FICHA BIBLIOGRAFICA DE “EL VIEJO ALQUIMISTA”.

Titulo original: El viejo alquimista.

Primera publicación: 1974, editorial Rosa Campos de la Rosa
Cuarta edición: 2001.
Autor: Ruy Pérez Tamayo
País: Estados Unidos Mexicanos
Páginas: 52 pág.
ISBN: 970-640-166-0.

Resumen

Cuenta la historia de vida de un anciano que era alquimista en una ciudad pobre y como la ausencia de
recursos económicos afectaba el desarrollo de sus investigaciones que era “la búsqueda de la piedra filosofal” y
por ende, su estatus en la sociedad, ya que los alquimistas de ciudades ricas eran invitados a los palacios reales
y contaban con laboratorios muy modernos.

Una mañana de primavera llegó un pergamino del Príncipe que proclamaba la celebración de las Disputaciones
sobre el arte alquímico, sagrada cábala y tercera ciencia, en donde el viejo alquimista sintió que ya no iba estar
olvidado. No obstante, este tipo de celebraciones solo mostraba al público lo presumidas que son las altas
cortes. El intercambio de ciencia solo para conocer el misterio de la vida, es un pretexto para manipular a todos
y convencernos que es por nuestro bienestar como humanidad. Se someten a los pobres para tener abuso del
poder. Se expusó la importancia de hacer experimentos y se describió el orden: “en primer lugar, encontrar el
problema; segundo, hacer una invención sobre la respuesta; tercero, probar la invención con un experimento”.
Después el viejo alquimista relató su tesis, la cual proponía que lo que está en la naturaleza o ha sido obra de
Dios no se puede inventar, en cambio una obra que relate un suceso de Dios si es un “método”. Entonces eso
es entendimiento y como se diferencia de la sabiduría, la tesis es que un artista tiene emoción por la imagen, el
sabio busca la realidad del hecho.

Luego en el camino hacia las montañas el viejo alquimista fue ver al joven alquimista que se encontraba con el
príncipe, el viejo sabio, encontró varios amigos animales, y luego con el trovador, quien nos da la lección de ser
como niños, pues al crecer nos olvidamos de ser felices. Luego relató como él fue un gran personaje dentro de
la corte real, pero todo era ambición por el poder y al renunciar a la ciencia, cambio el poder por felicidad, por
lo cual abandonó el palacio para vivir sencillamente y dedicado al laboratorio. Conoció al joven aprendiz, un
muchacho con mucha energía para la investigación además que tenía la presión de ser el primero en revelar
sus descubrimientos, un joven con muchas ganas de aprender y ser mejor que los demás, quería el éxito. Pero
el éxito no es solo alcanzar las metas es hacer realidad las ilusiones y encontrar la verdad. Después de todas
estas reflexiones el viejo alquimista regreso a su hogar.

Una mañana pudo conversar con la princesa, quien le pidió el favor que la curará de un mal de amor, a lo cual
el viejo alquimista dijo que no era posible para las 3 ciencias ya que, el amor es una cualidad intangible, a lo
cual contestó la princesa que se debería inventar ese estudio, pero el sabio alquimista dice que él se dedica a
buscar el conocimiento y no analizar comportamientos, pues el amor se vive y no se estudia.
Luego llego el Mago Merlino, quien urgía la sabiduría del viejo alquimista, pues el príncipe había hecho un
pedido imposible para las ciencias naturales. A lo cual el sabio da muy buenos consejos y dice que el mundo
que se estudia es accesible al entendimiento humano y no se debe pasar el ámbito de lo sobrenatural, ya que
las tres ciencias se fundamentan en el ámbito de la casualidad y lo natural.

Luego de vivir muchos años en paz y tranquilidad, el Príncipe ganó muchas batallas y por lo cual se convirtió en
un Mandatario Rico, ayudó a los ciudadanos con algo de dinero, construyó un nuevo palacio, sin embargo, el
viejo alquimista y el enano que habían estado siempre a su lado, fueron despedidos, pues el príncipe pensaba
que el viejo alquimista “no sirve para nada”. El sabio anciano no entendía, pues debemos usar la inteligencia
para comprender, estimulo para preguntar y encontrar respuestas; con el fin de reducir la ignorancia. Sin
embargo, el viejo alquimista debe abandonar la ciudad, sabe que la ambición empobrece y sale en busca de
aventuras con su amigo el enano.

Comentarios

La ciencia es importante pero no soluciona todos los problemas de la naturaleza, pues cada problema tiene un
método diferente para resolverse. Se puede elegir pero no se debe discriminar, las investigaciones científicas
deben ser fáciles de entender para todos y su información debe ser de libre acceso.

Debemos conservar nuestro niño interior y ser felices, admirar la naturaleza y para esto trazar metas y
conservar la ambición por lo que uno desea. En la vida se puede presentar otro tipo de oportunidades muy
llamativas, que nos hacen renunciar a lo que realmente se quiere hacer; pero a la final es una prisión llena de
ambiciones en donde no hay felicidad interior.

A veces la ambición por el poder y dinero nos hace ser ignorantes, el progreso humano no busca el bien común
solo empobrece el espíritu, a lo cual perseguimos un valor a alcanzar porque creemos que es importante, sin
importar la vida e integridad de los demás.