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Miguel Castillo
Entregado a: Jimena Obregón.
Máster ETILA 1
En marzo del año 1976 se desata en Argentina el golpe de estado cívico-militar que coloca
en el poder a la junta militar encabezada por Jorge Rafael Videla y que tendrá por
consecuencia los ocho años de dictadura que asolaron al país. Ese mismo año el escritor
argentino Manuel Puig, publica desde el exilio El beso de la mujer araña, novela que relata
la historia de dos presos -uno político y el otro por su homosexualidad- en una cárcel de
Buenos Aires, durante el tercer gobierno de Perón.
El relato, constituido básicamente por las conversaciones que sostienen ambos presos dentro
de su celda permitirá ver una relación directa de la novela con la represión política y sexual
de Argentina, que llegó a afectar incluso al mismo autor, si se piensa que su exilio se debió
a la persecución y amenazas del grupo conocido como Triple A; y que anticipará, además, lo
que será la represión durante el régimen dictatorial de Videla.
De otra parte, en 1985 el director Hector Babenco saca a la luz la adaptación cinematográfica
de El beso de la mujer araña, la cual pese a que adopta el relato de ambos presos creados por
Puig ya no conversará únicamente con el contexto sociopolítico argentino, debido a un
desplazamiento del espacio narrativo de Argentina a Brasil1. Dicho esto, este ensayo se
concentrará, específicamente, en examinar la manera en que los personajes protagonistas
(Luis Molina y Valentín Arregui) son adaptados de la novela a la película y en qué forma
estos se ven modificados en este proceso de adaptación.
En consecuencia, en este texto se intentará ver el modo en que al traspasar los personajes del
lenguaje literario al cinematográfico se lleva a cabo una transformación semántica de los
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Aunque por los detalles dentro de la película -nombres de calles, espacios públicos, etc.- se infiere que es
Brasil el sitio donde se desarrolla el relato, la adaptación de Babenco nunca hará explícita una ubicación real
del espacio narrado, cosa contraria a lo que sucede en la novela de Puig donde se dan referencias claras que
ubican el relato en Buenos Aires.
mismos. Transformación semántica en la medida en que, si dentro de la novela cada uno de
ellos representa una actitud determinada frente a la represión política y sexual en Argentina,
en la adaptación cinematográfica esto no sucede del mismo modo.
Sin embargo, antes de entrar al análisis directo de los personajes es necesario enfatizar
primero tanto en la novela como en la película en los elementos estructurales y narrativos
que crean una red de ideologemas y permiten a su vez, a los dos personajes, convertirse en
vehículos ideológicos. Es necesario además en esta parte recalcar el modo narrativo en que
el texto literario y la película se construyen para ver de qué manera cambian los personajes
en la adaptación fílmica.
A lo anterior aportará el hecho, como explica Antonio Garrido en su ensayo sobre El beso de
la mujer araña, de la relación que tiene Puig con el cine y que lo lleva a construir su novela
a partir de modelos cinematográficos (Garrido, p.75-76), en efecto, la novela carece por
completo de narrador y se construye únicamente a través del diálogo entre los personajes,
elemento habitual en el cine que, sin embargo, al tener un soporte visual permite al espectador
apreciar un escenario y actitudes más precisas de las que veríamos en la novela únicamente
construida con el diálogo entre los personajes. Resulta pertinente agregar aquí también el
juego doble de adaptación que se produce dentro del relato mismo; es decir la adaptación que
realiza Molina-en la novela- de las películas a un ‘lenguaje literario’ para transmitirlas a
Valentín y que no pierdan en esta transmisión elementos relevantes como los detalles, la
tensión dramática, etc. Esto en cuanto a la novela de Puig.
En el caso de la película tendríamos un movimiento similar que sin embargo se mezcla con
una forma de narrar propiamente cinematográfica; en efecto, la película que cuenta Molina
y que ahora también representa- de nuevo gracias al soporte en la imagen- se mezcla con
escenas donde son los personajes mismos de la película narrada los que hablan, dejando de
lado, como tenemos en la novela la voz de Molina/narrador y pasando directamente a una
exposición directa de la película dentro del marco general del relato.
Todo lo anterior en cuanto a la estructura formal. Ahora es necesario incluir las temáticas
tratadas dentro de esta estructura narrativa que pese a que igualmente difieren en algunos
matices de la novela a la película juegan un papel fundamental en la construcción de los
personajes como vehículos ideológicos.
Tenemos en primer lugar y como aspecto central el kitsch que salta a la vista desde el inicio
de la narración en ambas producciones artísticas y que juega un papel fundamental en la
constitución de la visión de mundo de los personajes, especialmente en el personaje de
Molina. En consecuencia, el kitsch aparece de forma explícita en la selección de películas
que Molina hace, en las temáticas que estas tratan y en la manera en que son contadas por el
personaje. De otra parte, tendríamos la aparición implícita del kitsch o, mejor dicho, del
camp2a partir de la apropiación que Molina hace de este y de la manera en que esta
concepción estética y ‘romántica’ del mundo condiciona su vida y la relación amorosa que
construye con Valentín. Como veremos el kitsch juega un papel fundamental en la
identificación reciproca de los personajes, y siguiendo el análisis crítico que Juan Pablo
Neyret hace del kitsch en la novela de Puig, tendríamos entonces al kitsch -politizado- a
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Entendemos aquí el concepto de camp como la apropiación de lo kitsch y de su estética en contextos
homosexuales, tendencia que inicia en los colectivos gay en Nueva York durante los años 60 y que se
expande luego alrededor del mundo, con tendencias al glamour, a la exageración e íntimamente relacionado
al ‘arte de mal gusto’ (Neyret, p.3-4)
través de los personajes como el campo principal de discusión con el contexto social y
político argentino.
En efecto, el kitsch se presenta como catalizador de la relación entre los dos personajes, tanto
en la novela como en la adaptación, y será este el que lleva al personaje homosexual en un
primer momento presentado como apolítico, a ser precisamente quien toma posición y realiza
la acción de marcada lucha política. Para explicar lo anterior es necesario remitirse al
argumento central en la novela, colocar los elementos de esta en relación con el kitsch y a
partir de allí ver cómo esto mismo funciona o no en la adaptación de Babenco.
Como se ha resaltado es a través del kitsch que la relación entre ambos personajes evoluciona.
Esto debido a que gracias al relato de las películas se genera el diálogo con el cual los
personajes se conocen mutuamente, y, por ende, se abren también para el lector. A través de
este diálogo comprendemos rápidamente la tendencia marcada de Molina por lo kitsch, en
especial a la identificación que tiene con las heroínas de las películas que narra, que además
como aclara Neyret, coinciden en su final trágico impulsado por el sentimiento amoroso y
que podrían considerarse incluso como anticipaciones del final trágico de Molina.
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Aunque no deja de ser una conjetura, críticos como Neyret también se refieren a esta posible relación
entre Valentín Arregui, como una representación de los militantes del ERP, véase Neyret pp. 5-7.
Hasta aquí, el kitsch mantiene su condición de apolítico y no es hasta entablar la relación
profunda con Valentín que se verá politizado y en consecuencia convertirá al personaje
Molina en un vehículo ideológico. Es pertinente citar aquí a Neyret en lo que se refiere a la
adaptación del kitsch en un contexto latinoamericano, para comprender a fondo la relación
que sostendrán Molina y Valentín en la primera parte del relato, afirma Neyret “(…) el kitsch
se ve rechazado en América Latina debido a que llega en la época de las luchas sociales y
por ende se le crítica su “negación de lo político” (Neyret, p.4)
Viéndolo a través de esta lupa entenderíamos entonces el rechazo inicial que Arregui siente
por Molina, en quien ve a un ser banal sin preocupaciones políticas o sociales, que se evade
a través del relato de las películas de las problemáticas reales del mundo, y en última instancia
con un carácter femenino que Arregui relaciona a la debilidad y que no coincide con sus
ideales políticos. Sin embargo, rápidamente se da una inversión de roles a partir de dos
aspectos esenciales en la estructura del relato, por una parte, de la influencia que van teniendo
las notas al pie de página en la teorización de la homosexualidad y en la importancia que
jugaría una revolución sexual, siguiendo la argumentación de las notas al pie y claramente
marcadas por las ideas de Marcuse, dentro de una revolución social4. Por otra parte, la
inversión de roles se da en el momento en que se ve cómo el kitsch se incluye también dentro
de la lucha política de Arregui.
Como explica Neyret: “La estrategia maestra de Puig… es exhibir inicialmente lo que el
discurso político tiene de Kitsch para entonces, como paso siguiente, politizar el kitsch”
(Neyret, p.8) En consecuencia, el kitsch se incluye dentro de la militancia política de Valentín
en el momento en que le dicta la carta a Molina para entregársela a su amante y compañera
de lucha. Para Neyret es precisamente en este momento donde se autoriza al personaje
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Balderston resalta en su ensayo sobre las notas al pie de página la influencia que tendrían estas no como
una lectura paralela e independiente del marco narrativo central sino como una lectura íntimamente ligada a
este que aporta una visión incluso contraria a la que se desarrolla en la narración de los dos presos. En
consecuencia Balderston afirma que las citas a Marcuse, Altman y en especial de la doctora Taube -que
distintos críticos entienden como alter ego de Manuel Puig en la novela, pues la doctora no existe y es,
remitiéndose a los manuscritos de El beso de la mujer araña una construcción ficticia- se opondrían a la lucha
política marcadamente marxista pero machista que defiende en un principio el personaje de Aguerri, y que la
verdadera revolución tanto sexual como social se da en el personaje Molina pues es quien lleva a cabo tanto
la acción política como un reconocimiento de su propia sexualidad, todo esto naturalmente en un plano íntimo
si se considera que en el plano exterior ni la acción política de Molina, ni el cambio de ideas de Aguerri no
tienen mayor repercusión. Véase Balderston pp. 566-571.
homosexual, antes excluido, a entrar y a hacerse participe de una lucha política, lógicamente
aludiendo a su identificación con la retórica kitsch. Será a partir de este momento que los
papeles de ambos personajes se invierten y el carácter apolítico del kitsch se ve politizado en
el momento en que el personaje Molina decide voluntariamente hacer parte de la lucha
política y oponerse al gobierno oficial: al decidir ponerse en contacto al salir de la cárcel con
la célula en la que milita Valentín para transmitirles determinada información. De ahí que,
así se entienda el actuar de Molina como guiado por ideales políticos o por una forma de
materializar ese ‘romanticismo’ traído del kitsch, es decir, la muerte trágica de las heroínas
que relata. Es en este momento en que el personaje se vuelve representación de una lucha
política que entra en diálogo directamente con el contexto argentino.
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Cabe aquí mencionar el rechazo de la novela, por parte de centros editoriales como Gallimard que ven en
esta transformación del personaje de Aguerri una marcada oposición a los ideales leninistas de la época, y
de los cuales la editorial francesa era participe. Véase el artículo de Juan Goytisolo:
https://elpais.com/diario/1990/07/27/opinion/649029609_850215.html
película narrada que es la de temática nazi pero que, de cualquier modo, logra mantener la
identificación entre el personaje de Molina y la heroína de la película. Se mantendría,
además, ahora con una dimensión más marcada ya no únicamente el kitsch sino la
apropiación de este al mundo homosexual a través de la representación que Molina realiza
de la película narrada: la ropa, la acción y en general la composición del personaje recalca
estos elementos.
De otra parte, también se mantiene ese rechazo que describe Neyret del kitsch o el camp en
el contexto latinoamericano, debido a su carácter apolítico. Al igual que en la novela de Puig,
en la adaptación fílmica la discusión entre ambos personajes gira en torno a la misma
problemática y la crítica de Arregui a Molina se mantiene en los mismos términos. La
diferencia esencial se daría aquí en la ausencia de un discurso contrapuesto que vaya
teorizando de manera paralela a la discusión de los personajes, evidentemente la adaptación
fílmica carece de los pies de página de la novela, al no ser estos un lenguaje adaptable al cine.
La importancia entonces de la revolución sexual dentro de la revolución social se da ya no
en términos teóricos y defendidos por las autoridades citadas antes, ahora depende
directamente de la interpretación que el espectador le de a los elementos que los personajes
ponen a su disposición. En consecuencia, tendríamos que, si el lector es capaz de comprender,
o de empatizar con la figura de Molina también a través de los argumentos dados en los pies
de página, ahora la carga de la creación de empatía recae una únicamente en la composición
fílmica de este personaje.
En consecuencia, para evitar una generalización extrema con relación a las cuestiones
políticas y sociales específicas, podría decirse que la película de Babenco se concentra en
problemáticas latinoamericanas, esto si consideramos los detalles que especifican que la
historia sucede en Brasil, o si seguimos las ideas de Neyret sobre la identificación de los
personajes con el kitsch y con la lucha política que coincide con la latinoamericana. No quiere
decir esto que debido al desplazamiento espaciotemporal del film de Babenco, la película
pierda valor, al contrario, cuestiones como la represión política y sexual no marcan
únicamente a Argentina sino a distintos países latinoamericanos, del mismo modo que la
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Siguiendo los planteamientos de Escobar en su artículo referente al motivo de la isla-mujer en la novela de
Puig, tendríamos efectivamente una dominación del cuerpo y la consciencia en el aspecto público,
planteado en la novela como la prisión y los días que Molina pasa en libertad pero espiado por la policía, que
Escobar califica de patriarcal y heterosexista; en oposición a la vida íntima-la isla-mujer- que sería el espacio
de liberación intima y, naturalmente, imaginario para ambos personajes, pues es allí donde pueden vivir su
sexualidad y expresar sus ideas sin restricciones. Escobar, pp. 29-34.
lucha política contra los gobiernos oficiales en el sub-continente también se ve marcada por
esta influencia de los discursos marxistas-leninistas y por ende de la crítica interna que realiza
la novela de estos como discursos machistas o que dejan de lado a los homosexuales y a las
mujeres.
Nos hemos enfocado en este análisis en aspectos relacionados al kitsch ya que este resulta
pertinente no únicamente como punto de partida para el análisis de los personajes en ambas
producciones artísticas, sino también porque es el punto de encuentro de las distintas
cuestiones que se han tratado antes. Quedan, no obstante, algunos cabos sueltos o detalles
que modifican a los personajes en el proceso de adaptación al cine. Por ejemplo, si hemos
hablado antes de distintas estructuras narrativas contenidas dentro de la novela, ha hecho
falta referirnos a una que cumple especial función en la composición psicológica de los
personajes: el monologo interno que se incluye dentro de uno de los relatos de las películas
que hace Molina. En efecto, esta dimensión que muestra la oposición entre las ideas de ambos
personajes, el desagrado en momentos específicos de Molina por la lucha de Arregui, o las
preocupaciones intimas de este último, quedan casi silenciadas en la adaptación de Babenco,
y el único atisbo que tendríamos de este monologo interno lo veríamos en la película luego
de la reacción violenta que tiene Arregui contra Molina, momento en el que este último
esclarece que sus preocupaciones están por encima de la lucha política de Arregui.
Vemos entonces, ya para concluir, la dificultad para analizar a los personajes como un
aspecto desligado de los demás elementos propuestos tanto en la novela de Puig como en la
adaptación de Babenco. En consecuencia, en ambas producciones los personajes juegan un
papel de suma importancia, y en cierto modo podemos decir que permiten, la forma y la
estructuración narrativa. También, que pese a que en la producción de Babenco se tomen
menos riesgos técnicos si se compara con la novela de Puig, la interpretación se mantiene si
se piensa en la manera en que el marco general del relato se adapta casi del mismo modo al
cine. En definitiva, el problema interpretativo más complejo lo tendríamos, como se ha
intentado explicar en el desplazamiento espacio-temporal en la adaptación de Babenco, que
al no ligarse como la novela de Puig a problemas específicos se hace más universal, por lo
tanto, más difuso, pero no por ello menos valido.
Bibliografía: