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Vitíligo

Por: Maribel Juárez Castillo

Los desórdenes de somatización comprenden una gran variedad de síntomas a


los que no se les puede demostrar ninguna causa orgánica. Lo psicológico y lo
orgánico son formas de expresión del ser humano: Lo orgánico alude a la
manifestación “física” de la enfermedad y lo psicológico a su manifestación
“mental”. Los conflictos psicológicos son acompañantes, casi siempre
presentes, de las enfermedades físicas. Se podría hablar de los llamados
trastornos de ansiedad que en ocasiones puede llevar a síntomas como angina
de pecho y situaciones patológicas como arritmias, hipertensión arterial e
infarto del miocardio. Es verdad que esas enfermedades causan angustia, pero
también podría ser al contrario. La angustia produce enfermedad. Entra en este
punto la invitación a reflexionar sobre algo ya señalado: “lo físico lleva a lo
psíquico, y lo psíquico lleva a lo físico”, siendo este un circulo vicioso y no un
circulo virtuoso, como debería ser. Muchas veces la somatización es la forma
que tienen muchas personas para canalizar sus carencias afectivas. Tener
presente esa posibilidad es de importancia en la evolución, tratamiento y
rehabilitación integral de la persona que presenta este tipo de patología; lo que
podría llevar al paciente y al especialista a abordar, de una forma más efectiva,
el proceso de restablecimiento físico e integral del paciente.

Encontramos pacientes que con su conducta afectan su estado de salud, como


es la de llevar una vida sedentaria o abusar de alcohol y drogas, la
promiscuidad y otros comportamientos que generan dificultad consigo mismo y
con su entorno.

Esas situaciones pueden crearse de manera inconsciente, pero si se analizan


con profundidad, podrían tomarse como un deseo inconsciente de castigo, de
culpa, o como una manifestación de conflictos no elaborados; en este punto es
importante hacer un estudio clínico, pues encontramos pacientes en que la
única forma que tienen para enfrentar su realidad, es desde la creación de sus
propios síntomas. Es indiscutible que el estrés por dificultades de tipo
económica o social, entre otras, produce alteraciones somáticas como úlceras
gastrointestinales, infarto agudo del miocardio, hipertensión arterial, caída del
cabello, vitíligo y síndrome de colon irritable.

En este texto abordo el tema de vitíligo que se caracteriza por áreas


despigmentadas, habitualmente bien delimitadas y casi siempre simétricas,
pudiendo ser una o pocas manchas, incluso hasta llegar a cubrir casi toda la
superficie corporal. Los lugares más frecuentes de aparición son: en el rostro
(parpados-nariz), cuello, axilas, genitales, manos entre otras, pudiendo
aparecer en cualquier parte de la anatomía humana. El vitíligo es una patología
benigna, no contagiosa y que en la mayor parte de los casos constituye solo un
problema estético. La severidad en la perdida de pigmento de la piel varía en
cada persona, las que tienen piel más oscura pueden observar el inicio con
más facilidad, que los individuos de tez blanca. Es habitual que las
deformidades estéticas causales por las manchas acrónicas, provocan un
marcado malestar psicológico y social para los enfermos. Hasta los momentos
no existe forma de predecir que cantidad de pigmento va a perder una persona,
algunas enfermedades asociadas y el estrés producen una mayor perdida de
este, trayendo consigo mayores implicaciones psicológicas y sociales para el
afectado. Su causa en la actualidad se desconoce, existen teorías que tratan
de explicarlo, de entre ellas se encuentra la psicológica basada en el
diagnóstico de los factores psicológicos y sociales en la aparición y curso de la
enfermedad. La piel es un extenso órgano iniciador y receptor de estímulos, un
gran espectro en el cual se reflejan muchas tendencias inconcientes y
problemas psicosomáticos, así lo refiere en sus trabajos. Se piensa que el
Vitíligo puede ser un equivalente cutáneo de la angustia o sus consecuencias.
Un hecho cierto es que la presencia de las manchas hipocrómicas o acrónicas
alteran de manera importante el psiquismo y el bienestar del paciente. Se ha
observado que en relación a los pacientes atendidos, los conflictos
emocionales, la perdidas de seres queridos o familiares, el nivel de dificultad
referido por los pacientes en sus estudios académicos, así como la importancia
según el lugar de aparición de su lesión que le daba el entrevistado, en buscar
ayuda médica inmediata; conociendo así la prioridad como factor influyente.

Se han realizado estudios donde se observa que los niveles de ansiedad


encontrados, a diferencia de lo observado en la depresión, se corresponden
con estudios previos así como con el desbalance vegetativo a predominio
simpático observado en los enfermos de vitíligo, lo que habla a favor de cierta
tendencia en este tipo de personas a la hiperexcitación. Las mujeres reflejaron
más dificultades en la adaptación a la enfermedad debido al valor estético de la
misma, lo cual reafirma los resultados de investigaciones anteriores en que las
mujeres tuvieron un perfil de personalidad armónico mucho más bajo que los
hombres, mostrando más dificultades en la adaptación social. En edades más
jóvenes se observaron mejores índices de adaptación psicológica ya que se
mostraron seguros y menos estresados, contradiciéndose con hallazgos
previos según los cuales uno de los grupos más afectados fue el de edades
comprendidas entre los 15 y los 30 años. La inseguridad puesta de manifiesto
en edades comprendidas entre los 36 y los 59 años no puede ser explicada
exclusivamente por una desadaptación a la enfermedad ya que en ella pueden
influir características propias de la edad, así como tampoco en el caso del
grupo de edades entre los 26 y los 59 años que tuvieron niveles más altos de
estrés, lo cual puede deberse además al hecho de ser este grupo el
laboralmente más activo y estar sometido probablemente a la influencia de más
eventos vitales. No obstante sería necesario un estudio comparativo con
individuos con otras enfermedades dermatológicas y sujetos sanos, para poder
asegurar qué características son típicas de los enfermos de vitíligo y cuales no.

Antiguamente se decía que la piel era el espejo del alma. Mucho menos
poéticamente, se la conoce hoy también como un marcador de estrés,
depresión, ansiedad, disturbios o problemas psicológicos, aislamiento social, o
enfermedades psiquiátricas. Hay un término clásico que relaciona a la cáscara
del hombre y su psiquis: la psicodermatosis, un universo en continua
expansión.
La superficie cutánea es un órgano expresivo y delator de todo lo que ocurre
bajo la superficie. Y esa profunda interacción determina que muchas patologías
de la piel tengan vinculación con problemas de tipo psicológico.

El organismo es una unidad biológica, psicofísica y social, todo está


interrelacionado, como espejo o reflejo del alma, la piel puede ser un indicador
de salud como la punta del iceberg de un estado de depresión, estrés o un
cuadro más grave de una patología psiquiátrica
La piel es un órgano de alta expresividad emotiva, la carta de presentación del
individuo, un reflejo de aspectos de su identidad. Los problemas psiquiátricos
que derivan en afecciones de piel generalmente se deben a un gran deterioro
mental y/o afectivo que los ubica en situaciones de mayor vulnerabilidad a las
afecciones cutáneas.

Todo comienza con un desorden interno una alteración en el pensamiento, un


demonio que busca salir, busca delatar al individuo; y cuando lo logra se dice
que este individuo le ha dado cuerpo a ese pensamiento informe, instintivo;
pero ¿no es el ser humano el que determina estos pensamientos, el que les da
forma o los deja morir? El bienestar de un individuo no siempre es su prioridad;
¿tendrá que ver con la evolución del pensamiento humano? Nietzsche dijo que
la pérdida de los valores era consecuencia de la personalización de Dios que
culminaba con su muerte.

Artículos consultados

López V, Millares CC, Fajardo R, Lera L. CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS DE


LOS ENFERMOS DE VITILIGO. REVISTA CUBANA DE PSICOLOGÍA. Vol 12,
No. 3,1995

Jurado Santa Cruz1 F. Vitíligo. Rev Fac Med UNAM Vol.46 No.4 Julio-Agosto, 2003

Pérez A. Lester V. Diagnóstico de los Factores Psicosociales en los Pacientes con


Vitíligo, Atendidos en la Unidad de Vitíligo del Instituto Venezolano de los Seguros
Sociales La Victoria. Edo. Aragua, Venezuela.

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