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para otros.
es un punto de partida
es un punto de partida,
a veces borroso para el ojo humano.
para alguien.
heroico, tontuelo,
al sueño, al desvelo,
al otro día;
también la última.
aunque a mí no me gusten;
no es un punto de partida
no lo sé
la tierra negra
desprendiéndose
de la zona
Vetas de pedregullo
huesos quebrados
posible de reconstruir
herrumbrados, fosilizados
la menor atención
Tampoco importa
de seguir
solemos exagerar.
Pero no
o arriba
con bombas
la tierra barrosa
eso dicen
en fin.
en esta oscuridad
justo a tiempo.
Materia gris
memorizada
del supermercado:
hojas de hierba,
té de cedrón,
vía láctea y
descremados;
o hacia el olvido,
si la memoria no engaña.
Góndola de vinos
y canciones flotantes,
la voz de la cajera,
de las cosas.
ni lo dudes.
no alcanzamos a volar
en pedazos,
verdaderos homeless,
absorbiendo colores
y comparaciones.
Frente al mar,
mi deseo es múltiple;
cimbran en la osamenta
nostalgias de navegante,
de bajeles
y puertos de palos;
de donde se desprendió
justificarnos.
Es múltiple y desbordante
no cesa de buscarme,
al poema,
a ustedes,
a mí;
melodía en la brisa
y en la espuma.
Qué le ofrecemos
qué sentimos
Ahora
de pronto regresamos
hasta la próxima
marea.
Traslación de otoño
al otro lado.
o al mediodía
la luz enceguecida
lo destacan
el árbol dual
ahora abstraído
que ya reseca
algo dejan.
este amor
en vínculo sonoro
abrazos al ritmo
y eyectados
hacia el cosmos
la onda disolviéndose
en la transparencia.
La araña
Un instante
y la araña es aplastada.
Obliterada.
en la playa se anulan,
abandona
se borra el sueño
Es sólo un instante,
su carrera
ínfima en el espacio,
ninguna angustia,
En la mazmorra
escribe
en tu lecho final
escribe
en el impulso escribe
escribe
escribe en el ruido
talla la piedra
Escribe en el aire
hace siglos
Por tu cuerpo,
el agua
y que surcos
no visibles,
se desliza,
el agua,
por tu cuerpo,
y sabe
el agua
y te lleva el río,
te recorre y te habita,
mientras viajas,
oh junco desprendido,
Escala de grises
Escala de grises
El matiz ambiguo
de la mañana,
no cesa, ritual,
lo van percibiendo
El sueño se esfuma,
jinetes de niebla
lo atraviesan en batalla.
el cuerpo de la mente,
todos nosotros.
Duermo y olvido
sus fragmentos,
en un plato,
remolinean,
bailan y se estorban
El silencio de la habitación,
brotan en la conciencia
al que se va llegando.
Kabawata
y te miro dormir.
intermitente al latido
Al parecer
Luego es el silencio
su momento
de incandescencia
y olvidando.
Ocurre en lo cercano
la voz es suave
y sus migraciones.
Enero
ayer el sol,
hoy la lluvia,
mañana el viento.
Mi criatura duerme,
la observo a hurtadillas.
esta tranquilidad,
y me predispone a buscar
Descansar, sol.
Viento en casa.
La playa lejana,
referencia inmediata,
Planes,
literaturas pendientes,
planes al respecto,
microplanes.
Regreso espantado
mosquitos a la noche.
arte rupestre.
En un rato la bañamos.
Canción de cuna
es que llueve
de perfil
el hijo de la locomotora
el tubo de gas
la bomba de tiempo
fresco avanzando
jamás se explica
El sol
en jardines de veranos
pasados
Ellos no lo saben
las almendras
ya no hablan
dos cuadras
de vendedores de baratijas
la carnicería enfrente
el camión estacionado.
dos colectivos
se atrasa la compra
genocidio mapuche
alrededor de la cocina
agua caliente
raid naranja.
la punta de un paraguas
un rastrillo
el trapeador.
de moscas corruptas
copulando a la vista
matamoscas.
matamoscas
remeras sucias
palmas y puños.
búsqueda localización
matamoscas alpargatas.
reubicación pacífica
y democrática
de polillas y langostas
de caracoles
que no se lamentan.
de mi bote imaginario,
el bote de un recuerdo
y quizá
tenga consuelo.
Madriguera de invierno
espera ansiar.
blanca ballena.
el agotamiento y el hartazgo
y aún así.
La mayoría me repele
cuando me gritan,
entre nosotros,
Ven?
ya se calienta la sangre,
mala señal;
no más;
patrimonio,
esencia.
Es probable que,
vueltas emblemas,
uno mismo
que ya desconfía
y escribimos palotes
aunque sí te espera,
o, ya saciado,
preferentemente distendido,
Se trata de probar,
A Nico
y que olvidamos,
llanto y prodigios
ya se trasluce en
la sola contemplación
incrédula
frente a la extensión:
terrazas floreciendo.
Escarcha
El código barrado,
su espacio escondido,
soslayos insignificantes
los de siempre.
a lo sin nombre,
A falta de óbolos,
Sin decirlo,
que soñamos,
de una mirada;
y en esa contemplación
el espacio se dilata
en la pupila atenta,
por el amanecer.
que, se dice,
es el gesto
o quitarla,
la luz matinal
hasta el punto de
enmudecer.
Será,
que no es la falta de
más allá.
La vieja herida
siempre a ciegas,
ritmo irregular
como, a lo lejos,
en la profundidad de su océano,
al amanecer
El padre de la familia
ha sido minada,
es su hija.
que da a la ruta
La mano dibuja
de pronto
por la plaza;
inmundicia.
verlos al atardecer
deprimidos
ha caducado,
Algunos
pensativos,
urgidos e incapaces
Nosotros,
y estábamos allí,
y callados,
de modo gradual
como la arena,
Nosotros,
y detrás nuestro
detrás nuestro,
el mismo.
Pasajero nocturno
también
cuando amanezca,
allí está;
Interrumpir la cadencia
la botella en alto,
y alcanza
mi sueño
a tientas
.
Allá por los baldíos
un predio de chatarras
lo es para el sereno,
que cae
convencido.
muerta.
en la memoria.