Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Antecedentes históricos.
Características.
La Justicia Restaurativa
La Justicia Restaurativa es una respuesta evolutiva al delito que respeta la dignidad y la
igualdad de todas las personas, favorece el entendimiento y promueve la armonía social
mediante la recuperación de las víctimas, los delincuentes y las comunidades, propor-
cionando una serie de medidas que toman en cuenta las circunstancias jurídicas, sociales
y culturales, y que además permite a los afectados por un delito compartir abiertamente sus
sentimientos y experiencias, con el objeto de atender sus necesidades de reparación,
comprender las causas y los efectos del comportamiento y la manera de asumir su
responsabilidad, así como comprender las causas profundas de la acción delictiva,
promover el bienestar comunitario y prevenir la delincuencia
Principios y valores
Por tratarse de una forma de justicia alternativa al modelo retributivo, los principios
establecidos en las convenciones internacionales para la aplicación de la Justicia Res-
taurativa son:
No discriminación: que significa el respeto a la dignidad y la igualdad de todas las personas.
Bienestar común: que significa garantizar la armonía social.
Reinserción social: que está relacionada con la recuperación de las víctimas, los de-
lincuentes y las comunidades.
Flexibilidad: capacidad de adaptación a los sistemas de justicia penal vigentes.
Integralidad: permite comprender las causas profundas de la acción delictiva, atender las
necesidades de los afectados y la reparación con responsabilidad de los efectos del
comportamiento delictivo.
Interculturalidad: admite la existencia de diversas culturas que deben ser consideradas en
la aplicación de mecanismos de justicia restaurativa, para garantizar el ejercicio de los
derechos.
Los valores esenciales de la Justicia Restaurativa, según Van Ness y Strong son el en-
cuentro personal y directo entre la víctima, el autor del delito y otras personas que les
pueden servir de apoyo; la reparación, que es la respuesta efectiva al delito en beneficio de
la víctima y a veces de la comunidad; la reintegración tanto de la víctima como del victimario
en la comunidad y la participación o inclusión, que significa conceder a las víctimas y
victimarios la oportunidad de involucrarse, de manera directa en el encuentro, la reparación
y la reintegración.
Naturaleza
La Justicia Restaurativa se contrapone a la justicia penal retributiva, que hace énfasis en la
vulneración de la ley y el consecuente castigo. Para la Justicia Restaurativa lo esencial son
las consecuencias que el delito ha traído para una persona en concreto y la necesidad de
repararlo. Bajo este enfoque, las víctimas de un delito deben tener la oportunidad de
expresar, en un ambiente seguro y respetuoso, el impacto que el delito ha tenido en sus
vidas, aclarar dudas y participar en la decisión de cómo el ofensor deberá reparar el daño
causado. Busca también que el victimario se haga responsable de las consecuencias de su
acto, procurando que el encuentro con la víctima resulten una reconciliación basada en la
restitución del daño y el perdón. Asimismo, pretende que se restituya el vínculo social,
procurando la reintegración del infractor en la comunidad fortaleciendo el sentimiento de
seguridad quebrantado por el hecho punible.
Finalidad
La reparación que establece la Justicia Restaurativa tiene efectos educativos para los
adolescentes, debido a que la ley puede resultar muy abstracta, siéndole más fácil entender
las consecuencias de sus actos, cuando puede apreciar el padecimiento de la víctima o con
la responsabilidad del adolescente en el trabajo asignado, se promueve su ciudadanía, en
el sentido de ser sujeto de derechos y deberes.
Programa de Justicia Restaurativa
Es aquel que utiliza procesos restaurativos en que la víctima, la persona que cometió el
delito y, cuando proceda, las familias de ambos y otras personas o miembros de la
comunidad afectados por un delito, participen conjuntamente de forma activa en la re-
solución de cuestiones derivadas del delito, por lo general con la ayuda de un facilitador
quien ayuda a alcanzar resultados restaurativos.
Entre los procesos restaurativos se puede incluir la mediación, la conciliación, la celebración
de conversaciones y las reuniones para decidir condenas.
En cambio el resultado restaurativo es un acuerdo logrado como consecuencia de un
proceso restaurativo y son los siguientes: la reparación, la restitución y el servicio a la
comunidad, encaminados a atender a las necesidades y responsabilidades individuales y
colectivas de las partes y a lograr la reintegración de la víctima y de la persona que cometió
el delito.
Las partes que concurren en los programas de Justicia Restaurativa son: la víctima, la
persona que cometió el delito, sus familias y otras personas o miembros de la comuni¬dad
afectados por un delito.
La Justicia Restaurativa y la interculturalidad
De conformidad con el derecho a la libre determinación, los pueblos indígenas deben tener
acceso a la justicia a nivel externo a través de los Estados e interno, a través de los sistemas
consuetudinarios y tradicionales indígenas. Además deben tener acceso a la justicia tanto
de manera individual como colectiva.
La Justicia Restaurativa se ha practicado de diversas formas en muchas regiones. A
di¬ferencia de las prácticas dominantes de la justicia penal, la Justicia Restaurativa suele
centrarse en la reparación de los daños causados por hechos o actos delictivos y, en procura
de este objetivo, promueve la participación de todos los afectados por el hecho. El propósito
de la Justicia Restaurativa puede ir más allá del conflicto inmediato e incluir también la
reparación de las relaciones entre los afectados. Las prácticas indígenas de Justicia
Restaurativa han contribuido a los enfoques restaurativos en general, ofreciendo
alternativas a los enfoques punitivos o basados en el castigo.
La Justicia Restaurativa en el Código Niña, Niño y Adolescente
La Remisión y las Salidas Alternativas son acompañadas de la aplicación de mecanismos
de Justicia Restaurativa, que también podrían seguir a las medidas socio-educativas
impuestas a la persona Adolescente con Responsabilidad Penal.
Los mecanismos de la Justicia Restaurativa consisten en la participación de la víctima, la o
el adolescente, su madre, padre, guardadora, guardador, tutora o tutor, una o varias
personas de apoyo y miembros de la comunidad afectados por el delito, ayudados por un
equipo multidisciplinario y el facilitador, en estrategias que conduzcan a reconocer a la
persona adolescente como persona integral, constructiva y productiva (CNNA-Art. 316).
Dichas estrategias consistirían en reuniones familiares, en la mediación, círculos
restaurativos y otras similares. Cuando la víctima no participa, los mecanismos se realizan
a través de un programa de orientación socio-educativa (CNNA-Art. 317).
La mediación es el procedimiento mediante el cual una persona técnica especializada, con
facultad de decisión, busca acercar a las partes para establecer un diálogo y comunicación
voluntaria acerca del hecho que originó el conflicto. Posibilita que la reparación tenga un
carácter restaurativo, más allá de la compensación de los daños y perjuicios
Mecanismo.
La Justicia Restaurativa aporta distintos mecanismos dirigidos al
diálogo, la conciliación y la reparación. Entre los más comunes se
encuentran la mediación, la conciliación y los círculos restaurativos.
Sin lugar a dudas el Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes en nuestro país
cada vez es más debatido tanto en medios de comunicación como en espacios políticos de
toma de decisiones, pero cabe preguntarse ¿Se cuenta actualmente con un “Sistema” en la
materia? ¿Hacia dónde estamos dirigiendo nuestras acciones con los y las adolescentes
que cometieron un delito?
Para abordar estas cuestiones, es fundamental partir del Código de la Niña, Niño y
Adolescente. El año 2014 se aprueba en Bolivia un nuevo marco normativo referido a niñez
y adolescencia, abrogando el anterior Código del Niño, Niña y Adolescente que estuvo
vigente desde 1999. Cabe mencionar que el Código abrogado ya establecía un conjunto te
preceptos dedicados específicamente a los y las adolescentes de los cuales se alegue la
comisión de un delito, señalando un procedimiento e instancias especiales para su atención,
en el marco de un enfoque socio-educativo en el que la libertad solo debía ser restringida
con carácter excepcional. Sin embargo, con 15 años de vigencia de esta norma no se llegó
a aplicar correctamente. De hecho, no se llegó a institucionalizar la especialidad en las
diferentes instancias que intervenían en este proceso y menos la introducción de un enfoque
basado en principio del interés superior del niño, ya que se mantuvo una mirada punitiva del
sistema en el que la única medida aplicada y “aplicable” era la privación de libertad. Y
consecuentemente tampoco se llega a constituir un “Sistema” de Justicia Penal para
Adolescentes propiamente dicho, ya que no se consolidan espacios de articulación y
coordinación especializada en la materia.
El nuevo Código de la Niña, Niño y Adolescente (2014) continúa esta trayectoria normativa
de avanzada, iniciada con la anterior legislación, pero también introduce importantes
progresos, entre ellos: el establecimiento de una edad de responsabilidad penal de
adolescentes adecuada a los estándares internacionales, de 14 a 18 años (anteriormente
era de 12 a 16 años, significando una vulneración grave de los derechos de los adolescentes
mayores de 16 que eran juzgados como adultos); el señalamiento de un procedimiento
especial sin que se remita a la normativa penal para adultos; la regulación de las
atribuciones y funciones de cada uno de los actores del Sistema de Responsabilidad Penal
para Adolescentes; la diferenciación clara del Sistema de Responsabilidad del Sistema de
Protección Integral de la Niñez y Adolescencia; la introducción de un enfoque y de
mecanismos sustentado en la Justicia Restaurativa; entre otros.
En ese sentido, se identifica que hay varios avances en el plano normativo. Empero, ¿Estos
cambios impactarán realmente en la práctica de Justicia Penal para Adolescentes en el
País? Si en la anterior legislación ya se presentaban postulados de avanzada y no se llegó
aplicar, qué se debe hacer para que no se mantenga un statu quo en el que los derechos
de las y los adolescentes con responsabilidad penal son vulnerados.
Lo primero que se debe tener en cuenta es el establecimiento de un “Sistema”. En la actual
normativa se hace referencia textual al Sistema de Responsabilidad Penal para
Adolescentes. A partir de esto, se debe objetivizar en prácticas de coordinación y
articulación entre los diferentes actores, para poder hablar de un Sistema fáctico –y no solo
normativo- que garantice el respeto de los derechos tanto de los adolescentes en conflicto
con la Ley como de las víctimas.
Con esta intención el Ministerio de Justicia, como cabeza de sector, en la segunda semana
de agosto del 2015 ha presentado un plan de Implementación del Sistema de
Responsabilidad Penal para Adolescentes, el cual incorpora distintos ámbitos de actuación,
entre ellos está la atención, promoción, prevención y protección. Los mismo prevén la
relación de varias actividades, entre las cuales están: el diseño de protocolos y manuales
especializados de actuación de cada uno de los actores del Sistema; la formación y
capacitación de los servidores públicos; la elaboración de lineamientos para la
implementación de programas especializados para adolescentes con responsabilidad penal
atenuada; etc.
Por consiguiente, los avances que presenta el actual marco normativo, deben acompañarse
de la voluntad política y con la participación de todos los actores –en todos los niveles de
gobierno: Central, Departamental y Municipal- y claro de la sociedad en general, consolidar
un Sistema Especializado de Responsabilidad Penal para Adolescentes más humano y más
justo. Una tarea que no es fácil, pero que es tarea de cada uno de nosotros y presenta
grandes oportunidades para el Sistema de Justicia en general.
“El fundamento del derecho de castigar, es la necesidad social de mantener las condiciones
indispensables para la vida completa. Por tanto, si se ha violado una de esas condiciones,
la primera cosa que se debe exigirse del culpable es que, en cuanto sea posible, vuelva a
colocar las coas en su estado anterior, es decir, que repare el daño”.
Spencer
“Cuanto más tenga en cuenta la ley todos estos elementos y sepa buscar y encontrar la
manera de que el ofendido obtenga una reparación pecuniaria aproximadamente justa, tanto
más conseguirá disminuir en aquel el deseo de venganza.
Por consiguiente, el progreso en este sentido debe producir el efecto de dulcificar más cada
vez aquellos sentimientos de venganza, que en su mayor fiereza existen cabalmente en la
sociedad donde la acción de la justicia es débil e ineficaz.
Garófalo
RESUMEN
Los sistemas tradicionales de justicia penal han concentrado su atención en la idea del
castigo y la punición como elementos principales del proceso, situación que hoy en día se
cuestiona a partir de la victimología y la criminología, a partir del concepto de justicia
restaurativa que busca la armonía, el reencuentro y la recomposición del tejido social
provocado por el delito, constituyéndose en una filosofía que nos invita a (re)pensar el
problema central del Derecho Penal: la relación delito–infractor.
Nils Christie
A pesar de que no exista una sola definición que pueda asumirse como oficial, existiendo
incluso varias denominaciones como “justicia comunitaria”, “hacer reparaciones”, “justicia
positiva”, “justicia relacional”, “justicia reparadora” o “justicia restaurativa”1 empero,
podemos mencionar algunas relevantes que describen de modo muy puntual los alcances
y características de la justicia restaurativa.
Así, por ejemplo, según Julio Andrés Sampedro Arrubla, en su trabajo La Justicia
Restaurativa – Una Nueva Vía, define a ella como:
“La justicia restaurativa constituye una visión alternativa del sistema penal que, sin
menoscabar el derecho del Estado en la persecución del delito, busca, por una parte,
comprender el acto criminal en forma más amplia y en lugar de defender el crimen como
simple transgresión de leyes, reconoce que los infractores dañan a las víctimas,
comunidades e incluso a ellos mismos; y por la otra, involucra más partes en respuesta al
crimen, en vez de dar papeles clave solamente al Estado y al infractor, incluye también a
las víctimas y a la comunidad. En pocas palabras, la justicia restaurativa valora en forma
diferente el éxito frente al conflicto, en vez de medir cuánto castigo fue infligido, establece
si los daños son reparados o prevenidos”2
El Manual sobre programas de justicia restaurativa de las Naciones Unidas (Office on Drugs
and Crime)3, entiende la justicia restaurativa, como:
A su turno, José Benito Pérez Sauceda y José Zaragoza Huerta, en su trabajo titulado
Justicia Restaurativa: del Castigo a la Reparación4, defiende a la justicia restaurativa como:
“Un proceso en el que las partes implicadas en un delito determinan de manera colectiva
las formas en que habrán de manejar sus consecuencias e implicaciones. Representa una
respuesta evolucionada al crimen, que respeta la dignidad y la equidad de cada persona,
construyendo la comprensión y promoviendo la armonía social, a través de un proceso de
sanación de las víctimas, los ofensores y la comunidad. Dicha respuesta se base en virtudes
como: sensibilidad, apertura, confianza, esperanza y sanación”.
(…) El modelo de justicia restaurativa parte de la premisa de que el delito perjudica a las
personas y las relaciones, y que el logro de la justicia demanda el mayor grado de
subsanación posible del daño. Su enfoque es cooperativo en la medida que genera un
espacio para que los sujetos involucrados en el conflicto se reúnan, compartan sus
sentimientos, y elaboren un plan de reparación del daño causado que satisfaga interese y
necesidades recíprocos”
Así, el artículo 29 del Anteproyecto del Código Procesal Penal de Bolivia, entiende así la
justicia restaurativa:
“I. Definiciones:
1. Por programa de justicia retributiva. Se entiende todo programa que utilice procesos
retributivos e intente lograr resultados retributivos.
5. Por facilitador. Se entiende una persona cuya función es facilitar de manera justa e
imparcial, la participación de las partes en un proceso retributivo.”
Ello nos lleva entender de modo diferente el problema de la justicia penal, por cuanto nos
invita a transitar de la idea de venganza que se concentra sólo en el verdugo a la de justicia,
la cual pone su mirada en la victima, por lo que el delito debe ser visto no tanto como un
problema social, sino como una oportunidad para la (re) construcción de nuevas relaciones
sociales entre las partes comprometidas, generando un escenario de armonía, de
reencuentro y reconciliación, de modo tal que se supere la vieja dicotomía entre “ganador”
y “perdedor”, puesto que el delito más que una afectación de las relaciones entre dos
personas constituye una ruptura del tejido social, de la vida en sociedad, de modo tal que la
visión de la justicia restaurativa, pretende –más que castigar o sancionar– recomponer el
orden, la armonía, la vida en sociedad7.
José Benito Pérez Sauceda y José Zaragoza Huerta8 van a afirmar que la idea de justicia
restaurativa se funda en las “3 r’s”, como son Responsabilidad, Restauración y
Reintegración, que se pueden expresar de la siguiente manera:
a. Responsabilidad por parte del ofensor, porque cada persona debe responder por su
acciones u omisiones;
c. Reintegración del infractor, quien necesita reestablecer los vínculos con la sociedad, la
cual necesita la armonía en un interior 9.
Estos principios son lo que acoge el anteproyecto de Código Procesal Penal presentado por
el Ministerio de Justicia del Estado Plurinacional de Bolivia, Empero, existen otros aportes
importantes como el expuesto por Julio Andrés Sampedro Arrubla10, quien señala que las
coordenadas fundamentales de la justicia restaurativa, son tres:
a. El derecho de consulta con un representante legal: que establece que tanto victima como
infractor tienen el derecho a consultar con personal especializado en el tema, sobre todo en
los alcances de la justicia restaurativa;
c. El derecho a estar completamente informados: por lo que las partes, antes de participar
de un programa o un proceso restaurativo, tienen el derecho a estar completamente
informados, es decir, conocer los alcances del proceso y sus consecuencias;
d. El derecho a no participar: por lo que nadie puede ser obligado a participar del proceso o
programa restaurativo, puesto que el consentimiento constituye la piedra fundamental para
activar uno de estos procesos.
Adicionalmente a ello el Manual sobre programas de justicia restaurativa, aprobado por las
Naciones Unidas, reconoce algunas garantías importantes, como ser:
b. Los acuerdos deben ser voluntarios y razonables: es decir, debe mediar la aceptación y
contener acuerdos que no vulneren el orden público, debiendo ser razonables y
proporcionados.
c. Confidencialidad del procedimiento: ya que los debates, las charlas y los compromisos
verbales que vayan asumiendo gozan de confidencialidad, no pudiendo ser publicados, ni
informados, más aun si no se llega a acuerdo alguno;
d. Supervisión judicial: es decir, que los acuerdos dentro un proceso restaurativo, pueden
generar efectos judiciales, pudiendo ser homologados o ratificados por autoridad judicial
posterior;
De igual modo, a fin de dar una aplicación práctica a la justicia restaurativa se reconocen
diversas experiencias expuestas en programas o métodos desarrollados en diversos países,
ente los que destacamos:
c. Círculos: aplicado en las culturas nativa de eeuu y Canadá en la década de los 80’s, que
se caracteriza por ser un proceso en el que las víctimas y el infractor se reúnen, así como
abogados, integrantes de la comunidad, de instituciones públicas, sociales y privadas, que
guiadas por un facilitador, puedan lograr un acuerdo colectivo;
g. Servicio comunitario: que comprende el trabajo comunitario que realiza el infractor a fin
de reparar el daño causado, así como el efecto rehabilitador del mismo;
i. La conciliación post judicial: a fin de evaluar los avances reales, tanto en términos del
ofensor como de la víctima;