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BENEFICIOS PENITENCIARIOS

LA SEMILIBERTAD

INTRODUCCIÓN:

Nuestro ordenamiento normativo regula la ejecución de las penas y el


tratamiento legal de las personas internas en los establecimientos
penitenciarios a través del Código de Ejecución Penal, aprobado por Decreto
Legislativo Nº 654, así como por su Reglamento publicado mediante Decreto
Supremo Nº 015- 2003-JUS cuerpos normativos que definen a los beneficios
penitenciarios como estímulos que forma parte del progresivo y responden a
las exigencias de individualización de la pena, considerando para ello la
concurrencia de factores positivos en la evolución del interno, que resulten
coadyuvantes a su reeducación y reinserción social.
Si bien podemos sostener que la fundamentación jurídica de los beneficios
penitenciarios se hallan en los principios de reeducación, rehabilitación y
resocialización del interno, debe tenerse presente que su otorgamiento
requiere el análisis razonado de los factores que la motivan, así como la
acreditación de la concurrencia de diversos criterios como la buena conducta, el
trabajo y en general, la evolución positiva del interno en el proceso de
reinserción, ello a fin de evitar que la evolución positiva del interno en el
proceso de reinserción, ello a fin de evitar que el beneficio se convierta en una
herramienta de vulneración de la ley.
En el transcurso de la investigación señalaremos sintéticamente los
cuestionamientos a la reincidencia y habitualidad, como factores que inciden en
la gravedad de las penas, como también para restringir los beneficios
penitenciarios.

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Expresaremos brevemente las diversas posturas del Tribunal Constitucional,
sobre la reincidencia, temporalidad de las leyes penitenciarias, la seguridad
ciudadana, la peligrosidad del delincuente, entre otros temas de controversia.
Expondremos asimismo algunas observaciones sobre las normas penitenciarias
y plantearemos algunas sugerencias orientadas a mejorar su aplicación en
concordancia con los principios constitucionales.
Si bien quedaran pendientes muchos, puntos, y de seguro habrán posiciones
discrepantes con la nuestra, esperamos contribuir con algunos criterios que
resulten de utilidad para mejorar nuestro sistema penitenciario.

I.- CONCEPTO:
La Semilibertad es un mecanismo penitenciario que forma parte del
tratamiento de rehabilitación por el cual se permite al interno egresar del
establecimiento penitenciario para insertarse progresivamente en el seno de la
sociedad, cumpliendo tan solo la tercera parte de la condena.

Existen sin embargo, restricciones en determinados delitos, en los que se exige


un tiempo mayor de reclusión e incluso se ha prohibido su concesión en
algunos de ellos, pero por lo general el tiempo requerido para solicitar este
beneficio es de una tercera parte de pena impuesta.

Cabría indicar que hoy en día no existe prácticamente diferencia entre la


“semilibertad” y “libertad condicional” ya que ambas difieren solo en tiempo de
reclusión, (en la semilibertad se exige una tercera parte y en la liberación
condicional la mitad de la pena), su condiciones y otros requisitos parecen ser
los mismo; sin embargo, cada uno de ellos responde a diferentes
concepciones, propias a su etapa del tratamiento. Diversos factores de
carácter fundamentalmente económico han incidido para que hoy en día se
confundan ambas libertades.

Resulta indispensable hacer una referencia de épocas anteriores para entender


porque subsisten estas dos instituciones, puesto que a primera vista carecería
de sentido que un interno tenga que esperar que transcurra la mitad de su
pena, para ampararse en la libertad condicional, cuando con una tercera parte
podría salir igualmente del penal con la semilibertad, lo que en sí resultaría un
absurdo.

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La semilibertad, en el código anterior presentaba una marcada diferencia con la
liberación condicional, porque como su mismo nombre lo indica, era una
libertad a medias”, el interno egresaba del penal en las horas del día y debía
volver en horas de la noche para pernoctar en el centro de reclusión. Su razón
se debía a que en esta etapa de tratamiento se le permitía laborar fuera del
penal, pero debía retornar todos los días.
En otras palabras, la semilibertad procedía única y exclusivamente para
trabajar o estudiar fuera del penal. El requisito básico para acceder a éste
beneficio era entonces el “contrato de trabajo” o la matrícula para cursar
estudios, solo con éstos documentos se podía acceder a ésta etapa del
tratamiento.
La libertad condicional en cambio no requería de éste instrumento, y significaba
gozar de una libertad muy similar al de cualquier individuo libre, con las únicas
restricciones de informar periódicamente sus actividades, de allí que para la
liberación condicional se exigía un tiempo mayor (la mitad de la pena
cumplida). Vale decir, estar más próximo de obtener su libertad definitiva.
Dentro de ésta política penitenciaria, que propiciaba la resocialización del
condenado, el Estado inauguró locales exclusivos para los internos que
obtenían el beneficio de la semilibertad, en éstos lugares los internos debían
ingresar todas las noches luego de haber cumplido su jornada de trabajo en el
exterior, de tal modo que no era indispensable que regresaran al mismo
establecimiento penal a pernoctar todos los días. A éstos lugares específicos
que estaban a cargo del INPE se le denominó “casa de semilibertad”.
Para los casos en los que el interno obtenía un trabajo en horas de la noche,
entonces, debía previamente acreditar ésta modalidad y así obtener una
autorización especial para realizar las jornadas de trabajo en horario nocturno
y, consecuentemente, debía permanecer en las casas de semilibertad en horas
de la mañana. En otras palabras “el interno gozaba de libertad solo en las
horas de trabajo”.
Con el trascurrir del tiempo éstos lugares fueron desapareciendo por problemas
de financiamiento, ya que estas casas de semilibertad, eran locales alquilados
por el Ministerio de Justicia y significaban un presupuesto muy importante para
dicho sector.
Por otro lado, surgieron ciertos cuestionamientos al “contrato de trabajo” el
cuál se constituía como principal requisito para la semilibertad. Se aducía que
muy pocos internos podían obtenerla, y que en medio de una crisis económica,
donde el trabajo escaseaba aún para el resto de personas, a un presidiario con
antecedentes le resultaba imposible.

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En medio de éstas controversias, proliferaron las “simulaciones”, en las que
algunos empleadores otorgaban compromisos de trabajo aparentes. Hubo
casos en que los mismos abogados daban ofrecimiento de empleo a favor de
sus patrocinados para que éstos laboren en sus estudios jurídicos como
colaboradores, tramitadores, mensajeros, etc., es decir comenzaron a
presentarse actos irregulares, todo con la finalidad de salvar este obstáculo que
significaba el contrato de trabajo.
A esta situación se sumaba el poco personal penitenciario encargado de vigilar
y supervisar el cumplimiento de los trabajos, los asistentes sociales que
llevaban a cabo esta función no se daban abasto para visitar todos los centros
de trabajo de los internos que gozaban de este beneficio y por lo tanto no se
hacía el debido control, las visitas se redujeron a simples constataciones
esporádicas, de tal manera que las ocupaciones realmente no se realizaban.
Se detectaron muchos casos en que los favorecidos con estas libertades no
trabajaban en realidad.
Ante esta coyuntura de la falta de presupuesto para contratar a más personal
para vigilar adecuadamente el trabajo de los internos en el exterior, la falta de
financiamiento para costear los alquileres de las casas de semilibertad, las
irregularidades que presentaban estos contratos (que muchas veces eran
aparentes) y a su vez la sobrepoblación de los penales, se optó por prescindir
del contrato de trabajo como requisito para la obtención de la semilibertad. Sin
embargo, se mantuvo las visitas periódicas a los lugares donde el interno
indicaba que iba a laborar, pero dado que el desempleo era una realidad
innegable, se dispuso que en los casos en que no se podía acreditar la actividad
laboral, entonces bastara con que el interno prometiera que realizaría acciones
para dicho propósito. Se cambió entonces el contrato de trabajo por un
“compromiso de trabajo”.
Esto lo podemos ver en el art. 183 del Reglamento del Código de Ejecución
Penal, donde hoy en día solo se demanda que presente una declaración jurada
expresando que desea egresar del penal para preocuparse de una ocupación, y
en caso de que no lo consiguiera, bastará con que exprese que sigue
realizando los esfuerzos para obtenerlo.
Dicha norma señala claramente que “el interno dentro de los treinta días de
haber obtenido el beneficio, puede indicar que sigue realizando los esfuerzos
pendientes a obtener el trabajo”, y con estas declaraciones justifica la
semilibertad.
Se puede decir que actualmente las únicas diferencias entre la semilibertad y
liberación condicional vienen dadas en que en la semilibertad el solicitante
presenta una declaración jurada, en la que señala que solicita el beneficio para

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trabajar o estudiar y que promete pernoctar en su domicilio y someterse al
control que realice el INPE.

En este tiempo, consecuentemente no existen marcadas diferencias en estas


formas de libertades, porque se ha desnaturalizado la finalidad de la
semilibertad y ha dejado de ser una etapa intermedia de la reinserción del
inculpado a la sociedad para convertirse prácticamente en la última etapa del
tratamiento.

II.- REQUISITOS DE LA SEMILIBERTAD:


El art. 49° del Código de Ejecución Penal, establece los requisitos que se deben
cumplir para ello, como son:
1. Copia certificada de la sentencia.
2. Certificado de conducta.
3. Certificado de no tener proceso pendiente con mandato de detención.
4. Certificado de cómputo laboral o estudio si lo hubiere.
5. Informe sobre el grado de readaptación del interno, de acuerdo con la
evaluación del consejo técnico penitenciario.
6. Certificado policial que acredite domicilio o lugar de alojamiento.
7. Acreditar el cumplimiento de la tercera parte de la pena.

Adicionalmente a estos requisitos, el interno deberá cumplir con lo siguiente:


1. Presentar una declaración jurada en la que afirme que solicita una
libertad con la finalidad de realizar una actividad laboral o educativa.
2. En los caso de obtener la semilibertad, deberá acreditar la actividad
laboral o demostrar que efectuó acciones con ese propósito.
3. En algunos delitos deberá cumplir con el pago íntegro de la reparación
civil fijado en la sentencia, así como la multa, en todo caso presentar
una fianza.
Sobre el primer requisito debe señalarse que la copia de la sentencia, que
presenta el interno debe encontrarse necesariamente “firme”, es decir
consentida o ejecutoriada, y además debe estar debidamente certificada.
En cuanto al certificado de conducta, ésta es emitida por el instituto nacional
penitenciario, en la que se hace constar que el recluso no presenta sanciones
disciplinarias. Este documento en realidad, no informa sobre el
comportamiento que ha mantenido el interno, sino tan solo se limita a certificar
la usencia de sanciones.

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En lo referente al tercer requisito debe precisarse que el hecho de tener un
proceso pendiente, no constituye siempre un obstáculo para obtener la
semilibertad, salvo los casos en los que además exista mandato de detención.

En cuanto al certificado de estudio o de trabajo, debe enfatizarse que conforme


a la norma no son obligatorios pero acreditan la redención de la pena que haya
hecho el sentenciado por estas actividades, para efectos de ser acumulados al
tiempo de reclusión. Estas redenciones (trabajo o estudio) no se hacen valer
simultáneamente, sino en forma alternativa, no son acumulables.
En cuanto a los informes sobre su grado de readaptación, estos los proporciona
el psicólogo y los informes jurídicos y de asistencia social. En los supuestos de
un informe desfavorable del consejo técnico, ello no impedirá la tramitación del
cuaderno de semilibertad, que en todos los casos debe remitirse al órgano
jurisdiccional para su pronunciamiento definitivo.
Tal como lo prescribe el art. 48 del Código de ejecución Penal, estos
documentos se presentan cuando el interno, salvo algunas excepciones, haya
cumplido con la tercera parte de la condena que le fue impuesta.

III.- CÓMPUTO DEL TIEMPO DE RECLUSION EN LA SEMILIBERTAD:


Aunque puede resultar ocioso remitirnos a algunos ejemplos, nos remitimos a
algunos de ellos con el fin de despejar cualquier duda que pudiera darse sobre
el tiempo de reclusión sobre todo si tenemos en cuenta que el abogado debe
manejar una operación rápida sobre el cálculo de estos porcentajes. Sabemos
que para algunos les resulta innecesario optar por estas operaciones, pero no
por ello dejamos de exponerlas como regla básica de cálculo.

Así, a modo de ejemplo:


En el supuesto de una pena de 12 años.
En este caso la tercera parte resultaría 4 años.
12 / 3 = 4
Siguiendo el ejemplo, si la condena es de 6 años, el tercio será 2 años. Se la
sentencia es 9 años, el tercio será 3 años.
Como se ve es una simple operación, porque las cantidades son divisibles entre
3, lo que no sucede con cantidades que no lo son, por ejemplo 7, 11, 13, 17
años de condena, al dividirlos entre 3 no obtenemos un cantidad exacta, es por

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ello que se cambia los años por meses vale decir que si son 7 años, serán
entonces resultará 84 meses dividido entre 3 resulta 28 meses
7 x 12 = 84 / 3 = 28 meses.
Luego 28 / 12 = 2.3333 = Equivale a 2 años y 4 meses.
Así se obtiene la semilibertad a los 2 años y 4 meses.
En estos casos nos referimos a tiempo de internamiento.
Considerando el tiempo que el interno pudo redimir con el trabajo o por el
estudio, porque en estos casos el tiempo resultante es distinto dado que debe
sumarse esa redención.
En estos casos, al referirnos sobre el trabajo en cárcel, por cada dos días de
labor o de estudio se otorga ala interno un día más a modo de bonificación , en
buen término el tiempo que se gratifica viene a ser “un mitad del total del
tiempo trabajado” .
Ejemplo: un interno ha registrado un promedio de 300 días de trabajo o
estudio entonces se toma la mitad de esa cantidad.
Entonces: 300 / 2 = 150, luego dividimos entre 30 días del mes: 150 / 30
= 5 meses.
Luego, si eran 7 años de condena el interno debería completar 28 meses de
reclusión, pero hay que descontar los 5 meses de beneficio por trabajo.
28 meses – 5 meses = 23 meses = 1 año y 11 meses.
Es el tiempo que deberá cumplir el interno en el ejemplo de 7 años de condena
y sumando los días de redención de la pena por el trabajo.
En conclusión se solicitará la semilibertad cuando el interno cumpla 1 año y 11
meses.
Ahora bien, como se sabe a todo beneficiario de una semilibertad le queda un
resto de la pena que debe cumplir en esa condición, pero el interno que se
encuentra gozando de la semilibertad no pierde el beneficio de la redención de
la pena por el trabajo, de tal forma que si acredita estar trabajando se le sigue
redimiendo la pena. El art. 182 del Reglamente del Cód. Ejecución Penal es
claro en ello, pues lo condiciona a un previo informe de su centro de labor o
estudio y bajo la supervisión de la autoridad penitenciaria.
En el ejemplo de los 7 años de condena un interno que cumplió 2 años y 4
meses , así le vasta cumplir en semilibertad 4 años y ocho meses, pero si
trabaja más de 720 días mientras su semilibertad, se le descontara el
resultante, equivale a 360 redimidos (1 año).

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Entonces con ese descuento el tiempo sería menor y solo le faltaría cumplir 3
años y 8 meses para solicitar su libertad definitiva por cumplimiento de pena.
Ahora bien algunos podrían decir que el dos por uno conlleva indefectiblemente
a sumar siempre una mitad a la del tiempo efectivo de reclusión, y así afirmar
que, por ejemplo, que cada dos años que transcurre el interno acumula en
total tres años y si transcurre cuatro años entonces haría un total de seis años
y así sucesivamente, lo que en la práctica equivaldría simplemente a agregar
una mitad del tiempo de reclusión. Sim embargo esto no es del todo exacto,
porque como ya lo hemos expresado el interno no labora ni estudia todos los
días del año. Por lo general se registra 22 días por mes ya que no se incluyen
sábados, domingos ni feriados, con el agregado además, de que en la
redención por el trabajo no se produce inmediatamente que el interno ingresa
al penal, sino desde el momento que aparece registrado en la oficina de
trabajo.
No obstante, es importante manejar estas reglas de aproximación, porque el
sentenciado requiere de una inmediata información cuando recibe la condena y
desea saber en el acto el tiempo que permanecerá recluido hasta solicitar su
semilibertad. Los abogados deben manejar estos simples cálculos para darle
una respuesta oportuna e inmediata a su patrocinado.
Respecto al beneficio penitenciario de semilibertad, ella es solicitada
para que el interno egrese del Establecimiento Penitenciario con fines
de estudio o trabajo como medio de rehabilitación, resocialización y
posteriormente; en la noche retorne al establecimiento penitenciario
o una casa de semilibertad, ello sujeto a control de la entidad
penitenciaria y del representante del Ministerio Publico. Los orígenes
del beneficio penitenciario de Semilibertad, provienen de diversas
normas legales como la (09) Ley Nº. 10129 de 1945, que aludía a la
libertad progresiva y del Decreto Ley Nº. 17581. (Normas que se
encuentran derogadas a la presente fecha).
Hacemos referencia que en la actualidad, el Beneficio Penitenciario de
Semilibertad se encuentra regulado en los (10) Artículos 48º. Al 52º.
Del Código de Ejecución Penal.
.
(09) Ley Nº. 10129 de 1945
(10) Código de Ejecución Penal. Decreto Legislativo Nº 654 del 02 de
Agosto de 1991.Capitulo IV. Beneficios Penitenciarios. Sección III.
Semilibertad. Jurista Editores 2008 - Lima.
Y en los (11) Artículos 183º. Y 184º. Del Reglamento del Código de
Ejecución Penal.

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Respecto al beneficio penitenciario de semilibertad, el Tribunal
Constitucional se ha pronunciado en una variedad de
sentencias (12) EXP. N°. 1161-2006-PHC/TC. "El beneficio
penitenciario de semilibertad, el cual permite al penado egresar del
establecimiento penitenciario antes de haber cumplido la totalidad de
la pena privativa de libertad impuesta, se concede atendiendo al
cumplimiento de los requisitos legales exigidos y a la evaluación
previa que realice el juez respecto al interno, estimación que
eventualmente le permita suponer que la pena ha cumplido su efecto
resocializador dando muestras razonables de la rehabilitación del
penado y por tanto, que le corresponda su reincorporación a la
sociedad."
De la misma forma, en referencia al beneficio penitenciario de
semilibertad, el Tribunal Constitucional se ha manifestado en
la (13) sentencia. Nº 6194-2007-PHC/TC. "…. De este modo tienen
cobertura dentro de nuestro ordenamiento de beneficios
penitenciarios tales como el de semilibertad, el cual permite al
penado egresar del establecimiento penitenciario antes de haber
cumplido la totalidad de la pena privativa de libertad impuesta, en
caso de que la pena haya cumplido su efecto resocializador.
En atención a ello, el artículo 50º. del Código de Ejecución Penal,
precisa que "El beneficio será concedido en los casos en que la
naturaleza del delito cometido, la personalidad del agente y su
conducta dentro del establecimiento, permitan suponer que no
cometerá nuevo delito. De producirse este hecho, el mismo cuerpo
normativo ha establecido en su artículo 52°. Que "La semilibertad se
revoca si el beneficiado comete un nuevo delito doloso o incumple las
reglas de conducta establecidas en el artículo 58°. Del Código Penal,
en cuanto sean aplicables".

IV.- MODALIDADES DE APLICACIÓN DEL BENEFICIO


PENTIENCIARIO DE SEMILIBERTAD.

1) SEMILIBERTAD ORDINARIA
El interno que desee acogerse a este beneficio penitenciario, tiene
que haber cumplido el tercio de la pena (1/3) de reclusión efectiva
exigido por ley, entre los delitos a los que les corresponde la
semilibertad ordinaria. Tenemos:

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Delitos de Peligro Común.- Articulo Nº 279 (Tenencia Ilegal
de Armas).

______________________________________________________
(11) Reglamento del Código de Ejecución Penal.- Decreto Supremo
Nº 015-2003-JUS del 11 de Septiembre de 2003. Título VII Beneficios
Penitenciarios. Capítulo I Disposiciones Generales. Jurista Editores
2008 -Lima.
(12) Sentencia del Tribunal Constitucional Peruano. Expediente. N.°
1161-2006-PHC/TC del 22 de febrero de 2006, La Sala Segunda del
Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados Gonzales
Ojeda, Bardelli Lartirigoyen y Vergara Gotelli, pronuncia la siguiente
sentencia. Asunto. Recurso de Agravio Constitucional interpuesto por
don Alberto Núñez Herrera contra la sentencia de la Primera Sala
Especializada en lo Penal para Procesos con Reos en Cárcel, de fojas
201, su fecha 13 de septiembre de 2005, que declara infundada
la demanda de autos.
(13) Sentencia del Tribunal Constitucional. Expediente 6194-2007-
PHC/TC En Lima, a los 21 días del mes de diciembre de 2007, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Mesía Ramírez, Vergara Gotelli y Álvarez Miranda, pronuncia la
siguiente sentencia. Asunto: Recurso de agravio constitucional
interpuesto por don Waldo Alfonso León Cabanillas a favor de don
Absalón Bustamante Vargas contra la resolución de la Primera Sala
Especializada en lo Penal de la Corte Superior de Justicia de
Cajamarca, de fojas 202, su fecha 22 de octubre de 2007, que
declara infundada la demanda de autos
 Delitos Contra el Patrimonio.- Artículo 85° (Hurto
Simple), Articulo 186° (Hurto Agravado), Artículo
188° (Robo), Artículo 189° (Robo Agravado), Artículo Nº
194 (Receptación), Artículo 196° (Estafa), etc.
 Delitos Contra la Vida el Cuerpo y la Salud.- Artículo 106°
(homicidio simple), Art. 107° (Parricidio), Art. 108° (Homicidio
calificado).
 Delitos Contra la Salud Pública.- Artículo 296° (Promoción o
favorecimiento al TID), Artículo 298° (Micro comercialización o micro
producción de Drogas), Artículo 300° (Prescripción Indebida de
medicamentos que contenga drogas toxico, estupefaciente o
psicotrópica).

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2) SEMILIBERTAD EXTRAORDINARIA
El interno que desee acogerse a este beneficio penitenciario, tiene
que haber cumplido las dos terceras partes (2/3) de la pena efectiva
exigido por ley, entre los delitos a los que les corresponde. Tenemos:
Delitos Contra la Administración Pública:

A) Concusión en todas sus modalidades: Articulo 2° literal a) Ley


27770.
Artículo 382° (Concusión), Artículo 383° (Cobro Indebido, Artículo
386° (responsabilidad de peritos, árbitros y contadores particulares).

B) Peculado en todas sus modalidades, excepto en la forma culposa:


Articulo 2°, literal b) Ley Nº 27770. Artículo 387 (Peculado), Artículo
388° (Peculado de uso), Articulo 389° (Malversación), Articulo 390°
(Retardo Injustificado de Pago), Articulo 391° (Rehusamiento de
entrega de bienes depositados o puestos en custodia), Articulo 392°
(Extensión de punibilidad).

C) Corrupción de Funcionarios en todas sus modalidades, incluidas


por particulares:
Artículo 2°, literal c) Ley 27770, concordancia. Artículo 1° Ley 28355.
Artículo 393° (Cohecho propio pasivo), Artículo 394° (Cohecho pasivo
impropio), Artículo 395° (Cohecho pasivo especifico), Artículo 396°
( corrupción pasiva de auxiliares jurisdiccionales), Artículo
397° (Cohecho pasivo genérico), Artículo 398 (Cohecho pasivo
especifico), Artículo 399° (Negociación Incompatible o
aprovechamiento indebido del cargo), Artículo 400° (Tráfico de
influencias), Artículo 401 (Enriquecimiento Ilícito), Artículo 317
(Asociación Ilícita para delinquir).
Nota.- Los delitos enmarcados en el Título XIV del Código Penal.
"Delitos contra la Humanidad", Capítulo I."Genocidio", Capítulo II.
"Desaparición Forzada", Capítulo III."Tortura", Capítulo IV.
"Discriminación". No gozan beneficios penitenciarios de semilibertad,
liberación condicional, ni redención de pena por trabajo o educación
en ninguna modalidad.

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V.- TRÁMITE ADMINISTRATIVO ANTE EL INSTITUTO
NACIONAL PENITENCIARIO:

Una vez, se presentan los documentos indicados líneas arriba y luego


de sufragar las tasas correspondientes. El Consejo Técnico
Penitenciario del Establecimiento Penal, organizará el expediente
ên procede recurso de apelación, en el plazo de 3 días.

VII.- REVOCATORIA DEL BENEFICIO PENITENCIARIO DE


SEMILIBERTAD.
Respecto a la revocatoria de la semilibertad, resaltare los siguientes
alcances:
El juez penal revoca la semilibertad mediante tres formas: De oficio,
a solicitud del Instituto Nacional Penitenciario o del Ministerio Publico.
Ello, se produce, cuando el interno una vez que egresa del
establecimiento penitenciario comete un nuevo delito doloso o
incumple las reglas de conducta emitidas por el juez en la audiencia
del beneficio penitenciario, en ambos casos ello, obliga al interno a
cumplir el tiempo que le queda de condena y no puede ostentar de
nuevo el beneficio penitenciario de semilibertad, por lo que, tendrá
que cumplir con el tiempo que le queda de condena y presentar el
beneficio penitenciario de liberación condicional.
Ejemplos de la Aplicación del Beneficio Penitenciario de Semilibertad:
 Ejemplo A.- Cristian Calderón, es sentenciado a 12 años de
pena privativa de la libertad por la comisión del delito Contra el
Patrimonio en la modalidad de Hurto Agravado. La semilibertad se
aplica la tercio de la Condena (1/3) para este delito es decir a los 04
años. Sin embargo; si Cristian estudio secundaria los primeros 02
años de su internamiento en el Establecimiento Penal ha logrado la
redención de pena por estudio y en el caso del Delito Contra el
Patrimonio, la redención de pena por estudio es de 2 por 1 es decir
ha alcanzado redimir 01 año, ello sumados más los 03 años de
reclusión tendrá 04 años de carcelería por lo que se encontraría aptó
para solicitar el beneficio penitenciario ante el Consejo Técnico
Penitenciario
 Ejemplo B.- Roger Ganoza, es sentenciado a 18 años de pena
privativa de la libertad por la comisión del delito Contra la Vida el
Cuerpo y la Salud - Asesinato. La semilibertad se aplica la tercio de la
Condena (1/3) para este delito, es decir a los 06 años. Sin
embargo; si Roger trabajó los primeros 04 años de su internamiento

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en el Establecimiento Penal, ha logrado la redención de pena por
estudio y en el caso del Delito Contra el Patrimonio, la redención de
pena por estudio es de 2 por 1, es decir ha logrado redimir 02
año, ello sumados más los 04 años de reclusión tendrá 06 años de
carcelería por lo que se encontraría apto para solicitar el beneficio
penitenciario ante el Consejo Técnico Penitenciario.
 Ejemplo C.- Enrique Zamudio, es sentenciado a 18 años de
pena privativa de la libertad por la comisión del delito Contra
la Administración Pública Cohecho. La semilibertad por ser en la
modalidad extraordinaria a diferencia de los ejemplos anteriores, se
aplica los dos tercios de la Condena (2/3) para este delito es decir
se puede acoger al beneficios a los 12 años de condena. Sin
embargo; si Roger trabajó desde que ingresó al penal y tiene 10
años de reclusión efectiva, ha logrado la redención de pena por
estudio y en el caso del delito de cohecho, la redención de pena por
estudio es de 5 por 1, es decir ha conseguido redimir 02 años, ello
sumados más los 10 años de reclusión efectiva tendrá 12 años de
carcelería, por lo que se encontraría apto para solicitar el beneficio
penitenciario ante el Consejo Técnico Penitenciario. Este es un
ejemplo de la aplicación del beneficio penitenciario de la semilibertad
especial.

BIBLIOGRAFIA

1.- Libro “BENEFICIOS PENITENCIARIOS”


AUTOR: Eduardo Torres Gonzales.

2.- Página Web: Manual de Beneficios Penitenciarios


Titulo: Semilibertad.

BENEFICIO PENITENCIARIO SEMILIBERTAD


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INDICE

Paginas
INTRODUCCION………………………………………………………….1

I.- CONCEPTO…………………………………………………………………2

II.- REQUISITOS DE LA SEMILIBERTAD………………………………...…5

III.- COMPUTO DEL TIEMPO DE RECLUSION EN LA SEMILIBERTAD..6

IV.- MODALIDADES DE APLICACIÓN DEL BENEFICIO PENITENCIARIO


DE SEMILIBERTAD…………………………………………………………….9

- SEMILIBERTAD ORDINARIA……………………………………..9
- SEMILIBERTAD EXTRAORDINARIA……………………………11

V.- TRAMITE ADMINISTRATIVO ANTE EL INSTITUTO NACIONAL


PENITENCIARIO: ………………………………………………………………12

VI.- TRAMITE PROCESAL ANTE EL ORGANO JURISDICCIONAL……..12

BENEFICIO PENITENCIARIO SEMILIBERTAD


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VII.- REVOCATORIA DEL BENEFICIO PENITENCIARIO DE LA
SEMILIBERTAD……………………………………………………………13

BENEFICIO PENITENCIARIO SEMILIBERTAD


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