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Reseña de Cuento escondido, de Laura Devetach e ilustraciones de O´kif

(…) Pero eso sí, primero hay que abrir la puerta para ir a jugar.

Gustavo Roldán, El lugar de los cuentos[1]

Laura Devetach
Ilustraciones de O´Kif
SM
2007
(El barco de vapor, Los piratas)
ISBN 978-987-573-120-2

Texto poético especialmente atravesado por la impronta de lo


fantástico y en el cual se manifiesta en toda su dimensión la
poética de Laura Devetach que revela su visión del mundo y
de la infancia.

Un paratexto nos dice a quién está dedicado este


libro: “Encontré este cuento debajo de las pestañas de
Marianita”. En la hoja siguiente se inicia el poema con la
fórmula tradicional de apertura de los cuentos: “Había una
vez”.

“Había una vez un cuento tan chiquito

que podía esconderse debajo de una pestaña.”

Transgresora por excelencia, a partir de un hecho común en la vida de los más chicos como es el
llanto, la autora abre todas las puertas de la imaginación invitando a los pequeños lectores a
jugar: el cuento escondido se hace poema y la vida se transforma en una explosión de sonidos e
imágenes. Interrelación entre el mundo real y el imaginario, intertextualidades con su propia obra,
la importancia de las historias pequeñas y la ruptura contra el orden hegemónico se despliegan en
este libro por el que navegan barcos que llevan marineros, bailarinas, mandarinas, tragafuegos y
todo un universo que deslumbra y se vuelve extraordinario.

La estructura del poema se fundamenta en la enumeración encadenada y acumulativa de


sustantivos y, también, algunos adjetivos que dan rienda suelta al sinsentido, al disparate, a la
ternura, a una multiplicidad de lecturas y de historias mínimas que navegan libremente por el mar
de la imaginación.

Según la editorial, el libro está recomendado para empezar a leer y por ello la tipografía se
presenta en imprenta mayúscula. Esta recomendación se amplía a niños más pequeños quienes
tienen una estrecha vinculación con los objetos en la exploración del mundo que se presenta ante
ellos inconmensurable. La autora plantea una combinación de palabras conocidas por los chicos y
otras no tanto que evocan un sinfín de imágenes y sonoridades poéticas que transgreden
cualquier orden de lo real, convocándolos a la experiencia estética del lenguaje, al descubrimiento
de la literatura, a la curiosidad y la ampliación de la capacidad de asombro. Por otra parte, genera
una ruptura total con el discurso monocorde y esperable que abunda en muchos libros destinados
a los pequeños lectores en los cuales, aún hoy en día, impera la bajada pedagógica y moralizante.
En Cuento escondido, la multiplicidad de sentidos que se dispara en su lectura da la bienvenida a
lo inesperado en un espacio lúdico-poético en total libertad.

Merece un comentario especial el trabajo realizado por O´Kif que está sinfónicamente integrado al
texto de Laura Devetach al igual que el diseño editorial: sonidos y colores se fusionan invitando a
los chicos a descubrir los caminos más diversos del imaginario. Las ilustraciones sugieren y amplían
los sentidos incluso en las páginas en las que no hay texto.

Quienes hayan leído otros libros de la autora observarán la feliz recurrencia a referirse a los
lugares muy pequeños en los que se guarda –o de los que aflora- un reservorio de tesoros
innumerables y misterios desconocidos. Vale mencionar, por ejemplo, “La plaza del piolín” en el
cual una niña lleva en su bolsillo un ovillo con las calles de su pueblo o “Todo cabe en un jarrito” en
el cual su protagonista dice “todo cabe en un jarrito si se sabe acomodar”.

Así como el texto se inicia con el tradicional Había una vez, su final también se plantea como una
fórmula de cierre:

“Porque este cuento está acabando de acabar,

con su mar,

con sus barcos,

con su sal”.

Todos los miedos y los dolores más grandes pueden habitar el alma y las lágrimas de un niño y
toda la desmesura y la diversidad del mundo pueden esconderse en un cuento chiquito, pueden
caber en un jarrito, en un bolsillo o en “una caja llena de”. El poema narrativo llegó a su fin pero
Laura nos ha cobijado con su ternura y su poesía, nos ha sostenido en la palabra y ha abierto las
puertas a la experiencia literaria en libertad, esa que felizmente no acaba nunca de acabar si de
chiquitos nos dan la oportunidad de leer a autoras como ella.

Alejandra Moglia

[i] Roldán, Gustavo. Para encontrar un tigre: la aventura de leer. Córdoba : Comunicarte, 2011, p.
29

Reseña disponible en: La memoria y el sol.

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