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CRECIMIENTO DE LA POBLACION MUNDIAL.

La población humana mundial es el número total de personas que viven en todo el mundo en un
momento determinado. Se determinada por el nacimiento y la muerte de los individuos, así como por su
esperanza de vida. La población mundial ha pasado de los casi 1000 millones en el año 1800 a más de
6000 millones en el año 2000, y el 30 de octubre de 2011 se alcanzaron los 7000 millones (7 millardos).

A medida que la población humana se expande, manteniéndose al mismo tiempo el ritmo de desarrollo
económico global, crece la demanda de alimento, de agua, de combustibles fósiles, de minerales y de
otros recursos naturales. En muchos casos estos recursos son escasos, y cada vez mayor la
competencia para obtenerlos. Las regiones de la tierra, fácilmente cultivables alrededor del 11% de la
superficie terrestre libre de hielo están dedicadas a la producción de alimento, ya sea para los seres
humanos o para la ganadería. Las reservas de pescado disminuyen rápidamente en muchos de los
océanos como consecuencia de una pesca exagerada. Las reservas de petróleo y las de gas natural,
fácilmente accesibles se están explotando en la actualidad o bien ya se han agotado. Unos dos mil
millones de personas padecen escasez crónica de agua.

En los países desarrollados, la mayor parte del paisaje se ha transformado debido al desarrollo
económico. La agricultura, la silvicultura, la industria, la construcción de viviendas y de vías de
comunicación no son más que uno de los usos del suelo que han alterado o destruido los hábitats
naturales y la vida silvestre. Hay además otras formas de comunicación medioambiental relacionadas con
el suelo, el agua y el aire, que también ha dañado muchos ecosistemas.

Gran cantidad de países menos desarrollados se enfrentan a serios problemas económicos y sociales
ocasionados por la rápida multiplicación de la población y la necesidad de financiar sus industrias e
infraestructuras. Estos países tienen que dedicar una parte demasiado importante de los fondos del
estado a pagar los intereses que los países desarrollados les han prestado. De esta manera se desvían
los valiosos recursos que deberían emplearse en el desarrollo interno.

Por otra parte, estos países reciben enormes presiones para que exporten sus depósitos minerales y
otros recursos naturales, como la madera para la construcción. Gran parte de las tierras de las tierras de
cultivo productivas se utilizan para obtener cosechas rentables, como el cacao y el café, que pueden
exportarse a los mercados de ultramar. Estas presiones llevan a menudo a la transformación de las
formas tradicionales de cultivo, y los agricultores locales se ven obligados a trabajar tierras menos fértiles
o que no han sido cultivadas con anterioridad. Esta situación provoca la ocupación de tierras semiáridas o
de desmonte. La alteración humana de estos frágiles ecosistemas puede tener amplias y grabes
consecuencias, como la degradación del suelo, la pérdida de hábitats naturales y la reducción de las
poblaciones silvestres de plantas y animales.

El crecimiento de población en algunos lugares del planeta se ha disparado en las últimas décadas. Esto
significa que han aumentado las bolsas de pobreza, las enfermedades epidémicas y la fragilidad de
muchas poblaciones ante determinados fenómenos catastróficos (Huracanes, terremotos y maremotos. El
tsunami de finales de 2005 costó la vida de casi 300.000 personas, mientras en Japón estos fenómenos
son cotidianos y no provocan víctimas).

No se podrá alimentar a la población con los mismos procesos productivos que utilizamos hoy día
(plaguicidas, componentes nocivos de los productos, etc.) lo que reforzará el reto a la investigación en el
que estamos inmersos.
Descompensaciones entre recursos y crecimiento demográfico en determinadas zonas de la tierra
provocan éxodos masivos, círculos viciosos de pobreza y nuevas amenazas relacionadas con la
inmigración y el choque cultural. Y detrás de las amenazas relacionadas con la población, casi siempre el
problema de fondo sigue siendo el mal reparto de la riqueza en el mundo.

CONTAMINACION DE MARES Y OCEANOS:

Debido a la inmensidad y profundidad de los océanos, hasta hace poco el hombre creía que podría
utilizarlos para verter basura y sustancias químicas en cantidades ilimitadas sin que esto tuviera
consecuencias importantes. Los partidarios de continuar con los vertidos en los océanos incluso tenían un
eslogan: «La solución a la contaminación es la dilución.»
En la actualidad, basta con fijarse en la zona muerta del tamaño del estado de Nueva Jersey que se
forma cada verano en el delta del río Mississippi, o en la extensión de 1.600 kilómetros de plástico en
descomposición en el Pacífico Norte para darse cuenta de que esta política de la «dilución» ha
contribuido a llevar al borde del colapso lo que tiempo atrás fue un ecosistema oceánico próspero.

DIVERSAS FORMAS DE CONTAMINACIÓN

Muchos de los contaminantes que encontramos en los océanos son liberados en el medio ambiente
mucho antes de llegar a las costas. Los fertilizantes ricos en nitrógeno que utilizan los productores
agrícolas en zonas de interior, por ejemplo, acaban en las corrientes, ríos y aguas subterráneas locales, y
más tarde se depositan en los estuarios, bahías y deltas. Este exceso de nutrientes puede provocar un
crecimiento masivo de algas que consumen el oxígeno del agua, generando zonas en las que no puede
haber vida marina o apenas existe. Los científicos han descubierto 400 zonas muertas con estas
características por todo el planeta.

Los residuos sólidos como bolsas, espuma y otros desechos vertidos en los océanos desde tierra o desde
barcos en el mar acaban siendo con frecuencia alimento de mamíferos marinos, peces y aves que los
confunden con comida, con consecuencias a menudo desastrosas. Las redes de pesca abandonadas
permanecen a la deriva durante años, y muchos peces y mamíferos acaban enredados en ellas. En
algunas regiones, las corrientes oceánicas arrastran billones de objetos de plástico en descomposición y
otros residuos hasta formar remolinos gigantescos de basura.

Vertidos: son la principal fuente de contaminación, los vertidos de las ciudades suele hacerse
directamente al mar sin tratamientos previos de depuración.

Contaminación atmosférica: un tercio de la contaminación de mares y océanos empieza siendo


atmosférica pero acaba convirtiéndose en agua de mar u océano.
Contaminantes radiactivos: en los fondos oceánicos se encuentran decenas de miles de barriles con
sustancias como plutonio, cesio o mercurio, como resultado de décadas de uso del océano como
vertedero.

Residuos: residuos como plásticos, botellas, bolsas, latas... son vertidos directamente al mar.

Industria: según el tipo, contaminan mediante sólidos en suspensión, metales pesados, materia
orgánica, aceites, pinturas, nitratos...

Sin duda una de las fuentes de contaminación de mares y océanos más peligrosa son las mareas negras.
Se denomina marea negra a la masa oleosa que se crea cuando se produce un derrame de
hidrocarburos en el medio marino. Se trata de una de las formas de contaminación más graves, pues no
sólo invade el hábitat de numerosas especies marinas, sino que en su dispersión alcanza igualmente
costas y playas destruyendo la vida a su paso, o alterándola gravemente, a la vez que se generan
grandes costes e inversiones en la limpieza, depuración y regeneración de las zonas afectadas.

Los vertidos que ocasionan las mareas negras pueden producirse por:

Accidente de buques.

Derrames de plataformas petrolíferas.

Accidentes por trasvase (roturas de los oleoductos).

Vertidos crónicos: actividad ilegal en la que se vierten los productos oleosos procedentes, por ejemplo de
la limpieza de la maquinaria.

Fugas procedentes de plataformas, oleoductos u otros medios de transporte.

Los efectos negativos de los vertidos del petróleo son:

Carencia de oxigenación, a causa de la película de petróleo que flota encima del mar.

Muerte de organismos marinos a causa de la toxicidad directa.

Pérdida del poder termoaislante de los animales provocado por la impregnación de las alas o el pelo.

Limita la entrada de luz al medio marino.

Son especialmente dañinos los vertidos de profundidad, ya que a bajas temperaturas incrementa su
densidad y permanece en el fondo durante decenas de años sin capacidad para ser retirados.

En la costa provocan daños severos, al impregnar las rocas, ecosistemas costeros y zonas arenosas.

Cuando se produce un vertido el tiempo es un elemento determinante. El carácter dinámico del medio
marino provoca la expansión de la mancha del vertido. Para acortar la mancha se utilizan las barreras de
contención, que permiten cierto control de la expansión del vertido para evitar su llegada a la costa. Una
vez producido el vertido se debe proceder de forma inmediata a su recogida por los diferentes métodos
existente, como la absorción mediante dragas, aunque los métodos de recogida son lentos y difíciles en
alta mar. Sin embargo, la llegada a costa provoca otras dificultades: el fuel se adhiere a las rocas y otros
sustratos con facilidad lo que hace que sea muy difícil su retirada, además de dejar su rastro por todo el
trayecto que recorre
En consecuencia, se evidencia que la actuación ante un vertido es difícil y sus efectos no desaparecen de
forma inmediata, se requieren entre 20 y 100 años para la recuperación de los ecosistemas.

Contaminación acústica

La contaminación no siempre es física. En masas de agua de gran extensión, las ondas sonoras pueden
propagarse a lo largo de kilómetros sin perder intensidad. La presencia cada vez mayor de sonidos de
gran potencia o constantes procedentes de barcos, sónares, instalaciones petrolíferas e incluso de
fuentes naturales como terremotos puede alterar los patrones de migración, comunicación, caza y
reproducción de muchos animales marinos, en especial los de mamíferos acuáticos como la ballena y el
delfín.

El fin de la era de la «dilución»

El hombre comienza a percatarse de la insostenibilidad de la filosofía de la «dilución». Muchas leyes


nacionales y protocolos internacionales prohíben en la actualidad el vertido de sustancias nocivas en los
océanos, si bien su aplicación es a menudo incierta. Se están creando santuarios marinos con el fin de
mantener ecosistemas marinos prístinos. Asimismo, se están llevando a cabo iniciativas aisladas que han
logrado cierto éxito en la restauración de estuarios y bahías.

http://cmcsmp.blogspot.com/2012/05/contaminacion-de-mares-y-oceanos.html

http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/ciencia/volumen2/ciencia3/100/html/sec_13.html

http://www.nationalgeographic.es/el-oceano/cuestiones-criticas-sobre-el-problemas-de-la-contaminacion-
marina/cuestiones-criticas-sobre-el-problemas-de-la-contaminacion-marina
TRASPOSTE INTERNACIONAL DE DESECHOS TOXICOS.

Los países desarrollados envían una gran cantidad de sus residuos tóxicos a aquellos países
empobrecidos en los que la legislación ambiental y de protección de la salud es más laxa, si es que se
aplica. Buena parte de los cargamentos enviados por países de la UE incumplen también la normativa
europea.

Gran parte del tránsito marítimo mundial es transporte de productos tóxicos y el 15% de todo lo
transportado en Europa son basuras. A medida que se ha ido endureciendo la legislación que limita este
tráfico en los países industrializados, sobre todo de la Unión Europea (UE), se ha incrementado el
transporte de sustancias peligrosas desde los países ricos hacia países con escasa o nula protección
ambiental.

En agosto de 2006, el vertido de agentes radiactivos y productos químicos realizado en Costa de Marfil
por el buque Probo Koala mató a dieciséis personas y afectó la salud de otras cien mil. Otras veces, para
evadir las leyes europeas, los envíos de basura se disfrazan como “material de segunda mano”, que los
países desarrollados envían a los países más empobrecidos.

“Las potencias ricas utilizan a las naciones en desarrollo como vertederos de sus desechos tóxicos,
aprovechándose de la falta de recursos técnicos”, afirmó la secretaria ejecutiva de la ONU, Katharina
Peiry, ante la Conferencia de las Partes del Convenio de Basilea, en Bali, Indonesia, en julio de 2008.

Los barcos viejos contienen aceites, amianto, pinturas y revestimientos con metales pesados y gases
peligrosos, entre otros residuos peligrosos. Por su parte, los RAEE contienen una compleja mezcla de
materiales y componentes tóxicos: así como tienen cantidades recuperables de cobre, oro, plata y
plásticos, también incluyen componentes con sustancias tóxicas como plomo, berilio, indio, galio,
arseniuros, estaño, compuestos brominados, antimonio, compuestos organohalogenados, cadmio,
mercurio y selenio.

¿Negocio para todos?

Las causas son fáciles de entender: reciclar un ordenador en EE UU o la UE cuesta 14 euros, mientras
que en la India o en China cuesta diez veces menos. Para los pobres, el reciclaje supone una forma
rápida de ganar dinero o de acceder a materias primas de las que carecen.

En cuanto a la eliminación de los residuos clasificados como peligrosos, su gestión legal en la UE es


sumamente costosa y está estrictamente legislada. A esto se añaden unas políticas que no reducen ni
reutilizan los residuos industriales en España [4], el desmesurado afán de lucro de la industria, la falta de
controles adecuados, la deficiente aplicación de los convenios internacionales... Todo ello por no
mencionar las frecuentes corruptelas de los políticos de los países en vías de desarrollo.

El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) estima que cada año se generan en
el mundo unos 50 millones de toneladas de unos residuos electrónicos que están creciendo a una tasa
anual del 3% al 5%. Es el tipo de basura que aumenta más rápido en la actualidad.

Los Convenios Internacionales de Basilea (1992, todavía no ratificado por EE UU) y de Rotterdam (1998)
regulan la exportación de residuos peligrosos. A pesar de todo, en Europa el 15% del transporte de
residuos no cumple todas las normas comunitarias, e incluso en un 6% de los casos los cargamentos son
del todo ilegales [5].

Perspectivas de futuro
La solución a los peligros del reciclaje ilegal pasa por varios factores: mejor legislación en los países
receptores, mayor colaboración y responsabilidad por parte de los productores y más concienciación en lo
que respecta a los consumidores.

En la UE, la producción de residuos peligrosos aumenta a pesar de los diferentes planes de reducción. Es
imprescindible implantar en los países industrializados políticas eficaces de reducción, reutilización y
reciclaje. Hace falta un mayor control de este tráfico injusto, sancionando con contundencia a los
infractores.

Sin ninguna duda, un elemento clave es la colaboración de la industria en la fase de diseño. Las
compañías han de esforzarse en fabricar productos verdes y diseñados para durar, utilizando menos
sustancias difíciles de extraer y recuperar, y deben involucrarse en el reciclaje de sus propios artículos.
Los países ricos seguirán envenenando a los países empobrecidos del mundo hasta que las empresas no
eliminen las sustancias tóxicas de sus artículos y no asuman la responsabilidad de gestionar el ciclo
completo de vida de los productos de consumo.

http://www.olca.cl/oca/promel.htm

http://www.ecologistasenaccion.org/article17810.html

http://www.teleley.com/revistaperuana/7paredes-65.pdf

te dejo los link por si necesitas sacar más información :D

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