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América Latina según Vargas Llosa

Fragmentos del premio Nobel sobre personas y diferentes aspectos de


su continente. Un mapa sentimental, literario, político, cultural y
social.
WINSTON MANRIQUE - Madrid - 07/10/2010

Especial: Mario Vargas Llosa - Premio Nobel de Literatura

Más allá o más acá de esa literatura que siempre hunde sus raíces en la realidad para
levantarse como un faro sobre el pasado y el porvenir, Mario Varga Llosa nunca ha
apartado la mirada sobre su país y su continente. Lo ha pensado, soñado, debatido y
reinventado. Ama con pasión su continente. Ha peleado con él, se ha reconciliado y lo ha
disfrutado. A continuación un ABC sobre América Latina extraído de su libro
Diccionario del amante de América Latina (Paidós). Pero antes, un extracto de lo que
ha escrito sobre dos personas fundamentales en su carrera literaria, como reconoció hoy
en Nueva York: su agente Carmen Balcells, y quien fuera su editor, Carlos Barral.

• Mario Vargas Llosa y el cine


• "Escribir es servidumbre y gozo"
• Escribidor en Manhattan
• Una obra que no tiene límites
• Un ágora de literatura y democracia
• El Vargas Llosa político
• La fiesta del latinoamericano
• Las otras historias latinoamericanas
• Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura
• "Pienso escribir hasta el día que me muera"

Mario Vargas Llosa


A FONDO
Nacimiento:
28-03-1936
Lugar:
Arequipa

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Balcells, Carmen

Cuando la conocí, hace más o menos cuarenta años, llevaba en la cabeza un rodete de
señora buena y era tan sensible que la menor contrariedad la hacía llorar como una
Magdalena. (...) A poco de iniciar sus tareas al servicio de Seix Barral, la Mamá Grande
de Barcelona -llamada también, a veces, la agente 007- descubrió que la verdadera
función de una agente literaria no era representar a un editor frente a otros editores,
sino a los autores ante quienes los publicaban.

Barral, Carlos

Fue por Carlos Barral que conocí a casi todos mis amigos españoles de los años sesenta.
Él publicó mi primera novela, luchando como un tigre para que salvara el obstáculo de
la censura, me hizo dar premios, traducir a varias lenguas, me inventó como escritor.

Ahora sí, la aproximación de Vargas Llosa a su continente.

América Latina

Los sesenta fueron años exaltantes. América Latina pasó de estar en el centro de la
actualidad gracias a la Revolución cubana y a las guerrillas y a los mitos y ficciones que
pusieron en circulación. Muchos europeos, norteamericanos, africanos y asiáticos veían
surgir en el continente de los cuartelazos y de los caudillos una esperanza política de
cambio radical, el renacimiento de la utopía socialista y un nuevo romanticismo
revolucionario. Y, al mismo tiempo, descubrían la existencia de una literatura nueva,
rica, pujante e inventiva, que, además de fantasear con libertad y con audacia,
experimentaba nuevas maneras de contar historias y quería desacordonar el lenguaje
narrativo.

Arequipa

La ciudad en la que nací, Arequipa, situada en el sur del Perú, en un valle de los Andes,
ha sido célebre por su espíritu clerical y revoltoso, por su juristas y sus volcanes, la
limpieza de su cielo, lo sabroso de sus camarones y su regionalismo.

Cultura latinoamericana

Sólo en el campo de la cultura la integración latinoamericana ha llegado a ser algo real,


impuesto por la experiencia y la necesidad -todos aquellos que escriben, componen,
pintan o practican cualquier otra tarea creativa descubren que lo que los une es mucho
más importante que lo que los separa de los otros latinoamericanos- en tanto que en los
otros dominios, la política y la economía sobre todo, los intentos de unificar acciones
gubernativas y mercados se han visto siempre frenados por los reflejos nacionalistas,
por desgracia muy enraizados en todo el continente: es la razón por la que todos los
organismos concebidos para unir a la región, desde el Pacto Andino hasta Mercosur,
nunca han prosperado.

Chabuca Granda

A Chabuca Granda le pasó lo mejor que puede pasarle a una artista: el mundo que
inventó en sus canciones sustituyó al Perú real y es a través de aquél que se imaginan o
sueñan con la realidad peruana millones de personas en el mundo que no han puesto los
pies en nuestro país y que sólo han sabido del Perú a través de las composiciones de La
Fabuladora sentimental que fue la autora de La flor de la canela.

Fuentes, Carlos

Hay en Fuentes, siempre, una especie de irremediable optimismo que resulta


contagioso. Cuando habla de los que está escribiendo, o de lo que acababa de leer, o de
lo que hará mañana, parece que estuviera diciendo: "Me saqué la lotería". Con
perversidad le cuento que oí a alguien, no hace mucho, decir que atacar a Carlos Fuentes
se había convertido en el deporte nacional mexicano. Él se ríe, feliz: como chiste es
excelente, dice. Él no tiene tiempo para atacar a nadie, en todo caso, con escribir, leer y
viajar ya tiene de sobra. Pero la verdad es que se da tiempo para hablar de la gente que
aprecia o admira: Cortázar, por ejemplo.

García Márquez, Gabriel

En Cien años de soledad asistimos, ante todo, a un prodigioso enriquecimiento. La


prosa matemática, contenida y funcional se ha convertido en un estilo de respiración
volcánica, en un río poderoso y centelleante capaz de comunicar el movimiento, la
gracia, la vida a las más audaces criatura de la imaginación. (...) Como en los territorios
encantados donde cabalgaron y rompieron lanzas el Amadís, el tirante, el Caballero
Cifar, el Espliandán y Florisel de Nisea, en Macondo han volado en pedazos las fronteras
mezquinas que separan la realidad y la irrealidad, lo posible y lo imposible.

Guevara, Ernesto Che


Nada ilustra mejor el extraordinario cambio de la cultura política de nuestro tiempo que
la manera casi furtiva con que ha transcurrido el aniversario de la muerte de Ernesto
Guevara, asesinado el 9 de octubre de 1967 por un sargento obediente y asustadizo, en
una aldea perdida del norte de Bolivia. El legendario comandante de largos cabellos y
boina azul, con la metralleta al hombro y el habano humeando entre los dedos, cuya
imagen dio la vuelta al mundo y fue durante los sesenta símbolo de la rebeldía
estudiantil, inspirador de un nuevo radicalismo y modelo para las aspiraciones
revolucionarias de los jóvenes de cinco continente, es ahora una figura semiolvidada que
a nadie inspira ni interesa, cuyas ideas se han petrificado en libros sin lectores y al que
la historia contemporánea desdibujó hasta confundirlo con esas momias históricas
arrumbadas en un lugar oscuro del panteón. Ocurre que mientras tanto los
acontecimientos sociales y políticos han desmentido con rudeza todo lo que el Che
predicó, y empujado a la humanidad por un rumbo exactamente opuesto al que él
quería.

Incas

La costa fue la periferia del imperio de los incas, civilización que irradió desde el Cuzco.
No fue la única cultura peruana prehispánica, pero sí la más poderosa. Se extendió por
Perú, Bolivia, Ecuador y parte de Chile, Colombia y Argentina. En su corta existencia de
siglo y medio, los incas conquistaron decenas de pueblos...Para mantener sometidos a
los pueblos que sojuzgaron, los incas se valieron de refinadas astucias, como apropiarse
de sus dioses y elevar a su aristocracia a los curas vasallos.

Lima

Conocí Lima cuando empezaba a dejar de ser niño y es una ciudad que odié desde el
primer instante, porque fui en ella bastante desdichado. Mis padres habían estado
separados y, luego de diez años, volvieron a juntarse. Vivir con mi padre significó
separarme de mis abuelos y tíos y someterme a la disciplina de un hombre severísimo.
(...) Dicen que el odio se confunde con el amor y debe de ser cierto porque a mí, que me
paso la vida hablando pestes de Lima, hay muchas cosas de la ciudad que me
emocionan. Por ejemplo, su neblina, esa gasa que la recubre de mayo a noviembre y que
impresionó tanto a Melvilla cuando pasó por aquí (llamó a Lima, en Moby Dick, "la
ciudad más triste y extraña que se puede imaginar", porque "ha tomado el velo blanco"
que "acrecienta el horror de la angustia") . Me gusta su garúa, lluviecita invisible que
uno siente como patitas de araña en la cara y que hace que todo ande siempre húmedo y
que los vecinos de la ciudad nos sintamos en invierno algo batracios.
Quinto centenario

No estoy en contra de que se recuerde que la llegada de los europeos a América fue una
gesta sangrienta, en la que se cometieron inexcusables brutalidades; pero sí de que no se
recuerde, a la vez, que remontar el río del tiempo en la historia de cualquier pueblo
conduce siempre a un espectáculo feroz, a acciones que, hoy, nos abruman y horrorizan.
Y de que se olvide que todo hispanoamericano de nuestros días, no importa qué apellido
tenga ni cual sea el color de su piel, es un producto de aquella gesta, para bien y para
mal.

Vargas Llosa

Los Vargas llegaron al Perú con la primera oleada de españoles, aquella que, con Pizarro
a la cabeza, fundó Piura, escaló los Andes y, en la plaza de Cajamarca, dio un golpe de
muerte al Tahuantinsuyo. Eran, como aquél, extremeños, de Trujillo y habían tomado el
apellido -usanza de la época- del señor de la región, un tal Juan de Vargas, en cuyas
tierras habían servido como labriegos y feudatarios. Había un Vargas en el puñado de
conquistadores que vio por primera vez a Atahualpa.

"La literatura", terminó Mario Vargas Llosa, "es mi manera de vivir, como decía
Flaubert. No tendré otra, con sus sumas y sus restas, esa es la felicidad de mi vida. La
literatura me ha dado lo mejor que tengo; los amigos, las experiencias. La entraña de mi
vocación no es otra que la literatura, y de ella sale todo lo que soy y todo lo que tengo. Es
lo mejor que me ha pasado".

Pienso escribir hasta el día que me


muera"
Mario Vargas Llosa relata sus impresiones tras ser nombrado Nobel de
Literatura
EDUARDO LAGO 08/10/2010
Especial: Mario Vargas Llosa - Premio Nobel de Literatura

La concesión del Premio Nobel de Literatura 2010 sorprendió a Mario Vargas Llosa en
Manhattan, donde se encuentra este trimestre porque está enseñando un curso de
literatura en la universidad de Princeton. La noticia le sorprendió mientras leía. Llevaba
ya un tiempo despierto cuando su mujer, Patricia, irrumpió en el estudio con el telèfono
en la mano. Por deseo expreso del escritor, quiso que la primera rueda de prensa se
celebrara en el Instituto Cervantes, que se encuentra a unas manzanas de su residencia
neoyorquina. Más de doscientos periodistas de todo el mundo aguardaban la llegada del
escritor.

Mario Vargas Llosa

Pregunta. ¿Cuál fue su primer pensamiento cuando recibió la noticia?.

Respuesta. No me lo esperaba. Pensé que era no era verdad. Creí que era
una broma. Hacía mucho tiempo que mi nombre no sonaba entre los
finalistas. Me acordé de Alberto Moravia, a quien le llamaron para
decírselo y se lo creyó y era una broma. Pero el Secretario de la Academia
Sueca me dijo que en 15 minutos lo harían público, y cuando lo vi
oficialmente me lo creí.

P. ¿Qué escritores le vienen a la cabeza en un momento así?

R. Borges, porque a él nunca se lo dieron, y era quien más lo merecía de los


esquivados por la Academia Sueca. Y luego me sentí acompañado de todos
los grandes maestros que me han hecho gozar como lector. En estos
momentos siento que me acompañan lo que me han guiado, mis escritores
de cabecera Los que me han enseñado lo que sé: Tolstoy, Dostoievski,
Gòngora, Borges. Martorell, Cervantes, Flaubert, Thomas Mann. Y de
manera un poco especial, me vienen los nombres de Faulkner y Sartre.
Aunque después me distancié mucho de él, las ideas de Sartre sobre la
literatura y el compromiso político fueron para muy importantes cuando
comencé a escribir: la idea de que la literatura influía en la historia, la idea
de que escribir es una manera de comprometerse, sobre todo por la
situación de América Latina en aquel tiempo.

P. Su carrera es muy extensa e incluye títulos fundamentales, pero aún,


¿podría decir con qué libro disfrutó más y con cuál lo pasó peor
escribiéndolo?

R. El que más me divirtió escribir fue Pantaleón y las Visitadoras, que es


donde por primera vez utilicé el humor en la literatura. Yo desconfiaba del
humor por culpa de Sartre. No hay una sonrisa en toda su obra. Yo creo que
a mí me había inyectado la idea equivocada de que era incompatible con la
literatura. Y el que más trabajo me ha dado es el que está a punto de salir,
El sueño del Celta, porque es un libro en el que me he metido en territorios
totalmente desconocidos para mí, he tenido que estudiar y visitar países
como el Congo o Irlanda. El protagonista es un irlandés vinculado a la lucha
por la independencia de Irlanda, que vivió en la Amazonía y en el Congo.
Otro libro que me resultó también muy difícil escribir fue La guerra del fin
del mundo. No conocía Brasil, y tuve que descubrir aquel país gigantesco y
su historia. Fue una aventura difícil pero al mismo tiempo enormemente
excitante.

P. ¿Cuál es su método de trabajo?

R. Escribir mucho, corregir mucho, rehacer mucho. Trabajo de lunes a


sábado en el libro que estoy escribiendo y los artículos los escribo el
domingo. En realidad no dejo nunca de escribir, esté viajando o de
vacaciones. Pero eso no tiene ningún mérito. Lo hago porque es lo que me
gusta hacer, lo necesito. La verdadera tragedia para mí sería no escribir o
no leer. Eso sería una catástrofe. Escribo con mucho placer aunque a veces
me dé dolores de cabeza. Escribir no es fácil, es muy difícil pero la
compensación es tal que el esfuerzo se justifica largamente. Pienso escribir
hasta el día que me muera. Eso es algo que nada puede cambiar, ni siquiera
el Nobel.

P. Entre la literatura fácil, que llega a muchos lectores y la difícil, ¿dónde ha


de situarse el escritor?

R. La forma debe estar siempre al servicio de la historia que se quiere


contar, pero no debe ser gratuita. Si es así, aunque sea difícil, el libro educa
a los lectores. Libros que parecían imposibles de leer cuando aparecieron
acabaron por ser apreciados porque han educado a generaciones de
lectores, como el Ulises de Joyce, por ejemplo. Es un libro inmensamente
complicado como estructura, como lenguaje y sin embargo, pese a haber
sido tan rechazado cuando salió es uno de los pilares de la literatura y es un
libro al que puede llegar cualquier lector que tenga un poco de experiencia.
Los libros han de educar a los lectores. Si una dificultad tiene justificación,
el lector tiene incentivos para hacer el esfuerzo. Ahora, si la dificultad es
gratuita, experimentar por experimentar, sí produce rechazo. Faulkner,
Proust, Joyce lo único que hacen es conquistar más lectores cada día,
tienen muchos más que cuando vivían. Si no la literatura no habría
progresado nunca, estaríamos como hace varios siglos.

P. ¿Algún agradecimiento en especial en estos momentos?

R. Me siento obligado a recordar y agradecer a España, porque gracias a


España soy escritor, y dentro de ello, quiero tener un recuerdo para mi
primer editor, Carlos Barral. A mí nunca se me pasó por la cabeza que mis
libros pudieran tener muchos lectores, que pudieran ser traducidos a otros
idiomas.

P. ¿Es posible separar la política de la literatura?

R. La literatura y la política tienen una relaciòn muy difícil, porque las dos
son muy absorbentes. Duando la política se apodera de la literatura, la
convierte en propaganda, la banaliza, la trivializa. Al mismo tiempo pienso
que la literatura seria no puede desentenderse de algo tan fundamental
para la vida del ciudadano, del ser humano, como la política. No estoy de
acuerdo con quienes piensan que hay que apartar la política de la
literatura. Toda la gran literatura ha participado en el debate cívico,
siempre. Es lo que han hecho todos los escritores. ¿Cervantes no hizo eso,
Tólstoi no hizo eso, Flaubert no hizo eso?

P. ¿Por qué cree que le han concecido el Premio Nobel?

R. Habría que preguntárselo a los miembros de la Academia Sueca. Yo


quiero creer que me lo han dado por mi obra literaria. Tengo la impresión
de que no me lo han dado por mi cara Desde luego me gustaría que me lo
hubieran dado por mis ideas, también. Pero desde luego lo que creo que ha
prevalecido, me gustaría que fuera así, es la obra literaria que tengo

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