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Conferencia No. 2.

Retiro Matrimonial.
I. P. Getsemaní.

Texto: Efesios 5: 21-33.


Tema: Fortalece tu Matrimonio.

Introducción:
Nuestro respectivo matrimonio se fortalece y prospera cuando el hombre y la mujer están dispuestos
a cumplir con su responsabilidad en la Relación matrimonial, según Dios en su Palabra. Imagine qué
confusión ocurriría en un equipo de fútbol si nadie supiera su responsabilidad en el juego. Esta misma
confusión y frustración existe en muchos matrimonios porque no está bien definida la responsabilidad
del varón y la mujer en su relación de pareja.

I.- RESPONSABILIDAD Y DEBER DEL HOMBRE EN LA RELACIÓN DE PAREJA. Proverbios


18:22.
Dios le ha dado al hombre casado cuatro responsabilidades básicas para con su esposa, hijos y
hogar.
1. Ser cabeza de la Mujer. Efesios 5:23; 1 Corintios 11:3.
a) Ser cabeza no implica ser superior. En cualquier equipo tiene que haber un jefe o un
capitán para que haya orden. Un cuerpo con dos cabezas es un monstruo, y en un
hogar donde hay una lucha de voluntades para ver quién manda, habrá
consternaciones y pleitos. Dios ha delegado la autoridad al esposo. Por favor, amado
hermano, asuma su responsabilidad de ser cabeza de su mujer, de ser el líder en el
hogar.
b) Ser cabeza de la mujer implica tener un corazón de siervo. Su primera preocupación
no es su propia persona, sino suplir las necesidades de su familia. El verdadero amor
no busca lo suyo.
c) Ser cabeza de la mujer implica pasar tiempo con ella. El esposo debe gozarse en
compañía de su mujer. Agendar tiempo para ella, y respetar ese tiempo, genera
confianza y comunicación, de esa manera cultivará su relación de pareja. Por favor,
repasemos nuestro orden de prioridades como personas casadas. (Anótelas).
d) Un buen esposo ejerce la autoridad con amor, no pavor; con firmeza, no dureza; con
ternura, no terror.
2. Amar a su Esposa. Efesios 5:25, 28, 33. ¿Cómo puede un esposo mostrar amor a su
Esposa?
a) Con palabras. Ella nunca se cansará de escuchar “te amo”. ¿Cuándo fue la última vez
que se lo dijo?
b) Con expresiones físicas. Abrácela, bésela, acaríciela.
c) Dígale que la necesita.
d) Sea Detallista. ¿Cuándo fue la última vez que le llevó chocolates o flores, o que la llevó
a cenar fuera de casa?; ¿Cuándo fue la última vez que le regaló una tarjeta?; ¿Cuándo
fue la última vez que le compró unos aretes?, etc. Para la mujer estas cosas son muy
importantes.
e) Ayudándole a ella con su trabajo cuando sea necesario. Máxime cuando ella trabaja
fuera de casa y cuando hay niños pequeños que formar y cuidar.
f) Asegurándole que después de Dios, ella es la número uno en su vida. No los hijos, no
los padres, no el trabajo, ni tampoco la Iglesia.
g) Tratando de comprenderla. Pedro 3:7. En sus días de periodo menstrual, en los
tiempos de pre y post parto, cuando ocurre el deceso de un ser querido, cuando ella no
goce de salud completa, cuando llega la menopausia, etc.
3. Ser el proveedor. Génesis 2:15,22; Efesios 5:29; I Timoteo 5:8.
a) Debe de ser para él no sólo una responsabilidad, sino también un privilegio y gozo,
proveer para su familia física, emocional, económica y espiritualmente. El libro de
Proverbios habla claramente sobre la flojera y enseña que Dios bendice a los
diligentes. “El alma del perezoso desea, y nada alcanza ; mas el alma de los
diligentes será prosperada”. Proverbios 13:4.
b) El varón es responsable de proveer a su familia las necesidades espirituales. Mateo
4:4.
4. Ser el Protector. I Pedro 3:7.
a) Protección Emocional. El marido necesita proteger a su esposa e hijos de tensiones y
cargas no necesarias. La mujer es más susceptible en el área de sus emociones, y
por lo tanto, es más propensa a la depresión.
b) El área de las relaciones interpersonales.
c) El área de la disciplina de los hijos.
d) En el área espiritual. Protegerla de las modas religiosas y de la amenaza continua de
las sectas.
Bienaventurado es el hombre que modela para su esposa e hijos lo que es una vida
cristiana auténtica y comprometida. Que no niega con sus hechos sus dichos. Sino que
existe una perfecta armonía entre su ser y hacer. Que el temor a Dios lo cultiva en todo
lugar y en todo momento. Para mí esto es ser hombre.

Conclusión: Si usted es casado, usted tiene cuatro responsabilidades con su esposa e hijos. Debe
ser cabeza de la mujer, debe amar a su esposa, debe proveer de una manera integral las
necesidades de su esposa y cuidar de ella. El hombre está “obligado” a cumplir su parte aunque la
esposa se niegue a cumplir la suya. Sólo Dios, en la persona del Espíritu Santo, nos puede capacitar
para cumplir semejante reto.

II.- RESPONSABILIDAD Y DEBER DE LA MUJER EN LA RELACIÓN DE PAREJA.


Hoy en día hay miles, aun millones, de mujeres frustradas, buscando realización. En muchos de los
casos, la frustración viene porque la mujer no está sirviendo según los principios y mandamientos de
Dios en cuanto al matrimonio, no está cumpliendo el plan de Dios para el cual fue creada.

La Palabra de Dios índica que el papel de la esposa es:


1. Ser Ayuda Idónea. Génesis 2:18. ¿Qué es una ayuda idónea? Es una persona que no se
pone enfrente, para no ser tropiezo; ni de tras, para no ser sombra; sino al lado del esposo
para ayudarle a lograr sus metas. Sea una verdadera ayuda, no una carga, no un lastre para
su esposo.
Áreas en las que una mujer puede ayudar a su marido:
a) Siendo fiel y digna de confianza. Evite, por favor, los celos, destruyen el amor. si yo me
siento digno del amor y el cariño de alguien, ¿porqué vivir en ascuas, siempre
temeroso, siempre dudando, aprehensivo, inquieto? Cierta dosis de celos espontáneos
y con medida, que es más celo y cuidado que ninguna otra cosa, es hasta perdonable
y natural. Proverbios 31:11-12.
b) Siendo cumplida con las responsabilidades de la casa. Proverbios 31:15,21.
c) Siendo diligente, creativa y buena administradora con el dinero, sea mucho o sea
poco. Proverbios 31:16, 18, 24.
d) Cuidando su belleza, especialmente la interior. Proverbios 31:10,22.
e) Hablando con amor cuando hay conflictos y desacuerdos. No manipule a su esposo
usando lo que se conoce como “la ley del hielo”. El silencio empobrece, y algunas
veces, sepulta la relación matrimonial. Proverbios 31:26; 15:1; 21:9,19.
2. La Mujer Casada Respete a su Marido. Efesios 5:33. El respetarle incluye honrarle,
animarle, levantarle, estimarle, alabarle. El varón, por fuerte que sea en lo físico, está hecho
de tal manera que necesita de la aprobación y respeto de su esposa. Dios le dio un ego muy
frágil (no es egoísmo) y la mujer no sensible lo puede destruir; el resultado será un hombre
frustrado y no motivado.
Áreas en las cuales él necesita respeto de su esposa:
a) Su Cuerpo: Nunca haga mofa de él, si es gordo o flaco, calvo o chaparro, ni lo
compare con otro.
b) Su Intelecto, Habilidades y Talentos: El hombre necesita de la admiración de su esposa
en cualquier habilidad deportiva, manual, intelectual, musical, entre otras, que él
tenga. Si la esposa le admira por el lado intelectual y profesional, esto le impulsará a
lograr aún más.
c) Su Trabajo: Él necesita estar seguro de que su esposa le respeta, valora y que
agradece su trabajo.
d) Sus Decisiones: El esposo necesita el respeto en sus decisiones aún cuando existen
opciones que puedan ser mejores. En caso de error, no ayudará el famoso “Te lo
dije...”
e) Su Descanso.
f) Su Vida Espiritual: Dios le estableció como cabeza de su hogar; con su respeto, la
esposa le ayuda a ocupar este lugar con eficiencia.

3. La Mujer Casada Debe Vivir en Sujeción a su Marido. Efesios 5:22-23, Colosenses 3:18. El
mundo actual está diciendo a la mujer, “no te dejes”, “no permitas a ningún hombre mandarte”,
“reclama tus derechos”, “La sujeción es una enseñanza antigua y para mujeres tontas e
ignorantes”
Lo que la Sumisión NO es:
 La sumisión no es una enseñanza Bíblica sólo para mujeres casadas, sino para todo
creyente. Efesios 5:21; I Pedro 5:5; Lucas 2:51-52.
 La sumisión bíblica no es servilismo. Servilismo es esclavitud; sumisión bíblica es libertad.
 La sumisión de la mujer no significa que no abra su boca, o que no pueda dar consejos u
opiniones. Proverbios 31:26.
 La sumisión no significa que la mujer es inferior al hombre. El hombre y la mujer son
iguales delante de Dios, sólo tenemos funciones diferentes. Gálatas 3:28.
Lo que la Sumisión SÍ es:
 La sumisión es un acto voluntario. En ningún lugar se enseña al hombre a sujetarla por la
fuerza.
 La sumisión de la mujer es un asunto espiritual, (Efesios 5:22). La mujer necesita
considerarlo como un Acto de obediencia a Dios.
 La sumisión de la mujer traerá orden y paz al hogar.
 La sumisión debe ser extensa y continua, pero no necesariamente sin limite.

4. La Mujer Casada Debe Amar a su Esposo. Tito 2:14; Romanos 5:5.


¿Cómo puede una esposa mostrarle amor a su esposo?
a) Los varones necesitan escuchar que son amados.
b) Dele el lugar que Dios le ha dado en la relación de pareja, de ser cabeza de la mujer.
Bienaventurada es la mujer que respeta y sigue el orden de Dios para la familia.
c) De vez en cuando, tome la iniciativa en la relación íntima.
Amada hermana usted no debe esperar que su esposo cumpla su deber en la relación matrimonial
para empezar usted. Usted debe cumplir los deberes que Dios le ha confiado en su relación de
pareja, aunque el esposo se niegue.

Les ama en Cristo: Pastor. Martín Pereda Prigadaá.

Sábado 15 de Octubre de 2005.

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