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Integrantes:​​ Lizzabetha Hernández y Gabriela Rincón

Fecha:​​ 18 de noviembre 2016

Frontera México-Estados Unidos: Evolución y consecuencias

Resumen

Las fronteras entre México y Estados Unidos han sufrido diversas modificaciones a lo
largo de la historia, cada una de ellas ha marcado a la sociedad que se desarrolla en ambos
lados del muro fronterizo. A esto hay que añadir que el reforzamiento de la seguridad
impuesto en las zonas más transitadas de la frontera a partir de 1994 ha marcado una pauta
en la relación bilateral entre estos vecinos.

El propósito de este ensayo es demostrar que la dinámica que se ha desarrollado en ambos


lados de la frontera norte de México ha tenido un impacto social que no se limita sólo al
área circundante a los muros fronterizos; sino que se ha arraigado en el imaginario de
ambos lados de la frontera la cual ha sido marcada por una creciente asimetría en términos
no sólo económicos sino también culturales y sociales que han permeado en el pensamiento
colectivo fomentado la creación de estereotipos y prejuicios que han derivado en la
discriminación del mexicano. Dicha asimetría ha ido creando un discurso racial que
convierte a éste en un chivo expiatorio para los problemas económicos y sociales que
aquejan a Estados Unidos. Para realizar esto se buscará encontrar la relación entre los
prejuicios y la discriminación, que hoy sufre la comunidad mexicana, y la dinámica
histórica de la frontera.

Introducción

El siguiente artículo argumenta que las leyes migratorias, es decir, aquellas medidas
establecidas por el gobierno federal para determinar quién tiene la autorización de entrar al
país y cuánto tiempo pueden permanecer ahí. Además regula el proceso de naturalización
de aquellos extranjeros que desean convertirse en ciudadanos estadounidenses. Regula los
procedimientos de detención y deportación cuando son necesarios. (HG.org Legal
Resources, 2016)

Estas leyes migratorias a lo largo de la historia han sido determinadas


unilateralmente por Estados Unidos respondiendo a ciclos económicos determinados,
tiempos político-electorales, y a las presiones de grupos de interés y movimientos sociales.
Por otro lado, México ha reaccionado nulamente a estos programas migratorios a causa de
una ausencia de una política formal y explícita frente a dicho fenómeno. México se ha
enfocado más en proporcionar la protección de los derechos de los mexicanos en Estados
Unidos a través de las redes consulares y a través del apoyo a organizaciones sociales y
comunitarias de apoyo a migrantes y apoyo a las comunidades Mexicoamericanas.
(Schiavon & Jorge, 2014). Las medidas tomadas por ambos países sí han concordado con
un aspecto en particular: hacer todo lo posible por evitar el cruce ilegal de mexicanos y
centroamericanos a Estados Unidos.

En cuanto a la opinión pública y gubernamental de estas medidas


migratorias por parte de Estados Unidos y México han diferido dependiendo del país que se
aborde. Para empezar, existe una diferencia de opiniones gubernamentales entre las dos
naciones en la forma en que abordan y entienden el problema. El gobierno de México
considera el aspecto migratorio como un tema concerniente a la política exterior mientras
que el gobierno de Estados Unidos lo considera un tema concerniente a la política interna y
local. Para Estados Unidos no es tan prioritario considerar las consecuencias que pudiera
tener el país en su política exterior como lo es la seguridad nacional.

La opinión pública de México y Estados Unidos observa a la migración de


distinta manera. De acuerdo con el estudio “México y el mundo sobre política exterior” La
mayoría de la población mexicana visualiza al asunto de la migración como un aspecto de
alta prioridad para su política exterior. En cambio, la mayoría de la población
estadounidense considera que el aspecto de más alta prioridad es la protección de los
empleos de los trabajadores estadounidenses. Otros datos confirman que existe un ambiente
poco favorable en Estados Unidos que permita el flujo de la migración. En el estudio, los
norteamericanos opinaron también que controlar y reducir la entrada de inmigrantes
ilegales es un objetivo muy importante de la política exterior de su país.

El siguiente artículo está dividido de la siguiente manera. Para empezar el


artículo aborda el tema de la disparidad económica realizando una comparación de la
disparidad económica entre México y Estados Unidos. Posteriormente, el artículo describe
algunos aspectos importantes de la relación histórica entre los dos países. Después aborda
la evolución del discurso político en Estados Unidos. Posteriormente, se analiza la nueva
etapa de relación bilateral México-Estados Unidos; y finalmente, se aborda a una
conclusión.

Disparidad económica: Comparación México-Estados Unidos

La diferencia en los niveles de desarrollo de México y Estados Unidos constituyen una


frontera de enormes magnitudes y complejidades, cuya geometría y esencia se define día
con día. A lo largo de la historia del desarrollo social y económico de América del Norte,
esta frontera ha representado y sigue representando el mayor reto para la integración
comercial y económica de sus naciones, objetivo último establecido al firmarse el Tratado
de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre México, Estados Unidos y
Canadá en 1992.” (MURO INE: De la Parra, Córdova, 2007, p.18) . De esta manera, la
desigualdad económica entre los dos países ha ocasionado flujos económicos trascendentes
de un país a otro, algunos de ellos conocidos como remesas con los cuales miles de
mexicanos se benefician al recibir parte de la remuneración del trabajo de sus familiares y
conocidos en Estados Unidos.

“En 2013, México recibió 21,892 millones de dólares por remesas, monto
equivalente a 1.7 puntos porcentuales del PIB. Ese monto de recursos provino casi en su
totalidad de Estados Unidos.” (perfil del mexicano, p. 1)
Esta cantidad tan significativa de remesas se debe en parte a lo que destaca el ​Perfil
Mexicano​ a continuación:

“México es el segundo país exportador de recursos humanos en el mundo, pero es el


principal exportador neto. La emigración mexicana supera a la de países con poblaciones
más elevadas y el 97.8% de los migrantes mexicanos se ubican en Estados Unidos, de ahí
que casi la totalidad de las remesas provienen de ese país”. (​perfil del mexicano, p. 1)

Es evidente una asimetría considerable entre los dos países desde el punto de vista
económico, incluso es una relación bilateral que pudiera considerarse dependiente de parte
de México hacia Estados Unidos puesto que la unión americana exporta anualmente a
México aproximadamente 194 mil millones dólares. Sin embargo, Estados Unidos también
depende de cierta manera de México. De acuerdo con el noticiero ​The Hufftington Post
haciendo referencia al artículo “U.S Exports Depend on Mexico”, Estados Unidos exporta a
México el doble de sus productos a comparación con los que exporta a China o a Canadá.
Se han creado alrededor de 6 millones de trabajos que directa o indirectamente se han
beneficiado por esta relación comercial. Inclusive, solamente en el año 2012 el país obtuvo
una ganancia de $180 billones dólares provenientes de las exportaciones a México. Los
estados como Nuevo México y California fueron y aún siguen siendo los estados más
beneficiados y dependientes del comercio con México.

Todo estos es una prueba de porqué los mexicanos tienen un gran incentivo de
desarrollar su vida económica en Estados Unidos:

“La primera medición del número de mexicanos inmigrantes en Estados Unidos fue con el
censo de población de ese país en 1850. De mediados del siglo XIX a mediados del siglo
XX el flujo migratorio mexicano fue reducido. Sin embargo, en el decenio de los setenta
ese flujo migratorio se aceleró y a partir de los ochenta los mexicanos representaron el
principal grupo migratorio en Estados Unidos. El número total de mexicanos inmigrantes
en Estados Unidos creció a una tasa promedio anual de 8.7% de 1970 a 2000 y de 7.1% de
1970 a 2010. Ello reflejó un flujo promedio anual de 143,951 mexicanos en el decenio de
los setenta, que se elevó a 487,947 mexicanos por año en los noventa, para desacelerarse de
2000 a 2010. Esto último se derivó de un flujo muy elevado en la primera mitad de ese
decenio que se frenó fuertemente en la segunda mitad, situación que ha permanecido a la
fecha. ” (perfil del mexicano, p. 3)

Figura 1.

Figura 2.

Fuentes: Oficina del Censo de los Estados Unidos para los datos de ese país. INEGI para las cifras de
población mexicana de 1895 a 2010 y 2013. CONAPO para la población mexicana en 2011 y 2012. (Perfil
mexicano, p.5)

En la Figura 1 podemos observar el siguiente análisis de datos:


“La información censal de E.U.A. y de la Encuesta de la Comunidad Estadounidense
muestran que el flujo migratorio mexicano fue muy intenso de 1990 a 2007, periodo en el
que 7,440,523 mexicanos emigraron hacia Estados Unidos. No obstante, en los siguientes
años se frenó bruscamente y, en promedio, resultó negativo” (Perfil mexicano, p.5)

Perfil Mexicano ​posteriormente destaca el motivo por el cual la migración neta mexicana
fue negativa en los años siguientes al periodo de 1997 a 2007 “La migración neta negativa
en los años recientes hacia Estados Unidos ha sido el resultado de un flujo negativo en el
caso de los hombres y positivo en el de las mujeres”

En el periodo de 2007-2013 el flujo migratorio de mexicanos hacia Estados Unidos


descendió notablemente dado a los siguientes factores:

“•La persistencia en ese país durante los primeros años del periodo indicado de una elevada
tasa de desempleo.
•El periodo de elevado desempleo afectó en mayor grado a la población mexicana
inmigrante, ya que el debilitamiento de la demanda de trabajo fue más grave en los sectores
de la construcción y la manufactura donde hay una fuerte presencia de trabajadores
mexicanos. Asimismo, el desempleo fue muy elevado en los trabajadores con bajo grado de
escolaridad.
•En ciertos años de ese periodo el desempeño de la economía mexicana, mostró una mejoría
lo que pudo haber desincentivado en algún grado el flujo migratorio.
•El retorno compulsivo y en algunos casos voluntario de migrantes mexicanos a México. El
sentimiento antiinmigrante en algunos lugares de Estados Unidos, como en Arizona, afectó
de manera importante al número de mexicanos inmigrantes.
•Un fuerte fortalecimiento del grado de control fronterizo por parte de las autoridades
estadounidenses. Este factor y el anterior son posiblemente los principales que explican el
freno del flujo migratorio. “
No obstante todo lo anterior, las estadísticas de la Encuesta de la Comunidad
Estadounidense y de la Encuesta de Población Actual indican que el flujo migratorio neto
de los países centroamericanos hacia Estados Unidos ha continuado, lo que podría
explicarse por un mayor diferencial de remuneraciones entre esos países y Estados Unidos
que en el caso de México. Un resultado importante es que el descenso del flujo migratorio
mexicano hacia Estados Unidos se ha reflejado en una fuerte disminución de las
previsiones de inmigración neta en las proyecciones de población de ese país que dio a
conocer a mediados de mayo de 2013 la Oficina del Censo de los Estados Unidos” (perfil
del mexicano, p. 8)

Además “La escolaridad de la población mexicana inmigrante en Estados Unidos es baja, lo


que coloca a dicho grupo en desventaja en el mercado laboral y consecuentemente en las
remuneraciones obtenidas. En 2013, del grupo de inmigrantes mexicanos mayores de 25
años solo el 5.8% contaban con licenciatura completa o más, mientras que tal porcentaje
para el total de inmigrantes fue del 28.2 por ciento. Al considerar para el periodo
2011-2013 a los inmigrantes en Estados Unidos de 25 años o más provenientes de 121
países de origen con mayor presencia migratoria resulta que los mexicanos presentaron el
porcentaje más elevado, 58.6%, de no graduados de educación media superior y el más
bajo, 5.5%, de graduados con licenciatura o posgrado. Ese mismo escenario se presenta
tanto en los mexicanos inmigrantes de género masculino como femenino, si bien los
indicadores de escolaridad son ligeramente mejores en el caso de las mujeres que en el de
los hombres. Los ingresos medios que obtienen en Estados Unidos los inmigrantes
mexicanos y de algunos países de Centroamérica son significativamente menores que las
que alcanzan los grupos migratorios provenientes de otros países y regiones, lo que refleja
su desventaja en escolaridad. ” (perfil del mexicano, p. 24)

“Los principales sectores en Estados Unidos en que laboran los inmigrantes provenientes de
México son los servicios de alimentos, recreación y hospedaje; así como en las industrias
de la construcción y manufacturas; y en los servicios de administración y el comercio”
(perfil del mexicano, p. 28)

Durante los últimos años el cociente de las remesas enviadas por el conjunto de los
inmigrantes mexicanos en Estados Unidos a México con relación a su ingreso total se ha
mantenido entre un 10% y un 12%. En 2013, el ingreso total del grupo migratorio
mexicano en Estados Unidos resultó de 217,000 millones de dólares (perfil del mexicano,
p.32)
“Los principales aspectos que destacan en el documento son los siguientes:

• México e​s el segundo país exportador de recursos humano​​s en el mundo –luego


de la India– pero es el principal exportador neto. En 2013 el 97.8% del total de migrantes
mexicanos se ubicaron en Estados Unidos.

• En 2013, el número de inmigrantes mexicanos en Estados Unidos resultó de


11,584,977 personas y representó el principal grupo inmigrante en importancia numérica: el
28% del total de inmigrantes y el 54% de los provenientes de América Latina y el Caribe.
Asimismo, ese año la población total de origen mexicano, es decir, la inmigrante más la
nativa sumó 34,586,088 personas (de los cuales, el 66.5% son nativos de origen mexicano y
el 33.5% restante inmigrantes). Ese grupo poblacional constituyó el 10.9% de la población
de Estados Unidos.

• El período de mayor dinamismo del flujo migratorio mexicano hacia Estados


Unidos fue de 1990 a 2007, lapso en el que 7.4 millones de mexicanos emigraron hacia ese
país. No obstante, en los siguientes años el flujo migratorio se frenó bruscamente y en
términos netos resultó negativo.

• La debilidad en los años recientes del flujo migratorio hacia Estados Unidos ha sido
el resultado neto de un flujo negativo en el caso de los hombres y positivo en el de las
mujeres. De hecho, el porcentaje de mujeres de la población mexicana inmigrante en
Estados Unidos se elevó de 44.1% en 2007 a 47.1% en 2013.

• Al conjuntar para 2013 las cifras de población por estado, tanto de México como de
Estados Unidos, resulta que el Estado de México es el que cuenta con la mayor población
de origen mexicano (16.4 millones de personas), seguido por el estado de California (12.3
millones) y luego el Distrito Federal y Texas (cada uno con 8.9 millones de mexicanos). En
el estado de California habitó en 2013 el 36.5% de la población inmigrante mexicana y en
dicho estado más Texas e Illinois se ubicaron dos tercios de ese grupo migratorio. •
La población mexicana inmigrante en Estados Unidos se concentra en población en edad
laboral, dado que en 2013 el 86.4% de tales inmigrantes se ubicaron en un rango de edad de
18 a 64 años. Con relación a​ la escolaridad de tales inmigrantes en su mayoría es muy
baj​​a, y como grupo migratorio tiene la menor cuando se considera a los grupos migratorios
provenientes de 121 países.

• El porcentaje de inmigrantes mexicanos que en Estados Unidos cuenta con


ciudadanía es muy reducido e inferior al registrado tanto en el total de inmigrantes como en
lo provenientes del conjunto de América Latina. Destaca que un mayor porcentaje de
mujeres mexicanas inmigrantes cuenta con la ciudadanía que en el caso de los hombres. Por
otro lado, las estadísticas de la Oficina del Censo de los Estados Unidos y del
Departamento de Seguridad Nacional de ese país, sugieren que el 58% de la población
inmigrante mexicana es indocumentada. No obstante, de 2008 a 2012 dicho número de
indocumentados se redujo en 310,000 personas.

• Hay una​ fuerte concentración en Estados Unidos de los trabajadores


provenientes de México en las industrias de la construcción y de la manufactura, así
como en ciertas actividades del sector servicios, tales como los de alimentación,
recreación y hospedaje y en los de administración​​. En 2013, el ingreso promedio de los
trabajadores inmigrantes mexicanos en ocupaciones de tiempo completo resultó de 33,985
dólares en el caso de los hombres y de 26,976 dólares en el de las mujeres. Del total de
familias de ese grupo migratorio el 28.3% se ubicó por debajo de la línea de pobreza. •
Los ingresos promedio más elevados de los trabajadores inmigrantes mexicanos en
ocupaciones de tiempo completo se presentan en los estados de Illinois, Colorado y
California y en 2013 el porcentaje más alto de familias por debajo de la línea de pobreza se
ubicó en Carolina del Norte y Georgia (40.3% y 35.6% de los hogares con población
inmigrante mexicana).

• En 2013, en Estados Unidos el 44.6% de los hogares de población inmigrante de


origen mexicano eran propietarios de su vivienda, mientras que ese porcentaje resultó de
65.6% y 50.8% en la población nativa y en el total de inmigrantes. Asimismo, el 65.5% de
los hogares propios de los inmigrantes mexicanos contaban con hipoteca, cifra que se
compara con 63.4% y 68% en la población nativa y en el total de inmigrantes.En 2013, el
valor total de mercado en Estados Unidos del agregado de viviendas propias de la
población mexicana inmigrante resultó de 222,000 millones de dólares, aunque dicho
monto se redujo de manera importante de 2007 a 2013, al debilitarse el precio de las
viviendas en ese país. • El ingreso total en Estados Unidos de la población inmigrante
mexicana resultó en 2013 de 216,755 millones de dólares, cifra equivalente a 18 puntos del
pib de México. Un 37% de ese ingreso se generó en el estado de California y esa cifra
superó al pib de 29 entidades federativas de México. • Por último, en 2012 en el caso
de la población inmigrante mexicana en Estados Unidos el cociente de remesas enviadas
desde ese país a ingreso total del grupo migratorio resultó de 10.88%, cifra que superó
ligeramente al promedio observado en los otros grupos migratorios provenientes de
economías emergentes.” (perfil de mexicanos, p.

Relación histórica

La relación existente entre México y Estados Unidos data desde antes de que el
primero se constituyera como una nación independiente. Dependiendo de la perspectiva
con la que se analice la historia entre ambas naciones se determina cuáles son los
testimonios más antiguos de su relación. De acuerdo con Lynn (2011), E​spaña creó una
capa de fronteras a través de un proceso de colonialismo que (...) sigue penetrando
actualmente en las experiencias de gente en comunidades transfronterizas”​ (p.10). Es
precisamente este proceso de colonialismo que, junto con aspectos económicos,
demográficos e históricos se ha visto determinada la relación entre México y Estados
Unidos, condicionando a su vez el papel que población mexicana desempeña dentro de éste
último “d​esde el año 1500, fronteras de colonialidad se incorporan a construcciones
históricas y contemporáneas de raza, origen étnico y pertenencia en los EE. UU. y
México.”​ (Lynn, 2011, p. 10)

Cuando Estados Unidos obtiene su independencia del Reino Unido, éste busca su
expansión territorial “creciente imperio colocado para absorber el territorio de la Nueva
España en su expansión hacia el oeste” tomando el nombre de Estados Unidos de América
como un reclamo de expansión territorial siendo una expresión del nacionalismo de EE.
UU. (​Lynn, 2011, p. 10​)

Las pretensiones expansionistas de Estados Unidos fijarían su atención en las vastas


tierras perdidas por España después de la independencia de México en 1810, lo que
finalmente llevaría a la Guerra de Estados Unidos contra México en 1845 gracias al
separatismo texano que actuaría como manzana de la discordia y excusa perfecta para
aligerar la carga administrativa de unos cuantos miles de kilómetros de tierras para el
gobierno mexicano. (​Buscar información que respalde estas afirmaciones​). Es precisamente
en 1845 cuando se publica en la revista Democratic Review el famoso ensayo de John
O’Sullivan titulado “Anexión” del cual se toma la idea del “destino manifiesto” de Estados
Unidos (​Lynn, 2011​), bajo el cual se justificaba la anexión de los territorios que se le
arrebatarían a México al final de la guerra por medio del Tratado Guadalupe-Hidalgo.

Es de esta manera que mediante dicho tratado, se estipulaba la renuncia de México a


casi la mitad de su territorio, incluyendo lo que hoy es conocido como California, Arizona,
Nuevo México, Texas así como partes de Colorado, Nevada y Utah. A cambio, EE. UU.
pagó $15 millones en indemnización por los daños causados por la guerra dentro del
territorio mexicano (​Lynn, 2011 p. 15​)

De acuerdo a Lynn, dentro de los nuevos territorios estadounidenses vivían alrededor


de 80,000 mexicanos (2011, p.15​), de las cuales pocas optaron por mantener su
nacionalidad y regresar a su país, al contrario, muchos se hicieron ciudadanos de Estados
Unidos y se quedaron a vivir en su territorio “creyendo que las garantías a sus bienes y sus
derechos civiles serían protegidos como fue estipulado en el Tratado de Guadalupe
Hidalgo. Lamentablemente este no siempre fué el caso. Para finales del siglo XIX, la
mayoría de los mexicanos perderían sus tierras mediante el uso de la fuerza o fraude (véase
Menchaca, 1995, 2001; Pitt, 1998).” ​(Lynn, 2011 p. 15)​”

Así pasarían los años en los que las fronteras se mantendrían con muy poco control
hasta que en 1924 nace la Ley de Orígenes Nacionales, tras la cual se establece una patrulla
fronteriza a las órdenes de la Oficina de Inmigración del Departamento de Trabajo de
EE.UU, medidas que comienzan a marcar el discurso popular y político de los mexicanos
como “ilegales”, categoría en la que cualquier persona que pareciera latino podía ser
catalogado por la sociedad estadounidense. (Lynn, 2011 p. 19) ​(Mencionar el viernes negro
y cómo afectó para la promoción de estas medidas)

Sin embargo el mundo se volvería a sumir en una guerra, en la cual Estados Unidos
participaría, sacando gran parte de su mano de obra del mercado para llevarlos al campo de
batalla, por lo que era necesario atraer a nueva mano de obra que sustituyera de manera
temporal la falta de sus ciudadanos dentro de la economía estadounidense (​justificar​), con
esto en mente en 1942 se crea la Ley Pública 45 por medio de la cual nace el Programa
Braceros con el objetivo de “​importar miles -y eventualmente millones- de trabajadores
invitados o braceros​” (​Lynn, 2011, p.20​) A pesar de que el programa contaba con el claro
objetivo de “aliviar la escasez de mano de obra durante los tiempos de guerra” (​Lynn, 2011,
p.20​) éste se prolongó aún después terminada la guerra, terminando su función en 1965.

De acuerdo a Lynn, los braceros eran trabajadores subcontratados por Estados Unidos
bajo contratos negociados directamente con México, en términos bajo los cuales se les
debían de garantizar “​vivienda, transporte, salarios, contratación, seguro de salud,
alimentación y número de horas trabajadas​”, sin embargo estos contratos no contaron con
la debida supervisión de su cumplimiento por parte del gobierno mexicano y tras su primer
vencimiento en 1947, el programa continuaría pero por medio de contratistas privados
estadounidenses, los cuales convenientemente ignorarían los términos de los contratos
originales. El Programa Braceros sería suspendido en 1964 dejando olas de migrantes que
viajaban al norte no sólo para buscar formar parte del mismo, sino que también buscaban
otras oportunidades laborales iniciando de esta manera el cruce ilegal que se convertiria en
una preocupación para ambos gobiernos desde 1940 años en los que “la rápida
industrialización de la agricultura mexicana en la década de 1940, un aumento en la
población y la escasez de alimentos empujaron a la gente hacia el norte” (​Lytle-Hernandez,
2010​).
Curiosamente la petición para fomentar un mayor control en la frontera
estadounidense para evitar la entrada de mexicanos se produciría por parte de México,
gracias a la presión de los productores agrícolas mexicanos que se estaban quedando sin
mano de obra. Gracias a estas peticiones en 1944 se inician los Grupos Especiales de
Deportación Mexicana, mediante los cuales para finales de ese año ya se habían deportado
a 42,928 mexicanos en California, cifras que aumentarían estandarizandose en los años
venideros bajo la Operación Mojado (​Lynn, 2011, p. 21​), la cual consistía en la prevención
del ingreso de migrantes indocumentados a Estados Unidos, así como en redadas dentro del
país para deportar a los indocumentados que se les habían escapado en la frontera.
(​Lytle-Hernandez, 2010: 169​).

Una vez terminado el Programa Braceros, en 1965 se promulgaría la ley Immigration


and Nationality Act, “que por primera vez imponía limitaciones numéricas a la inmigración
mexicana” (Massey et. al., 2009, p. 3). Para Massey (2009), el Programa Bracero
continuaba funcionando dentro de Estados Unidos de facto, sin embargo las detenciones a
los trabajadores indocumentados jugaría un nuevo papel dentro de la dinámica migratoria.

En 1986 se firmaría la Reforma de Inmigración y Acto de Control (IRCA) que


“permitió solicitar amnistía, residencia temporal legal y después residencia permanente a
quienes habían estado viviendo como indocumentados en EE. UU. desde el 1 de enero de
1982” (Lynn, 2011, p. 23), a su vez se establecía el Programa Especial de Trabajadores
Agrícolas (SAW) por medio del cual se le brindaba residencia temporal a ciertos
trabajadores; de esta manera se les otorgó a aproximadamente 3 millones de inmigrantes
indocumentados papeles para mantenerse dentro de Estados Unidos. Sin embargo, el
propósito de IRCA -disminuir la migración ilegal y aumentar los salarios reales de los
trabajadores, fue completamente contrario a sus resultados ya que la migración se aceleró
disminuyendo los salarios de los trabajadores agrícolas (​Lynn, 2011, p. 23​).

Más tarde la frontera pasaría a tener un mayor protagonismo en las políticas


estadounidenses ya que a partir de 1993 se implementarían, en diversos puntos de la
frontera, “​programas estratégicos implementados por las autoridades estadounidenses en
la zona fronteriza con México, con el objetivo de aprehender, deportar y persuadir a los
migrantes para que no intenten cruzar a ese país de forma clandestina”​ (Salas, 2011, p.2).
A continuación se detallan los programas:

Nombre del operativo Localización geográfica Fecha de inicio

Operación Bloqueo El Paso, Texas Septiembre, 1993


(Hold-the-Line)

Operación Guardián San Diego, California Octubre, 1994


(Gatekeeper)

Operación Salvaguarda Nogales, Arizona Febrero, 1995


(Safeguard)

Operación Río Grande (Rio Frontera de Texas 1997


Grande)
Tabla: “Operativos de control y vigilancia implementados por las autoridades de Estados Unidos en
la frontera durante la década de los noventa”. Fuente: Rubio, 2011 “Operativos de control y
vigilancia implementados por las autoridades de Estados Unidos en la frontera durante la década de
los noventa”
Estos programas eran el resultado del crecimiento exponencial del flujo migratorio
hacia su territorio, sobrepasando por mucho las estimaciones que éste tenía del fenómeno.
Las estrategias para evitar la entrada ilegal de migrantes a Estados Unidos se tradujo en “el
incremento constante del número de agentes de la Patrulla Fronteriza y con la instalación de
infraestructura sofisticada a través de tecnología con capacidad para captar la entrada de
personas por la vía clandestina a suelo norteamericano” (Rubio, 2011, p. 3). De esta
manera, la política de defensa dejó de enfocarse tanto en la detención de migrantes
indocumentados dentro del territorio estadounidense, para pasar a evitar a toda costa su
entrada de manera ilegal, fortificando los puntos con mayor flujo migratorio “a través de la
construcción de grandes muros y otros obstáculos” (Lynn, 2011, p.25).

El resultado de estos programas fueron “​cambios claros en los patrones y las formas
de migrar y de cruzar la frontera​” (Rubio, 2011, p. 4). Por su parte, Lynn (2011) destaca la
manera en la que los migrantes empezaron a morir debido a las condiciones en las que se
veían obligados a cruzar, siendo relocalizadas sus rutas migratorias hacia áreas desérticas y
zonas montañosas de difícil acceso, aduciendo que se “​produjo un campo de muerte​”
(p.25). Rubio (2011) menciona que “​la escala de muertes que ha secundado estas
estrategias es el indicador más inhumano de las acciones de dichos programas”​ (p.6),
destacando que hasta el 2007 se tenía el registro de casi 5,000 migrantes, sin contar a los
migrantes desaparecidos durante su intento de cruce a Estados Unidos. A pesar de la mayor
dificultad para cruzar la frontera, el flujo migratorio no disminuyó el flujo total de
indocumentados “al contrario, las aprehensiones de indocumentados se elevaron
notablemente por casi toda la frontera” (Cornelius, 1995, p.2) esto debido en gran parte a la
crisis económica que vivía México en ese entonces, en la cual los trabajadores intentaron
salvarse de la recesión en la que el peso se vio fuertemente devaluado en comparación al
dólar.

La discriminación y al culpabilización de la población migrante llegó a tal punto que


en 1994 el gobernador Pete Wilson buscaría su reelección en el estado de California por
medio de la propuesta 187, por medio de la cual se buscaba desalentar la inmigración
mediante la prohibición de recibir servicios médicos no urgentes, su asistencia a escuelas de
educación primera, media, superior y a universidades públicas y sancionando a las personas
que portaran documentos falsos o que los elaboraran ​(Méndez, 1995, p.388:
https://revistas.juridicas.unam.mx/index.php/derecho-comparado/issue/view/91​). La
campaña promocional de dicha propuesta sería llamada “Save our State” (SOS), y la
propuesta sería aprobada el 8 de noviembre de 1994, “​reflejando los sentimientos
antiinmigrantes prevalecienes”​ ​(Méndez, 1995, p.394:
https://revistas.juridicas.unam.mx/index.php/derecho-comparado/issue/view/91​).
Finalmente dicha propuesta sería aprobada para más tarde ser derogada por la Suprema
Corte debido a que se consideró que la ley que naciera a partir de la propuesta violaba los
derechos humanos de los inmigrantes. A pesar de ello, ésta se vería como “​un parteaguas
en el debate antiinmigratorio (...) creando un ambiente hostil hacia los inmigrantes​”
(​Verea, 1999, p. 118:
https://books.google.com.mx/books?id=5qTNDveknksC&pg=PA117&lpg=PA117&dq=pr
opuesta+187+california&source=bl&ots=8_ZFKypgT2&sig=H9q5Rw4p-hHL1Jc6MeOT6
PWzYdo&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjeptGY0rDQAhUW2GMKHSX3AacQ6AEISjAJ
#v=onepage&q=propuesta%20187%20california&f=false​).

En dicho ambiente, entre junio y septiembre de 1995 se aplicaría la Operación


SouthPAW, la cual buscaba responder a las críticas que se habían recibido por “interesarse
únicamente por la disuasión en la frontera, descuidando la aplicación de la ley en el interior
del país, sobre todo en los lugares de trabajo”, lo que suponía una serie de redadas en
fábricas, empresas procesadoras de alimentos, restaurantes y lugares de construcción dentro
de seis estados del sureste estadounidense (Cornelius, 1995, p. 3).

Es importante tomar en cuenta que casi al mismo tiempo se desarrollaban las


negociaciones y la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, entre los
gobiernos de ambos países -y Canadá- entrando en vigor precisamente en 1994, esto gracias
a que dichos gobiernos consideraban prioritario el facilitar el intercambio de bienes y
servicios entre sus economías para fomentar el desarrollo económico; por ello el TLCAN se
proponía la eliminación de obstáculos al comercio, la creación de una zona de libre
comercio que facilitara la circulación de bienes y servicios, fomentar la inversión extranjera
promoviendo la protección de los derechos de propiedad intelectual, entre otros aspectos
(​muro ine, de la parra.. p. 19​).

Esto nos lleva a lo que Massey et. al (1999) identifican como la “​era de la
contradicción​” en la cual la política que regía en la frontera iba dirigida en dos direcciones
opuestas en la que por una parte se buscaba quitar las barreras que evitaban el libre tránsito
de bienes, mercancías, entre otros aspectos, mientras que por otro se creaban las barreras
que consideraban necesarias para impedir el tránsito de trabajadores. Dicha era tendría un
impacto importante en el sistema migratorio mexicano en el que “​paradójicamente [se]
incrementó el volumen neto de la migración indocumentada en Estados Unidos​” (​Massey
et al., 2002 y 2009, p.2​). Es debido a estos niveles migratorios, que en 1996 el Congreso
estadounidense aprobaría la Ley de Reforma a la Inmigración Ilegal y Responsabilidad del
Inmigrante (IIRIRA), que nuevamente suponía el reforzamiento de la seguridad de la
frontera con México así como a su vez se “​castiga a los migrantes legales residentes, y no
sólo a los indocumentados, al no permitirles acceder a una serie de servicios y
prestaciones especialmente en el campo de la educación y la salud​” (​Massey et al. 2009, p.
5​).

De acuerdo a Massey (2009), a la “​era de la contradicción”​ le seguiría la “​era de la


marginalización”​ que surge a partir de los atentados del 11 de septiembre dentro de
Estados Unidos, atentados que supondrían una nueva serie de leyes antiterroristas, en las
que “otorgaron a las autoridades federales nuevos poderes para expulsar de manera
expedita a cualquier extranjero, legal o ilegal, que en alguna ocasión haya entrado sin
autorización y cometido un crimen, sin importar el tiempo en el que lo haya hecho”(​Massey
et al. 2009, p. 5​).

La Ley Patriota del 2001 estaba dirigida contra los terroristas, pero en la práctica
sería también aplicada en contra de los migrantes “la frontera y los migrantes mexicanos
fueron el chivo expiatorio” (​Massey et al. 2009, p. 5) ​para justificar el miedo e inseguridad
de la sociedad estadounidense. Este tipo de medidas pararían los intentos de México por
regularizar la migración, dicho plan consistía en cinco puntos fundamentales:

1) programa de trabajadores temporales con los mismos derechos que los


estadounidenses;
2) regularización de la situación migratoria de 3.5 millones de mexicanos;
3) programas de desarrollo regional en México;
4) fortalecimiento de programas de seguridad en la frontera, respetando los derechos
humanos; y,
5) revisión del programa de visas, con la creación de un programa específico para los
asociados del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)
(Tuirán, ​2008
http://www.utm.mx/edi_anteriores/temas58/T58_1E6Migracion_Mexico-EU.pdf​)
Esta llamada “Enchilada completa” quedó por completo de lado una vez pasados los
atentados, siendo la Seguridad Nacional la que suplantó cualquier otro tema en la política
exterior de Estados Unidos (​muro ine, de la parra.. p. 19​). El Programa Comunidades
Seguras nace en el 2008 como un instrumento para cumplir con la estrategia migratoria de
deportaciones que Bush buscaba implementar, dicho programa tendría como finalidad la
identificación de extranjeros que hubieran sido arrestados o detenidos para proceder, en
determinados casos, a su deportación (​Perelló, …., p.59)​, este programa sería ampliamente
promovido durante la administración de Obama, en la que “​se han alcanzado las cifras más
altas de deportados de la historia del país”​ (​Perelló, …., p.80​).

Evolución del discurso político

De acuerdo a la Convención Internacional para la Eliminación de todas las formas de


Discriminación Racial, también conocida como CERD, de las Naciones Unidas. En ella se
describe a la discriminación racial como “cualquier distinción, exclusión, restricción o
preferencia basada en raza, color, descendencia u origen nacional o étnica que tenga el
propósito o el efecto de anular o perjudicar el reconocimiento, gozo o ejercicio en pie de
igualdad de los derechos humanos y de las libertades fundamentales” (Segato, 2006, p. 2).

Para Segato (2006), el racismo es en cierta medida el resultado o la externalización de los


prejuicios raciales que pueda tener una persona o una sociedad, la cual es alimentada por a
diferencia existente entre lo “conocido” y lo “desconocido”, es decir “el prejuicio se nutre
de la constante otrificación del prójimo” (p. 2). Por otro lado la discriminación es la
externalización de los prejuicios, de manera en la que el trato que se le brinda a la
contraparte es negativamente diferenciado, “​lo que acaba por restringir su acceso al pleno
usufructo de recursos, servicios y derechos”​ (Segato, 2006, p.3). Y es muy interesante esta
definición que brinda Segato, ya que es de esta manera que se le puede dar un nombre y
apellido a las constantes medidas que se han tratado de aplicar dentro de Estados Unidos
para evitar que los inmigrantes, tanto documentados como indocumentados, sean excluidos
de los beneficios de vivir dentro de su sociedad, siendo la Propuesta 187 uno de los
ejemplos más claros.

El racismo es, de acuerdo a Segato (2006),

“una forma de violencia psicológica -y muchas veces física- en la que se inferioriza al


no-blanco por medio del tratamiento diferenciado -que puede consistir, simplemente, en
ignorar su presencia-, o el maltrato verbal o gestual, y de la violencia moral, cuando se
lanza sobre esa persona una sospecha a respecto de su moralidad, honradez o incapacidad”
(p.6).
Los latinos, en general pueden ser víctimas del racismo por el simple hecho de hablar su
idioma natal, de hecho existen diversas ocasiones en las que este tipo de actos suceden
como un video que se puede encontrar en YouTube titulado “Señora de USA insulta a
mexicana” del usuario Tamaulipas informa al mundo (2015), o la vez en la que un
empleado del Consulado General de México fue golpeado por hablar en español en San
Diego mientras se transportaba en un autobús (Repard & Figueroa, 2016). Pero, ¿todo el
racismo es igual? De acuerdo a Segato existen cuatro tipos de actitud racista:

1. Un racismo de convicción, axiológico: se expresa a través de un conjunto de valores y


creencias explícitas que atribuyen predicados negativos (o positivos) en función del color,
trazos físicos o grupo étnico al que la persona pertenece. Afirmar que la gente negra es mejor
dotada para los deportes o la música popular que para las actividades que necesitan de
pensamiento abstracto es un ejemplo de este tipo de racismo.
2. Un racismo político-partidario-programático que sirve de base para la formación de
agrupaciones políticas que votan mancomunadamente y abogan un antagonismo abierto
contra sectores de la población racialmente marcados, como el Ku-Klux-Klan.
3. Un racismo emotivo, que se expresan manifestando miedo, rencor o resentimiento con
relación a personas de otra raza o grupo étnico. Es el caso de aquéllos que se asustan al tener
que compartir un elevador a solas con una persona no-blanca, o sentir su presencia próxima
en la calle.
4. Un racismo “de costumbre”, automático o “acostumbrado”: irreflexivo, naturalizado,
culturalmente establecido y que no llega a ser reconocido o explicitado como atribución
explícita de valor diferenciado a personas de grupos raciales y étnicos. Se opone a los
racismos fundamentados en una conciencia discursiva. Este tipo de racismo hace parte del
universo de nuestras creencias más profundas y arraigadas.
(​Segato, 2006, p. 6​)
En el caso del mexicano se podría decir que dentro de Estados Unidos es fácil que sea
víctima de cualquiera de últimos tres tipos de racismo, aunque en realidad se necesita
profundizar un poco más en el estudio para determinar la validez de dicha hipótesis. En el
caso de este artículo se busca resaltar los eventos que han marcado el discurso político,
influenciado por circunstancias económicas y sociales en los que muchas veces el mexicano
termina sirviendo como el principal “target político” del miedo e inestabilidad social y/o
política.
Como se observó dentro del primer apartado de este ensayo, el perfil del mexicano
que vive dentro de Estados Unidos es de una persona económicamente activa, en su
mayoría del sexo masculino, con bajos niveles de educación que no le colocan en
desventaja dentro del mercado estadounidense, obteniendo trabajos de mano de obra barata
en su mayoría dentro de los servicios de alimentos, recreación y hospedaje; así como en las
industrias de la construcción y manufacturas; y en los servicios de administración y el
comercio ​(perfil del mexicano).

Este tipo de perfil ha fomentado que se creen estereotipos alrededor del mexicano que
no siempre resultan favorables para la población que vive dentro de Estados Unidos, dentro
de los medios de comunicación y en redes sociales se puede observar este tipo de
comportamientos que determinan la manera en la que la sociedad contempla a los
migrantes dentro de su país y que pueden terminar llevando a conductas abiertamente
racistas. En el video Media Representation of Latinos
(​https://www.youtube.com/watch?v=0A21X7qhSUE​) se manifiesta la inconformidad de la
comunidad latina dentro de Estados Unidos ante la manera en la que son representados
dentro de la industria del entretenimiento. E incluso, en cierto momento se pregunta “​What
does the media teach Latinos about themselves?”​ y esa es una pregunta en la que vale la
pena estudiar un poco, ya que los estereotipos en cierta manera determinan la manera en la
que la sociedad ve y trata a determinados grupos sociales; entre las cosas que se destacan
sobre los latinos en series, películas y otros medios de entretenimiento, los latinos
-incluidos los mexicanos, los cuales representan aproximadamente más de la mitad de la
población de dicho segmento
(​http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/03/160304_internacional_elecciones_eeuu_201
6_cifras_latinos_lf ​)- generalmente se presentan con trabajos de servidumbre o del campo y
cuando no es así puede que sean representados como delincuentes, las mujeres son
representadas como ignorantes o sobre-sexualizadas, pocas veces los representan sin un
acento marcado o hablando un inglés fluido, entre otras caracteristicas que no terminan de
representar de manera homogenea a la población hispana o latina y por tanto, tampoco a la
mexicana. Todo esto fomenta el racismo emotivo y el racismo de costumbre al encasillar a
los latinos como delincuentes la sociedad comienza a sentir temor ante la presencia de los
mexicanos en la calle, o que se les ignore o se les quiera hablar de cierta manera
condescendiente suponiendo que no hablan o no entienden bien el inglés, la representación
de los mexicanos como servidumbre o como trabajadores de campo influye en que estos
sean tratados como personas o ciudadanos de segunda categoría en la que no merecen que
se les hable. Sobre el racismo de costumbre existe otro video interesante de
BuzzfeedYellow (2014) titulado “If Latinos Said The Stuff White People Say” y en ella se
notan los comentarios que muchas veces revelan el desconocimiento de la sociedad latina
influido por los estereotipos mencionados anteriormente y las actitudes que denotan
condescendencia y que, a pesar de no ser hechos de manera malintencionada, terminan
siendo otra manera de racismo.

A pesar de todo, Segato (2006) infiere que el racismo “​es siempre un producto de la
historia, es decir, de relaciones que se dieron, históricamente, entre pueblos, con sus
respectivas marcas raciales​” (p.7). A esto, añade que la racialización tiene dos aspectos
que es importante reconocer para comprender y superar esta problemática: la marca racial
que cargan las sociedades nacionales latinoamericanas que son vistas como sociedades
no-blancas, a su vez, el racismo que nace dentro de su misma sociedad. En relación a esto,
Stephen Lynn (2011), menciona que México tiene una “​condición históricamente
subordinada a los EE. UU.”​ (p.17), esto en parte debido a que la dinámica de la relación
entre ambos estados estuvo marcada por el resultado de la guerra que se tuvo gracias a las
intenciones expansionistas de Estados Unidos, suponiendo el apoyo “​a ideologías de
‘superioridad anglosajona como el Destino Manifiesto”​ (Alonso, 2008: 232).

La pérdida de territorio mexicano, supuso que los mexicanos que vivían en ese
territorio súbitamente cambiaban de leyes, en las que la exclusión racial estaba respaldada,
y bajo las cuales los mexicanos se veían limitados en sus capacidades ciudadanas, como su
derecho a votar o recibir terreno, debido a que parecían “indios” (Menchaca, 2001). Es por
ello que hoy en día existen construcciones sociales que jerarquizan a la sociedad
dependiendo de los orígenes étnicos que tienen sus ciudadanos (Lynn, 2011, p. 31).
De acuerdo a Stephen Lynn (2011), la narrativa en la que se vinculaba a los
mexicanos con la ilegalidad y con una apariencia física característica como “café”/
“marrón” se iniciaría aproximadamente en la década de 1920 dentro de la frontera sur
gracias al endurecimiento de la misma que se traduciría en la división de la corriente
migratoria en “legal” e “ilegal”.

La narrativa en relación a los migrantes iría evolucionando a lo largo de los años, en


los cuales los migrantes empezaron a ser vistos como personas que en cierta manera
usurpaban los puestos que podrían ocupar los ciudadanos estadounidenses, así como
gastaban los servicios públicos destinados para los mismos. La frontera comienza a ser
vista como un campo de batalla, en el que los estadounidenses defendían su patria y todo lo
que esta representaba para sus ciudadanos, por ejemplo trabajos y dinero público, ya que la
llegada incontrolable de inmigrantes suponía una “‘bomba de tiempo’ que puede ‘explotar’
en cualquier momento y que puede destruir la sociedad ‘americana’” (Massey et al., 2009,
p. 6). De acuerdo a Rosaldo (1997), la propuesta 187 apelaba principalmente al miedo a lo
ajeno, movilizando el terror y la violencia racial (​p. 13,
http://www.jstor.org/stable/4530923?seq=5#page_scan_tab_contents)

Así que lo que se puede rescatar en cierta manera es que la aceptación que pueda
tener el tema migratorio -y por tanto los inmigrantes- en Estados Unidos, depende en gran
medida de la situación económica interna, en la que el rencor ante la mano barata y los
recursos que los ciudadanos estadounidenses sienten perder en relación a los migrantes
puede cobrar sentido si la economía se encuentra en crisis y se necesita un enemigo en el
cual enfocar la culpa. En relación a esto, Lynn menciona que si la economía estadounidense
requiere de mano de obra, la frontera -metafóricamente hablando- se abre, mientras que si
la economía está en crisis y la política nacional no puede resolverlo de manera inmediata,
generalmente se utiliza a los inmigrantes como chivo expiatorio, siendo estos los
responsables de los problemas del país (Lynn, 2011 p. 17).

Como se mencionó anteriormente, en cierta manera México ha consentido que se


mantenga este discurso en contra del mexicano, aceptando tácitamente la superioridad
estadounidense y por tanto la del hombre blanco, en relación a esto Lynn (2011) menciona
que “​La narrativa racial del ‘mexicano ilegal’ fue escrita en ambos lados de la frontera y
se extendió desde allí al resto del país”​ (p. 19)

A parte de esto, los programas realizados en Estados Unidos en la década de los


noventas “ayudaron a cimentar en narrativas políticas regionales la racialización de
personas de origen mexicanos como ‘ilegales’” (Lynn, 2011, p. 22), haciendo de ésta
última palabra una especie de sinónimo a la nacionalidad mexicana y de cualquier persona
que “parezca” mexicana.

Rosaldo (1997), refiriendose en especial a la Propuesta 187 describe la manera en la


que los inmigrantes desarrollan el sentimiento de vulnerabilidad debido a la inseguridad
que les causa pasar por el centro de la ciudad, lugar en el que corren riesgo por no ser
aceptados por la sociedad debido a que son vistos como intrusos ​(p. 13:
http://www.jstor.org/stable/4530923?seq=5#page_scan_tab_contents​)

Lynn (2011) defiende que en la actualidad la “colonialidad” persiste en las relaciones


entre México con Estados Unidos, a esto lo denomina “jerarquías contemporáneas raciales”
a las cuales considera como producto de la política imperialista que ha caracterizado a
Estados Unidos por gran parte de su historia como nación, la cual se basa en su discurso de
superioridad anglosajona por medio de documentos como el “Destino Manifiesto”. Esta
ideología nacionalista en la que Estados Unidos en cierta manera es el pueblo iluminado
que lleva su luz a los pueblos más atrasados como “ los indígenas norteamericanos, los
mexicanos, los filipinos, los puertorriqueños y demás” (p.30).

En la actualidad, se puede observar que en cierta manera el discurso de superioridad


se ha visto disminuido, pero hechos como la evidente desigualdad en las condiciones de
vida entre ambos países ha mantenido la jerarquía contemporánea racial de la que habla
Lynn y que ha sido buscada mantener por medio de las continuas propuestas de cierre a las
fronteras por medio de muros que mantengan la prosperidad de un lado solamente.

Tony Payan (2006) menciona como Estados Unidos fusionó tres “guerras” diferentes
–la guerra contra las drogas, la guerra de aplicación de las leyes de inmigración y la guerra
contra el terror– en una, convirtiéndose de esta manera el discurso para cada una de estas
guerras en uno solo, ligándose a los migrantes mexicanos en los representantes de las crisis
económicas, de la porosidad de sus fronteras y por tanto de su inseguridad nacional ante el
terrorismo, de las drogas que afectan a su población, entre otros males; todo este discurso
ha servido para justificar la militarización de la frontera, Payan (2006) lo expresa de la
siguiente manera: “​se han integrado con la política de inmigración más grande de los EE.
UU. de construir un muro de exclusión y crear una frontera borrosa​”.

Conclusión

PUNTOS A RESALTAR: No importa si hay muro o no, igual lo cruzan/ Sí hay racismo y
menosprecio por los hispanos/ Trump es un fenómeno que demuestra la opinión política
de un gran sector de la población estadounidense, que no brilla por su inteligencia./
México es un socio estratégico que EUA no ha sabido apreciar/ México debe de buscar
nuevos mercados porque la dependencia hacia un solo mercado es peligrosa. Tomar
ligeramente en cuenta la culpa que tiene México y cómo éste tampoco se queda atrás en
la discriminación hacia los migrantes centroamericanos. Los muros físicos, no impiden
que la gente migre: hay muros más importantes que sortear (sociales) la economía y el
desarrollo de México es la mejor solución para reducir la migración de los mexicanos.

“Poner las tierras fronterizas al centro nos da una óptica importante para comprender la
historia transnacional y de integración a largo plazo de las dos naciones que hoy en día son
México y EE. UU.” (Lynn, 2011,p.16)

“En esta discusión, he buscado específicamente desarmar la homogeneidad del


nacionalismo como previsto en las fronteras y enfatizar la importancia de las historias
regionales de colonialismo y las jerarquías raciales, étnicas y de género, unidas a esta
historia.” (Lynn, 2011, p. 34) -> ​existencia de esos elementos en la relación migratoria de
ambos países.

“Necesitamos un enfoque realista y completo, que debe incluir como mínimo: un camino a
la ciudadanía, de reunificación familiar, una avenida segura, legal y ordenada para que
entren y salgan de los EE. UU. los trabajadores migrantes, derechos laborales para todos los
trabajadores y políticas de seguridad fronteriza que en realidad protegen la nación de
aquellos que efectivamente sean una amenaza (no los inmigrantes que quieren trabajar),
resguardando a la vez los derechos humanos de todos los individuos. Tal política sugiere ir
más allá del uso de la frontera y del muro fronterizo como armas ideológicas. En su lugar,
podemos aceptar la realidad de zonas fronterizas amplias y garantizar que todas las
personas dentro de ellas sean respetadas e incluidas.” (Lynn, 2011, p. 34)

“El otro elemento de la tormenta perfecta fue la tragedia del 11 de septiembre del 2001, que
desató realmente un proceso cultural involutivo en los Estados Unidos: el miedo al otro, el
temor a lo que Ortega y Gasset llamaba “la otredad”, el miedo a otras culturas, a lo foráneo,
a lo ajeno, a lo extranjero, y el terror, en muchos casos irracional, a lo que algunos perciben
como la invasión hispana, la invasión de personas que llegan del sur. En ese contexto —el
de un México empobrecido y el de una sociedad en los Estados Unidos cada vez más
paranoicamente temerosa de otras culturas y otras naciones— creo que es necesario
entender el proyecto del muro fronterizo” ( muro ine: Ezcurra, 2007, p. 52)

“El gobierno de Estados Unidos ya sea con los demócratas o los republicanos al frente del
mismo, continuará fortificando su frontera sur. Las presiones políticas internas harán
intensificar el trato disuasivo fronterizo. Se erigirán nuevos obstáculos, para que los
indocumentados no consigan trabajo, como un registro nacional computarizado de todas las
personas a quienes esté autorizado trabajar en el país. Pero ninguna de estas medidas
impedirá que cantidades significativas de migrantes mexicanos con fuertes motivaciones
económicas, intenten ingresar repetidamente a Estados Unidos, hasta lograrlo” (Cornelius,
1994, p. 5). Esto mientras sea económicamente conveniente para los migrantes

Fuentes:

De Artículos y Libros
● The Hufftington Post. (14 de January de 2013). U.S. Depends on Mexico for
Export.Obtenido de
http://www.huffingtonpost.com/2013/01/14/us-depends-on-mexico-for-_n_2471961
.html
● Douglass, M., Karen, P., & Jorge, D. (2009). Nuevos escenarios de la migración
México-Estados Unidos. Las consecuencias de la guerra antiinmigrante. ​Papeles Poblac,​
101-128.
● Tribuna, L. (2016). México y EEUU violan los derechos humanos de los
inmigrantes, según la CIDH. La Tribuna.Tribuna, L. (2016). México y EEUU
violan los derechos humanos de los inmigrantes, según la CIDH. ​La Tribuna​.
● HG.org Legal Resources. (2016). ​Immigration Law.​ Obtenido de
https://www.hg.org/immigration-law.html
● Schiavon, J., & Jorge, D. (2014). Perspectivas migratorias: Un análisis
interdisciplinario de la migración internacional. Ciudad de México: CIDE.
● Lynn, Stephen. (2011). Murallas y fronteras: El desplazamiento de la relación entre
Estados Unidos-México y las comunidades trans-fronterizas. ​Antropología Social
No. 33,​ 7-38.

https://www.youtube.com/watch?v=YQNuAJ18FZo (video sobre por qué ganó trump, y el


por qué el muro le gusta tanto a la gente)

https://www.youtube.com/watch?v=arNAAqc1LB8​ (trump no cree en el cambio climático)

https://www.youtube.com/watch?v=RX_ggbgUlfg (trump, declaraciones de deportacion de


aprox. 3 millones y el muro)

https://www.youtube.com/watch?v=83w7IQguVJE​ (Protestas anti-trump)


https://www.youtube.com/watch?v=C2JGIXsBdWU (Espaldas dobladas, mojadas?
trabajadores mexicanos en el campo, mexicanos les roban los trabajos?)

https://www.youtube.com/watch?v=SC8p9jFjJIk (Ya son más los mexicanos que regresan


de EUA)

https://www.youtube.com/watch?v=X2rKv-IDhJ8​ (Mujer racista dice a otra que hable en


inglés en EUA)

Tweets:

https://twitter.com/realDonaldTrump/status/716019755682045952​ (muro)

https://twitter.com/realDonaldTrump/status/615866741994954752​ (mexicanos)

Tuirán, R. (2006). “México y el debate migratorio en Estados Unidos”, Foreign Affairs en


español, octubre-diciembre 2006.

http://www.sandiegouniontribune.com/sdut-mexican-consul-hate-crime-2016may20-story.h
tml

Alonso, Ana. 2008. “Borders, Sovereignty, and Racialization”. En: D. Poole (ed.) A
Companion to Latin American Anthropology. Malden: Blackwell Publishing Ltd. pp.
230-254.

PAYAN, Tony. 2006. The Three U.S.-Mexico Border Wars: Drugs, Immigration, and Ho-

meland Security. Westport: Praeger Security International.

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