha 6 de noviembre del 2013, expediente 13 -591, caso:
sociedades mercantiles Frigorífico la Mansión del Este C.A. e
Inversiones Plaza los Leon es, C.A., contra las sociedades mercantiles
Inversora Jeapa C.A. y Administradora 73, C.A.) .
Pues bien, en la búsqueda de la justicia debe el juzgador escudriñar
dentro de las actas que conforman el expediente, sin poder, por imperio
de la norma establecid a en el artículo 12 del Código de Procedimiento
Civil, desvincularse de los argumentos, pruebas y actuaciones de las
partes, dado que el proceso se convierte en un submundo, que debe
integrarse armónicamente, (situación fáctica, pruebas y derecho con el
fin de obtener una sentencia justa) donde solo existe lo discutido en él,
de allí que el juzgador al momento de producir su fallo, debe atenerse a
cada probanza producida en el proceso, sin distinguir en qué fase fue
presentada, siempre que su incorporación fuera legal y subsista una
relación conexa entre la oferta probatoria y el tema objeto de
pronunciamiento.
En tal sentido, estima esta Sala que la doctrina que hasta la fecha
se ha venido sosteniendo, pudiera resultar una limitación indebida al
derecho constitucional a la defensa de la parte que pretenda valerse de
una prueba aportada en cualquiera de las incidencias del proceso o
cuadernos separados del expediente, máxime, si la misma guarda relación
directa con el tema controvertido, como lo es el caso de las pruebas
producidas en las incidencias cautelares, en las cuales, el solicitante ha
de llevar a la convicción del administrador de justicia, prima facie, que
su pretensión de fondo es amparable. Sin que sea posible sostener, que la
valoración del medio probatorio que reposa en un cuaderno distinto al
principal, atentaría contra el derecho del contendor judicial, pues tal y
como antes se expreso, estando en las actas del proceso, se supone
conocida por los litigantes.
Por tanto, esta Sala, en apego a los derechos y garantías contenidos
en la Carta Política, obligada a propugnar lo dispuesto en el artículo
257 eiusdem, en referencia a que: “No se sacrificará la justicia por la
omisión de formalidades no esenciales” , y tomando en consideración
que el expedi ente judicial es uno solo, aunque lo integren varias piezas o
cuadernos separados , ha resuelto abandonar parcialmente la doctrina
que ha sostenido desde la sentencia N° 334 del 27 de abril de 2004, en lo
que respecta a la necesaria ratificación del medio p robatorio que se
encuentre en un cuaderno distinto al principal , siempre que todas las
piezas o cuadernos separados reposen en el mismo tribunal, ratificando
de esta manera, el deber de los administradores de justicia, de atenerse a
lo alegado y probado en autos, sin más limitaciones en ese sentido, que
las que le impone la Constitución y la Ley.
Se mantiene en vigencia el criterio referido a la imposibilidad
material que tiene el juzgador de instancia de valorar los medios
probatorios que se hallen en cuad ernos separados o piezas que no se
encuentren en el órgano jurisdiccional al momento de dictar el fallo,
siempre pudiendo el Juez solicitar traslados probatorios para tener por
norte la verdad y lograr que la litigación no está de espaldas a la
realidad, inclusive de los autos. Y así se establece.
Estas nuevas consideraciones deberán tomarse en cuenta a partir de
la publicación del presente fallo. Y así se decide.
D E C I S I Ó N
Por las precedentes consideraciones, este Tribunal Supremo de
Justicia de la R epública Bolivariana de Venezuela, en Sala de Casación
Civil, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad
de la Ley, declara SIN LUGAR el recurso de casación anunciado y
formalizado por la parte demandante en contra de la sentencia dic tada
por elJ uz gado S uper i or en l o C i vi l , Mercant i l y Tránsi t o de l a m i sm a
C i rcunscri pci ón J udi ci al , conoci endo en apel aci ón, en f echa 28 de
novi em bre de 2014 .
De conformidad con lo establecido en el artículo 320 del Código
de Procedimiento Civil, se conden a a la parte recurrente al pago de las
costas procesales del recurso.
Publíquese, regístrese, y remítase este expediente al Tribunal
Superior de origen.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de
Casación Civil del Tribunal Supremo de Jus ticia, en Caracas, a los once
(11) días del mes de agosto de dos mil dieciséis. Años: 206º de la
Independencia y 157º de la Federación.
Presidente de Sala Ponente,

________________________________
GUILLERMO BLANCO VÁZQUEZ

Vicepresidente,

__________________________________________
FRANC ISCO RAMÓN VELÁZQUEZ ESTÉVEZ

Magistrada,

_______________________________________
MARISELA VALENTINA GODOY ESTABA

Magistrada,

______________________________________
VILMA MARÍA FERNÁNDEZ GONZÁLEZ

Magistrado,

_________________________________
YVÁN DARÍO BASTARDO FLORES

Secretario,

_____________________________
CARLOS WILFREDO FUENTES

Exp.: N° AA20-C-2015-000627

Nota: Publicado en su fechas a las


El Secretario.

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