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Entre líneas
La normativa pregona que los recursos públicos deben favorecer a los bolivianos y
bolivianas y vela por su correcta ejecución. Los interesados pueden participar –dice la
norma– en igualdad de condiciones, restricciones y de acuerdo a su capacidad de producir
bienes y ofertar servicios. También se debe permitir la publicidad con el objeto de obtener
las mejores condiciones en cuanto a precio y calidad.
Esta normativa tenía que reproducirse en las entidades del sector público; por ejemplo,
mediante el DS N° 29506, de 9 de abril de 2008, se aprobó el Reglamento de
Contrataciones Directas en Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (ypfb). La máxima
autoridad ejecutiva de cada entidad pública es responsable de los procesos de contratación
desde su inicio hasta su conclusión.
Sin embargo, en la realidad se impone la histórica discrecionalidad con que se maneja los
procesos de contratación de bienes y servicios del Estado y esta ha sido una fuente
sistemática de corrupción. Nunca faltan los burócratas “expertos” en buscar la forma de
cómo descalificar o declarar desierta una licitación pública para proceder con cualquiera de
las modalidades de contratación directa y sin límite de monto.
Trabajos en la presa de Misicuni, obra en la que se dio contrato directo a la empresa china
Camce. | José Rocha
Contratos de megaobras de Gobierno. | Los Tiempos
El Gobierno de Evo Morales en sus 10 años de gestión adjudicó obras por contratación
directa con el 63 por ciento del total de recursos para obras públicas (375 mil millones de
bolivianos), mientras que el dinero de proyectos que fueron adjudicados por licitación
pública apenas supera el 11 por ciento.
Los porcentajes son diametralmente inversos si se comparan con el lapso de 10 años antes
(del 22 de enero de 1996 al 22 de enero de 2006), período en el que las contrataciones
directas llegan al 0,008 por ciento, mientras que las licitaciones públicas alcanzaron el 75,2
por ciento.
Del total de esta cifra, el 63 por ciento fue adjudicado mediante contratación directa y sólo
el 11 por ciento pasó por licitación pública. Además, cerca del 5 por ciento se destinó a
obras mediante contrato por excepción y sólo un 0,02 por ciento fueron erogados a obras
adjudicadas por invitación pública.
Por otro lado, un trabajo de investigación de Diego Ayo de la Fundación Pazos Kanki,
quien anuncia la publicación de un libro con esta información, devela que si en 2004 las
compras directas sumaban 600 mil bolivianos, para 2014 las cifras llegan a 19.603 millones
de bolivianos (unos 5.630 millones de dólares). Asimismo, el porcentaje de contratos
gubernamentales asignados a través de licitaciones públicas se redujo del 76 por ciento en
2004, al 41 por ciento en 2010, al 8 por ciento en 2013, y al 1 por ciento en 2014.
Sobre este tema, el economista Alberto Bonadona, hace un cálculo a mano alzada
indicando que entre el 90 y el 93 por ciento de las “megaobras” actuales se adjudicaron de
forma directa, y aunque las leyes lo permiten de forma excepcional (Decreto Supremo 181
Normas Básicas del Sistema de Administración de Bienes y Servicios), con el tiempo, la
excepción fue convirtiéndose en la regla.
Sin embargo, tanto Ayo, como Bonadona observan que este artículo habla de casos
excepcionales que acabaron convirtiéndose en la regla, argumentando la necesidad de
disponer de menor cantidad de tiempo. "El Gobierno subió a 19.603 millones de bolivianos
en obras de contrato directo, que representa un incremento de 3.100 por ciento. Esa suma
de dinero exorbitante, el Gobierno entregó sin licitaciones", dijo Ayo.
"El Gobierno alega rapidez, pero esta rapidez ha abierto, con toda certeza, grandes campos
de corrupción", sentencia por su parte Bonadona.
CONSTRUCTORES OBSERVAN
“Con el argumento de que los procesos de licitación son largos, se invita directamente a
empresas que no necesariamente pueden ser las mejores o las más idóneas, son
simplemente las elegidas. Las adjudicaciones por invitación directa se prestan a la
subjetividad de los dependientes de la administración pública en la asignación”, dice la nota
de Cadecocruz.
• Tranvía Santa Cruz. El proyecto tendrá una inversión aproximada de 750 millones con
financiamiento. El presidente Evo Morales ya adelantó que una empresa alemana se
adjudicará de forma directa.
• Hub Viru Viru. Se destinarán 400 millones de dólares y tendrá una ejecución de cinco
años. Se prevé contratación directa.
• Planta industrial de sales de potasio. Se estima una inversión de 177 millones de dólares.
La empresa china Camce se adjudicó la obra por contratación directa.
• San Buenaventura. La Planta Industrial de azúcar está a cargo de Camce bajo contratación
directa con una inversión de 167,9 millones de dólares.
• Se prevé la construcción de un estadio para 60.000 personas con una inversión de 200
millones de dólares con miras a la realización de los Juegos Odesur, 2018. El Ministerio de
Obras Públicas dijo que la modalidad de contratación será llave en mano.
EL DECRETO 181
El 28 de junio de 2009, el Ejecutivo aprobó el Decreto Supremo 181 que establece las
Normas Básicas del Sistema de Administración de Bienes y Servicios (NB-SABS). La
normativa, sin embargo, es una réplica del DS 29190 del 11 de julio de 2007 que modifica
la reglamentación de las Normas Básicas del Sistema de Administración de Bienes y
Servicios, permitiendo contrataciones directas para las empresas estratégicas del Estado.
La normativa establece que la licitación pública se aplicará cuando el monto sea mayor al
millón de bolivianos. Las convocatorias deben ser pública nacional, para contrataciones
entre un millón y 40 millones de bolivianos; y pública Internacional, para contrataciones
mayores 40 millones de bolivianos.
Asimismo, define la modalidad de contratación por excepción, en este proceso la MAE de
la entidad es responsable. La autorización de las contrataciones por excepción será
mediante resolución expresa, motivada técnica y legalmente.
También se podrá recurrir a esta modalidad cuando una convocatoria internacional, hubiese
sido declarada desierta por segunda vez o una convocatoria nacional, declarada desierta por
tercera vez.
En la Ley 181 se considera las modalidades de contratación por desastres y/o emergencias;
directa de bienes y servicios; con financiamiento del proponente, llave en mano; realizadas
en países extranjeros; de seguros; de alimentos para desayuno escolar y programas de
nutrición; de productos farmacéuticos. Las contrataciones llave en mano podrán realizarse
en proyectos donde sea racionalmente más económico otorgar a un mismo contratante todo
el proceso de construcción y puesta en marcha.
ANÁLISIS INVITACIÓN
Las licitaciones públicas toman demasiado tiempo,y el afán del Gobierno por cumplir los
compromisos ha venido acompañado de gran cantidad de recursos.
Esta rapidez, sin embargo, abre, con toda certeza, grandes campos de corrupción. Este
proceso directo es de gran riesgo para los que participan, ya que hay mucho dinero en juego
y no siempre la cabeza recibe todo, a veces no recibe nada. El que efectivamente está
haciendo el contrato puede ser el intermediario, el que hace el lobby y que al final es el que
garantiza, por la influencia que tiene.
Los contratos con excepción siempre han sido una puerta a la corrupción y cuando vienen
unidos a contratos llave en mano, el asunto empeora, porque el costo es mayor y entonces
también el soborno va a ser mayor.
Debe haber una agencia pública que pueda comparar los costos de algo que se compra aquí
en Bolivia, con los costos en el mercado internacional, pero por lo general lo que se hace es
comprar el mismo producto internacionalmente y ahí se van a poder ver los sobreprecios y
hasta qué punto ha habido una coima encubierta. Esto se hace complicado cuando es llave
en mano, porque puede existir la excusa de que es tecnología de otra parte.
La aerolínea estatal hizo este año 279 contrataciones sin licitación. No menciona el monto
de las adjudicaciones
Boliviana de Aviación (BoA) puede prescindir de las licitaciones públicas para adquirir
bienes y servicios para su funcionamiento. El Decreto Supremo 181 establece que las
empresas públicas estratégicas tienen 'luz verde' para hacer contrataciones directas y omitir
las licitaciones. La aerolínea estatal realizó 279 contratos directos sin licitación.
El analista Julio Alvarado afirmó que las contrataciones directas son legales, pero en
la mayoría de las veces se aplica cuando no hay proveedores. Recomendó las
licitaciones públicas para "transparentar" las adquisiciones en el Estado.
La normativa
El artículo 83 del DS 181, firmado por el presidente Evo Morales el 28 de junio de 2009,
establece que las empresas públicas "de acuerdo a su naturaleza jurídica, en base a su
función de producción y generación de excedentes, deberán realizar todos sus procesos de
contratación de bienes y servicios de manera directa". Sin embargo, el analista Julio
Alvarado detalló que una contratación directa está en el marco legal, pero se debe evitar;
recomendó recurrir a una licitación pública para "transparentar" los procedimientos de
contratación.
"Una contratación directa es legal, pero se debe ejecutar cuando no hay proveedores.
Así que lo más transparente es una licitación", dijo Alvarado.
Al respecto, el jefe de bancada del MAS en el Senado, Julio Salazar, dijo que las
entidades públicas "prefieren" evitar las licitaciones porque demoran los
procedimientos.
La diputada Norma Piérola (CN) insistió en que BoA evita las licitaciones "para favorecer a
amigos y familiares de las autoridades"
Para saber
No explican montos
BoA evitó dar el monto que destinó en las 279 contrataciones directas. Estos compromisos
están en apego a la normativa, explicó el funcionario de la línea aérea Gonzalo Mayorga.
Disolución de contrato
La empresa aérea ejecutó un contrato directo con Air Catering, firma que tiene como
accionaria a la cuñada del vicepresidente Álvaro García Linera.
El secretario de Hacienda de la Gobernación de Santa Cruz, José Luis Parada, opinó que la
aprobación de este tipo de normas causa discriminación entre entidades del sector público
que pueden evitar las licitaciones y otras que no, lo cual, además, puede generar
discrecionalidad.
"¿Quién fiscaliza ese tipo de invitaciones directas? Se supone que la Contraloría debería
ver el cumplimiento de la norma. La contratación directa lleva a contratos llave en mano y
que pueden tener fallas. En muchos proyectos grandes no se hizo licitación y se tienen
proyectos con criterio político, no técnico”, precisó.
En su criterio, se vulnera la Ley Safco y los procesos de planificación y fiscalización.
El economista Alberto Bonadona dijo que las compras directas generan discrecionalidad y
corrupción, y no deberían ser aplicadas por ninguna repartición del sector público.