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Retiro Matrimonial.
I. P. Getsemaní.
Debido a que por lo general, las mujeres sienten más necesidad de hablar que los hombres, los
esposos deben aprender que pueden amar a sus esposas escuchándolas, pero de veras escuchando
y poniendo atención e interés en lo que ella dice.
Conclusión:
“Mas el fruto del Espíritu es Amor.., Benignidad Bondad..,”
Amabilidad, en lugar de Benignidad traduce la Nueva Versión Internacional; también la Biblia Dios
habla hoy, dice “El amor es Amable”, palabras del apóstol Pablo en Primera Corintios 13. ¿Qué es
entonces la amabilidad? La amabilidad es el amor en las pequeñas cosas. Amabilidad es: Ayudar a
otro en su necesidad, por pequeña que parezca. La Amabilidad soporta a otros, ofrece una mano de
ayuda y un toque de sanidad en tiempo de adversidad.
Las pequeñas amabilidades recorren un largo camino hacia la construcción de las relaciones de
confianza y amor incondicional. Piense en el impacto de su familia al usar palabras o frases como:
“Gracias, por favor, discúlpame, tú primero, ¿puedo ayudarte?”; o hacer pequeños actos de servio
como levantar los platos, llevar a los niños de compras para algo que es importante para ellos; o
llamar para ver si necesitas algo de la tienda, para comprarlo de camino a casa; o encontrar
pequeñas maneras de expresar amor, como enviar flores, poner una nota en la lonchera o el
portafolios, llamar para decir “te quiero” a la mitad del día; o expresar gratitud y aprecio; o hacer
cumplido sinceros; o mostrar reconocimiento no sólo en momentos especiales de logros o
cumpleaños, sino en días ordinarios, y sólo porque su cónyuge o sus hijos, son lo que son.
Un pensamiento que debemos atesorar “Hacer muchas pequeñas cosas con cuidado, constancia y
amabilidad, no es una pequeña cosa”.
Finalmente si nuestros corazones están llenos de amor y de la Amabilidad que Cristo nuestro Señor
nos manda, no puede quedar escondido. Aparecerá en la fábrica donde laboramos con puntualidad,
responsabilidad e integridad, en los negocios que tenemos con justicia, honestidad y cortesía, en el
ministerio que hacemos en servicio, humildad y excelencia, y aparecerá en las relaciones de familia
en nuestro tono de voz y las palabras que usamos, se mostrará finalmente en nuestro rostro.