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Calor latente

El calor latente es la energía requerida por una cantidad de sustancia para cambiar de fase, de sólido a líquido (calor
de fusión) o de líquido a gaseoso (calor de vaporización). Se debe tener en cuenta que esta energía en forma de calor se
invierte para el cambio de fase y no para un aumento de la temperatura.

Antiguamente se usaba la expresión calor latente para referirse al calor de fusión o de vaporización. Latente, en
latín, quiere decir escondido, y se llamaba así porque, al no notarse un cambio de temperatura mientras se produce el
cambio de fase (a pesar de añadir calor), este se quedaba escondido. La idea proviene de la época en la que se creía
que el calor era una sustancia fluida denominada calórico. Por el contrario, el calor que se aplica cuando la sustancia
no cambia de fase y aumenta la temperatura, se llama calor sensible.

Cuando se aplica calor a un trozo de hielo, va subiendo su temperatura hasta que llega a 0 °C (temperatura de cambio
de estado); a partir de ese momento, aunque se le siga aplicando calor, la temperatura no cambiará hasta que se haya
fundido del todo. Esto se debe a que el calor se emplea en la fusión del hielo. Una vez fundido el hielo la temperatura
volverá a subir hasta llegar a 100 °C; desde ese momento, la temperatura se mantendrá estable hasta que se evapore
toda el agua.

El concepto fue introducido alrededor de 1762 por el químico escocés Joseph Black.

Esta cualidad se utiliza en la cocina, en refrigeración, en bombas de calor y es el principio por el que el sudor enfría el
cuerpo.

Calor latente de algunas sustancias


Es importante saber que cada materia tiene un calor latente distinto; cada sustancia tiene sus propios calores latentes
de fusión y vaporización.

Agua:

de fusión: 334 kJ/kg (79,7 cal/g) a 0 °C;


de vaporización: 2257 kJ/kg (539,4 cal/g) a 97 °C.
Amoníaco:

de fusión: 753 kJ/kg (180 kcal/kg) a −77,73 °C;


de vaporización: 1369 kJ/kg (327 kcal/kg) a −33,34 °C.

Cuando se expresa el calor latente de una sustancia, es necesario dar también la temperatura a la que se produce,
porque también hay vaporización o fusión, en menor cantidad, a otras temperaturas (por ejemplo, la evaporación del
sudor en la piel se produce a temperaturas inferiores a 100 °C) y, en esos casos, el calor latente tiene valores distintos.

El agua tiene un calor de vaporización alto ya que, para romper los puentes de hidrógeno que enlazan las moléculas, es
necesario suministrar mucha energía; también tiene un calor de fusión alto.

Una de las ventajas del elevado calor de vaporización del agua es que permite a determinados organismos disminuir
su temperatura corporal. Esta refrigeración se debe a que, para evaporarse, el agua de la piel (el sudor) absorbe
energía en forma de calor del cuerpo, lo que hace disminuir la temperatura superficial. Otro buen ejemplo del calor
latente de vaporización del agua es cuando se riega el suelo: el agua se evapora y absorbe energía, por lo que el
ambiente se refresca.

Véase también
Calor sensible
Calorimetría
Calor específico
Punto de rocío
Presión de vapor
Punto de fusión
Entalpía

Enlaces externos
Calor latente de fusión. (http://www.sc.ehu.es/sbweb/fisica/estadistica/otros/fusion/fusion.htm)

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