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DISCAPACIDADES
Séptimo Clínica
Alumnos:
-Cevallos Elsa
- Licto M. Fernanda
- Benalcázar Jonathan
2018
ÍNDICE
Edificaciones: ............................................................................................................................ 3
Educación .................................................................................................................................. 3
¿Cuáles son las necesidades educativas especiales de los alumnos con deficiencia auditiva? . 5
Bibliografía: ................................................................................................................................ 22
INCLUSIÓN EN LA SOCIEDAD
Edificaciones: Todos los edificios de uso público o que presten un servicio a la
comunidad deberán ser accesibles y transitables sin dificultad para personas con
discapacidad, especialmente con movilidad reducida. Esto es extensible, entre otros, a
los accesos a los medios de transporte público de pasajeros y a los bienes nacionales de
uso público (como parques o plazas). Si en ellos existen ascensores, éstos deben tener
espacio suficiente para transportar a las personas con discapacidad.
Los parques, plazas o áreas verdes, públicos y privados de uso público, que contemplen
juegos infantiles no mecanizados, deben hacerse con un diseño universal que permita su
utilización de forma autónoma por todos los niños, incluidos aquellos con discapacidad.
Además, debe garantizarse que cualquier niño pueda ingresar al sector en forma segura
desde la calle y circular también con seguridad. Las juntas de vecinos del respectivo
sector pueden solicitar la adecuación de los juegos.
Asimismo, los recintos que impliquen concurrencia de público (como por ejemplo
centros comerciales, cines, estadios, etc.) y que cuenten con estacionamientos, deberán
reservar un número para el uso de personas con discapacidad, y deben contar con
espacio suficiente para su libre desplazamiento.
Los alumnos del sistema educacional de enseñanza pre básicos, básicos o media que
requieran estar internados por las patologías o condiciones que sufran, recibirán su
atención escolar en el lugar en el que permanezcan por prescripción médica.
En los procesos de selección de personal los órganos del Estado que indica la ley deben
escoger a la persona con discapacidad si hay igualdad de condiciones de mérito.
Selección para educación y empleo: Toda persona o institución, pública o privada, que
ofrezca servicios educacionales, capacitación o empleo y que exija la rendición de
exámenes, deberá adecuar sus mecanismos de selección para resguardar la igualdad de
oportunidades de las personas con discapacidad que participen de ellos.
Canales de TV: Los canales abiertos y los proveedores de TV pagada deberán aplicar
mecanismos que permitan a las personas con discapacidad auditiva acceder a su
programación en los casos que determine el reglamento respectivo.
¿Cuáles son las necesidades educativas especiales de los alumnos con deficiencia
auditiva?
En primer lugar, es indudable la toma de decisiones sobre aspectos que faciliten el
acceso a un currículo que presenta una adaptación de acceso, por las dificultades que
tiene el niño con la adquisición de la lectura, escritura, el cálculo, los conceptos, etc.
Estas adquisiciones depende del nivel lingüístico y cognitivo del niño por lo que
demandan una adaptación metodológica y organizativa. Resulta obvio a permitir que el
niño con pérdida auditiva debe contar con un sistema de comunicación que le permita
relacionarse y un lenguaje que sirva de mediador para regular su conducta y atribuir
significado al mundo que le rodea. Asimismo para saciar sus necesidades de desarrollo
social es necesario configurar ambientes donde el niño sordo pueda interactuar con
muchas personas y poner en juego los distintos roles sociales que ha de ir asumiendo,
sobre todo con los iguales. La exposición del niño a interacciones con otros sujetos con
sordera supone una situación de que ambos compartan experiencias, habilidades y
soluciones a como comparte la realidad. Según el aprendizaje mediado de Vygotskii la
exposición a sujetos más capaces promoverá el desarrollo cognitivo del niño a través de
actividades compartidas que le abren, una y otra vez, estrategias de procesamiento de
información y solución de problemas más elaboradas.
Por otro lado, no se pueden olvidar los recursos humanos y materiales que este tipo de
niños demanda en la escuela. Será fundamental y obligada la presencia del especialista
en audición y lenguaje para el diseño de las actividades de formación y de
enriquecimiento del conocimiento y habilidades. Su presencia ayudará al alumno a
desarrollar su tarea en colaboración con los tutores y al desarrollo de las adaptaciones
curriculares significativas para la aquellos alumnos diagnosticados hipoacúsicos.
Asimismo todas estas respuestas educativas han de estar concretadas en los diferentes
niveles de concreción del centro, el aula y el individual. Para Marchesi (1990), es
fundamental que el proyecto de centro haya considerado la existencia de estas
necesidades educativas especiales junto con la necesidad de haber introducido un
sistema de comunicación alternativo, que el profesorado disponga de la formación
necesaria para realizar la adaptación al currículo y que exista el centro una protección de
profesionales especiales.
La educación del niño sordo no es una tarea concreta sino que engloba a la totalidad de
los profesores cuyo compromiso al estar incluido en el proyecto educativo de centro.
Tanto los recursos humanos y materiales descritos con anterioridad como la
coordinación y asesoramiento de todo el proceso ha de estar debidamente reseñada en el
proyecto curricular de centro.
El maestro debe:
1. Hablarle lo más cerca posible y de frente a él.
2. Sentarlo cerca de un compañero que muestre empatía ante la problemática y de
espaldas a la luz natural para que pueda visualizar mejor los rostros y las
instrucciones.
3. Hablarle con frases sencillas, completas y correctas gramaticalmente.
4. Evitar tener objetos (lápices, marcadores, plumas, cubre boca, etc) cuando se
esté hablando con ellos.
5. Utilizar estímulos visuales para favorecer el entendimiento y el aprendizaje.
6. Darles con anticipación el material escrito que se va a utilizar durante la clase.
7. Integrarles en todas las actividades que se realicen de forma grupal e individual.
8. Utilizar sinónimos conocidos por el niño para explicar palabras que no logra
entender.
9. Mantener en la medida de lo posible el ambiente de clases con el menor número
de estímulos auditivos para aprovechar de manera significativa el alcance de la
audición del chico.
10. Al darle una explicación o instrucción asegurarse de que lo está mirando.
11. Utilizar lenguaje corporal y gestos naturales al momento de mantener una
conversación.
12. Preguntar de forma constante si ha entendido las indicaciones o lo que se le ha
explicado.
13. Dar instrucciones de manera pausada, una a la vez y esperar a que la realice para
dar la siguiente.
14. De acuerdo a las necesidades de cada niño, se deberán utilizar diferentes
recursos como: visuales, gráficos, manuales u orales.
15. Formar un equipo de trabajo conjunto, maestros, padres de familia, terapeutas y
especialistas para lograr un rendimiento óptimo y desarrollo integral del niño.
En este sentido, también es interesante la siguiente definición: “el trabajo desde el punto
de vista antropológico, aparece como la realización personal del hombre; desde el punto
de vista socio-económico como eje y núcleo de toda actividad productiva personal y
social. Y desde el punto de vista psicológico, como realización y aplicación práctica de
la capacidad humana que facilita confianza y seguridad de la persona en sí misma”
(Torreblanca y Albert, s.f., p. 78).
En esta misma línea, lo fundamental para conseguir la inclusión social de las personas
con discapacidad es el cumplimiento de la igualdad de oportunidades para todos, pero
¿realmente existe?. La igualdad de oportunidades significa:
“Conceder a todos iguales posibilidades, iguales chances de una libre elección y como
tal afecta a problemas no solo de desigualdad transmitidas, a través de la herencia
material y cultural, sino también la existencia de individuos o grupos que a causa de sus
condiciones personales o sociales, tienen una menor oportunidad de acceder a empleos
de cierta relevancia”.
La dificultad de las personas sordas a la hora de conseguir un empleo, debería ser menos
que el de las personas con otras discapacidades, pues hay que tener en cuenta que esta
discapacidad sólo afecta al canal auditivo de la persona que la padece, pero sus
capacidades físicas e intelectuales son iguales que las del resto, aunque a pesar de ello
quedan integradas en el grupo de las personas con discapacidad, por dos razones: 1) Por
la comodidad que representa para las instituciones al englobar a todas las personas con
discapacidad en único colectivo; 2) Por los beneficios (subvenciones, descuentos en
servicios públicos, etc.) que reporta a estas personas con discapacidad, que determinan
que ellos acepten la situación por propio interés (Sánchez, 2011).
• Que las dificultades que limitan la comunicación de las personas sordas inciden
directamente en las relaciones interpersonales, afectando a las actividades que realizan
en el entorno laboral.
• Que la mayoría de las personas sordas que acuden al Servicio de Empleo suelen estar
desorientadas, desmotivadas, poco familiarizadas con la realidad del mercado laboral,
disponen de poca información, etc.
• Que son muchas las circunstancias que conforman la situación de partida de cada
usuario, que varía según su situación familiar, económica, emocional, formación,
experiencia, etc.
Para ello, el joven con discapacidad auditiva habrá de emprender una serie de iniciativas
que el Técnico de Inserción Laboral, con el apoyo de su familia y otros profesionales, le
ayudará a planificar y desarrollar. Durante este itinerario es importante concienciar a la
persona con discapacidad auditiva para que adopte una actitud activa y optimista.
Sin embargo, el modo en que el niño interacciona socialmente y los sentimientos que
manifiesta al respecto pueden verse afectados, además de por sus propios factores
individuales y personales, por el grado de pérdida de audición que éste presente. De
hecho, de dicho grado de pérdida, además de otras variables, también depende su
escolarización en un centro ordinario o en uno específico, lo que determinará el grupo
de iguales con el que se relacionará (oyentes o con discapacidad auditiva), que será otro
factor determinante.
INCLUSIÓN EN EL DEPORTE
Mucho tiempo tuvo que pasar para que se creara el reconocimiento internacional del
deporte de sordos. En 1924 nació Comité International des Sport des Sourds (C.I.S.S)
con el que comenzaron las competiciones deportivas internacionales para sordos.
Cuando el C.O.I. (Comité Olímpico Internacional) reconoció al CISS, en 1955,
comenzaron a celebrarse cada cuatro años los Juegos Mundiales para Sordos, creándose
también los Juegos de Invierno, intercalándose cada dos años los de verano y los de
invierno.
AUDITIVA
Todo lo expuesto, tal y como nos indican Satapathy y Singhal (2001; citados en Pérez y
Garaigordobil, 2007), nos conduce a pensar que si la interacción con las personas
próximas juega un papel importante en el proceso de construcción del concepto e
imagen de uno mismo, los niños con algún tipo de discapacidad sensorial podrían
incorporar a su propia imagen, en mayor o menor medida, algunos de los aspectos o
estereotipos que se le atribuyen pues, según Garzón (2003), es durante la media infancia
y adolescencia cuando se inicia la búsqueda de la identidad, coherencia y seguridad en
uno mismo.
Sin embargo, el modo en que el niño interacciona socialmente y los sentimientos que
manifiesta al respecto pueden verse afectados, además de por sus propios factores
individuales y personales, por el grado de pérdida de audición que éste presente. De
hecho, de dicho grado de pérdida, además de otras variables, también depende su
escolarización en un centro ordinario o en uno específico, lo que determinará el grupo
de iguales con el que se relacionará (oyentes o con discapacidad auditiva), que será otro
factor determinante.
– Destaca y estimula sus cualidades, sus habilidades, todo lo que es capaz de hacer bien
– Dile de vez en cuando frases como ésta: ―eres muy responsable, estoy orgulloso de
ti‖.
- En el juego debe aprender a perder y ganar. Puede serle difícil entenderlo pero si se le
ayuda lo hace como cualquier otro niño.
- Asegúrate de que entiende las normas de convivencia del colegio. Con mucha
frecuencia al niño sordo se le habla de las normas cuando se ha comportado mal. Pero
cuando lo haya entendido, que entienda también que se espera de él un comportamiento
responsable.
- Cuando las ha entendido hay que esperar de él lo mismo que de sus compañeros, sin
justificar sus conductas inadaptadas a la sordera.
– Mantén una relación abierta y de confianza con el niño. No temas, verás como
comprende mucho más de lo que piensas.
– En cuanto te sea posible favorece que tenga este tipo de comunicación con alguno de
sus compañeros. Sé sentirá parte del grupo.
– Comparte con él tus sentimientos, dile cómo te sientes o se sienten los demás. Si no lo
entiende oralmente, ayúdate del gesto, el dibujo para que entienda sus estados de ánimo
y los de los demás. Necesitar poder decir cómo se siente, cómo se llama eso que le
domina internamente y que no sabe qué es.
– En el aula debe participar con los compañeros en las sesiones de tutoría en que se
hable de sentimientos, emociones, reacciones desajustadas, para que sepa también
valorarlas y desarrolle un juicio crítico.
– Mantén, informados a los padres de todo el proceso del niño. Ellos deben ser los
principales motores de la educación de sus hijos, pero necesitan ayuda.
– Asegúrate de que tienen claras, también ellos, las normas del colegio y de la clase.
Como con cualquier otro niño, cumplen un papel que nadie más puede cubrir. En
ocasiones se excusarán con la sordera y la dificultad de la comunicación. no hay
excusas.
– Crea rutinas básicas de orden y organización en la clase que debe respetar también en
casa.
– Los hermanos oyentes suelen establecer unas bonitas relaciones con sus hermanos
sordos, pero no deben asumir las responsabilidades que corresponden a sus padres.
En el fondo da igual que el dialogo entre madre e hijo sea a través del habla
o a través de la seña: lo que importa es su propósito comunicativo.
Hilde Schlesinger (1972)
Sin embargo, el modo en que el niño interacciona socialmente y los sentimientos que
manifiesta al respecto pueden verse afectados, además de por sus propios factores
individuales y personales, por el grado de pérdida de audición que éste presente. De
hecho, de dicho grado de pérdida, además de otras variables, también depende su
escolarización en un centro ordinario o en uno específico, lo que determinará el grupo
de iguales con el que se relacionará (oyentes o con discapacidad auditiva), que será otro
factor determinante.
DEL SUJETO
Quien vive el duelo dependiendo de la edad en que se presente la pérdida auditiva varia,
es diferente cuando hablamos de un niño pequeño, es decir cuando su pérdida es de
nacimiento, quienes viven el duelo son sus padres, en cambio cuando la perdida se
presenta luego de los 6 años de edad, quien vive también el duelo es el niño o el adulto,
pues tras recibir malas noticias se experimentan emociones muy parecidas aquellas que
presentan las personas que han perdido un ser querido. Hay que tener en cuenta que el
proceso de duelo es un proceso adaptativo al cambio que se presenta, y que son
reacciones naturales de nosotros como seres humanos, que ayudan tanto a los padres
como a los hijos, como al adulto a triunfar en este camino.
El duelo que experimenta una persona varia de una a otra, ya que la vivencia del mismo
dependerá de factores como creencias, historia de aprendizaje y recursos con los que las
personas cuentan, sin embargo se han identificado emociones claras, que no se
delimitan en el tiempo, para aquellos que viven este proceso como:
Negación
Ansiedad
Miedo o temor
Culpa
Enfado o ira
Depresión
Confusión Soledad
Los padres pueden fluctuar de una emoción a otra durante varios meses o incluso años
lo cual es natural, sin embargo se espera que tanto los padres como los adultos pasen
por las siguientes etapas:
1 crisis emocional
Lo ideal es que todos lleguen a la última etapa y normalmente lo logran solos, sin
embargo, en algunas ocasiones se requiere de apoyo de psicología.
Los centros de reunión como los grupos de apoyo, las asociaciones y otros lugares en
los que exclusivamente acuden las personas hipoacusicas es en donde por lo general se
dan los noviazgos, debido a que es ahí donde comparten experiencias entre iguales y
ciertamente, en muchos de los casos, el único lugar donde conviven con otras personas
aparte del hogar. Son en estos lugares en donde también se dan muchos matrimonios
desde edades muy tempranas.
A diferencia de la persona normoyente que asume la las ideas directamente del mundo
que le rodea y de lo que se puede llamar “bueno y malo”, ya que tiene a la mano medios
de comunicación como la radio, la televisión, libros, revistas, etc., la persona
hipoacusica se encuentra aislada del mundo que le rodea. Es aquí entonces donde el
problema de las barreras de comunicación se incrementan de manera importante, pues
los individuos llegan a la adolescencia con una confusión muy amplia de conocimientos
sexuales que trataran de satisfacer como sea, exponiéndose a obtener la información de
fuentes de diversa índole que no siempre resultan ser las más adecuadas. Todo lo
anterior es debido también, en gran parte, a la sobreprotección brindada por sus padres
durante la infancia y la adolescencia. Esto provoca que al momento del noviazgo o al
formar una Familia, la pareja se encuentre con un alto grado de inexperiencia, por
ejemplo, algunas mujeres llegan a la maternidad con una preparación deficiente, y
aunque sean muy buenas madres lo son casi por “instinto” lo que provoca que en
muchas acciones no sepan cómo educar a sus hijos (Guillen, 2000etal:221)
En lo que se refiere a la reproducción parece no haber gran diferencia entre las personas
hipoacusicas y los normoyentes, pues el riesgo de tener un hijo con problemas auditivos
es muy bajo. Sin embargo, como se mencionó con anterioridad, muchas parejas, por
diversas circunstancias, que van desde los matrimonios muy tempranos hasta la
ignorancia por una educación sexual deficiente, no se encuentran preparadas para
procrear.
Bibliografía: