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El Agreement of the People (1647) fue un manifiesto por un cambio político,propuesto por
los Niveladores durante la Revolución inglesa. Se llamó a la libertad de culto, celebración frecuente
del parlamento y la igualdad ante la ley.
John Locke fue el primero en desarrollar una filosofía liberal , creó el derecho a la propiedad privada y
el consentimiento de los gobernados.
El liberalismo es una doctrina política que defiende la libertad individual, preconiza el Estado
limitado (restringe la intervención del Estado en la vida social, económica y cultural), promueve
la iniciativa privada, propugna por la igualdad ante la ley y aboga por la paz. Diccionario Larrousse
"Diccionario básico escolar" pág. 175 1
Asimismo, se identifica como una actitud que proponga la libertad y la tolerancia en las
relaciones humanas, fundamentada en el libre albedrío y en el principio de no
agresión (vid. Escuela de Salamanca). Promueve, en suma, las libertades
civiles y económicas y se opone al absolutismo, al despotismo ilustrado, al conservadurismo,
los sistemas autoritarios, dictatoriales y totalitarios. Constituye la corriente en la que se
fundamentan tanto el Estado de derecho como la democracia representativa y la división de
poderes.
Desde sus primeras formulaciones, el pensamiento político liberal se ha fundamentado sobre
tres grandes ideas:1
Índice
1Características
2Liberalismo social y económico
3La disolución del gobierno y el derecho a la resistencia: Locke, Kant y Rawls
4Teorías del óptimo social: Liberalismo benthamiano y paretiano
5Principales corrientes liberales y derivadas de éstas
6Véase también
o 6.1Principales obras
7Referencias
8Bibliografía
9Enlaces externos
Características[editar]
Sus características principales son :
Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga en 1831, quienes intentaron sin
éxito acabar con la política absolutista de Fernando VII. Óleo de Antonio Gisbert Pérez (1834-1901).
Monumento a los liberales del siglo XIX situado en el barrio Agra del Orzán, La Coruña, España.
Una división menos famosa pero más rigurosa es la que distingue entre el liberalismo
predicado por Jeremías Bentham y Wilfredo Pareto propusieron otras dos concepciones para
el cálculo de un óptimo de satisfacción social.
En el cálculo económico se diferencian varias corrientes del liberalismo. En la clásica y
neoclásica se recurre con frecuencia a la teoría del homo œconomicus, un ser perfectamente
racional con tendencia a maximizar su satisfacción. Para simular este ser ficticio se ideó el
gráfico Edgeworth-Pareto, que permitía conocer la decisión que tomaría un individuo con un
sistema de preferencias dado (representado en curvas de indiferencia) y unas condiciones de
mercado dadas. Es decir, en un equilibrio determinado.
Sin embargo, existe una gran controversia cuando el modelo de satisfacción se ha de
trasladar a una determinada sociedad. Cuando se tiene que elaborar un gráfico de satisfacción
social, el modelo benthamiano y el paretiano chocan frontalmente.
Según Wilfredo Pareto, la satisfacción de que goza una persona es absolutamente
incomparable con la de otra. Para él, la satisfacción es una magnitud ordinal y personal, lo que
supone que no se puede cuantificar ni relacionar con la de otros. Por lo tanto, sólo se puede
realizar una gráfica de satisfacción social con una distribución de la renta dada. No se podrían
comparar de ninguna manera distribuciones diferentes. Por el contrario, en el modelo de
Bentham los hombres son en esencia iguales, lo cual lleva a la comparabilidad de
satisfacciones y a la elaboración de una única gráfica de satisfacción social.
En el modelo paretiano, una sociedad alcanzaba la máxima satisfacción posible cuando ya no
se le podía dar nada a nadie sin quitarle algo a otro. Por lo tanto, no existía ninguna
distribución óptima de la renta. Un óptimo de satisfacción de una distribución absolutamente
desigual sería, a nivel social, tan válido como uno de la más absoluta igualdad (siempre que
estos se encontrasen dentro del criterio de óptimo paretiano).
No obstante, para igualitaristas como Bentham no valía cualquier distribución de la renta. El
que los humanos seamos en esencia iguales y la comparabilidad de las satisfacciones llevaba
necesariamente a un óptimo más afinado que el paretiano. Este nuevo óptimo, que es
necesariamente uno de los casos de óptimo paretiano, surge como conclusión lógica
necesaria de la ley de los rendimientos decrecientes.