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Español Andino

Artículo principal: Español andino

Es el típicamente empleado en la sierra (más marcado en el ámbito rural). A diferencia


de países limítrofes como Ecuador o Bolivia donde es el habla estándar, tradicional fue
siempre estigmatizado por la sociedad culta limeña.3

Principales características

En lo fonológico se distingue típicamente por su tiempo lento y ritmo peculiar,


asibilación de /rr/ y /r/ y una aparente confusión entre las vocales /e/ y /o/ con la /i/ y la
/u/, respectivamente (lo que en realidad ocurre es que los hablantes de castellano andino
producen vocales intermedias entre /e/ - /i/ y entre /o/ - /u/4 ). Además de pronunciar con
mayor fuerza que en la costa el sonido de la “s” originalmente apical sin aspirar y de las
consonantes en general, en detrimento de las vocales. Otros rasgos distintivos son la
preservación del sonido lateral de la “ll”, a veces ultracorrecciones, y el cambio de la
“c” y “g” implosivas por “j” /x/.

En cuanto al plano morfosintáctico son típicos:

 La confusión o unificación del género y número

A ellas lo recibí bien. La revista es caro.

 El abuso de los diminutivos –ito e –ita

Vente aquicito. Sí, señorita, ahí están sus hijos.

 El loísmo

Lo echan la agua. Lo pintan la casa.

 La duplicación de los posesivos y objetos

Su casa de Pepe. Lo conozco a ella.

 La ausencia de artículos o su empleo redundante

Plaza de Armas es acá. La María está loca.

 Empleo de la preposición ‘en’ frente adverbios locativos:

Todo caerá en su encima.

 Uso de “nomás” y “pues” después del verbo

Dile nomás pues.

 Uso del verbo al final de la frase


Está enojada dice.

 Uso del pretérito compuesto por el simple y del modo indicativo por el
subjuntivo en las subordinadas.

Español peruano ribereño o limeño

Artículo principal: Español peruano ribereño

Hablado por gente adulta de ascendencia limeña o de larga estadía en la capital o en la


costa (y de poco contacto con el grupo social migrante); tuvo antaño y tiene aún la fama
de ser (más en lo que a pronunciación se refiere) uno de los más casticistas de toda la
América ribereña.567 Es, pese a ser hablado propiamante por una minoría (alrededor del
15% de la población de Lima) 8, la base del español peruano “normativo”.9

Rasgos característicos

 Las vocales se pronuncian con la misma duración, a diferencia del dialecto


andino en la cual se intercambian las vocales.
 La /rr/ y /r/ en todo contexto se pronuncian sin fricativizar.
 La “s” es predorsal y se aspira generalmente en posición final ante consonante,
pero no ante pausa o vocal.
 La “j” y”g” (ante e-i) se pronuncian de forma palatal, no velar, ni aspirada.
 La “n” al final de sílaba se pronuncia velar (no alveolar como en México o
Argentina).
 La /d/ final se convierte en /t/ o se elide en la gran mayoría de las palabras.
 Existe yeísmo, ya detectable en hijos de andinos nacidos o criados en Lima,
tanto al escribir como al hablar.
 Tendencia a eliminar el hiato en las palabras con el sufijo –ear en las personas
de clase baja, principalmente descendientes de andinos.
 Descuido en el habla de presentadores, quienes 'popularizan' voces de replana
como 'tronco seco', o fuera de su campo semántico como al no usar
'profesionalidad'.10
 Se habla más lento. Ha bajado la frecuencia.
 Hay omisión de preposiciones. Influencia de diarios de 'tendencia popular' que
resaltan el lenguaje callejero.

Se usa construcciones que son del español americano en general, pero existen también
las que son de origen propio, así mismo términos y expresiones tradicionales muy
frecuentes; el más arraigado de los quechuismos es la voz familiar “calato” por desnudo.

Español amazónico

Artículo principal: Español amazónico

Se desarrolló especialmente al contacto del español andino y limeño con las lenguas
amazónicas sin que éstas hayan influido mucho. Posee una distintiva estructura tonal.

Fonéticamente se caracteriza por:


 La sibilante /s/ resiste a la aspiración
 Hay confusión de “j” (aspirada en situación interior) con f (siempre bilabial).

Ej “San Fan”, San Juan

 Hay oclusivización de las intermedias /b/ /d/ /g/ en ascenso tonal con aspiración
y alargamiento de la vocal.
 Los fonemas /p/ /t/ y /k/ se realizan con una aspiración
 La /y/ tiende a africarse (al contrario de la costa).
 También hay asibilación, no muy fuerte de vibrantes

El cambio en el orden sintáctico más reconocido es la anteposición del genitivo.

De Antonio sus amigas

También hay trastornos de concordancia genérica, etc

El español de Chile,23 castellano chileno o dialecto chileno4 es una variante del


español propia de dicho país, que presenta ciertas diferencias a lo largo de su área de
distribución geográfica y entre las distintas clases sociales[cita requerida]. El español de
Chile suele considerarse una unidad independiente en los estudios para establecer las
zonas dialectales americanas.15

El español es el idioma oficial de facto y la lengua administrativa de Chile,n 1 donde


también recibe el nombre de «castellano»,6 y hablado por el 99,3 % de los chilenos7 —
los otros dialectos del castellano que se hablan en el territorio chileno, aunque en menor
medida, son el español andino y el español chilote—.8

En zonas limítrofes de Argentina con Chile, se puede escuchar a los habitantes


expresarse hablando con una pronunciación y entonación similares a las del español
chileno y utilizando algunas palabras de él; sin embargo, pese a las semejanzas, el uso
del idioma, gran parte del léxico y las estructuras utilizadas corresponden totalmente al
español rioplatense. Esta situación se registra principalmente en la región geográfica
argentina de Cuyo, particularmente en la ciudad de Mendoza, mientras que en la
Patagonia chilena se mezclan rasgos chilenos con otros chilotes y rioplatenses.

Pese a que en el ámbito doméstico se registran simultáneamente casi todas las


particularidades que se describen más adelante, en situaciones formales las diferencias
con el español estándar son menores y suelen restringirse a la pronunciación y al léxico.

Índice

 La entonación del español chileno es reconocida en el mundo hispanohablante


por ser muy rápida y con tonalidades que ascienden y descienden en su habla,
especialmente en Santiago y sus alrededores; dicha entonación puede ser menos
fuerte en ciertas zonas del norte del país y más pronunciada en zonas
sureñas.[cita requerida]
 Al igual que en toda Hispanoamérica, existe el seseo; es decir, no se hace
distinción entre los sonidos de s (/s/) y z (/θ/):3 se pronuncia como /s/ en todos
los casos, lo que produce algunos homófonos («abrasar - abrazar», «casa -
caza», «cima - sima», «cocer - coser», por ejemplo). Este fenómeno lingüístico
se originó en el reajuste de las sibilantes ocurrido entre los siglos XVI y XVII.
 Como en gran parte de Hispanoamérica, existe la aspiración del fonema /s/
cuando está al final de una sílaba.3 Por ejemplo, «estas manos» se pronuncia
['eh.tah 'mã.noh ].5 La aspiración, evitada a veces en el habla formal, tiene un
sonido como en la mitad sur de España.
 Como en gran parte de Hispanoamérica, existe el yeísmo; es decir, no se hace
distinción entre ll (/ʎ/) e y (/ʝ/).3 La primera, pronunciada en su forma estándar
de consonante aproximante lateral palatal, /ʎ/, aparece solo en un número muy
reducido de hablantes bilingües (las lenguas autóctonas aimara, mapuche y
quechua cuentan con este fonema) y entre personas de edad avanzada de la
provincia de Ñuble. En el resto del país se ha neutralizado la diferencia entre
ambos fonemas, y la realización más frecuente es la de una fricativa central
palatal sonora [j], lo que produce algunos homófonos («baya - valla - vaya»,
«calló - cayó», «aya - halla - haya», «holló - oyó», por ejemplo). Entre las otras
realizaciones encontradas, abunda la de una palatal central sonora muy abierta
[ʝ], encontrada en todo Chile, pero más frecuente en el norte del país.12
 Al igual que en la mitad sur de España y otras de las llamadas «hablas de las
tierras bajas», en el lenguaje coloquial puede elidirse la «-d-» intervocálica,
sobre todo en las terminaciones «-ado, -ada»:35 «salado» se pronuncia [sa'la.ð̞o]
o [sa'la.o] y «salada», [sa'la.ð̞a] o [sa'la:].
 Ante los diptongos /wa/ y /we/, ocurre una prótesis de [ɣ] (fricativa velar
sonora), por ejemplo: «huaso», ['ɣwa.so] ('guaso'), «huevo», ['ɣwe.β̞o] ('güevo').
 El grupo «tr-» se pronuncia como una postalveolar retrofleja áfona [t͡ɹ̝̥ ],3 sonido
que se considera inculto, pero que a principios del siglo XXI ya se registra en
amplios sectores de la sociedad.5 Lingüistas como Rodolfo Lenz postulaban que
este rasgo se debía a la interferencia del mapudungun, que tiene este sonido
como un fonema aparte; sin embargo, la teoría en boga, defendida por Amado
Alonso en tiempos de Lenz, afirma que se trataría de un fenómeno no propio, ya
que se puede encontrar también en el español paraguayo y, menos
estridentemente, en el español andino, español costarricense y español
mexicano.13
 Las plosivas y fricativas velares áfonas y sonoras (/k/, /g/, /x/ y /ɣ/) se
transforman en plosivas y fricativas palatales áfonas y sonoras ([c], [ɟ], [ç] y [ʝ],
respectivamente) delante de e e i: «queso», ['ce.so], «guitarra», [ɟi't̪ a.ɹa], «jefe»,
['çe.fe], «mi guitarra», [mi.ʝi't̪ a.ɹa]. En este último caso, la g intervocálica en las
sílabas gue y gui, al pronunciarse fuertemente con el paladar, se parece mucho a
la y común castellana.14
 Además de [b] y [β̞], el fonema /b/ tiene un alófono fricativo labiodental sonoro
[v], según se ha registrado en el habla de Concepción, cuya existencia ha sido
negada en el idioma español.15
 Realización fricativa, [ʃ], del fonema africado postalveolar sordo, /t͡ ʃ/, «ch»,
pronunciado como «sh».3 Ocurre generalmente en los estratos menos educados
de la población y en zonas rurales de todo el país de forma general y está
fuertemente estigmatizado.5 Por un fenómeno de ultracorrección, para evitar el
poco prestigioso [ʃ], hay quien la pronuncia como una africada con cierre
prolongado [tt͡ʃ].16 Se evita el sonido fricativo incluso al pronunciar palabras
originadas en otras lenguas donde la pronunciación correcta es [ʃ]. Por ejemplo,
muchas personas dicen «suchi» (sut͡ ʃi) por «sushi» (suʃi), para no ser clasificado
como pronunciadores de [ʃ] y evitar el estigma asociado, cuando en realidad
están produciendo el efecto contrario. El mismo estigma se traslada al
pronunciar en otros idiomas, como el inglés «show» o el francés «Michelle».17

El uso del idioma español es predominante, entendido y hablado como primera o


segunda lengua por casi toda la población de la República Argentina, que según las
últimas estimaciones supera los 40 millones.1

El inglés es la segunda lengua más conocida en el país, y su enseñanza es obligatoria


desde la escuela primaria en varias provincias. Argentina es el único país
latinoamericano calificado como país de "alta aptitud" en el inglés, ubicándose en el
puesto 15 a nivel mundial, según un informe del Índice de Aptitud en Inglés (EF EPI).23
El inglés es, además, la lengua que se usa por la mayoría de los habitantes de las islas
bajo control del Reino Unido que para Argentina constituyen el departamento Islas del
Atlántico Sur de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

El guaraní y el quechua son otras lenguas importantes con más de un millón de


hablantes cada uno (en 2015).[cita requerida]

Existen unas 25 lenguas[cita requerida] indoamericanas vivas y existieron varias (hoy


extintas) en diversas regiones. Las lenguas indoamericanas vernáculas (nativas del
territorio argentino) vivas son habladas por muy pocas personas. Por otra parte, el
lunfardo que es una jerga y argot tipo pidgin con predominio de palabras originadas en
lenguas italianas como el piamontés, ligur o «zeneise», calabrés, siciliano, lombardo,
etc., hablado en la Zona Núcleo de Argentina desde al menos 1880. Por otra parte el
portuñol es un pidgin de portugués brasileño y español hablado desde aproximadamente
1960 en las zonas de Argentina fronterizas con Brasil.

Otra lengua nativa es la lengua de señas argentina (LSA), lengua señalada por las
comunidades sordas que surge claramente a partir de 1885 e influencia a muchas otras
lenguas de señas de países limítrofes.

Entre los hablantes de lenguas no vernáculas se encuentran (aparte de los más de 40


millones de argentinos que hablan el español (principalmente el español rioplatense
como lengua materna, lengua coloquial y lengua vehicular); los del italiano (alrededor
de 1.500.000 [un millón quinientasmil] personas).4 Por otra parte los desconocedores de
antropología y lingüística suelen muy erróneamente incluir como «lenguas vernáculas»
al guaraní (impuesto por la invasión de los avá procedentes de la Amazonia hacia el
siglo XV DEC y propagado por los misioneros europeos jesuitas en lo que hoy es el
NEA como lengua vehicular entre diversas etnias que nada tenían de linajes avá o
«guaraníes»); algo similar ocurrió en el NOA con el quechua y el aimara impuestos tras
la invasión inca procedente del sureste peruano y lo que hoy es el norte del Collao o
Altiplano boliviano en el NOA y el extremo noroeste del Cuyo en el siglo XV DEC y
luego aún más difundido por los misioneros jesuitas y franciscanos como lengua
vehicular para la catequesis a partir de la Conquista española en el siglo XVI y que,
actualmente tras la migración ocurrida desde Bolivia y de Perú a partir de la segunda
mitad de la década de los 1990.

Luego de las antecitadas lenguas e idiomas le siguen el alemán (cerca de 400 000,
incluyendo un número significativo de hablantes del dialecto alemán del Volga

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