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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE CIENCIAS PSICOLÓGICAS

CARRERA PSICOLOGÍA CLÍNICA

DISCAPACIDADES

INTERVENCIÓN EN PERSONAS CON DISCAPACIDAD AUDITIVA

Séptimo Clínica

Alumnos:

-Cevallos Elsa

- Licto M. Fernanda

- Benalcázar Jonathan

Docente: MSc. Viviana Suarez

2018
ÍNDICE

INCLUSIÓN EN LA SOCIEDAD ............................................................................................... 3

Edificaciones: ............................................................................................................................ 3

Educación .................................................................................................................................. 3

Inserción laboral: ....................................................................................................................... 4

Canales de TV: .......................................................................................................................... 4

Bibliotecas de acceso público: .................................................................................................. 5

Medios de transporte público de pasajeros: .............................................................................. 5

INCLUSIÓN EN EL ÁMBITO EDUCATIVO ............................................................................ 5

¿Cuáles son las necesidades educativas especiales de los alumnos con deficiencia auditiva? . 5

LA INTEGRACIÓN EN EL ÁMBITO LABORAL .................................................................... 8

Integración de las personas con discapacidad auditiva en el ámbito laboral. ........................... 9

Descripción del itinerario de inserción laboral........................................................................ 10

INCLUSIÓN EN EL DEPORTE ................................................................................................ 12

AUTOESTIMA E INTERACCIÓN SOCIAL EN NIÑOS CON DISCAPACIDAD AUDITIVA


..................................................................................................................................................... 14

ESTRATEGIAS PARA MEJORAR EL DESARROLLO AFECTIVO-SOCIAL ................. 15

Para ayudarle a mejorar su autoestima ................................................................................ 15

Para ayudarle a mejorar su adaptación social ...................................................................... 15

Para ayudarle a mejorar su vida emocional ......................................................................... 16

Para que pueda ayudarle su familia ..................................................................................... 17

DESARROLLO DEL AUTOCONCEPTO COMO PERSONA CON DISCAPACIDAD Y


COMO PADRES ........................................................................................................................ 17

LA NEGACIÓN Y LA BÚSQUEDA DE RESIGNACIÓN Y CRECIMIENTO DEL SUJETO


..................................................................................................................................................... 19

COMO SE DESARROLLAN EN EL ÁMBITO SEXUAL ....................................................... 20

Bibliografía: ................................................................................................................................ 22
INCLUSIÓN EN LA SOCIEDAD
Edificaciones: Todos los edificios de uso público o que presten un servicio a la
comunidad deberán ser accesibles y transitables sin dificultad para personas con
discapacidad, especialmente con movilidad reducida. Esto es extensible, entre otros, a
los accesos a los medios de transporte público de pasajeros y a los bienes nacionales de
uso público (como parques o plazas). Si en ellos existen ascensores, éstos deben tener
espacio suficiente para transportar a las personas con discapacidad.

Los parques, plazas o áreas verdes, públicos y privados de uso público, que contemplen
juegos infantiles no mecanizados, deben hacerse con un diseño universal que permita su
utilización de forma autónoma por todos los niños, incluidos aquellos con discapacidad.
Además, debe garantizarse que cualquier niño pueda ingresar al sector en forma segura
desde la calle y circular también con seguridad. Las juntas de vecinos del respectivo
sector pueden solicitar la adecuación de los juegos.

La fiscalización del cumplimiento de estas normativas es de responsabilidad de las


direcciones de obras municipales que deben denunciar su incumplimiento ante el
juzgado de policía local.

Asimismo, los recintos que impliquen concurrencia de público (como por ejemplo
centros comerciales, cines, estadios, etc.) y que cuenten con estacionamientos, deberán
reservar un número para el uso de personas con discapacidad, y deben contar con
espacio suficiente para su libre desplazamiento.

El Ministerio de Vivienda contemplará en sus programas habitacionales subsidios


especiales para adquirir y habilitar viviendas destinadas a ser permanentemente
habitadas por personas con discapacidad.

Educación: El Estado garantizará el acceso a las personas con discapacidad a los


establecimientos públicos y privados del sistema de educación regular o a los
establecimientos de educación especial que reciban aportes estatales.

Los establecimientos de enseñanza parvularia, básica y media contemplarán planes para


alumnos con necesidades educativas especiales y fomentarán en ellos la participación de
todo el plantel de profesores.

Los establecimientos de enseñanza regular deberán incorporar todas las adecuaciones


(curriculares, de infraestructura y materiales) para facilitar a las personas con
discapacidad el acceso a los cursos o niveles existentes. Si no es posible integrar a la
persona con discapacidad en la enseñanza regular, debe beneficiarse de la educación
especial en el mismo establecimiento o en escuelas especiales.

Los establecimientos de educación superior también deberán adecuar los materiales de


estudio y medios de enseñanza para que las personas con discapacidad puedan cursar las
diferentes carreras.

Los alumnos del sistema educacional de enseñanza pre básicos, básicos o media que
requieran estar internados por las patologías o condiciones que sufran, recibirán su
atención escolar en el lugar en el que permanezcan por prescripción médica.

Los establecimientos educacionales deberán, progresivamente, adoptar medidas para


promover el respeto por las diferencias lingüísticas de las personas con discapacidad
(como personas sordas, personas ciegas o personas sordociegas) en la educación básica,
media y superior, para que éstas puedan tener acceso, permanencia y progreso en el
sistema educativo.

Inserción laboral: El Estado debe difundir prácticas de inclusión y no discriminación


laboral, así como crear incentivos que favorezcan la contratación de personas con
discapacidad en empleos permanentes.

En los procesos de selección de personal los órganos del Estado que indica la ley deben
escoger a la persona con discapacidad si hay igualdad de condiciones de mérito.

Selección para educación y empleo: Toda persona o institución, pública o privada, que
ofrezca servicios educacionales, capacitación o empleo y que exija la rendición de
exámenes, deberá adecuar sus mecanismos de selección para resguardar la igualdad de
oportunidades de las personas con discapacidad que participen de ellos.

Canales de TV: Los canales abiertos y los proveedores de TV pagada deberán aplicar
mecanismos que permitan a las personas con discapacidad auditiva acceder a su
programación en los casos que determine el reglamento respectivo.

Las campañas de servicio público financiadas con fondos públicos, la propaganda


electoral, los debates presidenciales, las cadenas nacionales, los informativos de la
Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior y Seguridad Pública y los
bloques noticiosos transmitidos por situaciones de emergencia o calamidad pública que
se difundan a través de medios televisivos o audiovisuales deberán ser transmitidos o
emitidos subtitulados y en lenguaje de señas.

Las campañas de servicio público financiadas con fondos públicos, debates


presidenciales, propaganda electoral y cadenas nacionales deberán transmitirse con
subtítulos e incluir traducción en lengua de señas.

Bibliotecas de acceso público: Deben contar con material, infraestructura y tecnologías


accesibles a personas con discapacidad de causa sensorial.

Medios de transporte público de pasajeros: Deben contar con señalización, asientos y


espacios suficientes, de fácil acceso, destinados a personas con discapacidad. El acceso
a los medios de transporte público de pasajeros y a los bienes nacionales de uso público
como las vías, pasarelas peatonales, parques, plazas y áreas verdes, deberán ser
accesibles y utilizables en forma autónoma por personas con discapacidad,
especialmente con movilidad reducida a partir del 11 de febrero de 2018.

INCLUSIÓN EN EL ÁMBITO EDUCATIVO

¿Cuáles son las necesidades educativas especiales de los alumnos con deficiencia
auditiva?
En primer lugar, es indudable la toma de decisiones sobre aspectos que faciliten el
acceso a un currículo que presenta una adaptación de acceso, por las dificultades que
tiene el niño con la adquisición de la lectura, escritura, el cálculo, los conceptos, etc.
Estas adquisiciones depende del nivel lingüístico y cognitivo del niño por lo que
demandan una adaptación metodológica y organizativa. Resulta obvio a permitir que el
niño con pérdida auditiva debe contar con un sistema de comunicación que le permita
relacionarse y un lenguaje que sirva de mediador para regular su conducta y atribuir
significado al mundo que le rodea. Asimismo para saciar sus necesidades de desarrollo
social es necesario configurar ambientes donde el niño sordo pueda interactuar con
muchas personas y poner en juego los distintos roles sociales que ha de ir asumiendo,
sobre todo con los iguales. La exposición del niño a interacciones con otros sujetos con
sordera supone una situación de que ambos compartan experiencias, habilidades y
soluciones a como comparte la realidad. Según el aprendizaje mediado de Vygotskii la
exposición a sujetos más capaces promoverá el desarrollo cognitivo del niño a través de
actividades compartidas que le abren, una y otra vez, estrategias de procesamiento de
información y solución de problemas más elaboradas.

Por otro lado, no se pueden olvidar los recursos humanos y materiales que este tipo de
niños demanda en la escuela. Será fundamental y obligada la presencia del especialista
en audición y lenguaje para el diseño de las actividades de formación y de
enriquecimiento del conocimiento y habilidades. Su presencia ayudará al alumno a
desarrollar su tarea en colaboración con los tutores y al desarrollo de las adaptaciones
curriculares significativas para la aquellos alumnos diagnosticados hipoacúsicos.

Realiza el seguimiento y refuerzo y será un nexo de unión entre la escuela y el resto de


servicios externos de otras instituciones que hayan de tomar parte en la educación del
niño. Por otra parte, el orientador del centro o el asesor del equipo de zona desarrollarán
las funciones y tareas que tengan encomendadas en la intervención psicopedagógica de
estos alumnos y las tareas de asesoramiento a profesores y familia. Es preciso contar
con espacios específicos que reúnan condiciones especiales para crear el entorno
adecuado y donde se encuentren perfectamente instalados los medios necesarios para la
educación de este tipo de alumnos, por ejemplo el equipo de amplificación, equipo
informático adaptado, instrumentos musicales, materiales didácticos específicos de
reeducación del habla y la escritura, libros técnicos especializados en la sordera, etc.
también se puede destacar las funciones del profesorado de apoyo y un intérprete de
lengua de signos que le permita al niño apoyarse en un sistema alternativo de
comunicación.

También es necesario que la escuela preste atención prioritaria a la estimulación de su


desarrollo cognitivo consecuencias de las restricciones auditivas que le privan de la
estimulación social necesaria. Ante todo, es preciso tener presente que la estimulación
precoz potencia cualquier resto auditivo que podamos aprovechar en el niño y no dejar
pasar los momentos de aprendizaje crítico en la infancia. Promover oportunidades de
interacción con adultos y otros niños mediante aprendizaje cooperativo en tareas
compartidas. Es necesario asegurarse cuando afrontemos una actividad que los datos
relevantes para su comprensión, elaboración y solución sean entendidos por el niño.
Aplicar un sistema de procesamiento de la información para ayudar al niño a acceder a
estrategias de explotación del conocimiento almacenado y poder generalizarla a las
situaciones a las que se enfrenta en la vida cotidiana.
Con respecto a su desarrollo social y afectivo, deben utilizarse todos los canales de
comunicación posibles y no limitarse a interaccionar sobre aquella manera que al niño
le resulte más cómoda. La variedad de métodos y sistemas de comunicación más
habituales enriquecerá el repertorio comunicativo del niño y de ayudará a establecer
lazos de unión con los demás. La educación del niño ha de llevarse en la medida de lo
posible desde el principio de normalización tanto a nivel escolar como en su vida
privada y familiar. El alumno ha de poder acceder a todos los espacios del centro para
que pueda interactuar con todo tipo de personas y esto ha de estar recogido en el propio
proyecto de centro. Es necesario prestar atención prioritaria a la autoestima y el
autoconcepto del niño, ya que ambos se originan directamente por su relación con los
demás que influyen en sus capacidades y expectativas para enfrentarse a las dificultades
que su discapacidad le plantea socialmente. Es crucial que el niño sordo no esté aislado
sino que se desenvuelva en los contextos habituales y espacios más comunes, en medio
de actividades cotidianas, etc. que le permitan experimentar roles y actitudes.

La adquisición de la lectura y la escritura representa el lenguaje oral en el plano


fonológico y de se necesitan ayudas o instrumentos que ayuden a la consecución del
aprendizaje. Las dificultades del niño sordo con la lectura depende de la instrucción
activa y sistemática que reciba por parte de la escuela junto a su capacidad lingüística,
auditiva y de conocimientos.

Asimismo todas estas respuestas educativas han de estar concretadas en los diferentes
niveles de concreción del centro, el aula y el individual. Para Marchesi (1990), es
fundamental que el proyecto de centro haya considerado la existencia de estas
necesidades educativas especiales junto con la necesidad de haber introducido un
sistema de comunicación alternativo, que el profesorado disponga de la formación
necesaria para realizar la adaptación al currículo y que exista el centro una protección de
profesionales especiales.

La educación del niño sordo no es una tarea concreta sino que engloba a la totalidad de
los profesores cuyo compromiso al estar incluido en el proyecto educativo de centro.
Tanto los recursos humanos y materiales descritos con anterioridad como la
coordinación y asesoramiento de todo el proceso ha de estar debidamente reseñada en el
proyecto curricular de centro.

El maestro debe:
1. Hablarle lo más cerca posible y de frente a él.
2. Sentarlo cerca de un compañero que muestre empatía ante la problemática y de
espaldas a la luz natural para que pueda visualizar mejor los rostros y las
instrucciones.
3. Hablarle con frases sencillas, completas y correctas gramaticalmente.
4. Evitar tener objetos (lápices, marcadores, plumas, cubre boca, etc) cuando se
esté hablando con ellos.
5. Utilizar estímulos visuales para favorecer el entendimiento y el aprendizaje.
6. Darles con anticipación el material escrito que se va a utilizar durante la clase.
7. Integrarles en todas las actividades que se realicen de forma grupal e individual.
8. Utilizar sinónimos conocidos por el niño para explicar palabras que no logra
entender.
9. Mantener en la medida de lo posible el ambiente de clases con el menor número
de estímulos auditivos para aprovechar de manera significativa el alcance de la
audición del chico.
10. Al darle una explicación o instrucción asegurarse de que lo está mirando.
11. Utilizar lenguaje corporal y gestos naturales al momento de mantener una
conversación.
12. Preguntar de forma constante si ha entendido las indicaciones o lo que se le ha
explicado.
13. Dar instrucciones de manera pausada, una a la vez y esperar a que la realice para
dar la siguiente.
14. De acuerdo a las necesidades de cada niño, se deberán utilizar diferentes
recursos como: visuales, gráficos, manuales u orales.
15. Formar un equipo de trabajo conjunto, maestros, padres de familia, terapeutas y
especialistas para lograr un rendimiento óptimo y desarrollo integral del niño.

LA INTEGRACIÓN EN EL ÁMBITO LABORAL


El empleo “es en las sociedades modernas, la principal vía de inclusión, participación y
movilidad social. Ofrece seguridad económica, social y personal” (Informe Olivenza,
2010, p. 246), y además, está estrechamente ligado a los derechos de los ciudadanos.

En este sentido, también es interesante la siguiente definición: “el trabajo desde el punto
de vista antropológico, aparece como la realización personal del hombre; desde el punto
de vista socio-económico como eje y núcleo de toda actividad productiva personal y
social. Y desde el punto de vista psicológico, como realización y aplicación práctica de
la capacidad humana que facilita confianza y seguridad de la persona en sí misma”
(Torreblanca y Albert, s.f., p. 78).

En esta misma línea, lo fundamental para conseguir la inclusión social de las personas
con discapacidad es el cumplimiento de la igualdad de oportunidades para todos, pero
¿realmente existe?. La igualdad de oportunidades significa:

“Conceder a todos iguales posibilidades, iguales chances de una libre elección y como
tal afecta a problemas no solo de desigualdad transmitidas, a través de la herencia
material y cultural, sino también la existencia de individuos o grupos que a causa de sus
condiciones personales o sociales, tienen una menor oportunidad de acceder a empleos
de cierta relevancia”.

(Rodríguez Piñero, 1983, citado en Cordero, 2011, p. 64)

Profundizando en el tema, la desigualdad es el punto opuesto de la convivencia pasiva,


en armonía…, “en la medida que impide dignificar a las personas, al privarle del
disfrute de relaciones equitativas, respetuosas y participativas, estando como está el
conflicto social directamente vinculado a la exclusión y a la marginación social”
(Esteban y Núñez, 2005, p. 563). O siguiendo a Upias (1976, citado en Barton, 1998, p.
78) “la desventaja o la restricción de la actividad causadas por una organización social
contemporánea que no atiende, o atiende muy poco, a las personas que tienen
insuficiencia físicas, y de este modo las excluye de las actividades sociales dominantes”.

Integración de las personas con discapacidad auditiva en el ámbito laboral.


Se parte de “facilitar a la persona con discapacidad auditiva la obtención de un trabajo
remunerado en el medio ordinario supone, además de cobrar, una valoración social
positiva tanto por parte de la propia familia como de la comunidad en que vive”
(Torreblanca y Albert, s.f., p.2).

La dificultad de las personas sordas a la hora de conseguir un empleo, debería ser menos
que el de las personas con otras discapacidades, pues hay que tener en cuenta que esta
discapacidad sólo afecta al canal auditivo de la persona que la padece, pero sus
capacidades físicas e intelectuales son iguales que las del resto, aunque a pesar de ello
quedan integradas en el grupo de las personas con discapacidad, por dos razones: 1) Por
la comodidad que representa para las instituciones al englobar a todas las personas con
discapacidad en único colectivo; 2) Por los beneficios (subvenciones, descuentos en
servicios públicos, etc.) que reporta a estas personas con discapacidad, que determinan
que ellos acepten la situación por propio interés (Sánchez, 2011).

Descripción del itinerario de inserción laboral


La llegada de las personas con discapacidad auditiva a los Servicios de Empleo suele
ser, en muchos casos, el primer paso de su Itinerario de Inserción laboral. De ahí, la
importancia que tiene en este primer encuentro la acogida que se preste a los usuarios
demandantes de empleo.

Esta acogida debe tener en cuenta:

• Que las dificultades que limitan la comunicación de las personas sordas inciden
directamente en las relaciones interpersonales, afectando a las actividades que realizan
en el entorno laboral.

• Que la mayoría de las personas sordas que acuden al Servicio de Empleo suelen estar
desorientadas, desmotivadas, poco familiarizadas con la realidad del mercado laboral,
disponen de poca información, etc.

• Que son muchas las circunstancias que conforman la situación de partida de cada
usuario, que varía según su situación familiar, económica, emocional, formación,
experiencia, etc.

• Que el objetivo de la persona sorda que acude al Servicio de Empleo es encontrar un


trabajo pero, en este proceso de búsqueda, debe imperar el realismo haciendo saber al
usuario, por un lado, que el empleo ha de ser apropiado a su formación, capacitación,
experiencia laboral y expectativas. Y, por otro lado, también deberá someterse a los
requerimientos del mercado laboral.

Para ello, el joven con discapacidad auditiva habrá de emprender una serie de iniciativas
que el Técnico de Inserción Laboral, con el apoyo de su familia y otros profesionales, le
ayudará a planificar y desarrollar. Durante este itinerario es importante concienciar a la
persona con discapacidad auditiva para que adopte una actitud activa y optimista.

Autoestima, autoconcepto e interacción social en niños con discapacidad auditiva


Todo lo expuesto, tal y como nos indican Satapathy y Singhal (2001; citados en Pérez y
Garaigordobil, 2007), nos conduce a pensar que si la interacción con las personas
próximas juega un papel importante en el proceso de construcción del concepto e
imagen de uno mismo, los niños con algún tipo de discapacidad sensorial podrían
incorporar a su propia imagen, en mayor o menor medida, algunos de los aspectos o
estereotipos que se le atribuyen pues, según Garzón (2003), es durante la media infancia
y adolescencia cuando se inicia la búsqueda de la identidad, coherencia y seguridad en
uno mismo.

Además, Allen y Gilbert (1995; citados en Pérez y Garaigordobil, 2007) y Swallow y


Kuiper (1988; citados en Pérez y Garaigordobil, 2007) hacen hincapié en la idea de la
ya mencionada anteriormente comparación social. Indican que, puesto que la persona se
evalúa en comparación con los demás, cualquier información negativa que se derive de
ello, en base a limitaciones en el funcionamiento de alguna de las habilidades
adaptativas, podría suponer una amenaza para el autoconcepto y la autoestima del
individuo en cuestión y una inhibición del desarrollo de sus habilidades sociales y de su
competencia social.

En el caso de niños con discapacidad auditiva no se cuenta con un código de


comunicación adecuado y disponible desde los primeros años, lo que da lugar, tal y
como nos indica Villalba (1996), a que las interacciones sociales sean simples, breves,
empobrecidas y poco flexibles. Con frecuencia, el niño sordo o hipoacúsico percibe que
no le entienden o incluso que él mismo no comprende lo que la otra persona intenta
decirle. Además, se siente comparado con el resto continuamente o ignorado en aquellas
áreas en las que sí puede rendir igual que los demás. Todo ello, según Villalba (1996),
perjudica notablemente el grado de satisfacción en sus relaciones interpersonales, así
como el desarrollo de su autoestima y su autoconcepto.

Sin embargo, el modo en que el niño interacciona socialmente y los sentimientos que
manifiesta al respecto pueden verse afectados, además de por sus propios factores
individuales y personales, por el grado de pérdida de audición que éste presente. De
hecho, de dicho grado de pérdida, además de otras variables, también depende su
escolarización en un centro ordinario o en uno específico, lo que determinará el grupo
de iguales con el que se relacionará (oyentes o con discapacidad auditiva), que será otro
factor determinante.
INCLUSIÓN EN EL DEPORTE

Mucho tiempo tuvo que pasar para que se creara el reconocimiento internacional del
deporte de sordos. En 1924 nació Comité International des Sport des Sourds (C.I.S.S)
con el que comenzaron las competiciones deportivas internacionales para sordos.
Cuando el C.O.I. (Comité Olímpico Internacional) reconoció al CISS, en 1955,
comenzaron a celebrarse cada cuatro años los Juegos Mundiales para Sordos, creándose
también los Juegos de Invierno, intercalándose cada dos años los de verano y los de
invierno.

En la actualidad, se piensa que el deporte no necesita adaptación a la condición física


del sordo por cuanto su complexión es idéntica a la de las personas sin problemas
auditivos; aunque sí se necesitan pequeñas adaptaciones como ayudas visuales a las
indicaciones de los jueces en plena competición, pero los clubes normalizados aceptan
al deportista sordo en casos muy concretos y puntuales y nunca suelen darles la
oportunidad de practicarlo oficialmente.

Al igual que en las demás discapacidades, la práctica de actividad física o deporte no


solo les beneficia físicamente, sino que produce un fuerte cambio en la personalidad del
sordo/a haciéndoles más tratables y eliminando una barrera que existe ante el entorno
humano que les rodea, desapareciendo las cualidades de aislamiento y soledad que
existen en su colectivo.

Este tipo de actividades no requieren modificaciones significativas, las únicas


adaptaciones que se requieren son las ayudas visuales de los jueces o los árbitros y los
comienzos de las pruebas, pudiendo cambiar la utilización del canal acústico por la
utilización del canal visual o táctil.
aquí se propone una serie de procedimientos básicos para optimizar las sesiones con
sordos:
AUTOESTIMA E INTERACCIÓN SOCIAL EN NIÑOS CON DISCAPACIDAD

AUDITIVA

Todo lo expuesto, tal y como nos indican Satapathy y Singhal (2001; citados en Pérez y
Garaigordobil, 2007), nos conduce a pensar que si la interacción con las personas
próximas juega un papel importante en el proceso de construcción del concepto e
imagen de uno mismo, los niños con algún tipo de discapacidad sensorial podrían
incorporar a su propia imagen, en mayor o menor medida, algunos de los aspectos o
estereotipos que se le atribuyen pues, según Garzón (2003), es durante la media infancia
y adolescencia cuando se inicia la búsqueda de la identidad, coherencia y seguridad en
uno mismo.

Además, Allen y Gilbert (1995; citados en Pérez y Garaigordobil, 2007) y Swallow y


Kuiper (1988; citados en Pérez y Garaigordobil, 2007) hacen hincapié en la idea de la
ya mencionada anteriormente comparación social. Indican que, puesto que la persona se
evalúa en comparación con los demás, cualquier información negativa que se derive de
ello, en base a limitaciones en el funcionamiento de alguna de las habilidades
adaptativas, podría suponer una amenaza para el autoconcepto y la autoestima del
individuo en cuestión y una inhibición del desarrollo de sus habilidades sociales y de su
competencia social.

En el caso de niños con discapacidad auditiva no se cuenta con un código de


comunicación adecuado y disponible desde los primeros años, lo que da lugar, tal y
como nos indica Villalba (1996), a que las interacciones sociales sean simples, breves,
empobrecidas y poco flexibles. Con frecuencia, el niño sordo o hipoacúsico percibe que
no le entienden o incluso que él mismo no comprende lo que la otra persona intenta
decirle. Además, se siente comparado con el resto continuamente o ignorado en aquellas
áreas en las que sí puede rendir igual que los demás. Todo ello, según Villalba (1996),
perjudica notablemente el grado de satisfacción en sus relaciones interpersonales, así
como el desarrollo de su autoestima y su autoconcepto.

Sin embargo, el modo en que el niño interacciona socialmente y los sentimientos que
manifiesta al respecto pueden verse afectados, además de por sus propios factores
individuales y personales, por el grado de pérdida de audición que éste presente. De
hecho, de dicho grado de pérdida, además de otras variables, también depende su
escolarización en un centro ordinario o en uno específico, lo que determinará el grupo
de iguales con el que se relacionará (oyentes o con discapacidad auditiva), que será otro
factor determinante.

ESTRATEGIAS PARA MEJORAR EL DESARROLLO AFECTIVO-SOCIAL

Para ayudarle a mejorar su autoestima

– El grupo clase, maestros y compañeros deben aceptarlo como miembro activo y


participativo.

– Debe tener el mismo nivel de responsabilidades que sus compañeros estimulando su


independencia en cuanto sea posible.

– Mantén sobre él un nivel de exigencia razonable. La pérdida auditiva ordinariamente


no es excusa razonable para que no acabe sus tareas o cumpla sus responsabilidades.

– Destaca y estimula sus cualidades, sus habilidades, todo lo que es capaz de hacer bien

– Ponle metas realistas y exígele que las cumpla y alcance.

– Resáltale la importancia de las actividades escolares. No justifiques que se escude en


su sordera para no hacerlas o hacerlas mal.

– Dile de vez en cuando frases como ésta: ―eres muy responsable, estoy orgulloso de
ti‖.

¡Qué bien has hecho este trabajo, me ha gustado mucho!.

– Hazle sentir que confías en sus capacidades y en su esfuerzo.

Para ayudarle a mejorar su adaptación social

- Siempre que se de una orientación comprueba que ha comprendido bien las


indicaciones.

Si le preguntas, tal vez no se atreva a decir que no ha entendido.

- Enséñale las mismas normas de cortesía y comportamiento que a sus compañeros


oyentes.

- En el juego debe aprender a perder y ganar. Puede serle difícil entenderlo pero si se le
ayuda lo hace como cualquier otro niño.
- Asegúrate de que entiende las normas de convivencia del colegio. Con mucha
frecuencia al niño sordo se le habla de las normas cuando se ha comportado mal. Pero
cuando lo haya entendido, que entienda también que se espera de él un comportamiento
responsable.

- Cuando las ha entendido hay que esperar de él lo mismo que de sus compañeros, sin
justificar sus conductas inadaptadas a la sordera.

- Una forma de ayudarle a superar su timidez y temor a las relaciones es estimular su


socialización, conseguir que los compañeros cuenten con él. Orienta en este sentido a la
familia.

- El niño madurará socialmente si familia y colegio respaldan conjuntamente lo que se


espera de él. Informar a la familia en este sentido. Conseguirlo requiere a veces de tesón
y paciencia, porque la familia no sabe muy bien cómo actuar con el niño. Pero son
imprescindibles.

Para ayudarle a mejorar su vida emocional

– La pérdida auditiva no impide el mundo de los sentimientos. Tu alumno tiene los


mismos que otro niño, pero tiene menos oportunidades de compartirlo. Habla con él de
tus sentimientos y de los suyos.

– Mantén una relación abierta y de confianza con el niño. No temas, verás como
comprende mucho más de lo que piensas.

– Escúchale, oye sus inquietudes, sus enfados, enojos y satisfacciones, enséñale a


expresarlo oralmente y ayúdale a darle la importancia justa y a reaccionar de manera
adecuada.

– En cuanto te sea posible favorece que tenga este tipo de comunicación con alguno de
sus compañeros. Sé sentirá parte del grupo.

– Comparte con él tus sentimientos, dile cómo te sientes o se sienten los demás. Si no lo
entiende oralmente, ayúdate del gesto, el dibujo para que entienda sus estados de ánimo
y los de los demás. Necesitar poder decir cómo se siente, cómo se llama eso que le
domina internamente y que no sabe qué es.
– En el aula debe participar con los compañeros en las sesiones de tutoría en que se
hable de sentimientos, emociones, reacciones desajustadas, para que sepa también
valorarlas y desarrolle un juicio crítico.

Para que pueda ayudarle su familia

– Mantén, informados a los padres de todo el proceso del niño. Ellos deben ser los
principales motores de la educación de sus hijos, pero necesitan ayuda.

– Asegúrate de que tienen claras, también ellos, las normas del colegio y de la clase.
Como con cualquier otro niño, cumplen un papel que nadie más puede cubrir. En
ocasiones se excusarán con la sordera y la dificultad de la comunicación. no hay
excusas.

– Crea rutinas básicas de orden y organización en la clase que debe respetar también en
casa.

– Las familias pueden caer en extremos permisivos o de exigencia desproporcionada. Si


los padres aprenden a asumir sus responsabilidades, a actuar como padres, a entender a
sus hijos, se reducirán los sentimientos de culpabilidad, se sentirán más queridos por sus
hijos, la vida familiar mejorará.

– Los hermanos oyentes suelen establecer unas bonitas relaciones con sus hermanos
sordos, pero no deben asumir las responsabilidades que corresponden a sus padres.

DESARROLLO DEL AUTOCONCEPTO COMO PERSONA CON

DISCAPACIDAD Y COMO PADRES

En el fondo da igual que el dialogo entre madre e hijo sea a través del habla
o a través de la seña: lo que importa es su propósito comunicativo.
Hilde Schlesinger (1972)

Es importante comprender que la no audición tiene incidencias en la estructuración del


psiquismo, en el desarrollo del pensamiento y en los diversos sufrimientos psíquicos
que se instalan cuando el niño no puede hacer uso de algo tan natural, como es hablar o
escuchar a sus padres. De esta manera el infante sordo o hipoacúsico no sólo debe tener
una mirada rehabilitadora o médica, es conveniente un acompañamiento terapéutico
tanto para el niño como para sus padres.
Los profesionales médicos sólo ven al niño desde una mirada audiológica, les
proponemos atención psicológica para niños, adolescentes y adultos sordos, así como
para sus padres o familiares.

En este sentido, es primordial proveer apoyo y mediación familiar, ya que, al conocerse


el diagnóstico de la sordera, los padres requieren información respecto de ella (explicar
el diagnóstico, conocer sus implicaciones, etc.), aprender medios alternativos de
comunicación (lengua de signos, lectura labial, apoyo visual, etc.) y conocer pautas para
adaptar el entorno familiar a la nueva situación (señales lumínicas, contacto visual, etc.).

Por otra parte, es importante considerar que la sordera no afecta exclusivamente el


desarrollo de la comunicación y el lenguaje sino el de la persona en forma global. Los
desarrollos cognitivos, comunicativo-lingüístico y socio-afectivo están íntimamente
relacionados y se influyen mutuamente. Si una persona sorda no dispone de un código
que le permita comunicarse y representar la realidad, su desarrollo cognitivo se verá
afectado, ello a su vez interviene en forma negativa en el desarrollo del lenguaje. Los
límites en la comunicación generan inmadurez en el desarrollo social y afectivo. En
definitiva, si la comunicación falla o es deficiente, se verá afectado el desarrollo
intelectual, la interacción social, la formación del lenguaje y la afectividad.

la interacción con las personas próximas juega un papel importante en el proceso de


construcción del concepto e imagen de uno mismo, los niños con algún tipo de
discapacidad sensorial podrían incorporar a su propia imagen, en mayor o menor
medida, algunos de los aspectos o estereotipos que se le atribuyen pues, según Garzón
(2003), es durante la media infancia y adolescencia cuando se inicia la búsqueda de la
identidad, coherencia y seguridad en uno mismo.

Además, Allen y Gilbert (1995; citados en Pérez y Garaigordobil, 2007) y Swallow y


Kuiper (1988; citados en Pérez y Garaigordobil, 2007) Indican que, puesto que la
persona se evalúa en comparación con los demás, cualquier información negativa que se
derive de ello, en base a limitaciones en el funcionamiento de alguna de las habilidades
adaptativas, podría suponer una amenaza para el autoconcepto y la autoestima del
individuo en cuestión y una inhibición del desarrollo de sus habilidades sociales y de su
competencia social.
En el caso de niños con discapacidad auditiva no se cuenta con un código de
comunicación adecuado y disponible desde los primeros años, lo que da lugar, tal y
como nos indica Villalba (1996), a que las interacciones sociales sean simples, breves,
empobrecidas y poco flexibles. Con frecuencia, el niño sordo o hipoacúsico percibe que
no le entienden o incluso que él mismo no comprende lo que la otra persona intenta
decirle. Además, se siente comparado con el resto continuamente o ignorado en aquellas
áreas en las que sí puede rendir igual que los demás. Todo ello, según Villalba (1996),
perjudica notablemente el grado de satisfacción en sus relaciones interpersonales, así
como el desarrollo de su autoestima y su autoconcepto.

Sin embargo, el modo en que el niño interacciona socialmente y los sentimientos que
manifiesta al respecto pueden verse afectados, además de por sus propios factores
individuales y personales, por el grado de pérdida de audición que éste presente. De
hecho, de dicho grado de pérdida, además de otras variables, también depende su
escolarización en un centro ordinario o en uno específico, lo que determinará el grupo
de iguales con el que se relacionará (oyentes o con discapacidad auditiva), que será otro
factor determinante.

LA NEGACIÓN Y LA BÚSQUEDA DE RESIGNACIÓN Y CRECIMIENTO

DEL SUJETO

Quien vive el duelo dependiendo de la edad en que se presente la pérdida auditiva varia,
es diferente cuando hablamos de un niño pequeño, es decir cuando su pérdida es de
nacimiento, quienes viven el duelo son sus padres, en cambio cuando la perdida se
presenta luego de los 6 años de edad, quien vive también el duelo es el niño o el adulto,
pues tras recibir malas noticias se experimentan emociones muy parecidas aquellas que
presentan las personas que han perdido un ser querido. Hay que tener en cuenta que el
proceso de duelo es un proceso adaptativo al cambio que se presenta, y que son
reacciones naturales de nosotros como seres humanos, que ayudan tanto a los padres
como a los hijos, como al adulto a triunfar en este camino.

El duelo que experimenta una persona varia de una a otra, ya que la vivencia del mismo
dependerá de factores como creencias, historia de aprendizaje y recursos con los que las
personas cuentan, sin embargo se han identificado emociones claras, que no se
delimitan en el tiempo, para aquellos que viven este proceso como:
Negación

Ansiedad

Miedo o temor

Culpa

Enfado o ira

Depresión

Confusión Soledad

Los padres pueden fluctuar de una emoción a otra durante varios meses o incluso años
lo cual es natural, sin embargo se espera que tanto los padres como los adultos pasen
por las siguientes etapas:

1 crisis emocional

2. Adaptación fingida a la situación

3. Adaptación constructiva a la situación

Lo ideal es que todos lleguen a la última etapa y normalmente lo logran solos, sin
embargo, en algunas ocasiones se requiere de apoyo de psicología.

COMO SE DESARROLLAN EN EL ÁMBITO SEXUAL

Con base en cada circunstancia, la discapacidad puede ser el origen de diversos


conflictos en las interacciones sociales del individuo, repercute en su socialización con
los demás, sin embargo en el caso de los hipoacusicos el factor que se verá afectado no
será a nivel orgánico, pues como menciona Peña:

En la sordera, al igual que en la ceguera, son recurrentes las modificaciones en la


construcción de la imagen corporal debido a un déficit especifico y dificultades en la
comunicación asociadas a una probable variación en la estructuración diferencial de
significados y por lo tanto limitaciones en la interacción social (Peña, 2003:122)
El principal limite para una persona con hipoacusia es la barrera de la comunicación, lo
que provoca que se den pocas relaciones entre las personas con sordera y normoyentes.
Sin embargo, como menciona Argyle, la comunicación no verbal, los movimientos
corporales, gestuales, posturales, la mirada, el tacto y las expresiones faciales son
mucho más eficaces para comunicar actitudes y sentimientos que el lenguaje verbal o
escrito (Bialik, 2004), que en el caso de las personas hipoacusicas va a ser un punto
muy importante pues la forma de comunicación se basa en la mirada y en el tacto,
circunstancia que los pondría en ventaja sobre una persona normoyente, y que puede ser
la base para que se puedan establecer relaciones entre hipoacusicos y normoyentes.

Los centros de reunión como los grupos de apoyo, las asociaciones y otros lugares en
los que exclusivamente acuden las personas hipoacusicas es en donde por lo general se
dan los noviazgos, debido a que es ahí donde comparten experiencias entre iguales y
ciertamente, en muchos de los casos, el único lugar donde conviven con otras personas
aparte del hogar. Son en estos lugares en donde también se dan muchos matrimonios
desde edades muy tempranas.

A diferencia de la persona normoyente que asume la las ideas directamente del mundo
que le rodea y de lo que se puede llamar “bueno y malo”, ya que tiene a la mano medios
de comunicación como la radio, la televisión, libros, revistas, etc., la persona
hipoacusica se encuentra aislada del mundo que le rodea. Es aquí entonces donde el
problema de las barreras de comunicación se incrementan de manera importante, pues
los individuos llegan a la adolescencia con una confusión muy amplia de conocimientos
sexuales que trataran de satisfacer como sea, exponiéndose a obtener la información de
fuentes de diversa índole que no siempre resultan ser las más adecuadas. Todo lo
anterior es debido también, en gran parte, a la sobreprotección brindada por sus padres
durante la infancia y la adolescencia. Esto provoca que al momento del noviazgo o al
formar una Familia, la pareja se encuentre con un alto grado de inexperiencia, por
ejemplo, algunas mujeres llegan a la maternidad con una preparación deficiente, y
aunque sean muy buenas madres lo son casi por “instinto” lo que provoca que en
muchas acciones no sepan cómo educar a sus hijos (Guillen, 2000etal:221)

En lo que se refiere a la reproducción parece no haber gran diferencia entre las personas
hipoacusicas y los normoyentes, pues el riesgo de tener un hijo con problemas auditivos
es muy bajo. Sin embargo, como se mencionó con anterioridad, muchas parejas, por
diversas circunstancias, que van desde los matrimonios muy tempranos hasta la
ignorancia por una educación sexual deficiente, no se encuentran preparadas para
procrear.

La influencia, aunque sea escasa de los agentes socializadores, como la escuela, la


familia, los amigos y la religión, determinara en gran medida los procesos de
sexualización del hipoacusico, empezando por la creación de redes sociales de apoyo,
en los cuales las relaciones afectivas tienden a darse entre individuos pertenecientes a
un mismo grupo, en donde se van a ver menos interiorizados prejuicios y tabúes
provenientes de la sociedad dominante (linares, 2003: 60). Es por esto que las personas
sordas, al socializar con grupos iguales, tendrán menos interiorizados los usos que
marca la sociedad en cuanto a su sexualidad y van a ser ajenos, por ejemplo, a la sabida
preferencia por la orientación heterosecual, imperante en la mayor parte de los países
del mundo en gran parte debido a la religión. Así pues, la orientación sexual entre
personas sordas se decide con mayor libertad, con menor interferencia educativa y
cultural de lo que se considera bueno y deseable.

Bibliografía:

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recuperado el 27/06/18 de:
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