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Επì τôν óντôν καì γενομενôν 1

(Aristóteles. De interpretatione. IX, 30)


El determinismo Estoico

Introducción

El determinismo es un problema que ha sido discutido desde que el hombre se plantea las
cuestiones correspondientes a la libertad. Desde diferentes perspectivas, el determinismo ha
ido transformándose en sus planteamientos conforme a la historia misma de la filosofía. En
sus orígenes, podemos hablar de que el determinismo es el producto de un análisis serio de
los modos de razonar del hombre sobre la realidad en sí misma. Por esto mismo, el propósito
de este escrito es analizar el determinismo en uno de los periodos filosóficos, que a mi parecer
es de los más importantes, que no deja sin solución dicho problema y que sustenta las bases
para un determinismo bien pensado: el Helenismo.
Es en el Helenismo donde surgen distintas corrientes de pensamiento y escuelas. A la
que atañe al problema del determinismo, en esta línea de estudio, es el estoicismo, dado que
de ésta corriente surge el objeto de la meditación para el problema en general a lo largo de la
tradición de la filosofía. Una analogía interesante sería ver a la tradición escéptica que no
debe de olvidarse del pirronismo –por ejemplo –, de ahí que nosotros no nos debemos olvidar
de los estoicos al momento de hablar del determinismo.
Por otro lado, el planteamiento del problema sobre el determinismo de forma general,
apunta a una intuición un tanto absurda, de lo que podría venir siendo un problema
contemporáneo, el cual se tratará de esbozar en medida de lo posible. Así pues, el cuerpo del
trabajo será un análisis de lo qué es y en qué cosiste dicho determinismo.

Desarrollo

El determinismo estoico es una consecuencia que se sigue de una interpretación del cap. IX
De Interpretatione de Aristóteles y la constante duda sobre el destino que se plantearon los
pensadores de esta escuela. Pero ¿cómo se sigue esto al determinismo? fácil, por decirlo de
algún modo, los estoicos encuentran una profunda relación entre el hombre y la naturaleza.
En este proceso, donde sus explicaciones sobre las reacciones de las cosas de la naturaleza y

1
Epì tôn óntôn kaì genomenôn, el cual se interpreta por las cosas que son y que fueron.
de nosotros mismos –seres de voluntad –se sostienen en una consecución causal de
necesidad. Esto quiere decir que la necesidad, tal y como la piensan los estoicos, tiene una
correspondencia con la naturaleza, con el mundo físico y este a su vez, nos brinda la
posibilidad de formular razonamientos que se siguen de proposiciones. Es, por así decirlo,
en el problema de la lógica donde «nace» el determinismo; pues bien, el determinismo no es
otra cosa que el decir que lo que sucede, sucede debido a que es la conclusión lógica de una
proposición que se da necesariamente y de forma determinada; de ahí que el problema venga
de los futuros contingentes aristotélicos2 como un intento de darle solución a dicho problema.
Ahora bien, en otro sentido, el determinismo estoico es una eliminación total de la
deliberación, puesto que independientemente de lo que se haga, y más radicalmente, hasta lo
que se piense, ya es un producto que obedece a la línea de necesidad de los contingentes
futuros. Sin embargo, el determinismo estoico visto desde esta perspectiva, pareciera ser una
teoría natural de la imposibilidad del libre albedrio, y eso es a lo que los estoicos, por decirlo
de forma burda, se enfrentaron. Pues ¿de qué forma se pueden explicar las acciones morales
y la voluntad? ¿cómo explicar la libertad desde una perspectiva natural y metafísica de la
realidad sin dejar de lado a la naturaleza y su necesidad, o sea, esta adecuación de la verdad
material que plantea Aristóteles?
Son los estoicos, los que no nos hablan de libertad en primera instancia, sino de
responsabilidad, y es en la responsabilidad donde se esclarece con mayor precisión a qué tipo
de determinismo es al que se refieren, puesto que uno cuando se enfrenta al determinismo,
por lo general se presta la atención al tipo de determinismo duro, eliminalista e
incompatibilista que impide la libertad y, que desaparece el juicio moral individual. Pues,
como se espera, los estoicos en vez de hablar de éste tipo de determinismo, se ocupan en el
hablar de la responsabilidad, donde se puede ver la libertad por antonomasia dentro de dicho
determinismo.

2
Cfr. Aristóteles. De interpretación. [IX, 18a 30 – 19b] *
*Los contingentes futuros de Aristóteles son aquellos donde la verdad material de un suceso singular y futuro
no puede ser más que plausible y probable. Ello, en tanto que para Aristóteles la verdad material corresponde
a una adecuación de las sustancias primarias (cosas) con las sustancias secundarias (conceptos), donde el
poder fabulador de la adecuación de los segundos con los primeros es menester en el tiempo. Se puede
determinar algo como verdadero en el sentido de la adecuación simétrica del mundo, donde la realidad se
deduce de algo. El problema es hacer una proposición futura singular donde su verdad material no se adecua.
Pero, el asunto de la libertad es un tanto complicado puesto que se sigue dentro del
determinismo causal. La cuestión es que los estoicos siguen un tipo de determinismo distinto
del duro, puesto que su determinismo, hablando de éste análogamente a destino, en palabras
de J.M Rist se da en cuanto que se habla de destino, y es en el hablar del destino donde El
destino es una palabra para describir (de forma bastante neutral) el estado de las cosas que
fue, es y será3. Y es que resulta bastante interesante hablar de ello, puesto que el ver el
determinismo análogamente con el destino, pareciera arrojarnos a una especie de
determinismo, que sale de la necesidad causal que se propone en un inicio, pero cobra la
relevancia de las proposiciones en tanto que verdad material. Así pues, por ejemplo, podemos
inferir de ello que la acción moral no puede culpar a la concatenación de causalidades; pero
si al individuo. Por lo tanto el juicio moral, así como la responsabilidad, no desaparece.
Es en estos razonamientos es donde gira el problema del determinismo estoico, puesto
que éste es el determinismo que se sigue del destino, y de la forma proposicional de la verdad
material de los futuros contingentes que obedecen al compatibilismo4 y al sentido de
responsabilidad.
Quedan muchas cuestiones a tratar, sin embargo, de forma concisa, podríamos decir
que el determinismo estoico no es el tipo de determinismo que el filósofo entiende por
antonomasia, sino que es un determinismo con características que permiten la posibilidad de
la libertad. Ahora bien, hasta este punto se ha entendido esto, sin embargo hay que agregar
en qué consiste el compatibilismo y la solución que los estoicos le dan su determinismo.
Podemos hablar del destino, de la necesidad de causalidades que nos dicen que lo que
será, será por una predestinación que no necesita una necesidad lógica5, por ejemplo: el
destino de un hombre es morir aplastado, éste hombre, a saber, es que es una buena persona,
cumple con sus deberes hacía la sociedad, hacía su familia y consigo mismo. Un hombre que
es sano y que gusta de actividades artísticas. Este hombre sigue una vida que le dice que la
concatenación de causalidades le pintan una muerte digna y tranquila, sin embargo, al final
el determinismo estoico (de menos como lo pensaba Crisipo) nos dice que él debe morir
aplastado, puesto que es su destino. A pesar de esto, el jamás dejó de lado su responsabilidad
de ser un hombre ejemplar y nada le quito las posibilidades de «libertad» de ser o no serlo.

3
Rist. J.M. La filosofía estoica. Pág. 131. Ed. Crítica. Barcelona 1995.
4
En tanto que adecuación
5
Ibíd. P. 130.
El compatibilismo, entendido desde los estoicos, obedece en primera instancia su
teología, y esta a su vez obedece a su cosmología. El compatibilismo es un hablar del destino,
un destino que es ordenado y dirigido por Dios, o por una fuerza intrínseca a toda la materia.
En el caso de los estoicos esta fuerza es el πνεῦμα entendida como una especie de soplo de
vida que es el aliento y alma del universo6 que puede, en toda medida, predestinar el orden
causal del todo para que exista un principio y fin. Es en el compatibilismo estoico donde la
posibilidad de la libertad no es anulada en la determinación, como se ha ido viendo en el
ejemplo anterior, sin embargo, la cuestión del destino es un problema que puede verse desde
la perspectiva de la cosmología. Pues bien, nos dicen los estoicos, parafraseados por Nemesio
que:

… cuando los planetas regresan al mismo signo celeste (en largura y anchura) donde
cada uno se encontraba originalmente al momento en que el mundo se formó,
[entonces], en periodos de tiempo determinados, [los planetas] causan de nuevo la
conflagración y destrucción de los seres que existen. Nuevamente el mundo vuelve al
mismo estado que tenía al inicio y, cuando las estrellas se mueven de nuevo de la
misma manera, cada uno de los seres que surgieron en los periodos pasados cumple
con su cometido de manera indiscernible. … En efecto, Sócrates y Platón existirán de
nuevo, y así mismo cada uno de los seres humanos, con los mismos amigos y
conciudadanos: sufrirán las mismas cosas, encontrarán las mismas cosas, y pondrán
su mano sobre las mismas cosas; y cada ciudad, pueblo y pedazo de tierra serán
reconstruidos. La reconstrucción de todo sucede, no una vez, sino muchas, más bien,
los mismos seres son reconstruidos un número infinito de veces y sin fin. No estando
sujetos a ser destruidos, los dioses, gracias a su entendimiento de este periodo,
conocen a partir de él, todo lo que será en los periodos subsecuentes. 7 … En efecto,
nada extraño habrá en comparación con lo que existió antes, sino que todo será de la
misma manera, indiscerniblemente y hasta en los más mínimos detalles.

6
Cfr. Eikasia. Revista de Filosofía, año III, 14 (noviembre 2007). http://www.revistadefilosofia.org
7
Nemesio. Sobre la naturaleza del hombre. [38, 111, 14- 112, 3]. Los estoicos antiguos. Pág. 88. Ed. Gredos.
Madrid 1996.
Y es que es en este sentido, donde el destino o por lo menos el problema de la conflagración
universal hace del determinismo estoico, un tipo de determinismo duro o fatalista8 que anula
en cierto modo la posibilidad de algo: libertad en otros términos. Claro si es entendido así,
pero ¿acaso la conflagración universal impediría el compatibilismo? Respondo: al parecer
no, puesto que el compatibilismo es un hacerse responsable independientemente de mis
acciones, independientemente de que éstas estén determinadas por el destino de la
conflagración. Pues bien podría decirse que cada uno es responsable de su destino, dado que
si no fuese de éste modo, se le atribuiría a una causalidad antagonista el sacrificio de Sócrates,
siendo éste ignorando y olvidado, dejando sus convicciones de justicia al antagónico destino
determinista, por poner un ejemplo.
Claro está que el determinismo estoico es una construcción muy compleja de
argumentos, pues dado que estos parten de la necesidad de las causas, hasta el
compatibilismo, donde yo soy responsable de mis acciones – a pesar de que sean causales y
determinadas – hasta la conflagración universal, donde el destino hará que lo que soy vuelva
hacer, así y no de otro modo, es un tanto absurdo en medida de que se quiere hablar de la
libertad. Pues bien, pienso que el compatibilismo se da gracias a un supuesto teórico como
lo es el πνεῦμα como aquella razón ordenadora que se da también a nivel cósmico y que no
puede generar un universo probable distinto de este. En otras palabras, podría decirse que la
libertad se encuentra en el deber de aceptar la responsabilidad causal que nos determina, o
vivir engañados con la ilusión del autodeterminismo.

Conclusión

En conclusión puedo decir que la filosofía estoica, hablando sobre el determinismo, ya de


principio nos dice que la posibilidad de la libertad no es del todo anulada por la necesidad
causal, sino que en medida de que soy responsable de mis acciones deliberadas –
independientemente de que mis deliberaciones sean determinadas – es aquí donde mi libertad
se manifiesta con mayor claridad. Esto último correspondiente al compatibilismo y al
problema de la conflagración universal, en tanto que las causas que hacen del mundo y del

8
Endiento este término fatalista en el sentido que lo toma Ricardo Salles. Puesto que el término fatalista
hace lución a lo trascendente del determinismo, porque a pesar de que se termine el universo, este a su vez
volverá para ser exactamente lo mismo. Un ciclo que trasciende al mismo universo, un determinismo tota.*
*Cfr. Salles, Ricardo. Los estoicos y el problema de la libertad. Pág. 18 Ed. UNAM. I.I.F. Mexico, D.F. 2006.
universo entero algo predestinado. Sin embargo, los estoicos, con toda la explicación de sus
ideas me plantearon un problema que me resulta un tanto inquietante, pues este no deja de
rondar por los razonamientos que los mismos estoicos se hicieron sobre el determinismo.
Dado que la mejor forma de concluir un escrito, es generando un problema de crítica y
discusión, son los estoicos los que nos permiten plantearnos preguntas muy serías respecto
de la libertad. Podemos preguntarnos si: ¿la relación de causa y efecto que un hombre tiene
de la realidad - así como la platean los estoicos – por ejemplo, obedece al principio de
determinismo, ósea que ésta relación de causa y efecto que el hombre tiene por costumbre,
poniendo un poco desde los planteamientos epistemológicos modernos, es la que impide mi
libertad y, es en el mundo -el cual no es mi representación -, donde mi libertad se expresa
dentro de un azar cósmico? porque si bien el compatibilismo nos pinta la probabilidad de la
responsabilidad, ¿podría decirse que soy responsable en medida de que represento al mundo
con mis relaciones de causa y efecto, una especie de autodeterminismo causal que uno genera
por la representación de la realidad?
No pretendo que se solucionen dichas preguntas, sin embargo, el pensarlas es el traer
de forma viva los problemas del determinismo que pensaban los estoicos a nuestra época
actual. Porque es impresionante que la filosofía antigua, y más la de un periodo que es casi
ignorado por la mayoría de los doctos, permita ampliar un horizonte de argumentos
concatenados que se construyen y se complementan de una forma tan natural, aunque estos
provengan de forcejones y quiebres, e imprecisiones, pero que sin duda alguna, siguen siendo
tan actuales y replanteados en medida de que hemos roto paradigmas científicos muy
importantes sobre nuestro cosmos, que en primera instancia, fue la constatación del pensar
estoico.

Bibliografía
Eikasia. Revista de Filosofía, año III, 14 (noviembre 2007).
Los estoicos antiguos. Ed. Gredos. Madrid 1996.
Rist. J.M. La filosofía estoica. Ed. Crítica. Barcelona 1995
Salles, Ricardo. Los estoicos y el problema de la libertad. Ed. UNAM. I.I.F. Mexico, D.F.
2006

Guillermo Linares Pereda.

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