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UNIVERDIDAD NACIONAL SANTIAGO ANTUNEZ

DE MAYOLO

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES, EDUCACIÓN


Y COMUNICACIÓN

ESCUELA PROFESIONAL DE LENGUA


EXTRANJERA: INGLES

ÁREA: TALLER DE REDACCIÓN Y


ARGUMENTACIÓN

DOCENTE: LIC. ALEX ROSALES BEAS

ESTUDIANTE: MILLA MORENO AARÓN ADIN

TEMA: ANÁLISIS DE TEXTO NARRATIVO


DEDICATORIA

A Martin, Margarita y

Jimena por el apoyo y el

amor brindado hacia mi

persona .
SUMARIO

INTRODUCCIÓN

CAPITULO I: TEXTOS NARRATIVOS

1. CONCEPTO

2. ELEMENTOS

2.1 NARRADOR

2.1.2 NARRADOR COMO FUENTE DE INFORMACIÓN

2.1.2 FUNCIÓN DEL NARRADOR

2.2 PERSONAJES

2.2.1 PRINCIPALES

2.2.2 SECUNDARIOS

a) SEGÚN SUS CARACTERÍSTICAS

b) SEGÚN SU TRANSFORMACIÓN

3 IDEAS

3.1 IDEAS PRIMARIAS

3.2IDEAS SECUNDARIAS

4 ACCION NARRATIVA

5 ORDEN DE ACONTECIMIENTOS

6 TIEMPO

7ESPACIO

8 CLASES DE TEXTOS NARRATIVOS


8.1 MITOS

8.1,1 CARACTERÍSTICAS

8.2 FABULA

8.2.1CARACTERÍSTICAS

8.2.2 PROPIEDADES

8.3 CUENTOS

8.3.1 TIPOS DE CUENTOS

8..3.2 CARACTERÍSTICAS

8.4 LEYENDA

8.4.1 CARACTERÍSTICAS

8.5 NOVELA

8.5.1 CARACTERÍSTICAS

8.6BIOGRAFÍA

8.6.1 CARACTERÍSTICAS

CAPITULO II: EJEMEPLOS DE TIPOS DE TEXTO

1. MITOS

a) MITO EN INGLES

b) MITO EN ESPAÑOL

2. FABULAS

a) FABULA EN INGLES

b) FABULA EN ESPAÑOL

3. CUENTOS

a) CUENTO EN INGLES

b) CUENTO EN ESPAÑOL
4. LEYENDAS

a) LEYENDA EN INGLES

b) LEYENDA EN INGLES

5. NOVELAS

a) NOVELA EN INGLES

b) NOVELA EN ESPAÑOL

6. BIOGRAFÍA

a) BIOGRAFÍA EN INGLES

b) BIOGRAFÍA EN ESPAÑOL
INTRODUCCÍON

Cuando hablamos de texto narrativo, lo hacemos acerca de una de las tipologías

establecidas para organizar y clasificar la diversidad textual existente; es decir,

identificamos y distinguimos el conjunto de rasgos comunes y diferenciales que son

atribuidos a los escritos a partir de los trabajos elaborados por la Lingüística del texto.

Con anterioridad, a mediados del siglo XX se producirá un punto de inflexión que

parte de la dicotomía planteada por Saussure entre lengua y habla. Hasta ese momento,

el estudio tomaba como referencia la lingüística de la lengua. Ello suponía centrarse

exclusivamente en la descripción del código; se entendía pues la comunicación como

un proceso de codificación y descodificación.

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No obstante, en la segunda mitad del siglo XX, crece el interés por elaborar

una lingüística del habla. Para ello, resulta necesario previamente superar los

límites impuestos por dos principios básicos del análisis lingüístico: el

inmanentismo –que suponía casi la exclusión del significado- y el límite oracional.

Los estudiosos llegan a la conclusión de que, en efecto, el código es

imprescindible, pero en el habla intervienen más que palabras (hablantes, oyentes,

relaciones entre ambos, situación…). En consecuencia, se produce un cambio de

enfoque. Se abandona el estudio de los objetos simples para abordar el análisis de

los complejos; esto es, a finales de la década de los sesenta del siglo XX nace la

Lingüística del texto a partir de la consideración de este como unidad

comunicativa.

Tomando como referencia la definición aportada por E. Bernárdez, extraemos

una serie de rasgos que son propios del texto: se trata de la unidad lingüística

comunicativa fundamental, es producto de una actividad verbal, posee una

vocación social, está motivado por una intención y se estructura según unas reglas.

A partir de esta propuesta, podemos establecer que el texto como unidad básica

de comunicación se define por tres propiedades fundamentales: la adecuación,

donde se relaciona el texto con la situación en la que se produce; la coherencia,

propiedad necesaria para que exista correspondencia entre los significados; y la

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cohesión, que permite a la coherencia global manifestarse en lo escrito y que sea

reconocida.

Una vez definido el texto como unidad de comunicación y antes de entrar de

lleno en las peculiaridades del narrativo, resulta necesario detenernos en el

concepto de tipología textual. Los hablantes somos capaces de reconocer y agrupar

los escritos dependiendo de sus estructuras. En este sentido, una de las aportaciones

más importantes llega de la mano de T. Van Dijk, autor que distinguirá entre

superestructura (la estructura interna global del texto) y macroestructura

(organización formal externa del texto).

A principios de los años 90, este será el punto de partida de Adam, quien

aportará dos conceptos fundamentales: competencia textual (capacidad del

hablante para interiorizar unos esquemas formales para cada tipo de texto –

narrativo, descriptivo, expositivo, argumentativo y dialógico- y para reconocerlos

y elaborarlos según la intención que persiga) y, sobre todo, secuencia textual. Con

este último concepto, Adam reconoce el hecho de que en cualquier texto pueden

convivir pasajes descriptivos con narrativos, o que, por ejemplo, explicación y

argumentación pueden darse en la misma unidad comunicativa. De esta manera,

facilita el estudio de los rasgos propios de una secuencia, al tiempo que propone el

término de ‘secuencia dominante’ para la adscripción del texto a uno de los tipos

establecidos. Dicho de otra forma, un texto se catalogará como narrativo si las

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secuencias dominantes son de esta tipología, aunque contenga otras como, por

ejemplo, dialógicas o explicativas.

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CAPITULO I TEXTOS NARRATIVOS

1. CONCEPTO: Un texto narrativo es aquel que representa una sucesión de

acciones en el tiempo. En esta sucesión temporal se produce un cambio o

transformación desde una situación de partida a un estado final nuevo. Desde un punto

de vista pragmático, la narración requiere contener un elemento de intriga que

estructura y da sentido a las acciones y acontecimientos que se suceden en el tiempo.

(centro vitual cervantes, s.f.)

2. ELEMENTOS DE LA NARRACION

Los hechos que forman de una narración, suceden en un espacio determinado y son

realizados por alguien. (Mario Amoros Terrnes, Elvis Flores Mostacero, 2012)

2.1 EL NARRADOR

El narrador constituye sin duda alguna el elemento central del relato. Todos los demás

componentes experimentan de un modo u otro los efectos de la manipulación a que es

sometido por él el material de la historia. Se trata de una realidad reconocida de forma

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explícita por la inmensa mayoría de las corrientes teóricas interesadas en el relato,

aunque no todas coincidan en el papel y capacidad asignables al narrador.

(DOMINGUEZ, 1996)

a) Narrador interno: está dentro de la historia, es un personaje que está dentro de

la historia.

b) Narrador externo: está fuera de la historia. No es ningún personaje. No es el

autor. Es una voz que relata la historia.

A su vez, distinguimos dos subtipos:

 Omnisciente.- El narrador conoce todo acerca de sus personajes.

Conoce su presente, su pasado y su futuro. Conoce sus ideas y sus

sentimientos. Incluso llega a hacer juicios y a emitir opiniones

 Narrador-testigo.- Este narrador sólo conoce lo que observa, las

conversaciones que escucha. Es como una cámara de cine.

 Primera persona. Algunas veces, el narrador no es solo testigo sino que

es protagonista de los hechos que narra. (formacion docente, s.f.)

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2.1,1 EL NARRADOR: FUENTE DE INFORMACIÓN

En efecto, la tradición más antigua relaciona narrador y sabiduría. Es una dimensión

presente en los planteamientos más recientes y ya aludida por la propia etimología del

término: gnarus («sabedor»). Haga o no exhibición de sus dotes, se supone que el

narrador conoce a la perfección todos los entresijos de la historia que relata, aunque –

como se verá– su saber real depende en cada caso del ángulo de visión adoptado.

(DOMINGUEZ, 1996)

2.1.2 FUNCIONES DEL NARRADOR

R. Jakobson, Genette propone las siguientes funciones: narrativa, de control o

metanarrativa, comunicativa, testimonial e ideológica. La primera alude a la relación

del narrador con la historia; se trata, en realidad, de la función principal del narrador.

La función de control, por su parte, toma en consideración los vínculos del narrador

con el texto; es una función paralela a la metalingüística, gracias a la cual el narrador

puede hacer referencia a su propio discurso desde un plano superior (metanarrativo)

con el fin de hacer hincapié en su disposición interna. Se trata ciertamente de un

aspecto muy relevante, especialmente en la narrativa moderna.

La función comunicativa abarca en gran medida las funciones apelativa y fática de

Jakobson y atiende a la relación del narrador con el narratoria. Tan importante como

ésta es la función testimonial, especialmente dentro del relato contemporáneo. Su

correlato es la función emotiva, aunque Genette no considera demasiado afortunado el

término, habida cuenta de que la función testimonial puede desplegarse sobre un

ámbito mucho más dilatado: el de lo moral o intelectual, alusión a las fuentes de

información del narrador o referencia escueta al testimonio de otros, insistencia en la

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mayor o menor nitidez de sus recuerdos o en la intensidad de la reacción sentimental

suscitada por ellos.

Finalmente, la función ideológica se fundamenta sobre la evaluación que el narrador

hace de la acción. Según Genette, esta función presenta una configuración realmente

atípica, ya que no siempre es desempeñada por el narrador; es un cometido que éste

puede delegar en un personaje. Dicha función facilita el afloramiento del discurso

autorial y representa, según el autor, la invasión de la historia por el comentario, de la

novela por el ensayo, del relato por su propio discurso. (DOMINGUEZ, 1996)

2.2 LOS PERSONAJES

Los personajes son los elementos de la narración que llevan a cabo las acciones

contadas por el narrador.

Según su función:

2.2.1 Principales: aquél o aquéllos que destacan sobre los demás.

a. Protagonista: en torno a él/ella gira el relato; necesariamente ha de

destacar por encima de todos.

 Individual: es un personaje concreto.

 Colectivo: es un conjunto de seres que han perdido sus atributos individuales para

pasar a funcionar como un grupo.

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b. Antagonista: el antagonista es aquel personaje que intenta impedir que el

protagonista consiga su objetivo. Bien porque él quiere lo mismo, bien porque va

contra sus propios intereses.

El antagonista es quien se enfrenta al héroe y plaga su camino de obstáculos que

generarán los conflictos necesarios para que la historia avance con interés. (apitiké,

2013)

2.2.2 Secundarios: son aquéllos que, sin tener un rol demasiado importante en el

desarrollo de los acontecimientos, proporcionan un grado mayor de coherencia,

comprensión y consistencia a la narración. Por lo general, estos personajes están

vinculados a los principales, pero su participación también es individual y

complementaria a la participación de los personajes principales. (portal

educativo , 2017)

2.2.3 Incidentales o Episódicos: Tal como lo dice su nombre, son personajes que no

tienen una presencia permanente en los hechos. Su participación es un recurso

para ordenar, exponer, entrabar, relacionar, coordinar y también retardar el

desarrollo de los acontecimientos. (kintun, 2009)

A. SEGÚN SUS RASGOS CARACTERIZADORES.

I. Personajes Planos: Estos personajes presentan sólo un rasgo destacado. Se les

reconoce por una sola cualidad, no presentan más que un aspecto de su

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existencia. Su función es generar un grado de simpatía en el lector, sin

necesidad mayor de la intervención del narrador.

II. Personajes en Relieve (redondos o esféricos): Presentan más de un rasgo

caracterizador, por consiguiente, conocemos de ellos varios aspectos de su

existencia. Son entes capaces de sorprender al lector al mostrar, en forma

repentina, aspectos de su personalidad que estaban ocultos. Son personajes a

veces contradictorios, que generan emociones encontradas en el lector.

III. Personajes Tipo: Los personajes tipo representan algo, alguna característica de

un sector social humano, de un tipo determinado.

IV. Personajes Caricaturescos: Son utilizados para hacer una crítica a algún

aspecto de la realidad social o personal. (kintun, 2009)

B. Según su transformación mediante la acción:

I. Personajes estáticos: se comportan de la misma manera en todo el relato. Estos

personajes no evolucionan ni sufren cambios en su conducta ni características

personales. Los datos que se obtienen de ellos no sufren alteraciones.

II. Personajes dinámicos (o evolutivos): Estos son los personajes que, a través de

la acción del relato, varían su forma de ser; comienzan siendo individuos de

ciertos rasgos y conductas y, a medida que la acción transcurre, modifican su

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comportamiento, llegando incluso a ser totalmente distintos. (portal educativo

, 2017)

3 LAS IDEAS

3.1 La idea principal: Un texto está formado por oraciones que tratan acerca de un

mismo tema; cada oración expresa una idea. En los textos bien redactados, se distingue

claramente una idea que es tratada en todo el texto. Esta idea es la más importante, la

que nos dice todo de manera sintética. Por eso se le denomina idea principal;sin su

presencia ,las otras ideas no se relacionarían y no tendrían unas orientación temática.

(creacionliteraria.ne, s.f.)

3.2 Las ideas secundarias expresan detalles o aspectos derivados del tema

principal. A menudo, estas ideas sirven para ampliar, demostrar o ejemplificar una idea

principal. (creacionliteraria.ne, s.f.)

4 LA ACCIÓN NARRATIVA

La acción narrativa es el conjunto de hechos o acontecimientos a través de los cuales

se desarrolla el argumento. La acción tiene tres momentos: introducción, nudo y

desenlace. En la introducción se presenta la acción y a los personajes.

El nudo comprende el desarrollo de la acción. Por último, el desenlace en el que se

expresa la situación final. (lengua y literatura, s.f.)

5 EL ORDEN DE LOS ACONTECIMIENTOS

El autor presenta los acontecimientos en un orden determinado. Es muy importante

conocer el orden de los acontecimientos, para poder comprender la sucesión de los

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mismos. Muchas veces los hechos se presentan ordenados, pero otras veces no es así.

Por ello distinguimos los siguientes modos:

 Lineal. Los acontecimientos se suceden siguiendo el orden cronológico.

 Retrospectivo. El autor narra en las primeras páginas el final del acontecimiento.

Desde ahí se narran todas las acciones, de forma cronológica, hasta llegar a ese

acontecimiento, narrado al principio.

 Inmediases. La narración comienza por el nudo (la mitad) y después retrocede a la

situación inicial.

 Desorden cronológico. El autor narra los acontecimientos desordenados. Es el

lector el que debe ordenarlos. (lengua y literatura, s.f.)

6 EL TIEMPO

En los textos narrativos, la información se dispone según un orden temporal. El relato

puede presentar los hechos que se cuentan reflejando con fidelidad el orden en que

estos se suceden, de modo que se presenten al principio los acontecimientos más

remotos y al final los más recientes. En este caso decimos que la narración presenta

un desarrollo lineal. Los cuentos tradicionales, por ejemplo, suelen presentar esta

organización.

Para expresar el tiempo en la narración, se emplean los tiempos verbales y los

indicadores de tiempo:

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 Los tiempos verbales. Puesto que la narración tiene por objeto contar hechos reales

o ficticios, en los textos narrativos desempeñan un papel fundamental las palabras que

expresan acciones, es decir, los verbos. Y puesto que generalmente se cuentan hechos

ya pasados, lo habitual es que en la narración encontremos verbos en pasado, sobre

todo en pretérito perfecto simple (esperó, demoró, compartió, inquietó…) o en

pretérito imperfecto de indicativo (vivía, era, llegaba, detestaba…).

 Los indicadores de tiempo. El transcurso del tiempo y la simultaneidad o la

sucesión de las acciones se marca también con adverbios (mientras, entonces, antes,

después) y otras expresiones que tienen un marcado carácter temporal (por fin, al cabo

de un rato, al día siguiente…). Ejemplo:

 “Mientras esperaba a su amigo, Ana decidió refugiarse en el portal.”

 “Al poco rato, vio que alguien se acercaba.” (la narracion , s.f.)

7 EL ESPACIO

Corresponde a el lugar o los lugares donde transcurren los acontecimientos en un

tiempo determinado. No obstante, el espacio narrativo no sólo abarca los lugares

físicos en los que transcurre la acción, sino que, también, la atmósfera espiritual que

se crea en la obra y el ámbito social en que se desenvuelven los acontecimientos.

 Espacio físico o escenario: Es el lugar o los lugares concretos y determinados

donde ocurren los hechos. Puede ser un espacio abierto: natural, urbano, rural,

marítimo, etc., o por el contrario, un espacio cerrado: el interior de una casa, un cine,

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un bar, una escuela, etc. Este tipo de escenario se presenta mediante pasajes

descriptivos, en los cuales, se detiene la acción narrativa.

 Espacio psicológico: Es la atmósfera espiritual que envuelve a los personajes y a toda

la acción, según los conflictos que se planteen: amor, violencia, odio, venganza,

desilusión, soledad, etc. Por ejemplo, un clima de soledad e incomunicación

condiciona el comportamiento de los personajes y define las características del

acontecer. La observación del espacio sicológico o atmósfera que presenta una obra

determinada, nos permite apreciar cabalmente el extraordinario poder que posee la

palabra literaria.

 Espacio social: Se refiere al entorno cultural, religioso, económico, moral o social en

el que se desarrolla la acción narrada. Los personajes tienen un nivel intelectual,

cultural; pertenecen o se agrupan en sectores sociales y manifiestan determinadas ideas

religiosas o políticas. (comuncacion y literatura , s.f.)

8 CLASES DE TEXTOS NARRATIVOS

8.1 EL MITO

Es una narración que explica el origen del mundo, de los seres que lo habitan y de

los fenómenos naturales.

8.1.1 CARACTERÍSTICAS DEL MITO:

 PERSONAJES: Sus personajes suelen ser dioses con gran poder y autoridad.

 TIEMPO: El relato se refiere a hechos ocurridos en tiempos remotos.

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 FORMAS DE TRANSMISIÓN: Se transmiten de una generación a otra, pues

forman parte de la tradición oral de su pueblo o una comunidad.

 PROPÓSITO: Los mitos son propios de una sociedad que desea explicar

sus orígenes o algunos fenómenos naturales. (La narración y sus clases, s.f.)

8.2 LA FÁBULA

Las fábulas son composiciones breves literarias en las que los personajes casi siempre

son animales u objetos, que presentan características humanas como el habla, el

movimiento, etc. Estas historias concluyen con una enseñanza o moraleja de carácter

instructivo, que suele figurar al final del texto. Su finalidad es didáctica.

Algunos ejemplos de fábulas son: "La cigarra y la hormiga", "La tortuga y la liebre"...

8.2.1 CARACTERÍSTICAS:

La fábula clásica reposa sobre una doble estructura; desde el título mismo se encuentra

una oposición entre dos personajes de posiciones subjetivas encontradas. Pero estos

dos personajes se encuentran siempre en desigualdad social: uno en posición alta y

otro en posición baja y desfavorable. Gracias a un evento narrativo imprevisto, el que

estaba en posición alta se encuentra en posición inferior y viceversa.

 Género: Las fábulas pueden estar escritas en verso o en prosa.

 La brevedad: Suelen ser historias breves.

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 Presencia de los elementos esenciales de la narración: Acostumbra a haber un

narrador que cuenta lo que les sucede (acción) a unos personajes en un lugar

y en un tiempo indeterminados. Las fábulas, como los cuentos populares, no

se sitúan en una época concreta. Son intemporales.

 Estructura sencilla: El esquema de muchas fábulas empieza con la presentación

de una situación inicial, tras la cual se plantea un problema, que unas veces

tiene solución y otras no. La historia finaliza con una moraleja.

 Personajes: Los personajes son, en su mayoría, animales u objetos

humanizados.

 Temas: Los vicios son los temas tratados en las fábulas (la envidia, la

avaricia, la arrogancia, la mentira…).

 Intención: Detrás de cada fábula hay una crítica hacia ciertos comportamientos

y actitudes, que se disimula con el uso de personajes humanizados.

 Moraleja: La moraleja es una enseñanza moral, es decir, un consejo o pauta de

conducta. La moraleja puede ser una frase o una estrofa. La más corriente es el

pareado, una estrofa de dos versos que riman entre sí. (Grupo 2. Los J & G.,

s.f.)

8.2.2 PROPIEDADES:

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 Esencialmente ofrece un contenido moralizante o didáctico.

 Siempre contiene una moraleja. En las más antiguas se encuentra escrita al final

del texto.

 Generalmente es una pieza muy breve y con pocos personajes.

 Posee una gran inventiva, riqueza imaginativa y de colorido.

 Es inverosímil.

 Su exposición de vicios y virtudes es maliciosa, irónica.

8.3 EL CUENTO

Un cuento narra brevemente hechos imaginarios, es protagonizado por un grupo

pequeño de personajes y tiene un argumento sencillo y fácil de entender. Encontramos

dos tipos de cuentos: el cuento popular y el cuento literario.

8.3.1 Tipos de cuentos:

a) El cuento popular: es una narración tradicional que se transmite de persona o

persona, o de generación en generación en forma oral, por ello se pueden presentar

múltiples versión del mismo que coincide en su idea central pero cambia en los

detalles.

b) El cuento literario: es aquel cuento trasmitido mediante la escritura,

generalmente se conoce quien es el autor, generalmente el texto escrito tiene una sola

versión, sin el juego de variantes característico del cuento popular.

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8.3.2 CARACTERÍSTICAS DEL CUENTO:

Estas son las características que diferencian al cuento de otros géneros literarios.

Narrativo: Una narración es el relato de unos hechos reales o imaginarios que les

suceden a unos personajes en un lugar. Cuando contamos algo que nos ha sucedido o

que hemos soñado o cuando contamos un cuento, estamos haciendo una narración.

Ficción: aunque en algunos casos puede basarse en hechos reales o ser una ficción de

un marcado realismo, un cuento debe, para funcionar, recortarse de la realidad.

Argumental: tiene una estructura de hechos entrelazados (acción – consecuencias)

en un formato de: introducción – nudo – desenlace.

Única línea argumental: a diferencia de la novela, en el cuento todos los hechos se

encadenan en una sola sucesión de hechos.

Estructura centrípeta: todos los elementos que se mencionan en la narración del

cuento están relacionados y funcionan como indicios del argumento.

Un sólo personaje principal: aunque puede haber otros personajes, la historia hablará

de uno en particular, que es a quien le ocurren los hechos.

Unidad de efecto: comparte esta característica con la poesía: está escrito para ser

leído de corrido de principio a fin. Si uno corta la lectura, es muy probable que se

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pierda el efecto narrativo. La estructura de la novela permite leerla por partes.

Brevedad: por y para cumplir con todas las demás características, el cuento debe ser

breve.

Prosa: el cuento debe estar escrito en prosa, o sea con párrafos, sangrías y punto y

aparte (mundonets, s.f.)

8.4 LA LEYENDA:

Es un relato oral o escrito de tradición popular en la que actúan seres fantásticos a

quienes les ocurre hechos extraordinarios.

8.4.1 CARACTERÍSTICAS DE LA LEYENDA:

 PERSONAJES: Los personajes suelen ser personas del común que vive en un

lugar o región específico.

 LUGARES: Por ser un relato regional, los hechos ocurren en

lugares reconocidos.

 TIEMPO: Los hechos suceden en un tiempo relativamente reciente.

 ELEMENTOS FANTÁSTICOS: En el relato está presente el encuentro con

un personaje extraordinario o un héroe. (creacionliteraria.ne, s.f.)

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8.5 LA NOVELA

El concepto de novela proviene del italiano novella, que significa “noticia”. El

diccionario de la Real Academia Española (RAE)define la primera acepción del

término como aquella obra de la literatura que, desarrollada en prosa, se encarga de

narrar acciones que pertenecen parcial o totalmente al ámbito de la ficción.

(definicion.de, s.f.)

8.5.1 CARACTERÍSTICAS DE LA NOVELA

 Narración prosística: Es una narración de elementos tomados de la realidad o de la

imaginación del autor. A veces está cargado de temple poético.

 Amplitud y complejidad: Todo en este género es amplio, contrario al cuento que

se caracteriza por la síntesis. Esto hace a la obra de naturaleza compleja,

complicada. Se entrelazan varias líneas de acción, cambios de ambiente,

numerosos personajes con distintas problemáticas, pero con un enlace progresivo

dentro de la obra.

 Interpretación o imagen de la vida: Debe reflejar la vida sin que pretenda ser una

fiel reproducción de ella. El novelista inventa un mundo de su propia imaginación

pero parecido al real. La imagen o retrato que hace el novelista es más coherente,

ordenada y más lógica que la vida misma.

 Cosmovisión: Visión del mundo, pero en un sentido amplio, como una

macrovisiòn , extensa, panorámica, que incluye no sólo a los personajes

principales, sino a todo el mundo que lo rodea.

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 Verosimilitud: Verdad que se pueda creer, el lector se tiene que identificar con ella.

Esa verdad puede ser obtenida de la realidad misma o puede ser producto de su

imaginación.

 Deleitar por medio de la palabra: La aspiración máxima de la novela es el recreo

del espíritu: __Despertar en el lector gusto y placer por la lectura. __Su prosa por

lo tanto debe ser amena e interesante. __Sus descripciones claras.

 Minuciosidad y morosidad: Por su extensión y complejidad la novela crea un

marco cerrado. La novela deja múltiples impresiones, el cuento sólo deja una.

 Elementos de la Novela: Personajes (caracteres ) Ambiente lugar, época , tiempo,

circunstancias Trama (Acción)

 Técnicas narrativas: Punto de vista narrativo Se relaciona con la mente o los ojos

espirituales que ven la acción narrada, que puede ser la del propio autor, la de un

personaje o la del espectador de la acción. Primera persona narrativa Tercera

persona narrativa.

 Estructura de la Novela: Exposiciòn Nudo o desarrollo Climax Desenlace (aula de

actividades , s.f.)

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8.6 LA BIOGRAFÍA

Es el relato de la vida de una persona, contada por alguien que la conoce, y conoce

sus datos más sobresalientes.

8.6.1 CARACTERÍSTICAS DE LA BIOGRAFÍA: Expone en detalle la vida de

una persona. Narra los hechos de una persona en orden cronológico desde su

nacimiento hasta la actualidad.

 EL RELATO DE CIENCIA FICCIÓN: Son narraciones fantásticas que muestran

como la ciencia y la tecnología intervienen en el diario vivir de las personas.

 TEMAS DEL RELATO DE CIENCIA FICCIÓN:

 Viajes a través del tiempo (pasado o futuro) o del espacio.

 Tecnologías exóticas y avanzadas.

 Mundos y espacios futuristas.

 Vida en otros planetas.

 Presencia de criaturas y entornos extraños.

 Crisis generadoras por el desarrollo de la tecnología (portal educativo , 2017)

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CAPITULO II: EJEMPLOS DE TIPOS DE TEXTOS NARRATIVOS

1. MITO EN INGLES

THE AYAR BROTHERS

The origins of the Inca Empire have many similar stories and the one of the Ayar

Brothers is one of the most popular versions.

Long, long, very long time ago over the Pacaritambo Mountain, four young men and

for young women emerged from the land. Ayar Manco and his wife Mama Ocllo, Ayar

Cachi and his wife Mama Cora, Ayar Uchu and his wife Mama Rahua and finally Ayar

Auca and his wife Mama Huaco. They were the Wiracocha god sons and daughters

which meant they were brothers and sisters also.

Ayar Cachi was the strongest of all, he was so strong that every time he threw rocks

with his slingshot, this rocks knocked down mountains or reached the highest part of

the sky and made it rain and thunder.

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The other three brothers where very jealous of his power and decided to leave Ayar

Cachi out of the “Let’s build the Inca Empire” equation so they tricked him and his

wife into going in to a cave to search for food and locked him up for good with a giant

stone. Legend says that his brother’s betrayal made Ayar Cachi so mad that his

screams made the earth tremble and the skies shiver.

The other brothers continued their quest, eventually arriving to the Huanacaure

Mountain where they found a stone idol. Ayar Uchu decided to destroy it but as soon

as he touched it he was turned into stone.

The remaining brothers knew they had an important mission so they couldn’t stop to

grieve. Ayar Auca miraculously grew wings and flew away hoping to find the place

they were so desperately looking for in order to found the Inca Empire. He flew over

a place called “Pampa del Sol” and decide to explore it. As soon as he landed he also

was turned into stone.

There was only one brother left, Ayar Manco and as we mentioned in our Manco

Capac & Mama Ocllo Legend, he is the one that received the honor and responsibility

of leading the foundation of the Inca Empire.

He arrived to the city of Cusco, sunk his golden stick and started to build the new Inca

civilization and Empire. (Latinfolktale, s.f.)

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MITO EN ESPAÑOL

LOS HERMANOS AYAR

Hace mucho, mucho, mucho tiempo sobre la montaña Pacaritambo, cuatro hombres

jóvenes y mujeres jóvenes emergieron de la tierra. Ayar Manco y su esposa Mama

Ocllo, Ayar Cachi y su esposa Mama Cora, Ayar Uchu y su esposa Mama rahua y

finalmente Ayar Auca y su esposa Mama Huaco. Eran los hijos e hijas del Dios del

Wiracocha que significaron que eran hermanos y hermanas también.

Ayar Cachi era la más fuerte de todas, era tan fuerte que cada vez que lanzaba piedras

con su tirachinas, estas rocas derribaban montañas o llegaban a la parte más alta del

cielo y la hacían llover y tronar.

Los otros tres hermanos, donde muy celoso de su poder y decidió dejar Ayar Cachi

fuera de la ecuación "vamos a construir el Imperio Inca" por lo que le engañó a él ya

su esposa para ir a una cueva para buscar comida y lo encerró para siempre con una

piedra gigante. La leyenda dice que la traición de su hermano hizo que Ayar Cachi

estuviera tan enojada que sus gritos hacían temblar la tierra y temblaban los cielos.

Los otros hermanos continuaron su búsqueda, llegando eventualmente a la montaña

Huanacaure donde encontraron un ídolo de piedra. Ayar Uchu decidió destruirlo, pero

tan pronto como lo tocó se convirtió en piedra.

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Los hermanos restantes sabían que tenían una misión importante para que no pudieran

dejar de llorar. Ayar Auca milagrosamente creció alas y voló lejos con la esperanza de

encontrar el lugar que estaban buscando tan desesperadamente para encontrar el

Imperio Inca. Voló sobre un lugar llamado "Pampa del sol" y decidió explorarlo. Tan

pronto como aterrizó, también se convirtió en piedra.

Sólo quedaba un hermano, Ayar Manco y como mencionamos en nuestra leyenda

Manco Cápac y Mama Ocllo, él es el que recibió el honor y la responsabilidad de

liderar la Fundación del Imperio Inca.

llegó a la ciudad del Cusco, hundió su bastón dorado y comenzó a construir la nueva

civilización Inca y el Imperio. (Latinfolktale, s.f.)

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2. FABULA EN INGLES

THE PIG AND THE SHEEP

One day a shepherd discovered a fat Pig in the meadow where his Sheep were pastured.

He very quickly captured the porker, which squealed at the top of its voice the moment

the Shepherd laid his hands on it. You would have thought, to hear the loud squealing,

that the Pig was being cruelly hurt. But in spite of its squeals and struggles to escape,

the Shepherd tucked his prize under his arm and started off to the butcher’s in the

marketplace.

The Sheep in the pasture were much astonished and amused at the Pig’s behavior and

followed the Shepherd and his charge to the pasture gate.

“What makes you squeal like that?” asked one of the Sheep. “The Shepherd often

catches and carries off one of us. But we should feel very much ashamed to make such

a terrible fuss about it like you do.”

“That is all very well,” replied the Pig, with a squeal and a frantic kick. “When he

catches you he is only after your wool. But he wants my bacon! gree-ee-ee!”

Moral: It is easy to be brave when there is no danger. Don’t compare two different
situations without understanding them.

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FABULA EN ESPAÑOL

EL CERDO Y LAS OVEJAS

Un día un pastor descubrió un cerdo gordo en el Prado donde sus ovejas fueron

pastoreadas. Muy rápidamente capturó al cerdo, que chillaba en la parte superior de su

voz en el momento en que el pastor puso sus manos sobre ella. Usted habría pensado,

para escuchar el chillido fuerte, que el cerdo estaba siendo cruelmente herido. Pero a

pesar de sus chillidos y luchas para escapar, el pastor metió su premio bajo su brazo y

comenzó a la carnicería en el mercado.

Las ovejas en el pasto se asombraron y se divirtieron mucho en el comportamiento del

cerdo y siguieron al pastor y su carga a la puerta del pasto.

"¿Qué te hace chillar así?", preguntó una de las ovejas. "el pastor a menudo atrapa y

se lleva a uno de nosotros. Pero nos sentiríamos muy avergonzados de hacer un

escándalo tan terrible como tú.

"eso está muy bien", respondió el cerdo, con un chillido y una patada frenética.

"cuando te atrapa, sólo está tras tu lana. ¡ pero quiere mi tocino! ¡ Qué-EE-EE! "

moraleja: es fácil ser valiente cuando no hay peligro. No compare dos situaciones

diferentes sin entenderlas.

33
3 CUENTO

THE TREE OF THE

MANZANO

had once, in a very distant country, one spring afternoon a pilot called John. Juan was

very hardworking but also very selfish. One day they proposed to transport from one

continent to another the baggage of a wealthy family, John thought it much, but finally

decided to accept and took off. They spent many hours, so many that he fell asleep and

landed on an island. He woke up on the island and went out to fetch food and as he

looked he stumbled upon a strange man.

– Who are you?

– My name is Eric, I live in a village with very poor and hungry people want to come

and help?

– No! Because it would help them.

Juan left and took refuge. In a few days, John was beginning to be hungry and thirsty,

and when he had no other choice he went to Eric's town and asked for help. They

attended him and gave him some of the little food they had left, John Confusedly

asked:

– Why do you treat me so well and give me your food? If I didn't want to help you!

– Whatever happens, we'll always have to help each other.

What do you need?

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– Trees and fruits

– I'll help you plant trees if you fix my plane.

John began digging and searching. Months went by and I hadn't gotten anything. He

went to Eric and Eric said:

– We just fixed your plane did you get anything?

No, there's nothing on this island, I'll be gone, now that my plane is fixed.

Eric disappointed he said goodbye.

-If you want to leave you have the freedom to do it.

John prepared to take off and when he checked underneath his seat he saw Eric's

food, Eric knew John would leave so he left all his food under John's seat. At that

moment, in his spirit was born something more than selfishness, confused went out

to think, and sat under an apple tree, and inadvertently was sitting under an apple

tree!

went quickly to Eric's village and taught him the apple tree.

I knew you'd come back, thank you!

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EL CUENTO EN ESPAÑOL

EL ÁRBOL DEL MANZANO

Había una vez, en un país muy lejano, una tarde de primavera un piloto llamado Juan.

Juan era muy trabajador pero también muy egoísta. Un día le propusieron transportar

de un continente a otro el equipaje de una familia rica, Juan lo pensó mucho, pero

finalmente decidió aceptar y despegó. Pasaron muchas horas, tantas que se quedó

dormido y cayó en una isla. Despertó ya en la isla y salió a buscar comida y mientras

buscaba se tropezó con un extraño hombre.

– ¿Quién eres?

– Me llamo Eric, vivo en un pueblo con gente muy pobre y hambrienta ¿Quieres venir

a ayudar?

– ¡No! porque los ayudaría.

Juan se fue y se refugió. Dentro de unos días, Juan comenzaba a tener hambre y sed, y

cuando no tenía otra opción acudió al pueblo de Eric y les pidió ayuda. Ellos le

atendieron y le dieron un poco de la poca comida que les quedaba, Juan confundido

preguntó:

– ¿Por qué me tratan tan bien y me dan de su comida? ¡Si yo no quise ayudarlos!

– Pase lo que pase siempre tendremos que ayudarnos.

– ¿Qué es lo que necesitan?

– Árboles y frutos

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– Yo les ayudaré a plantar árboles si ustedes arreglan mi avión.

Juan comenzó a cavar y buscar. Pasaron meses y no había conseguido nada. Acudió a

Eric y Eric le dijo:

– Ya acabamos de arreglar tu avión ¿conseguiste algo?

– No, en esta Isla no hay nada me iré, ahora que mi avión está arreglado.

Eric decepcionado se despidió y dijo:

– Si quieres irte tienes la libertad de hacerlo.

Juan se preparó para despegar y cuando revisó por debajo de su asiento vio la comida

de Eric , Eric sabía que Juan se iría por eso dejó toda su comida debajo del asiento de

Juan. En ese momento, en su espíritu nació algo más que el egoísmo, confundido salió

a pensar, y se sentó debajo de un manzano, y sin darse cuenta ¡estaba sentado debajo

de un manzano!

Acudió rápidamente al pueblo de Eric y le enseñó el manzano.

– ¡Sabía que volverías, gracias!

Juan se quedó a vivir en la Isla y así esta historia llegó a su fin.

Sara Perez Cueva

37
4 LEYENDA

LEYENDA EN INGLES

ATTILA AND THE WOLVES

The narration that I am going to tell today, more than a story is a real fact accompanied

by a certain fantasy and that happened, not many years ago, in a Spanish province

called Zamora, in a village already very close to the border with Portugal, called the

Campillo. It was named because of the seven villages that comprised the town hall of

San Pedro de la Nave was the village that contained the smallest territory. Someone

came up with the name that best suited you.

It was only a few years ago that the village headed by the town hall had been anegada

by the waters of the reservoir. In other words, the village of San Pedro de la Nave.

Together with him, in addition to many others, a annex of the same called the Pueblica

was buried; Another two, Villanueva of the corks and Villaflor of Alba were on the

other bank and thus, the Council disappeared. On the left bank of the river is left,

Valdeperdices and Almond were left with the referral of El Campillo.

But most important of this narrative is that in quoted San Pedro de la Nave there was

a Visigoth church of the VII or IX centuries of high historical value for the few vestiges

of that culture that remain in the Iberian Peninsula. Well, being esteemed this jewel of

Visigoth architecture worthy of being saved from the waters, was moved, stone by

Stone, to the village of El Campillo.

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It happened that a brother-in-law of Attila, who is the protagonist of this narration, was

the last cure of the aforementioned Visigoth Church of San Pedro de la Nave before

being reinstated in the Campillo. This priest was called Don Jose Fernandez and,

following the imminent floodplain of the church by the Swamp, was such the grief and

sadness that took hold of him that few years later died because of the melancholy that

caused him this fact.

With the minimal fortune that man left, and that it was the product of the gifts of the

parishioners and the meagre crops that gave him a small orchard that he himself, a hoe,

cultivated, left his relatives the penalty of leaving and some command to be told

Masses For some years in the reconstructed church of El Campillo.

In the celebration of one of these masses, in which the whole family used to gather

scattered by the towns of the contour, was Attila the priest's sister-in-law where she

had moved from the molars of the bread with a borrica and some saddlebags owned

by her husband Juan , brother of Joseph the curate. In the saddlebags he transported

two of his political grandchildren.

Having celebrated the mass and a subsequent family snack, because that was like a

pilgrimage, Attila, and something late at night, took the donkey with the saddlebags

and the two political grandchildren, were political grandchildren to be grandchildren

of John and his former wife and whose Names respond to Pepita and Luisito. He put

each one in each of the saddlebags and went to his village where John, safely, was

already waiting for her impatiently. To do this, and since the snack had lasted a little

longer than desired, he decided to take the shortcut of the mountain, despite and

ignoring the advice of his other relatives to go down the path of the plain, but it took

something more.

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Barely left the village, and road of molars of the bread, by that path Mulero, and

already in the valley of Tirocanto where the stream of El Alcornocal runs, the night

became bushy and evil would have passed it attilaa to distinguish the path if it were

not for the moon , which was semifilled, loomed by the angle where the land of wine

is located. Though he came from a mass by the soul of his brother-in-law, and given

that Attila was of cheerful character, Well that was to kill the fear that caused the dark,

or because the snack had been sumptuous and well watered with the broths of the

vineyards of the family, she began to sing songs of the peasants while the children and

dozing in the saddlebags Q The EU was carrying the donkey. It must be said that Attila

was on foot not to fatigue the pollina and also to avoid stumbling.

When they were climbing the slope of Rejasvueltas, he observed Attila a certain

restlessness in the donkey and seemed to see to his right a row of candles of those

that are seen in the Zamora processions of the holy burial. He stopped singing and

set himself a little better. A deep shiver swept her in all her small stature, because

Attila, who was very garrida, was of little stature. He ceased his hum and, as if to

weigh the situation, looked to his left side and the countenance was put even more

glowering. He soon realized that about fourteen wolves accompanied her in their

songs. Attila, who knew from experience that these animals are by nature cowards

and attack only when they take to win, as if it did not give importance to the matter,

began to sing the song of the mill, while with the star lashing to the edges of the

Restallaban way lilting as accompaniment fingerboard.

Already arrived by the payment of Rietaquemada the wolves had disappeared from

their perception, though she well knew that she was still accompanied by the sides of

the path hidden between the Holm oaks and the jarales. Without undaunted, and always

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using the same as the cadence of his songs, passed Valgrande without anything

happeningShe was aware that if the wolves attacked her the first thing they would do

was cutting the children, who, innocent of danger, were still sleeping in the saddlebags

on the donkey. Attila began to feel a certain joy because the forest of Holm oaks, Jaras,

Oaks and Cork Oaks was at an end. He had already passed the road leading to the

Marra of the Cueto, The highest vertex of the entire contour, and only three or four

hundred meters from there returned the open fields of the plowed lands. Some of the

fading lights of the town were already spotted. This would definitely be one of the

many adventures I could count on.

When the blood had regained its natural warmth and the goose skin had disappeared,

hete here that in the middle of the road there were four wolves seated waiting for it

and another five on each side reappeared as closing the advance.

He didn't know how to read Attila and thought he would never learn. For a few

moments she felt terrified and helpless. How to get out of the situation? In those

moments he remembered that he wore a box of matches in his avantal. When a few

steps were missing, where the wolves were waiting, he lit a match. The wolves on both

sides withdrew as something frightened, but those in the middle of the road remained

there motionless as if they knew that the victory was theirs. Attila, since the light of

the moon had become more potent, it could apercibir that where it passed at that time

there was a thicket of jaras in whose bed there was litter and dry tinder. Without losing

his composure with a match he lit and a great blaze came out. The wolves vanished

from his sight, but she well knew they would not have gone far. He decided to spend

the night next to that makeshift bonfire until dawn. She was feeding her with

41
neighboring scrubs without straying much from the children and having tied the

donkey in a Carrasco a few meters from the fire.

The children took them out of the saddlebags and accommodated them by the

bonfire. When they woke up they felt like crying when they saw the night, the

Moon and the fire, but she gave them nuts and almonds taken from her avantal and

told them they were going to sleep there until dawn at which time her parents would

come to cut firewood in the bush. The children asked why the whole time was

trallazos to the ground and made the bonfire bigger. He replied that the fire made

her big so as not to be cold by the relentless night and that gave trallazos to scare

away the possible vermin that might want to approach to warm.

It is evident that the children did not sleep and found the adventure of that night

delightful.

At dawn a group of people from the village approached the path of the corner hole

in search of Attila and the children. Among them was Juan, the husband of Attila

and the grandfather of the children, their parents, a couple of the Guardia Civil and

other people of the town.

When they asked Attila what had happened, she had difficulty answering. A sobs of

joy was the momentary answer. Already back in town and out of danger was telling

the ins and outs of the adventure.

42
Days later an authorized whipping was organized in that area of the mountain by

all the towns of the contour and they managed to abate fourteen wolves that were

exposed in most of the towns of the round.

This narration was much commented on for a long time because Attila was always

counting it when she was in the Solana with other women. I was one of the children

who was in the saddlebags of the donkey I was never aware of the danger lived, but I

can say that all that was told by Attilaa does not deviate from the truth and that you

now, through this story , you also know her.

43
LEYENDA EN ESPAÑOL

ATILANA Y LOS LOBOS

Muelas del Pan

La narración que hoy voy a relatar, más que un cuento es un hecho real acompañado

de una cierta fantasía y que sucedió, no hace muchos años, en una provincia española

llamada Zamora, en un pueblecito ya muy cercano a la frontera con Portugal,

llamado El Campillo. Se llamaba así porque de las siete aldeas que componían el

ayuntamiento de San Pedro de la Nave era la aldea que contenía el territorio más

chico. A alguien se le ocurrió que el nombre que mejor le convenía.

Hacía muy pocos años que la aldea cabeza del ayuntamiento había sido anegada por

las aguas del embalse del Esla; es decir, el pueblecito de San Pedro de la Nave. Junto

con él, amén de otros muchos, quedó sepultado un anejo de mismo llamado La

Pueblica; otros dos, Villanueva de los Corchos y Villaflor de Alba quedaron en la

otra orilla y así, de esta forma, el concejo desapareció. Por la margen izquierda del

río Esla quedaron, quedaron Valdeperdices y Almendra con el referido de El

Campillo. Pero lo más importante de esta narración es que en citado San Pedro de la

Nave había una iglesia visigótica de los siglos VII o IX de alto valor histórico por los

pocos vestigios de esa cultura que quedan en la península Ibérica. Pues bien, al ser

estimada esta joya de la arquitectura visigótica digna de ser salvada de las aguas, fue

trasladada, piedra a piedra, a la aldea de El Campillo.

44
Sucedió que un cuñado de Atilana, que es la protagonista de esta narración, fue el

último cura de la citada iglesia visigótica de San Pedro de la Nave antes de ser

reinstalada en El Campillo. Este cura se llamaba Don José Fernández y, a raíz de la

inminente anegación de la iglesia por el pantano, fue tal la pesadumbre y tristeza que

se apoderaron de él que pocos años después moriría a causa de la melancolía que le

produjo tal hecho.

Con la poquísima fortuna que el hombre dejó, y que era el producto de las dádivas de

los parroquianos y de las exiguas cosechas que le daba una pequeña huerta que él

mismo, azadón en ristre, cultivada, dejó a sus familiares la pena de irse y alguna

manda para que le dijeran misas durante algunos años en la reconstruida iglesia de El

Campillo.

En la celebración de una de estas misas, en las que solía reunirse toda la familia

esparcida por los pueblos del contorno, estaba Atilana cuñada del cura a donde se

había desplazado desde Muelas del Pan con una borrica y unas alforjas propiedad de

su marido Juan, hermano de José el cura. En las alforjas trasportó a dos de sus nietos

políticos.

Habiéndose celebrado la misa y una posterior merienda familiar, porque aquello era

como una romería, Atilana, ya algo entrada la noche, tomó la burra con las alforjas y

los dos nietos políticos, eran nietos políticos por ser nietos de Juan y de su anterior

esposa y cuyos nombres responden a Pepita y Luisito. Metió a cada uno en cada una

45
de las alforjas y se dirigió a su pueblo donde Juan, con seguridad, ya la estaba

esperando con impaciencia. Para ello, y puesto que la merienda se había prolongado

algo más de lo deseado, decidió tomar el atajo del monte, a pesar y desoyendo los

consejos los consejos de sus otros familiares de que fuese por el camino del llano,

aunque tardase algo más.

Apenas abandonado el pueblo, ya camino de Muelas del Pan, por aquel sendero

mulero, y ya en el Valle de Tirocanto por donde discurre el Arroyo de El Alcornocal,

la noche se hizo tupida y mal lo hubiera pasado Atilana para distinguir el sendero si

no fuera por la luna, que semillena, asomaba por el ángulo donde está situada la

Tierra del Vino. A pesar de venía de una misa por el alma de su cuñado, y dado que

Atilana era de carácter alegre, bien que fuera para matar el miedo que le producía la

obscuridad, o bien porque la merienda había sido opípara y bien regada con los

caldos propios de las viñas de la familia, ella se puso a cantar canciones propias de

labradores mientras los niños ya dormitaban en las alforjas que portaba la burra. Hay

que decir que Atilana iba a pié para no fatigar a la pollina y, también, para evitar que

tropezara.

Cuando estaban subiendo la ladera de Rejasvueltas, observó Atilana una cierta

inquietud en la burra y parecióle ver a su derecha una hilera de cirios de esos que se

ven en las procesiones zamoranas del Santo Entierro. Dejó de cantar y se fijó un

poco mejor. Un profundo escalofrío la recorrió en toda su pequeña estatura, porque

Atilana, que muy garrida, era de pequeña estatura. Cesó su canturreo y, como para

sopesar la situación, miró a su lado izquierdo y el semblante se le puso aún más

46
ceñudo. Vio hasta siete siluetas en forma de perro. Pronto se percató de que,

aproximadamente, catorce lobos la acompañaban en sus cantares. Atilana, que sabía

por experiencia que estos animales son por naturaleza cobardes y atacan solamente

cuando llevan las de ganar, como si no le diera importancia al asunto, comenzó a

cantar la canción de La Molinera, al tiempo que con la tralla daba latigazos a los

cantos del camino que restallaban de forma cadenciosa como diapasón de

acompañamiento.

Ya llegada por el pago de Rietaquemada los lobos habían desaparecido de su

percepción, aunque ella bien sabía que la seguían acompañando por los lados del

sendero escondidos entre las encinas y los jarales. Sin amilanarse, y siempre

utilizando la tralla como cadencia de sus cantares, pasó Valgrande sin que nada

sucediera,

Ella era consciente de que si los lobos la atacaban lo primero que harían era

descuartizar a los niños, que, inocentes del peligro, seguían durmiendo en las alforjas

sobre la burra. Atilana comenzaba a sentir una cierta alegría porque el bosque de

encina, jaras, robles y alcornoques estaba tocando a su fin. Ya había pasado el

camino que conduce a la Marra del Cueto, el vértice más alto de todo el contorno, y a

sólo trescientos o cuatrocientos metros de allí volvían los campos abiertos de las

tierras aradas. Ya se divisaban algunas de las luces mortecinas del pueblo.

Decididamente ésta sería una de las muchas aventuras que podría contar.

Cuando ya la sangre había recobrado su calor natural y había desaparecido la piel de

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gallina, hete aquí que en la mitad del camino había cuatro lobos sentados esperándola

y otros cinco por cada lado reaparecían como cerrándole el avance.

No sabía leer Atilana y pensó que ya nunca aprendería. Por unos momentos se sintió

aterrorizada y desamparada. ¿Cómo salir de la situación? En aquellos momentos

recordó que llevaba en su avantal una caja de cerillas. Cuando faltaban pocos pasos a

donde los lobos esperaban encendió una cerilla. Los lobos de ambos lados se

retiraron como algo atemorizados, pero los de en medio del camino seguían allí

inmóviles como sabiendo que la victoria era suya. Atilana, puesto que la luz de la

luna se había hecho más potente, pudo apercibir que por donde pasaba en esos

momentos había un matorral de jaras en cuyo lecho había hojarasca y yesca seca. Sin

perder la compostura con una cerilla encendió y salió una gran llamarada. Los lobos

desaparecieron de su vista, pero ella bien sabía que no habrían ido lejos. Decidió

pasar la noche junto a aquella hoguera improvisada hasta el amanecer. La fue

alimentando con matorrales vecinos sin alejarse mucho de los niños y habiendo atado

la burra en un carrasco a pocos metros de la lumbre.

A los niños los sacó de las alforjas y los acomodó junto a la hoguera. Al despertarse

sintieron ganas de llorar al ver la noche, la luna y la lumbre, pero ella les dio nueces

y almendra sacadas de su avantal y les dijo que iban a dormir allí hasta el amanecer

en cuyo momento sus padres vendrían a cortar leña en el monte. Los niños le

preguntaron porqué todo el tiempo daba trallazos al suelo y hacía más grande la

hoguera. Les contestó que la lumbre la hacía grande para no pasar frío por el relente

de la noche y que daba trallazos para espantar a las posibles alimañas que pudieran

48
querer acercarse para calentarse.

Es evidente que los niños no durmieron y les pareció encantadora la aventura de

aquella noche.

Al amanecer un grupo de gentes del pueblo se acercaba por el camino del Hoyo de la

Esquina en busca de Atilana y los niños. Entre ellas estaba Juan, el marido de Atilana

y abuelo de los niños, los padres de éstos, una pareja de la Guardia Civil y otras

personas del pueblo.

Cuando le preguntaron a Atilana qué había sucedido, tuvo dificultades para

responder. Un sollozo de alegría fue la respuesta momentánea. Ya de regreso al

pueblo y fuera de peligro les fue contando los pormenores de la aventura.

Días después se organizó una batida autorizada en esa zona del monte por todos los

pueblos del contorno y consiguieron abatir catorce lobos que fueron expuestos en la

mayor parte de los pueblos de la redonda.

Esta narración fue muy comentada durante largo tiempo porque Atilana siempre la

contaba cuando estaba en la solana con otras mujeres. Yo que era uno de los niños

que estaba en las alforjas de la burra nunca fui consciente del peligro vivido, pero

puedo afirmar que todo cuanto contó Atilana no se aparta un ápice de la verdad y que

vosotros ahora, por mediación de este relato, también la conocéis

49
5.-NOVELA

LA NOVELA EN INGLES

ONE HUNDRED YEARS OF SOLITUDE

Chapter 1

MANY YEARS LATER as he faced the firing squad, Colonel Aureliano Buendía was

to remember that distant afternoon when his father took him to discover ice. At that

time Macondo was a village of twenty adobe houses, built on the bank of a river of

clear water that ran along a bed of polished stones, which were white and enormous,

like prehistoric eggs. The world was so recent that many things lacked names, and in

order to indicate them it was necessary to point. Every year during the month of March

a family of ragged gypsies would set up their tents near the village, and with a great

uproar of pipes and kettledrums they would display new inventions. First they brought

the magnet. A heavy gypsy with an untamed beard and sparrow hands, who introduced

himself as Melquíades, put on a bold public demonstration of what he himself called

the eighth wonder of the learned alchemists of Macedonia. He went from house to

house dragging two metal ingots and everybody was amazed to see pots, pans, tongs,

and braziers tumble down from their places and beams creak from the desperation of

nails and screws trying to emerge, and even objects that had been lost for a long time

appeared from where they had been searched for most and went dragging along in

turbulent confusion behind Melquíades’ magical irons. “Things have a life of their

50
own,” the gypsy proclaimed with a harsh accent. “It’s simply a matter of waking up

their souls.” José Arcadio Buendía, whose unbridled imagination always went beyond

the genius of nature and even beyond miracles and magic, thought that it would be

possible to make use of that useless invention to extract gold from the bowels of the

earth. Melquíades, who was an honest man, warned him: “It won’t work for that.” But

José Arcadio Buendía at that time did not believe in the honesty of gypsies, so he

traded his mule and a pair of goats for the two magnetized ingots. Úrsula Iguarán, his

wife, who relied on those animals to increase their poor domestic holdings, was unable

to dissuade him. “Very soon well have gold enough and more to pave the floors of the

house,” her husband replied. For several months he worked hard to demonstrate the

truth of his idea. He explored every inch of the region, even the riverbed, dragging the

two iron ingots along and reciting Melquíades’ incantation aloud. The only thing he

succeeded in doing was to unearth a suit of fifteenth-century armor which had all of

its pieces soldered together with rust and inside of which there was the hollow

resonance of an enormous stone-filled gourd. When José Arcadio Buendía and the four

men of his expedition managed to take the armor apart, they found inside a calcified

skeleton with a copper locket containing a woman’s hair around its neck. In March the

gypsies returned. This time they brought a telescope and a magnifying glass the size

of a drum, which they exhibited as the latest discovery of the Jews of Amsterdam.

They placed a gypsy woman at one end of the village and set up the telescope at the

entrance to the tent. For the price of five reales, people could look into the telescope

and see the gypsy woman an arm’s length away. “Science has eliminated distance,”

Melquíades proclaimed. “In a short time, man will be able to see what is happening in

any place in the world without leaving his own house.” A burning noonday sun brought

51
out a startling demonstration with the gigantic magnifying glass: they put a pile of dry

hay in the middle of the street and set it on fire by concentrating the sun’s rays. José

Arcadio Buendía, who had still not been consoled for the failure of big magnets,

conceived the idea of using that invention as a weapon of war. Again Melquíades tried

to dissuade him, but he finally accepted the two magnetized ingots and three colonial

coins in exchange for the magnifying glass. Úrsula wept in consternation. That money

was from a chest of gold coins that her father had put together ova an entire life of

privation and that she had buried underneath her bed in hopes of a proper occasion to

make use of it. José Arcadio Buendía made no at. tempt to console her, completely

absorbed in his tactical experiments with the abnegation of a scientist and even at the

risk of his own life. In an attempt to show the effects of the glass on enemy troops, he

exposed himself to the concentration of the sun’s rays and suffered burns which turned

into sores that took a long time to heal. Over the protests of his wife, who was alarmed

at such a dangerous invention, at one point he was ready to set the house on fire. He

would spend hours on end in his room, calculating the strategic possibilities of his

novel weapon until he succeeded in putting together a manual of startling instructional

clarity and an irresistible power of conviction. He sent it to the government,

accompanied by numerous descriptions of his experiments and several pages of

explanatory sketches; by a messenger who crossed the mountains, got lost in

measureless swamps, forded stormy rivers, and was on the point of perishing under

the lash of despair, plague, and wild beasts until he found a route that joined the one

used by the mules that carried the mail. In spite of the fact that a trip to the capital was

little less than impossible at that time, José Arcadio Buendía promised to undertake it

as soon as the government ordered him to so that he could put on some practical

52
demonstrations of his invention for the military authorities and could train them

himself in the complicated art of solar war. For several years he waited for an answer.

Finally, tired of waiting, he bemoaned to Melquíades the failure of his project and the

gypsy then gave him a convincing proof of his honesty: he gave him back the

doubloons in exchange for the magnifying glass, and he left him in addition some

Portuguese maps and several instruments of navigation. In his own handwriting he set

down a concise synthesis of the studies by Monk Hermann. which he left José Arcadio

so that he would be able to make use of the astrolabe, the compass, and the sextant.

José Arcadio Buendía spent the long months of the rainy season shut up in a small

room that he had built in the rear of the house so that no one would disturb his

experiments. Having completely abandoned his domestic obligations, he spent entire

nights in the courtyard watching the course of the stars and he almost contracted

sunstroke from trying to establish an exact method to ascertain noon. When he became

an expert in the use and manipulation of his instruments, he conceived a notion of

space that allowed him to navigate across unknown seas, to visit uninhabited

territories, and to establish relations with splendid beings without having to leave his

study. That was the period in which he acquired the habit of talking to himself, of

walking through the house without paying attention to anyone, as Úrsula and the

children broke their backs in the garden, growing banana and caladium, cassava and

yams, ahuyama roots and eggplants. Suddenly, without warning, his feverish activity

was interrupted and was replaced by a kind of fascination. He spent several days as if

he were bewitched, softly repeating to himself a string of fearful conjectures without

giving credit to his own understanding. Finally, one Tuesday in December, at

lunchtime, all at once he released the whole weight of his torment. The children would

53
remember for the rest of their lives the august solemnity with which their father,

devastated by his prolonged vigil and by the wrath of his imagination, revealed his

discovery to them: “The earth is round, like an orange.” Úrsula lost her patience. “If

you have to go crazy, please go crazy all by yourself!” she shouted. “But don’t try to

put your gypsy ideas into the heads of the children.” José Arcadio Buendía, impassive,

did not let himself be frightened by the desperation of his wife, who, in a seizure of

rage, mashed the astrolabe against the floor. He built another one, he gathered the men

of the village in his little room, and he demonstrated to them, with theories that none

of them could understand, the possibility of returning to where one had set out by

consistently sailing east. The whole village was convinced that José Arcadio Buendía

had lost his reason, when Melquíades returned to set things straight. He gave public

praise to the intelligence of a man who from pure astronomical speculation had

evolved a theory that had already been proved in practice, although unknown in

Macondo until then, and as a proof of his admiration he made him a gift that was to

have a profound influence on the future of the village: the laboratory of an

alchemist.By then Melquíades had aged with surprising rapidity. On his first trips he

seemed to be the same age as José Arcadio Buendía. But while the latter had preserved

his extraordinary strength, which permitted him to pull down a horse by grabbing its

ears, the gypsy seemed to have been worn dowse by some tenacious illness. It was, in

reality, the result of multiple and rare diseases contracted on his innumerable trips

around the world. According to what he himself said as he spoke to José Arcadio

Buendía while helping him set up the laboratory, death followed him everywhere,

sniffing at the cuffs of his pants, but never deciding to give him the final clutch of its

claws. He was a fugitive from all the plagues and catastrophes that had ever lashed

54
mankind. He had survived pellagra in Persia, scurvy in the Malayan archipelago,

leprosy in Alexandria, beriberi in Japan, bubonic plague in Madagascar, an earthquake

in Sicily, and a disastrous shipwreck in the Strait of Magellan. That prodigious

creature, said to possess the keys of Nostradamus, was a gloomy man, enveloped in a

sad aura, with an Asiatic look that seemed to know what there was on the other side of

things. He wore a large black hat that looked like a raven with widespread wings, and

a velvet vest across which the patina of the centuries had skated. But in spite of his

immense wisdom and his mysterious breadth, he had a human burden, an earthly

condition that kept him involved in the small problems of daily life. He would

complain of the ailments of old age, he suffered from the most insignificant economic

difficulties, and he had stopped laughing a long time back because scurvy had made

his teeth drop out. On that suffocating noontime when the gypsy revealed his secrets,

José Arcadio Buendía had the certainty that it was the beginning of a great friendship.

The children were startled by his fantastic stories. Aureliano, who could not have been

more than five at the time, would remember him for the rest of his life as he saw him

that afternoon, sitting against the metallic and quivering light from the window,

lighting up with his deep organ voice the darkest reaches of the imagination, while

down over his temples there flowed the grease that was being melted by the heat. José

Arcadio, his older brother, would pass on that wonderful image as a hereditary memory

to all of his descendants. Úrsula on the other hand, held a bad memory of that visit, for

she had entered the room just as Melquíades had carelessly broken a flask of bichloride

of mercury. “It’s the smell of the devil,” she said. “Not at all,” Melquíades corrected

her. “It has been proven that the devil has sulphuric properties and this is just a little

corrosive sublimate.” Always didactic, he went into a learned exposition of the

55
diabolical properties of cinnabar, but Úrsula paid no attention to him, although she

took the children off to pray. That biting odor would stay forever in her mind linked

to the memory of Melquíades. The rudimentary laboratory—in addition to a profusion

of pots, funnels, retorts, filters, and sieves—was made up of a primitive water pipe, a

glass beaker with a long, thin neck, a reproduction of the philosopher’s egg, and a still

the gypsies themselves had built in accordance with modern descriptions of the three-

armed alembic of Mary the Jew. Along with those items, Melquíades left samples of

the seven metals that corresponded to the seven planets, the formulas of Moses and

Zosimus for doubling the quantity of gold, and a set of notes and sketches concerning

the processes of the Great Teaching that would permit those who could interpret them

to undertake the manufacture of the philosopher’s stone. Seduced by the simplicity of

the formulas to double the quantity of gold, José Arcadio Buendía paid court to Úrsula

for several weeks so that she would let him dig up her colonial coins and increase them

by as many times as it was possible to subdivide mercury. Úrsula gave in, as always,

to her husband’s unyielding obstinacy. Then José Arcadio Buendía threw three

doubloons into a pan and fused them with copper filings, orpiment, brimstone, and

lead. He put it all to boil in a pot of castor oil until he got a thick and pestilential syrup

which was more like common caramel than valuable gold. In risky and desperate

processes of distillation, melted with the seven planetary metals, mixed with hermetic

mercury and vitriol of Cyprus, and put back to cook in hog fat for lack of any radish

oil, Úrsula’s precious inheritance was reduced to a large piece of burnt hog cracklings

that was firmly stuck to the bottom of the pot. When the gypsies came back, Úrsula

had turned the whole population of the village against them. But curiosity was greater

than fear, for that time the gypsies went about the town making a deafening noise with

56
all manner of musical instruments while a hawker announced the exhibition of the

most fabulous discovery of the Naciancenes. So that everyone went to the tent and by

paying one cent they saw a youthful Melquíades, recovered, unwrinkled, with a new

and flashing set of teeth. Those who remembered his gums that had been destroyed by

scurvy, his flaccid cheeks, and his withered lips trembled with fear at the final proof

of the gypsy’s supernatural power. The fear turned into panic when Melquíades took

out his teeth, intact, encased in their gums, and showed them to the audience for an

instant—a fleeting instant in which he went back to being the same decrepit man of

years past—and put them back again and smiled once more with the full control of his

restored youth. Even José Arcadio Buendía himself considered that Melquíades’

knowledge had reached unbearable extremes, but he felt a healthy excitement when

the gypsy explained to him atone the workings of his false teeth. It seemed so simple

and so prodigious at the same time that overnight he lost all interest in his experiments

in alchemy. He underwent a new crisis of bad humor. He did not go back to eating

regularly, and he would spend the day walking through the house. “Incredible things

are happening in the world,” he said to Úrsula. “Right there across the river there are

all kinds of magical instruments while we keep on living like donkeys.” Those who

had known him since the foundation of Macondo were startled at how much he had

changed under Melquíades’ influence. At first José Arcadio Buendía had been a kind

of youthful patriarch who would give instructions for planting and advice for the

raising of children and animals, and who collaborated with everyone, even in the

physical work, for the welfare of the community. Since his house from the very first

had been the best in the village, the others had been built in its image and likeness. It

had a small, welllighted living roost, a dining room in the shape of a terrace with gaily

57
colored flowers, two bedrooms, a courtyard with a gigantic chestnut tree, a well kept

garden, and a corral where goats, pigs, and hens lived in peaceful communion. The

only animals that were prohibited, not just in his house but in the entire settlement,

were fighting cocks. Úrsula’s capacity for work was the same as that of her husband.

Active, small, severe, that woman of unbreakable nerves who at no moment in her life

had been heard to sing seemed to be everywhere, from dawn until quite late at night,

always pursued by the soft whispering of her stiff, starched petticoats. Thanks to her

the floors of tamped earth, the unwhitewashed mud walls, the rustic, wooden furniture

they had built themselves were always dean, and the old chests where they kept their

clothes exhaled the warm smell of basil. José Arcadio Buendía, who was the most

enterprising man ever to be seen in the village, had set up the placement of the houses

in such a way that from all of them one could reach the river and draw water with the

same effort, and he had lined up the streets with such good sense that no house got

more sun than another during the hot time of day. Within a few years Macondo was a

village that was more orderly and hard working than any known until then by its three

hundred inhabitants. It was a truly happy village where no one was over thirty years

of age and where no one had died. Since the time of its founding, José Arcadio Buendía

had built traps and cages. In a short time he filled not only his own house but all of

those in the village with troupials, canaries, bee eaters, and redbreasts. The concert of

so many different birds became so disturbing that Úrsula would plug her ears with

beeswax so as not to lose her sense of reality. The first time that Melquíades’ tribe

arrived, selling glass balls for headaches, everyone was surprised that they had been

able to find that village lost in the drowsiness of the swamp, and the gypsies confessed

58
that they had found their way by the song of the birds(…) (marquez, One Hundred

Years of Solitude, 1967)

59
LA NOVELA EN ESPAÑOL

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

CIEN AÑOS DE SOLEDAD

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía

había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.

Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la

orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas,

blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas

cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarías con el dedo. Todos

los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa

cerca de la aldea, y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los

nuevos inventos. Primero llevaron el imán. Un gitano corpulento, de barba montaraz

y manos de gorrión, que se presentó con el nombre de Melquiades, hizo una truculenta

demostración pública de lo que él mismo llamaba la octava maravilla de los sabios

alquimistas de Macedonia. Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metálicos, y

todo el mundo se espantó al ver que los calderos, las pailas, las tenazas y los anafes se

caían de su sitio, y las maderas crujían por la desesperación de los clavos y los tornillos

tratando de desenclavarse, y aun los objetos perdidos desde hacía mucho tiempo

aparecían por donde más se les había buscado, y se arrastraban en desbandada

turbulenta detrás de los fierros mágicos de Melquíades. «Las cosas, tienen vida propia

-pregonaba el gitano con áspero acento-, todo es cuestión de despertarles el ánima.»

60
José Arcadio Buendía, cuya desaforada imaginación iba siempre más lejos que el

ingenio de la naturaleza, y aun más allá del milagro y la magia, pensó que era posible

servirse de aquella invención inútil para desentrañar el oro de la tierra. Melquíades,

que era un hombre honrado, le previno: «Para eso no sirve.» Pero José Arcadio

Buendía no creía en aquel tiempo en la honradez de los gitanos, así que cambió su

mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados. Úrsula Iguarán, su mujer,

que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio

doméstico, no consiguió disuadirlo. «Muy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar

la casa», replicó su marido. Durante varios meses se empeñó en demostrar el acierto

de sus conjeturas. Exploró palmo a palmo la región, inclusive el fondo del río,

arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquíades.

Lo único que logró desenterrar fue una armadura del siglo xv con todas sus partes

soldadas por un cascote de óxido, cuyo interior tenía la resonancia hueca de un enorme

calabazo lleno de piedras. Cuando José Arcadio Buendía y los cuatro hombres de su

expedición lograron desarticular la armadura, encontraron dentro un esqueleto

calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer.

En marzo volvieron los gitanos. Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamaño

de un tambor, que exhibieron como el último descubrimiento de los judíos de

Amsterdam. Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la

entrada de la carpa. Mediante el pago de cinco reales, la gente se asomaba al catalejo

y veía a la gitana al alcance de su mano. «La ciencia ha eliminado las distancias»,

pregonaba Melquíades. «Dentro de poco, el hombre podrá ver lo que ocurre en

cualquier lugar de la tierra, sin moverse de su casa.» Un mediodía ardiente hicieron

una asombrosa demostración con la lupa gigantesca: pusieron un montón de hierba

61
seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentración de los rayos

solares. José Arcadio Buendía, que aún no acababa de consolarse por el fracaso de sus

imanes, concibió la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra. Melquíades,

otra vez, trató de disuadirlo. Pero terminó por aceptar los dos lingotes imantados y tres

piezas de dinero colonial a cambio de la lupa. Úrsula lloró de consternación. Aquel

dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre había acumulado en

toda una vida de privaciones, y que ella había enterrado debajo de la cama en espera

de una buena ocasión para invertirías. José Arcadio Buendía no trató siquiera de

consolarla, entregado por entero a sus experimentos tácticos con la abnegación de un

científico y aun a riesgo de su propia vida. Tratando de demostrar los efectos de la lupa

en la tropa enemiga, se expuso él mismo a la concentración de los rayos solares y sufrió

quemaduras que se convirtieron en úlceras y tardaron mucho tiempo en sanar. Ante las

protestas de su mujer, alarmada por tan peligrosa inventiva, estuvo a punto de

incendiar la casa. Pasaba largas horas en su cuarto, haciendo cálculos sobre las

posibilidades estratégicas de su arma novedosa, hasta que logró componer un manual

de una asombrosa claridad didáctica y un poder de convicción irresistible. Lo envió a

las autoridades acompañado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de

varios pliegos de dibujos explicativos, al cuidado de un mensajero que atravesó la

sierra, y se extravió en pantanos desmesurados, remontó ríos tormentosos y estuvo a

punto de perecer bajo el azote de las fieras, la desesperación y la peste, antes de

conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo. A pesar de que el viaje a la

capital era en aquel tiempo poco menos que imposible, José Arcadio Buendia prometía

intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno, con el fin de hacer

demostraciones prácticas de su invento ante los poderes militares, y adiestrarlos

62
personalmente en las complicadas artes de la guerra solar. Durante varios años esperó

la respuesta. Por último, cansado de esperar, se lamentó ante Melquíades del fracaso

de su iniciativa, y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez: le

devolvió los doblones a cambio de la lupa, y le dejó además unos mapas portugueses

y varios instrumentos de navegación. De su puño y letra escribió una apretada síntesis

de los estudios del monje Hermann, que dejó a su disposición para que pudiera servirse

del astrolabio, la brújula y el sextante. José Arcadio Buendía pasó los largos meses de

lluvia encerrado en un cuartito que construyó en el fondo de la casa para que nadie

perturbara sus experimentos. Habiendo abandonado por completo las obligaciones

domésticas, permaneció noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros, y

estuvo a punto de contraer una insolación por tratar de establecer un método exacto

para encontrar el mediodía. Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus

instrumentos, tuvo una noción del espacio que le permitió navegar por mares

incógnitos, visitar territorios deshabitados y trabar relación con seres espléndidos, sin

necesidad de abandonar su gabinete. Fue ésa la época en que adquirió el hábito de

hablar a solas, paseándose por la casa sin hacer caso de nadie, mientras Úrsula y los

niños se partían el espinazo en la huerta cuidando el plátano y la malanga, la yuca y el

ñame, la ahuyama y la berenjena. De pronto, sin ningún anuncio, su actividad febril se

interrumpió y fue sustituida por una especie de fascinación. Estuvo varios días como

hechizado, repitiéndose a sí mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas, sin

dar crédito a su propio entendimiento. Por fin, un martes de diciembre, a la hora del

almuerzo, soltó de un golpe toda la carga de su tormento. Los niños habían de recordar

por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentó a la cabecera

de la mesa, temblando de fiebre, devastado por la prolongada vigilia y por el encono

63
de su imaginación, y les reveló su descubrimiento. -La tierra es redonda como una

naranja. Úrsula perdió la paciencia. «Si has de volverte loco, vuélvete tú solo - gritó-.

Pero no trates de inculcar a los niños tus ideas de gitano.» José Arcadio Buendía,

impasible, no se dejó amedrentar por la desesperación de su mujer, que en un rapto de

cólera le destrozó el astrolabio contra el suelo. Construyó otro, reunió en el cuartito a

los hombres del pueblo y les demostró, con teorías que para todos resultaban

incomprensibles, la posibilidad de regresar al punto de partida navegando siempre

hacia el Oriente. Toda la aldea estaba convencida de que José Arcadio Buendía había

perdido el juicio, cuando llegó Melquíades a poner las cosas en su punto. Exaltó en

público la inteligencia de aquel hombre que por pura especulación astronómica había

construido una teoría ya comprobada en la práctica, aunque desconocida hasta

entonces en Macondo, y como una prueba de su admiración le hizo un regalo que había

de ejercer una influencia terminante en el futuro de la aldea: un laboratorio de

alquimia.`(…… (marquez, cien años de soledad, 2012)

64
6 BIOGRAFIA

BIOGRAFIA EN INGLES

BIOGRAPHY OF CESAR VALLEJO

César Vallejo was born to Francisco de Paula Vallejo Benítez and María de los Santos

Mendoza Gurrionero in Santiago de Chuco, a remote village in the Peruvian Andes.

He was the youngest of eleven children. His grandfathers were both Spanish priests,

and his grandmothers were both indigenous Peruvians

Lack of funds forced him to withdraw from his studies for a time and work at a sugar

plantation, the Roma Hacienda, where he witnessed the exploitation of agrarian

workers firsthand, an experience which would have an important impact on his politics

and aesthetics. Vallejo received a BA in Spanish literature in 1915, the same year that

he became acquainted with the bohemia of Trujillo, in particular with APRA co-

founders Antenor Orrego and Victor Raul Haya de la Torre.

In 1911 Vallejo moved to Lima, where he studied at National University of San

Marcos, read, worked as a schoolteacher, and came into contact with the artistic and

political avant-garde. While in Lima, he also produced his first poetry collection, Los

heraldos negros. Despite its stated publication year of 1918, the book was actually

published a year later. It is also heavily influenced by the poetry and other writings of

fellow Peruvian Manuel González Prada, who had only recently died. Vallejo then

suffered a number of calamities over the next few years: he refused to marry a woman

with whom he had an affair and thus lost his teaching post.

65
His mother died in 1918. In May 1920, homesickness drove him to return to Santiago

de Chuco. On the first of August, the house belonging to the Santa María Calderón

family, who transported merchandise and alcohol by pack animals from the coast, was

looted and set on fire. Vallejo was unjustly accused as a both a participant and

instigator of the act. He hid but was discovered, arrested, and thrown in a Trujillo jail

where he would remain for 112 days (From November 6, 1920 until February 26,

1921). On December 24, 1920 he won second place (first place was declared void)

from the city hall of Trujillo for the poem, "Fabla de gesta (Tribute to Marqués de

Torre Tagle)". Vallejo competed by hiding his identity with a pseudonym in an attempt

to give impartiality to the competition.

In the work, "Vallejo en los infiernos",[2] the author, a practicing lawyer, Eduardo

González Viaña revealed key pieces of judicial documentation against the poet and

showed deliberate fabrications by the judge and his enemies to imprison him. It

indicted the victims but excluded prosecution to those criminally involved. They

invented testimonies and attributed them to people who subsequently declared that

they had never been to Santiago de Chuco, the place of the crime. Finally, the material

author was escorted to Trujillo to testify before the Supreme Court. However, on the

long journey, the gendarmes, french police officers, that guarded him, shot and killed

him under the pretext that he had attempted to escape. Moreover, the author has

investigated the other actions of the judge ad hoc. In truth, he was a lawyer for the

large reed business "Casagrande" and of the "Quiruvilca" mine where the employees

operated without a schedule and were victims of horrific working conditions. All of

this highlights the political character of the criminal proceedings. With Vallejo it had

66
tried to mock his generation, university students that attempted to rise up against the

injustice and embraced anarchism and socialism, utopias of the century.

The judicial process was never closed. The poet left jail on behalf of a temporary

release. Years later in Europe, he knew that he could never return to his home country.

Jail and the "hells" revealed in this novel awaited him with an open door.

In 2007 the Judiciary of Peru vindicated Vallejo's memory in a ceremony calling to

the poet unfairly accused.[3] Nonetheless, 1922 he published his second volume of

poetry, Trilce,which is still considered one of the most radically avant-garde poetry

collections in the Spanish language. After publishing the short story

collections Escalas melografiadas and Fabla salvaje in 1923, Vallejo emigrated to

Europe under the threat of further incarceration and remained there until his death in

Paris in 1938.

His European years found him living in dire poverty in Paris, with the exception of

three trips to the USSR and a couple of years in the early 1930s spent in exile in Spain.

In those years he shared the poverty with Pablo Picasso. In 1926 he met his first French

mistress, Henriette Maisse, with whom he lived until a breakup in October 1928. In

1927 he had formally met Georgette Marie Philippart Travers (see Georgette Vallejo),

whom he had seen when she was 17 and lived in his neighborhood. This was also the

year of his first trip to Russia. They eventually became lovers, much to the dismay of

her mother. Georgette traveled with him to Spain the end of December 1930 and

returned in January 1932. In 1930 the Spanish government awarded him a modest

author's grant. When he returned to Paris, he also went on to Russia to participate in

the International Congress of Writers' Solidarity towards the Soviet Regime (not to be

confused with the First Congress of Soviet Writers of 1934, which solidified the

67
parameters for Socialist Realism). Back in Paris Vallejo married Georgette Philippart

in 1934. His wife remained a controversial figure concerning the publication of

Vallejo's works for many years after his death. (wikipedia ingles, s.f.)

68
BIOGRAFIA EN ESPAÑOL

BIOGRAFÍADE CESAR VALLEJO

Primeros años

César Abraham Vallejo Mendoza nació el 16 de marzo de 1892 en Santiago de Chuco,

pueblo en una zona alta del departamento de La Libertad, en Perú. Hijo de Francisco

de Paula Vallejo Benítez y María de los Santos Mendoza Gurrionero, fue el menor de

once hermanos; su apariencia mestiza se debió a que sus abuelas fueron indígenas y

sus abuelos gallegos, uno de ellos fue el sacerdote mercedario José Rufo Vallejo, quien

yace en las catacumbas de la iglesia del pueblo de Pallasca en Áncash. Vallejo era un

«hombre muy moreno, con nariz de boxeador y gomina en el pelo», recordaba César

González Ruano, en una entrevista publicada en el Heraldo de Madrid, el 27 de enero

de 1931.

Sus padres querían dedicarlo al sacerdocio, lo que él en su primera infancia aceptó de

muy buena gana; de ahí que existan tantas referencias bíblicas y litúrgicas en sus

primeros versos. Sus estudios primarios los realizó en el Centro Escolar Nº 271 del

mismo Santiago de Chuco, pero desde abril de 1905 hasta 1909 estudió la secundaria

en el Colegio Nacional San Nicolás de Huamachuco.

En 1910 se matricula en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional de Trujillo,

pero debido a problemas económicos retorna a su pueblo, con el propósito de trabajar

y ahorrar para continuar luego sus estudios. Apoya a su padre en las tareas

administrativas de gobernador y toma contacto con la realidad de los mineros

69
de Quiruvilca, cerca de Santiago de Chuco, lo que recordará más adelante en su

novela El tungsteno.

Viaja a Lima en 1911 para matricularse en la Facultad de Medicina de San Fernando,

pero nuevamente abandona el claustro universitario por razones económicas o tal vez

por desilusionarse de dicha carrera. Consigue un empleo de preceptor de los hijos de

un rico hacendado de Acobamba (departamento de Junín, sierra central peruana),

trabajo en el que permanece durante siete meses. Luego regresa a Trujillo, y en 1912

consigue un modesto empleo como ayudante de cajero en la hacienda azucarera

“Roma”, en el valle Chicama, donde fue testigo de la cruel explotación de los peones

indios.

La bohemia de Trujillo

En 1913 regresa a Trujillo con el propósito de retomar sus estudios universitarios en

Letras. A fin de costearse sus estudios, trabaja como maestro en el Centro Escolar de

Varones Nº 241, y luego como profesor del primer año de primaria en el Colegio

Nacional de San Juan, donde tuvo como alumno pequeño a Ciro Alegría, que más tarde

se convertiría en un gran novelista.6 El 22 de septiembre de 1915 se gradúa de bachiller

en Letras con su tesis El romanticismo en la poesía castellana.

En 1916 frecuenta con la juventud intelectual de la época agrupada en

la bohemia trujillana, conocida luego como Grupo Norte, donde figuran Antenor

Orrego, Alcides Spelucín, José Eulogio Garrido, Juan Espejo Asturrizaga, Macedonio

de la Torre y Víctor Raúl Haya de la Torre. Publica sus primeros poemas en los diarios

y revistas locales (algunas de las cuales son recogidas por publicaciones de Lima) y se

enamora de María Rosa Sandoval, joven atractiva e inteligente, que fue la musa

inspiradora de algunos de sus poemas de Los heraldos negros.

70
En 1917 conoce a Mirtho (Zoila Rosa Cuadra), una muchacha de quince años con

quien sostiene un apasionado y corto romance. Al parecer, Vallejo intenta suicidarse a

causa del desengaño. Sea como fuese, es convencido por sus amigos para viajar

a Lima a fin de proseguir sus estudios en la Universidad Nacional Mayor de San

Marcos y conseguir su doctorado en Letras y Derecho.

El recuerdo de María Rosa

El recuerdo de María Rosa Sandoval es la inspiración de su primer libro, “Los heraldos

negros”, y se junta al de la madre del poeta también llamada María en la imprecación

a Dios de su poema “Los dados eternos”: “Tú no tienes Marías que se van…” Después

de más de un año de romance, ella desaparece sin dejar huella. Se sabrá después que

María Rosa viajó a las serranías de Otuzco para alejarse del poeta a quien no quería

entristecer con su enfermedad mortal: una tuberculosis que terminó con su vida en

1918. La misteriosa amada que tanta importancia tiene en la poesía de Vallejo dejó un

inédito diario de vida revelado en la novela biográfica Vallejo en los

infiernos de Eduardo González Viaña.

Viaje a Lima. Los heraldos negros

Se embarca en el vapor Ucayali, y llega a Lima el 30 de diciembre de 1917. Conoce a

lo más selecto de la intelectualidad limeña. Se encuentra con Clemente Palma, que

había sido un furibundo detractor de su obra poética (había calificado de mamarracho

el poema «El poeta a su amada»), pero quien esta vez le da muestras de respeto. Llega

a entrevistarse con José María Eguren y con Manuel González Prada, a quien los más

jóvenes consideraban entonces un maestro y guía. En la capital, Vallejo se vinculó con

escritores e intelectuales como Abraham Valdelomar y su grupo Colónida, José Carlos

71
Mariátegui; con ambos hace profunda amistad. También conoce a Luis Alberto

Sánchez y Juan Parra del Riego. Asimismo, publica algunos de sus poemas en la

revista Suramérica del periodista Carlos Pérez Cánepa.

En 1918 entra a trabajar al colegio Barrós de Lima. Cuando en septiembre de ese año

muere el director y fundador de dicho colegio, Vallejo ocupa el cargo. Se enreda en

otra tormentosa relación amorosa, esta vez con Otilia Villanueva, una muchacha de 15

años, cuñada de uno de sus colegas. Debido a ello pierde su puesto de docente. Otilia

será la inspiradora de varios de los poemas de Trilce.

Al año siguiente consigue empleo como inspector disciplinario y profesor de

Gramática Castellana en el Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe. Ese

mismo año ve la luz su primer poemario Los heraldos negros, que muestran aún las

huellas del modernismo en su estructura, aunque ya se vislumbran algunas

características muy peculiares en el lenguaje poético. El poeta toca la angustia

existencial, la culpa personal y el dolor, como, por ejemplo, en los conocidos versos

«Hay golpes en la vida tan fuertes... ¡Yo no sé!» o «Yo nací un día / que Dios estuvo

enfermo». Circularon relativamente pocos ejemplares, pero el libro fue en general bien

recibido por la crítica. (wikipedia, s.f.)

72
Bibliografía

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