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GUÍA N° 01

CONCEPTO DE OBLIGACIÓN.
ARTÍCULO 724.- Definición. La obligación es una relación jurídica en virtud de la cual el
acreedor tiene el derecho a exigir del deudor una prestación destinada a satisfacer un interés
lícito y, ante el incumplimiento, a obtener forzadamente la satisfacción de dicho interés.

Elementos de la obligación:
 Los sujetos: el activo o acreedor y el pasivo o deudor;
 El objeto, cuyo contenido es la prestación; y
 El vínculo, que constriñe al cumplimiento.

Es decir: en la obligación un sujeto (deudor) tiene el deber jurídico de realizar a favor de otro
sujeto (acreedor) una prestación.

Tipicidad del deber obligacional:


ARTÍCULO 725.- Requisitos. La prestación que constituye el objeto de la obligación debe ser
material y jurídicamente posible, lícita, determinada o determinable, susceptible de valoración
económica y debe corresponder a un interés patrimonial o extra patrimonial del acreedor.

El deber jurídico.— La noción de deber designa la situación del sujeto que está precisado a
ajustarse a cierto comportamiento. El comportamiento debido es exigible bajo amenaza de
sanciones jurídicas. Los deberes jurídicos nacen de las más diversas relaciones jurídicas (de la
personalidad, de familia, reales, etc.) de manera que, si bien toda obligación es un deber
jurídico, no todo deber jurídico importa una obligación.

Caracteres del deber obligacional— El deber jurídico propio de la relación obligatoria, esto es
la deuda, tiene un contenido específico ya señalado: la prestación. Se trata de una conducta o
actitud, de dar, hacer o no hacer, que sólo versa sobre entrega de cosas, sobre prestación de
actividad, o sobre abstenciones, y es típica de la obligación. La deuda —esto es el deber
jurídico del deudor emergente de la obligación— tiene contenido patrimonial pues recae sobre
bienes "susceptibles de valor", y sujeta el patrimonio del deudor a la satisfacción del crédito
del acreedor. Compárese en cambio, por ejemplo, con el deber de fidelidad que incumbe a los
cónyuges, que no es una obligación porque no recae sobre prestación alguna; como el deber
de respetar el derecho subjetivo ajeno que, aun importando una abstención, tampoco es una
obligación pues no tiene signo negativo en el patrimonio de todos los sujetos pasivos de ese
deber. Sin embargo, la violación de ciertos deberes, propiamente dichos puede hacer nacer
una deuda. Es el caso de la violación del deber general de no dañar qué, a través de la
causación de un daño origina en determinadas circunstancias la obligación de repararlo; esta
obligación es nueva y distinta respecto del deber general de no dañar violado.

Diferencia con el Artículo 724 y 725.

ARTÍCULO 431.- Asistencia. Los esposos se comprometen a desarrollar un proyecto de vida en


común basado en la cooperación, la convivencia y el deber moral de fidelidad. Deben prestarse
asistencia mutua.

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Naturaleza Jurídica.

 Concepción subjetiva:
El criterio subjetivo concibe a la obligación teniendo en cuenta, exclusivamente, la posición del
acreedor: la obligación le conferiría poderes sobre la persona o el comportamiento del deudor.

Ejemplos de concepción subjetiva:

ARTÍCULO 724.-

ARTÍCULO 725.-.

ARTICULO 730.- Efectos con relación al acreedor. La obligación da derecho al acreedor a:

a) emplear los medios legales para que el deudor le procure aquello a que se ha obligado;

b) hacérselo procurar por otro a costa del deudor;

c) obtener del deudor las indemnizaciones correspondientes.

Si el incumplimiento de la obligación, cualquiera sea su fuente, deriva en litigio judicial o


arbitral, la responsabilidad por el pago de las costas, incluidos los honorarios profesionales, de
todo tipo, allí devengados y correspondientes a la primera o única instancia, no debe exceder
del veinticinco por ciento del monto de la sentencia, laudo, transacción o instrumento que
ponga fin al diferendo. Si las regulaciones de honorarios practicadas conforme a las leyes
arancelarias o usos locales, correspondientes a todas las profesiones y especialidades, superan
dicho porcentaje, el juez debe proceder a prorratear los montos entre los beneficiarios. Para el
cómputo del porcentaje indicado, no se debe tener en cuenta el monto de los honorarios de los
profesionales que han representado, patrocinado o asistido a la parte condenada en costas.

Límites a la concepción subjetiva:

ARTÍCULO 244.- Afectación. Puede afectarse al régimen previsto en este Capítulo, un inmueble
destinado a vivienda, por su totalidad o hasta una parte de su valor. Esta protección no excluye
la concedida por otras disposiciones legales.

La afectación se inscribe en el registro de la propiedad inmueble según las formas previstas en


las reglas locales, y la prioridad temporal se rige por las normas contenidas en la ley nacional
del registro inmobiliario.

No puede afectarse más de un inmueble. Si alguien resulta ser propietario único de dos o más
inmuebles afectados, debe optar por la subsistencia de uno solo en ese carácter dentro del
plazo que fije la autoridad de aplicación, bajo apercibimiento de considerarse afectado el
constituido en primer término.

ARTÍCULO 249.- Efecto principal de la afectación. La afectación es inoponible a los acreedores


de causa anterior a esa afectación. La vivienda afectada no es susceptible de ejecución por
deudas posteriores a su inscripción, excepto: a) obligaciones por expensas comunes y por
impuestos, tasas o contribuciones que gravan directamente al inmueble; b) obligaciones con
garantía real sobre el inmueble, constituida de conformidad a lo previsto en el artículo 250; c)
obligaciones que tienen origen en construcciones u otras mejoras realizadas en la vivienda; d)
obligaciones alimentarias a cargo del titular a favor de sus hijos menores de edad, incapaces, o
con capacidad restringida.

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Los acreedores sin derecho a requerir la ejecución no pueden cobrar sus créditos sobre el
inmueble afectado, ni sobre los importes que la sustituyen en concepto de indemnización o
precio, aunque sea obtenido en subasta judicial, sea ésta ordenada en una ejecución individual
o colectiva.
Si el inmueble se subasta y queda remanente, éste se entrega al propietario del inmueble.
En el proceso concursal, la ejecución de la vivienda sólo puede ser solicitada por los acreedores
enumerados en este artículo.

ARTÍCULO 743.- Bienes que constituyen la garantía. Los bienes presentes y futuros del deudor
constituyen la garantía común de sus acreedores. El acreedor puede exigir la venta judicial de
los bienes del deudor, pero sólo en la medida necesaria para satisfacer su crédito. Todos los
acreedores pueden ejecutar estos bienes en posición igualitaria, excepto que exista una causa
legal de preferencia.

ARTICULO 744.- Bienes excluidos de la garantía común. Quedan excluidos de la garantía


prevista en el artículo 743: a) las ropas y muebles de uso indispensable del deudor, de su
cónyuge o conviviente, y de sus hijos; b) los instrumentos necesarios para el ejercicio personal
de la profesión, arte u oficio del deudor; c) los sepulcros afectados a su destino, excepto que se
reclame su precio de venta, construcción o reparación; d) los bienes afectados a cualquier
religión reconocida por el Estado; e) los derechos de usufructo, uso y habitación, así como las
servidumbres prediales, que sólo pueden ejecutarse en los términos de los artículos 2144, 2157
y 2178; f) las indemnizaciones que corresponden al deudor por daño moral y por daño material
derivado de lesiones a su integridad psicofísica; g) la indemnización por alimentos que
corresponde al cónyuge, al conviviente y a los hijos con derecho alimentario, en caso de
homicidio; h) los demás bienes declarados inembargables o excluidos por otras leyes.

En el caso de obligación de hacer, el artículo 777 legisla sobre las únicas opciones que tiene el
acreedor ante el incumplimiento imputable.

ARTÍCULO 777.- Ejecución forzada. El incumplimiento imputable de la prestación le da derecho


al acreedor a: a) exigir el cumplimiento específico; b) hacerlo cumplir por terceros a costa del
deudor; c) reclamar los daños y perjuicios.

 Concepción objetiva:
Ihering, lo definió como el interés jurídicamente protegido. De allí surgió la concepción del
crédito en términos objetivos: tiende a la satisfacción de un interés privado del acreedor, y la
prestación es sólo un medio para ello.

Ejemplos de concepción objetiva:

ARTICULO 881.- Ejecución de la prestación por un tercero. La prestación también puede ser
ejecutada por un tercero, excepto que se hayan tenido en cuenta las condiciones especiales del
deudor, o hubiere oposición conjunta del acreedor y del deudor. Tercero interesado es la
persona a quien el incumplimiento del deudor puede causar un menoscabo patrimonial, y
puede pagar contra la oposición individual o conjunta del acreedor y del deudor.

Incidencia del dolo, valoración por el legislador en los artículos 1742 – 1728

ARTICULO 1742.- Atenuación de la responsabilidad. El juez, al fijar la indemnización, puede


atenuarla si es equitativo en función del patrimonio del deudor, la situación personal de la

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víctima y las circunstancias del hecho. Esta facultad no es aplicable en caso de dolo del
responsable.

ARTICULO 1728.- Previsibilidad contractual. En los contratos se responde por las consecuencias
que las partes previeron o pudieron haber previsto al momento de su celebración. Cuando
existe dolo del deudor, la responsabilidad se fija tomando en cuenta estas consecuencias
también al momento del incumplimiento.

 Concepción apropiada:
Situación del deudor y del acreedor.—Al explorar la naturaleza jurídica de la obligación no
pueden ser ignorados estos dos términos: deber del deudor y facultad del acreedor. El deudor
está sujeto a cumplir y el acreedor está investido de poderes conferidos por el Derecho,
relativos al patrimonio del deudor, para obtener la satisfacción de su interés. De allí que la
naturaleza jurídica en análisis ha sido buscada en la teoría que ve, en la obligación, un doble
sistema: la deuda y la responsabilidad

 Deuda y responsabilidad.

Las virtualidades de la relación de deuda pueden ser esquematizadas así:

1) El deudor tiene el deber jurídico de realizar la prestación y, dicho deber tiene correlato
en la facultad de liberarse mediante el pago por consignación si el acreedor se niega
injustificadamente a aceptar la prestación ofrecida.

2) El acreedor tiene —con su crédito— la expectativa de obtener la prestación, y está


investido de un título para ello, de manera que si el deudor realiza el pago, éste es
debido y no corresponde su repetición.

Las virtualidades de la responsabilidad, resulta lo siguiente:

1) El acreedor tiene poderes, dirigidos a obtener su satisfacción, que recaen sobre el


patrimonio del deudor —no ya en su persona, como era en la antigüedad,de suerte
que el patrimonio cumple así una función de garantía para aquél.

2) El deudor, cuyo patrimonio está sujeto a dicho poder, tiene sin embargo la facultad de
liberarse de su obligación, aunque promedie su incumplimiento, siempre que satisfaga
íntegramente el interés del acreedor.

En la deuda el acreedor tiene una expectativa a la prestación, es decir, al cumplimiento exacto


por parte del deudor; en la responsabilidad tiene, en cambio, una expectativa a la satisfacción,
por medio de la ejecución forzada, o por otro, o la indemnización.

Ejemplo de concepción apropiada.

ARTICULO 724.-

ARTICULO 725.-

ARTICULO 730.-

ARTICULO 865.- Definición. Pago es el cumplimiento de la prestación que constituye el objeto


de la obligación.

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Deuda sin responsabilidad: el deudor tiene el deber de cumplir y el pago que realiza es
debido, pero el acreedor carece de "acción para exigir su cumplimiento".

Ejemplos de deuda sin responsabilidad:

ARTÍCULO 728.- Deber moral. Lo entregado en cumplimiento de deberes morales o de


conciencia es irrepetible.

ARTICULO 2538.- Pago espontáneo. El pago espontáneo de una obligación prescripta no es


repetible.

ARTICULO 1611.- Juego y apuesta de puro azar. No hay acción para exigir el cumplimiento de
la prestación prometida en un juego de puro azar, esté o no prohibido por la autoridad local.
Si no está prohibido, lo pagado es irrepetible. Sin embargo, es repetible el pago hecho por
persona incapaz, o con capacidad restringida, o inhabilitada.

Responsabilidad sin deuda: En cambio no se concibe la responsabilidad sin que esté


respaldada por la deuda.

COMPARACIONES
Clasificación de las relaciones jurídicas:

Criterios de clasificación. El derecho subjetivo, que constituye un extremo de la relación


jurídica, se corresponde con deberes de comportamiento a cargo del sujeto pasivo. Este
comportamiento constituye el contenido del deber propio de la relación jurídica de que se
trate, y permite una clasificación elemental que arranca de dos criterios: (1) la índole del
contenido sobre el cual recae la relación, y (2) la identidad del sujeto pasivo.

De acuerdo con la índole del contenido la relación jurídica es patrimonial o extrapatrimonial. El


derecho del titular puede recaer en un bien económico, de "valor pecuniario" apreciable, caso
en el cual la relación es patrimonial. O puede recaer en un bien carente de esa valoración, y
tratarse así de una relación extra patrimonial.

En orden a la identidad del sujeto pasivo, el derecho es absoluto si puede ser opuesto a todo
integrante de la comunidad (erga omnes), y relativo si sólo compete respecto de persona o
personas determinadas.

A la luz de estos criterios orientadores es posible efectuar una clasificación de las relaciones
jurídicas de la personalidad, de familia, reales y obligacionales.

Para ello se tomará, en cada caso, la nota distintiva esencial. Así, por ejemplo, se considerará
extrapatrimonial a la relación de familia aunque —en segundo plano— surjan de ella derechos
patrimoniales como la reclamación de alimentos; y se ubicará como relativa a la relación
obligacional, sin perder de vista que —también en segundo grado— la comunidad debe
respetar toda relación creditoria ajena.

La última circunstancia, cabe acotar, es propia de cualquier derecho subjetivo. Por más relativo
que sea, todos y cada uno de los sujetos de Derecho que no están vinculados por la obligación
deben respetar la facultad del acreedor. Esto, por cuanto uno de los fundamentos de la

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convivencia social jurídicamente regulada es el respeto de los derechos subjetivos o facultades
ajenas, en los que no es lícito inmiscuirse.

Todos los derechos subjetivos tienen una nota de oponibilidad erga omnes, cierto carácter
absoluto.

Relaciones patrimoniales y extrapatrimoniales. Son patrimoniales los derechos reales y de


crédito. Los reales, porque recaen sobre cosas que integran el patrimonio; los creditorios
porque dan derecho a exigir una conducta de dar, hacer o no hacer susceptible, también, de
apreciación económica.

Y son extrapatrimoniales los derechos de la personalidad y los derechos de familia. Los


derechos de la personalidad, porque son concedidos al individuo como calidad que se
presupone esencial a su naturaleza (vida, libertad, integridad, etc); los de familia porque,
aunque en plano secundario pueden conferir facultades patrimoniales, tienen un contenido
esencialmente moral.

Relaciones absolutas y relativas. Son absolutos los derechos de la personalidad y los derechos
reales. Los de la personalidad porque pueden ser ejercidos contra todos, sin que tengan un
destinatario en especial. Lo mismo sucede con los derechos reales: un extranjero recién
llegado, debe respetar los derechos reales existentes sobre cosas sitas en la Argentina, aunque
ignore quién es su titular.

Son relativos los derechos de familia y los creditorios. Los de familia establecen una relación
entre personas determinadas (la filiación, por ejemplo puede ser reclamada de alguien
específicamente, no de cualquier sujeto de la comunidad). Y también lo son los derechos
creditorios, por cuanto confieren facultad al acreedor para reclamar a su deudor (no a
cualquiera) el cumplimiento de la prestación.

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COMPARACIÓN CON LOS DERECHOS REALES.
Criterio dualista:

Caracteres típicos de la obligación:

1. Patrimonialidad;
2. Relatividad;
3. Alteridad (bilateralidad), en cuanto la relación se enlaza con otro sujeto, confiriendo a
uno (el acreedor) derecho a obtener determinado comportamiento del otro (el
deudor), es decir, a obtener la prestación, con una coercibilidad típica del vinculum
juris obligacional;
4. Autonomía de la voluntad creadora, que se denota en cuanto el Derecho no da moldes
rígidos para las figuras de obligación, y porque las normas que la regulan son
sustancialmente supletorias y no imperativas;
5. Temporalidad, pues la relación jurídica no es perpetua y se agota en un tiempo
limitado, a lo que se agrega que la inacción del titular puede derivar en la prescripción
extintiva de la acción.

Explicación monista. Crítica

Dualismo y monismo: El criterio recién analizado, que traza diferencias entre la obligación y el
derecho real a tenor de sus respectivas características, es el denominado dualista.

Se le opone la concepción monista que intenta asimilar el derecho real a la obligación, o


explicar al crédito como un derecho real.

El derecho real como obligación pasivamente universal: Desde que la relación jurídica enlaza
relaciones entre sujetos, se ha pretendido que seria impropio caracterizar al derecho real
como una relación entre la persona y la cosa. Así surgió la teoría que explica al derecho real
como una obligación pasivamente universal. El derecho real, no sería sino una obligación, que
incumbe a todo miembro de la comunidad, de respetar el derecho (real) de una persona; por
ello, porque todos deben respetar el derecho de otro sobre una cosa, tal obligación de no
hacer sería pasivamente universal.

Crítica de la teoría: La teoría de la obligación pasivamente universal distorsiona los conceptos.


La oponibilidad erga omnes, con el consiguiente deber de todos de respetarlos, es propia de
los derechos subjetivos. A veces éstos son oponibles directamente a persona o personas
determinadas (así el derecho creditorio y el de familia), y otras veces no tienen sujeto
determinado como destinatario del poder del titular (como los de la personalidad o los reales);
pero todos los derechos subjetivos, aun los caracterizados como relativos (creditorios y de
familia), importan el deber de la comunidad de no inmiscuirse en ellos.

Por ello la caracterización del derecho real como una obligación de todos hacia el titular del
derecho no resulta convincente, pues tal deber general es, en mayor o menor medida, propio
de todos los derechos subjetivos y no específico de los derechos reales. En otros términos: en
la obligación el vínculo del deudor es la premisa del derecho del acreedor; en el derecho real,

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las restricciones que pesan sobre cualquier sujeto pasivo son la consecuencia del derecho del
titular.

Desde otro enfoque, la obligación propiamente dicha, la que genera un derecho creditorio a
favor de quien puede reclamar una prestación, importa una situación excepcional que incide
sobre el patrimonio del deudor obligado. El propio PLANJOL ha dicho con acierto: "La
diferencia consiste en esto: la abstención impuesta por la existencia de un derecho real no
disminuye en nada las facultades naturales o legales de las otras personas; se les pide
solamente que no dañen al titular del derecho; todos los derechos que les son propios
continúan intactos. Por lo contrario, la abstención que constituye el objeto de un derecho de
crédito, cuando la obligación es de no hacer, disminuye sobre un punto concreto las facultades
legales del deudor: su obligación le impide hacer una cosa que le seria permitida según el
Derecho común. La existencia de un derecho de crédito constituye, pues, siempre una 'carga
excepcional' para el deudor, un 'elemento del pasivo' de su patrimonio, mientras que la
abstención universal ordenada por la ley para asegurar el respeto a las personas y a los bienes
no puede considerarse como una carga: es el estado normal".

El crédito como un derecho real: En sentido inverso al del intento asimilatorio recién
examinado, se ha pretendido atribuir al crédito el carácter de derecho real. Según se sabe, la
deuda genera la responsabilidad del deudor, y —a manera de garantía— el acreedor está
investido del poder de agresión patrimonial con el fin de satisfacer su crédito. Para Rocco este
poder importaría el ejercicio de un derecho real de prenda, y para PACCHIONI —si bien no se
trataría de una prenda— dicha potestad respondería a una noción genérica de garantías
reales, incluida en la categoría del derecho real.

No es dudoso que la voluntad del deudor sea en cierta medida incoercible, porque el derecho
del acreedor no recae sobre ella. Pero este derecho del acreedor, que se concreta en "emplear
los medios legales, a fin de que el deudor le procure aquello a que se ha obligado", y termina
por recaer en "las indemnizaciones correspondientes, no implica un derecho sobre el
patrimonio del deudor o cosas determinadas que le pertenezcan.

Es por ello que, si el acreedor pretende la entrega en especie de la cosa que le es debida, no
tiene derecho a tomarla por si, y debe acudir a los medios de ejecución principiando por
embargarla. En cambio el titular de la hipoteca—derecho real de garantía— no precisa del
embargo para lograr la ejecución del inmueble sobre el cual asienta su privilegio porque tiene
un derecho sobre dicha cosa.

La situación es todavía más clara cuando el deudor incumple una deuda de dinero, o tiene que
pagar la indemnización en dinero, pues en estos casos el acreedor sólo tiene derecho a
reclamar el valor de los bienes ejecutados para satisfacer su crédito, y no esos bienes mismos,
lo cual demuestra que carece de un derecho sobre ellos.

Afinidades entre la obligación y el derecho real en su carácter común de bienes patrimoniales:


En ciertas circunstancias la obligación constituye antecedente del nacimiento de un derecho
real. Así ocurre, por ejemplo, en la compraventa, pues luego de la entrega el comprador se
convierte en dueño de la cosa, y el vendedor en dueño del dinero dado como precio, en razón
de que aquel contrato —generador de obligaciones— constituye el título del dominio de uno y

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otro. A la inversa, el derecho real puede ser antecedente de la existencia de ciertas
obligaciones: las propter rem.

Por otro lado, en la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la garantía de


la propiedad consagrada por la Constitución Nacional se extiende a los demás derechos
patrimoniales, pues aquella es concebida como toda pertenencia del sujeto fuera de su
persona misma y de su libertad. Y en semejante orden de pensamiento en cuanto a ]a
extensión del concepto, la idea de función social de la propiedad, referida sustancialmente al
derecho real de dominio, es extensible a todos los derechos patrimoniales, inclusive al crédito;
ello se advirtió con relación a la categoría de bienes inembargables, que fue
considerablemente ensanchada por los tribunales cuándo la Constitución Nacional de 1949
consagró expresamente esa idea de función social de la propiedad aunque, luego de su
derogación, pese a la carencia de texto constitucional concreto, la jurisprudencia continuó
igual línea de pensamiento.

COMPARACIÓN CON LOS DERECHOS DE FAMILIA


Entre la obligación y los derechos de familia se advierten las siguientes diferencias esenciales:

1) En el Derecho de familia hay deberes, ajenos al contenido patrimonial propio del Derecho de
obligaciones,
2) En los derechos de familia predomina la idea de institución, concebida como de regulación
imperativa y trascendente en medios y fines a los sujetos titulares, en tanto la obligación está
regida en buena medida por la idea de la autonomía de la voluntad.
3) En los derechos de familia se exige una conducta personal, en tanto ello no ocurre
necesariamente en la obligación. Así, por ejemplo, un hijo no podría pretender que otro lo
sustituyera frente al padre en el cumplimiento de sus deberes emanados de la patria potestad;
pero en principio, es aceptable que un tercero satisfaga al acreedor siempre que no exista un
interés legítimo de éste en que actúe personalmente el obligado.
4) Las sanciones son distintas en una y otra órbita: la indemnización es así ajena, en principio, a
las relaciones de familia, cuyas sanciones son de otra índole (por ejemplo, el divorcio, la
pérdida de la patria potestad, etc).

AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD Y EL EFECTO VINCULANTE DE LOS CONTRATOS.


ARTICULO 957.- Definición. Contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o más partes
manifiestan su consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones
jurídicas patrimoniales.

ARTICULO 958.- Libertad de contratación. Las partes son libres para celebrar un contrato y
determinar su contenido, dentro de los límites impuestos por la ley, el orden público, la moral y
las buenas costumbres.

ARTICULO 959.- Efecto vinculante. Todo contrato válidamente celebrado es obligatorio para las
partes. Su contenido sólo puede ser modificado o extinguido por acuerdo de partes o en los
supuestos en que la ley lo prevé.

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RESPONSABILIDAD CIVIL.

ARTICULO 1708.- Funciones de la responsabilidad. Las disposiciones de este Título son


aplicables a la prevención del daño y a su reparación.

ARTICULO 1709.- Prelación normativa. En los casos en que concurran las disposiciones de este
Código y las de alguna ley especial relativa a responsabilidad civil, son aplicables, en el
siguiente orden de prelación:

a) las normas indisponibles de este Código y de la ley especial;

b) la autonomía de la voluntad;

c) las normas supletorias de la ley especial;

d) las normas supletorias de este Código.

DEBERES QUE SE ESTABLECEN EN LAS RELACIONES DE FAMILIA.

ARTICULO 431.-.

ARTICULO 671.- Enumeración. Son deberes de los hijos:

a) respetar a sus progenitores;

b) cumplir con las decisiones de los progenitores que no sean contrarias a su interés superior;

c) prestar a los progenitores colaboración propia de su edad y desarrollo y cuidar de ellos u


otros ascendientes en todas las circunstancias de la vida en que su ayuda sea necesaria.

ARTICULO 672.- Progenitor afín. Se denomina progenitor afín al cónyuge o conviviente que vive
con quien tiene a su cargo el cuidado personal del niño o adolescente.

ARTICULO 673.- Deberes del progenitor afín. El cónyuge o conviviente de un progenitor debe
cooperar en la crianza y educación de los hijos del otro, realizar los actos cotidianos relativos a
su formación en el ámbito doméstico y adoptar decisiones ante situaciones de urgencia. En
caso de desacuerdo entre el progenitor y su cónyuge o conviviente prevalece el criterio del
progenitor.

COMPARAR ELEMENTOS COMUNES Y DIFERENCIAS CON LOS DERECHOS REALES.

ARTICULO 15.- Titularidad de derechos. Las personas son titulares de los derechos individuales
sobre los bienes que integran su patrimonio conforme con lo que se establece en este Código.

ARTICULO 16.- Bienes y cosas. Los derechos referidos en el primer párrafo del artículo 15
pueden recaer sobre bienes susceptibles de valor económico. Los bienes materiales se llaman
cosas. Las disposiciones referentes a las cosas son aplicables a la energía y a las fuerzas
naturales susceptibles de ser puestas al servicio del hombre.

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REGULAN LOS PRINCIPIOS COMUNES DE LOS DERECHOS REALES.

ARTICULO 1882.- Concepto. El derecho real es el poder jurídico, de estructura legal, que se
ejerce directamente sobre su objeto, en forma autónoma y que atribuye a su titular las
facultades de persecución y preferencia, y las demás previstas en este Código.

ARTICULO 1887.- Enumeración. Son derechos reales en este Código:

a) el dominio; b) el condominio; c) la propiedad horizontal; d) los conjuntos inmobiliarios; e) el


tiempo compartido; f) el cementerio privado; g) la superficie; h) el usufructo; i) el uso; j) la
habitación; k) la servidumbre; l) la hipoteca; m) la anticresis; n) la prenda.

DERECHOS PERSONALÍSIMOS.

ARTICULO 51.- Inviolabilidad de la persona humana. La persona humana es inviolable y en


cualquier circunstancia tiene derecho al reconocimiento y respeto de su dignidad.

ARTICULO 52.- Afectaciones a la dignidad. La persona humana lesionada en su intimidad


personal o familiar, honra o reputación, imagen o identidad, o que de cualquier modo resulte
menoscabada en su dignidad personal, puede reclamar la prevención y reparación de los daños
sufridos, conforme a lo dispuesto en el Libro Tercero, Título V, Capítulo 1.

ARTICULO 53.- Derecho a la imagen. Para captar o reproducir la imagen o la voz de una
persona, de cualquier modo que se haga, es necesario su consentimiento, excepto en los
siguientes casos:

a) que la persona participe en actos públicos;

b) que exista un interés científico, cultural o educacional prioritario, y se tomen las


precauciones suficientes para evitar un daño innecesario;

c) que se trate del ejercicio regular del derecho de informar sobre acontecimientos de interés
general.

En caso de personas fallecidas pueden prestar el consentimiento sus herederos o el designado


por el causante en una disposición de última voluntad. Si hay desacuerdo entre herederos de un
mismo grado, resuelve el juez. Pasados veinte años desde la muerte, la reproducción no
ofensiva es libre.

PRESUNCIÓN DE LA EXISTENCIA DE LA OBLIGACIÓN.

ARTICULO 727.- Prueba de la existencia de la obligación. Presunción de fuente legítima. La


existencia de la obligación no se presume. La interpretación respecto de la existencia y
extensión de la obligación es restrictiva. Probada la obligación, se presume que nace de fuente
legítima mientras no se acredite lo contrario.

PRINCIPIO DE LA BUENA FE.

ARTICULO 729.- Buena fe. Deudor y acreedor deben obrar con cuidado, previsión y según las
exigencias de la buena fe.

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ARTICULO 9°.- Principio de buena fe. Los derechos deben ser ejercidos de buena fe.

ARTICULO 961.- Buena fe. Los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena
fe. Obligan no sólo a lo que está formalmente expresado, sino a todas las consecuencias que
puedan considerarse comprendidas en ellos, con los alcances en que razonablemente se habría
obligado un contratante cuidadoso y previsor.

ARTICULO 7°.- Eficacia temporal. A partir de su entrada en vigencia, las leyes se aplican a las
consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes.

La leyes no tienen efecto retroactivo, sean o no de orden público, excepto disposición en


contrario. La retroactividad establecida por la ley no puede afectar derechos amparados por
garantías constitucionales.

Las nuevas leyes supletorias no son aplicables a los contratos en curso de ejecución, con
excepción de las normas más favorables al consumidor en las relaciones de consumo.

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