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Raúl Garcés no. 68: 4-11, octubre-diciembre de 2011.

Elogio de la razón
y de la locura:
los caminos encontrados
de la opinión pública

Raúl Garcés

Periodista y profesor. Universidad de La Habana.

¿ Qué es la opinión pública? A través del tiempo,


dicha pregunta ha sido el centro de debates entre
De cualquier manera, lo cierto es que el siglo xx
—sobre todo desde su segunda década— vio crecer
sociólogos, politólogos, comunicólogos y, en general, exponencialmente los estudios en este campo, en la
representantes de diversas ramas de las ciencias sociales, misma medida que el concepto ganó legitimidad dentro
sin que hasta ahora haya emergido un consenso o de las democracias contemporáneas.
definiciones conclusivas. Hoy es común que, desde la política, encuestas y
Hacia 1965, Harwood Childs había documentado sondeos supuestamente representativos de tendencias
por lo menos cincuenta maneras distintas de entender de opinión pública sirvan para respaldar o combatir
el concepto. Tres años después, W. Philips Davison determinadas decisiones de gobierno. Escuelas de
admitía en la International Enciclopedia of the Social Sciences Comunicación y Sociología de Europa, los Estados
que «la opinión pública no es el nombre de algo, sino Unidos y América Latina han incluido el tema de forma
la clasificación de un número de algos».1 creciente en sus planes curriculares. Advierte Elizabeth
Incertidumbres similares han prevalecido desde Noelle-Neumann:
que comenzaron a sistematizarse los estudios sobre el Un concepto que existe desde la antigüedad y que ha sido
tema hasta épocas más recientes. En 1937, un artículo usado a través de los siglos no puede ser descartado hasta
de Floyd H. Allport inauguraba la revista Public Opinion tanto no aparezca otro término igualmente comprensivo,
Quarterly reconociendo que la definición de opinión que sea más capaz de trasmitir el significado de ese
pública estaba plagada de «ficciones» y «callejones concepto.4
ciegos».2 A la vuelta de casi cuarenta años, Elizabeth Pero, ¿qué ha hecho tan difícil definir la opinión
Noelle Neumann aseguraba que el término de marras pública? ¿Acaso, entre las evidencias empíricas, no han
«corresponde a una realidad, pero las explicaciones no podido abrirse paso suficientes elaboraciones teóricas?
han acertado todavía a determinar dicha realidad».3 ¿Son las encuestas, realmente, expresión de opinión

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Elogio de la razón y de la locura: los caminos encontrados de la opinión pública
pública? ¿Puede acotarse el concepto dentro de límites deviene más significativa cuando involucra a determinados
funcionales a la investigación o habrá que admitir con públicos y opiniones. La importancia del público depende
Pierre Bourdieu que «la opinión pública no existe»? así de variables como el grado de organización de sus
Por lo pronto, parece prudente acercarse a este integrantes, el lugar que ocupan en la jerarquía social,
tema partiendo de admitir algunos desafíos que lo su disposición para transformar las opiniones en acción
complejizan: política, etcétera.
a) La opinión pública es un fenómeno abordado Con la categoría de opinión sucede algo similar.
tradicionalmente desde perspectivas multidisciplinarias, Childs subraya su naturaleza potencialmente diversa,
lo que, si bien ha permitido acumular novedosos en dependencia del punto de mira del observador. Para
enfoques, también ha condicionado su entendimiento a un psicólogo o sociólogo, por ejemplo, probablemente
partir de visiones demasiado fragmentadas, provenientes resultaría interesante la manera en que las opiniones se
lo mismo de las ciencias políticas que de la psicología, forman a niveles micro y macrosocial. A los efectos de
la sociología o, más recientemente, la teoría de la un político, en cambio, tal vez importaría más el estatus
comunicación. y capacidad de influencia de los opinantes. En todos los
Mientras el enfoque politológico visualizó casos, las opiniones podrían variar en calidad, intensidad
históricamente a la opinión pública como una y estabilidad, y transformarse de manera diferente
metáfora del diálogo entre gobernantes y gobernados —si es que la transformación ocurriera— en acciones
en las democracias liberales, la sociología centró buena colectivas con implicaciones de distinta magnitud para
parte de sus esfuerzos en estudiar las condiciones que el proceso político.6
favorecieron el desarrollo del espíritu público desde c) La investigación sobre opinión pública sigue
el siglo xviii hasta nuestros días. La psicología, por evidenciando un divorcio entre la llamada tradición
su parte, ha solido examinar el papel de los grupos, clásica y la más reciente tradición empírica. En fecha
los líderes y la familia en la generación de opiniones tan temprana como 1952, Bernard Berelson alertaba
potencialmente públicas y, en específico, la psicología sobre la tendencia de los empíricos a pasar por alto
de las multitudes ayudó a consolidar los enfoques el contenido político del concepto y la «elegante
teóricos sobre el comportamiento de las masas que tradición intelectual» que lo enmarcaba dentro de una
dominaron la transición del siglo xix al xx. Por último, teoría política de la democracia.7 Por aquellos años, un
la teoría de la comunicación, a pesar de su juventud artículo esencial de Paul Lazarsfeld subrayaba también
respecto al resto de los campos mencionados, muestra la pertinencia de alcanzar una síntesis clásica-empírica.
ya una experiencia fecunda en las investigaciones de «No debemos refrenarnos por el estilo de razonamiento,
efectos de los medios masivos sobre sus audiencias, algunas veces anticuado, de los clasicistas. La esencia del
particularmente provechosas en el contexto de cambio progreso consiste en dejar las cenizas y tomar el fuego
de paradigma, ocurrido en los años 70, hacia los efectos de los altares de los antepasados».8
cognitivos o a largo plazo. Pero todavía varias décadas después, en el contexto de
Tales progresos, sin embargo, en ocasiones se la XXV Conferencia Anual de la Asociación Americana
relacionan poco entre sí o terminan haciéndolo bajo la sobre Opinión Pública, numerosos estudiosos se
lógica de un diálogo de sordos. quejaban del distanciamiento entre las dos tendencias,
b) Los estudios en torno a la opinión pública han ilustrado en la incapacidad de la investigación para
debido enfrentar la contradicción entre el carácter explicar las relaciones entre los niveles micro y macro
esencialmente colectivo del público y el individual de la social9 o, dicho con las palabras de Noelle-Neumann,
opinión —dependiente en última instancia de quien entender cómo la suma de opiniones individuales
la emite, aun cuando resulte de la interacción entre las —estimada en los resultados de las encuestas— podría
personas y su entorno social. traducirse en procesos orgánicos de opinión pública de
Varios intentos de deconstruir el concepto han consecuencias sociales y políticas.10 En muchos sentidos,
elegido analizar por separado ambos términos la carencia anterior sigue constituyendo un desafío para la
(público y opinión), sin que los resultados hayan sido investigación actual.
necesariamente más productivos.
Según Harwood Childs, los estudiosos de la
opinión pública padecen un problema similar a los La eterna polémica entre clasicistas y empiristas
de la meteorología. Aunque un diccionario cualquiera
defina la palabra «clima» como «estado de la atmósfera», La llamada tradición clásica es hija de un tiempo
es obvio que a los meteorólogos les interesan sobre histórico que, como regla, no tomó a la opinión
todo determinados estados de la atmósfera, emergentes en pública como objeto de análisis, pero tropezó con ella
condiciones específicas.5 Igualmente, la opinión pública frecuentemente dentro de la praxis social y política,

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Raúl Garcés
mientras avanzaban las transformaciones democráticas con excesivo triunfalismo, el preludio de una fastuosa
de las revoluciones del siglo xviii, y se imponía como «ciencia social empírica».
torbellino el pensamiento libertario de la Ilustración. George Gallup, quien no por gusto trascendió en
La voluntad general de Juan Jacobo Rousseau, la ley de la Historia como uno de los padres de los sondeos,
la opinión de John Locke, o el tribunal de la opinión pública aseguraba en la revista Public Opinion Quarterly, a las
de Jeremy Betham —por solo mencionar algunas de alturas de 1957:
las categorías que más afloraron en relación con el Estoy firmemente convencido de que si en los últimos
concepto— expresan la visibilidad y cohesión social veinte años la opinión pública se hubiera manifestado solo
que los gobernados adquirieron progresivamente frente a través de cartas a congresistas, el lobby de los grupos de
a los ojos de los gobernantes. presión y los reportes de los servidores públicos —como
Sin dudas, las luces del siglo xviii no solo alumbraron se hacía antes del advenimiento de las encuestas— el
país casi seguramente habría marchado en una dirección
a grandes enciclopedistas, científicos y filósofos, que incorrecta.11
revolucionaron el conocimiento con sus aportes, sino
que también irradiaron para amplios sectores de una El surgimiento en 1937 de la revista Public Opinion
clase media en ascenso, cuyo espíritu deliberativo Quarterly —cuyas páginas celebraron más de una vez
inundó los espacios de socialización europeos y el auge de las encuestas—, la fundación del Instituto
norteamericanos. «Lo público», durante todo el período Norteamericano de Opinión Pública —desde el
de la Ilustración, creció en proporción directa a «los cual George Gallup presagiaría, en 1936, la victoria
públicos», o a una esfera pública que exhibió en muchos de Franklin Delano Roosevelt— y la vertiginosa
sentidos un carácter incluyente. Nunca se había debatido propagación de los estudios de mercado, contribuyeron
tanto sobre el devenir de los asuntos políticos, dentro a hacer de los sondeos un hábito cultivado por
de un contexto que veía a los individuos como agentes grandes empresarios, partidos políticos y medios de
potenciales de transformación de las relaciones sociales comunicación.
existentes, y a la burguesía como la clase protagonista Pero el método, más allá de servir con eficacia al
de ese cambio histórico. propósito instrumental de medir «climas», «corrientes»
La tradición empírica, en cambio, nace de la y «atmósferas colectivas», enquistó las investigaciones
transición paulatina de la «sociedad de públicos» del sobre opinión pública en muchos sentidos lo que, a
siglo xviii a la «sociedad de masas» de la segunda mitad riesgo de reduccionismos, podría sistematizarse como
del xix. El modelo discursivo de opinión pública, que sigue:
antaño ponderara la comunicación, la deliberación a) Desconoció que no todos los ciudadanos tienen necesariamente
y el diálogo entre los opinadores, como elementos una opinión en torno a lo que preguntan las encuestas.
estructurantes, sucumbía ahora frente a la tentación de
construir representaciones simbólicas funcionales a la En su ensayo «La opinión pública no existe», Pierre
reproducción del poder y el control social. Bourdieu subordina la posibilidad de opinar sobre
Por un lado, la psicología de multitudes había asuntos políticos a varias condiciones, entre ellas el
contribuido a encuadrar a las masas dentro de los interés evidenciado por los opinantes acerca del tema
límites de un comportamiento sumiso, irresponsable en cuestión, su «competencia política» (vinculada
y quebrantador del orden. Por otro, las propias al conocimiento y «delicadeza» demostrados en la
contradicciones de un capitalismo en tránsito hacia su percepción de determinados ámbitos de la vida
fase monopolista, junto al empuje de un proletariado pública) y su «ethos de clase» («sistema de valores
cada vez más radical en su conciencia de clase, activaron implícitos, interiorizado desde la infancia, a partir
los resquemores de los gurúes del pensamiento liberal. del cual se engendran respuestas para problemas
La misma burguesía, que había encontrado en el público diferentes»). 12 Es obvio que la profundidad o
de la Ilustración una fuente de legitimidad para acabar superficialidad de los criterios recogidos por las
con el absolutismo y promover transformaciones encuestas dependerían en buena medida de la
democráticas, vislumbraba ahora en el auge de las masas firmeza de las convicciones sostenidas por los sujetos
un enemigo para el sostenimiento de su hegemonía. entrevistados. Para Hodder Williams tal vez los
Controlarlas, despojarlas de la condición dialógica encuestadores debieran indagar antes que todo, si los
que había caracterizado a los públicos del siglo xviii, encuestados han pensado en torno al tema contenido
concebirlas como una fuerza retrógrada y un potencial en sus preguntas, y si han llegado a desarrollar una
peligro para el sostenimiento del orden burgués, fueron opinión sobre él.13
las obsesiones que estigmatizaron los estudios sobre b) Obvió cualquier información acerca de la prominencia de
opinión pública en los albores del siglo xx, a la vez los entrevistados en el proceso de formación de la opinión
que marcaron el contexto para ver en las encuestas, pública.

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Elogio de la razón y de la locura: los caminos encontrados de la opinión pública

El carácter cada vez más intervencionista del Estado burgués,


el decrecimiento de los salones y cafés (junto al debilitamiento
de sus funciones tradicionales como promotores del espíritu
público) y la creciente comercialización de los mass media
condicionaron el declive de la esfera pública y su transformación
en un escenario de manipulaciones «refeudalizado».

A diferencia de los contextos electorales, donde formularse a sí misma e incluso delimitan el rango
todos los ciudadanos pueden ejercer potencialmente de las «respuestas razonables».
su derecho al voto en igualdad de condiciones, Claro está, ni las preguntas van encaminadas a
la «situación de opinión pública» emerge de una fomentar un pensamiento crítico, ni las respuestas
sociedad estructurada sobre la base de disparidades, implican una participación del público que trascienda la
en la que diferentes tipos de grupos ejercen diferentes opción de aprobar o rechazar problemáticas impuestas
niveles de influencia y ocupan posiciones estratégicas como dominantes. Dicho con las palabras de la
distintas. Investigadores como el norteamericano investigadora norteamericana Lisbeth Lipari,
Herbert Blumer alertaron tempranamente en torno
a la incapacidad de las encuestas para estimar la el público de los sondeos nunca toca a las puertas del
Palacio, nunca se manifiesta en las calles, no danza en las
consistencia de las opiniones o sus posibilidades celebraciones ni se reúne en las ceremonias funerales [...]
reales de impacto sobre la actuación de las élites El público de los sondeos solo vive en la imaginación de
políticas: sus participantes.16
¿Están las personas que opinan sobre determinados De cualquier manera, los sondeos terminaron
temas suficientemente preocupadas por ellos? ¿Van imponiéndose no como una forma, sino como la forma
a involucrarse o a hacer algo al respecto? ¿Están en por excelencia de medir los estados de opinión durante
condiciones de influir a grupos poderosos o al resto de
los individuos?14 buena parte de las últimas décadas. Si la sociedad de
masas demandaba construcciones simbólicas para
c) Pasó por alto el hecho esencial de que la opinión pública no representar los criterios prevalecientes en el público,
resulta de la mera agregación de individuos aislados, sino de las encuestas vinieron a satisfacer ese requerimiento de
la interacción entre grupos actuantes a niveles micro y macro modo inmejorable: por un lado, resolvieron la histórica
social. necesidad de convertir la opinión pública en una categoría
Las encuestas, por naturaleza, propenden a articular fácilmente operacionalizable. Por otro, premiaron con
artificialmente los públicos, en lugar de investigarlos un halo de legitimidad al presunto consenso social
durante el proceso mismo de su formación y invocado por la clase gobernante, despojado ahora de
consolidación. Como advirtió Herbert Blumer en su carácter crítico-racional y reducido a un puñado de
1948, los sondeos no solo distorsionan la manera en cifras en apariencia incuestionables.
que las opiniones interactúan dentro de una sociedad
en operación, sino que reducen la opinión pública a
una muestra pasiva de lo que la gente supuestamente
La esfera pública y la espiral del silencio
piensa.15
En algún sentido, la controversia racionalidad vs.
d) Promovió una participación más ficticia que real en los asuntos irracionalidad de los públicos trascendió a la segunda
públicos, al suprimir el diálogo, la interacción y el consenso mitad del siglo xx , representada en dos autores
crítico como formas de comunicación normativas para un esenciales: Jürgen Habermas y Elizabeth Noelle-
ejercicio verdadero de la opinión. Neumann. El primero publicó en 1962 su Historia y
crítica de la opinión pública,17 que se convertiría en fuente
Homologar la opinión pública a los criterios de encendidas polémicas más de veinte años después,
recogidos por los sondeos esconde un propósito cuando apareciera su versión en inglés bajo el título The
de dominación. Las compañías encuestadoras —en Structural Transformation of the Public Sphere. An Inquiry into
alianza con los medios de comunicación y con a Category of Bourgeois Society (1989). La segunda daba a
las élites políticas a ellas vinculadas— dictan las la luz su obra La espiral del silencio a fines de los años 70,
preguntas que la sociedad debiera supuestamente pero la discusión en torno al alcance y limitaciones de

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Raúl Garcés
su propuesta se ha mantenido con la misma vehemencia manera la transformación del público en masa durante
desde entonces hasta nuestros días. buena parte del siglo xx.
La propuesta de Habermas podría dividirse en dos Así, el texto de Habermas se ocupa de marcar
momentos fundamentales: el primero —que suele los contrastes entre la publicidad crítica y la publicidad
identificarse como el más consistente— aborda las manipulada, entre la opinión pública deliberativa y la
condiciones que hicieron posible, durante los siglos rebajada a la categoría de clima o ficción, presuntamente
xvii y xviii, el nacimiento y consolidación, dentro de resultante de la acción narcotizadora de los medios.
Europa, de una esfera pública burguesa, que ganaría Tal oposición, sin embargo, está planteada en términos
autonomía respecto a la autoridad pública sobre la tan arquetípicos, que cuesta reconocerla, del modo
base de discusiones cada vez más abiertas en torno a habermasiano, dentro de la práctica social.
los asuntos políticos. Dicho en pocas palabras: ni la esfera pública burguesa
fue tan ideal en materia de igualdad y oportunidades de
La esfera pública burguesa puede ser concebida sobre
todo como la esfera de las personas privadas que se unen participación como la describe Habermas, ni su declive
como un público [...] para comprometerse en un debate sustrajo para siempre el debate racional de los procesos
sobre las reglas generales de las relaciones de gobierno en de formación de la opinión pública —como también
la básicamente privatizada, pero públicamente relevante, parece sugerirlo.
esfera de los intercambios de mercancías y el trabajo En Historia y crítica… el filósofo alemán no solo les
social. El medio de esta confrontación era peculiar y sin pasa por encima a las mediaciones de clase, de raza
precedente histórico: el uso público de la razón.18
y de género, entre otras, para analizar el proceso de
El tránsito de los regímenes monárquicos a las constitución de la esfera pública burguesa, sino que, por
democracias parlamentarias fue el contexto donde momentos, intenta naturalizar como universales los
acontecieron los cambios económicos y políticos que componentes de esa esfera pública, en realidad ajustados
sentaron los cimientos de la esfera pública burguesa al contexto europeo y a las circunstancias propias del
y la llevaron, a las alturas del siglo xviii, a su máximo desarrollo del liberalismo.20
esplendor. Sin embargo, una centuria después, muchas Noelle-Neumann, por su parte, explica en su libro
de esas transformaciones habían dejado de representar La espiral del silencio el proceso mediante el cual las
una fuente de progreso para convertirse en instrumentos opiniones que se autoperciben en minoría tienden a la
de dominación al servicio de la burguesía en el poder. marginación, mientras que aquellas más visibilizadas
El carácter cada vez más intervencionista del propio públicamente atraen la mayor cantidad de adeptos y se
Estado burgués, el decrecimiento de los salones y cafés consolidan como dominantes. La hipótesis de la autora
(junto al debilitamiento de sus funciones tradicionales alemana se erige sobre la base de cinco presupuestos
como promotores del espíritu público) y la creciente fundamentales:
comercialización de los mass media (convertidos ahora 1) La sociedad amenaza con el aislamiento a los
en vendedores de noticias más que en auténticos foros individuos desviados.
políticos) condicionaron el declive de la esfera pública 2) Los individuos experimentan un continuo miedo a
y su transformación en un escenario de manipulaciones aislarse.
«refeudalizado».19 3) Ese miedo hace que las personas intenten evaluar
A este tema dedica Habermas la segunda parte de constantemente el clima de opinión predominante.
su libro. Según el autor alemán, la disolución gradual 4) Los resultados de esa evaluación influyen en
de la esfera pública implicó la generación de un nuevo el comportamiento en público, sobre todo en
tipo de consenso, erigido no sobre la base del debate la expresión pública o el ocultamiento de las
crítico-racional, sino como resultado de un proceso de opiniones.
ingeniería (engineering of consent). Un sofisticado aparato 5) Los mass media muestran un retrato de las tendencias
de relacionistas públicos, asesores gubernamentales y que conforman el clima de opinión y, en ese
grupos de interés organizados, se aliaron a los mass media sentido, constituyen una fuente imprescindible
para hacer de la política un espectáculo consumible por para la evaluación «cuasi-estadística» que hacen los
públicos masivos. El impacto de la televisión aconsejó individuos sobre las opiniones prevalecientes.21
a los líderes políticos cultivar su imagen como nunca A diferencia de la propuesta de Habermas —en la
antes, y rodearla, a través de sofisticadas técnicas que el debate crítico-racional se erige como condición
comunicativas, de una aureola mítica similar a la que indispensable para la formación de una voluntad
envolvía a los reyes de las cortes medievales. La esfera general—, en el modelo psicosociológico de Noelle-
pública «refeudalizada» prefirió ver en sus miembros Neumann la obtención del consenso depende más de
espectadores y no a protagonistas de la vida social, lo las percepciones y de la disposición de los individuos
que se ajusta a un contexto que asimiló de la misma a subordinarse al clima de opinión predominante. Si

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Elogio de la razón y de la locura: los caminos encontrados de la opinión pública
bien la autora no reduce el público a un papel de actor enteros de su obra Historia y crítica de la opinión pública a
pasivo —al menos no en el sentido de la investigación analizar el entorno sociopolítico y teórico del concepto,
comunicológica norteamericana de los años 20 y los nunca arriesgue definiciones del tipo «la opinión pública
30 del siglo pasado—, se muestra escéptica respecto es...».
a la capacidad de sus miembros para intervenir de No obstante, el filósofo alemán aporta más de una
manera decisiva en la transformación del entorno clave para interpretar la singularidad del campo:
político: «Realistamente, aunque todos los ciudadanos Un concepto de opinión pública con sentido histórico,
pueden participar potencialmente en las discusiones, normativamente suficiente para las pretensiones del
hay en verdad solo un pequeño grupo de informados Estado social, teoréticamente claro y empíricamente
e interesados que participan».22 ponderable, solo puede conseguirse partiendo del cambio
A través del tiempo, el esfuerzo de Noelle- estructural de la publicidad misma y de la dimensión de su
desarrollo. La pugnaz oposición en que se hallan ambas
Neumann por hacer verificable, desde lo empírico, formas de notoriedad pública, oposición que macula a la
sus aseveraciones ha sido celebrado por algunos y publicidad política de nuestros días, tiene que ser tomada
detractado por otros. Su incapacidad para analizar la seriamente como el indicador del estado en que se halla
opinión pública con las claves aplicables a una categoría el proceso de democratización de la sociedad industrial
política, el apresuramiento con que ve en el miedo al constituida por el Estado social. Las opiniones no públicas
actúan en nutrido plural, mientras que «la» opinión pública
aislamiento la principal motivación para la expresión o el es en realidad una ficción; sin embargo, hay que atenerse al
silencio de los públicos (como si las personas estuvieran concepto de opinión pública en un sentido comparativo,
desprovistas de convicciones), la sobrestimación de la porque hay que entender la realidad constitucional del
prensa como supuesto termómetro de los estados de Estado social como el proceso en cuyo decurso se realiza una
opinión dominantes, llevaron a la propia investigadora publicidad políticamente activa, esto es, en cuyo decurso el
ejercicio del poder social y de la dominación política se
alemana a matizar algunas de sus posiciones más someten efectivamente al mandato democrático de la
radicales y a atenuar la presunta universalidad de su publicidad.25
propuesta.
En todo caso, aunque la investigación sobre opinión En otras palabras, la opinión pública no puede
pública ha presentado tradicionalmente las visiones de entenderse como un ente estático y cerrado, sino como
Habermas y Noelle-Neumann como excluyentes, sería una categoría en constante cambio, que depende de
más promisorio aceptarlas como complementarias. A las circunstancias prevalecientes dentro de las formas
fin de cuentas, la opinión pública es realidad y ficción de organización política en las cuales ella está inserta.
al mismo tiempo. Se forma como consecuencia del Habermas asocia el surgimiento y la evolución del
debate entre los grupos y también del clima de opinión concepto a un cambio estructural de la publicidad que, lejos
que suele generarse con la ayuda de los medios de de representar un proceso acabado, se reconstituye
comunicación. No hay dudas de que existen distinciones permanentemente en correspondencia con el desarrollo
entre ambos enfoques, pero una ruta provechosa para alcanzado por la publicidad misma, los medios de
la investigación sería encontrar y hacer verificables de comunicación y otras instituciones afines, y con el grado
manera empírica sus puntos de encuentro. de funcionalidad que esa publicidad adquiere como
fuente de reproducción ideológica y de legitimidad del
Estado social moderno.
Y después de todo, ¿qué entenderemos Si ensayáramos, por ejemplo, una definición
por opinión pública? de opinión pública como la siguiente: «opiniones
socialmente compartidas en torno a un tema dado,
Lo dicho hasta aquí permite inferir en buena erigidas sobre la base del consenso crítico y/o la
medida por qué los progresos en el campo de la manipulación simbólica, con repercusiones sobre el
opinión pública han sido tan lentos y difusos y, a la ejercicio del poder a través de potenciales acciones
vez, por qué el propósito de arribar a un concepto de transformación política», enseguida podríamos
definitivo con frecuencia ha lidiado con una fuerte preguntarnos: ¿será válida esa noción para cualquier
dosis de escepticismo. No le faltaba razón a Robert contexto? ¿Habría que descalificarla allí donde se
Park cuando valoraba, en 1941, esta categoría como verifique menos la incidencia de la opinión pública sobre
«algo más complejo de lo que han supuesto los analistas la adopción de políticas? ¿Qué pesa más en la opinión
que han intentado disecarla y medirla».23 Jean Stoetzel pública, las «visiones socialmente compartidas» de las
y Alain Girard estimaban, en 1973, que intentar definir encuestas o las opiniones influyentes de determinadas
la opinión pública era una tarea vana: «Ella no es un élites sobre los temas más agudos? ¿Cuánto hay de
objeto, sino un capítulo para la investigación».24 Llama consenso crítico y cuánto de manipulación simbólica
la atención que Habermas, luego de dedicar capítulos en la construcción de la opinión?

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Raúl Garcés
La existencia de múltiples respuestas a esas y otras c) La opinión pública es una categoría de naturaleza
preguntas ha condicionado que, en lugar de proponer simbólica, que no puede existir a gran escala sino en
un concepto definitivo, este investigador prefiera operar representaciones, en la misma medida en que, dentro
con tres dimensiones de naturaleza tan abierta como la del contexto de una sociedad de masas, los públicos
definición misma, cuya caracterización podría arrojar dependen para su existencia de símbolos y ya no de la
luces sobre el estado de cosas del campo, en cada co-presencia de personas dentro de un mismo espacio
contexto específico: físico. Dicho con las palabras de John Duham Peters,
a) La opinión pública es una categoría de naturaleza «la opinión pública es la hija de una forma de vida social
política, fraguada entre ciudadanos que, al debatir sobre en la cual el concurso cara a cara de los ciudadanos no
asuntos de interés político y social, van constituyéndose cuenta más como la única base del orden político».27
progresivamente como públicos organizados cuyas Claro que la naturaleza comunicativa de la opinión
discusiones y acciones podrían repercutir —de maneras pública sugiere, en sí misma, su condición simbólica,
disímiles y en magnitudes diferentes— sobre el pero de todos modos la autonomía de lo simbólico
poder.26 pretende enfatizar aquí un entorno donde la relación
Como se sugirió antes, la evolución descrita por entre los acontecimientos y los ciudadanos está cada
Habermas de «el público» y «lo público» se asocia a un vez más mediada por la comunicación de masas. Eso
contexto donde el poder político sustituyó el secretismo explica por qué examinar la construcción de corrientes
típico de los regímenes feudales por formas mucho más de opinión demanda cada vez más estudiar el discurso
expuestas al escrutinio y el cuestionamiento social. La de los medios, u obtener inferencias de las mediaciones
invocación cada vez más frecuente del concepto opinión —políticas, económicas, culturales— presentes o
pública en el discurso político y mediático de los siglos camufladas dentro de ese discurso.
xviii y xix evidencia claramente, al menos, dos hechos: En la misma medida en que los medios electrónicos
por un lado, su consistencia como expresión cristalizada han dado mayor visibilidad al ejercicio de la política, y esta
de las discusiones de la esfera pública y, por otro, su ha tenido en la prensa uno de sus espacios privilegiados
importancia como fuente de legitimidad del tipo de de realización, ha aumentado la preocupación del poder
democracia inaugurada con el liberalismo. por generar representaciones de los aconteceres afines
b) La opinión pública es una categoría de naturaleza a sus intereses.
comunicativa, cuya formación implica la interacción Dentro de ese contexto, tal vez lo más útil sea
entre los individuos y los grupos. Lo mismo las entender la opinión pública como un sistema, cuyo
representaciones sociales propuestas por los mass campo natural de realización es la Comunicación
media —fuente potencial de conversaciones dentro política, y cuyo estudio obliga, a diferencia de lo que
de la sociedad— que los rumores emergidos entre la podría suceder con categorías como receptor o audiencia,
gente común —con posibilidades de constituirse en a clarificar los entrecruzamientos entre dos variables
corrientes de opinión en dependencia de su fuerza y por lo menos: las formas previstas por el sistema
verosimilitud— se asocian a actos que implican, por comunicativo para la realización de una publicidad
lo general, algún grado de verbalización o, en todo políticamente activa (dicho con términos de Habermas),
caso, otras formas comunicativas como las expresiones y las formas previstas por el poder político para
gestuales, las reacciones afectivas, etcétera. mostrarse sensible a los mandatos de esa publicidad.
A partir de perspectivas o enfoques teóricos
diversos, la mayoría de los autores estudiados
confieren a la comunicación una centralidad en la Notas
formación y cristalización de la opinión pública.
Llámese «gran comunidad» (John Dewey), «acuerdo 1. Véase Elizabeth Noelle-Neumann, La espiral del silencio, Paidós,
Barcelona, 1995, p. 34.
general» (Ferdinand Tönnies) o «esfera pública»
(Habermas), lo cierto es que la interacción, el debate y 2. Floyd H. Allport, «Towards a Science of Public Opinion», Public
la confrontación de razonamientos suelen ser valorados Opinion Quarterly, v. 1, n. 1, Oxford, 1937.
como imprescindibles en la amplificación de opiniones 3. Elizabeth Noelle Neumann citada por Raúl Rivadeneira Prada, La
a nivel macrosocial. La concepción racional del público opinión pública. Análisis, estructura y métodos de estudio, Editorial Trillas,
privilegia precisamente su educación, su nivel de México, DF, 1976, p. 5.
información y sus capacidades para participar de una 4. Elizabeth Noelle-Neumann, ob. cit., p. 34.
cultura deliberativa, entre los factores que maximizarían 5. Harwood L. Childs, «By Public Opinión I Mean…», Public Opinion
sus potencialidades para involucrarse en acciones de Quarterly, v. 3, n. 2, Oxford, 1939, pp. 328-9.
transformación política. 6. Ibídem, p. 330.

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Elogio de la razón y de la locura: los caminos encontrados de la opinión pública
7. Bernard Berelson, «Democratic Theory and Public Opinion», 20. Los críticos del concepto habermasiano de esfera pública
Public Opinion Quarterly, v. 16, n. 3, Oxford, 1952, p. 313. le reprochan, entre otros aspectos, desconocer otras zonas de
socialidad decisivas en la conformación de determinados progresos
8. Paul Lazarsfeld, «Public Opinion and the Classical Tradition», democráticos. Es obvio que el movimiento obrero, por ejemplo, en
Public Opinion Quarterly, v. 21, n. 1, Oxford, 1957. su enfrentamiento al empuje arrollador del capitalismo, consolidó
9. Una evidencia de la complejidad de los estudios sobre opinión gradualmente su conciencia de clase y comprendió la necesidad
pública se deriva precisamente de la necesidad de integrar varios de contar con órganos de publicidad para visualizar sus demandas
niveles de análisis. Jack McLeod, Zhongdang Pan y Dianne Rucinski y reivindicaciones. Así, la esfera pública proletaria contribuyó
proponen considerar en este sentido cuatro tipos de relaciones: significativamente en países como Francia, Inglaterra y los Estados
macro-macro (los lazos entre la opinión pública y las políticas Unidos a sembrar los sentimientos de inconformidad y rebeldía
gubernamentales), micro-micro (la formación y expresión de que alentaron desde modestas transformaciones políticas hasta
opiniones a nivel individual), macro-micro (el ejercicio del control auténticas revoluciones. Para una sistematización de las críticas
social sobre los individuos) y micro-macro (acciones individuales con al modelo de Habermas de esfera pública véase Craig Calhoun,
potencialidades para generar opinión pública e influir en el trazado Habermas and the Public Sphere, Massachussetts Institute of
de políticas). Jack M. McLeod et al., «Expansión de los efectos Technology, Massachussets, 1994.
de comunicación política», Los efectos de los medios de comunicación: 21. Este último punto no aparece expresamente formulado por la
investigaciones y teorías, Paidós, Barcelona, 1996, pp. 59-62. Para estos autora al explicar los presupuestos de la espiral del silencio, pero
autores, una parte sustancial del progreso en las investigaciones está contenido a lo largo de su libro y, sin dudas, la autora le confiere
sobre opinión pública dependería de integrar las teorías sobre la tanta importancia como a los anteriores. Véase Elizabeth Noelle-
formación de opiniones a nivel individual con macroteorías en Neumann, ob. cit., p. 260.
torno al funcionamiento de la sociedad.
22. Ibídem, p. 43.
10. Elizabeth Noelle-Neumann, ob. cit., p. 40.
23. Robert Park citado por Cándido Monzón, Opinión pública,
11. George Gallup, «The Changing Climate for Public Opinion comunicación y política. La formación del espacio público, Tecnos, S.A.,
Research», Public Opinion Quarterly, v. 21, Oxford, 1957, p. 27. Madrid, 1996, p. 323.
12. Pierre Bourdieu, «La opinion pública no existe», Comunicología. 24. Jean Stoetzel y Alain Girard citados por Cándido Monzón,
Temas actuales, Editorial Félix Varela, La Habana, 2006, pp. 240-4. ob. cit.
13. Hodder-Williams, Public Opinion Polls and British Politics, The 25. Véase Jürgen Habermas, ob. cit., p. 269. (El énfasis es mío.
Camelot Press LTD, Londres, 1970, p. 72. R.G.)
14. Herbert Blumer, «Public Opinion and Public Opinion Poll», 26. Floyd H. Allport, ob. cit.; Raúl Rivadeneira Prada, ob. cit.;
Public Opinion Quarterly, v. 13, Oxford, 1948, p. 547. Cándido Monzón, ob. cit.; Jürgen Habermas, Historia y crítica de la
15. Ibídem, pp. 543-4. opinión pública. La transformación estructural de la opinión pública, Editorial
Gustavo Gilí, Barcelona, 1997.
16. Lisbeth Lipari, «Polling As Ritual», Journal of Communication,
invierno de 1999, p. 98. 27. John Durham Peters, «Historical Tensions in the Concept of
Public Opinion», Public Opinion and the Communication of Consent, The
17. Con ese título se publicó en castellano a principios de la década Guilford Press, Nueva York, 1995, p. 18.
de los 80. El título de la versión en inglés (The Structural Transformation
of the Public Sphere) parece ajustarse mejor al espíritu del libro y a su
título original en alemán, Strukturwandel der Offentlichkeit Untersuchungen
zu einer Kategorie der bürgerlichen Gesellschaft.
18. Jürgen Habermas, «Further Reflections on the Public Sphere»,
en Habermas and the Public Sphere, Institute of Technology,
Massachussetts, Massachussetts, 1994, p. 27.
19. John B. Thompson, «La teoría de la esfera pública», Voces y
Culturas, n. 10, Barcelona, 1996. ©
, 2011

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