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El sistema nervioso autónomo es parte del sistema nervioso periférico y controla la función
de muchos músculos, glándulas y órganos dentro del cuerpo. No solemos ser muy
conscientes del funcionamiento de nuestro sistema nervioso autónomo, ya que funciona de
manera reflexiva e involuntaria. Por ejemplo, no nos damos cuenta cuando nuestros vasos
sanguíneos cambian de tamaño, y somos (por lo general) inconscientes cuando nuestros
corazones aceleran o reducen la velocidad de sus pulsaciones.
Las divisiones simpática y parasimpática del sistema autónomo presentan algunas
características estructurales comunes. Ambas están constituidas por neuronas
preganglionares que se originan en el SNC y por neuronas posganglionares que se originan
fuera del SNC.
SISTEMA NERVIOSO AUTONOMO
El sistema nervioso autónomo, también llamado sistema nervioso vegetativo, es una de las
dos divisiones que se han realizado del sistema nervioso a nivel funcional. Este sistema se
encarga de conectar las neuronas del sistema nervioso central con las del resto de sistemas
corporales y órganos, formando parte tanto del sistema nervioso central como del periférico.
Su función básica es el control de los procesos internos del organismo, es decir de las
vísceras, siendo los procesos regidos por este sistema ajenos a nuestra voluntad.
Las conexiones con los diferentes órganos diana de este sistema son tanto motores como
sensitivos, habiendo tanto eferencias como aferencias. Se trata pues de un sistema que envía
información desde las partes del encéfalo hasta los órganos, provocando en ellos una
reacción o actuación específica mientras que a la vez recapta información sobre su estado y
la envía el encéfalo, donde podrá ser procesada y actuar en consecuencia. A pesar de esto, en
el sistema nervioso autónomo predomina la presencia de eferencias, es decir, que
mayoritariamente su función es la de emitir señales en dirección a los órganos.
Las neuronas del sistema nervioso autónomo que conectan con los diversos órganos del
cuerpo lo hacen por norma general a través de los ganglios, habiendo neuronas pre y
postganglionares. La actuación de la neurona preganglionar se debe siempre a la acción de
la acetilcolina, pero en la neurona que interactúa entre el ganglio y el órgano diana la hormona
liberada variará según el subsistema (acetilcolina en sistema nervioso parasimpático
y noradrenalina en el sistema nervioso simpático).
Función principal
El sistema nervioso autónomo es uno de los sistemas más vitales para mantenernos con vida,
debido principalmente a la función que realiza.
También nos prepara para hacer frente a situaciones concretas mediadas por el entorno, como
la secreción de saliva o enzimas digestivas ante la visión de alimentos, la activación ante
posibles amenazas o la desactivación y regeneración del sistema a través del reposo.
Concretamente, podemos encontrar que este sistema controla la musculatura lisa de las
vísceras y de diversos órganos como el corazón o los pulmones. También participa en la
síntesis y expulsión la mayor parte de secreciones hacia el exterior del cuerpo y parte de las
endocrinas, así como en los procesos metabólicos y los reflejos.
Algunos de los órganos y sistemas en los cuales tiene participación este sistema son los
siguientes.
1. Visión
El latido del corazón y la presión sanguínea son elementos fundamentales para el ser humano,
que se rigen de forma inconsciente. De este modo, es el sistema nervioso vegetativo quien se
encarga de regular estos elementos vitales que nos mantienen con vida segundo a segundo.
3. Pulmones
Si bien somos capaces de controlar la respiración hasta cierto punto el hecho de respirar de
forma contínua no es consciente, así como por norma general tampoco lo és el ritmo con el
que necesitamos inhalar. Así, la respiración también está parcialmente controlada por el
sistema nervioso autónomo.
4. Tubo digestivo
A través de la alimentación el ser humano es capaz de adquirir los diversos nutrientes que
necesita el organismo para continuar funcionando. Si bien la conducta de comer es controlada
conscientemente el proceso por el cual el tubo digestivo transforma el alimento y adquiere
de él los componentes necesarios no, siendo el conjunto de actuaciones que el organismo
realiza durante la digestión involuntario y regido por parte del sistema nervioso autónomo.
5. Genitales
Las lágrimas, el sudor, la orina y las heces son algunas de las sustancias que el organismo
expulsa al medio. Su secreción y expulsión se debe y/o puede alterarse en parte debido al
funcionamiento del sistema nervioso autónomo. Lo mismo ocurre con la secreción de
enzimas digestivas y saliva.
Los nervios craneales son 12 pares de nervios que se conectan en forma directa con el
cerebro, a diferencia de otros nervios que se conectan con la columna vertebral. Los nervios
que salen hacia el cuerpo pueden ser voluntarios, como aquellos que controlan los músculos
del esqueleto o pueden ser involuntarios, o autónomos. El sistema nervioso autónomo está
compuesto por el sistema simpático, responsable de las actividades relacionadas con "pelear
y ejercer" y el sistema nervioso parasimpático es responsable de las actividades relacionadas
con "descansar y digerir".
El nervio craneal lll, o nervio oculomotor, se conecta con el cerebro para cumplir algunas
funciones del ojo. Este nervio carga con neuronas motoras, que son los nervios que controlan
los músculos voluntarios y las fibras parasimpáticas. Las neuronas motoras controlan varios
músculos responsables del movimiento del ojo. Las fibras parasimpáticas van hacia el
cristalino y el iris y causan la constricción del cristalino para la visión de objetos cercanos.
También causan la constricción del iris como resultado del estímulo de la luz. Si está dañado,
el ojo no podrá enfocar objetos cercanos y estará dilatado.
El nervio craneal Vll, o nervio facial, es el gran responsable de mover los músculos de las
expresiones faciales a través de neuronas motoras. Las fibras parasimpáticas viajan a tres
lugares distintos. Primero van hacia algunas de las glándulas salivales en la boca,
específicamente las glándulas submandibulares y sublinguales, debajo de la mandíbula y de
la lengua, respectivamente. En segundo lugar, viajan hacia la nariz para detectar secreciones
nasales. Y por último, viajan a la glándula lagrimal, o conducto lacrimoso.
Nervio craneal lX
El nervio craneal lX, también conocido como el nervio glosofaríngeo, brinda sensaciones en
la parte posterior de la garganta y la lengua, incluyendo el tacto y el gusto. También siente la
presión sanguínea en las arterias mayores del cuello llamadas arterias carótidas. Su función
motora es ayudar a levantar la garganta durante el habla y de tragar. Las fibras parasimpáticas
del nervio glosofaríngeo van hacia la glándula parótida, que son glándulas salivales grandes
detrás de las mejillas.
Nervio craneal X
El nervio craneal X se conoce como el nervio vago. Ayuda a mover los músculos de la boca
y garganta, incluyendo algunos músculos del habla y algunas sensaciones de tacto en el canal
del oído. Las fibras parasimpáticas viajan por el pecho y hacia el abdomen, donde son
responsables de las funciones de descanso y digestivas en muchos de los órganos, incluyendo
los riñones, el páncreas, la vesícula biliar, el hígado, el estómago, los intestinos, el corazón y
los pulmones. Algunos ejemplos de sus funciones son: disminuir el ritmo cardíaco, estimular
la digestión y secretar mucosidad en las fosas nasales.
Así. la mayoría de los órganos están controlados por el sistema nervioso simpático y el
parasimpático. A veces ambos tienen efectos opuestos en el mismo órgano. Por ejemplo el
sistema simpático aumenta la presión arterial mientras que el parasimpático la disminuye. En
general, ambos sistemas trabajan juntos para garantizar que el cuerpo responda
adecuadamente a las diferentes situaciones.
Además, tiene otras muchas funciones, que implican diferentes órganos o partes de nuestro
cuerpo, que a su vez están relacionados con esta sensación de relajación.
Ganglios Parasimpáticos
Ganglios del sistema nervioso parasimpático, incluidos los ciliares, pterigopalatino,
submandibular y ótico en la región craneal y los ganglios intrínsicos (terminales) asociados
con los órganos dianas en el tórax y el abdomen.
Receptores colinérgicos
La AC es el primer mensajero en la transmisión de impulsos en el sistema nervioso
parasimpático, ganglios del sistema nervioso simpático y en la unión neuromuscular estriada
y los receptores sobre los que actúa se conocen como colinérgicos. Se diferencian dos tipos
de receptores colinérgicos, muscarínicos y nicotínicos, según su afinidad selectiva para la
muscarina o la nicotina. Los receptores muscarínicos se encuentran en las neuronas
postganglionares del sistema nervioso parasimpático del corazón y del músculo liso de todo
el organismo y su estimulación produce bradicardia, disminución del inotropismo,
broncoconstricción, miosis, salivación, hipermotilidad gastrointestinal y aumento de la
secreción de ácido gástrico. Estos receptores pueden bloquearse con atropina sin que se
produzcan efectos sobre los receptores nicotínicos. Se han identificado cinco tipos de
receptores muscarínicos (M1 a M5), aunque sólo tres de ellos están bien caracterizados. Los
M1 se localizan fundamentalmente en el sistema nervioso y median efectos excitatorios. Los
M2 predominan en el miocardio, aunque también se encuentran en neuronas presinápticas
donde son responsables del “feed-back” negativo. Los M3 y M4 están localizados en las
glándulas secretoras y en el músculo liso y son responsables de todos los demás efectos de la
estimulación parasimpática. En la membrana presináptica de terminaciones nerviosas
simpáticas del miocardio, coronarias y vasos periféricos también encontramos receptores
muscarínicos que se conocen como receptores muscarínicos adrenérgicos por su localización,
pero que se estimulan por acción de la AC; inhiben la liberación de NA de manera similar a
la estimulación de los receptores α2− adrenérgicos presinápticos. En estas localizaciones
existen plexos del sistema nervioso autónomo donde las terminaciones simpáticas y
parasimpáticas están estrechamente asociadas de tal manera que aquí, la AC liberada por el
parasimpático, puede inhibir también la liberación de NA. El bloqueo muscarínico eliminará
este efecto inhibitorio sobre la liberación de NA, aumentando la actividad simpática; así, la
atropina, 12 además del bloqueo vagal puede aumentar la actividad simpaticomimética.
La taquicardia provocada por algunos relajantes musculares podría explicarse por este
mismo mecanismo. Los receptores nicotínicos se localizan en las uniones sinápticas de las
neuronas pre y postganglionares tanto del simpático (ganglios simpáticos) como del
parasimpático; así el estímulo nicotínico produce efectos excitatorios en ambos sistemas,
pero el efecto final es predominantemente simpático con hipertensión y taquicardia a través
de la liberación de adrenalina y NA de la médula suprarrenal. Los receptores de la unión
neuromuscular estriada son también nicotínicos, pero de un tipo diferente a los autonómicos.
Los fármacos agonistas muscarínicos directos son: 1/ ésteres de colina: acetilcolina,
metacolina, betanecol, carbamilcolina y 2/ alcaloides: muscarina, pilocarpina, arecolina. Los
fármacos agonistas muscarínicos indirectos son anticolinesterásicos que producen un
aumento de la AC en la hendidura sináptica al inhibir el metabolismo de la misma por la
acetilcolinesterasa y son la fisostigmina, neostigmina, piridostigmina, edrofonio y
ecotiopato. Los fármacos antagonistas muscarínicos son la atropina, escopolamina,
glicopirrolato e ipatropio.
Receptores adrenérgicos
Se clasifican en receptores alfa (α) y beta (β) dependiendo del orden de potencia con la que
se afectan por los agonistas y antagonistas del sistema nervioso simpático. Los receptores α
son aquellos que se estimulan sobretodo por la acción de la noradrenalina, mientras que los
receptores β son los que se estimulan sobretodo con el isoproterenol. Existe además, otro
receptor periférico adrenérgico específico para la dopamina, el receptor dopaminérgico (DA).
Los adrenorreceptores se localizan tanto en la neurona presináptica como en la postsináptica,
así como también en localizaciones extrasinápticas. Los receptores presinápticos se
consideran inervados ya que se encuentran muy próximos a la liberación del NT. Los
postsinápticos pueden considerarse inervados o no dependiendo de su proximidad a la
hendidura sináptica, de manera que los que están en la misma membrana postsináptica se
consideran inervados y los extrasinápticos se denominan no inervados.
Receptores α-adrenérgicos
La división en α1 y α2 viene dada por la respuesta a la yohimbina y la prazosina. La
prazosina es el antagonista más potente de los α1 y la yohimbina es el antagonista más potente
de los α2.
Receptores α1
Los receptores α1 son postsinápticos y se encuentran en la musculatura lisa de los vasos
sanguíneos, gastrointestinal, útero, trígono vesical y piel (músculo piloerector). Su activación
comporta un aumento o una disminución del tono muscular dependiendo del órgano efector
produciendo constricción del músculo liso, excepto en el sistema gastrointestinal donde
provoca relajación. Los receptores α1 tienen subtipos bien identificados: α1A, α1B, α1D;
esta subdivisión tiene relevancia clínica y no solamente teórica; el desarrollo de nuevos
agonistas y antagonistas con relativa actividad selectiva por los receptores permite, por
ejemplo, la terapia con antagonistas selectivos 1-A para el tratamiento de la hipertrofia
benigna de próstata (los receptores alfa de la próstata son predominantemente del subtipo A),
evitando la hipotensión ortostática que ocurría con otros antagonistas no selectivos.
Receptores α2
Los receptores α2, se encuentran en una gran variedad de órganos a parte del sistema nervioso
central y periférico, como plaquetas, hígado, riñones, tejido adiposo y páncreas, con
funciones fisiológicas en cada órgano bien definidas. Existen tres subtipos bien identificados:
α2A, α2B y α2C. Los receptores α2 de la médula espinal son del subtipo A; a nivel del SNC
los efectos antihipertensivos también parecen estar mediados por este subtipo. La
estimulación de los receptores α2B parece causar vasoconstricción periférica. Los receptores
α2 son de localización pre y postsináptica. La mayoría de receptores postsinápticos α2 son
extrasinápticos y su importancia clínica radica en el hecho de que están más influenciados
por las hormonas catecolamínicas que por los neurotransmisores y la interacción agonista-
receptor tiene un inicio más lento y una duración más larga. Estos receptores extrasinápticos
parece ser que estarían menos influenciados por los factores determinantes de la regulación
al alza o a la baja del receptor.
Receptores β-adrenérgicos
Se han descrito 3 subtipos: β1, β2 y β3. Los β1 y los β2 son los más estudiados y conocidos.
Los receptores β1 son postsinápticos y no se han identificado en la membrana presináptica.
Se consideran receptores inervados. Predominan en el miocardio, nodo sinusal y en el sistema
de conducción ventricular. Son sensibles a la adrenalina y a la NA, hecho que los diferencia
de los β2. Su efecto en el corazón es aumentar el inotropismo y el cronotropismo y en el
tejido adiposo estimulan la lipólisis. Los receptores β2 son pre y postsinápticos. El estímulo
de los receptores β2 presinápticos tiene un efecto opuesto al de los α2 presinápticos,
aumentando la liberación de NA endógena en la sinapsis, funcionando como un mecanismo
de “feed-back” positivo. Su antagonismo producirá efectos similares a la estimulación de los
α2 presinápticos. Los receptores β2 postsinápticos se consideran no inervados y responden
principalmente a la adrenalina circulante. Se encuentran en el músculo liso de los vasos
sanguíneos, piel, bronquios, útero, gastrointestinal, vejiga y páncreas. Son más sensibles a la
adrenalina que a la noradrenalina. La estimulación de estos receptores provoca relajación del
músculo liso con vasodilatación, broncodilatación, relajación uterina, etc. Se encuentran
también en el páncreas endocrino estimulando la secreción de insulina, y en el hígado donde
estimulan la glicogenolisis y la gluconeogénesis; en las glándulas salivares aumentan la
secreción de amilasa. A nivel renal están presentes los dos tipos de receptores, predominando
los β1. El efecto de la estimulación de estos receptores es el aumento de liberación de renina
(los beta-bloqueantes inhiben esta liberación). Los β2 parecen tener un papel en la regulación
del flujo sanguíneo renal y su estimulación ocasiona una respuesta vasodilatadora. Los
receptores β3 se han caracterizado fundamentalmente en la grasa parda donde jugarían un
papel importante en la termogénesis. El papel de estos receptores en el tejido adiposo normal
humano no está bien establecido. También se ha descrito su localización en el miocardio
donde antagonizarían los efectos de la estimulación β1 y β2.
Receptores dopaminérgicos (DA)
Los receptores dopaminérgicos se localizan en el SNC y en los vasos sanguíneos y neuronas
postganglionares del sistema nervioso simpático. Se dividen en dos tipos principales: DA1 y
DA2. Su importancia fisiológica es controvertida ya que a nivel periférico no hay neuronas
dopaminérgicas y por tanto se asume que toda la dopamina que se encuentra a nivel periférico
proviene del cerebro. Se ha sugerido que la dopamina podría ser un regulador intrínseco de
la función renal, ya que la zona glomerular del córtex renal tiene receptores DA2 que inhiben
la liberación de aldosterona. La dopamina no solo estimula los receptores dopaminérgicos,
estimulando también los receptores α y β de forma dosis-dependiente. Dosis altas de
dopamina pueden producir vasoconstricción actuando sobre los receptores α1 y α2
postsinápticos. Este efecto es relativamente débil ya que la acción de la dopamina sobre estos
receptores es 35 veces menos potente que la de la adrenalina y cincuenta menos 14 que la
NA. El estímulo de los receptores β incrementa el gasto cardíaco (aumenta el inotropismo y
el cronotropismo).
Receptores DA1
Son postsinápticos y se localizan sobretodo en el músculo liso de los vasos mesentéricos y
renales, aunque también se encuentran en otros sistemas arteriales como el coronario,
cerebral y cutáneo. La activación de estos receptores provoca vasodilatación y aumento del
flujo sanguíneo. El estímulo concomitante de los DA2 presinápticos (inhibidores de la
liberación de NA) también contribuyen a la vasodilatación. A nivel esofágico, gástrico y del
intestino delgado están implicados en el aumento de la secreción y disminución de la
motilidad (de aquí la utilización de la metoclopramida como antiemético y estimulador del
vaciado gástrico). En el SNC están relacionados con la liberación de prolactina a nivel
hipotalámico, con la coordinación de la actividad motora a nivel de los ganglios basales (la
degeneración de estos ganglios es la base de la enfermedad de Parkinson) y con el estímulo
de la zona “trigger” quimiorreceptora del bulbo provocando náuseas y vómitos (los
antagonistas dopaminérgicos como el haloperidol y el droperidol tienen una actividad
antiemética potente). En el riñón, los receptores dopaminérgicos se localizan en los túbulos
renales, inhibiendo la reabsorción de sodio y aumentando de este modo la natriuresis y la
diuresis. La natriuresis puede ser el resultado de la combinación de un aumento del gasto
cardíaco, de la acción tubular de los receptores y de la vasodilatación renal. Las células
yuxtaglomerulares tienen receptores DA1 que aumentan la liberación de renina. Al causar
vasodilatación renal y mesentérica disminuyen la poscarga cardíaca.
Receptores DA2
Se encuentran a nivel pre y postsinápticos. Los presinápticos tienen un efecto similar a los
α2, con inhibición de la liberación de noradrenalina y un efecto vasodilatador. Los
postsinápticos, aunque no se han identificado totalmente, posiblemente tengan un efecto
vasoconstrictor. Parece ser que tendrían un efecto contrario al de los DA1 postsinápticos
vasculares renales.
Trastornos del Sistema Nervioso Autónomo
Neuropatías vegetativas
Las neuropatías vegetativas son trastornos de los nervios periféricos, en concreto de los nervios
que de forma automática (sin esfuerzo consciente) regulan los procesos corporales (nervios
autónomos o vegetativos).
Se siente aturdimiento al ponerse en pie, se tienen problemas para orinar, estreñimiento, vómitos
y, en los varones, disfunción eréctil.
Los médicos realizan una exploración física y varias pruebas para detectar alteraciones en el
funcionamiento del sistema nervioso autónomo y sus posibles causas.
El sistema nervioso tiene una parte central y una periférica. El sistema nervioso central incluye
el encéfalo y la médula espinal. El sistema nervioso periférico incluye los nervios que conectan
los tejidos corporales con el encéfalo y la médula espinal.
Entre los nervios periféricos se incluyen los nervios autónomos, que regulan los procesos
corporales de forma automática (inconscientemente). También se incluyen los nervios somáticos,
que conectan con los músculos bajo control voluntario (consciente) o con receptores sensoriales
en la piel.
Las neuropatías vegetativas son un tipo de neuropatía periférica en la que están dañados los
nervios periféricos de todo el cuerpo, y los nervios autónomos están mucho más dañados que los
somáticos.
Síndrome de Horner
En el síndrome de Horner está afectado un lado de la cara y provoca la caída del párpado, la
contracción de la pupila y la disminución de la transpiración. La causa es la rotura de las fibras
nerviosas que conectan el ojo con el cerebro.
El síndrome de Horner puede producirse por sí solo o ser el resultado de un trastorno que
rompe las fibras nerviosas que conectan el ojo con el cerebro.
El párpado superior cae, la pupila permanece pequeña y el lado afectado de la cara suda
menos.
Los médicos examinan la pupila para comprobar si se dilata y realizan pruebas de
diagnóstico por la imagen para buscar la causa.
Si se identifica la causa, se procede a su tratamiento.
El síndrome de Horner puede darse en personas de cualquier edad.
Causas
Algunas de las fibras nerviosas que conectan los ojos y el cerebro realizan un recorrido
complejo. Desde el cerebro, bajan por la médula espinal, salen de esta a nivel del tórax y
luego vuelven a subir por el cuello junto a la arteria carótida, penetran en el cráneo y llegan
al interior del ojo. Si estas fibras nerviosas resultan afectadas en algún punto de su recorrido,
se produce el síndrome de Horner.
Este síndrome puede producirse por sí mismo o ser causado por otro trastorno. Por ejemplo,
puede ser causada por trastornos de la cabeza, del cerebro, del cuello o de la médula espinal,
como los siguientes:
Cáncer de pulmón
Otros tumores
Ganglios linfáticos inflamados en el cuello (adenopatía cervical)
Disección de la aorta o de la arteria carótida (un desgarro en el revestimiento de la pared
de la arteria)
Aneurisma de aorta torácica (una dilatación de la pared de la aorta)
Lesiones
Atrofia Multisistémica
Las partes del cerebro que controlan los movimientos y muchos de los procesos internos
del cuerpo se deterioran.
Algunos síntomas se parecen a los de la enfermedad de Parkinson, pero los procesos
internos del cuerpo también presentan disfunciones.
El médico basa el diagnóstico en los síntomas.
Algunas medidas simples y el tratamiento con fármacos ayuda a reducir los síntomas,
pero el trastorno es progresivo y finalmente mortal.
La atrofia multisistémica por lo general comienza a edades próximas a los 50 años. Afecta
aproximadamente al doble de hombres que de mujeres.
Aunque la atrofia sistémica múltiple comienza como uno de estos tres trastornos diferentes,
al final se desarrollan los síntomas de los otros trastornos. Después de aproximadamente 5
años, los síntomas tienden a ser similares independientemente del trastorno que se desarrolló
en primer lugar.
Causas
La atrofia multisistémica es el resultado del deterioro de varias partes del encéfalo y la
médula espinal:
La insuficiencia autonómica pura afecta más a las mujeres y tiende a comenzar en personas
que han alcanzado ya los 40 o 50 años de edad. No es mortal.
El sistema nervioso simpático (SNS) constituye una de las partes del sistema nervioso
autónomo y contiene un componente sensitivo y otro motor. Esto quiere decir que el SNS
se encarga de regular ciertas funciones como la actividad cardíaca, la respiración, la
digestión, los patrones de sudoración, etcétera.
El sistema nervioso simpático tiende a actuar como una unidad, movilizando con rapidez
al cuerpo entero. En contraste, la división parasimpática tiende a calmar al cuerpo de
manera más lenta, reflejando una herencia evolutiva en que la resistencia era un rasgo
humano importante.
E-GRAFIA
http://www.scartd.org/arxius/fisio_sna05.pdf
https://www.msdmanuals.com/es/hogar/enfermedades-cerebrales,-medulares-y-
nerviosas/trastornos-del-sistema-nervioso-aut%C3%B3nomo/neuropat%C3%ADas-
vegetativas
https://www.msdmanuals.com/es/hogar/enfermedades-cerebrales,-medulares-y-
nerviosas/trastornos-del-sistema-nervioso-autónomo/insuficiencia-autónoma-pura
https://www.msdmanuals.com/es/hogar/enfermedades-cerebrales,-medulares-y-
nerviosas/trastornos-del-sistema-nervioso-aut%C3%B3nomo/atrofia-
multisist%C3%A9mica
https://www.msdmanuals.com/es/hogar/enfermedades-cerebrales,-medulares-y-
nerviosas/trastornos-del-sistema-nervioso-aut%C3%B3nomo/s%C3%ADndrome-de-horner
https://neuroanatomia.info/ganglios-autnomos.html
http://www.centralx.es/p/imagen/sistema-nervioso/ganglios/ganglios-autonomos/ganglios-
parasimpaticos/
http://www.neurowikia.es/content/neurotransmisi%C3%B3n-del-sistema-nervioso-
aut%C3%B3nomo
http://www7.uc.cl/sw_educ/neurociencias/html/155.html
https://psicologiaymente.net/neurociencias/sistema-simpatico
www.cirugiadetorax.com/torax/post/sistema-nervioso-simpatico
https://www.psicoactiva.com/blog/sistema-nervioso-autonomo-simatico-parasimpatico/