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Lección 1
3. ¿Qué era para Israel lo primero y fundamental, hablar de Dios o escuchar a Dios?
Israel está a la escucha de la Palabra de Dios y no quiere ir más allá de lo que le
es revelado.
4. ¿En qué se apoya la fe de Israel acerca del retorno de los difuntos a la vida?
El Antiguo Testamento fundamenta la certeza de la resurrección en Dios y sólo en
Dios; la única garantía del retorno de los difuntos a la luz, al final de los tiempos, es el
poder soberano y creador del Dios de Israel. Dios es el Dios vivo y no puede ser el Dios
de los muertos.
Es que las revelaciones en una religión cualquiera solo son palabra de hombres
que nos hablan de Dios. La fe bíblica es, pues, básicamente Revelación, es decir, mucho
más que Religión, máxime cuando ésta se entiende como reflexiones humanas en torno al
problema de Dios, y del hombre en su relación con la Divinidad.
7. ¿Cuáles son los hechos en que se basa nuestra afirmación cristiana acerca del más
allá?
A) El hecho necrológico: la muerte. ¿Hay algo que sobrevive a la misma?
B) El hecho antropológico: el hombre que muere. ¿Quién es ese hombre? ¿Qué sobrevive
de él, si es que sobrevive algo?
C) El hecho escatológico: ¿Cuál es la esperanza cristiana, la inmortalidad del alma o la
resurrección de loa muertos? ¿O ambas cosas?...
D) El hecho pneumático (o espiritual): El Espíritu Santo, como «primicias» y «arras».
ID Estudiante: 148656
Lección 2
1. ¿En qué sentido podemos decir que el hombre es el único ser que existe?
El hombre es, entre todas las criaturas, el único que sabe que va a morir
Lección 3
4. ¿Cuáles son, frente a la muerte, las opciones del hombre que prescinde de Dios?
Si se prescinde de la Divinidad y, consiguientemente, de su Palabra reveladora, no hay
esperanza ya de poder llegar a saber algo del misterio de la muerte.
Lección 4
Establece la totalidad del vínculo que une al cristiano con su Salvador: no una simple
comunión de alma, sino una comunión de la persona total, cuerpo y alma, con su Dueño y
Señor. Cristo vino a salvar ambas partes de nuestra personalidad, por la sencilla razón de
que no vino a salvar «algo» de nosotros, sino que nos vino a salvar total e integralmente.
Conviene añadir que los superficiales conocedores del Nuevo Testamento suelen confundir
el concepto paulino de «carne» con el de «cuerpo»