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Peregrinos… …Anticipando el Reino de Dios

Iglesia de Dios VOLUMEN I NÚMERO 2

¡Los hermanos se regocijan


en la Fiesta de los Tabernáculos!
Por León Walker

M uchos de nosotros estamos acostumbrados a usar la frase: “Esta fue la mejor fiesta de todas”.
Decimos esto cada año al volver a nuestras casas luego de haber guardado la Fiesta de Taber-
náculos y el Último Gran Día. Supongo que sentirnos de esta manera es algo normal, pues los re-
cuerdos que tenemos de fiestas anteriores son más bien vagos, mientras que aquellos recuerdos de
las fiestas más recientes se
encuentran vívidos en nuestra
memoria. Sin embargo, estoy
seguro de que esta frase: “Esta
fue la mejor fiesta de todas”
tiene un significado especial
este año.
Durante los pasados meses,
todos hemos sufrido de
ansiedad y confusión, pues
hemos sido testigos de
implacables e injustificados
ataques en contra de los
miembros y el ministerio de la
Iglesia en Latinoamérica. Sin
embargo, a pesar de nuestras preocupaciones, como el pueblo de Dios decidimos dejar los proble-
mas a un lado y celebrar la Fiesta de los Tabernáculos y Último Gran Día en los lugares que Dios
escogió.
En lo personal, tuve la oportunidad de guardar estas fiestas en San Miguel de Allende, México,
y en Antigua, Guatemala. El ambiente que se sentía en estos lugares fue de regocijo, solemnidad,
paz y tranquilidad. Fue evidente que la gente de Dios conocía la razón por la cual guardaban estas
fiestas, así como la manera correcta de
hacerlo. Igualmente, según los reportes E N E S T E N Ú M E R O
que he recibido, este sentimiento se ex- 1 ¡Los hermanos se regocijan en la
tendió en todos los sitos de fiesta del Fiesta de los Tabernáculos!
área hispana. 7 Cades Barnea—un viaje y un déjà vu
Aún cuando existe tanta confusión 10 ¿Qué tipo de suelo es usted?
espiritual en la sociedad, los miembros
12 Peregrinando sin que nadie os engañe
fueron capaces de hacer a un lado los
13 Nuestras vidas…un milagro constante
problemas del mundo (y de la Iglesia) y
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de enfocarse en el verdadero significado de la Fiesta de los Tabernáculos y Último Gran Día. Reci-
bimos inspiradores mensajes enfocados en la esperanza y el maravilloso futuro que Dios tiene para
nosotros y el mundo entero. Durante toda la fiesta, los miembros participaron con entusiasmo en las
distintas actividades que se llevaron a cabo (aún cuando el clima no era favorable), lo cual refleja el
gozo, unidad y compañerismo propios del mundo de mañana.
Quedé impresionado por las
habilidades de organización de todas
las personas que ayudaron durante la
fiesta. Claramente, los miembros
están aprendiendo cómo ser los
líderes y administradores del mundo
de mañana. Tanto los servicios, como
las actividades programadas y demás
eventos, se llevaron a cabo sin
problemas; todos parecían saber
exactamente qué hacer, aún cuando
ocurrían cosas inesperadas. Felicito a
todos los que sirvieron de esta
manera.
Otra de las cosas que me
impresionaron gratamente fue la
calidad y variedad de la música especial, así como la tan popular noche de talentos. No cabe duda
de que Dios ha bendecido a su Iglesia con talento musical. Sin duda, las presentaciones musicales
contribuyeron considerablemente al significado que la fiesta tuvo para nosotros.
Sin embargo, una vez que la fiesta termina, tenemos que volver a casa y a la realidad del mundo
en que vivimos. Me gustaría relatarles una interesante historia que sucedió este año al terminar la
Fiesta.
Debido a que llovió bastante durante la fiesta en Guatemala, algunos de los caminos quedaron
cubiertos por derrumbes y, por lo mismo, intransitables.
A causa de esto, un autobús que debía llegar a la ciudad de Antigua, Guatemala el viernes por la
mañana para llevar a los miembros de San Sebastián, El Salvador, de vuelta a sus hogares, no pudo
hacerlo sino hasta el viernes por la noche. Cuando el autobús finalmente salió de la ciudad de Anti-
gua rumbo a San Sebastián ya era bastante tarde y para cuando llegó a la frontera, el paso hacia El
Salvador estaba cerrado. Los miembros que iban en el autobús tuvieron que esperar hasta las 6:00
AM para poder entrar a su país y aún tenían un largo camino que recorrer para llegar a su destino,
San Sebastián.
Lo realmente impresionante es lo que este grupo de miembros hizo el sábado por la mañana.
¡Ellos tuvieron servicios en el autobús y el diácono de la congregación de San Sebastián, Fredys
Flores, dio el sermón! Esto sí que es algo inédito.
Una vez más, gozamos del privilegio de celebrar las fiestas de Dios en paz y unidad en los luga-
res que Él escogió. Esperamos ahora el nuevo ciclo de fiestas que comenzará el próximo año con la
Pascua y Panes Sin Levadura. Mientras tanto, aferrémonos a la unidad, el amor y la paz que Dios
nos ha dado durante sus recientes fiestas para que nos guíen a través de lo que acontezca en las
próximas semanas y meses. Estamos en las manos de Dios, como dice en Hebreos 13:5 “porque Él
[Dios] dijo: No te desampararé, ni te dejaré”.
Ahora los dejo con los reportes de los sitios de fiesta.
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Argentina
Mendoza

Por noveno año consecutivo tuvimos la Fiesta de los Tabernáculos en el Hotel Ejercito de los
Andes—ahora Savoia—en la ciudad de Mendoza, Argentina. Debido al número de hermanos del
área que asistieron a la fiesta, tuvimos que usar un segundo hotel para hospedar a los hermanos lo-
cales, aunque todas las reuniones y actividades se llevaron a cabo en el Ejercito de los Andes.
En esta ocasión estuvimos los hermanos de 10 países reunidos en este sitio de fiesta. Un total de
540 personas estuvimos presentes, la mayoría de ellos de Chile.
En esta ocasión decidimos no tener el sitio de fiesta en el sur de Chile para propiciar que todos
estuviéramos en un solo sitio. Esto fue una decisión muy apropiada y muy alegre, ya que había
hermanos que no se habían visto desde hace varios años y la fiesta fue la ocasión para verse y ale-
grarse juntos.
Algunos hermanos tuvieron que viajar largas horas para estar en el sitio de la fiesta. Los más
alejados de Chile tuvieron que viajar desde Puerto Mont. Otros hermanos tuvieron que viajar desde
Bolivia en bus en un viaje que duro 38 horas. Fue inspirador que algunos de los hermanos que tu-
vieron que viajar largas horas en bus lo hicieron a pesar de sus problemas de salud. Por lo menos
tres de ellos viajaron a la fiesta en bus a pesar de que estaban usando muletas para caminar. Otras
personas con otra clase de enfermedades viajaron igual a Mendoza con la convicción de que estaban
haciendo este viaje en honor a Dios para celebrarle fiesta. Fue muy inspirador el ver a estas varias
personas enfermas en la fiesta. Todos nos sentimos animados por ello.
Fue tremendo ver a una señora de quien su esposo acababa de fallecer de cáncer unos pocos días
antes de la fiesta y aun así estuvo en el lugar escogido por Dios para celebrarle la fiesta y ella estuvo
participando activamente en todos los servicios y actividades de la fiesta. Este tipo de detalles hicie-
ron que la fiesta fuera muy animadora.
Los mensajes fueron muy inspiradores y muy bien preparados. Aparte de los cuatro ministros
del área del Cono Sur, también participaron en las predicaciones varios varones que ayudan activa-
mente en sus congregaciones locales. Los comentarios generalizados fueron que los mensajes hicie-
ron que la fiesta fuera inspiradora y espiritual
Tuvimos varias actividades además de los servicios de todos los días. Todas estas actividades
tuvieron una asistencia muy buena y una participación muy activa. Todo esto hizo de la fiesta un
evento muy animador y muy inspirador. El comentario casi total fue que la fiesta fue muy armonio-
sa, animadora y revitalizadora.
Tal vez dos de los eventos más emocionantes fue el bautismo de ocho personas. Estos bautismos
se llevaron a cabo al inicio del Ultimo Gran Día. También en el Ultimo Gran Día, después del servi-
cio de la mañana tuvimos el privilegio de tener la bendición de 18 niños.
Al final del último servicio, las emociones y las despedidas eran evidentes. Todos nos despedi-
mos con el anhelo de vernos nuevamente el próximo año.
Gracias a Dios y a todas las personas que ayudaron activamente en el tremendo éxito de la Fies-
ta de los Tabernáculos 2010 en esta parte del mundo.
—Saúl Langarica

Guatemala
Antigua

Las Fiestas de Tabernáculos y el Último Gran Día en Antigua, Guatemala este año 2010 han si-
do increíbles, llenas de grandes emociones y, sobre todo, de mucho compañerismo cristiano. A pesar
de que el mal clima en todo el país generó graves problemas de inundaciones, Dios ha sido muy
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bueno enviándonos lluvia durante la mayoría de días, pero ha sido moderada, de tal manera que
hemos podido realizar cada una de las actividades programadas, y sí que nos hemos gozado en este
tiempo. Todas las personas asistentes (en promedio 504, asistiendo al día de la bienvenida 440 per-
sonas y el último gran día 529 personas) fueron muy participativas y colaboradoras, desde la muy
esperada bienvenida el miércoles por la noche, hasta la nostálgica despedida del Último Gran Día.
Hemos recibido con esperanza cada uno de los once sermoncillos y once sermones en los que se
nos ha recordado la recompensa que Dios tiene preparada para todos los que perseveren hasta el fin
y su plan de salvación para toda la humanidad. Se nos ha recordado que debemos estar atentos a
servir a Dios y nuestro prójimo y esa debe ser nuestra prioridad en la vida.
La música especial fue
muy hermosa; es muy
edificante ver el resultado
del esfuerzo y ensayo de
cada uno de los grupos y
coros que se presentaron
para cantar a Dios con
todo el corazón. Segu-
ramente, Él se agradó de
oír las voces de niños y
niñas, ancianos, hombres
y mujeres de muchos lu-
gares, que fuimos
invitados a venir a este
lugar donde Dios puso su nombre, tal y como nos lo recuerda Deuteronomio 12:5: “sino que el lu-
gar que el Eterno vuestro Dios escogiere de entre todas vuestras tribus, para poner allí su nombre
para su habitación, ése buscaréis, y allá iréis.”
Durante la fiesta todos hemos disfrutado de muchas bendiciones y ha sido de gran alegría el
bautismo de dos hermanos nuestros, uno de ellos extranjero, hijo de una persona muy apreciada por
nosotros, la señora Ann Robinson.
Para concluir creo importante compartir con todos ustedes, la experiencia de varios de nuestros
hermanos al regresar de la fiesta, ellos viven en un lugar llamado las Cruces, en el Norte del país, y
durante la fiesta fueron informados que todo el lugar estaba inundado, lo sorprendente es que efec-
tivamente el agua inundo el lugar, con excepción de las casas de nuestros hermanos, a las cuales el
agua les llego cerca, muy cerca, pero no entró. Los vecinos no se lo explican. Pero nosotros, sí.
En fin creo que harían falta palabras para describir los sentimientos de bienestar que esta Fiesta
ha dejado en nuestro corazones, nos vamos con la ilusión de regresar y estar presentes nuevamente
al caer el sol del miércoles 12 de octubre de 2011 en el lugar que Dios escoja para poner ahí su San-
to Nombre.
Bendiciones para todos.
—Alberto Mazariegos

México
San Miguel de Allende

¡Maravillosa! Esa fue la respuesta en general para la mayoría de las 320 personas que asistieron
este año a la Fiesta de los Tabernáculos en México, cuando se les preguntó su parecer sobre las acti-
vidades de regocijo que durante ocho días disfrutó parte del pueblo de Dios en la ciudad de San Mi-
guel de Allende.
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Esta pintoresca ciudad se encuentra ubicada en el estado de Guanajuato, un sitio que resultó
muy atractivo para la conmemoración de tan importante evento en el que la Iglesia de Dios de
México recibió a miembros de las iglesias de República Dominicana, Perú, Estados Unidos de
América y de todas las regiones de la República Mexicana.
Durante estos ocho días los asistentes tuvimos la oportunidad de recibir instrucción espiritual
que nos permitió renovar nuestro enfoque en Dios, asimismo compartimos con nuestros hermanos
momentos gratos que nos permitieron a niños, adultos y ancianos estar verdaderamente alegres,
animados y rejuvenecidos.
Los miembros de la Iglesia de Dios tuvimos la dicha de escuchar muy diversos y variados men-
sajes que evocaron que la Fiesta de Tabernáculos es un evento mundial que nos recuerda el tiempo
de paz que traerá al hombre el Reino de Dios por mil años y que, al final de éste, existe la enorme
oportunidad para toda la humanidad de conocer al Eterno Creador en el juicio del gran trono blanco,
en un futuro cada día más cercano.
Como lo mencionó Lauro Alberto Roybal, pastor regional encargado de las iglesias de México,
en su primer mensaje dirigido en los servicios de bienvenida exhortó a los congregantes a adorar a
Dios en “espíritu y en verdad”, y más en momentos tan peligrosos como los que vivimos en la so-
ciedad y la iglesia.
Es importante resaltar que durante la primera mitad de la fiesta, se contó con la presencia del
encargado de la obra de habla hispana, León Walker y su esposa Reba, el cual nos habló de que la
Fiesta de Cabañas representa un tiempo de restauración mundial y que además debemos en la actua-
lidad revestirnos de la naturaleza y carácter de Dios por medio de su Santo Espíritu para poder go-
bernar adecuadamente nuestras vidas y, en un futuro reinar bajo el Gobierno de Dios.
También contamos, durante toda la fiesta, con la presencia del ministro de Texas, Arnold Mén-
dez, quien en compañía de su esposa y su familia, contribuyeron a que muchos miembros disfruta-
ran de los Tabernáculos; además de que a través de sus mensajes, el Sr. Méndez nos recordó la im-
portancia que tienen las Fiestas Santas de Dios, pues representan el plan maestro de salvación para
la humanidad entera.
Por medio de las experiencias adquiridas durante la Fiesta, los estudios bíblicos produjeron en
los oyentes emociones espirituales de gran trascendencia, mientras que los sermoncillos y sermones,
nos hablaron en general de la increíble transformación que sufrirá la naturaleza de los animales sal-
vajes cuando dé inicio el milenio y del asombroso cambio que se efectuará en la naturaleza humana.
Respecto a las actividades que se tuvieron, cabe mencionar la excelencia de las mismas, ya que
todos los invitados a esta fiesta quedaron deslumbrados y con un muy buen sabor de boca, pues to-
dos nos deleitamos con tres convivíos para jóvenes, y dos para la tercera edad, en los que de manera
muy acertada de parte de los organizadores, los jóvenes tuvieron la oportunidad de adoptar a un
adulto mayor, y ser durante cinco días (y para algunos de aquí en adelante) nieto-abuelo, abuelo-
nieto conviviendo con canciones dedicadas a las abuelitas, juegos de mesa, pasteles y bocadillos.
Por mucho, la mejor actividad en su tipo.
Los más pequeños no se quedaron atrás, ellos disfrutaron de clases bíblicas con canciones, li-
bros para iluminar con pasajes bíblicos, marionetas, obras de teatro y el obsequio de un kit financie-
ro para que comiencen a aprender a ahorrar y a diezmar.
Otra de las actividades que causó buen ánimo entre las personas fue el tradicional baile familiar,
que como cada año alcanzó a ser un gran éxito, ya que se prolongó hasta la una de la madrugada ya
entrado el cuarto día de la Fiesta, lo que en ningún momento demeritó la asistencia a servicios para
esa fecha.
La que ha sido catalogada por los asistentes como la mejor actividad que se recuerde en la histo-
ria de la Iglesia de Dios en México, es la que organizaron los hermanos de la congregación de Mon-
terrey con el apoyo de algunos miembros de la ciudad de México: la fiesta de niños y el día de cam-
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po, en la que de forma interactiva participaron en una tarde excepcional, donde a base de juegos y
destreza, pequeños, grandes y adultos mayores jugaban a los costales, al golfito, a la pesca, a comer
donas glaseadas, a las adivinanzas, a los aros, a la lotería, al dominó, a las cartas, al fútbol, al volei-
bol y a una veintena más de juegos distribuidos en los jardines del hotel Real de Minas, y en la que
a los ganadores de cada juego se le entregaban boletos que podían cambiar por muy diversos pre-
mios, y todo sólo por la habilidad de cada participante.
El siguiente acontecimiento fue la noche de talentos, que incluyó números de baile, canto, ac-
tuación y una representación bíblica de un pasaje del libro de Josué realizada por niños de 5 a 11
años, quienes deslumbraron al público por el talento mostrado y el esfuerzo mostrado en confeccio-
nar el vestuario.
Por último, debemos mencionar el maravilloso compañerismo de los hermanos mientras nos de-
leitábamos juntos en las comidas estilo buffet, al tiempo que se sostenían pláticas de sobremesa cor-
diales, armoniosas y alegres. Tres bautismos—de un total de siete en la Fiesta—en vísperas del Úl-
timo Gran Día completaron las festividades.
Todo lo anterior es muestra una vez más de lo bendecido que fue el pueblo de Dios en la Fiesta
de los Tabernáculos 2010, celebrada en San Miguel de Allende, Guanajuato, ya que cada uno de los
asistentes sentimos que fue Dios quien inspiró, alentó y nos dio la fuerza y los medios para celebrar
su Fiesta con tantas bendiciones, como lo mencionó en sus mensajes el ministro de San Luis Potosí
y coordinador de esta fiesta, el Sr. Adán Langarica.
Resumir la Fiesta de este año es describir una excelente convivencia en la que el espíritu de ar-
monía, entusiasmo y energía de los hermanos, hicieron que las actividades resultaran inolvidables,
pero sobre todo y finalmente, que el Espíritu de Dios reinara en cada uno de los ahí presentes.
—Jorge Iván Garduño

Perú
Huanchaco

Los hermanos del Perú nos reunimos una vez más para la Fiesta de los Tabernáculos y el Último
Gran Día en Huanchaco, Perú.
Huanchaco es un balneario ubicado en la costa del Perú, unos 560 kilómetros al norte de Lima,
capital del Perú. Durante la época de la fiesta siempre es un pueblo tranquilo, porque la temporada
alta comienza en el mes de diciembre. El clima este año estuvo un poco frío, pero esto contribuyó a
que pasemos más tiempo con nuestros hermanos conversando en armonía y paz.
Las reuniones se realizaron en el Hotel Bracamonte, lugar acogedor donde hemos observado la
fiesta ya por varios años. Sus instalaciones nos brindan facilidades para las diversas actividades y es
amplio para hospedar a la mayoría de los hermanos. Un ambiente acondicionado con una carpa en
el garaje del hotel acogió cómodamente a casi 200 personas para los servicios u otras actividades
programadas. El hotel también cuenta con un restaurante donde preparan exquisitos potajes y tiene
suficiente espacio que nos permite comer los hermanos juntos y sentirnos como una gran familia.
Las personas registradas para la fiesta fueron 191, entre ellos 26 niños de 0 a 12 años y 30 jóve-
nes entre 13 a 22 años. Durante los ocho días de la fiesta tuvimos siete sermoncillos, cuatro medio
sermones y ocho sermones que fueron verdaderamente muy edificantes e inspiradores, donde los
temas estaban enfocados en el futuro Reino de Dios y qué debemos hacer para ser parte de ese her-
moso Reino.
Durante toda la fiesta tuvimos la grata visita desde Cincinnati, del Dr. Ralph Levy, quien contri-
buyó a la alimentación espiritual con cuatro sermones muy inspiradores. Además nos visitaron de
Chile Luis Méndez y su hijo Waldimir y del Ecuador el Sr. Ángel Pozo con tres de sus hijas y la se-
ñora Cecilia.
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Durante la fiesta se realizaron muchas actividades como: dos bailes familiares, una tarde de da-
mas muy divertida, donde casi todas las damas vinieron vestidas de los años 60. Luego un estudio
bíblico para solteros, donde el Dr. Ralph Levy dio una interesante charla para nuestros queridos jó-
venes solteros. Había una noche de karaoke donde descubrimos muchos nuevos talentos, una bonita
tarde para la tercera edad, una linda noche de talentos con presentaciones de bailes y música típica
del Perú y la presentación del grupo Ciudad Nueva, compuesta por los hermanos de Arequipa, Hua-
raz y Lima que proveyeron de buena música en vivo. Había una alegre fiesta infantil con muchos
regalos, una reunión del club de oratoria donde se escucharon temas interesantes, finalizando con
una deliciosa cena, una noche para casados muy emotiva, y una tarde para jóvenes bajo el lema:
Amigos Para Siempre. Durante todas las actividades se pudo notar compañerismo entre los herma-
nos—todos estaban felices y sin necesidad de que se les pidiera—todos estaban dispuestos a coope-
rar para el éxito de las actividades, realmente era como una familia muy unida.
Estamos muy agradecidos a todas las personas que participaron en estas actividades y también a
las personas que estuvieron detrás de toda la organización. Especialmente le damos las gracias a
nuestro ministro Manuel Quijano por el gran esfuerzo que hizo para que todos nosotros tuviéramos
una muy bonita fiesta.
El ambiente durante toda la fiesta fue de mucha armonía, se sentía el espíritu de alegría que
Dios nos dio durante todo el tiempo. Estamos realmente muy agradecidos a Dios por las bendicio-
nes recibidas durante esta maravillosa Fiesta de Tabernáculos.
Luego de esta fiesta regresamos a nuestras casas fortalecidos y con las pilas recargadas para en-
frentar otra vez este mundo lleno de problemas y dificultades.
Los hermanos del Perú saludan a los hermanos de todo el mundo con la confianza que Dios nos
da de que celebraremos muy pronto juntos, el retorno de Jesucristo y vivir esta paz y armonía.
Gracias a nuestro Eterno Padre, hemos podido tener un pequeño adelanto del milenio durante
esta fiesta, pero pronto viene el tiempo cuando tendremos paz y armonía por toda la eternidad con
toda la humanidad que tendrá la oportunidad para conocer a Dios y su camino de paz y amor, lo
cual es el significado del Último Gran Día.
Que todos tengamos un año tranquilo con salud y unidad con Jesucristo y los hermanos para que
podamos participar otra vez de la próxima Fiesta de los Tabernáculos.
Oremos mucho unos por otros para que Dios nos dé fuerzas y entendimiento para que podamos
cumplir sus leyes y también la ley que Jesucristo nos dio en Juan 13:34, que tengamos amor unos a
otros.
—Norbert Haase

Cades Barnea—un viaje y un déjà vu


¿Alguna vez ha visitado usted algún lugar con la extraña sensación de que ya ha estado
ahí antes? Tal vez usted ha estado perdido en las calles de alguna ciudad, o explorando
algún bosque, o caminando en círculos para solo exclamar, “¡Creo que he estado antes
en este lugar!” De esta misma forma sentimos a veces en nuestro viaje como cristianos
a medida que nos esforzamos por alcanzar el Reino de Dios.

Por Graemme Marshall


éjà vu es la sensación de haber experimentado antes una situación que al presente estamos vi-
D viendo; es algo que nos parece muy familiar; es el sentimiento de que algo ya nos ha sucedido
antes. Tales experiencias pueden ser buenas si sacamos lecciones de ellas. El Apóstol Pablo enseñó
cómo las experiencias del Éxodo son para nosotros hoy en día enseñanzas muy importantes:
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“Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas
malas, como ellos codiciaron… Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escri-
tas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. Así que, el
que piensa estar firme, mire que no caiga. No os ha sobrevenido ninguna tentación que no
sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, si-
no que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” (1 Co-
rintios 10:6, 11-13).
Las lecciones del éxodo tienen paralelo con muchas cosas que vivimos en la Iglesia
Lección: No entraremos en la Tierra Prometida si primero no pasamos por el desierto de
pruebas.
Cades Barnea era el punto de partida para los israelitas hacia su viaje a la Tierra Prometida.
Deuteronomio 1:2-3 nos explica que solo se necesitaban once días para viajar desde el Sinaí a Ca-
des. Aun así ¡los israelitas pasaron cuarenta años en un viaje que sólo les hubiese tomado un par de
semanas agregadas a esos 11 días! Sin embargo, no fue la distancia lo que les evitó llegar pronto a
la Tierra Prometida—sino más bien la condición de sus corazones. Dios los estaba preparando para
vivir en obediencia hacia Él, una vez que llegaran a destino.
¿De qué les hubiera servido la Tierra Prometida si los israelitas hubieran sido tan malvados co-
mo las mismas naciones que originalmente estaban viviendo en ese lugar? Los cuarenta años via-
jando en el desierto fueron dolorosos, pero era parte necesaria de su preparación. A través de todo el
viaje Dios les enseñó quién era Él, y quienes eran ellos—una nación pecadora propensa a la rebe-
lión y a la duda. De manera similar, nuestro viaje espiritual puede ser largo y podemos enfrentar do-
lor, desánimo y dificultades. Sabemos que el objetivo de Dios no sólo es mantenernos vivos de ma-
nera física—sino aun más importante es prepararnos ahora para servir en su Reino.
El propósito de Dios para los israelitas de aquel entonces y para nosotros hoy en día es ponernos
a prueba (Deuteronomio 8:2-3).

Lección: La Tierra Prometida estuvo preparada desde antes de su llegada.


Un extraordinario testigo en contra del informe negativo de los 10 espías fue el hecho de que
ellos no creyeron que Dios ya había preparado la tierra prometida antes que ellos llegaran. Josué y
Caleb creyeron lo que había dicho Dios a través de Moisés. Josué y Caleb vieron que las ciudades
que estaban a punto de poseer ya estaban establecidas con elegantes diseños y con las últimas co-
modidades de la época, pese a que eran culturas y creencias religiosas paganas. Dios había dicho a
Israel que iban a poseer “hermosas ciudades”. En efecto, las ciudades estaban llenas de cosas bue-
nas: casas amobladas, jardines listos, suministro de agua en funcionamiento, huertos de olivo y vi-
ñas (Deuteronomio 6:10-12).
La descripción de Dios para la tierra prometida es que seria una tierra donde “fluía leche y
miel”. Esto significaba que era un territorio verde y fértil. Dios había dicho que no seria igual a
Egipto donde debían regar sus jardines. Todo lo contrario, esta sería una tierra de colinas ondulantes
y valles con manantiales, ríos y lluvias frecuentes. Era una tierra que Dios mismo “cuidaba” (Deute-
ronomio 11:9-15). Era un prototipo de como sería el Mundo de Mañana en la imagen milenial que
repasamos cada año en la Fiesta de los Tabernáculos. Al retorno de Cristo tendremos una Tierra
Prometida llena de “leche y miel” a medida que Él vaya recompensando a las “primicias” por sus
obras fieles (Juan 14:1-3 y Apocalipsis 22:12).

Lección: Nuestras espaldas a menudo están contra el muro.


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¿Por qué a veces es tan difícil ser un verdadero cristiano? ¿Por qué sentimos que nuestras espal-
das están tan a menudo en contra del muro antes que Dios intervenga milagrosamente? Todo esto es
para probar nuestra fe, nuestras creencias y nuestra confianza. En el Mar Rojo los israelitas tuvieron
sus espaldas contra el muro cuando el Faraón los persiguió (Éxodos 14:9, 15). Una vez más, poco
antes de entrar en la Tierra Prometida, los israelitas se pararon en el borde del río Jordan y tuvieron
que dar el primer paso en fe antes que Dios los liberara (Josué 3:13-16).
Ellos habían estado en Cades Barnea cuarenta años antes. Era como andar en círculos, repitien-
do los mismos errores. Aquí había un DÉJÀ VU—¡habían estado ahí antes! Pero una generación
más joven aun debía aprender a confiar, a tener fe, y a obedecer el liderazgo divino de Moisés, y
después también al liderazgo de Josué.
En esta repetición del mismo lugar y situación, así como Moisés, también nosotros de vez en
cuando somos provocados por quienes son carnales, negativos, desleales e infieles. La primera vez
que los israelitas estuvieron ahí antes, Dios le dijo a Moisés que solo “golpeara” la roca para que de
manera milagrosa el agua brotara (Éxodo 17:6). Ahora bien, Moisés en este tiempo de déjà vu, esta-
ba tan molesto con las continuas actitudes carnales, que en un momento de enojo y frustración per-
dió el control de sus emociones. Dios simplemente le había dicho que le hablara a la roca. Más tar-
de Dios dijo que Moisés no le creyó, lo que indica desconfianza. Al colocarnos nosotros en los za-
patos de Moisés podríamos especular en cuál era su pensamiento en ese momento: “Bien, aquí es-
tamos al final de estos cuarenta años y la gente esta tan rebelde como nunca antes, y probablemente
estén condenados a pasar otros cuarenta años más en el desierto—yo estaré muerto y nunca veré la
promesa cumplida” (Números 20:1-2, 8-13).
Nosotros también pasamos por estas experiencias déjà vu. Nos damos cuenta que sucede lo
mismo en el mismo escenario, la misma obra—sólo han cambiado los personajes. Estas lecciones
déjà vu nos enseñan que Dios usa la repetición de tales experiencias para probar nuestros corazo-
nes.
Por supuesto que la respuesta bíblica es que la Escritura no entrega un “limite” de experiencias
repetitivas, sino que nos insta a “resistir fielmente hasta el final”—no importando las pruebas por
las que Dios haga pasar a sus potenciales hijos e hijas.

Lección: Seguir la dirección de Dios en cómo Él debe ser adorado.


Ocasionalmente, algunos se han preguntado cómo un Dios bueno le permitía a los israelitas ma-
tar a todos, incluso a niños “inocentes”. Debemos ver más allá de la superficie para ver el propósito
que Dios tiene en mente. La inocencia verdadera es divina y no se trata de alguien corrompido por
prácticas viles. Dios le explicó a Israel el por qué de sus decisiones. La sociedad egipcia estaba en-
ferma de corrupción, y Dios no quería eso para ninguno de los israelitas (Deuteronomio 7:15). Dios
explicó que la cultura de los habitantes de la tierra a la que los israelitas entrarían era “abominable
al sacrificar a sus hijos e hijas, al practicar adivinación, al ser agoreros, o al ser sortílegos, o al prac-
ticar la hechicería.” Eran estas practicas despreciables las que debían ser erradicadas para que los is-
raelitas no cometieran las mismas cosas (Deuteronomio 18:9-14).
El Comentario de Keil y Delitzsch muestra cómo la adoración religiosa egipcia incluía relacio-
nes perversas con animales (Heródoto, 2, 46; Strabo, 17, p. 802). Aunque la cultura egipcia permitía
los matrimonios incestuosos entre hermanos y hermanas (Diod. Sic. i. 27), la Ley de Dios los prohi-
bía. Dios les instruyó a los israelitas que no debían continuar con las “costumbres” de los egipcios.
De igual manera, nosotros somos llamados hoy en día a salir de la Babilonia de nuestro mundo mo-
derno. Dios explicó a Israel que las naciones de alrededor eran corruptas al practicar relaciones
sexuales con familiares cercanos, al cometer adulterio, al ofrecer niños en sacrificio, al tener rela-
ciones homosexuales, y envolverse en perversiones con animales. Dios reveló que estas practicas
llevan a enfermedades, deformidades y a la decadencia moral. Los israelitas no debían actuar igual
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(Levítico 18:1-3, 24-30). Las naciones a donde los israelitas entrarían no eran inocentes—estaban
corrompidas. Y Dios deseaba que su pueblo fuera santo, como Él.

Lección: No vivir solo de pan, sino de toda Palabra de Dios.


Nosotros los seres humanos luchamos con el razonamiento intelectual que tiende a estar sobre lo
que las Escrituras enseñan. Un punto clave sobre el maná en el desierto era enseñar esta lección. “Y
te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres
la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale
de la boca del ETERNO vivirá el hombre” (Deuteronomio 8:3).
Más tarde, Dios instruyó que el futuro rey debía leer y estudiar las Escrituras diariamente. In-
cluso hoy, muchos luchan para hacer eso (Deuteronomio 17:18-20). El leer y estudiar todos los días
la Ley de Dios, incluso “hacer una copia de ella” aseguraría un corazón temeroso de Dios y evitaría
el orgullo.

Lección: Ellos no pudieron “ver” la gran oportunidad que se les estaba ofreciendo de ser una
nación bajo Dios en lugar de ser esclavos del mundo.
Una debilidad humana es olvidar que el costo de vivir en Egipto (o en la Babilonia moderna) era
estar bajo el látigo de los amos, de la misma manera que nosotros estamos bajo nuestros sistemas
económicos y gubernamentales modernos. Los israelitas no pudieron ver que Dios los “estaba libe-
rando” del sistema egipcio (Juan 8:32).
Dios desea que su pueblo sea Santo. “Santos seréis, porque santo soy yo el Eterno vuestro Dios”
(Levítico 19:2).
Dios no quiere que seamos influenciados por la maldad moderna así como tampoco quería eso
para los israelitas. “Para que no os enseñen a hacer según todas sus abominaciones que ellos han
hecho para sus dioses, y pequéis contra el Eterno vuestro Dios” (Deuteronomio 20:17-18).
Así vamos teniendo experiencias déjà vu y a menudo pasamos por pruebas periódicas. Estas ex-
periencias están diseñadas para asegurar que Dios pueda decir de nosotros individualmente como lo
dijo de Abraham, “ya conozco que temes a Dios” (Génesis 22:12).
Anímese usted a medida que vive su viaje déjà vu. Todo es parte de su preparación para la ver-
dadera Tierra Prometida que viene adelante.

¿Qué tipo de suelo es usted?


E n la Biblia se nos dice que “muchos son llamados, y pocos escogidos” (Mateo 22:14). Muchos
reciben la invitación a entrar en una relación con Dios, pero pocos son los que aceptan la invi-
tación y perseveran hasta el fin (Mateo 24:14).
Jesucristo en una parábola explicó los tipos de personas que reciben la invitación y la forma en
que cada una la recibe y responde. Esta parábola es conocida como la parábola del sembrador. La
encontramos en Mateo 13:3-8 “He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte
de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales,
donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el
sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y
la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a trein-
ta por uno.”
Mucha gente oyó la parábola pero no la entendió. Aún los discípulos no la entendieron y Jesu-
cristo tuvo que darles una explicación privada del significado de la misma. Veamos la explicación
que dio Jesucristo y examinemos brevemente cada grupo de personas que recibieron la invitación:
Peregrinos Página 11

“Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue
sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino” (Mateo 13:17). Este tipo de
persona ni siquiera se enteró que estaba invitado. Tal vez oyó, leyó pero nunca entendió. La palabra
del reino lo “rozó”, pero nunca se implantó, la semilla nunca germinó. La semilla quedó en la super-
ficie.
“Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con
gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecu-
ción por causa de la palabra, luego tropieza” (Mateo 13:20-21). Este tipo de personas reciben la pa-
labra del reino y se alegran, se emocionan, les suena bien, se entusiasman, pero no han calculado el
costo. Una cosa segura es que si queremos seguir a Dios vamos a sufrir persecución, vamos a pasar
aflicciones. “Y los enemigos del hombre serán los de su casa. El que ama a padre o madre más que
a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma
su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí (Mateo 10:36-38)
“El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el
engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa” (Mateo 13:22). Estas personas
oyen la palabra, quizás hasta caminan un tiempo entre los escogidos, pero se envuelven en el mundo
y sus afanes. Muchos compromisos. En su mente el evangelio del Reino de Dios y su justicia es
desplazado como prioridad por los afanes de esta vida. Poco a poco se detiene el crecimiento y ter-
mina por frustrarse. Ya no crecen, no hay frutos (la palabra se hace infructuosa). Su prioridad es la
comodidad, la prosperidad (lo cual no tiene nada de malo, si es que no remplaza a Dios como prio-
ridad) a costa de su relación con Dios.
El verdadero Dios es reemplazado por los dioses que nos ofrece el mundo: poder, prestigio, di-
nero, placer. Dios no está dispuesto a compartir su señorío sobre nosotros con nada ni nadie. “Nin-
guno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y
menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas… No os afanéis, pues, diciendo:
¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas;
pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primera-
mente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:24, 31-33).
“Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y
produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno” (Mateo 13:23). Aquí están los escogidos. Oyen con
gozo, vienen persecuciones, aflicciones, se presentan los afanes que nos impone esta sociedad idea-
da por nuestro adversario para hacernos difícil el caminar hacia el Reino de Dios, viene la tentación
de inclinarnos a los dioses de este mundo arriba mencionados, de deslumbrarnos por las riquezas y
prosperidad material queriendo reemplazar a Dios como nuestra prioridad, pero estos están aferra-
dos a la Roca, estos están dando frutos, creciendo, produciendo, caminando con sus ojos firmes en
Jesucristo, el autor y consumador de su fe (Hebreos 12:2). Estos han encontrado la perla de gran va-
lor (Mateo 13:46).
Estos tienen el mismo sentir que manifestó un escogido que ya acabo la carrera y está esperando
la resurrección. “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a
los que conforme a su propósito son llamados… ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribula-
ción, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por
causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero. Antes, en to-
das estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy segu-
ro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por
venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que
es en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 8:28, 35-39)
Cuando se sembró la semilla de la palabra en su mente ¿En qué tipo de suelo cayó? ¿Junto al
camino? ¿En pedregales? ¿Entre espinos? ¿En buena tierra? La respuesta está en lo qué esta semilla
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ha producido hasta ahora. La respuesta está en cuánto esta palabra ha transformado su vida y la ha
acercado a los estándares de Dios. La respuesta está en cuánto se parece usted a Jesucristo.
—Manuel Quijano

Peregrinando sin que nadie os engañe


Por Lauro Roybal

V ivimos en uno de los períodos más emocionantes en la historia de la humanidad. Al mismo


tiempo, parece que vivimos también en los días más peligrosos. A diario escuchamos acerca de
nuevos descubrimientos y avances en la tecnología y la ciencia. Paradójicamente, escuchamos tam-
bién a diario acerca de acontecimientos terribles, tales como terremotos, hambres, pestes, problemas
energéticos y desastres económicos. Ahora, en los últimos meses y años, parece que la violencia se
está viviendo más de cerca que nunca en todas las ciudades en Latinoamérica.
¿Acaso nos estamos acostumbrando a escuchar malas noticias? Tal parece que algún ser malig-
no quisiera distraernos de ver lo que realmente está sucediendo para hacernos pensar que “no pasa
nada”. ¿Será esto cierto, o será que estamos viviendo en los últimos tiempos? Es más bien la última
frase la que describe nuestra situación actual.
Les aseguro que Satanás sabe que su fin llegará pronto y no deja ni dejará de intentar engañar-
nos. Los tiempos del fin serán, y ahora son, tiempos peligrosos de los que nos advierte Dios en 2
Timoteo 3:1: “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos...”.
La pregunta hoy es, ¿lo sabemos? ¿Reconocemos los tiempos en que vivimos o sólo nos estamos
acostumbrando a ellos?
¡Es necesario despertar de nuestro sueño y abrir los ojos para ver que la unificación de Europa y
los acontecimientos proféticos descritos para el tiempo del fin se están desarrollando frente a noso-
tros casi a diario! Hoy vemos que entramos verdaderamente en una era preocupantemente y dife-
rente—una era de problemas políticos y económicos a una escala mayor. Los jinetes del Apocalipsis
han comenzado a galopar en la recta final.
Ya estamos evidenciando, como nos lo advirtió Jesucristo: “Y oiréis de guerras y rumores de
guerras; Mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.
Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremo-
tos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores” (Mateo 24:6-8).
Ya hemos visto el “principio”. ¡El final se avecina galopante! Ya lo hemos escuchado antes y lo
seguiremos escuchando hasta que todo se cumpla. El peligro está en que nos acostumbremos a las
malas noticias y creamos que es cosa normal, que pensemos que es cosa de todos los días en vez de
reconocer que son acontecimientos de los últimos días. Es necesario que atendamos y tomemos en
serio las advertencias de Dios.
Mateo 24:10 nos recuerda que “muchos tropezarán entonces”. El término “muchos” significa
para mí “la gran mayoría”. ¿Por qué han de tropezar? Tal vez por no tomar en serio la advertencia;
tal vez por olvidar lo que se nos ha advertido; tal vez por perder el amor por la verdad; o quizá por
“la negligencia”: negligentes para orar, negligentes para ayunar, negligentes para estudiar y negli-
gentes para estar atentos a los acontecimientos a nuestro derredor; negligentes para escuchar las
trompetas de advertencia y ver las señales de la tormenta que se avecina. ¡Pero tal vez algunos de
nosotros seamos aún más tibios y resultemos negligentes para todo lo anterior! ¿Cómo escaparemos
nosotros si descuidamos tan grande llamamiento?
Hoy vemos a los Estados Unidos entrando en una gran desaceleración económica. Ya hemos es-
tado viviendo las consecuencias. Las bolsas del mundo están a la constante baja, el desempleo está
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incrementando y ya hace tiempo que el estado de California se declaró como un estado en emergen-
cia energética. ¿Podría ser esto el inicio de un gran problema global? El Mercado Común Europeo
(MCE) solamente está esperando una oportunidad para darle fuerza y poder a su nueva moneda co-
mún, el euro. ¿Acaso podrá suceder que el MCE engulla los mercados mundiales y llene los huecos
que están dejando los mercados que cotizan en dólares? ¡Abramos los ojos! ¡Ya está sucediendo
ahora!
No le sorprenda ver que Estados Unidos comience a caer como resultado de una crisis económi-
ca generada principalmente por la energía; ¡ni le sorprenda ver los precios del petróleo subir dramá-
ticamente y la producción del Medio Oriente bajar! Tampoco debe sorprenderle ver incrementados
los problemas relacionados con la paz en el Medio Oriente y la explosión de fervor y fanatismo re-
ligioso girando alrededor de una figura religiosa mundial. Ni se sorprenda cuando vea el crecimien-
to de Alemania en poderío militar e influencia mundial o cuando venga la persecución religiosa en
nuestra contra ¡otra vez! No nos dejemos sorprender por los acontecimientos mundiales, porque a
nosotros se nos ha advertido de antemano: “Mirad que nadie os engañe...”
Las palabras más importantes para la Iglesia de Dios hoy son esas: “Mirad que nadie os enga-
ñe”. Ya no estamos a salvos ni dentro de las organizaciones religiosas bajo las cuales nos cobijába-
mos con tanta seguridad. Hoy en día Satanás está furiosamente atacando a los hijos de Dios que
pronto nacerán en su Reino; nos está atacando con más furia que nunca. Recordemos que somos fie-
les peregrinos de paso por este mundo malo y sigamos peregrinando…pero con los ojos bien abier-
tos para que nadie nos engañe.

Nuestras vidas…un milagro constante


C uando nos conocimos con mi esposo entablamos una amistad especial e idéntica y compartimos
nuestras historias personales: él tenía 7 hermanos, yo también. Nuestras familias habían sido
disfuncionales, con separaciones y matrimonios nuevos, ambos habíamos pasado penalidades eco-
nómicas en la niñez y adolescencia; pero estábamos contentos, sin amarguras y buscábamos el pro-
pósito de todo aquello. Recuerdo los detalles de las conversaciones y lo asombroso que nos resulta-
ba tener vidas tan parecidas.
Él me contaba cómo ahorró su dinero durante un año de trabajo. Lo puso en una cajita de made-
ra y lo guardó para ir a la escuela de medicina, sin pensar que no era un año el que iría, sino ¡seis
años! Pero lo guardó con fe creyendo en su proyecto, hasta que llegó a visitarlo un amigo de la in-
fancia al que invitaron a pasar la noche y…¡se robó la cajita con los ahorros! Mi esposo se puso
muy triste al pensar que su proyecto se había malogrado. Entonces, se fue a dormir y soñó que atrás
de su casa había un basurero y que él se paraba en medio sobre un pedazo de frazada vieja y raída, y
bajo él sentía algo duro como la madera bajo sus pies. Levantaba la tela y ahí estaba su cajita con el
dinero intacto. En este punto, despertó y se vistió (eran las 5:00 a.m.), salió a la calle y como efecti-
vamente el basurero estaba cerca de la casa, fue y sucedió todo como lo había soñado y recogió la
caja perplejo y agradecido.
Así comenzó sus estudios para luego convertirse en pediatra. ¿Qué pasó con el “amigo”? Fue
puesto inmediatamente fuera de la casa. Narro esto porque los milagros en nuestra vida son muchos,
quizá son más los que no vemos: Aquellos que nos han salvado la vida, nos han resuelto grandes
conflictos o han salvado a nuestros hijos de muerte segura o daños irreparables. Nuestra vida misma
es un milagro que debe inspirarnos a vivir con fe y determinación.
Todos necesitamos una fuente de inspiración, que nos empuje en el diario caminar de nuestra
peregrinación, a veces la encontramos en el contacto con otros hermanos al ver su entrega y fideli-
dad, su fe y su entusiasmo.
Página 14 Peregrinos

Aquí en Guatemala tenemos muchas congregaciones y numerosos miembros en lugares poco


poblados o rurales a los que hay que llegar después de muchas horas de camino; hay una congrega-
ción a la que lleva dos días llegar por caminos difíciles, pero la recompensa es enorme cuando ve-
mos los rostros queridos y olvidamos el dolor de piernas y el cansancio por la alegría de estar con
ellos. Eso recompensa cualquier sacrificio.
Otros hermanos son ancianos y sus facultades físicas están deterioradas; pero su fidelidad es
grande. Visitábamos Petén y un anciano nos decía a todos que no nos preocupáramos por no tener el
material que siempre nos ha llegado para estudiar, porque tenemos la Biblia. Nos dijo que la leyé-
ramos, que oráramos más aunque fueran oraciones pequeñas en medio de nuestras prisas, que obe-
deciéramos, que Dios nos ve y conoce nuestras necesidades. Él tiene más o menos ochenta y cinco
años y vive en condiciones difíciles. Siempre he dicho que la inspiración que traemos luego de visi-
tar a las congregaciones es mayor que la que llevábamos originalmente a cada lugar.
La siguiente historia parecerá divertida, pero nos deja pensando por mucho tiempo: Marcelino
Teni es un miembro de la congregación de Panzós, al norte de Guatemala. Marcelino no tenía traba-
jo ni recursos y parecía que si no hacía un cambio en su vida las cosas no iban a mejorar. Con espo-
sa y con hijos era bastante difícil, pues su trabajo de agricultor no estaba dando ingresos. Así que
tomó a su esposa, sus hijos y sus pocas pertenencias y se fue a otro pueblo, sin más.
Cuando lo supo otro miembro y le preguntó “¿Marcelino, y por qué te viniste sin nada, a la ven-
tura, sin preguntar?” Marcelino respondió: “Abraham salió, sin saber a dónde iba y Dios lo guió.
¿Por qué no iba a hacer lo mismo conmigo?” Lo impresionante de la historia de Marcelino es que,
cuando iba llegando al nuevo pueblo, desorientado, sin conocer a nadie, una persona salió a su en-
cuentro y le dijo: “¿Tienes donde vivir?” Él respondió que no, y el otro dijo: “Pues yo necesito que
alguien cuide mis tierras. Te ofrezco casa y sueldo,” Ahora Marcelino tiene su propio terrenito y su
casita—modesta ¡pero suya! ¡Quién dijo que Dios no cumple!
Ahora que vamos a la Fiesta de Tabernáculos, después de tantos avatares y preocupaciones, en-
contremos paz, tranquilidad e inspiración en ese Padre amoroso que conoce todo de nosotros y no
nos abandona nunca y que se ocupa y preocupa de que su pueblo vaya por camino seguro.
Por muy peligrosos que sean los días, Él nos da ánimo en medio de las pruebas, no nos deja ja-
más. Vamos a la Fiesta con corazón alegre porque el que hoy estemos vivos y seamos parte de su
pueblo, ya es un milagro y que le conozcamos y nos conozca es grande y maravilloso.
“Y te alegrarás… porque el Eterno te habrá bendecido…”
—Dora Alicia de Mundo

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la versión Reina-Valera, revisión de 1960.

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