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Luc Boltanski y Nancy Fraser

Dominación
y emancipación

Una crítica radical del capital sin nostalgia estatista

Debate presentado por Philippe Corcuff

Traducción de Agustina Blanco

HE Capital intelectual
Boltanski, Luc
Dominación y emancipación: una crítica radical del capital sin
nostalgia estatista / Luc Boltanski; Nancy Fraser. - la ed.- Ciudad índice
Autónoma de Buenos Aires: Capital Intelectual, 2016.
112 p-; 12x18,5 cm.

Traducción de: Agustina Blanco.


ISBN 978-987-614-520-6

1 Filosofía Política. I. Fraser, Nancy II. Blanco, Agustina, trad. III.


Título.
CDD 320

Apertura
Diseño de tapa: Javier Vera Ocampo
Diagramación: Daniela Coduto Por Philippe Corcuff
Traducción: Agustina Blanco
Coordinación: Inés Barba
DIÁLOGO

<N
LO
Título original: Dominatio
n et émancipation: Luc Boltanski y Nancy Fraser
de la critique sociale P°ur un renouveau
©Presses universitaires de Lyon, 2014

CM
r-
Mirada desde una perspectiva histórica
© Luc Boltanski, 2016
©Nancy Fraser, 2016 Fuerzas de la confrontación política

^ LO 0 N
.-H LO
© Capital Intelectual, 2016 y amistades peligrosas
Ia edición • Impreso en Argentina La crítica del capitalismo inhibida
La emancipación y las instituciones

LO
Capital Intelectual S.A.
Conclusión

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Queda hecho el depósito que prevé la Ley 11723. Impreso en Argentina. Sociología y crítica social: ¿Descarrío
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación o renovación?
puede ser reproducida sin permiso escrito del editor.
Por Luc Boltanski

00
El descarrío de la crítica del liberalismo
económico hacia el neoconservadurismo 84
Para una genuina renovación de la
crítica social 87
La presente obra reproduce el debate entre Luc
Crítica, dominación, emancipación Boltanski y Nancy Fraser, animado por Philippe
Por Nancy Fraser 91 Corcuff, que tuvo lugar el 27 de noviembre de
2012 en la ciudad francesa de Lyon, en el marco
Algunas clarificaciones conceptuales del festival "Mode d'emploi”
necesarias

<X> <£)
Una crítica ambiciosa
to
Un enfoque modesto y abierto de
la emancipación
CO

Notas
101
Apertura
Philippe Corcuff

Dos pensamientos críticos para un siglo


XXI emancipador

De ayer a hoy: disociación entre la crítica social


y la emancipación

Desde una perspectiva de largo plazo, un me­


lancólico perfume emana del campo de la críti­
ca social: hace aproximadamente dos siglos que
surgió la esperanza de una emancipación de las
cadenas del capitalismo, y hace dos siglos que,
por diversos motivos, esa esperanza fracasa,
para a veces incluso desembocar en lo peor, es
decir, en las experiencias autoritarias y/o tota­
litarias que se identificaron con el "socialismo"
y el "comunismo" Es cierto que las sociedades
humanas han experimentado avances democrá­
ticos y sociales, y a veces han visto algún que otro
claro, ¡pero nunca un sol duradero! Sin embargo,

11
Dominación y emancipación
Luc Boltanski y Nancy Fraser

en este inicio del siglo XXI, del altermundis- (en el sentido etimológico de tomar las cosas
mo a las revoluciones árabes, del Occupy Wall “desde su raíz") y emancipadora.
Street estadounidense a los Indignados espa­ El trabajo intelectual profesional, tanto en el
ñoles, del movimiento mundial por la justicia nivel de la filosofía como de las ciencias socia­
climática a las luchas locales ecologistas, de los les, es proclive a participar en una renovación
renovados combates obreros a la movilización de esa crítica social radical y emancipadora.
de los campesinos sin tierra, de la renovación Eso supone admitir complicaciones en las rela­
de la galaxia feminista a las reivindicaciones ciones clásicas entre el erudito y lo político, es
poscoloniales, de WikiLeaks a los Anonymous decir, una autonomía en la creación profesional
entre los hacktivistas de Internet, un viento crí­ de andamiajes intelectuales y saberes asociada
tico vuelve a soplar a través de una multiplicidad a criterios de rigor en la investigación, y de ar­
de movimientos sociales. gumentación en la discusión y, a su vez, ciertas
Entre las decepciones de ayer y los cosqui­ intersecciones con la acción política2. Y esto sin
lieos emancipadores de hoy, puede resultar dar a los saberes académicos ni una exclusivi­
oportuno localizar mejor los recursos críticos dad, ni una posición de superioridad en la pro­
disponibles y la renovación que habría que ducción de la crítica social, pues esta pertenece
efectuar1. Se trata de todas las herramientas también a los movimientos sociales y a las inicia­
críticas que tenemos a nuestra disposición, a tivas ciudadanas.
la vez para descifrar el mundo, pero también No obstante, esa tarea no es tan simple en los
para transformarlo. Porque si la crítica social tiempos que corren. ¿Por qué? Poique articular
permite analizar lo negativo de un orden social una crítica de la dominación -en el sentido de
dado -negativo al cual podemos dar el nombre una asimetría de recursos y de un conjunto de
de “dominación”-, esa postura también remite, restricciones que pesan estructuralmente sobre
implícita y/o intuitivamente, a lo positivo -a lo los individuos y los grupos- con una perspecti­
que podemos llamar “emancipación-. Es en ese va de emancipación -en el sentido de la salida
sentido que hablaremos de crítica social radical "fuera del estado de tutela"3, según el vocabulario

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Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

kantiano del siglo XVIII, o de la constitución de vertiente crítica, punto principal de su teoría,
una autonomía individual y colectiva que per­ sobre una base científica, pero subdesarrollan­
mita desprenderse de la dominación, según un do la vertiente emancipadora. En particular,
vocabulario más contemporáneo- ya no cae to­ en él, las articulaciones entre la mira científica
talmente de maduro. La cuestión resulta mucho (predominante) y la mira emancipadora (pre­
más evidente para los autores clásicos como La sente, pero en un modo menor) parecen com­
Boétie en el siglo XVI, o Marx en el siglo XIX, plicadas de clarificar, especialmente a causa de
para quienes ambos aspectos se pensaban de ciertas tentaciones cientificistas que conducen
manera conjunta. En el siglo XX, tal era el caso a replegar el plano emancipador sobre el plano
aún para la teoría crítica de la Escuela de Frán- científico. Por el contrario, Jacques Ranciére, uno
cfort, con Theodor Adorno, Max Horkheimer de los filósofos vivos más originales en cuanto a
o Herbert Marcuse. En este comienzo del siglo la doble cuestión de la emancipación y la de­
XXI, el problema aparece más incierto, tanto mocracia, tiende hoy a desconfiar de la teoría
por el lado de la filosofía como de las ciencias crítica, por miedo a que la figura de la domina­
sociales, que se han inscripto en una lógica de ción ocupe todo el lugar, planteando el riesgo
especialización de los saberes, correlativa de un de postergar indefinidamente la perspectiva de
movimiento más general de división del trabajo, emancipación. La faceta emancipación apare­
al tiempo que se han alejado de los movimien­ ce desarrollada en exceso; la faceta crítica está
tos sociales. Las cosas se han tornado más difu­ más o menos implícitamente presente, pero se
sas, más disociadas; han surgido tensiones. Dan la mantiene a distancia.
cuenta de ello, por ejemplo, las oposiciones en­ Desde ese punto de vista, volver a asociar
tre la sociología crítica de la dominación de Pie- crítica y emancipación es una de las tareas im­
rre Bourdieu y la filosofía de la emancipación portantes de la actualidad, tanto en los círculos
de lacques Ranciére4. Pierre Bourdieu5, uno de intelectuales críticos como en los movimientos
los grandes pensadores críticos de la segunda sociales. Es en ese contexto y con respecto a ese
mitad del siglo XX, desarrolló sobremanera la desafío que los aportes respectivos y el diálogo

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Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

entre dos figuras del pensamiento crítico con­ En enero de 1985, Luc Boltanski crea, den­
temporáneo, Luc Boltanski y Nancy Fraser, re­ tro de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias
sultan particularmente importantes. Sociales, el Grupo de Sociología Política y Moral
(GSPM), que se convertirá en la punta de lan­
za de un nuevo enfoque sociológico que inicia
Dos destacadas figuras de la crítica con Laurent Thévenot, y que luego adoptará el
nombre de "sociología pragmática"10. Lo propio
Nacido en 1940, el francés Luc Boltanski ha sido de ese programa de investigación, que se distan­
director de estudios de la Escuela de Altos Estu­ cia de la sociología crítica de Pierre Bourdieu, es
dios en Ciencias Sociales; hoy está retirado. En sus su interés por la capacidad de los actores en la
inicios, acicaló durante largos años sus armas crí­ acción, en particular, las capacidades críticas.
ticas junto a Pierre Bourdieu, a quien llama afec­ Luc Boltanski hablará entonces de "sociología
tuosamente, en un libro de sociología con cierta de la crítica"11. Sin embargo, esa sociología de la
tonalidad autobiográfica6, "el patrón" Primero, crítica comienza a reconciliarse con la sociolo­
será su estudiante en sociología en la Sorbona a gía crítica en un libro escrito con Éve Chiapello,
partir de 1960, luego, de 1962 a 1984, será miem­ Le Nouvel Esprit du capitalisme12, publicado en
bro del Centro de Sociología Europea, inicialmen­ 1990, que reintroduce en las ciencias sociales
te dirigido por Raymond Aron, y después por el francesas el concepto de capitalismo, margina-
propio Pierre Bourdieu. Por ejemplo, es coautor lizado en el transcurso de los años 1980. Esa in­
de algunos artículos importantes con Pierre Bou­ flexión crítica será sistematizada y radicalizada
rdieu, como "Le titre et le poste" o "La production en De la critique™, una de las obras de teoría so­
de l'idéologie dominante"7. Su primer gran libro ciológica más originales y más estimulantes de
surge de su tesis: Les Cadres?, publicado en 1982, comienzos del siglo XXI, donde busca constituir
obra que contribuirá a renovar significativamente un nuevo marco de análisis crítico y, a su vez,
la sociología de las clases y los grupos sociales con pragmático, reuniendo los dos grandes períodos
una lógica de construcción sociohistórica9. de su actividad científica. Esa obra reivindica una

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Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

"crítica radical" del capitalismo y de las otras for­ septiembre de 1990 por el Greater Philadelphia
mas de dominación, conectando esa crítica con Philosophy Consortium, y publicado en inglés en
una perspectiva de emancipación. Lamentable­ Feminist Contentions: a Philosophical Exchange16.
mente, el GSPM desaparece en 2013, ahogado Los diálogos críticos con Judith Butler continua­
de algún modo por la hiedra de! conformismo rán en 1997 con una controversia plasmada en la
académico y de la moderación política, un tan­ revista Social Text, en torno a las tensiones entre
to espantado por la radicalización herética del "política de identidad" y "política de clase" "iz­
pragmatismo boltanskiano14. quierda cultural" e "izquierda social"17.
Nacida en 1947, la norteamericana Nancy En un libro publicado en 2003 con el títu­
Fraser es Professor of Philosophy and Politics lo Redistribution or Recognition? A Political-
en la New School for Social Research de Nueva Philosophical Exchange, Nancy Fraser entabla
York desde 1999. Defendió su tesis en filosofía en también un diálogo crítico con el gran filósofo
la City University de Nueva York en 1980. Ha sig­ alemán del reconocimiento, Axel Honneth, en
nado la filosofía política, la teoría feminista y la torno a los respectivos lugares de las proble­
teoría social en Estados Unidos, con un impor­ máticas de la redistribución, abocándose a los
tante eco internacional. En 1989, su primer libro, mecanismos de explotación generadores de des­
Unruly Practices: Power, Discourse and Gender igualdades, y del reconocimiento, apuntando a
in Contemporary Social Theory1S, interroga una la doble cuestión del desprecio y la identidad18.
serie de conceptualizaciones críticas contem­ A través del debate con Judith Butler, y de aquel
poráneas, como las del francés Michel Foucault que mantuvo con Axel Honneth, se desprende
y las del alemán Jürgen Habermas, dando un una teoría crítica original, que asocia la redistri­
lugar particular al análisis feminista del género bución con el reconocimiento, el combate con­
{gender). Continuará con sus exploraciones fe­ tra las desigualdades con el combate contra las
ministas en un debate público en torno a la cues­ discriminaciones, las políticas de igualdad social
tión “Feminismo y posmodernismo" junto con con las políticas de identidad cultural, el marxis­
otras figuras como Judith Butler, organizado en mo renovado con el posmodernismo.

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Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

Más cerca de nosotros, Nancy Fraser cuestio­ bilidades emancipadoras y amenazas neocon-
na las limitaciones de lo que el sociólogo alemán servadoras en particular, cruzando herramientas
Ulrich Beck llama el "nacionalismo metodoló­ intelectuales situadas en la intersección entre la
gico" el cual encierra de antemano la mirada sociología y la filosofía política. Interrogaciones
del analista en la obviedad de la primacía de las del debate ciudadano y recursos extraídos de la
fronteras nacionales19. Así, en Scales ofjustice20, autonomía del campo intelectual encuentran
publicado en 2009, Fraser nos invita a sobrepa­ allí puntos de encuentro e interacciones heurís­
sar el marco de los Estados nación, para pensar ticas. El dispositivo creado por el festival "Mode
la justicia social en un mundo globalizado que d’emploi" a partir de noviembre de 2012, por
también ha de tratar las "inequidades transfron­ iniciativa de Guy Walter y del equipo de la Vi­
terizas" Por otra parte, en sus reflexiones más lla Gillet, se ajusta particularmente bien a este
recientes, defiende una alianza inédita entre la ejercicio, pues plantea en el foro público deter­
emancipación y la protección social21. En fran­ minados análisis y confrontaciones perspicaces
cés, disponemos de dos selecciones de textos destinados a los ciudadanos. Revela así cierta se­
extraídos de distintos momentos de su obra: mejanza con las universidades populares, como
Qu'est-ce que la justice sociale?, publicado en la de Lyon, pero en este caso de manera puntual
2005, y Le Féminisme en mouvements, publica­ y más intensiva, en el transcurso de un aconte­
do en 201222. cimiento anual, y no de una actividad regular a
lo largo del año.
Luc Boltanski y Nancy Fraser retoman los
Un diálogo político alimentado por recursos cuestionamientos de la actualidad política,
sociológicos y filosóficos cada uno con sus especificidades disciplinarias
y nacionales. Pero Luc Boltanski es un sociólogo
El diálogo entre Luc Boltanski y Nancy Fraser que se interesa por la filosofía política, y Nancy
se apodera de secciones importantes de nuestra Fraser, una filósofa política que dialoga con las
actualidad política: crisis del capitalismo, posi- ciencias sociales. Por lo demás, los debates de

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Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

las ciencias sociales estadounidenses contribu­ grandes fuerzas político-ideológicas presentes


yen a nutrir el trabajo de Luc Boltanski; y Nancy hoy y los peligrosos nexos que pueden trabar­
Fraser sigue de cerca la vida intelectual francesa se entre ellas; las dificultades que encuentra la
y, más generalmente, europea. Por lo tanto, en crítica y la perspectiva de superación del capita­
sus respectivos enfoques, salen a la luz determi­ lismo; el tratamiento de la emancipación en su
nadas convergencias y, en particular: relación con las instituciones.
• Una reevaluación de la crítica del capita­ Junto a Luc Boltanski y a Nancy Fraser, entre­
lismo, y no tanto del mero neoliberalismo eco­ mos ahora, equipados con las herramientas so­
nómico, como marco globalizante que limita ciológicas y filosóficas del caso, en el campo de
nuestras vidas hoy; las coerciones, las potencialidades y los riesgos
• Una ampliación de la crítica del capitalis­ de la política contemporánea.
mo a otras lógicas autónomas pero que están en
interacción con él, trátese de modos de domina­
ción (como la opresión de género o poscolonial),
o de desafíos urgentes (como los retos que plan­
tea la ecología);
• Una negativa a dejarse imponer, en sus in­
vestigaciones, las anteojeras propias a las fronte­
ras y a las obviedades generadas por los Estados
nación;
• Una voluntad de reanudar los diálogos y las
cooperaciones entre los intelectuales profesio­
nales y los movimientos sociales.
Los temas abordados han sido agrupados en
cuatro capítulos: algunos focos históricos sobre
nuestro presente; la individualización de las

22
Diálogo
Luc Boltanski y Nancy Fraser
Mirada desde una perspectiva histórica

Cada uno a su manera, Nancy Fraser y Luc


Boltanski sitúan dentro de un marco histórico
su crítica del mundo en su estado actual. Nan­
cy Fraser privilegia aquí el ángulo de la historia
de la protección social, y Luc Boltanski, el de
la historia del capitalismo. En ambos casos, se
cuestiona el estatismo de manera radical, apar­
tándose de las críticas más someras del neoli-
beralismo, que muchas veces traen aparejada
cierta nostalgia estatista.

Philippe Corcuff

Hoy en día, la crítica de los daños sociales del


momento neoliberal del capitalismo a menudo
se apoya, al menos de forma implícita, en cierta
nostalgia del Estado social, también llamado "Es­
tado de bienestar" El enfoque de Nancy Fraser, al
tiempo que es radicalmente crítico, aparece más

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Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

matizado, ya que incorpora el problema de la Ante todo, refirámonos a la forma preneolibe­


protección social a una serie de desplazamien­ ral de protección social, que en su origen estuvo
tos históricos que permiten comprender mejor determinada por una gran cantidad de formas
ciertos desafíos actuales. de dominación. Hubo, por ejemplo, enfoques
sexistas en la comprensión del trabajo y de las
contribuciones: se presumía muy a menudo que
Nancy Fraser la familia necesitaba un único salario, y que esta­
ba constituida por un hombre que ganaba dine­
Aveces, solemos oponer de manera simplista la ro y una mujer que administraba el hogar, lo que
bondad de una democracia social con la maldad yo llamo el "heterosexismo". Había entonces un
del neoliberalismo, la bondad de lo público con enfoque dominado por la heteronormatividad,
la maldad de lo privado, la bondad del repu­ y la protección social estaba fuertemente imbri­
blicanismo francés con la maldad del enfoque cada en ese enfoque. Esa lectura iba acompaña­
estadounidense... Ahora bien, esos dualismos da de la idea de que todo el mundo debía obrar
tan sencillos no nos ayudan en nada. Ese tipo en interés de la comunidad, lo cual penalizaba
de definiciones fáciles nos obligan a conferirle fuertemente a las personas que formaban par­
un carácter sentimental a nuestros análisis del te de minorías religiosas o étnicas, o incluso de
capitalismo, remitiéndolo a sus primeras fases, otros grupos. Existe una crítica feminista y más
que por supuesto tenían sus problemas y tam­ ampliamente antidiscriminatoria del Estado de
bién estaban habitadas por distintas crisis; pero bienestar, y esa crítica es necesaria. Todas esas
esas primeras fases forman parte del pasado. No formas de protección social han sido criticadas,
se puede dar marcha atrás y restablecer ese ca­ y con justicia, en los años 1960-1970, por parte
pitalismo. Hoy hay que pensarlo de otro modo. de los movimientos sociales en favor de la eman­
La protección social también atravesó diversas cipación. Esas formas eran vistas por entonces
evoluciones, a menudo criticadas por los movi­ como opresivas -y, de hecho, desde una lógica
mientos sociales. emancipadora, no deseamos regresar a aquella

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Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

protección social. Sean cuales sean las formas pueblos del Sur. Esa forma de protección estuvo
de protección que se quieran crear hoy, las for­ mal enmarcada. Es decir que todo un grupo que
mas modernas deben estar ligadas a exigencias estaba expuesto a ciertos riesgos y necesitaba
de emancipación, y debemos superar aquellas protección -y ese grupo era mucho más amplio
formas de dominación. que cualquiera de los Estados nación- fue sa­
El segundo punto que cabe mencionar es la crificado en beneficio de un pequeño círculo de
forma estatista de la democracia social preneoli­ ciudadanos. Frente a formas transnacionales o
beral. Es un enfoque burocrático, expertocrático, I mundiales de riesgos, uno no puede conformar­
un modo de protección que posee sus códigos se con proteger a la gente implementando pro­
portadores de limitaciones opresivas. Recuerdo gramas nacionales. Debemos tener un enfoque
múy bien la crítica, encabezada en los años 1960- más vasto, más global. Es lo que he intentado
1970 por lo que se denominaba la "nueva izquier­ desarrollar particularmente en mi obra Scales of
da” de ese modo de protección que había quitado Justice1. En nuestro mundo globalizado, existen
todo poder a sus beneficiarios y hacía de ellos ya inequidades transfronterizas que se ven redu­
no ciudadanos sino usuarios pasivos. Tampoco es cidas de manera errónea a un plano nacional:
a eso que se quiere regresar desde una perspecti­ por ejemplo, los efectos de las deslocalizaciones
va emancipadora. Acaso haya algo de verdad en en materia de desempleo y presión salarial, las
la crítica liberal de la protección social como im­ desigualdades Norte/Sur como fuentes de mo­
pedimento a la libertad, si bien en esta cuestión vimientos migratorios que resultan en zonas de
no podemos seguir a los liberales hasta el final. no derecho para quienes no tienen acceso a la
El tercer punto que quisiera destacar es el de calidad de ciudadano en el marco de los Estados
la cuestión nacional. Personalmente, creo que nación occidentales, etcétera.
el Estado de bienestar y las formas de protec­ Los tres puntos que acabo de mencionar per­
ción que salieron a la luz después de la Segunda miten dar cuerpo a la cuestión, alejándose de al­
Guerra Mundial fueron financiados, sobre todo, gunos de los defectos más maniqueos presentes
a costa de los pueblos poscoloniales, entre los en las críticas más comunes del neoliberalismo.

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Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

Philippe Corcuff que plantea una crítica del Estado, sin por ello
abandonar el terreno de las instituciones. Aquí
De manera estimulante, el enfoque de Nancy hay unas cuantas similitudes, no en lo que atañe
Fraser permite integrar la crítica formulada por al contenido sino a la lógica de ambas problema-
la “nueva izquierda" en los años 1960-1970 del tizaciones: crítica del Estado social y defensa de
Estado social, de su lógica burocrática y de las la protección social para Nancy Fraser, crítica del
formas de dominación a las cuales estaba aso­ Estado y defensa de las instituciones para Luc
ciado, tal como la dominación sexista, sin por Bolstanski, cuestionando ambos, por otra parte,
ello llevarnos a poner en tela de juicio la protec­ las limitaciones nacionales del estatismo.
ción social en sí misma -¡muy por el contrario!-, Más allá de esa analogía, el aporte de Luc Bol­
so pena de ver nuestra crítica instrumentalizada tanski a la historicización de una crítica social
por el cariz neoliberal del capitalismo. Por otra renovada es más específico, y propone una lec­
parte, la perspectiva de la reinvención de una tura de los movimientos históricos conjuntos del
protección social, al unirse más radicalmente capitalismo y del Estado.
con la cuestión de la emancipación, permite no
abandonar el tema de la protección a manos de
las fuerzas conservadoras, e incluso de extrema Luc Boltanski
derecha, que tienden a encerrarla en una lógica
de la seguridad. Habría que desarrollar algunos análisis sobre las
Luc Boltanski, por su parte, no habla dema­ relaciones entre el capitalismo y el Estado desde
siado de protección social. No obstante, en De el final de la Segunda Guerra Mundial, en línea
la critique, desarrolla una concepción bastante con los trabajos históricos de larga duración de
original de las instituciones, a través de un en­ Michael Mann3y Saskia Sassen4. Remontémonos
foque semántico2, que de alguna manera puede un poco en el tiempo: a finales del siglo XIX, el
concordar con esta cuestión. Podríamos relevar Estado se había atribuido como proyecto un tan­
una analogía en su propuesta, en el sentido de to alocado, e incluso demiúrgico, el estabilizar

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Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

completamente la realidad, formatearla com­ de educarla, de cuidarla, de ocuparse de la in­


pletamente, para una población, en un territo­ fraestructura, mientras que las grandes empre­
rio. En Énigmes et complots5, he podido abarcar sas capitalistas pagan los impuestos y reconocen
esa dimensión a través de la génesis de dos gé­ en cierta medida la representación obrera por
neros literarios: la novela policial y la novela intermedio de los sindicatos, del Plan y sus co­
de espionaje, las cuales, cada una a su manera, misiones, así como de otros organismos, sean
abordan las tensiones que suscita la ambición estos paritarios (agrupaciones patronales y sin­
del Estado de administrar la realidad social en dicales), tripartitos (agrupaciones que compren­
sus principales aspectos, valiéndose del apoyo den a los representantes del Estado), etcétera.
de la ciencia. Ese proyecto estatista, de hecho, Después de 1968, esa solución de compro­
va de la mano de cierta xenofobia, un rechazo de miso es cuestionada por actores que ocupan
aquellos que no pertenecen a una población que posiciones de poder en las grandes firmas. Pero
se supone homogénea. Y ese rechazo ha sido, en cabe añadir que esa solución de compromiso
el siglo XX, el padre de la forma más terrible de ya estaba en crisis en los años 1960, cuando el
inseguridad, es decir, las guerras más monstruo­ capitalismo estuvo signado por la baja de la pro­
sas que la humanidad haya conocido. ductividad, el espectacular ascenso de los sin­
En los años 1945-1950, se instaura una solu­ dicatos, la extensión de las luchas sociales a los
ción de compromiso que, en parte, es un cas­ trabajadores llamados "terciarios" el desarrollo
tigo del capitalismo por la crisis de los años de la protesta estudiantil y, sobre todo, la dismi­
1930, pero también una medida que se toma nución de la cuota que correspondía a los accio­
en reacción al masivo involucramiento de los nistas en el reparto del valor agregado, lo que irá
empresarios de Europa en el fascismo. Esa so­ acentuándose hasta alrededor de mediados de
lución de compromiso entre el capitalismo y el la siguiente década.
Estado cobra la forma que podemos describir En los años 1975-1985, comienza una suerte
groseramente en estos términos: corresponde al de redespliegue del capitalismo, que proseguirá
Estado la tarea de reproducir la fuerza laboral, a continuación. Algunos desplazamientos, que

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Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

no están del todo coordinados, se verán luego el mantenimiento de la fuerza laboral, así como
integrados en el interior de lo que hemos llama­ una gran cantidad de cargas que correspondían
do, con Éve Chiapello, el "nuevo espíritu del ca­ al Estado de bienestar.
pitalismo"6. Ese "nuevo espíritu del capitalismo" Al leer la excelente tesis de Jeanne Lazarus,
se expresó muy particularmente en el manage- publicada con el título L'Épreuve de l'argenf,
ment de los años 1990, que pasó por la tritura­ uno comprueba que, a mediados de los años
dora capitalista ciertos temas sacados del Mayo 1960, apenas un cuarto de la población francesa
Francés. Tales movimientos apuntaron a liberar poseía una cuenta bancaria. A la gente muchas
al capitalismo de la doble coerción que hasta veces se le pagaba por semana, a veces incluso
entonces pesaba sobre él. Léase, por un lado, por hora, y no por mes. Inmediatamente después
la coerción obrera y, por otro lado, la coerción del Mayo Francés, bajo el gobierno de Chaban-
fiscal que padecía en la época de las soluciones Delmas y de Delors, en cierto modo el apogeo
de compromiso con el Estado social. Porque el del Estado de bienestar antes de que comien­
Estado es ante todo el impuesto, como bien lo cen a deshacerlo, se difundió el pago mensual,
han demostrado numerosos trabajos de socio­ y la presión para que todo el mundo tuviera una
logía histórica como los de Michael Mann7, que cuenta bancaria se tornó más fuerte.
mencionaba hace un rato. Las maniobras neo- Por consiguiente, gente que antes tenía cier­
capitalistas son múltiples y van en el sentido de ta flexibilidad y cierta autonomía, tanto en su
una completa reestructuración de las empresas, forma de lucha en su lugar de trabajo como en
de una externalización y de movimientos de la gestión de su dinero, al fin y al cabo inter­
lobbyingpara la desregulación de las finanzas, de cambió esa flexibilidad y esa autonomía por
modo que se fabriquen ganancias sin pasar por una promesa de seguridad ofrecida por el Esta­
la utilización de una clase obrera, por lo menos do. Pero a partir de los años 1973-1975, todo un
local. Esas diferentes lógicas tienen como coro­ conjunto de fenómenos, que van acompañados
lario el amplio agotamiento de las posibilidades de la reorganización del capitalismo, cuya meta
de los Estados, sobre los cuales siguen pesando es incrementar las ganancias de los accionistas,

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Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

alteraron fuertemente la seguridad de las per­ la seguridad social. Por otra parte, también exis­
sonas, sin que estas encontraran por ello una te todo un discurso neoconservador muy difun­
autonomía que los ayudara a hacer frente a esa dido, que todos conocen bien, el cual consiste
inseguridad que se intensificaba. Hoy en día, en sancionar, en culpar a la víctima -como reza
quien no tiene cuenta bancaria o quien tiene el título de un célebre libro norteamericano-9,
graves problemas con su banco es considerado considerando que aquellos que no triunfan se­
-repito el término vernáculo de los banqueros- gún los cánones capitalistas son los artífices de
un cas soc', un caso social; y esa persona es de lo que les sucede y que de nada sirve asegurar
algún modo doblemente estigmatizada: por las su seguridad.
dificultades que padece y por el hecho de que
nuevas instancias financieras de control han
intervenido en su vida. Frente a esta situación,
ciertamente hay que intentar "preservar los de­
rechos adquiridos" para defender la dosis de
seguridad que aún perdura -creo que la ma­
yoría de los movimientos sociales de izquierda
estarían de acuerdo en este punto-. Pero ningu­
na perspectiva creíble permite pensar que los
Estados actualmente estén en condiciones de
modificar la situación en su propio beneficio,
ni siquiera, de hecho, que estén realmente dis­
puestos a hacerlo, más allá de los anhelos pia­
dosos pronunciados al final de los grandes foros
internacionales. En suma, en el contexto del ca­
pitalismo actual, el estatismo no aparece como
la mejor vía para siquiera frenar el retroceso de

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Fuerzas de la confrontación política
y amistades peligrosas

¿Cómo pensar las principales fuerzas político-


ideológicas presentes en la fase neoliberal del
capitalismo? ¿Cuáles son las amistades peligro­
sas que se dibujan entre ellas? ¿Qué perspectivas
parecen deseables desde una perspectiva eman­
cipadora? Nancy Fraser y Luc Boltanski esbozan
diferentes escenarios en el caso de Estados Uni­
dos y de Francia, donde se vislumbran determi­
nadas intersecciones.

Philippe Corcuff

A través de una mirada en perspectiva de la cues­


tión de la autonomía y la protección en la historia
del capitalismo desde la Segunda Guerra Mun­
dial, se puede sugerir la idea de una protección que
no necesariamente sería estatal y nacional, lo cual
es importante en relación con el acartonamiento

41
Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

de las respuestas proporcionadas por la izquierda sentido político, a través de la idea de "liber­
en Francia, frente a la crisis del capitalismo, den­ tad negativa"3, siguiendo la tradición de Isaiah
tro de los esquemas estatales y chauvinistas. Para Berlin4. ¿Cómo definir con mayor precisión esa
resistir a ese estatismo centrado en lo nacional, parte liberal asumida, mas no exclusiva, de una
uno de los puntos de apoyo que Luc Boltanski y lógica emancipadora?
Nancy Fraser tienen en común en sus reflexiones
más recientes consiste en recuperar una parte
del liberalismo político como una de las dimen­ Nancy Fraser
siones de la emancipación, uno de los recursos
capaces de contrariar la dominación estatal y los Luc Boltanski y yo utilizamos términos diferen­
efectos de exclusión de las fronteras nacionales. tes, pero ambos tenemos una visión análoga.
Ese enfoque va en contra de algunas tesis a la Para decirlo en términos sencillos, principal­
moda -me refiero, entre otros, al filósofo Jean- mente hay tres grandes fuerzas que entran en
Claude Michéa- que colocan al liberalismo polí­ juego. Ante todo, un partido neoliberal, que
tico y al económico en la misma bolsa, ligando al apunta a extender los mercados lo más lejos
primero con el capitalismo y la derecha1. Allí te­ posible y a desposeer a los Estados de su capa­
nemos una figura análoga, y a menudo asociada cidad protectora, por más que defiendan otros
en términos conceptuales, de lo que yo llamo el aspectos del Estado, como el carácter represivo,
“software colectivista2" que domina a la izquierda por ejemplo. Luego tenemos fuerzas que inten­
en Francia desde la posguerra de 1914-1918, es tan resistir a ese partido y defender o establecer
decir, un presupuesto poco examinado según el alguna forma de protección social. Esas fuerzas
cual lo colectivo sería la izquierda, y el individuo, pueden ser nefastas, racistas, xenófobas, etc. No
la derecha y el capitalismo; automatismo políti­ es el caso de todas, pero hasta las mejores entre
co-intelectual que perdura hasta nuestros días. ellas están muy centradas en la idea de Estado
Nancy Fraser aprehende esa cuestión del nación. Por último, existe un tercer tipo de fuer­
componente liberal de la emancipación, en el za, acaso más embrionaria, que Luc Boltanski

42
43
Dominación y emancipación
Luc Boltanski y Nancy Fraser

agrupa bajo el estandarte de la izquierda liberta­ En el caso de la emancipación, el principio es


ria. Yo la definiría más generalmente como una obviamente el de superar la dominación. En el
fuerza que tiende hacia la emancipación. caso de la protección social, se trata de una va­
A partir de allí, son posibles varias combi­ lidación de la seguridad social, de la estabilidad
naciones entre dos de esas fuerzas, que po­ social, de la solidaridad social, bajo una u otra
drían alinearse contra la tercera. Luc Boltanski forma. Mientras que lo que motiva al neolibera-
nos advierte del peligro de una alianza entre lismo económico es un ideal de libertad nega­
las fuerzas de emancipación de la izquierda tiva y de elección respecto de los mercados. Es
y los usos conservadores de la protección so­ por ello que digo que hace falta una concepción
cial, que potencialmente podrían marginalizar, modesta de la emancipación. La emancipación
e incluso evacuar, lo que podría ser un motor no debe ser un objetivo que sobresalga frente a
de emancipación ya presente en el liberalismo todos los demás. Cada una de esas fuerzas tiene
político, al cual hay que distinguir del neolibe- sus valores legítimos, y esos valores pueden ser
ralismo económico. No obstante, he analizado ambivalentes, puesto que cada uno de esos par­
casi lo contrario en Estados Unidos, y creo que tidos puede aliarse con uno u otro (la emancipa­
Francia también ha podido verse confrontada ción podría aliarse con el neoliberalismo, pero
a una lógica similar. En Estados Unidos lidia­ también con la protección social). Esas alianzas,
mos con otra amistad peligrosa: las fuerzas de si están demasiado sesgadas o demasiado cen­
emancipación se acercan a las fuerzas neolibe­ tradas en un lado u otro, descuidando el tercer
rales, y el tema de la protección social pasa de partido, podrían terminar mal.
la izquierda a la derecha. Se trata de dos formas A fin de resolver este problema, habría que
de amistades peligrosas por demás distintas, tratar de desarrollar un nuevo análisis que con­
pero que en ambos casos resultan problemá­ sista en establecer nexos entre lo mejor de la
ticas porque, a mi entender, cada uno de esos emancipación, lo mejor de la protección social,
tres partidos está orientado hacia un valor o un sin olvidarse de incluir el valor de la libertad ne­
objetivo principal. gativa. Esta última no debería ser abandonada al

44 45
Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

neoliberalismo económico, de igual modo que la protección en varias escalas: hay varias esca­
tampoco habría que abandonar la protección las en la protección social y hay varios tipos de
social a los nacionalistas ni a los neoconservado- poderes públicos.
res. No hay protección social sin emancipación
ni sin alguna forma de reconocimiento pertinen­
te de la libertad negativa, también podríamos Philippe Corcuff
aludir a la democracia participativa. Es con esa
"nueva alianza" que se termina la selección de En las ebulliciones ideológicas en curso, de un
textos traducidos al francés bajo el título de Le modo no consciente o poco consciente, se tra­
Féminisme en mouvements5 en 2012. man amistades peligrosas favorecidas por el
Por lo demás, el marco del Estado nación desdibujamiento de las certezas político-inte­
no necesariamente es el marco en el cual ha de lectuales planteadas en los siglos XIX y XX. Tan­
pensarse la seguridad, y es importante darse hoy to Nancy Fraser como Luc Boltanski nos ayudan
una pluralidad de escalas de reflexión y trabajar a comenzar a descifrarlas en este momento. Lo
sobre la relación entre esas escalas. La seguridad cual demuestra que las herramientas de dis-
y la protección pueden ser aseguradas a un nivel tanciación de los eruditos también pueden ilu­
que va absolutamente más allá del Estado na­ minarnos sobre las brumas y lo difuso de una
ción, pero también a niveles que están de este actualidad que se va desenvolviendo.
lado del Estado nación, niveles de cooperación Nancy Fraser detecta en el caso estadouni­
alrededor de los lugares de vida, los lugares de dense una amistad peligrosa entre la izquierda
trabajo, las ciudades, las regiones, etc. Porque emancipadora y el neoliberalismo. Ese tipo de
no se puede aprehender correctamente la pro­ amistad peligrosa ya ha actuado en Francia en
tección social sin un encuadre oportuno de los los años 1980, cuando la "segunda izquierda"
peligros y los riesgos situados en los distintos que se situaba sindicalmente detrás de la CFDT6
niveles, de lo local a lo mundial, pasando por y políticamente detrás de Michel Rocard, contri­
lo nacional. Ergo hay que reflexionar acerca de buyó de manera ampliamente no intencional a

46 47
Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

favorecer el movimiento neoliberal, a través de Luc Boltanski


su crítica de la burocracia del Estado social, ati­
nada en algunos sentidos, y más generalmente En Francia, las posiciones políticas se distri­
de las rigideces del estatismo, pero también por buyen desde hace mucho tiempo alrededor de
medio de su reevaluación del mercado, mucho la cuestión del liberalismo, pero existe todo un
más discutible. La fundación Saint-Simon (1982- conjunto de distintas críticas de ese liberalismo.
1999), bajo la triple égida de Frangois Furet, Pie- Por una parte, hay una posición socialista, con
rre Rosanvallon y Alain Mine, constituyó una de tonalidad estatista, que se opone esencialmen­
las principales ollas donde una parte de la "nue­ te al liberalismo económico. Asimismo, hay una
va izquierda" de los años 1960-1970 se transfor­ posición socialista no estatista, anarquista (en el
mó en un penoso caldo neoliberal. fondo, muy poco desarrollada en Francia pero,
Hoy en día, en Francia, las amistades peligrosas como bien sabemos, muy presente en España),
se han desplazado; impregnan la crítica antilibe­ que se sitúa en contra del liberalismo económico,
ral, que de un modo legítimo había cuestionado las retomando a su vez una serie de características
evoluciones que la fundación Saint-Simon acom­ del liberalismo político, en particular, el énfasis
pañaba intelectualmente. Entonces, a menudo en la importancia de los derechos y las diferen­
tienen lugar en tomo a una visión simplificada del cias del sujeto individual. Luego existe una canti­
"republicanismo francés" A propósito de esto, dad de corrientes antiliberales desde el siglo XIX,
he identificado en un libro reciente una galaxia tradicionalistas, muy a menudo católicas, regio-
de impensados asociados a la izquierda: "repu- nalistas, nacionalistas, que hacen hincapié en el
blicardos" "laicardos" y "nacionalistas"7. Se trata carácter orgánico de la nación y de la tradición, y
de una serie de automatismos intelectuales por que han arremetido contra otro movimiento de
demás presentes en lo que Luc Boltanski llama el derecha, la derecha liberal integral (liberal polí­
"neoconservadurismo a la francesa" Esa amistad tica, pero sobre todo económicamente).
peligrosa es "nueva" en nuestro contexto, pero no Son los juegos de alianza entre estas distintas
está exenta de cierto tufillo de los años 1930. posiciones lo que, en gran medida, determinará

48 49
Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

el color político de una época. Cuando el movi­ desde sus condiciones efectivas de realización;
miento social aparece como peligroso, o pare­ en los efectos deletéreos de la crítica ("de todo y
ce ir en favor de la izquierda, la derecha liberal, de cualquier cosa"). O también en la necesaria
que por lo general es bastante poco sensible a identificación de "nuestros verdaderos valores"
los valores de la nación y que sobre todo busca el "nosotros" en cuestión, la mayoría de las ve­
satisfacer al mundo de los negocios haciendo ces envuelto en brumas, puede hacer implícita­
funcionar los mecanismos del capitalismo, va a mente referencia a "nosotros los occidentales"
aliarse repentinamente con la derecha tradicio- o a "nosotros los nacionales" o bien a "nosotros
nalista y moralista. Cuando, por el contrario, los los intelectuales depositarios de un legado an­
movimientos tradicionalistas se tornan muy im­ cestral" "nosotros los heterosexuales frente a
portantes hasta desembocar en el fascismo, esa un mundo amenazado por una debacle" etc.
derecha liberal puede aliarse con los movimien­ No estamos muy lejos de las lamentaciones a la
tos socialistas. Son juegos de alianza históricos. Oswald Spengler sobre "la decadencia de Oc­
Dentro de ese marco, en los años 1930, en cidente"10, tan a menudo imitadas en los años
Francia, se asistió a la llegada de intelectuales, 1930 por la derecha tendiente al fascismo. Hoy,
de pensadores y hasta de políticos que se de­ se vislumbran alianzas entre ese tipo de posi­
clararon "ni de izquierda ni de derecha"8 -se los ciones. Los anticonformistas de los años 1930
llamaba "anticonformistas"9-, quienes sostenían muchas veces se encontraron cerca del mariscal
un discurso anticapitalista. Hoy hallamos un dis­ Pétain cinco o diez años después. No sé qué será
curso similar. De ello dan cuenta los numerosos de nuestros anticonformistas "ni de derecha ni
textos publicados estos últimos años, en los con­ de izquierda" de hoy.
fines de la filosofía social o política y las cien­ Entre los que sostienen ese discurso, que no
cias sociales, que hacen hincapié en la necesaria es un discurso de reconciliación, sino un discur­
búsqueda de los "límites"; en las exigencias del so "ni de derecha ni de izquierda" un discurso
"vivir juntos" considerado únicamente desde un anticapitalista asociado con tradicionalismo,
punto de vista moral (el de la "amabilidad") y no encontramos, en efecto, cierta cantidad de gente

50 51
Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

particularmente de izquierda, o venida de la los campesinos con el mal pueblo rojo y dege­
izquierda, que se identifica con el republicanis­ nerado de los suburbios...
mo y con las ideas que han sido masivamente Asimismo, hay numerosos ejemplos de
popularizadas en el transcurso de los últimos cruces izquierda/derecha. Se me ocurre pun­
veinte años, primero por Jean-Pierre Chevéne- tualmente el debate en torno al famoso velo is­
ment. Por el lado de la derecha, los principales lámico, objeto de formidable interés para los
temas de los neoconservadores franceses (que franceses desde hace veinte años. Sin él, la
en esto difieren de los neocons estadouniden­ gente encontraría trabajo, no se extraería gas
ses, que se vuelcan hacia el neoliberalismo) han de esquisto, se reacomodaría la balanza de pa­
evolucionado poco desde los años 1930: siempre gos, etc. ¡Todo está concentrado en ese velo!
se trata de defender los "verdaderos" valores y, Ese desdichado velo ha creado pasarelas su­
por ejemplo, en el ámbito de la cultura escolar, mamente interesantes de estudiar entre ciertas
la "verdadera" cultura, sobre todo para atraerse posiciones feministas, ciertas posiciones laicas
las buenas gracias de los docentes y, en particu­ y republicanas, y la xenofobia, que siempre ha
lar, de los profesores de letras. Así, La Princesse sido un rasgo característico de la derecha fran­
de Cléves, que para los críticos de la escuela cesa, pero que se ha trasladado del antisemitis­
en los años 1970 era un símbolo de la cultura mo, central en Francia en los años 1880-1950,
más arcaica, se presenta hoy como el símbolo a la hostilidad hacia los inmigrantes, máxime
de la lucha de la "verdadera" cultura contra la si vienen del mundo árabe-musulmán, lo que,
mercantilización capitalista. También se trata, por lo demás, está lejos de ser inconciliable: el
de manera más general, de oponer al "verda­ retorno del antisemitismo actualmente tam­
dero" pueblo (hoy en día los obreros amenaza­ bién es muy palpable con motivo de la notoria
dos por la desindustrialización) con el "falso" escalada de la extrema derecha11.
pueblo (el de los inmigrantes de los suburbios
y de los asentamientos urbanos precarios). Ya
en los años 1930 se oponía al buen pueblo de

52 53
La crítica del capitalismo inhibida

El carácter nefasto del capitalismo ha vuelto a


quedar demostrado a raíz de la crisis financiera
de 2007-2010. Sin embargo, el eslogan “There is
no alternative”, abreviado "TINA" atribuido a la
ex Primer Ministro británica Margaret Thatcher,
parece aún ideológica y políticamente potente.
Para esclarecer este problema, Nancy Fraser
pone el acento en la caída de los países llama­
dos "comunistas" y Luc Boltanski, en los efectos
paralizantes para la crítica del contexto actual.

Philippe Corcuff

Quisiera ahondar en una primera paradoja. El per­


juicio del capitalismo se ha vuelto a manifestar con
motivo de su reciente crisis financiera. Y sin em­
bargo continúa imponiendo su coerción a los seres
humanos y a los equilibrios ecológicos. ¿Cómo ex­
plicar este perturbador dato de la realidad?

55
Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

Nancy Fraser las finanzas. El capitalismo, antaño basado en la


producción, hoy está dominado por las finanzas.
Efectivamente, cuando se trata de saber quién va Cada vez hay más capital que se acumula, pero
a pagar por la crisis, se hace todo por proteger a esa acumulación ya no se debe a la explotación
los inversores y propiciar que sean los pueblos de los trabajadores. El capital amasado está liga­
y el medioambiente quienes sufran. En este es­ do a la deuda de los Estados. Diversas razones
tadio, es necesario que entendamos por qué las pueden explicar el declive de los salarios reales,
élites políticas en todo el mundo se han conver­ que deja a las sociedades capitalistas sin con­
tido en poderes neoliberales, excepto en Amé­ sumidores, sin una clase obrera que tendría el
rica Latina, quizá, de la cual habría que hablar. poder de adquirir suficientes productos. Es eso
Incluso los políticos que se dicen “social-demó- lo que ha creado ese enorme agujero de deudas,
cratas" pero que en realidad se han vuelto socio- ya sea relacionadas con las tarjetas de crédito, el
liberales, quienes insisten en la austeridad, en sector inmobiliario, etc. No se ha podido soste­
la reducción del déficit y en el hecho de que el ner el consumo, y eso no ha hecho sino empeo­
agujero de los inversores no debe ser más gran­ rar con la crisis de 2008 y sus préstamos tóxicos.
de que el agujero de los demás. La democracia El capitalismo ha logrado superar la crisis trans­
está desmoralizada, es incapaz de proponer cla­ firiéndola a los Estados, cuya soberanía se ve
ramente una alternativa. En este punto, Estados violentada por la necesidad que enfrentan de re­
Unidos y Francia están en una situación similar. currir al empréstito en los mercados financieros.
Recientemente, a ambas orillas del Atlántico, he­ Lo que estoy intentando decir es que cuando
mos elegido a un nuevo presidente y legisladores se tira de esos distintos hilos, siempre se vuelve
en base a un rechazo muy nítido del neolibera- al capitalismo, es inevitable. Difícilmente puedan
lismo salvaje, pero unos y otros revelan no ser verse las cosas de otra manera. El capitalismo,
otra cosa que "neoliberales lighf. considerado en su globalidad, debe ser visto como
¿Qué ha sucedido a nivel político? Para sa­ una forma de vida en la cual la parte económica
berlo, habría que comprender la expansión de depende de las otras partes, al tiempo que las

56 57
Luc Boltanski y Nancy Fraser
Dominación y emancipación

pone en peligro y literalmente las erosiona. Creo presas de esa incertidumbre, de esa falta de con­
que ese es realmente el objeto principal de la crí­ fianza. ¿Acaso existe alguna otra solución facti­
tica hoy. Pero para juzgar el capitalismo, existe una ble? Esa es la pregunta que se plantea hoy una
pregunta muy sencilla y primordial a la que hay crítica cada vez más fragmentada.
que responder: ¿hasta qué punto el capitalismo
responde a las necesidades de los seres humanos?
Aun cuando se dé una respuesta negativa a Philippe Corcuff
esta pregunta, uno ha de confrontarse con una
característica decepcionante de la época. Es Hoy en día, no podemos sino constatar el senti­
aquí donde me sumo a la paradoja que usted miento de no alternativa al capitalismo que ha
planteaba. En las épocas anteriores, la crítica, así puntualizado Nancy Fraser, que pesa sobre el
como las fuerzas de la izquierda y las fuerzas de pensamiento crítico y sobre los movimientos so­
la emancipación, tenían una suerte de confian­ ciales, y contribuye a crear un clima de lamenta­
za en sí mismas porque estaban genuinamente ción. Para Luc Boltanski, eso también tiene que
convencidas de que existía otra vía, otra forma ver con cierta ineficacia de la crítica en el con­
de satisfacer las necesidades sociales, más allá texto actual y sus especificidades. Sin embargo,
del capitalismo. No podemos permitirnos subes­ la crítica se ha reactivado en comparación con el
timar la importancia del desmoronamiento del clima de los años 1980, apático desde este punto
"socialismo realmente existente" que lamenta­ de vista. ¿Es esta una segunda paradoja?
blemente tendió a arrastrar en su legítima caí­
da todo nuevo proyecto social. El camino hacia
un socialismo emancipador jamás ha llegado a Luc Boltanski
buen puerto, y la incapacidad para reformarse y
deshacerse del terror estalinista de los regíme­ En efecto, sobre este tema, la cuestión princi­
nes políticos que se identificaban abusivamente pal que deberíamos abordar, a mi entender,
con el comunismo ha desalentado. Hoy, somos es la de los escasos efectos que tiene la crítica

58 59
Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

en la situación histórica que es la nuestra en la trabajadores precarizados para crear coordina­


actualidad. La ineficacia de la crítica es particu­ ciones aptas para darles una identidad, un peso
larmente manifiesta en el caso de la crítica del colectivo, y acrecentar su poder en las relacio­
capitalismo. Esta última, a la cual las ciencias so­ nes de fuerza con los empleadores (entre ellos,
ciales han contribuido en gran medida, fue muy el Estado). Hemos asistido a momentos de efer­
activa durante las décadas de 1960 y 1970, luego vescencia colectiva, pero hasta ahora no han ge­
se vio casi reducida al silencio durante las dos nerado ninguna estructura contestataria estable.
décadas siguientes. Ahora bien, esa reducción Hacia arriba, es decir, por el lado de las ins­
de la crítica al silencio fue de corta duración. A tancias dirigentes, se identifiquen estas con la
finales de los años 1990, y más aún en los años derecha o con la izquierda, los temas y las pala­
2000, la crítica del capitalismo volvió a tornarse bras de la crítica han sido utilizados con frecuen­
muy activa. Y sin embargo hay que reconocer cia, pero sin desviar de forma real y duradera las
que eso no afectó sino de manera muy limita­ políticas implementadas. En boca de los dirigen­
da los procesos y los dispositivos que concurren tes, las palabras de la crítica no han dejado de ser
al formateo de la realidad histórica, sean estos más que "palabras verbales" Testimonio de ello
de orden político, económico o cultural. Y esto es, en particular, el escaso peso de las corrientes
es así tanto si nos volcamos “hacia abajo" como económicas llamadas "heterodoxas" que si bien
"hacia arriba" rara vez cobran formas radicales, no han con­
Hacia abajo, la crítica realmente no ha encon­ seguido quebrantar la potencia del mainstream
trado eco en los movimientos sociales. O bien es­ económico.
tos últimos se han mantenido en las posiciones Ahora bien, no puede haber una auténtica
heredadas del pasado que habían acompañado reanudación de la crítica si no se analizan las
su declive, o bien no han logrado constituirse razones de su ineficacia actual. Sugeriré algu­
bajo formas originales y ofensivas. De ello dan nas pistas.
cuenta, por ejemplo, las dificultades con las que Mencionemos, hacia abajo, el corte entre los
se toparon las asociaciones y movimientos de pensadores críticos (por lo menos la mayoría

60 61
Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

de ellos) y los movimientos sociales, fenómeno gerencial" que se ha instaurado en Europa sea,
bastante nuevo en la historia de los dos últimos precisamente, su capacidad de tolerancia frente
siglos. A un largo período durante el cual el a la crítica, a condición, precisamente, de que
pensamiento crítico se decía ante todo una esa crítica permaneciera confinada al orden del
puesta en forma y una interpretación de las discurso y que sus consecuencias prácticas ni si­
reivindicaciones derivadas de los movimientos quiera puedan ser contempladas. Las formas an­
sociales, sucedió una autonomización acadé­ tiguas de poder, que temían la crítica y, por ende,
mica de la crítica, considerada casi como una buscaban obstaculizarla, fueron sustituidas por
suerte de actividad erudita que encontraba en modos de gobernanza, por un lado, capaces de
sí misma su finalidad. Una crítica por la crítica, incorporar ciertos elementos de la crítica cuida­
como se habla del "arte por el arte" a menudo dosamente seleccionados y sobre todo de mane­
altanera y encerrada en los debates internos jar su vocabulario y, por el otro lado, de oponerle
de su propio campo, con sus tensiones entre sin cesar la prueba, que se supone realista, de
pensadores que compiten entre sí. La nebulo­ la "necesidad" es decir, de una realidad regida
sa crítica cobró así la paradójica forma de una según parece por fuerzas cuya naturaleza total­
"vanguardia" de maestros pensadores (for­ mente sistémica e impersonal es tal, que sería
ma que sin embargo había sido ampliamente irresponsable y vano querer escapársele. A di­
cuestionada luego del Mayo Francés), pero sin ferencia de los modos clásicos de dominación,
retaguardia y sin tropas. fácilmente impulsados hacia la brutalidad, es­
Hacia arriba, para tratar de comprender tas nuevas formas se caracterizan, pues, por
el estatuto actual de la crítica, sin duda cabría una inteligencia mucho más elevada de los me­
concentrar la atención en las nuevas formas de canismos del poder, que apela, por lo menos en
gobernabilidad, para emplear el concepto de parte, a las ciencias sociales más sofisticadas, a
Michel Foucault, que se han establecido en el nienudo incorporadas dentro de los dispositi­
decurso de las últimas décadas. Acaso una de vos de management. Esa inteligencia permite a
las especificidades del "modo de dominación esos poderes no ya mantenerse oponiéndose al

62 63
Luc Boltanski y Nancy Fraser

cambio, sino hacer cambios, abordados como si La emancipación y las instituciones


se impusieran desde una necesidad externa y, a
su vez, como la expresión de una voluntad que
se fundamenta en el saber de los especialistas, el
instrumento más eficaz de la dominación.

Si el designio de la emancipación individual y


colectiva se topa en su camino con el obstáculo
del capitalismo y el Estado, tal vez necesite, de
todos modos, de las instituciones. Al menos esa
es la pista que siguen, cada uno a su manera, Luc
Boltanski y Nancy Fraser, en esta última parte de
su diálogo. Ambos convergen en su perspectiva
de ruptura con el marco capitalista. Luc Boltans­
ki incluso contempla la idea de superar el Estado
nación, mientras que Nancy Fraser preserva un
lugar para un Estado de derecho.

Philippe Corcurff

En la izquierda, se ha realzado de buen grado la


autoemancipación -el verbo pronominal "eman­
ciparse"-, pero reintroduciendo muchas veces de
manera subrepticia una visión tutelar de la eman­
cipación -el verbo transitivo "emancipar"1-,

64 65
Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

a través del peso burocrático de los partidos y crítica, sin volver a plantear la cuestión de las
dentro de los partidos, la reproducción de las relaciones de fuerza, una noción que la sociolo­
formas institucionales de jerarquía y violencia gía más reciente muchas veces considera como
en las organizaciones con aspiraciones emanci­ absolutamente grosera, debo reconocerlo. Si no
padoras, la duplicación en su seno de las rela­ se modifican las relaciones de fuerza, primero
ciones sociales desigualitarias, etc. Ahora bien, diciendo “no" luego poniéndose de acuerdo,
la crítica radical de los excesos tutelares de la a pesar de las diferencias, para decir “no" hay
emancipación no supone, según Luc Boltanski, muy pocas posibilidades de poder reapropiarse
recusar definitivamente las instituciones. del entorno. Lo cual no necesariamente incluye
el recurso a la violencia. Hay formas de recha­
zo ciudadano, de resistencia pasiva, de desobe­
Luc Boltanski diencia civil, etc. Lo que importa es la capacidad
para decir “no".
Una política de emancipación no es una políti­ Por otra parte, hay un punto sumamente im­
ca que pueda venir desde arriba. Sería el equi­ portante que merecería ser explorado mucho
valente del double bind2 de los niños. Decirle más de lo que lo es: la cuestión de las reglas y
uno a su hijo o a su hija, "Quiero que seas libre" las sanciones, y más precisamente la cuestión de
rara vez funciona, y a veces da lugar a bonitas las desigualdades frente a las reglas y las sancio­
neurosis... Una política de emancipación debe nes, trátese de las “leyes" dictadas por el Estado,
venir de los actores, de las propias personas. o de las normas de “buena conducta" promovi­
La emancipación, para mí, supone entonces das por las instancias de management. Cuando
una autoemancipación. Y esta sólo es posible si se trabaja sobre estas cuestiones, uno observa
uno se reapropia de su entorno. Por lo general, bastante rápido desigualdades por demás pro­
uno se reapropia de su entorno cuando puede fundas, que en gran medida se ubican en la raíz
decir “no" Creo que es totalmente ilusorio ha­ de un sinnúmero de otras asimetrías que en­
blar de emancipación, o hablar del futuro de la gendran las instancias sobre las cuales reposa

66 67
Luc Boltanski y Nancy Fraser
Dominación y emancipación

la selección social. Allí, estamos en presencia de


una arbitrariedad de la regla, que se puede des­ indignándose moralmente3. Mucho más intere­
cribir utilizando la distinción entre el espíritu y sante sería apoyarse en esa enorme desigualdad
la letra de la norma. A aquel que está abajo en la frente a las reglas para pensar en un mundo so­
jerarquía se le pide que realice actos muy preci­ cial en el cual las posibilidades de negociación y
sos, según lo que han previsto ciertas oficinas de de ajuste de las mismas estuvieran igualmente
estudios, mientras que aquel que ocupa niveles distribuidas entre todas las clases sociales, y no
muy elevados tiene objetivos que no lo obligan reservadas a las élites.
a cumplimientos específicos. Por el contrario, se Este punto puede desembocar en una reeva­
considerará que para que haya posibilidades de luación de las instituciones desde una perspec­
alcanzar esos objetivos, tiene que haber un gran tiva emancipadora. Si bien hay que combatir la
margen de maniobra con respecto a la regla, per­ violencia simbólica y física que estas ejercen, no
maneciendo siempre, lo máximo que se pueda, creo que sea juicioso renunciar a la idea misma
dentro de su espíritu. Pero puesto que es el do­ de institución, lo cual equivaldría a privarse de
minante quien hace las reglas, bastante fácil le las funciones positivas que estas asumen. En
resulta permanecer dentro de su espíritu. particular, creo en la tarea que consiste en ga­
Frente a este problema, existe una respues­ rantizarles a las personas una seguridad semán­
ta moralista, integrista, que consiste en decir, tica mínima -es decir, referencias relativamente
"Todo el mundo ha de obedecer las mismas re­ estabilizadas en cuanto a dónde pararse frente a
glas" obligando así a los grandes, a los ricos, a la incertidumbre en relación con lo que existe-,
los fuertes, a obedecer estrictamente las reglas de modo tal de permitirles su reidentificación,
como los pequeños. Pero pienso que, en políti­ sea cual sea la situación en la cual se encuen­
ca, la indignación moral siempre es mala con­ tren, estando así protegidas, en parte, de la ar­
sejera. Un libro muy hermoso de Svend Ranulf bitrariedad que se desprende de la confusión de
sobre la escalada del nazismo demostraba ya las certezas. John Searle ha insistido con mucho
en los años 1930 que los nazis se la pasaban tino en las funciones semánticas de las institu­
ciones, a partir de la filosofía del lenguaje4. Pero

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69
Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

habría que admitir el carácter provisorio y revi- variantes revolucionarias y reformistas, de la so­
sable de las significaciones que transmiten las cialdemocracia original. Esa desaparición no
instituciones a través de los procesos democrá­ fue realmente teorizada y reivindicada de ma­
ticos, dejando lugar a la incertidumbre y a la fra­ nera positiva en Francia, fuera de algunos sec­
gilidad. Preservar instituciones transformadas tores marginales. Sí lo fue por un gran sociólogo
y abiertas no significa, en cambio, mantener el británico, Anthony Giddens, cercano al Primer
Estado nación tal como se lo instaura en el siglo Ministro de entonces, Tony Blair, quien concep-
XIX, en tanto depositario de una pretensión de tualizó el social-liberalismo en tanto "tercera
encarnar el punto de vista de la totalidad, abar­ vía"5 que trababa una alianza entre la antigua
car todo el campo de la experiencia, integrando socialdemocracia y el neoliberalismo económi­
jerárquicamente las diferentes instituciones, y co. En Francia, nos quedamos en el estadio de
clausurar el espacio a las definiciones posibles los actos, a partir del “tournant de la rigueur"6
de la realidad. de 1983, pero a decir verdad no hubo un traba­
jo intelectual dentro del Partido Socialista para
pensar ese movimiento.
Philippe Corcuff Sin embargo, ese desplazamiento de la so­
cialdemocracia hacia el neoliberalismo no era
A partir de comienzos de los años 1980, la neo- el único posible. Hace algunos años, participé
liberalización de las élites políticas se generali­ en el diseño de la idea de una socialdemocracia
zó hasta la izquierda y condujo a una forma de libertaria7, que contemplaba una renovación de
desaparición de la socialdemocracia, entendi­ la socialdemocracia en la cual la protección
da como búsqueda de un compromiso social social pasara por un diálogo con la tradición
favorable a los asalariados en el marco del ca­ anarquista, antes que con la lógica neoliberal.
pitalismo, etapa abierta por el congreso de Bad Ahora bien, la alianza entre la izquierda eman­
Godesberg del Partido Socialdemócrata alemán cipadora, la protección social y el liberalismo
en 1959, que sucedió a la fase anticapitalista, con político en un horizonte poscapitalista, tal

70 71
Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

como la esboza Nancy Fraser, tiene afinidades libertad individual, la autonomía colectiva y el
con aquella propuesta, al tiempo que está arrai­ orden institucionalizado y gobernado por reglas.
gada en los debates intelectuales y políticos pro­ Sin embargo, es crucial determinar si ese orden
piamente estadounidenses. institucionalizado y reglamentado está estructu­
ralmente vinculado con la dominación. La domi­
nación ¿induce a profundas disparidades en la
Nancy Fraser manera de interactuar de las personas, en su re­
lación con las reglas, en su acceso a los recursos o
Como ha indicado Luc Boltanski, la emancipa­ al reconocimiento, en su posibilidad de expresar­
ción debe ser una autoemancipación, debe venir se, tal como lo hace la voz política o por medio de
de uno mismo y no ser impuesta desde arriba. la sociedad civil, por ejemplo? La emancipación
Hay que luchar para tender hacia esa eman­ pasa por el desmantelamiento del orden social
cipación. Sin embargo, sea cual sea ese nuevo que ratifica tales desigualdades estructurales. Si
orden, si es que lo hay, es necesario que esté el orden social está basado en la dominación, hay
institucionalizado. No puede estar únicamente que reemplazar esa dominación por otro orden
basado en un movimiento que exigiera nuestra social que, por más que sea coercitivo, permita
movilización en cada minuto de nuestra vida, y interactuar sobre bases equitativas. Por el mo­
la emancipación debe poder establecerse en el mento, el problema es que las reglas están ses­
marco de ese nuevo orden. Dicho esto, siempre gadas y no puede haber una competencia justa.
habrá personas que creerán que el orden esta­ En el marco de este orden social, no tenemos es­
blecido está un poco demasiado reglamentado, trictamente la posibilidad de corregir las cosas,
un poco demasiado gobernado, un poco dema­ lo cual nos obliga, a mi entender, a adoptar una
siado estructurado, y que querrán luchar contra vía externa para cambiar radicalmente de orden,
él. Es allí donde la cuestión de la dominación antes que a intentar mejorar el orden existente.
se torna importante. Es cierto que jamás supe­ Pero la perspectiva de superar la domina­
raremos la tensión que siempre existirá entre la ción, por más importante que sea, no puede ser

72 73
Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

nuestro único leitmotiv, nuestra única meta. Eso Existen por lo menos tres ámbitos en los cuales
nos conduciría a una sociedad que, por cierto, los productos de consumo deben encontrar un
se habría librado de las profundas disparidades, mercado: el medioambiente, la protección so­
que ya no estaría regida por una fuerza domina­ cial y las finanzas. Son ámbitos en los cuales se
dora, pero en la cual cada persona estaría sujeta necesitan mercados robustos, muy reglamenta­
a toda suerte de inseguridades y sacudida sin dos y muy acotados, mercados que impongan
cesar por diferentes cambios brutales... Es eso reglas. El nivel más importante es el excedente
lo que me conduce a la idea de una concepción social. ¿Quién decide qué hacer con él? ¿Quién
modesta y no exclusiva de la emancipación. lo controla? Los mercados no deben poder de­
Porque la seguridad, la estabilidad, la solida­ cidir sobre esas cuestiones. El capitalismo con­
ridad tienen su interés propio, por más que a sidera que ese excedente social está sujeto a las
menudo tengamos la impresión de que nos li­ decisiones de los actores privados. He aquí el
mitan. Es en parte por ello que quería proponer peor aspecto del capitalismo, pues se pierde el
una nueva síntesis, una nueva alianza entre la poder colectivo y democrático sobre cuestio­
emancipación y la protección social. La protec­ nes básicas: ¿qué hacer con ese excedente? ¿Se
ción social implica el refuerzo de las institucio­ quieren reinvertir esos beneficios sociales? ¿Se
nes, de las reglas, así como la lógica del Estado quiere no trabajar tan duro, o trabajar distinto,
de derecho. Puede suponer un problema desde desacelerar el índice de acumulación de esos
un punto de vista libertario, pero creo que no capitales? Definir, localizar y enmarcar el pa­
podemos prescindir de ella. pel de los mercados es primordial a la hora de
Como tampoco podemos prescindir de los reflexionar acerca de las distintas alternativas
mercados. No puedo imaginar una sociedad posibles al capitalismo.
deseable en la cual se habrían abolido los mer­
cados y los productos de consumo. La pregunta
principal es la siguiente: ¿dónde se necesitan
mercados y dónde no hay que imponerlos?

74 75
Conclusión
Philippe Corcuff

En sus puntos de desenlace provisorios, los


análisis de Luc Boltanski y de Nancy Fraser han
convergido significativamente hacia una lógica
autoemancipadora, bien captada por el verbo
pronominal emanciparse. Uno de los problemas
de la izquierda ha sido muchas veces, sin tener
clara consciencia de ello, el de pasar del verbo
emanciparse (en la lógica del lema de la Primera
Internacional Obrera: "La emancipación de los
trabajadores será obra de los trabajadores mis­
mos") al verbo transitivo emancipar, como se
llegó a emancipar esclavos. O como el maestro
republicano, y luego socialista, emancipaban
las mentes encerradas en la caverna platónica
para llevarlas hacia las Luces de la Razón... O
como hoy el profesor de ATTAC emancipa a la
gente abusada por la "propaganda" neoliberal,
la histórica militante feminista emancipa a la
prostituta o a la mujer que lleva el velo islámico,

77
Luc Boltanski y Nancy Fraser

el profeta ecologista emancipa a los consumi­


dores alienados, etcétera.
Luc Boltanski y Nancy Fraser recuerdan así la
exigencia de la autoemancipación, en contra de
las desviaciones tutelares de la relación demo­
crática con la política. A partir de este imperativo
y de los cuestionamientos asociados con él, sur­ Post-scriptum
gen posibilidades de seguir algunas pistas, con El lugar de la crítica hoy
el objeto de poner en relación nociones a menu­
do disociadas, como emancipación y seguridad,
movimiento e institución, movilidad y estabili­
dad, aventura y protección, autonomía indivi­
dual y solidaridad, todo ello desde la perspectiva
de un marco poscapitalista. Sin embargo, la aten­
ción a las potencialidades emancipadoras a par­
tir de una reinvención de las tradiciones críticas
pasadas no debe hacernos olvidar, en una fuga
hacia adelante en dirección a un porvenir su­
puestamente radiante, el presente, aquel donde
actuamos, y en particular las coacciones capita­
listas que pesan sobre él, así como las amenazas
neoconservadoras que lo perturban. Lo que nos
queda por hacer intelectual y prácticamente en
el tanteo y la experimentación se muestra apasio­
nante, pero no hay que darle vuelta la cara a las
urgencias ni a los peligros inmediatos.

78
Sociología y crítica social: ¿descarrío
o renovación?
por Luc Boltanski

Cierto retorno de la crítica

En el transcurso de los años 2000, luego de cierta


atonía entre los años 1980-2000, hemos podido
observar un retorno de la crítica en el sentido en
el que lo entienden las corrientes que se iden­
tifican con la izquierda. Dándose como tarea la
comprensión de las nuevas estructuras geren-
ciales globalizadas y los modos de gobernabili-
dad asociados a ellas, incluso a escalas locales,
aquella sobre todo cobró la forma de una crítica
del liberalismo económico y del neoliberalis-
mo, entendidos como una patología del capi­
talismo, en lugar de emprender un análisis del
capitalismo como tal y una reflexión sobre las
alternativas al mismo. Esa nueva crítica del neo-
liberalismo se vio confirmada y estimulada por
la crisis de 2007-2008.

81
Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

Uno de los efectos positivos de esa crítica ciencias sociales, en los años 1960-1970, es decir,
del neoliberalismO; tal como se ha desplega­ antes del giro neoliberal2.
do en el correr de los últimos diez años, fue Los efectos negativos de esa amnesia selec­
el de echar luz a los cambios introducidos en tiva, así como de esa reconstrucción de un mo­
el funcionamiento del Estado y los servicios delo idealizado del Estado francés "republicano"
públicos por la importación de lógicas geren- como encarnación del bien común, que teórica­
ciales (como el benchmarking, la contabilidad mente antecedió el descarrío actual del Estado,
analítica, la contractualización de las relacio­ "colonizado" por las lógicas neoliberales impor­
nes entre actores, el empleo temporario y pre­ tadas desde los países anglosajones a través de
cario, etc.). Estas últimas, primero inventadas las instituciones europeas de Bruselas, fueron,
e implementadas en grandes empresas globa- por lo menos, de dos órdenes.
lizadas, con frecuencia de origen anglosajón, Por un lado, recentraron la crítica del capita­
fueron adaptadas a la gestión pública en Gran lismo en la oposición entre lo público y lo pri­
Bretaña bajo el gobierno de Margaret Thatcher, vado, entre las lógicas gerenciales, ampliamente
antes de ser tomadas en Francia, sobre todo a vilipendiadas, y las lógicas estatales, en teoría
partir de los años 20001. llamadas a jugar un papel salvador, no oponién­
A esa crítica podemos reprocharle, empero, el dose, desde luego, al capitalismo, sino "enmar­
haber querido, en numerosos casos, identificar cándolo" e incluso "moralizándolo" (como si
los cambios en curso oponiendo a los descarríos una de las especificidades del capitalismo no
actuales del Estado una visión idealizada y re­ fuera la de descansar en una lógica estrictamen­
construida a posteriori de esas formas estatales te contable, y uno de sus efectos y de sus fuerzas,
que, en Francia, supuestamente habían precedi­ precisamente el de poner a distancia las inquie­
do a la importación del new public management. tudes generalmente calificadas de "morales").
Eso al precio del olvido de las numerosas críti­ Ahora bien, eso implica ignorar que la crisis ac­
cas del Estado, muchas veces pertinentes, que tual es a la vez una crisis del capitalismo y una
habían sido propuestas, en particular desde las crisis de la forma del Estado3. Por el momento, el

82 83
Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

capitalismo parece haber superado la situación las desigualdades sociales suscitadas por las ló­
de crisis, en la cual se debate desde hace varias gicas económicas liberales. El segundo, venido
décadas, transfiriéndola a las sociedades, con la de la derecha tradicionalista, que pone en pri­
conjunción actual de un capitalismo floreciente mer plano la crítica de las libertades individua­
y de sociedades cada vez más desigualitarias, co­ les en nombre de exigencias de índole moralista
rroídas por el desempleo y la precariedad. y/o nacionalista, a menudo expresada en un len­
guaje -acuñado en el siglo XIX en reacción a las
Luces y a la Revolución Francesa- que pone_el
El descarrío de la crítica del liberalismo acento en la relación^supuestamente "orgánica"
económico hacia el neoconservadurismo que une al verdadero "pueblo" con la "nación"
concebida esta como una entidad anterior y su­
El segundo tipo de efectos que derivó del modo perior al Estado, incluso, o sobre todo, en sus for­
en que la crítica del neoliberalismo se ha lleva­ mas republicanas. De este modo, a través de una
do a cabo en numerosos casos ha sido la aper­ suerte de paradoja, algunas expresiones actuales
tura de una vía hacia un desplazamiento, desde que reivindican el "republicanismo” se inspiran
la crítica del liberalismo económico, hacia una en corrientes que no han dejado de luchar con­
crítica generalizada del liberalismo político, que tra la República desde hace dos siglos.
sin embargo constituye una herencia en parte De ese encuentro está emergiendo, pues, una
insuperable de las democracias modernas, y de extraña mixtura que podemos calificar de nueva
hecho también de la izquierda, incluso en sus ideología dominante o de neoconservadurismo
expresiones más radicales. En Francia, ese antili­ a la francesa, marcada por el anticapitalismo (a
beralismo a menudo ha sido tergiversado bajo el diferencia del neoconservadurismo estadouni­
modismo de "republicanismo". Así, han podido dense) y, a su vez, por el moralismo y la xeno­
tender a conjugarse, reforzándose mutuamente, fobia. Se concentra, de manera casi obsesiva,
dos tipos de críticas del liberalismo. El primero, en la cuestión de la identidad nacional, con la
venido de la izquierda, que coloca el acento en oposición entre el verdadero (y buen) pueblo

84 85
Luc Boltanski y Nancy Fraser
Dominación y emancipación

de Francia y los emigrados de los suburbios, Para una genuina renovación de la crítica social
inmorales, violentos, peligrosos y, sobre todo,
deseosos de aprovecharse de forma abusiva de Una revitalización de la crítica sobre bases más
las "ventajas” de lo que queda del Estado bene­ radicalmente emancipadoras, a mi entender,
factor. Reclama la consolidación de las formas debe partir de una profundización del diagnósti­
culturales más "nobles" (a las cuales se oponen co que acabo de esbozar acerca de los límites de
las "elucubraciones” de la contracultura), y de^ la crítica del neoliberalismo y de las amistades
nuncia la debilidad de las democracias, cuya peligrosas que esta puede trabar con el neocon-
tolerancia confinaría al laxismo, con la consi­ servadurismo en alza.
guiente demanda de un refuerzo de los pode­ Esa revitalización supone, por otra parte, que
res de policía. la reflexión crítica se acerque a las experimenta­
Esa ideología, en sus expresiones más des­ ciones sociales actuales más innovadoras y más
tacadas, es, desde luego, la que vehiculan los radicales, es decir, aquellas que comprometen a
partidos de la derecha extrema, como el Frente las personas en la búsqueda de nuevas formas
Nacional. Pero no hay que dejar de admitir que de vida, de cooperación (de cooperativas) y de
tiende a contagiar, bajo formas más eufemís- lucha. Esas manifestaciones existen, es cierto,
ticas, numerosos discursos y prácticas que se aun si rara vez encuentran un eco en los medios
identifican no sólo con la derecha tradicional o en la literatura ensayística. Y eso requiere que
sino también, en una cantidad de casos no des­ los investigadores y analistas deseosos de acom­
deñable, con la izquierda. Y eso no sólo en las pañar los proyectos críticos hagan su trabajo de
declaraciones de portavoces políticos, preocu­ manera modesta, es decir, concretamente, que
pados por seducir a potenciales electores, que abandonen la contemplación fascinada de sus
tienden a escapárseles, sino también, y esto es televisores, donde la "miseria del mundo" halla
lo más inquietante, en ciertos desarrollos de la un reflejo deformado, para ir a las cosas mismas.
izquierda intelectual. Que emprendan o prosigan el estudio empírico,
no sólo de la condición que es hoy la de los más

86
87
Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

necesitados, sino, y sobre todo, de los nuevos desarrollo de los Estados nación y de las modali­
dispositivos de poder y de quienes los han ocu­ dades industriales del capitalismo. Eso significa
pado. Es decir, concretamente, que se desarro­ que la sociología, si desea convertirse o volver
llen investigaciones -hay que admitirlo, cada vez a convertirse en una disciplina realmente críti­
más difíciles de llevar a cabo frente a centros de ca, también debe entablar un trabajo de auto-
poder cada vez más cerrados- sobre los nuevos rreflexión. Primero, para liberarse de las tareas
contornos de las clases dominantes, arraigadas de especialización a las cuales las instancias
localmente y, a su vez, globalizadas. dirigentes tienen la intención de limitarla. Pero
Un enfoque de este tipo únicamente pue­ también, o sobre todo, para reelaborar en pro­
de llegar a buen puerto si se da como objeto el fundidad sus conceptos y su lenguaje, de modo
análisis crítico conjunto de las dos fuerzas que, tal que pueda volver a darse los instrumentos
desde el siglo XIX, han desempeñado un papel necesarios -tanto respecto de la capacidad téc­
histórico preponderante. O sea, por un lado, nica como de la legitimidad intelectual- para
la del capitalismo y sus evoluciones recientes repensar marcos globales de análisis.
y, por otro, la de la forma Estado nación. Esos Los marcos de esa índole son indispensables
dos modos de gobernanza en interacción están para superar la mera descripción del estado de
tanto en el apogeo de su poderío como profun­ cosas empíricamente comprobadas, y para so­
damente en crisis. El trabajo de reflexión crítica meterlas a una apreciación crítica. Acaso jamás
debería darse por objetivo, en prioridad, esbozar haya habido tanta necesidad de "grandes relatos"
los contornos del mundo vivible que podría di­
bujarse al final de esas crisis.
La tarea que acabamos de describir es difícil,
en particular para la sociología, ya que las for­
mas originales de ese enfoque disciplinario, su
armazón conceptual, e incluso su proyecto, se
vieron vinculados, a finales del siglo XIX, con el

88 89
Crítica, dominación, emancipación
por Nancy Fraser

Algunas clarificaciones conceptuales necesarias

Ha llegado la hora de examinar otra vez las no­


ciones de crítica; dominación y emancipación.
La crisis que aqueja actualmente al capitalis­
mo neoliberal confiere a estas cuestiones una
nueva forma de urgencia: debemos volver a co­
locarlas sin rodeos en el orden del día. Por con­
siguiente; ¿cómo asombrarse de ese retorno del
interés por la crítica; de esa pasión recuperada
por la emancipación?
No obstante, no resulta evidente, muy lejos
de serlo, que las formas de crítica en boga en la
actualidad se ajusten a la tarea que nos toca. Lo
mismo ocurre con las definiciones comúnmente
admitidas de la dominación y la emancipación.
Esas concepciones son fruto de una época cum­
plida, donde la propensión a la crisis inherente a
las sociedades capitalistas estaba principalmente

91
Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

en estado latente. Esas ideas se desarrollaron aparentemente distintos, revelar las causas
con una forma abstracta y moralizadora, des­ estructurales profundas de esos problemas y
conectada de toda comprensión sistemática de discernir en qué medida estos se producen de
conjunto acerca del funcionamiento de nuestra manera accidental o necesaria, y son entonces
sociedad, de sus fallas, de los actores que po­ la consecuencia de propiedades de la sociedad
drían eventualmente transformarla y de sus mo­ en tanto sistema.
tivaciones. Por el momento, propongo concebir a la
Por ende, esos conceptos merecen ser reexa­ sociedad en su conjunto como una sociedad,
minados, de modo que se pueda determinar primero y ante todo, capitalista. No entiendo
qué acepciones son las más aptas para clarificar al capitalismo en el sentido acotado del térmi­
nuestra situación actual. Para ello, quisiera pro­ no, es decir, como subsistema particular de la
poner una concepción ambiciosa de la crítica y sociedad (el sistema del trabajo asalariado, las
una concepción modesta de la emancipación. empresas privadas, los procesos de producción
de mercancías de la economía de mercado).
Por capitalismo entiendo más bien una forma
Una crítica ambiciosa de vida en el sentido amplio, que incluye no
sólo la economía monetizada oficial sino tam­
Para comenzar, creo que el objeto de la crítica bién las formas de actividades informales que
debe ser la sociedad en su conjunto: las fuentes producen valor no monetizado, y de la cual de­
profundas y estructurales de la dominación so­ pende la economía oficial. He llamado a estas
cial, las tendencias a la crisis y las contradiccio­ últimas "condiciones previas necesarias para la
nes de la sociedad, las formas de conflicto social economía oficial".
que la caracterizan y el potencial de emancipa­ Mencionaré dos condiciones previas absolu­
ción propio de cada período de su historia. Sólo tamente necesarias, si bien existen muchas más.
una concepción tan ambiciosa puede esperar La primera es la biosfera natural, que hace posi­
actualizar los nexos entre "problemas sociales' ble la vida y brinda el aporte material necesario

92 93
Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

para la producción de mercancías. El campo de dominación. Entre esos mecanismos, citemos la


la "reproducción social" constituye la segunda estricta separación estructural que opera el ca­
condición, comprende las tareas domésticas y pitalismo entre el trabajo asalariado y el trabajo
las actividades asociativas a escala barrial o co­ no asalariado, distinción que no tiene curso en
munitaria. Esas actividades tienen por objeto la otras sociedades. Asimismo, podemos pensar en
creación, el mantenimiento y la transformación las formas de metabolismo hombre/naturaleza
del lazo social, brindando a su vez la "fuerza propias del sistema capitalista, y muy particular­
:

de trabajo" calificada e integrada socialmente mente en la industria de transformación basada


V que necesita el capitalismo. Cada una de estas en las energías fósiles.
condiciones previas es absolutamente necesa­ Además, esta visión de conjunto nos permite
ria para el funcionamiento del capitalismo en comprender las fuentes profundas de la inesta­
el sentido más acotado del término. Cada una bilidad de la sociedad capitalista que subyace a
debe, pues, ser integrada a la concepción de la la crisis actual. Muy a menudo sólo prestamos
sociedad capitalista que constituye el objeto de atención a una única dimensión de la crisis:
nuestra crítica. esta última estaría principalmente ligada a las
Por ese hecho, la crítica no debe limitarse a finanzas, o a las finanzas y a la economía llama­
la economía oficial. Por el contrario, debe situar da "real" (es decir, la economía monetizada). Sin
las formas de la injusticia monetizada, como la embargo, la dimensión ecológica de la crisis y la
explotación de los trabajadores asalariados, en dimensión de la reproducción social son igual
relación con otras formas de injusticia no mo­ de importantes y no están menos ligadas al capi­
netizada, como el deterioro ecológico, o la ven­ talismo. Esas dos dimensiones funcionan según
taja que algunos sacan de las tareas domésticas una misma gramática: en ambos casos, la crisis
o de cuidado realizadas por las mujeres (proble­ sobreviene porque el expansionismo sin límite
ma llamado del "pasajero clandestino"). Sólo del capitalismo necesariamente erosiona sus
una visión de conjunto logra captar los meca­ propias condiciones previas de existencia. En
nismos que efectivamente generan formas de el caso de la crisis ecológica, esa erosión afecta

94 95
Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

precisamente los procesos naturales que posi­ sólo una comprensión más vasta de la domina­
bilitan la vida y brindan el aporte material esen­ ción, sino también una crítica del capitalismo
cial para la sociedad. En lo que atañe a la crisis en tanto incluye en sí mismo una predisposi­
de la reproducción social, esa erosión afecta los ción a la crisis.
procesos socioculturales que permiten esta­ De manera general, imagino una forma de
blecer relaciones de solidaridad, disposiciones crítica que tejiera lazos entre una crítica am­
afectivas y el horizonte de valores que subyacen pliada de la crisis de la sociedad capitalista, una
a la cooperación social. Por su parte, los seres crítica ampliada de la "equidad" de las relacio­
humanos calificados e integrados socialmente nes de dominación que necesariamente derivan
que constituyen la "fuerza de trabajo" tampo­ de ella, y una crítica de la "gramática de la vida"
co están exentos. Así pues, porque empuja cada que problematice la calidad de las relaciones
vez más ferozmente a mercantilizar la natura­ que surgen de ese sistema (relaciones con uno
leza y la reproducción social, el neoliberalismo mismo, con el otro, relaciones del hombre con la
erosiona las bases mismas sobre las cuales re­ naturaleza). Como ya lo he dicho, se trata de una
posa el capitalismo. concepción ambiciosa de la crítica, disciplina
Por lo tanto, preconizo un retorno a la cues­ cuyos trabajos han de circular entre los teóricos
tión del capitalismo, que numerosos profe­ críticos y los actores sociales, en particular, los
sionales de la crítica han abandonado en el movimientos sociales.
transcurso de las últimas décadas, si bien es
menester renunciar a la antigua ortodoxia. Al
privilegiar una concepción del capitalismo en Un enfoque modesto y abierto de la
el sentido amplio, podemos integrar en nuestro emancipación
enfoque las distintas perspectivas que propo­
nen los nuevos paradigmas críticos, tales como Es interesante comprobar que a esta ambiciosa
el feminismo, la teoría poscolonial y el pensa­ visión de la crítica le sienta mejor una concep­
miento ecológico. Este enfoque hace posible no ción modesta de la emancipación. Esa modestia

96 97
Luc Boltanski y Nancy Fraser
Dominación y emancipación

no es una invitación a contener nuestros es­


encierre a este proceso en sí mismo, nuestra vi­
fuerzos por transformar la sociedad, sino que
sión se conforma con esta idea, bien delgada
apunta a moderar a los teóricos críticos dema­
y tautológica a primera vista, de que la eman­
siado prestos a imprimirle a la emancipación
cipación es el resultado de superar la domi­
un contenido preciso. Se ha de privilegiar una
nación, sean cuales sean las formas que esta
concepción abierta, dispuesta a ser llenada por última revista.
un contenido histórico y político. Deberíamos
conformarnos con esta definición modesta:
la emancipación es el resultado de superar la
dominación. Pero las formas que reviste la do­
minación no se revelan de forma inmediata. Se
desvelan con el correr de la historia, iluminadas
por la lucha social, de manera a menudo impre­
visible. ¿Quién hubiera podido imaginar, hace
cincuenta años, cuando yo era adolescente, la
existencia de la dominación heterosexista y su
anclaje en la organización estructural de la so­
ciedad capitalista? ¿Por qué no vislumbrar que
dentro de cincuenta años otras personas que
no seamos nosotros reconozcan nuevas formas
de dominación que hoy no podemos imaginar?
Una visión modesta de la emancipación va­
loriza este proceso histórico abierto que va re­
velando progresivamente nuestra concepción
de la dominación. Guardándose de formular
cualquier definición demasiado precisa que

98
99
Notas

Apertura
Philippe Corcuff
Dos pensamientos críticos para un siglo XXI emancipador

1 Es lo que he comenzado a hacer en la obra: Corcuff, Philippe


(2012). Oü est passé la critique sociale? Penser le global au
croisement des savoirs, París, La Découverte, Bibliothéque du
MAUSS.
2 Para una explicación de las bases epistemológicas de este enfoque,
véase el capítulo 9, "Sciences sociales, valeurs et engagement" en
ibid., pp. 195-206.
3 Kant, Immanuel [1784). "Réponse á la question: qu'est-ce que les
Lumiéres?" en Poirier, Jean-FranQoisy Proust Frangoise (1991).
Vers la paix perpetuelle. Que signifie s'orienter dans la pensée?
Qu'est-ce que les Lumiéres? et autres textes, París, Flammarion,
GF, p. 43.
4 Sobre la tensión entre Bourdieu y Ranciére y su productividad
intelectual, véanse los dos primeros capítulos de Corcuff, Phi­
lippe (2012). Oü est passé la critique sociale? Penser le global au
croisement des savoirs, op. cit., pp. 33-58.
5 Véase, entre otros, Corcuff, Philippe (2003). Bourdieu autrement:
fragilités d’un sociologue de combat, París, Textuel, La discorde.
6 Boltanski, Luc (2008). Rendre la réalité inacceptable: á propos de
"La Production de l’idéologie dominante" París, Demopolis.
7 Bourdieu, Pierre y Boltanski, Luc (2008). "Le titre et le poste:
rapports entre le systéme de production et le systéme de repro-
duction” en Actes de la recherche en Sciences sociales, n° 2, marzo

101
Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

primera aventura: Luc Boltanski, Laurent Thévenot, Élisabeth


de 1975, pp. 95-107; “La production de l'idéologie dominante"
Claverie y Claudette Lafaye.
en Actes de la recherche en Sciences sociales, n° 7, junio de 1976,
pp. 3-73, reproducido en forma de libro (2008), París, Demo- 15 Fraser, Nancy (1989). Unruly Practices: Power, Discourse and
polis/Raisons d'agir. Genderin Contemporary Social Theory, Minneapolis/Cambridge,
University of Minnesota Press/Polity Press.
8 Boltanski, Luc (1982). Les Cadres: laformation d'un groupe so­
cial, París, Éditions de Minuit, Le sens commun. 16 Benhabib, Seyla; Butler, Judith; Cornell, Drucilla y Fraser,
Nancy; Nicholson, Linda (introd.) (1995). Feminist Contentions:
9 Para un panorama de los trabajos constructivistas sobre las cla­
a Philosophical Exchange, Nueva York/Londres, Routledge.
ses y los grupos sociales a partir de los años 1980 en Francia, y
sobre el rol que en ello jugó el libro de Luc Boltanski, véase el 17 Butler, Judith (2001). "Merely Cultural" en Actuel Marx, n° 30;
capítulo 3, “Construction des groupes et catégorisation sociale" y Fraser, Nancy (1997). "Heterosexism, Misrecognition, and
en Corcuff, Philippe (2011). Les Nouvelles Sociologies, entre le col- Capitalism: a Response to Judith Butler" en Social Text, vol. 15,
lectifet l'individuel [1995], París, Armand Colín, 128, pp. 69-84 n° 52-53 [Traducción al castellano: Fraser, Nancy (2000). “Hete-
[Traducción al castellano: Boltanski, Luc (2005). Las nuevas so­ rosexismo, falta de reconocimiento y capitalismo: una respuesta
ciologías, Madrid, Alianza Editorial]. a Judith Butler” en New Left Review, n° 2].
10 Véase en particular Boltanski, Luc y Thévenot, Laurent (1991). 18 Fraser, Nancy y Honneth, Axel (2003). Redistribution orRecogni-
De la justificadon: les économies de la grandeur, París, Galli- tion? A Political-Philosophical Exchange, Nueva York/Londres,
mard [1987, edición más confidencial en Presses universitaires Verso [Traducción al español: Fraser, Nancy y Honneth, Axel
de France bajo el título Les Économies de la grandeur]. (2006). ¿Redistribución o reconocimiento?, Madrid, Morata].
11 Boltanski, Luc (1990). L’Amour et la Justice comme compétences: 19 Beck, Ulrich (2003). Pouvoir et contre-pouvoir a l'ére de la
trois essais de sociologie de l'action, París, Métailié, pp. 54-63. mondialisation [2002], París, Aubier/Flammarion [Traducción al
español: Beck, Ulrich (2004). Poder y contrapoder en la era glo­
12 Boltanski, Luc y Chiapello, Éve (1999). Le Nouvel Esprit du
bal, Barcelona, Paidós Ibérica].
capitalisme, París, Gallimard; reedición aumentada con un epí­
logo de los autores en 2011, en la colección "Tel" de Gallimard 20 Fraser, Nancy (2009). Scales of Justice: Reimagining Political
[Traducción al castellano: Boltanski, Luc y Chiapello, Éve (2002). Space in a Globalizing World, Nueva York, Columbia University
El nuevo espíritu del capitalismo, Madrid, Akal]. Press [Traducción al español: Fraser, Nancy (2009). Escalas de
justicia, Barcelona, Herder].
13 Boltanski, Luc (2009). De la critique: précis de sociologie de
l’émancipation, París, Gallimard [Traducción al castellano: 21 Fraser, Nancy (2010). "Entre marchandisation et protection
Boltanski, Luc (2014). De la crítica: compendio de sociología de sociale. Les ambivalences du féminisme dans la crise du capi­
la emancipación, Madrid, Akal]. talisme" en Le Féminisme en mouvements, París, La Découverte,
pp. 309-328.
14 El LIER (Laboratorio Interdisciplinario de Estudios sobre las Re-
flexividades), creado en 2013, de alguna manera toma la posta 22 Fraser, Nancy (2005). Qu'est-ce que la justice sociale? Reconnais-
pragmatista del GSPM en el seno de la Escuela de Altos Estudios sance et redistribution (choix de textes de 1992 á 2004), París, La
en Ciencias Sociales, pero separado de las figuras históricas de esa Découverte; Le Féminisme en mouvements, op. cit.

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Luc Boltanski y Nancy Fraser Dominación y emancipación

Mirada desde una perspectiva histórica 4 Berlin, Isaiah (1958). “Deux conceptions de la liberté” en
Carnaud, Jacqueline y Lahana, Jacqueline (1990), Éloge de la
1 Fraser, Nancy, Scales ofjustice, op. cit. liberté, París, Presses Pocket, pp. 167-218.
2 Boltanski, Luc, De la critique, op. cit, capítulo 3. 5 Fraser, Nancy (2012). “Pour une nouvelle alliance entre éman-
3 Para una síntesis, véase Mann, Michael (1984). “The Autono- cipation et protection sociale" Le Féminisme en mouvements,
mous Power of the State: its Origins, Mechanisms and Results” op. cit., pp. 326-328.
European Journal o/Sociology/Archives européennes de sociologie, 6 Confederación Francesa Democrática del Trabajo [N. de la T.].
vol. 25, n° 2, pp. 185-213. 7 Corcuff, Philippe, La gauche est-elle en état de mort cérébrale?,
4 Sassen, Saskia (2009). Critique de l'État: territoire, autorité et op. cit., pp. 64-71.
droits, de l'époque médiévale á nos jours, París, Demopolis/Le 8 Véase Sternhell, Zeev (1983). Ni droite, ni gauche: l'idéologie
Monde diplomatique. fasciste en France, París, Éditions du Seuil.
5 Boltanski, Luc (2012). Énigmes et complots: une enquéte á propos 9 Véase Loubet del Bayle, Jean-Louis (1969). Les non-conformistes
des enquétes, París, Gallimard. des années 30, París, Éditions du Seuil.
6 Boltanski, Luc y Chiapello, Éve. Le Nouvel Esprit du capitalisme, 10 Spengler, Oswald (1931-1933). Le Déclin d'Occident: esquisse
op. cit. d’une morphologie de l’histoire universelle, París, Nouvelle Revue
7 Mann, Michael (1988). States, War and Capitalism: Studies in fran^aise [Traducción al castellano: Spengler, Oswald (2011). La
Political Sociology, Oxford, Blackwell. decadencia de Occidente, Barcelona, Espasa Libros].
8 Lazarus, Jeanne (2012). L'Épreuve de l’argent: banques, banquiers, 11 Para una visión más sistemática de ese "neoconservadurismo a
clients, París, Calmann-Lévy. la francesa" que participa en la extrema derechización ideológica
9 Ryan, William (1976). Blaming the Victim [1971], Nueva York, y política en curso, véase el libro de Luc Boltanski en colabo­
Vintage Books. ración con el sociólogo Arnaud Esquerre (2014), Vers Vextréme:
extensión des domaines de la droite, Bellevaux, Éditions Dehors.
Como prolongación, véase Corcuff, Philippe (2014). Les années
30 reviennent et la gauche est dans le brouillard, París, Textuel,
Petite encyclopédie critique.
Fuerzas de la confrontación política y amistades peligrosas

1 Corcuff, Philippe (2009). "Michéa et le libéralisme: hommage


critique” Revue du MAUSS permanente, disponible en línea:
www.journaldumauss.net/spip.php7article495 (consultado en La emancipación y las instituciones
octubre de 2014).
2 Corcuff, Philippe (2012). La gauche est-elle en état de mort 1 Sobre este punto, véase Corcuff, Philippe, Oü est passé la critique
cérébrale?, París, Textuel, Petite encyclopédie critique, pp. 45-48. sociale?, op. cit., pp. 33-46; Corcuff, Philippe, La gauche est-elle en
3 Fraser, Nancy, Le Féminisme en mouvements, op. cit., p. 12. état de mort cérébrale?, op. cit., pp. 72-75.

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Luc Boltanski y Nancy Fraser

2 Sobre la doble atadura, véase Bateson, Gregory; Jackson, Don


D.; Haley, Jay y Weakland, John (1956). "Toward a Theory of
Schizophrenia" Behavioral Science, vol. I, n° 4, pp. 251-264.
3 Ranulf, Svend (1938). Moral Indignation and Middle Class
Psychology: a Sociological Study, Copenhague, Levin & Munk-
sgaard.
4 Searle, John R. (1998). La Construction de la réalité sociale, París,
Gallimard [Traducción al castellano: Searle, John R. (1997) La
construcción de la realidad social, Barcelona, Paidós Ibérica].
5 Giddens, Anthony y Blair, Tony (2002). La Troisiéme Voie: le
renouveau de la social-démocratie, París, Éditions du Seuil [Tra­
ducción al castellano: Giddens, Anthony (1999). La tercera vía:
la renovación de la socialdemocracia, Barcelona, Taurus].
6 Esta expresión, que se traduce literalmente por "giro del rigor"
designa el cambio radical de política económica decidido en
marzo de 1983 por Fran^ois Mitterrand [N. de la T.].
7 Corcuff, Philippe (2002). La Société de verre: pour une éthique de
la fragilité, París, Armand Colín, "Individu et société" pp. 220-
251; Corcuff, Philippe (2003). La Question individualiste: Stimer,
Marx, Durkheim, Proudhon, Latresne, Le Bord de l'eau, pp. 63-73.

Post-scriptum
El lugar de la crítica hoy
Sociología y crítica social: ¿descarrío o renovación?
por Luc Boltanski

1 Véase Lascoumes, Pierrey Le Galés, Patrick(dir.) (2005). Gouvemer


par les instruments, París, Presses de Sciences-Po.
2 Para un recordatorio de esas críticas, véase Bourdieu, Pierre
(2012). Sur l'État: cours au Collége de France, 1989-1992, París,
Éditions du Seuil/Raisons d'agir [Traducción al castellano:
Bourdieu, Pierre (2014) Sobre el Estado: cursos en el Collége de
France, 1989-1992, Barcelona, Anagrama].
3 Véase Fraser, Nancy, Scales ofjustice, op. cit.

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