Vous êtes sur la page 1sur 48

TRATADO DE FASCINACIÓN

O AOJAMIENTO
IvfarquésdeVillena

TRATADO
DE FASCINACIÓN
O AOJAMIENTO

CLÁSICOS ESOTÉRICOS

IN@IGO
© 2003, Ediciones y distribuciones Vedrá, S. L.
Primera edición: noviembre de 2003
INTRODUCCIÓN
Printed in Spain
ISBN: 84-89768-86-2
Don Enrique de Aragón, marqués de Villena
Depósito legal: B-12334-03 (1384-1434), descendía por parte de padre de los
Fotocomposición: reyes de Aragón y Cataluña, siendo su madre una
Serveis lntegrats Editorials, Bda. de sta. Ana, 7 - 08301 Mataró hija bastarda de don Enrique 11. Huérfano desde la
Impresión y encuadernación: infancia, su abuelo y tutor le dedicó a la carrera de
Liberdúplcx, Constitución, 19
bloque 8, local 19 -08014 Barcelona armas, pero no sintiendo inclinación alguna al arte
Disefio de colección: Jordi Matamoros
militar, las abandonó para dedicarse al estudio de las
ciencias y las artes.

Dotado de clara inteligencia y afición al estudio,


pronto sobresalió en todas las ciencias, especialmente
Todos los derechos en la alquimia, en la astrología y en las matemáticas.
reservados. Bajo las sanciones
establecidas en las leyes, queda Abandonó la corte y sus placeres para encerrarse en
rigurosamente prohibida, sin autorización
la soledad del laboratorio. Proceder tan inusitado le
escrita de los titulares del copyright, la
reproducción total o parcial de esta obra por valió fama de hechicero y nigromántico y el que mu-
cualquier medio o proceclimiento, comprendidos
la reprografía y el tratamiento informático, así
chas gentes se apartaran de su trato, sin excluir a su
como la distribución de ejemplares misma familia, circunstancia no exenta de peligros que
mediante alquiler o préstamo
públicos.
su abuelo no encontró mejor medio para conjurar más
que con el matrimonio del marqués con una joven

-7-
noble y rica. De acuerdo con don Enrique 111 el Do- vo y un paciente investigador que no iba más allá en
liente, negociaron la boda del marqués con do.fía sus estudios y doctrina de donde habían llegado los
María de Albornoz, unión que fue poco afortunada, alquimistas de buena fe, y los humanistas mediocres.
tanto que el primero, poco después por mediación Creemos, no obstante, que la labor literaria del mar-
del monarca pidió y obtuvo el divorcio, ingresando qués de Villena fue más gloriosa que la científica, pues-
en la orden de Calatrava sin pasar por el noviciado, to que aquélla le acredita de experto conocedor del
siendo elegido gran maestre en el capítulo celebrado griego y del latín y de ameno y correcto estilista, mien-
en Toledo (1404), por fallecimiento de don Gonzalo tras en sus obras científicas no aparece un solo rasgo
N úfíez de Guzmán, fundando su oposición en la fama original, ni un descubrimiento provechoso. Muchas
de hechicero que tenía el marqués. de sus teorías se hallan en Averroes y Avicena, y se ve
que el marqués conoció las obras de Arnau de
Después de sostener largos y costosos pleitos, el ca-
Vilanova, pues repite algunos conceptos del Thesaurus
pítulo general de la orden dió sentencia (1414)
Thesaurorum.
desposeyendo al marqués del maestrazgo, quien, falto
de la decisiva protección de su primo Enrique 111, La tradición siguió considerando al marqués como
muerto en 1406, tuvo también el disgusto de que el brujo en las generaciones posteriores, y la vida y he-
papa anulara su divorcio con do.fía María de Albor- chos de don Enrique dieron asunto a muchas leyen-
noz. Soportó con resignación ambos contratiempos, das y obras literarias, entre las que en el siglo pasado
entregándose al estudio si cabe con mayor constan- figura la conocida comedia de magia La redoma en-
cia que antes, quedando sus recursos reducidos a las cantada, original de don Juan Eugenio Hartzenbusch.
rentas del sefíorío de lniesta, que obtuvo para po-
nerse a cubierto de las necesidades de la vida.

Al llegar la época de la muerte de don Enrique de


Aragón, empieza sobre su vida y sus obras una le-
yenda tan fantástica como contradictoria. De todo
cuanto se le acusó en vida de sortilegio, hechicería y
nigromancia, se quiso hallar en sus obras el compro-
bante y justificativo. Ante la sana crítica y la riguro-
sa verdad histórica, el marqués era un sabio inofensi-
-8- -9-
TRATADO DE FASCINACIÓN
O AOJAMIENTO

Enrique de Aragón,
Marqués de Villena
PREFACIO DEL AUTOR
Juan Fernandez, yo, don Enrique, tío de nuestro
señor el Rey y uno de los de su consejo, os envío
mucho saludar. Y siendo que el sábado pasado cer-
cano, en las terceras kalendas juni, a una hora y vein-
tisiete grados de esa noche, recibí una carta vuestra
con y por Miguel Ruis, escudero de mi casa. Y por
aquella entendí que os fuera placible la breve decla-
ración que sobre las escrituras a las epístolas que os
envié hice, de que dudaba no poco por ser tan breve
y mal compuesta, en quien podré esclarecer con cuán-
ta prisa se hizo.

Que pocos hallo de las mías se paguen obras y por


vos de ella sólo tanto contentar y pagar puedo bien
decir con el Petrarca en el proemio de La solitaria
vida: «Paucos hominis inveni quibus epistotarum
nostrarum tanta dignacio, tantusque sit amor quantus
tibi», que quiere decir: «Pocos hombres hallé los cua-
les hiciesen tan dignas mis epístolas y en tanto amor
fuesen como a ti».

Y por esto en breve mandaré trasladar la mayor


glosa que os escribí y os la enviaré, según pedisteis.

-15-
Y no es por vos menester al escribano satisfacción
haya, según ofrecedes: sin esto habredes recabado.
Justo es tal y buen deseo de favor correspondiente
sea proseguido; tal búsqueda separa el ánima de los
vanos del cuerpo deseos. En esto se demuestra el que
filosofar quiere más que en otra cosa, como testifica
Platón en el Fedón suyo diciendo: «In hoc manifestus
estphilosofos, si absolvit animam a corporis comunione>>,
queriendo decir: «En esto es declarado el filósofo, si CAPfTULO 1
aparta el ánima del ayuntamiento del cuerpo».
SOBRE QUÉ COSA DEBE SER ENTENDIDA
Comuníquevos Dios de la largueza de los sus teso- POR AOJAMIENTO
ros y especial dono, que en este pascual día su santo
difundió Espíritu en el presente mundo sobre el apos-
tólico gremio e hizo sus creyentes de todos los bue-
nos poseedores saberes. De esto no es menester mé-
ritos precedentes, «quia Spiritus ubi vult spirat»,
esdecir: «Tanto el ánima a do quiere expira o no».

-16-
Decides, en fin, por causa incentiva de la ya
susomemorada glosa, vos interpusieron me pregún-
tasedes del ojo, siquier aojamiento, qué o cómo era,
suplicándome alguno de ello tratado hiciese por in-
formación de vos y de aquel que vos en esto intercesor
hizo, presumiendo vos y aquél yo en esto responder
supiese.

Y bien me debiera y pudiera excusar de hablar en


ello, así por la ignorancia mía como por la materia ser
tan intrincada y aun suspecta acerca de los remedios
que suelen muchos a ello poner; y por otras ocupa-
ciones que de la oportunidad me separan, mayormente
por estar tan distracto del estudio y remoto de estas
materias, en las cuales la sola frecuentación despierta
el adormido ingenio y las bien sabidas por negligen-
cia y poco uso perecen, como san Bernardo, in libro
De consideracione ad Eugenium in libro primo, capi-
tulo primo, dice: «Ni/ tan fixum animo quod neglectu
et tempore non abolescat>>.
-19-
Justa excusa es y no a cada uno de hablar enlama-
teria que bien y cercanamente no tiene vista; y los más
cumplidos se con esto y por esto excusaron. Por esto
dijo Casiodoro in libro Variarum unde: «lile fans
eloquencie Tullius, dum dicere peteretur, fertur se escusare
eo quod pridie non legiset. Quid ergo aliis poterit
accidere si tanta laus fecundie visa est auctorum bene-
ficia postulare?>>, que quiere decir: «Donde se cuenta
que como aquella fuente de elocuencia Tulio le de- CAPfTULO II
mandasen una cuestión, se excusó diciendo que no
ÜE LAS MIRADAS VENENOSAS
lo había leído; pues ¿cuánto más debe acaecer a uno
que tanta alabanza de hermosura de habla no tuvie-
se, cuando la tal cosa le demandasen?».

Con todo esto, tanto fue incitado y estimulado por


vuestras gratas invitaciones, que tomé osadía de es-
cribir alguna de estas cosas, no en paga, mas en se-
ñal, con intención que, si el vagar consintiere, de
ello haré un tratado, la ayuda permisa divina, y a vos
lo enviaré, donde mejor aparezca lo que de esto
aprendí de los mayores en saber de mí.

-20-
Donde al presente sea a vos manifiesto muchos filó-
sofos y grandes letrados hablaron del ojo, de donde se
deriva aojar, que en latín decimos fascinar o por aoja-
miento fascinación. Y pocos dieron la causa de ello y
fueron menos las causas alcanzantes de sus remedios
preventivos, cognitivos y subsecativos, siquiera cura-
tivos.

Los más, empero, concuerdan de aquellos sean al-


gunas personas tanto venenosas en su complexión y
tan apartados de la eucrasia, que por vista emponzo-
ñan el aire y los a quien aquel aire atañe y los recibe
por atracción respirativa, según en la Cosmografía
es manifiesto: afirma en Cicia sean mujeres que por
sola catadura matan. Y no debe parecer extraño o
menos creíble por lo que del basilisco en el libro De
las propiedades de las cosas se lee, el cual por sola
catadura mata a otros y a sí mismo, reflectando su
vista del espejo, como Bernardo de Gorgoneo, in
libro primo Medicinae, capítulo De venenis muestra.

Y habemos doméstico ejemplo del daño de la vista


e infección de las mujeres menstruosas, que, catan-
-23-
do en el espejo, hacen máculas y señales en él, como habentibus est contraria», que quiere decir: «Tanto que
dice Aben Ruis en el comento De sopno et vigilia: «In la saliva del hombre es contraria o medicina para todo
speculis valde puris, cum mestruose sint venientes et animal emponwñado». Y si alguno dijese que esto se-
inspiciunt super faciem speculi, fit velut nubis ría por ser tiriacal o salutífera la tal saliva, no parece
sanguínea; et si novi sit speculum, non focile est así por lo que Egidio Zamorensi in libro De remediis
abstergere visus macula», que quiere decir: «cuando venenorum ha dicho, en el capítulo De morsu canis et
quiera que en los espejos muy hermosos acatan so- hominis rabidorum: «Morsus hominum, eciam non
bre ellos los ojos menstruosos, en ellos se hace como rabidi, venenosum est», que quiere decir: «El
nube sanguínea y colorada; y si nuevo es el espejo, mordimiento del hombre que rabia es más empon-
no se quita ligeramente aquella mancilla». zoñado».

Puédese haber aun ejemplo en la vista infecta lobi- Y la tal venenosidad de complexión más por vista
na, que, viendo primero al hombre, hácele la voz obra que por otra vía, por la sutileza del espíritu visivo
perder, como en el libro De propietatibus animalium, que su impresión de más lejos en el aire difunde. Y
en el capítulo De !upo dice: «Lupus in talit sanguine tiene distintos grados, según la potencia del catador
sitit, si prius hominem viderit, vocem, aufert>>, que dice: y la disposición del catado. Y por esto más en los
«Tanto es seca la sangre del lobo, que con su seque- niños pequeños tal acaece daño, mirados de dañada
dad que si primeramente viene al hombre quítale la vista, por apertura de sus poros y fervor y delicadeza
voz». Esto hace con la venenosidad de su vista. de su sangre abundosa, dispuesta a recibir la impre-
sión. Dice Aben Ohaxia, en la Philahanaptia mayor,
Acontece aun, cuando alguno cata en los ojos del que viera un caballo que a cuantos catava hacía ve-
vizco, duélenle los suyos por la turbada y mala cata- nir flujo, de que no lo osaban sacar con la cabeza
dura. Y por más que en otros animales tal descubierta. En esto hace lo que Aristóteles cuenta
venenosidad de vista hallada sea, más fuerte es en el in Secretis secretorum libro 11, capítulo De corporis
hombre, afuera del basilisco, cosa que se demuestra disposicione, que fuera enviada al rey Alejandro por
porque en sí es al cuanto venenosa y ha más sutil la reina de India una doncella hermosa a ponwñas
emisión de virtud. Por esto Aristóteles in libro primo criada, hecha de complexión serpentina, y cataba la
De animalibus pone su saliva infecta sea, diciendo: gente desvergonzadamente, dañándola con su vista,
«Saliva hominis geiunii omnibus animalibus venenum y podía matar con su mordedura. Por eso dijo, ha-

-24- -25-
blando de ella: «Perpendi siquidem quia ipsa inter-
ficeret homines solo morsu», que quiere decir: «Entendí
o conocí que ella sólo por su mordedura mataría los
hombres».

CAPfTULO 111

QUE EL DECIR INFLUYE EN EL MAL DE OJO

-26-
Donde tal infección de vista dañada e infecta im-
prime y hace daño conocido en los catados o mirados
mediante el aire infecto en que ambos participan, el
uno por acción y el otro por pasión. Y tal acto o
recepción dicen aojamiento o fascinación. De esto
mueren asaz personas y otras adolecen de manera
que no saben de qué viene y no les prestan las comu-
nes medicinas, sino aquellas que para esto son espe-
ciales y propias.

Y cuidan muchos que las palabras dañan en esto


más que el catar, porque ven que, si alguno mira a
otro que le bien parezca o lo alaba de hermoso o de
donoso, luego aparezca daño en él de ojo, siquier de
fascinación. Y aquí deben entender, sana considera-
ción mediante, que la causa de esto es que aquel que
alaba la cosa mirada, pues se de ella paga, aparece en
esa hora que mira más fuerte, firme y atentamente
que otra, toda la haz visual dirigiendo, fingiendo y
ocupando en aquel catar. Esto hace mayor y más
impresión aparecida y aquel decir o loar no añade

-29-
fuerza en el daño, más significa la atención del catar.
Tanta es la fuerza de tal vista, que aun en los anima-
les no razonables fascinar puede, como dijo Virgilio
in Bucoliis, égloga tercera: «Nescio quis teneros occulos
michi fascinat agnos», que quiere decir: «No sé quién
con los ojos me aojó o mató los novecitos y tiernos
corderos».

CAPfTULO N
ÜE LA RAREFACIÓN DE LOS ELEMENTOS

-30-
Y esto es cuanto natural razón y palpable puede sen-
tir de la causa del fascinar y manera de aquél. Pues de
este dicho se entiende el aire recibir esta impresión
por raridad o diversidad, en él causada por el agente
visivo más de cuanto al debido conviene temperamen-
to, y muda su provechosa calidad en dañosa. Tal es la
vía de la transformación o alteración de los elemen-
tos.

Así lo ha dicho Felipe Elefante, en su Astronomía,


capítulo De elementis: «Rarefacio et condensacio est vía
quidam origi,nalis in trasformacionibus elementorum
in gradibus suis», que quiere decir: «Lo ralo y lo espe-
so es un camino de vaciamiento en las transforma-
ciones de los elementos en sus grados». Y para esto
ha menester distancia consonante, así que la poten-
cia esté más vecina de su acto, según lo cual el efecto
sigue la demostración suya, como sea que la facili-
dad o dificultad del efecto mide y representa la
propincuidad y remoción de la potencia, según el
cerca dicho Felipe dijo in Arte naturali, capítulo pri-

-33-
mo: «Dicitur potencia propinca vel remota, secundum
facilitatem vel dificultatem efectus fiendi», que en su
romance dice: «La potencia cercana o arredrada se-
gún la su ligereza o la su dificultad es el su efecto
hecho».

CAPfTULO V

DE LAS vfAS PARA REMEDIAR EL MAL DE OJO

-34-
Contra este daño usaron de tres maneras de reme-
dios los sabedores y hoy se hace en lo que de ello
alcanzan: una antes del daño, preservativa; otra para
conocer el daño recibido, cuando es duda si es fasci-
nación; otra después de conocido, para lo quitar y
librar de ello al paciente.

Cada una de estas maneras por tres vías fue proveída


y usada de los antiguos y ahora de los modernos: por
superstición, por virtud y por calidad.

-37-
CAPfTULO VI

DE LA PRIMERA vfA
Por la primera vía, en la primera manera, ponían a
los niños manezuelas de plata pegadas y colgadas de
los cabellos con pez e incienso; y colgábanles al cue-
llo sartas en que hubiese conchas del mar; y poníanles
en el ombro de la ropa manezuelas de plata pegadas
y colgadas de los cabellos, a lo que dicen hamzas;
poniánles pegados pedazos de espejo quebrado y
agujas despuntadas; y alcoholábanles los ojos con el
colirio de la piedra negra y del antimonio.

Usaban los judíos ponerles nóminas, especialmen-


te aquellas de miha de havelelid con sus dos ángeles.
A los moros lávanles el rostro con el agua del
almahicén, que es rocío de mayo, y dícenle así por-
que lo cogen cuando sube la mansión Almucen; y
cuélganles al pescuezo granos de peonía; y pónenles
libros pequeños escritos de nombres y dícenles tahalil,
y pónenles dineros horadados al cuello y contezuelas
de colores. Y guárdanlos que no los vean, sino po-
cos; y aquellos que no tengan los ojos legañosos ni
VlZCOS.

-41-
Ponen eso mismo a las bestias cuero con pelo de ta- zome decir con san PabloAdRomanos, capítulo sépti-
sugo en el collar y cabezadas. Y traen horuz, que son mo: «Condelector enim lege secundum interiorem
nóminas pequefias en las cabezadas e petrales de los homininem».
caballos con ceras y figuras. Los grandes de edad jun-
taban los pies y ataban los pulgares con la vuelta que
mostró Enoc, estando contra oriente, y saltaban hacia
arriba tres veces antes que saliesen de sus casas. Y pa-
saban el ralo por su vientre de las bestias de cavalgar
antes que anduviesen camino. Y mostraban la hamza
en saliendo por la puerta de su casa y decían en alzan-
do hamza: «Fi ainac». Esto usan aún los árabes de
Persia. Traen avellanas llenas de azogue, cerradas con
cera, en el brazo derecho; y ponen a sus criaturas
espejuelos en los cabellos, y pasábales por los ojos an-
tes que sepan hablar ojos de gato montés. Y otras
muchas maneras tales, y algunas de ellas aún se prac-
tican.

De esto Caicamet ha hecho mención en los


Anarrizec, y Aben Reduán en el Gayad A/,haquim.
No alego los textos de ello, porque no vi sus libros,
si no que lo oí decir a mis maestros. Y aun porque en
esta materia no me quiero extender tanto como po-
dría, buscando las razones de todo esto y sus princi-
pios y los inventores contar y los tiempos en que lo
hallaron y primero usaron, que está asaz claro en
historias antiguas, porque no sea visto mostrar doc-
trina perniciosa y contraria a la divina ley, en la cual
me deleito, y tales suspecciones aborrezco y esfuér-

-42- -43-
CAPfTULO VII

DE LA SEGUNDA VÍA. PARA REMEDIAR

EL AOJAMIENTO
Por la segunda vía, en esta primera manera, usaron
decir algunos nombres y oraciones. Dice Rabí Isaac
Alizrraelí en el libro de los Harazim que, diciendo
estos nombres: alfa, miza,, zora, guardado aquel día
de este dafío será, por cuanto salen de aquel verso
hebraico que dice: «Adonaí li lo ira mayahace li adam»,
que en latín dice: «Dominus michi adiutor et non
timebo quid faciat michi homo».

Y sale por el comienzo de los vocablos y letras pri-


meras: de Adonay toma la 'a, de li toma la 'l', de lo
toma la otra 'l'; de ira toma la otra 'a; y así dirá 'alla.
De ma toma la 'm', de yaace toma la 'a y la 'i', de li
toma la 'l', de adam toma la 'a; y así dice maila. Esto
dicen los hebraiquistas. Rasech Enod y el maestro
de Girona en su Cabbala ponen que, mostrando el
sadai con la mano, alzando los tres dedos postrimeros
en manera de sin, y el segundo encorvado en mane-
ra de dalet, y el pulgar poniéndolo deyuso en mane-
ra de yod, y haciendo que se escuda de la mano y que
diga: tajftafia maguen David, que será guardado de

-47-
mala catadura de ojo por virtud de este nombre.
Empero por haber sido estos nombres judíos y no
haber hecho nuestros doctores de esto mención, no
usan entre cristianos de ello.

Por virtud natural usan traer coral y hojas de laurel


y raízes de mandrágora y piedra esmeralda y jacinto
y dientes de pez y ojo de águila y mirra y bálsamo,
como escribió el Fisiólogo in libro Defisicis ligaturis.
Y asignan en esto tal razón: que estas cosas han vir- CAPfTULO VIII
tud natural de purificar el aire en derredor del que
DE lA TERCERA vfA QUE REMEDIA EL AOJAMIENTO
las trae, y por esto no dan lugar a la infección del ojo
que dañe, disponiendo en ello otra manera y ha-
ciendo en ello tal acción contraria. Donde se con-
cluye que todas las cosas que purgan el aire y quitan
de él infección o dañamiento, traídas, preservan de
este daño virtualmente y naturalmente. De esto Al-
berto Magno en su Experimentador ha memorado
muchas cosas que dejo de nombrar y reservo para el
tratado que de esto entiendo, a Dios placiendo, hazer.

-48-
Por calidad, que es la tercera vía, mandan traer bue-
nos olores y suaves, así como almizcle y ámbar y liná-
loe y gálbano y úngula odorífera y cálamo aromático
y clavos y cortezas de manzanas y de cidras y nueces
de ciprés, porque su buen olor de estas cosas conforta
los espíritus del que lo trae y hace fuerte su complexión
en beneficio cordial contra el venenoso aire, depu-
rándolo y rectificándolo con su calentura y fragancia
y desterrando de él resolutivamente toda mixtión ex-
traña.

Para esto aun aprovechan las buenas aguas, así como


moscada, rosada y de azahar y de romero y de melo-
nes y de vinagre; y las buenas unturas, como de un-
güento de alabastro y el tibio del aceite de almástica
y de azaubac y tales cosas, según más largamente
contó Cleopatra, mujer de Marco Antonio, en el
Libro de sus afeites, y Arpocracio en sus Quirdnidas.
Empero de otros muchos remedios preservativos para
esto usaron también los egipcianos, que degollaban
un pollo sobre la cabeza de los niños en cada co-

-51-
mienzo de luna y con la sangre untábanles la oreja
izquierda. Y aun por la obra de las imágenes hacían
talismanes.

De esto no he de hacer mención ni lo recordar,


poniendo como baste lo dicho, sólo por ejemplo y
después, en el tratado que ofrecí, traeré estas cosas
con sus causas y razones y autoridades, las que bue-
namente y con segura conciencia se pudieren decir y CAPfTULO IX
en escrito poner. En la segunda manera, para inves-
tigar y certificarse del hacinado que se presume, por MAS REMEDIOS POR LA PRIMERA vfA.
aquellas tres vías lo buscaron y usaron los antiguos
nombrados: superstición, virtud, calidad.

', 1

-52-
Por la primera usaban lanzar gotas de aceite con el
dedo menor de la derecha mano sobre agua queda
en vaso, puesta en presencia del pasionado. Y para-
ban mientes si se derramaban o iban al fondo o esta-
ban quedas de suso o se mudaban de colores. Y se-
gún la diversidad que mostraban, juzgaban del en-
fermo si era fascinado o no. Y medían su cinta a
codos o a palmos, y si viene una vez larga y otra
corta, de aquella variación tomaban señal del daño.

Otros ponían un orinal nuevo sobre la cabeza del


enfermo con agua y lanzaban una clara de huevo del
día puesto dentro; y levantábanse astiles y figuras en
el agua que parecían de personas, allí diciendo los
entendidos en esto si era fascinado o cómo le vino y
de qué personas y otras especialidades.

Otros tomavan un pedazo de pan que lo hubiese


tenido el paciente en la mano por media hora; y lan-
zándolo en el suelo, paraban mientes si lo levantaría
gato o perro o si lo alzaría persona; y de qué color y
a qué parte lo llevaba y qué hada de él. Y así juzga-

-55-
han de la enfermedad o salud. Y otras muchas diver-
sidades de esta natura y condición, según cuenta
Cancaf el Indiano e Mushaf al-Camar el corto, se-
gún oí decir a un sabedor morisco que decían Xarifi
viejo de Guadalajara. Y aun algunas reliquias de esto
han quedado en uso de las gentes hoy. Pero tales co-
sas en nuestra ley son defendidas como supersticio-
sas y contrarias al buen vivir y por eso en esto no me
detengo, ni curo todas sus diversidades expresar, que CAPfTULO X
hacían por retimientos de plomo y de cera y esparci-
miento de harina y de simientes acerca de esto. MAs REMEDIOS POR LA SEGUNDA vfA

-56-
Y paso a la segunda vía virtual, por la cual, así por
palabras, como suspensiones y venimientos, entien-
den algunos que aparece luego si el daño es por esa
causa. De esto puso el rab Rabí Aser en la Cabala
que dejó en Toledo escrita de su mano que, si toman
tiesto de cántaro antes que lo cuezan y escriben en él
el nombre zamarhar, escrito en hebraico, que se hace
con cinco letras: tzadi, mem, resh, haf, resh, y sale de
las cinco pacumquim de Bereshid, tomado las
postrimeras letras de ellas, lo pusieren en la mano
del enfermo, que duerma con ello que gemirá entre
suefios mucho, si por ojo hubo aquel accidente.

Y si no lo hace no es de aquello. Y maestre Hasdai


Crescas, que fue en este tiempo, me contó que viera
colgando al cuello el salmo que comienza: «.A.ser hais»,
que entre nosotos dice: «Beatus vin>, que luego el
paciente sudaba si no era de ojo; y si no sudaba,
parecía su complexión estar mal concertada por el
dafio de fascinación recibido.

Aun por virtud de suspensiones y aplicaciones ha-


llaban esto, como poniendo sobre los pechos la pie-
-59-
dra carduro, que se halla en el estómago del oso, hace
venir los ojos en lágrimas al pasionado. Y poniendo
en el dedo suyo esmeralda, se oscurece su color a poca
de hora. Y poniendo el martago en la mano, hácelo
temblar. Y otras tales y muchas diversidades. Y algu-
nas de ellas no se hallan ciertas en todo tiempo, ni por
todos los hombres, como en el Basilóg;rafo, de las vir-
tudes de las cosas hablando, se halla; y el Arpocración,
que puso muchas de ellas. Y algunas hasta el presente CAPfTULO XI
tiempo quedaron en uso.
MÁS REMEDIOS POR LA TERCERA vfA

-60-
Por la tercera vía y más segura y cierta se conoce
calitativamente, así en la catadura del enfermo, que
la tiene turbada y ama tener los ojos bajos y estar
echado y no sentirse fuerza y estar pensoso y suspi-
rar de vagar y tener cuidado sin saber de qué y sentir
quejo en el corazón y oscurecimiento y dolerse en el
cuerpo, como en no querer comer ni tener señales
de especial dolencia señalada y acostumbrada, ni sa-
ber causa nombrada, prestarle poco las comunes
medicinas; y aun hállanle a veces frío, y súbito se
muda en calor, alterado por veces trocadas y sudores
que le vienen no razonables, y luego lo dejan. Y aprie-
ta las manos y esconde los pulgares, y bosteza a me-
nudo, y tiene el oír más agudo que de antes, y
estríñese de vientre. Tales accidentes muestran daño
de ojo haber esto causado.

Y suelen en Persia ponerles un paño mojado sobre


la cabeza, y tiénenlo hasta que se seca por el vaho
que sale; y si en el paño quedan máculas, juzgan por
allí la natura de la enfermedad. Y Balihanos dijo que

-63-
este paño debería ser mojado con su orina misma del del aojamiento. Así lo afirma maestre Marsilio, que
enfermo. Otros catan en las lágrimas que le salen qué fue en este tiempo nuestro físico del duque de Milán,
sabor han. en sus Experiencias, en el capítulo De cura fasci-
nacionis, así: «Remedia preservacionum a fascinacione
Y si tiran a salado con algo de amargo, afirman de preservative et curative sunt in cura, et converso», que
ojo venir aquel accidente. Otros hácenlos escupir quiere decir: «Los remedios de las conservaciones del
sobre cuchillo o tabla de hierro y caliéntanlo al fue- aojamiento para curar y guardar son incurables y a
go, y, secado, ven qué color queda; y así juzgan de la las veces al contrario».
enfermedad ésta, según de todas estas señales. Y otros
indicios pone Alberto Magno en el libro especial que
hizo De fascinación, donde dijo: «Signa naturalia
fascionacionis ostenduntur medicu prudentem, etc.»,
que quiere decir: «La ciencia natural demuestra al
físico prudente las señales de la muerte».

De esto ahora poco se sabe; los más según las otras


vías, aunque no tan ciertos sean por su facilidad. Pues
viendo a la tercera manera, que es de quitar o curar
el daño por la fascinación recibida, por esas mismas
vías contadas de suso usan en diversas partes
diversamente. Y todos acuerdan que luego se ponga
en ello remedio, pues sea conocido fascinación ser,
porque, donde no curando, podrían nacer y nacen
otros daños y dolencias peligrosas y aun muerte: tanto
se altera la complexión y dispone a recibir cualquier
dañamiento que sobrevenga; y si fuera otra fascina-
ción, mátalo.

Y por eso dijeron los judíos que todas las medici-


nas preservativas y remedios aprovechan en la cura
-64- -65-
CArfTULO XII

MA.s REMEDIOS POR LA PRIMERA vfA


Y por la primera vía usaban los pasados bostezar en
nombre del enfermo muchas veces, hasta que les cru-
jían las varillas y esa hora decían que le era quitado el
daño.

Otros lo pesaban en balanzas con un canto grande


y lanzándolo en el agua corriente. Y aun lavábanle el
pie derecho con agua de lluvia y dábanla a beber a
gallina que no hubiese puesto; y cuando la había
bebido, que era señal de salud; y si no la bebía, de
muerte.

Otros lo sahumaban con hierba tur y con aristologia


redonda y aun ruda con péñolas de abubilla y de
lechuza.

Otros le anidaban las sobrecejas con sebo de cebra


untado. Y algunas de estas cosas han quedado en
uso de ese tiempo; y tal cosa no la han por bien en la
santa Iglesia católica y, por ende, usar no se debe por
fieles e creyentes.

-69-
CAPfTULO XIII

MAs REMEDIOS POR LA SEGUNDA vfA

·· 1

'
Obraban aun por las virtudes y segunda vía por
nombres, según puso el dicho Rabí Isag Irraelí en su
Cdbala, que, si dan a beber el nombre mayor de las
cuatro letras que se dicen de la hanaya con agua ro-
sada desliendo, que fuese escrito en escudilla de
madero con azafrán y cánfora y lágrimas del pacien-
te, que lo sana del ojo malo que lo dañó.

Y rabí Zarahya, a quien decían En Ferrer, que fue


en este tiempo, me contó que probara algunas
cabbalot, entre ellas, que tomara un ramo de lulafy
diciendo sobre él cadíx, y escribiendo en una de sus
hojas el nombre de Santia/fón, el ángel, y dando a
beber al enfermo fascinado del polvo de esto, que él
sanaba. Y decía más, que, asentándolo en la teba de
rostro al hehal y diciendo «Adonaí elohin» siete ve-
ces, que había remedio por virtud de estas palabras.
Y por cierto en estas obras que por virtud de pala-
bras se obran grandes secretos alcanzaron los
hebraiquistas. Esto hizo la gran antigüedad de la len-
gua, donde descienden las otras lenguas. Por esto

-73-
dice san Jerónimo en Super Sophoniam: «Nose Possumus
linguam ebraicam omnium linguarum ese matricem»,
que quiere decir: «Conocer podemos que la lengua
hebraica es madre de todas las lenguas».

CAPfTULO XIV

MAS REMEDIOS POR LA TERCERA vfA

-74-
Otros buscaron remedio por las virtudes de las pie-
dras y de las hierbas y de los miembros de los anima-
les, así como poner hojas de albahaca en las orejas, y
traer u.fías de asno montés que dicen onagro, y traer
sortija de ufi.a de asno doméstico, y verga y colmillos
de lobo, y piedra diamante en el dedo, y oler isopo y
lilium convalium, y tener lana de náquera en la mano.
Y todas estas cosas han propiedad para esto y hacen
provecho conocido, como recita el dicho maestre
Marsilio en el libro nombrado. Éste fue físico muy
famoso en su vida y hubo experiencia de muchas
virtudes en su vida conformes a las complexiones de
ahora en proporción atractiva.

Y dejó después de algún tiempo fama en práctica


donde vivió; y léese en las escuelas la Exposición que
hizo sobre Avicena, según me contó maestre Pedro
de Tosifi.ano, que fue su compafi.ero. Pues, termi-
nando sucintamente de las virtudes, vengo a las obras
por calidad administradas en tal enfermedad. Y usan
de ellas confortando el corazón y los espíritus lesos

-77-
con sándalos y electuario catolicón; y poniendo sobre segundo, capítulo tercero, dice: «Philosophia est rerum
el corazón paños de escarlata mojados en agua rosada humananum divinarumque cognicio», que quiere de-
y esparcidos de sándalos mucellinos; y teniendo en la cir: «La filosofía es conocimiento de las cosas huma-
mano hueso de marfil y coral al cuello; y no dejando nas y divinales». Y no os parezca luenga esta cura;
estar el paciente a solas; y dándole ditamo a beber, considerad la materia en ella movida cuántas difi-
que quita infección recibida; y regando la casa con cultades se suscitan en el entendimiento de ella; y
zumo de yedra y vinagre, tirándole los miembros cada pensad que lo más sumariamente que pude deducir
día, haciéndole desperezar a menudo, guardándolo aquella, sólo por daros a sentir algún poco de tal
de enojo y de mucho comer y dormir y de viandas laberinto en degustación, reservando para el tratado
secas y mal olientes y de tener estómago vacío. Toda- de ello hacedero las dudas y cuestiones que dende
vía donde durmiere haya lumbre, y téngase templa- surgir pueden, así como si esta fascinación obra en
do de vientre, purgándolo, si menester fuere, con las cosas insensadas, piedras, fustes, vidros y vasos,
diacartamon y zumo de rosas, administrándole cosas que, loándolos de hermosos, se quiebran por sí, y
que esfuercen la complexión y conforten los miem- árboles secarse y aguas detenerse y tales extrañezas.
bros principales y hayan virtud tiriacal y purifican el
aire y restituyen la composición a su eucrasia. Y, sobre Entonces de éstas y de otras mayores pondré las so-
todo, mujer menstruosa no lo visite. luciones, según los autores que de esto hablaron han
puesto, y a los presentes informando, cuanto más que
Y de esto muy cumplidamente y mejor de otros el la brevedad no debe ser tanta que difuse la materia o
dicho maestre Marsilio ha tratado. Y los físicos de la haga menos inteligible, como dice san Gregorio,
ahora saben en esto poco, porque desdeñan la cura Super lsaiam: «Sic acrescendum est brevitati ut nullum
de esta enfermedad, diciendo es obra de mujeres y dapnum fiat intelligencie», diciendo: «Así es de otor-
tiénenlo en poco. Y por eso no alcanzan las diferen- gar la brevedad, que ningún daño haga al entendi-
cias y secretos de ello, que se alcanzan parando en miento». Y yo estoy poco ejercitado en las tales infor-
ello mientes. Empero todas aquellas cosas son en la maciones para que osase más dilatar el decir de cuan-
e de la e con la filosofía alcanzadas, a quien pertene- to necesidad demanda, el cual ejercicio muchas veces
ce escrutar, saber, investigar, dudar y resolver las di- ministra elocuencia de natura negada, como dijo
vinas y humanas cuestiones y penetrar los secretos Ermodio en sus Decires: «Exercitacio eloquenciam dat
de ellas. Por eso san Isidro en sus Etimologías, libro quam ingenium negat>>.

-78- -79-
CAPfTULOXV
ACERCA DEL EJERCICIO DE lAS VIRTUDES
Y tomad de todo esto lo bueno, es a saber lo que la
Iglesia universal ha por bueno y consiente usar, así
como de fascinación guardaredes vuestro cuerpo más
aparte vuestra ánima de pecado, viviendo virtuosa-
mente, por cuya conservación debe el hombre elegir
la muerte antes que darse a vicios. Y por esto dijo
Aristóteles, tercio Ethicorum: «Melius est morí quam
[acere contra bonum virtutum», diciendo: «Mejor es
morir que hacer cosa que sea contra virtud».

Quisiera más tal información por palabra deciros,


que en escrito enviar; y así, a vos solo la flaqueza de mi
ingenio fuese comunicada. Y aunque mejor por viva
voz concibiérades mi concepto, la cual tiene singular
efecto en mostrar en el ánimo del oidor y más
. 1
durablemente fingir las mostradas cosas que por or-
denación escrita-en esto experto, san Jerónimo de-
cía in Epístola ad Paulinum, capítulo segundo: «Habet
nescio quid latentis energiae vive vocis actus e in aures
discipulorum de actoris ore trasfassa fortius sonat>>-,

-83-
túrbame y hace que no pueda en tales cosas la partici-
pación de muchos que por expedición de negocios
tengo de oír y disgregar mi entendimiento. Tales
obras entender podéis quieren voluntad reposada, y
parte de tiempo quiere en que pueda difundir fuera
de sí el ordenante lo que Dios le habrá ministrado;
quiere soledumbre y consorcio de pocos; y aun la
conservación de buenas costumbres esto demanda.
Por eso es aconsejado in capitulo de Si cupis, 16, cues- EPÍLOGO
tión primera: «Consorcia foge malorum nec non et
multorum», que quiere decir: «Huye la compañía de
los malos».

-84-
Y no podría alguno con verdad y razón decir que a
las grandes personas tales ocupaciones científicas no
convengan, ni a su magnificencia esto requiera, ca,
por cierto, mucho mejor a los en dignidad puestos y
por linaje sublimados esto conviene y de ellos por
doctrina lo deben los menores haber. Y con esto les
puede más aprovechar, como dijo Vegecio, in libro
De re militari, capítulo primo: «Nequaquam magis
decet vel meliora scire vel plura quam principi cuius
doctrina homnibus potest prodese subiectiS>>, que quie-
re decir: «No conviene a ninguno saber cosas mejo-
res ni más que al príncipe, la doctrina del cual puede
aprovechar a los suyos».

Cuanto más que en esta vida bienaventuranza no


se puede alcanzar sin haber cumplimiento de los
saberes y noticia de las causas, discurso de las artes y
práctica de los saberes. Por eso dijo el mencionado
Felipe Elefante in sua Etica, capítulo primo: «lgitur
cupiens felicitatem artes ediscat, que nisi studiosum
imposibile est quamquam essefelicem», que dice: «Todo

-87-
aquel que codicia ser de sutil ingenio aprenda las ar-
tes, ca, si por ventura no es estudioso, nunca será bien-
aventurado». Esto conoció bien Demócrito, que por
más libre estar y obtener puridad intelectual y darse
los saberes, dejó todos los bienes temporales y aun se
sacó los ojos, según Agelio in libro Noctium atticarum
largamente cuenta. Y os dé Dios tantos de los saberes
abundoso conocimiento en esta breve y umbrática
vida y deje hacer así a él obras apacibles, de este valle ÍNDICE
de miserias librado, libre a su gloria venir, en do con-
templéis con segura eviternidad el Dador de tantos y
provechosos dones.

Escrita en la mi villa de Torralva, tertia nonas junii,


indicione III

-88-
Introducción ..................................................................... 7

Tratado de Fascinación o Aojamiento

Prefacio del autor ........................................................... 1 3


Capítulo 1: Sobre qué cosa debe ser entendida
por aojamiento ................................................................ 17
Capítulo 11: De las miradas venenosas ............................. 21
Capítulo 111: Que el decir influye en el mal de ojo .......... 27
Capítulo IV: De la rarefación de los elementos ............... 31
Capítulo V: De las vías para remediar el mal de ojo ........ 35
Capítulo VI: De la primera vía ........................................ 39
Capítulo VII: De la segunda vía para remediar
el aojamiento .................................................................. 45
Capítulo VIII: De la tercera vía que remedia
el aojamiento .................................................................. 49
Capítulo IX: Más remedios por la primera vía ................ 53
Capítulo X: Más remedios por la segunda vía ................. 57
Capítulo XI: Más remedios por la tercera vía .................. 61
Capítulo XII: Más remedios por la primera vía ............... 67

-91-
Capítulo XIII: Más remedios por la segunda vía .......... 71
Capítulo XIV: Más remedios por la tercera vía ............. 7 5
Capítulo XV: Acerca del ejercicio de las virtudes .......... 81

Epílogo ........................................................................... 85

-92-

Vous aimerez peut-être aussi