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No son los únicos casos, hay más desperdigados por ahí, como la secretaria de
educación y cultura de Quintana Roo, quien declaró que Los niños con
discapacidad no deberían nacer ; o las actualizadas campañas de Alazraki
(¡Derechos humanos a los humanos, no a las ratas!); los embates de los calderones
panistas, la Wallace, el Frente Nacional por la Familia y la sempiterna iglesia
católica, en las voces de obispos como el de Chilpancingo, para quien Las mujeres
asesinadas no andaban precisamente en misa. Además de una larguísima y
preocupante ristra de microfascismos emergentes, como las andanadas digitales
contra la campaña obradorista, las marchas feministas, los migrantes hondureños
y la cancelación del NAICM.
1Nunca es tarde para volver a ver la película de este mismo título, del maestro Ingmar
Bergman (Alemania, 1977). https://www.youtube.com/watch?v=2T_GvPuVNNM
2Un título como este ya se ha intentado en otras ocasiones. Vid. Sergio Barbosa,
https://regeneracion.mx/fascismo-fase-superior-del-neoliberalismo/ , Javier de Rivera,
https://blogs.publico.es/el-cuarto-poder-en-red/2017/01/22/neofascismo-la-fase-
superior-del-neoliberalismo/ , entre otros. La relación entre fascismo y neoliberalismo es
un tema recurrente, autores como Traverso y Giroux lo han tratado también.
Tras el derrumbe electoral del PRIANRD, en sus escombros crece el huevo de la
serpiente. Difícil retornar al pasado, ese escenario es imposible y está ocupado por
una franja de MORENA, así que su salida más radical será abrazar el fascismo. Ya
hay mucho avanzado por ahí. Solo hay que abrir los ojos, los oídos y el
entendimiento. Y los empresarios estarán más que dispuestos a apoyar algo como
eso. De hecho, Fernanda Familiar ya se los pidió. Así que sólo hay que estar alerta,
y no dejar pasar ni una.
Pero no hay que equivocarse. El fascismo no es sólo una cuestión iideológica, una
manipulación, un llamado al orden y a la tradición, es el producto de fracasos
gubernamentales. Es otro modo de articular el desencanto, la desilusión, la
desesperanza: la vuelta a un orden perdido, aún sea imaginario. Precisamente por
eso: por ser imaginario.
Recordemos: AMLO ganó también por el hartazgo; pero fue una salida hacia
delante, democrática, popular. Una apuesta colectiva harta de la corrupción, el
autoritarismo y la impunidad. Muy bien. Pero nada nos garantiza que no aparezcan
por ahí los fachos del orden, el progreso y los valores tradicionales. Esos peligros
ya son una realidad en el Sur: Macri, Bolsonaro, Piñera; y en el Norte: Trump. Aquí
ya se está preparando. Sólo hay que ver, escuchar, sentir. ¿Recuerdan la guerra
sucia del 2006 y la más reciente? Imagínenlo mucho peor. De ahí surgen los fachos.
¡Esos son los fachos! Y no están tan lejos como uno quisiera. Basta ver las redes
digitales. Basta escuchar a los obispos. Basta recordar cómo le han hecho una y
otra vez cuando los intereses del capital se ven amenazados.
Nos tememos que no. Vamos a mostrar por qué; pero ese es el tema de otro artículo.
1. Emprendedurismo
2. Inclusión-exclusión.
3. Clubes y sectas.
4. Idóneos y la lógica del estándar.
5.