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¿En Núñez?

Proyecto Monumental: el plan de


River para construir un nuevo
estadio
Arquitectos e ingenieros no le dan más de diez años de vida al
Antonio Vespucio Liberti. La dirigencia encabezada por D'Onofrio
ya se empezó a mover.
El Monumental tiene 80 años. ¿Será demolido para darle lugar a otro gigante estadio más
moderno?

MAXIMILIANO BENOZZI

22/08/2018 - 18:18
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 River Plate

 River Plate
 Rodolfo D'Onofrio

Diez años. En River saben que ese es el tiempo de vida útil que le
queda al Monumental. ¿Qué hacer, entonces, con la imponente
mole de cemento de Núñez? ¿Remodelar el estadio o construir uno
nuevo? Si se decide la segunda opción, el actual será demolido. ¿Y
dónde se levantaría el nuevo? Tal vez en el mismo sitio. O quizás en
otro sector del club. Si no, habrá otra mudanza. Lo único que está
definido es que quieren un escenario que cumpla con todas
las recomendaciones FIFA.

El futuro del Antonio Vespucio Liberti es uno de los temas


centrales que ocupa a la conducción de Rodolfo D'Onofrio. Es por
eso que se hicieron diversas consultas a arquitectos e ingenieros,
cuyos estudios determinaron que el Monumental podría tener
problemas de infraestructura y de seguridad más
temprano que tarde.

D'Onofrio quiere construir uno nuevo. De todos modos, no son los


dirigentes los que definirán los destinos del Monumental, sino que
los proyectos deben pasar por la Asamblea de Socios.
“River necesita urgente una remodelación del Monumental. Porque
va a cumplir 80 años y ha quedado viejo en cuanto a sus
estructuras”, le había dicho D'Onofrio, en diciembre del 2017,
a Clarín. Es que el plan original contemplaba hacer una
remodelación íntegra al Monumental. Sin embargo, las distintas
evaluaciones y los bosquejos de presupuestos pusieron en duda esa
opción.

“A esta altura, sería mejor hacer un estadio nuevo que reformar el


actual”, le comentó a este diario otra fuente de la dirigencia. Y el
propio D’Onofrio lo ratificó en una reciente entrevista al diario Perfil.

El Monumental fue inaugurado el 26 de mayo de 1938. La última


remodelación importante se hizo hace un poco más de 40 años,
cuando fue una de las sedes del Mundial 78. Sin embargo, para
retocarlo ahora surgen complicaciones.

Entre las conclusiones de los ingenieros que hicieron los


estudios, aparecen las dificultades para aumentar la capacidad de
espectadores. Para tener más butacas se pensó en sacar la pista de
atletismo y agregar plateas bajas. En consecuencia, se debería
perforar el suelo pero las napas de agua provenientes del
Río de la Plata están muy cerca. Además, el campo visual para
quienes ocupen ese sector quedaría disminuido.

No son las únicas trabas. Hay otras que responden a la logística. Se


debería trasladar el Instituto River Plate. Y más aún: durante las
obras se tendría que alquilar otra cancha o resignar
espacio según al sector que esté en obra.
Esta situación lleva a analizar la parte económica. La
remodelación tiene un costo de entre 100 y 150 millones de dólares
según la evaluación inicial. Hacer un estadio nuevo, desde las bases,
alrededor de 300 millones de dólares. Aunque la primera opción
parece más económica, no lo es porque incrementaría otros
gastos. La posibilidad más barata, a priori, puede resultar
más costosa a futuro.

Ningún estadio tiene el aforo del Monumental. Por ende, jugar en


otra cancha haría caer las recaudaciones, sobre todo las de las áreas
vip. No poder contar con ese ingreso le produciría a River una
pérdida de alrededor de 20 millones de dólares anuales. Y alquilarle
a otro club su cancha costaría cerca de un millón y medio de pesos
(unos 50 mil dólares) por partido, aproximadamente.

Ojo, no sería la primera vez que River deba jugar un largo tiempo de
local en otro estadio. Ya sucedió en 1977 cuando se reformaba el
Monumental para el Mundial. Fue local en Huracán y allí
fue campeón del torneo Metropolitano, pero...

“La opción A siempre fue la reforma del actual estadio pero no vemos
mal hacer uno nuevo si es que aparece un terreno en las cercanías del
Monumental”, manifestó Mariano Taratuty, presidente del
Departamento de Planeamiento del club.

A su vez, cabe destacar, que se llevaron a cabo tareas para que el


Monumental luzca de la mejor manera posible. "Entre otras cosas se
implementó un sistema de riego de última generación como usan los
grandes equipos de Europa y se hizo un trabajo de descompactación
con púas importadas desde Estados Unidos" comentó Rodrigo
Pecollo, gerente de Infraestructura de la institución.
El año pasado había trascendido la posibilidad de que River
conseguiría unos terrenos que dan al Río de la Plata y que pertenecen
a las Fuerzas Armadas, ubicados a unos 600 metros del
Monumental, detrás del Espacio de la Memoria y los Derechos
Humanos (ex ESMA), cruzando la Avenida Cantilo, a escasos
pasos del Parque de los Niños. Sin embargo, quedó casi
que descartada porque parte de esas tierras serían utilizadas por la
Ciudad para trasladar allí al Tiro Federal.

Ante esa situación, tomó fuerza la chance de construir un


nuevo estadio en el mismo predio del club. Hay casos que
River tomaría como espejos. Uno de ellos es el del Tottenham
Hotspur, que construyó el nuevo estadio a metros de donde se
encontraba el anterior, el White Hart Lane, demolido el año pasado.
Athletic Bilbao también hizo el Nuevo San Mamés al lado de donde
estaba el anterior.

Si River toma ese camino, aun así, se edificaría a escasos metros del
Monumental pero con una planificación detallada para que recién se
deje de jugar en el actual estadio una vez que el nuevo esté listo para
ser habilitado.

“La idea es tener un estadio con los requerimientos de la FIFA para


más de 80 mil personas sentadas y que sea techado”, adelantó
Taratuty. Es que también se proyecta en la chance de que se celebre
el Mundial de 2030 en la Argentina (junto a Uruguay y Paraguay), y
que el estadio pueda ser sede del partido inaugural o de la final. Hoy
River tiene espacio para 66 mil personas y en la mayoría de los
partidos muchos hinchas se quedan sin entrada. ¿Podría hacerse un
estadio FIFA sólo remodelando el actual Monumental?
Para Jorge Aslan no habría razones para cambiar de estadio. Aslan es
arquitecto e hijo de José Aslan, quien junto a Héctor Ezcurra
llevaron adelante el diseño arquitectónico del Monumental en la
década del ’30, tomando como referencia el Coliseo de Roma. “El
Monumental es un estadio viejo pero no es un estadio
enfermo. Se puede remodelar tranquilamente. No va a tener
problemas de seguridad, siempre y cuando se hagan reformas y
mantenimiento”, afirmó en diálogo con este diario. Aunque,
reconoció que “si se construyen plateas hacia abajo, el campo
visual no será el mejor”.

Una opinión diferente tiene el arquitecto Agustín García Puga.


"Reformular el Monumental para transformarlo en un modelo que
cumpla las normas exigidas por FIFA es una tarea que resulta tan
ambiciosa como infructuosa porque estamos hablando de una
estructura de ocho décadas desde su inauguración", manifestó el
especialista en arquitectura deportiva.

Y añadió: "Es aconsejable construir un estadio nuevo antes


que intentar transformar y ampliar el existente por todos los
potenciales problemas que pueden surgir y con la probabilidad de
que no se pueda adaptar en un 100% a las exigentes normativas
internacionales".

¿Cómo se financiaría un nuevo estadio? Lo contó D’Onofrio: a


través de créditos blandos, a largo plazo y con inversores externos.
También, con la preventa de palcos y el naming, es decir
financiación a cargo de una empresa que luego tendrá el derecho de
poner su marca en el nombre del estadio. Por ejemplo, el del Atlético
de Madrid se llama Wanda Metropolitano dado que Wanda, grupo de
empresas inmobiliarias de capitales chinos, ganó los derechos para
poner su nombre. El del Arsenal inglés es Emirates, la aerolínea con
sede en Dubai.

Mientras tanto, en River analizan los detalles finales para elegir qué
rumbo tomar, aunque el proyecto de construir un nuevo estadio al
lado del actual va tomando cada vez más forma. Si esa es la elección,
el Monumental será demolido. De todos modos, el veredicto final lo
darán los socios.

Los cambios a lo largo de la historia


El Monumental tuvo dos reformas estructurales a lo largo de sus 80
años. La primera fue a fines de los '50 luego de la venta de Enrique
Omar Sívori, por 10 millones de pesos (una cifra récord para la
época) a la Juventus de Italia.

En sus comienzos, el estadio tenía la forma de una herradura. Faltaba construirse la tribuna que da al Río
de la Plata.
Con ese dinero, River cerró el estadio (hasta ese entonces tenía forma
de herradura) al construir dos bandejas en la tribuna que da al Río
de La Plata, que hoy, justamente, lleva el nombre de Sívori.

El Monumental se cerró en 1958 luego de la transferencia de Enrique Sívori a la Juventus un año antes.

Pero había quedado la parte alta por construir, que recién llegó
cuando se hicieron las obras para el Mundial '78, la segunda gran
reforma del Monumental. Allí también se lo acondicionó de acuerdo
a los estándares de la época.
La tribuna alta que da al Río de La Plata y el cartel luminoso llegaron con las reformas para el Mundial
'78.

Anteriormente, River tuvo su primera canchita del lado este de la


Dársena Sur, cerca de las Carboneras Wilson, de donde fue
desalojado en 1906 por orden del Ministerio de Agricultura, para
instalarse en Sarandí. Un año después vuelve a mudarse hacia el lado
Oeste de la Dársena Sur.
Dibujo de la primera cancha de River, en el lado Este de la Dársena Sur, cerca de las Carboneras Wilson.

Allí permaneció hasta 1913 cuando nuevamente fue desalojado y para


el año siguiente alquila provisoriamente la cancha de Ferro en
Caballito. En 1915 volvió a La Boca y se afincó en la manzana
comprendida por las calles Pinzón, Caboto, Aristóbulo del Valle y
Pedro de Mendoza. Hasta que ocho años después se produjo la gran
mudanza, no solo de estadio sino también de barrio. Del Sur al Norte
de la Ciudad, para construir un estadio en Alvear y Tagle.
En 1915 vuelve a La Boca y se instala en la manzana comprendida por las calles Pinzón, Caboto,
Aristóbulo del Valle y Pedro de Mendoza.

Impulsado por el innovador y audaz José Bacigaluppi, el


presidente de entonces, River decidió dar ese paso gigantesco.
Contra viento y marea, contra aquellos que no querían dejar La Boca
("Ahí nacimos y ahí hay que quedarse", argumentaban a los
gritos), Bacigaluppi se impuso en la pulseada. A mediados de 1922 se
iniciaron las obras sobre ese terreno y el 20 de mayo de 1923, en un
amistoso ante Peñarol de Montevideo se inauguró el estadio.
En 1923 estrenó el estadio de Alvear y Tagle, donde permaneció 15 años.

River sabía que ahí podía estar durante 15 años (plazo del
préstamo del lugar) porque el terreno pertenecía a un predio
municipal que estaba destinado a ser un paseo público (actualmente
es una plaza frente a los estudios de la Televisión Pública y el edificio
del Automóvil Club Argentino).

A mediados de la década del '30, Antonio Vespucio Liberti,


presidente de ese momento, fue otro visionario. A pesar de las
objeciones que recibió, por tratarse de terrenos inundables, decidió
comprar las tierras actuales donde se emplaza el Monumental,
inaugurado el 26 de mayo de 1938, bajo la presidencia de José
Degrossi.
En mayo de 1935 comenzó a construirse el Estadio Monumental
El 26 de mayo de 1938 se inauguró el Monumental con un amistoso contra Peñarol.

No solo construyó en las actuales avenidas Udaondo y Figueroa


Alcorta un imponente estadio, emblema de la Ciudad de Buenos
Aires y del país, sino que también se edificó un barrio alrededor.

Opinión
Lo más difícil no es hacer un estadio nuevo
Por Miguel Jurado*

Aunque parezca mentira, hacer un estadio de fútbol no es nada


caro dentro de los enormes presupuestos que manejan los
clubes más grandes de fútbol argentino. Aún teniendo en
cuenta que los buenos estadios, esos que no conocemos en la
Argentina, pueden costar el doble de los que sí conocemos en la
Argentina. Así y todo, en términos de dinero construir uno es
posible, pero no es una tarea fácil por motivos urbanos y simbólicos.

Boca, por ejemplo, hace décadas que necesita uno dos veces más
grande que la Bombonera, sin embargo, no encuentra un lugar que
de la talla de sus ambiciones y que resuelva sus conflictos afectivos.
Un ejemplo claro es el de San Lorenzo que todavía vive como un
exilio su traslado al Bajo Flores y sueña con volver a Boedo.

Ubicaciones como las de River, aún Boca o la que tenía el Viejo


Gasómetro de San Lorenzo son irrepetibles, aunque carezcan de la
infraestructura que merecerían para que el estadio funcione bien.

Junto a Vélez, River debe ser el club porteño que tiene la


mejor situación urbana, aunque no deja de ser conflictiva.
Cada partido en El Monumental implica un singular problema de
tránsito y movilidad en el barrio y en la ciudad toda. Aún utilizando
la misma locación de hoy, un nuevo estadio en esa parte del límite
entre Belgrano y Núñez necesitaría una habilitación nueva, y eso no
es sólo un trámite. La habilitación de un estadio nuevo requeriría de
audiencias que abrirían polémicas y debates más allá de los
conveniente.

*Editor del Suplemento ARQ de Clarín

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