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Felipe González Márquez

Lorena Falcón Medina

Ana Elena Ponce García

2º Bach B
Índice

Introducción pág. 3

Vida e inicios en la política pág. 4, 5 y 6

Triunfo electoral socialista en 1982 pág. 6 y 7

Despegue económico pág. 7 y 8

El relanzamiento de las relaciones internacionales de España pág. 8

Crisis económica, apuros financieros y reforma laboral pág. 9

La caída definitiva págs.. 9 y 10

Participación tras abandonar la jefatura del Gobierno págs. 10

Conclusión pág. 11

Bibliografía pág. 12

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Introducción
En esta memoria vamos a tratar el tema de la vida política y social de uno de los
políticos más conocidos del Partido Socialista Obrero Español: Felipe González. Éste
fue presidente de España durante trece años y medio, por lo que hablaremos de sus
inicios en el mundo de la política así como de sus esfuerzos hasta alcanzar la
presidencia y las hazañas realizadas una vez alcanzado su objetivo. Actualmente sigue
siendo un reconocido personaje político a pesar de haber dejado abandonado el gobierno
en una mala situación.

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Vida e inicios en la política
Felipe González Márquez nació en Sevilla el 5 de marzo de 1942. Es un político
español, secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) desde 1974 a
1997 y tercer presidente del Gobierno desde la reinstauración de la democracia en
España, desde 1982 a 1996. Procedente de una familia modesta, es el segundo de cuatro
hermanos. Sus padres fueron Felipe González Helguera, un tratante de ganado emigrado
a Sevilla desde su Cantabria natal en 1929, de convicciones republicanas, azañista y
militante del sindicato socialista Unión General de Trabajadores (UGT), y Juana
Márquez Domínguez, natural de la provincia de Huelva. El negocio de venta de vacas
montado por don Felipe en el barrio sevillano de Bellavista reportó a la familia una
situación económica relativamente desahogada, gracias a la cual su hijo pudo cursar el
bachillerato en el colegio que los Padres Claretianos regentaban en la capital andaluza y
después el preuniversitario en el Instituto San Isidoro. Se licenció en Derecho por la
Universidad de Sevilla en 1966, ciudad en la que trabajó algún tiempo como abogado
laboralista y asistió a un curso de Economía en la Universidad Católica de Lovaina,
Bélgica. Una vez obtenido el título de abogado, abrió un bufete especializado en litigios
laborales, lo que le permitió conocer de primera mano los problemas de los trabajadores
en los años del desarrollismo de la dictadura franquista. En 1964 ingresó en el Partido
Socialista Obrero Español, con el que participó en la lucha contra la dictadura de Franco
desde la clandestinidad (la persecución policial le hizo asumir el sobrenombre de
Isidoro). Ascendió rápidamente en el partido, accediendo a su Comisión Ejecutiva en
1970.

Desde entonces condujo al socialismo español a una profunda renovación:


modernizó su mensaje político en un sentido más moderado y cercano a las
preocupaciones populares, acrecentó su presencia entre los trabajadores de todas las
regiones de España e intensificó las relaciones con los partidos socialistas europeos y
sus líderes como el italiano Pietro Nenni, el sueco Olof Palme y el alemán Willy Brandt,
(en especial con el Partido Socialdemócrata Alemán). Con todo ello contribuyó a hacer
del PSOE el primer partido de la oposición y alternativa de gobierno a la UCD del

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presidente Suárez. Una vez murió Franco en noviembre de 1975, se pudo realizar la
transición política a la democracia en 1977. González, instalado ya en Madrid junto con
su familia, pasó a liderar una parte de la oposición española al frente de la Plataforma de
Convergencia Democrática, que en marzo de 1976 se fusionó con la Junta Democrática
de España que animaban el Partido Comunista de España (PCE) unión conocida como
“Platajunta”.

Arropado por un reducido grupo de jóvenes renovadores, sevillanos en su


mayoría, acudió al Congreso celebrado por el partido en Suresnes (Francia) en 1974; allí
se debatió el cambio de régimen. Entre los dos grupos, madrileño y vizcaíno, que se
disputaban el liderazgo de esa tarea, Felipe González apareció como solución de
compromiso y fue elegido secretario general del partido, cargo que conservó hasta 1997
en el XXVII Congreso socialista.

Legalizado finalmente en febrero de 1977 por el Gobierno reformista de Adolfo


Suárez González, el PSOE concurrió a las primeras elecciones generales democráticas,
de carácter constituyente, el 15 de junio de 1977. El trasvase masivo del denominado
“voto útil” favoreció la aplastante superioridad de los socialistas en el arco de la
izquierda, posición hegemónica que ya nunca perderían.

En su lustro como líder de la oposición democrática, González pronunció un


discurso radicalmente contrario a la
entrada de España en la OTAN, que
calificó de "tremendo error" y de
"barbaridad histórica". En mayo de 1980,
en un momento sumamente delicado por
la crisis económica, la ofensiva terrorista
de la ETA vasca y los rumores de sables
en los cuarteles, los socialistas ya habían
intentado derribar a Suárez mediante una
moción de censura que no prosperó. En
1976 a Suárez no le quedó otra salida
que la dimisión debido a la oposición
recibida.

González vio derrotada su ponencia transformadora en el XXVIII Congreso, el


17 de mayo de 1979, viéndose obligado a dimitir y a entregar la dirección a una gestora
interina. Pero en septiembre del mismo año, un Congreso Extraordinario le repuso en la
Secretaría General con el 86% de los votos. La victoria de González fue total al
conseguir también la puesta al día del partido, que renunció a la ideología marxista,
abrazó la definición socialista democrática y se configuró como una organización
federal, amoldada al incipiente Estado de las autonomías en la articulación territorial de
España.

Tras el 23- F y hasta que el golpe fracasó y sus captores se rindieron, el líder
socialista pasó unas angustiosas horas, bajo el temor a ser ejecutados sumariamente, en
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compañía de Guerra, Carrillo, el teniente general y vicepresidente Manuel Gutiérrez
Mellado y el ministro de Defensa Agustín Rodríguez Sahagún.

Triunfo electoral socialista en 1982


El PSOE obtuvo una victoria arrolladora en las votaciones del 28 de octubre de
1982. El vuelco del panorama político pues nunca antes un partido de izquierda había
recibido tantos votos en solitario en España supuso para el PSOE el regreso al poder
ejecutivo que había ocupado por última vez en 1939, cuando la victoria del bando
nacional en la Guerra Civil puso final al Gobierno republicano presidido por Juan
Negrín López.

La llegada al Gobierno de los socialistas alumbró en amplios sectores de la


sociedad española esperanzas de
mejoras y transformaciones a todos
los niveles, en un país que en
numerosos aspectos arrastraba un
considerable retraso con relación a
las democracias más consolidadas de
Europa occidental; en este sentido,
adoptaron el lema “Por el Cambio”,
ondeado por el PSOE durante la
campaña en un brillante ejercicio de
marketing electoral. Por otro lado,
los electores conservadores miraban
a González y los suyos con diversos grados de recelo y temor, en la sospecha de que el
cambio prometido podría traducirse fácilmente en medidas radicales de corte
izquierdista.

En el terreno social, el país empezó a experimentar claros progresos, como la


modernización de los tramos escolares básicos mediante la Ley Orgánica del Derecho a
la Educación (LODE) de julio de 1985 (a la que siguió en octubre de 1990 la Ley
Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo, LOGSE, que reestructuró la
enseñanza secundaria y universalizó la educación pública gratuita hasta los 16 años) y el
desarrollo de un amplio sistema de Seguridad Social integral y sostenido por las
cotizaciones de los afiliados, que tomó como referencia el modelo del Estado del
bienestar característico de otras latitudes. La Ley General de Sanidad (1986) reguló el
funcionamiento de un Sistema Nacional de Salud que brindaba asistencia sanitaria
pública, gratuita, universal y de alta calidad.

Al poco de constituirse, el Gobierno desató en el sector productivo unas


reformas estructurales que González consideraba ineludibles para la modernización del
país. El elemento más visible de este proceso fue la traumática reconversión industrial,
que clausuró y desmanteló en buena medida la industria pesada, obsoleta y en su mayor

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parte incapaz de sostenerse sin grandes aportes de dinero público, que se había ido
construyendo desde la autarquía de los primeros años del franquismo

Despegue económico, liberalización y contestación sindical; la


reforma militar
Si bien la macroeconomía funcionaba los sindicatos entendían que la
prosperidad de los números se hacía a costa del bolsillo o del puesto de los trabajadores.
El descontento obrero y estudiantil cristalizó en dos huelgas generales, convocadas por
las principales centrales sindicales. La
primera tuvo lugar el 20 de junio de 1985,
cuando el desempleo afectaba a tres
millones de personas, y estuvo dirigida
contra el endurecimiento de las condiciones
para acceder a la pensión al cabo de una vida
laboral, pero el recorte no se detuvo y entró
en vigor a finales de julio. Posteriormente
tuvo lugar la más masiva y contundente
huelga general el 14 de diciembre de 1988,
en contra del Plan de Empleo Juvenil y las
revisiones a la baja de los salarios de los
funcionarios, que paralizó el país por
primera vez desde 1934. Para los sindicatos
y la oposición a la izquierda del PSOE, la
política del Gobierno era cada vez más
favorable a los empresarios, lo que hacía
muy difícil aceptar sus propuestas de
concertación social.

Una labor de la mayor importancia, aunque opaca para el público, fue la reforma
del Ejército, conducida sin estridencias y con habilidad por el ministro de Defensa,
Narcís Serra, uno de los dirigentes del socialismo catalán. El proceso había comenzado
ya en la etapa ucedista, pero ahora se vio facilitado por la moderación ideológica del
PSOE y de González. La profunda reestructuración de las cadenas de mando y del
organigrama de la Defensa, la inculcación en los uniformados del apoliticismo, la
obediencia constitucional y el principio de supremacía de la autoridad civil, la
profesionalización de la oficialidad castrense y el paulatino pase a retiro, incentivado, de
muchos viejos oficiales que se habían identificado con la dictadura franquista
combinado con una calculada política de ascensos al generalato, desterraron
definitivamente el fantasma del golpismo en España y, en un sentido general,
terminaron con la tradición de la injerencia en los asuntos extramilitares, que había
durado casi dos siglos.

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En 1985, tal como confirmó crípticamente el propio González, todavía tuvo
lugar un complot golpista urdido por oficiales ultras, en activo y en la reserva, que
planearon asesinar al presidente del Gobierno, al rey y su familia, al vicepresidente
Guerra, al ministro Serra y a los jefes de la cúpula militar mediante un gran atentado
terrorista en el curso de un desfile en la capital gallega. El objetivo del múltiple
magnicidio era crear un vacío de poder que sería cubierto por una junta militar. Los
conspiradores abortaron la operación al ser advertidos por los servicios de inteligencia
de la Defensa, el CESID, de que estaban perfectamente al tanto de sus intenciones. El
Gobierno renunció a emprender acciones contra los responsables de tan terrible
maquinación, a los que tenía estrechamente vigilados, y ninguno de ellos fue perseguido

El relanzamiento de las relaciones internacionales de España


Los gobiernos de González confirieron el impulso definitivo a la apertura al
exterior iniciada por los primeros gobiernos democráticos.

Las relaciones hispano-americanas fueron puestas a prueba durante la crisis y


guerra del Golfo entre agosto de 1990 y febrero de 1991. Morón, Torrejón y Zaragoza
se convirtieron en nudos de apoyo y tránsito del esfuerzo bélico del país aliado y en
punto de partida de numerosas misiones de bombardeo estratégico en el teatro de
operaciones.

La activación en 1989 del nuevo Convenio bilateral con Estados Unidos


coincidió con el debut de las Fuerzas Armadas Españolas en las operaciones de
mantenimiento de la paz y de observación de la ONU, de la que España era miembro
desde 1955.

Pero sin duda, la piedra angular de la política exterior de González fue la entrada
en las Comunidades Europeas, una meta perseguida por todos los gobiernos españoles
desde 1962, aunque sólo con verdadero ahínco, una vez removidas las desconfianzas y
reticencias propias del nacionalismo franquista, a raíz de la solicitud oficial presentada
por Suárez en 1977. Para los gobiernos de la democracia, resultaba indispensable
superar la marginación secular de España en el concierto económico y político europeo.
El ingreso formal en las Comunidades Europeas tuvo lugar el 1 de enero de 1986, a la
vez que la incorporación de Portugal.

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Crisis económica, apuros financieros y reforma laboral
El 5 de abril de 1990 el presidente planteó en el Parlamento una moción de
confianza con la idea de propiciar una "especial política de diálogo" con las demás
fuerzas políticas que permitiera al Gobierno crear un marco económico competitivo y
progresar en el capítulo de las autonomías. A partir de aquí, la progresiva degradación
económica y financiera, acompañada de una sucesión de escándalos de corrupción
protagonizados por conocidas figuras pertenecientes al partido o vinculadas a él desde la
administración pública y la empresa privada, pautaron esta tendencia a la baja. El país
se sumergió en una grave crisis económica y financiera por la fatal conjunción de una
moneda débil.

El Consejo de Ministros aprobó un Real Decreto-Ley de Medidas Urgentes de


Fomento de la Ocupación por el que se desarrollaban los contratos en prácticas, de
aprendizaje y a tiempo parcial.

Al terminar su mandato en mayo de 1996,


González legaba un cuadro macroeconómico
entre lo mediocre y lo negativo. Si bien se había
la recesión de 1993, la recuperación se mantenía
en unos niveles bajos (la tasa de crecimiento
anual no alcanzaba el 3%) y el desempleo seguía
siendo descomunal: había 3,6 millones de
parados, lo que representaba el 22,2% de la
población activa.

Tras esto se produjeron grandes diferencias internas en el PSOE aunque


finalmente González fue reelegido como Secretario General.

La caída definitiva
A pesar de tanta adversidad, el veterano líder socialista seguía contando con el
apoyo irreductible de muchos militantes y simpatizantes de toda la vida. Pero para la
mayoría de los votantes captados sin convicciones ideológicas fuertes y susceptibles de
reorientar su voto a un PP aligerado de mensaje derechista, González había perdido su
carisma y, peor aún, recaían sombrías sospechas sobre su forma de dirigir el partido y el
Gobierno.

Para las elecciones del 3 de marzo de


1996, González y su equipo diseñaron una
campaña basada en el discurso del miedo, miedo
a un PP y un Aznar que representarían "la
derecha de siempre" y tendrían un "programa
oculto" para achicar el Estado del bienestar. El
mensaje les sonó convincente a muchos electores
que hasta ahora habían votado socialista, y las

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esperanzas del oficialismo cobraron nuevo ánimo. El PSOE, tras apuntarse cuatro
victorias con números decrecientes, perdió finalmente las elecciones a manos del PP,
pero los resultados obtenidos, el 37,6% de los sufragios y 141 escaños, en nada se
parecieron al hundimiento esperado.

Participación tras abandonar la jefatura del Gobierno


El absentismo parlamentario casi total que González practicó en la legislatura de
2000-2004 coincidió con sus asiduos y prolongados viajes a América Latina para
participar en seminarios y conferencias, donde habló recurrentemente de su tema
favorito, la globalización y sus desafíos. El 14 de diciembre de 2007 los jefes de Estado
y de Gobierno de la UE, reunidos en Consejo Europeo en Bruselas, designaron a su
colega español retirado presidente del Grupo de Reflexión sobre el futuro de Europa,
también llamado Comité de Sabios.

Luego de abandonar el Gobierno, el rey Juan Carlos ofreció a González un título


nobiliario, como ya había hecho con Suárez, convertido en duque. El interesado
agradeció el ofrecimiento, pero lo declinó amablemente por razones de coherencia
personal y política, basadas en su condición de líder de un partido que se proclamaba
socialista y obrero. Dos años después, en 1998, la Junta o Gobierno autónomo de su
comunidad natal le nombró Hijo Predilecto de Andalucía.

Como escritor, Felipe González ha publicado los libros de conversaciones.


Además actualmente es un colaborador frecuente en medios periodísticos nacionales (El
País) y del extranjero, para los que ha escrito artículos de análisis de las actualidades
española e internacional.

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Conclusión
Tras realizar este trabajo nos hemos dado cuenta de cómo a pesar de sus
esfuerzos y sus claras intenciones, Felipe González no consigue el auge definitivo de
nuestro país. Sus ideales defendían a la clase obrera pero el rumbo de la economía le
llevó a tomar decisiones algo contrarias al que se suponía era su pensamiento. Vemos
que las cosas no son tan sencillas de arreglar como pensamos a nivel individual, pues el
país es un conjunto donde todas las propuestas no son viables y siempre algunos
individuos saldrán perjudicados. La presidencia se trata por tanto de una tarea
considerablemente complicada para la que los políticos deben tener una visión
panorámica del conjunto del país y conseguir ver así cuáles son las necesidades del
mismo.

Queremos hacer una breve mención relacionada con la actualidad. Desde nuestro
punto de vista, cuando el presidente no es capaz de observar y darse cuenta de las
verdaderas necesidades deberíamos ser los ciudadanos los que se las mostrásemos
mediante manifestaciones por ejemplo. Sin embargo, no siempre nuestras reclamaciones
son escuchadas. Debemos ser “tolerantes” a los errores debido a la dificultad del cargo
pero sin llegar a convertirnos en unos ingenuos conformistas.

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Bibliografía
Para la realización de este trabajo, hemos obtenido la información de distintas
páginas bibliográficas de internet, las cuales son:

http://www.biografiasyvidas.com/biografia

http://www.lamoncloa.gob.es/Presidente/Presidentes/Biografias

http://www.biografias.es/famosos/

http://www.cidob.org/es/documentacio/biografias_lideres_politicos

Las fotos las hemos buscado en el buscador de imágenes de google.

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