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1º ASIGNATURA INTRODUCCIÓN AL PROCESO PENAL

MÓDULO I:

1.1 EL PROCESO PENAL Y LOS SISTEMAS PROCESALES PENALES.

¿QUÉ ES EL PROCESO? Y SU CLASIFICACIÓN

Desde antiguo ha existido una necesidad de solucionar los diversos conflictos que
se suscitan entre las partes, (personas) sean de tipo penal o civil. El hecho de vivir
en sociedad trae como consecuencia, que existan diversos problemas entre los
sujetos o personas que forman parte de esa sociedad, pero no todos los cuales
son de importancia para el Derecho. Los problemas que son de importancia para
el ordenamiento jurídico son los denominados conflictos Inter-subjetivos de
intereses, es decir aquellos que vulneran una norma jurídica (leyes).

Para solucionar estos conflictos han existido diversos mecanismos, a saber:


autotutela, autocomposición y el proceso.

La autotutela, es el más primitivo de ellos y consistía en que el sujeto más fuerte


imponía su voluntad sobre el más débil solucionando el conflicto mediante la
fuerza. Una común aplicación de esta forma de abordar la solución de los
problemas es el conocido aforismo “Ojo por ojo diente por diente”.

La Autocomposición, se traduce, por regla general, en el arreglo mutuo que


efectúan las partes del conflicto, ya sea por un acuerdo entre ambos, sin la
intervención de un tercero, o solicitando la cooperación de un tercero imparcial.

El proceso surge como el medio racional de solucionar un conflicto de relevancia


jurídica entregado a un tercero imparcial e independiente, a fin de que dicte con
la fuerza jurídica suficiente, una sentencia definitiva que ponga término al conflicto
sin que se pueda acudir a otros tribunales o autoridades para solucionarlo.

El más destacado profesor de derecho procesal del Uruguay, don Eduardo


Couture, nos definía el proceso como “la secuencia o serie de actos que se
desenvuelven progresivamente con el objeto de resolver mediante un juicio de
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autoridad, el conflicto sometido a la decisión de un órgano jurisdiccional”

El proceso se caracteriza porque el conflicto entre las partes (personas naturales o


sociedades) es canalizado mediante un procedimiento que conlleva a la sentencia
definitiva, que dicta el órgano jurisdiccional (el juez) que soluciona el conflicto.

Pero este conflicto puede ser civil o penal, atendiendo al objeto del conflicto, es
2
decir a la materia, tema o cuestión de que trata el proceso . Como el conflicto se
trata de una infracción de una norma jurídica, esta norma puede ser civil,
comercial, laboral, penal, etc., dando origen a los respectivos procesos civiles o
penales.

Tenemos, por tanto, que el proceso civil, en los que se incluyen otras ramas del
derecho como el derecho comercial, laboral etc.., es todo aquel proceso que no es
penal.

Podemos definir el proceso penal como la secuencia o serie de actos que se


desenvuelven progresivamente con el objeto de resolver un conflicto que ha
vulnerado una norma penal, mediante un juicio de autoridad dictado por los
órganos penales competentes.

El profesor de la Universidad de Turín don Eugenio Florián define el derecho


procesal penal como el conjunto de normas jurídicas que regulan y disciplinan el
proceso, sea en su conjunto, sea en los actos particulares que lo integran.

La clasificación tradicional de los procesos es en civil y penal y estos últimos en


proceso penales inquisitorios y procesos penales acusatorios, atendiendo al
sistema procesal penal que esté vigente. Otra clasificación atiende a la
generalidad del procedimiento y se habla de procedimiento ordinarios y
procedimiento especiales. Son procedimiento ordinarios o generales el
procedimiento de acción penal pública, de acción penal privada y el procedimiento
por faltas; son especiales los llamados procedimiento previos o antejuicios (como
son el procedimiento de desafuero de diputados y senadores, procedimiento de
6
desafuero de intendentes y gobernadores, la querella de capítulos , la extradición
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activa y pasiva ) y los procedimientos especiales propiamente tales (como por
ejemplo el procedimiento contemplado en el Código de justicia militar). También
existe una clasificación de procesos de acción penal pública, privada y mixta
(previa instancia de particular), atendiendo al objeto de la acción penal.

Como se verá hay una relación directa entre los delitos y el derecho procesal
penal. Pero esta relación no alcanza para confundirlos. Los delitos están
reglamentados en un ordenamiento jurídico sustancial distinto al proceso penal
que se llama, Derecho Penal.

Muy someramente podemos definir el derecho penal como un conjunto de


normas que regulan la potestad punitiva del Estado, es decir la facultad de este de
sancionar a los delincuentes que tiende a controlar aquellas conductas
constitutivas de delito e imponer una sanción de carácter penal.

El derecho procesal penal no forma parte del derecho penal pero si se “desarrolla
y completa la función punitiva".

1.2 LOS DISTINTOS SISTEMAS PROCESALES PENALES

Hablar de sistemas es hablar de un conjunto de reglas o principios básicos de


una determinada materia, relacionados entre sí.

En todo proceso jurídico existen principios que lo caracterizan, que permiten


distinguirlo de otras instituciones. Dentro del proceso penal se han construido dos
grandes sistemas: inquisitivo y acusatorio. No existe un conocimiento exacto
para precisar cual de estos se dio primeramente en la sociedad moderna. Sin
perjuicio de esto, se afirma que el principio inquisitivo habría tenido su origen en el
imperio romano y su mayor apogeo en el siglo XIX; a su vez el acusatorio
encuentra sus raíces en Grecia y en la Roma republicana, prevaleciendo hoy día
en la mayoría de los países democráticos de influencia anglosajona.

SISTEMAS

EL SISTEMA INQUISITIVO: Este sistema se origina en la época imperial romana,


teniendo como característica principal las facultades omnímodas de los órganos
jurisdiccionales para proceder de oficio en la iniciación y tramitación del proceso
penal. El juez actúa como un representante del Estado o Imperio, no siendo un
ente independiente. El juez tiene amplias facultades para llegar a la verdad de los
hechos delictivos utilizando, inclusive la tortura y el tormento del delincuente. El
juez investiga los hechos, acusa y dicta sentencia. El procedimiento es escrito y
secreto.

EL SISTEMA ACUSATORIO: Este sistema, propio de los estados democráticos,


se caracteriza porque la investigación y la acusación están separadas del ente que
sentencia, las primeras de ellas entregadas a un ente denominado ministerio
publico que es independiente al poder judicial quien deberá investigar y acusar en
la oportunidad que corresponda; la sentencia se entrega al juez u órgano
jurisdiccional. Es oral y publico permitiendo el conocimiento de toda la ciudadanía
de este tipo de procedimiento. Es además, contradictorio permitiendo la debida
defensa del imputado.

1.3 LAS NORMAS CONSTITUCIONALES Y DE DERECHO INTERNACIONAL


QUE SE APLICAN A TODO PROCESO PENAL

LA CONSTITUCION POLITICA DE LA REPUBLICA Y NORMAS PROCESALES

Normas, la primera no es estrictamente procesal, es de vital importancia al


establecer en forma perenoria que “las personas nacen libres e iguales en
dignidad y derechos” Articulo 1.

El articulo 6 “los órganos del estado deben someter su acción a la constitución y a


las normas dictadas conforme a ella y garantizar el orden institucional de la
republica.

Articulo 7 los órganos del estado actúan válidamente previa investidura regular de
sus integrantes, dentro de su competencia y en la forma que prescriba la ley.
Ninguna magistratura, ninguna persona ni grupo de personas pueden atribuirse, ni
aun a pretexto de circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los
que expresamente se les hayan conferido en virtud de la constitución o las leyes.
Todo acto en contravención a este articulo es nulo y originara las
responsabilidades y sanciones que la ley señale”

El articulo 19.3 es fundamental “ la constitución asegura a todas las personas:


3. la igual protección de la ley en el ejercicio de sus derechos.
Toda persona tiene derecho a defensa jurídica en la forma que la ley señale y
ninguna autoridad o individuo podrá impedir, restringir o perturbar la debida
intervención del letrado, si hubiere sido requerida. Tratándose de los integrantes
de las fuerzas armadas y de orden y seguridad publica, este derecho se regirá en
lo concerniente a lo administrativo y disciplinario, por las normas pertinentes de
sus respectivos estatutos.
La ley arbitrara los medios para otorgar asesoramiento y defensa jurídica a
quienes no puedan procurárselos por sí mismos.
Nadie podrá ser juzgado por comisiones especiales, sino por el tribunal que
señalare la ley y que se hallare establecido por ésta con anterioridad a la
perpetración del hecho.
Toda sentencia de un órgano que ejerza jurisdicción debe fundarse en un proceso
previo legalmente tramitado, corresponderá al legislador establecer siempre las
garantías de un procedimiento y una investigación racionales y justos.
La ley no podrá presumir de derecho la responsabilidad penal.
Ningún delito se castigara con otra pena que la señale una ley promulgada con
anterioridad a su perpetración, a menos que una nueva ley favorezca al afectado.
Ninguna ley podrá establecer penas sin que la conducta que se sanciona esté
expresamente descrita en ella.

Articulo19.7 establece el derecho a la libertad personal y a la seguridad individual.

Articulo 21 establece el recurso de amparo “Todo individuo que se hallare


arrestado, detenido o preso con infracción de los dispuesto en la constitución o en
las leyes, podrá ocurrir por si, o por cualquiera a su nombre, a la magistratura que
señale la ley, a fin de que ésta ordene se guarden las formalidades legales y
adopte de inmediato las providencias que juzgue necesarias para restablecer el
imperio del derecho y asegurar la debida protección del afectado.
Esa magistratura podrá ordenar que el individuo sea traído a su presencia y su
decreto será precisamente obedecido por todos los encargados de las cárceles o
lugares de detención. Instruida de los antecedentes, decretara su libertad
inmediata o hará que se reparen los defectos legales o pondrá al individuo a
disposición del juez competente, procediendo en todo breve y sumariamente, y
corrigiendo por sí esos defectos o dando cuenta a quien corresponda para que los
corrija.
El mismo recurso, y en igual forma, podrá ser deducido a favor de toda persona
que ilegalmente sufra cualquiera privación, perturbación o amenaza en su derecho
a la libertad personal y seguridad individual. La respectiva magistratura dictará en
tal caso las medidas indicadas en los incisos anteriores que estime conducentes
para restablecer el imperio del derecho y asegurar la debida protección del
afectado.

El capitulo VI del Poder Judicial, artículos 76 a 82.

1.4 EL DEBIDO PROCESO LEGAL PENAL

Para algunos autores el denominado due process of law es una institución de


origen anglosajón cuya fuente escrita más lejana se encuentra en la Carta Magna
de 1215. Este documento fue obtenido por los barones del monarca Juan Sin
Tierra. Esta Carta da reglas para la acusación y juzgamiento, estableciendo los
únicos procedimientos mediante los cuales el súbdito inglés podría ser privado de
su propiedad y libertad.

Para otros el debido proceso legal se encuentra en un documento anterior


denominado “Fuero de León”, de fecha 28 de julio de 1017 otorgado en el Reino
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de León, por el rey Alfonso V .

El debido proceso legal penal apunta a que con arreglo al derecho natural y escrito
nadie puede ser juzgado sin ser oído.

Además todo sujeto procesal tiene derecho a estar bien asesorado por medio de
un letrado.

Todo órgano que ejerza jurisdicción debe fundar su sentencia en un proceso


previo, racional y justo, en conformidad a derecho.

1.5 LOS TRATADOS INTERNACIONALES Y SU APLICACIÓN

Se sabe que nuestra Constitución Política del Estado fue reformada el año 1989,
como consecuencia de las negociaciones de los partidos políticos y el régimen
militar de la época. Entre las diversas modificaciones que se efectuaron está la del
inciso segundo del artículo 5 que señala actualmente “El ejercicio de la soberanía
reconoce como limitación el respeto a los derechos esenciales que emanan de la
naturaleza humana. Es deber de los órganos del Estado respetar y promover tales
derechos, garantizados por esta Constitución, así como por los tratados
internacionales ratificados por Chile y que se encuentran vigentes”.

Esta modificación sin duda que introduce en nuestra legislación como parte
integrante de ella, las garantías procesales penales contempladas en los tratados
internacionales.

Según el profesor Tapia “el constituyente se refiere a derechos garantizados en


"tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes".
Mientras la primera parte de esta frase claramente delimita el campo entre
derecho internacional convencional y derecho internacional general, dejando las
normas de este último fuera de consideración en la materia, la parte final de la
frase, relativa a la vigencia de los tratados, no es obvia y plantea serios problemas
de interpretación. En la historia de la reforma consta que la referencia a tratados
internacionales "que se encuentren vigentes" tuvo por principal causa y objeto
asegurar que una serie de tratados sobre derechos humanos que habían sido
ratificados pero no publicados, se considerarán vinculantes para los órganos del
Estado, en cuanto eran conocidos por el constituyente a la fecha de la reforma
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constitucional . Al margen de este propósito, en este caso como en tantísimos
otros la ley adquiere vida y sentido por sí misma y obliga a desentrañar los
significados que su ubicación concreta en el ordenamiento jurídico determina. El
error o la astucia del legislador o constituyente quedan atrapados en la maraña
lógico - contextual del sistema jurídico. Tomando pie en esta realidad, el intérprete
está a la vez autorizado y obligado a hacer el análisis correspondiente. Al parecer,
el constituyente sólo quiso expresar su voluntad frente a las dudas sobre el "desde
cuándo" se considera vigente un tratado ratificado por Chile, pero, sin dejar
perfectamente aclarado este punto, olvidó referirse al caso de "hasta cuándo" se
mantiene en vigencia dicho tratado. En lo que al primer aspecto se refiere cabe
afirmar _ una vez superadas las angustias frente a la brutalidad de la dictadura y
la debilidad de la entonces renaciente democracia—que sólo cabe considerar
vigentes aquellos tratados en que al menos el decreto supremo ratificatorio y
promulgatorio ha sido totalmente tramitado y publicado _ reconociendo que es
frecuente en la práctica que la extensión de muchos tratados y sus anexos hagan
casi imposible su publicación íntegra en el Diario Oficial. Este criterio resulta el
único compatible con el contexto constitucional y, en especial, con la noma del art.
82 n 2º , conforme a la cual el ejercicio de la atribución de control de la
constitucionalidad del tratado por el Tribunal Constitucional tiene como condición
el que no se haya aún promulgado la ley o, agregamos, el tratado. ¿Basta la
promulgación y publicación del decreto ratificatorio para considerar en vigencia el
tratado? A este respecto cabe concluir que el constituyente debe haber tenido en
cuenta la posibilidad de que un tratado internacional relativo a derechos
esenciales que emanan de la naturaleza humana esté ratificado por Chile pero no
en vigencia, porque en virtud de cláusulas de alcance multilateral aún no se
cumplen las condiciones para que efectivamente entre en vigencia, o porque
dejaron de cumplirse aquellas necesarias para su permanencia en vigor. En
ambos casos el tratado tampoco está vigente en Chile. Otro aspecto del problema
es si el tratado deja de estar en vigencia por acto unilateral de Chile, que lo
denuncia conforme a las normas correspondientes. ¿Puede en realidad nuestro
Poder Ejecutivo denunciar un tratado sobre derechos humanos esenciales?

Opinamos que se impone una distinción. Si el tratado internacional tiene por


materia y objeto uno distinto de la garantía de derechos esenciales y se refiere a
éstos por vía de consecuencia —como podría serlo en el caso de un tratado de
libre comercio o de integración económica que otorga derechos a personas que
habitan nuestro territorio como consecuencias de las normas generales del
tratado—puede el Poder Ejecutivo proceder a la denuncia del tratado conforme a
las normas generales. Como consecuencia de ello, al dejar de estar vigente el
tratado, las garantías que otorgaba con respecto a determinados derechos, dejan
de tener aplicación. Distinto es el caso de un tratado cuyo objeto claro aunque no
necesariamente único, es ampliar el marco de las garantías sustantivas y
procedimentales de los derechos esenciales. En la mayoría de los casos, dado
que el tratado abordará o contendrá otras materias que las relativas a garantías, el
Poder Ejecutivo podrá denunciar el tratado; pero aun en tal caso, así como con
más razón en el caso en que no pueda denunciar el tratado por referirse éste
exclusivamente a una garantía de derecho esencial, la denuncia no produce el
efecto de hacer desaparecer jurídicamente la garantía: los derechos previamente
garantizados deben entenderse incorporados a la lista o enumeración expresa de
los derechos y libertades que la Constitución contiene, ello no sólo por efecto del
contexto constitucional (artículos 1o, 5o y 19, Nos. 2o y 26o), sino porque a la luz
de la sana lógica jurídica y la naturaleza de las cosas, un tratado sobre derechos
esenciales del ser humano fija, al igual que los tratados de límites entre estados,
los límites permanentes e invariables de la libertad del individuo frente al Estado.
Imaginemos, para ilustrar esta opinión, el caso de un tratado internacional que
incorpora a nuestro derecho interno nuevas, y más extensivas y expeditas normas
sobre protección del medio ambiente. Ellas constituyen un desarrollo de nuestro
derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación, conforme al No 8o del art.
19 de la CPR. Si posteriormente Chile, por razones estrictamente económicas de
tipo neoliberal, denuncia el tratado, esa importante cláusula no desaparece de
nuestro sistema jurídico, no se destruye la ganancia que habíamos obtenido al
haber incorporado en nuestro acervo de derechos esenciales otros nuevos
relativos a la protección del medio ambiente a la luz de la filosofía propia de una
economía sustentable. Podríamos decir otro tanto de tratados que se refieren a
procedimientos de tipo internacional o transfronterizo y que establecen normas
sobre el debido proceso legal en la medida que perfeccionen las nuestras. Esas
normas quedan definitivamente incorporadas pese a la denuncia posible del
tratado. El tipo de situaciones a que nos referimos, señala el profesor Tapia,
puede enfrentarnos a situaciones "espinudas". Un tratado que ha otorgado a la
mujer chilena el derecho al aborto, o a los chilenos en general el derecho de
practicar la eutanasia, podría perfectamente ser denunciado por una
administración o gobierno distinto de aquel que lo aprobó. La respuesta a la
pregunta de si esos derechos quedan o no incorporados de modo definitivo entre
los esenciales que la Constitución garantiza, pese a la denuncia del tratado, no
resulta ya tan simple y obvia. Comprobamos que de hecho se cae en una
casuística, que veces puede ser enriquecedora. Desde el ángulo en que
razonamos podría llegar a afirmarse que el artículo 5o inciso 2o restringe la
facultad del ejecutivo para denunciar tratados sobre derechos humanos en la
misma medida que le impide poner término a esos derechos una vez incorporados
en la carta de derechos fundamentales de los chilenos”.

Los tratados internacionales que dicen relación con la materia que estudiamos son
los siguientes:

- la convención americana de derechos humanos (Pactos de San José de


Costa Rica) art. 8
- El pacto internacional de derechos civiles y políticos art. 14
- La convención contra la tortura u otros tratos crueles o inhumanos o
degradantes
- La convención interamericana para prevenir y sancionar la tortura.

1.6 EL DERECHO PROCESAL PENAL EN OTROS PAISES DE IMPORTANCIA


PARA CONOCER NUESTRO SISTEMA

EN ALEMANIA Y ARGENTINA

La Legislación Alemana contempla un Sistema Acusatorio puro, sin una querella


formal, ningún Tribunal podrá juzgar un hecho punible (delito). El proceso de
instrucción está en manos del representante del Ministerio Público, que investiga
los hechos con ayuda de la policía y decide si presenta una querella o si el
expediente se archiva por falta de indicios suficientes.

Existe una excepción al principio acusatorio en este país, la llamada institución de


la demanda publica. Consiste, ésta, en un procedimiento por el cual el perjudicado
con la decisión de archivar por falta de indicios suficientes, solicita al Tribunal
respectivo que analice la decisión del ministerio fiscal. Si el Tribunal estima que
existen indicios de criminalidad suficientes, presentará una demanda pública por la
cual el representante del ministerio público se ve vinculado a dicha decisión
jurisdiccional, obligando a la investigación de los hechos.

Las diligencias que efectúa el Ministerio son por regla general secretas, e incluso
el acusado y su defensor (abogado) no tienen derecho de asistencia en las
investigaciones de la Fiscalía. Eso si la sentencia es siempre pública.

El proceso de instrucción llevado acabo por el Ministerio Fiscal es escrito, en


cambio durante el juicio éste es oral y donde rige el principio de la inmediación (el
juez tiene una relación directa con las personas que intervienen en el
procedimiento y con las pruebas que se rinden). En todo caso el principio de la
oralidad no es válido en los procedimientos de faltas o contravenciones esto es
aquellos delitos de menor entidad.

Respecto a las formas de iniciar el procedimiento penal, ya señalamos que en


Alemania es el Estado, quien, fundamentalmente, ostenta el monopolio acusador.
La acción pública se desconoce. Sin perjuicio de esto puede un particular
denunciar, aun cuando no se haya visto perjudicado con el hecho delictivo. El
particular sólo se ve obligado a denunciar tratándose de actos criminales graves
planificados.

La policía es otro ente que puede denunciar tomando inmediatamente todas las
medidas urgentes encaminadas a investigar los hechos y la constatación de
pruebas por escrito, debiendo elevar el expediente al Ministerio Fiscal para que
continúe con la investigación.

La victima de un delito puede presentar una querella para aquellos delitos que sólo
pueden ser perseguidos mediante presentación de la Tratándose de delitos
públicos la víctima puede adherirse como querellante, es decir interponiendo una
querella. Además, puede utilizar la asistencia de un abogado, y en caso de falta de
medios, se le concede la asistencia legal gratuita.

La detención de una persona es excepcional, sólo procede tratándose delitos in


fraganti, tratándose de la verificación de identidad y para garantizar la prisión. Una
vez detenido la persona debe comparecer inmediatamente ante el juez del lugar
de la detención. El juez debe interrogar al detenido y decidirá a continuación si
dicha persona debe ser puesta en libertad o por el contrario, si dicta un auto de
prisión.

El procedimiento penal alemán, ordinario o común, se divide en diversas fases o


etapas:

Fase de Investigación: Esta fase es propia del Ministerio Fiscal. No existe un

juez instructor que dirige la investigación de la causa en esta etapa. Sólo

interviene un juez en el evento que el Fiscal quiera llevar a cabo una serie de

investigaciones y que sólo puedan ser autorizadas por vía jurisdiccional (ejemplo:

la solicitud de prisión preventiva, registros domiciliarios, embargos, entre otros). Se

puede decir con propiedad que el Ministerio Fiscal es dueño y señor del proceso
de instrucción. Su labor, eso si, queda bajo el amparo del principio de legalidad,
debiendo investigar los hechos en forma imparcial y con la ayuda de la policía.

En esta etapa, los derechos del acusado están fuertemente restringidos. No existe
ninguna norma por la cual deba comunicarse al inculpado que se ha iniciado un
proceso penal en su contra. La única obligación legal en este aspecto, es que se
exige la interrogación del inculpado antes del término de la investigación,
comunicándole en ese momento el delito que se le imputa.

En esta etapa tampoco es necesario que el imputado, a quien se le atribuye


alguna participación en el delito intervenga con un abogado, e incluso si no tiene
los medios para contratar uno, no se le asigna abogado de oficio o de turno.

En las medidas precautorias que tienen por objeto asegurar la persona del
imputado o delincuente, hay que distinguir entre la prisión provisional y otras
medidas alternativas precautorias. Respecto a la primera (prisión provisional) sólo
es posible contra una persona si existen fundadas sospechas de haber cometido
un delito y siempre y cuando se cumplan una de las siguientes condiciones:

a. El inculpado haya huido o su paradero sea desconocido; 



b. Exista peligro de que el inculpado quiera substraerse al proceso criminal
(denominado “peligro 
 de fuga”). 


c. Existan fundadas sospechas, de que el inculpado quiera dificultar la instrucción


para que se 
 conozca la verdad, influenciando de forma interesada a
testigos u otras pruebas. 


d. Exista peligro de que el inculpado repita determinados actos criminales graves


(ej.: delitos 
 sexuales, robo, incendios). 


La prisión provisional o preventiva se debe decretar mediante una orden de prisión


que sólo puede emanar de un juez. No existe un plazo para la prisión, aunque la
doctrina alemana señala que aquí debe aplicarse el principio de la
proporcionalidad. En todo caso existen normas que señalan que cada 3 meses
deberá presentarse ante el Tribunal Superior de Justicia Regional las actas que
dan cuenta de la prisión preventiva a fin de examinar si es necesario mantener la
prisión.

Contra esta resolución judicial caben recursos o bien presentar una solicitud de
examen oral sobre el mantenimiento de la prisión. Respecto a las medidas
alternativas, proceden cuando la finalidad de la prisión preventiva no sea
necesaria. Los casos que hacen procedente estas medidas pueden referirse a (1)
Peligro de Fuga, en este caso las medidas pueden ser i) la orden de presentarse
regularmente ante determinada autoridad; ii) la orden de permanecer dentro de
una determinada zona; iii) la orden de abandonar su domicilio sólo bajo vigilancia
de una persona determinada; y iv) el otorgamiento de una fianza para asegurar su
permanencia en el lugar del juicio; también puede referirse a (2) Peligro de
Entorpecimiento, en este caso la medida puede ser la orden de no contactar con
otros inculpados, testigos o peritos.

Fase de acusación : Esta fase se producirá cuando el ministerio fiscal estime que
hay sospechas suficientes para formular una acusación contra el inculpado. En
este caso presentará un escrito acusatorio en el correspondiente juzgado.

Junto con esta acusación puede la víctima adherirse, tomando la calidad de sujeto
procesal para la fase del juicio oral. De estas acusaciones se les pondrá en
conocimiento a los imputados quienes pueden objetar la apertura del proceso o
bien solicitar nuevas diligencias de pruebas.

Respecto a la defensa, en Alemania no existe el principio de defensa necesaria


para todos los juicios penales. Así el inculpado puede defenderse por si solo
tratándose de juicios penales que se tramitan ante un juzgado de primera instancia
y cuya pena no sea superior a 4 años. Será necesaria, por el contrario, la defensa
de un abogado particular o de oficio, tratándose de juicios que se desarrollan ante
un Tribunal Autónomo o bien al inculpado se le imputa un delito grave, o bien lleva
en prisión más de 3 meses.

Fase de juicio oral: Esta fase se denomina plenario a diferencia de la primera


que se refiere al sumario penal alemán.
El juicio oral (o vista oral) se inicia con la lectura de la causa. A continuación el
juez-presidente comprueba que el acusado, abogado defensor, los testigos
citados, peritos estén presentes. Luego el inculpado será interrogado
personalmente y con posterioridad el fiscal leerá la acusación. El acusado es libre
de manifestarse con respecto a la acusación o bien mantener su silencio.

Finalizada esta etapa se debe proceder al examen de las pruebas: testigos,


peritos, documentos y otras piezas de convicción.

Por último vienen las conclusiones del fiscal, del abogado defensor, del
querellante y/o del inculpado, quien siempre tendrá la última palabra.

Fase de sentencia: El Tribunal sólo puede juzgar el hecho motivo de la


acusación. Si el inculpado reconociera otro delito se precisará primero otra
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acusación de la fiscalía. La sentencia es la resolución judicial típica de una
decisión judicial resultante de una vista oral y supone la conclusión de la
Sentencia.

Esta resolución judicial debe ser escrita y se encabeza con los datos del
inculpado, explicación de los delitos imputados, nombre de los participantes del
proceso. Además se deben señalar todos los fundamentos de hecho y de derecho
que apoyan la decisión judicial, terminando con la parte decisoria o dispositiva que
condena o absuelve al acusado por un delito determinado.

Fase de recursos: Contra la sentencia condenatoria se pueden ejercer los


recursos de apelación o de revisión (explicar brevemente), éste último es conocido
por el Tribunal Supremo Alemán, equivalente a nuestra Corte Suprema.

La Provincia de Buenos Aires en Argentina establece un sistema procesal


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penal ACUSATORIO regulado por el Código Procesal Penal . Según lo
analizaremos el sistema argentino es muy similar al sistema procesal penal
chileno.

Las acciones: Las acciones penales se dividen en tres categorías:


1) La acción penal pública se ejercerá exclusivamente por el Ministerio Público
Fiscal. Su ejercicio no podrá suspenderse, interrumpirse, ni hacerse cesar,
excepto en los casos expresamente previstos por la ley.

2) Acción dependiente de instancia privada.- La acción penal dependiente de


instancia privada no se podrá ejercer si las personas autorizadas por el Código
Penal no formularen denuncia ante autoridad competente. La instancia privada se
extiende de derecho a todos los partícipes del delito. Si se hubiere actuado de
oficio esto es por propia iniciativa del juez, se requerirá a la víctima o a su tutor,
guardador o representante legal, manifieste si instará la acción.

3) La acción privada se ejercerá por querella, en la forma que establece este


Código.

Respecto a la acción civil para la restitución de la cosa obtenida por el delito podrá
ser ejercida sólo por el damnificado, aún cuando sea co-imputado en el mismo
proceso, o por sus herederos en los límites de su cuota hereditaria, o por los
representantes legales o mandatarios (explicar o eliminar quienes son
mandatarios), contra los imputados y, en su caso, contra el tercero civilmente
responsable.

Jueces

La jurisdicción penal se ejercerá sólo por los Jueces o Tribunales que la


Constitución de la Provincia y la ley instituyen. Es decir, sólo los jueces pueden
conocer y fallar los casos criminales.

Es improrrogable y se extiende al conocimiento de los delitos y contravenciones


cometidos en el territorio de la Provincia, excepto los de jurisdicción federal o
militar.

La Suprema Corte de Justicia de la Provincia conocerá: de los recursos en los


casos y formas establecidos por la Constitución de la Provincia, Leyes vigentes y
disposiciones de este Código.

Competencia

Respecto al elemento territorio: Serán competentes el Juez o Tribunal e


intervendrá el Ministerio Público Fiscal del Departamento Judicial donde se
hubiere cometido el delito.

El Ministerio Público Fiscal promoverá y ejercerá la acción penal, en la forma


establecida por la ley, dirigirá a la policía en función judicial y practicará la
investigación penal preparatoria.
Formulará motivadamente sus requerimientos y conclusiones, de manera que se
basten a sí mismos. Procederá oralmente en los debates y por escrito en los
demás casos.

En la Investigación Penal Preparatoria, tendrá libertad de criterio para realizarla;


sin perjuicio de las facultades acordadas por la ley, al Procurador General de la
Suprema Corte de Justicia.

El imputado

Se considerará imputado a toda persona que en cualquier acto o procedimiento se


lo indique o detenga como autor o participe de la comisión de un delito. Desde el
mismo momento de la detención o, no siendo el delito, causa para la detención,
desde la primera diligencia practicada con el imputado, éste deberá ser informado
por la autoridad que intervenga que goza de las siguientes garantías mínimas:

1.- Ser informado sin demora, en un idioma que comprenda y en forma detallada,
de la naturaleza y causas de los cargos que se le imputan.

2.- A comunicarse libremente con un letrado abogado de su elección, y que le


asiste el derecho de ser asistido y comunicado con el Defensor Oficial.

3.- Que no está obligado a declarar contra si mismo ni a confesarse culpable.

4.- Los derechos que le asisten con relación al responsable civil del hecho por el
que se lo imputa -si lo hubiere- y también respecto del asegurador, en caso de
existir contrato, como asimismo los derechos que le asisten respecto de requerir al
asegurador que asuma su defensa penal.

Actor civil

Para ejercer en el proceso penal la acción civil derivada del delito, esto es solicitar
una indemnización en dinero por los daños que afectaron a la víctima su titular
deberá constituirse en actor civil.

La constitución del actor civil procederá aun cuando no estuviere individualizado el


imputado. Si en el proceso hubiere varios imputados y civilmente demandados, la
acción podrá ser dirigida contra uno o más de ellos. Pero si lo fuera contra los
segundos, deberá obligatoriamente ser dirigida, además, contra los primeros.

Cuando el actor no mencionare a ningún imputado, se entenderá que se dirige


contra todos.

La constitución de actor civil podrá hacerse personalmente o por mandatario,


mediante escrito que contenga, bajo sanción de inadmisibilidad, las condiciones
personales y el domicilio procesal del sujeto que acciona, a qué proceso se refiere
y en qué se funda la acción, indicando el daño que se reclama y a qué título, y la
petición de ser tenido por parte.

La constitución del actor civil deberá ser notificada al imputado y al civilmente


demandado y producirá efectos a partir de la última notificación.

El actor civil deberá formular su demanda dentro de cinco (5) días de requerida la
elevación a juicio.

El actor civil podrá desistir del ejercicio de la acción civil en cualquier estado del
proceso, quedando obligado por las costas que su intervención hubiere causado.
El desistimiento del ejercicio en sede penal no obstará su deducción en sede
civil.

El civilmente demandado

Las personas que según la ley civil respondan por el imputado del daño que cause
el delito, podrán ser citadas para que intervengan en el proceso, a solicitud del
actor civil, quien en su escrito expresará el nombre y el domicilio del citado y los
motivos en que funda su pedido.

La resolución de la citación, contendrá el nombre y domicilio del demandante y


del citado; la indicación del proceso y el plazo en que deba comparecer, el que
nunca será menor de cinco (5) días.

Medidas cautelares

Citación: Cuando el delito que se investigue no tenga prevista pena privativa de


libertad el Fiscal, salvo los casos de flagrancia, ordenará la comparencia del
imputado por simple citación. Si el citado no se presentare en el término que se le
fije, ni justificare un impedimento legítimo, se ordenará su comparendo.

Detención: Salvo lo dispuesto en el artículo anterior, el juez librará orden de


detención para que el imputado sea llevado a su presencia, siempre que exista
semiplena prueba o indicios vehementes de la comisión de un delito y motivos
bastantes para sospechar que ha participado en su comisión.

La orden será escrita y fundada, contendrá los datos personales del imputado u
otros que sirvan para identificarlo y el hecho que se le atribuye, juez y fiscal que
intervienen y será notificada en el momento de ejecutarse o inmediatamente
después.

La sola denuncia no basta para detener a una persona.

Prisión preventiva
La detención se convertirá en prisión preventiva cuando medien conjuntamente
los siguientes requisitos:

1. - Que se encuentre justificada la existencia del delito.


2. - Que se haya recibido declaración al imputado, en los términos del art. 308,
o se hubiera negado a prestarla.
3. - Que aparezcan elementos de convicción suficientes o indicios
vehementes para sostener que el imputado sea probablemente autor o
partícipe penalmente responsable del hecho.

El auto que decrete la prisión preventiva será dictado a solicitud del Agente Fiscal
dentro del plazo de quince (15) días prorrogables por igual plazo, a contar del día
en que se hubiere efectivizado la detención y en él deberá:

1. - Expresarse cuáles son los elementos de los que resultan acreditados el


delito y su autor o partícipe.
2. - Si se toma en cuenta la declaración del imputado, extraerse la parte
pertinente.
3. - Si se computan pruebas testimoniales o periciales, mencionarse
sintéticamente lo que de ellas resulte.
4. - Si se determinan otros elementos probatorios, señalarse cuáles son y
cómo resultan acreditados.

Alternativas a la prisión preventiva. Siempre que el peligro de fuga o de


entorpecimiento probatorio pudiera razonablemente evitarse por aplicación de
otra medida menos gravosa para el imputado, o de alguna técnica o sistema
electrónico o computarizado que permita controlar no se excedan los límites
impuestos a la libertad locomotiva, el juez de garantías podrá imponer tales
alternativas en lugar de la prisión, sujeta a las circunstancias del caso, pudiendo
establecer las condiciones que estime necesarias.

Elevación a juicio

Si el Fiscal estimare contar con elementos suficientes para el ejercicio de la


acción, procederá a formular por escrito su requisitoria de citación a juicio ante el
Juez de Garantías.

El requerimiento fiscal deberá contener, bajo sanción de nulidad, los datos


personales del imputado o, si se ignoraren, los que sirvan para identificarlo; una
relación clara, precisa, circunstanciada y específica del hecho; los fundamentos de
la acusación; y la calificación legal.

Asimismo deberá especificar si en virtud del hecho atribuido, éste deberá ser
juzgado por Tribunal o Juez Correccional.
Las conclusiones del requerimiento fiscal serán notificadas al defensor del
imputado quien podrá, en el término de quince (15) días, oponerse instando al
sobreseimiento o el cambio de calificación legal, u oponiendo las excepciones que
correspondan.

El auto de elevación a juicio será apelable por el defensor que dedujo la oposición.

El juicio oral

Recibida la causa e integrado el Tribunal conforme a las disposiciones legales, se


notificará inmediatamente su constitución a todas las partes, las que en el mismo
acto serán citadas a juicio por el plazo individual de diez días para cada una, a fin
de que dentro del mismo interpongan las recusaciones, esto es hacer valer las
razones por las cuales ellos estiman que un juez no debería ver el caso por no
ser imparcial que estimen pertinentes y ofrezcan las pruebas que pretendan
utilizar en el debate, con excepción de las partes civiles.

Consentida o establecida con carácter firme la integración del Tribunal, se


designará audiencia en el plazo más breve posible, que será realizada ante el
Tribunal en pleno es decir con todos sus miembros.

En el curso de esta audiencia se tratará lo referido a:

- Las pruebas que las partes utilizarán en el debate y el tiempo probable de


duración del juicio que las mismas estimen. El Tribunal podrá sugerir la
prescindencia de aquella prueba que aparezca como manifiestamente
impertinente, superabundante o superflua.

- La validez constitucional de los actos de la Investigación Penal Preparatoria, que


deban ser utilizados en el debate y sobre las nulidades que pudieran existir. El
ocultamiento de prueba a la defensa constituye falta grave para el Ministerio
Público y será tratada de acuerdo a lo que disponga la Ley Orgánica del
Ministerio Público. En cualquier etapa del proceso en la que se determinase que el
Fiscal ha ocultado prueba favorable a la defensa, se dispondrá la nulidad de lo
actuado a partir del acto indebido.

- Las partes podrán plantear excepciones que no lo hubiesen sido con anterioridad
o fueren sobrevivientes.

- Lo referente a la unión o separación de juicios.

- La procedencia formal de la suspensión del proceso a prueba.

- La admisibilidad formal del juicio abreviado.


- Las diligencias a realizar en el caso que sea necesaria una instrucción
suplementaria estableciéndose su objeto y tiempo de duración.

El Tribunal dictará resolución - sobre las cuestiones pertinentes-, dentro del


término de cinco (5) días.

Contra la resolución que se dicte no habrá recurso alguno y la parte agraviada


podrá formular protesta, la que equivaldrá a la reserva de los recursos de casación
y extraordinarios que pudieren deducirse contra la sentencia definitiva.

Si la protesta no fuere efectuada dentro de los tres (3) días de la notificación la


parte afectada perderá el derecho al recurso.

El debate será oral y público, bajo sanción de nulidad; pero el Tribunal podrá
resolver que total o parcialmente se realice a puertas cerradas, cuando la
publicidad pudiere afectar el normal desarrollo del juicio, afecte la moral, el
derecho a la intimidad de la víctima o testigo, o por razones de seguridad.

La prensa no podrá ser excluida de la sala de audiencias.

El debate continuará durante todas las audiencias consecutivas que sean


necesarias hasta su terminación.

Las personas que asisten a la audiencia deberán comportarse en forma


respetuosa y en silencio. No se permitirán actitudes que perturben el normal
desarrollo del debate.

Durante el debate las resoluciones se dictarán verbalmente, dejándose constancia


en el acta.

El Tribunal podrá disponer que la audiencia se lleve a cabo en otro lugar que aquél
en que tiene su sede, dentro de la Provincia, cuando lo considere conveniente y
beneficioso para un mejor desarrollo del debate o la pronta solución de la causa.

Terminado el debate, el Tribunal, fuera de la presencia de las partes y el público,


pasará a deliberar en sesión secreta, a la que solo podrán asistir el Secretario, el
Prosecretario o el Auxiliar letrado. El quebrantamiento de esta formalidad es
causal de nulidad de juicio.

Cuando el veredicto fuese absolutorio, se ordenará la libertad del imputado y la


cesación de las restricciones impuestas, o la aplicación de las medidas de
seguridad resueltas oportunamente. Si se hubiese deducido acción civil, podrá
hacerse lugar a la misma otorgando la restitución o indemnización demandadas.

Cuando el veredicto fuere condenatorio y correspondiere la imposición de una


pena privativa de la libertad de efectivo cumplimiento, el tribunal revocará la
excarcelación, o igualmente dispondrá su inmediata detención, cuando no hubiera
sido detenido con anterioridad. En ambos supuestos la detención se dispondrá
aun cuando el pronunciamiento no se encuentre firme y sólo podrá ser revisada
conjuntamente con la sentencia.

La lectura del veredicto y de la sentencia valdrá en todos los casos como


notificación para los que hubieren intervenido en el debate aunque no se
encontraren presentes en tal oportunidad.

Sentencia: Cuando el veredicto hubiese sido condenatorio, el Tribunal dictará la


sentencia que corresponda. En ella se plantearán las cuestiones de derecho que
considere necesarias el Tribunal, siendo las únicas esenciales las siguientes:

1. - La relativa a la calificación legal del


2. - La que se refiere al pronunciamiento que corresponde dictar

Recursos: Las resoluciones judiciales serán impugnables sólo por los medios y
en los casos expresamente establecidos en este Código.

Los recursos deberán ser interpuestos, bajo sanción de inadmisibilidad, en las


condiciones de tiempo y forma determinadas, con específica indicación de los
motivos en que se sustenten.

El derecho de recurrir corresponderá sólo a quien le sea expresamente acordado,


siempre que tuviera interés directo.

1.- Reposición: Durante el juicio sólo se podrá deducir reposición, la que será
resuelta sin trámite en la etapa preliminar; en el debate, sin suspenderlo. Su
interposición se entenderá también como protesta de recurrir en casación. Los
demás recursos podrán ser deducidos solo junto con la impugnación de la
sentencia, siempre que se haya hecho expresa reserva inmediatamente después
del proveído.

2.- Apelación: El recurso de apelación procederá contra las decisiones de la


etapa de Investigación Penal Preparatoria y durante el trámite del proceso, que
expresamente se declaren impugnables o que causen gravamen irreparable.

3.- Casación: podrá ser interpuesto por los siguientes motivos:

1. Inobservancia o errónea aplicación de un precepto legal o de la doctrina


jurisprudencial correspondiente en la decisión…Cuando lo inobservado o
erróneamente aplicado constituya un defecto grave del procedimiento o un
quebrantamiento de las formas esenciales del proceso o de la resolución,
el recurso sólo será admisible siempre que el interesado haya
oportunamente reclamado su subsanación, o hecho formal protesta de
recurrir en casación, salvo en los casos del artículo siguiente.
2. Cuando nuevos hechos o elementos de prueba, por sí solos o en conexión
con los ya examinados en el juicio, evidencien y manifiesten que el hecho
no existió o que el imputado no lo cometió.

MODULO II

INTRODUCCIÓN:

El segundo módulo del primer curso estará destinado a la revisión del sistema
inquisitivo chileno, plasmado en el Código de Procedimiento Penal, vigente desde
la primera década del Siglo XX. Conoceremos las distintas etapas del proceso
(sumario y plenario), los principios rectores del mismo, las resoluciones y recursos
procesales, para así poder realizar un contraste con el sistema acusatorio
actualmente vigente.

2.2 El Procedimiento Penal Inquisitivo Chileno y sus Características


Fundamentales
El código de procedimiento penal

Antes de la promulgación de este Código existía en materia procesal penal un


caos, debido a que se aplicaban en nuestro país diversas leyes, españolas o de
nuestro derecho patrio. Debido a lo anterior el año 1894 se presentó al Congreso
un proyecto cuyo autor fue Manuel Egidio Ballesteros el que fue analizado por
una comisión, que celebró 33 sesiones, y que puso término a su trabajo con fecha
de 20 agosto de 1902. Luego de ser analizado en el Senado y en la Cámara de
Diputados fue aprobado con fecha 07 de febrero de 1906, empezando a regir el
día 1 de marzo de 1907.

Este Código está dividido en 4 libros: Libro I se refiere a las Disposiciones


Generales Relativas al Juicio Criminal; el Libro II trata Del Juicio Ordinario Sobre
Crimen o Simple Delito; el Libro III De Los Procedimientos Especiales y el Libro
IV Del Cumplimiento y Ejecución.

Este cuerpo legal recoge el sistema procesal penal Inquisitivo y Acusatorio,


denominándose Sistema Mixto35 por algunos autores. Es inquisitivo, pues el
procedimiento ordinario que contempla en el libro II señala que la
investigación de los hechos, la acusación y la sentencia son dictados por el
juez, siendo además la etapa de investigación secreta, salvo determinadas
excepciones36. Es acusatorio pues la segunda etapa del procedimiento es público
y contradictorio.
Nosotros estimamos que si bien, nuestro procedimiento establece ambos
sistemas, sin duda que el inquisitivo es el de mayor trascendencia, sobretodo por
la curiosidad que es el mismo juez quien investiga, acusa y condena.

En todo caso el procedimiento contemplado en el código es escrito, no rige la


oralidad.

La etapa de sumario y la investigación

El libro II del Código de procedimiento penal, reglamenta el procedimiento


ordinario de acción penal pública. Este procedimiento establece dos etapas:

1. El Sumario.
2. El Plenario.

El Sumario está contemplado como la primera parte del procedimiento inquisitivo


de nuestro Código. El inciso segundo del artículo 76 del citado cuerpo legal
establece que “las diligencias dirigidas a preparar el juicio por medio de tales
esclarecimientos y asegurar la persona de los presuntos culpables y su
responsabilidad pecuniaria, constituye el sumario”.

Siguiendo a don Osvaldo López podemos definir el sumario como aquella parte,
secreta, del juicio (procedimiento) penal que contiene las diligencias destinadas a
comprobar el delito y determinar a los culpables y asegurar la persona de éstos y
su responsabilidad pecuniaria. Si bien el sumario no tiene establecido un
procedimiento ordenado y reglamentado podemos señalar que es el juez quien
dicta las resoluciones pertinentes para dar necesariamente un orden a dicho
procedimiento.

Los objetos del sumario son los siguientes

 Comprobación del hecho punible


 Determinación de la persona del delincuente
 Las medidas para asegurar la persona del delincuente
 Las medidas para asegurar las responsabilidades pecuniarias

Se caracteriza el sumario por ser escrito, secreto, no contradictorio, no tener un


plazo para su término y ser preparatorio y provisional.

Iniciado el proceso criminal el tribunal debe dar inicio a la investigación,


decretando las averiguaciones pertinentes y utilizando todos los medios de prueba
que contempla el código (testigos, documentos informes de perito, inspecciones,
careos, confesión). Deberá proceder a la declaración indagatoria del imputado
utilizando las medidas necesarias para asegurar la persona del delincuente
(citación, detención, prisión preventiva).

Finalizada la investigación, luego de haberse practicado todas las diligencias que


se hayan considerado necesaria para la averiguación del hecho punible y sus
autores, el juez deberá cerrar el sumario mediante una resolución judicial. En este
momento el tribunal puede tomar dos actitudes, sobreseer la causa o bien dictar
acusación. El sobreseimiento suspende o pone término el procedimiento judicial
criminal. En el primer caso se llama temporal en el segundo definitivo. Por el
contrario si no hay mérito para sobreseer y existe una persona sometida a
proceso39 el tribunal dictará la acusación pertinente dando inicio a la etapa de
plenario.

La acusación

Con esta diligencia se da inicio al Plenario Criminal. Dijimos más arriba que si no
hay mérito para sobreseer y existe una persona sometida a proceso el juez
dictará la acusación pertinente.

La acusación es una resolución judicial y la podemos definir como una sentencia


interlocutoria motivado en el cual se dejará testimonio de los hechos que
constituyen el delito o los delitos que se hubieren cometido y la participación que
le ha cabido al procesado, con expresión de los medios de prueba que obran en
el sumario.

Esta resolución judicial debe dictarse dentro de un plazo de 15 días contado desde
que se cerró el sumario.

Esta acusación se conoce con el nombre de “acusación fiscal”, pues era el fiscal
(ministerio público) quien dictaba la acusación. En atención a que hoy no actúan
en primera instancia los fiscales, salvo determinadas excepciones, dicha
acusación debe ser dictada por el juez que conoce del juicio criminal.

La etapa de plenario

El Plenario constituye el juicio contradictorio penal, él se inicia con la acusación


que dicta el juez del crimen que está conociendo del asunto, la cual debe ser
contestada por el acusado dentro de un plazo de 6 o 10 días dependiendo del
número de acusados, sin perjuicio de oponer excepciones de previo o especial
pronunciamiento en el mismo escrito de la contestación de la acusación. Luego
viene el período de prueba cuyo plazo es de 20 días.
Vencido este plazo el secretario debe certificar este hecho. Desde este momento
el expediente estará listo para ser estudiado por el juez y dictar la sentencia
definitiva de condena o absolver en su caso.

La sentencia definitiva y los recursos procesales

La sentencia definitiva que se dicta en un juicio criminal puede ser absolutoria o


condenatoria. Será absolutoria cuando el tribunal estime que no existen los
antecedentes suficientes para condenar al acusado y deberá poner en libertad al
procesado que aún permanezca preso y deberá alzar los embargos trabados o las
prohibiciones que hubiere impuesto. Será condenatoria cuando esté
suficientemente acreditado en el expediente la participación del acusado como
autor, cómplice o encubridor en el hecho delictivo que se investigó.

En contra de esta sentencia definitiva es procedente un


recurso de apelación dentro de un plazo de 5 días para que sea conocido por la
Corte de Apelaciones del territorio en que se encuentre el juzgado del crimen
que investigó los hechos. También se puede interponer un
recurso de Casación en la Forma conjuntamente con la apelación. Por último,
en contra de la sentencia definitiva que dicte la Corte de
Apelaciones puede intentarse el recurso de Casación en el Fondo
para que sea conocido en forma exclusiva por la Segunda Sala de la Corte
Suprema

Los principios del sistema inquisitivo

Hemos señalado que nuestro Código de procedimiento penal toma como base el
sistema procesal inquisitivo, aunque recoge algunos principios del sistema
acusatorio, y por eso lo hemos denominado mixto. Sin perjuicio de lo señalado es
sin duda el principio inquisitivo el de mayor trascendencia en el Código en estudio.

De acuerdo al principio inquisitivo el juez es el que lo conduce la investigación


desempeñando un rol activo en la recopilación de antecedentes. Para cumplir
con este rol realiza personalmente o por medio de sus funcionarios las diligencias
para esclarecer los hechos. Igualmente ordenaba a los organismos policiales
realizar distintas diligencias.

Una de las críticas que se realizan a esta labor, realizada muchas veces con
esmero por el juez, consiste en que el tribunal ordena diligencias durante el
Sumario y luego se desdobla, salta al otro lado del mesón y acusa o sobresee. Es
decir la relación procesal básica se verifica entre el juez y el imputado, y la
principal característica del proceso inquisitivo consiste, precisamente, en que las
funciones de defender, acusar y sentenciar son cumplidas por una persona, el
juez.

Como se comprenderá en este desdoble que realiza el juez difícilmente podrá


encontrar que su investigación fue poco acuciosa o que la convicción a la que
arribó queda desvirtuada por otros antecedentes. El juez “defiende” su
investigación y conforme a ella juzga.

Procesos lentos: Los estudios realizados sobre la duración de los procedimientos


coinciden plenamente con la percepción del ciudadano común y corriente. Ambos
concluyen que el excesivo formalismo y la falta de plazos claros de exigencia para
los funcionarios judiciales han contribuido a que se sepa que la justicia tarda. Que
los procesos son muy lentos.

Si los promedios de terminación de las causas exceden con mucho a un año de


investigación, acusación o sobreseimiento, se comprende el paulatino desprestigio
que afecta a la noble tarea de administrar justicia en nuestro país. Pensamos,
respetando desde luego la opinión contraria, que la solución no consiste en crear
mas tribunales ya que son precisamente los procedimientos administrativos extra
jurídicos los que han entrabado la actuación de los jueces y con ello deberán
bregar los nuevos jueces si se hubiera mantenido el mismo sistema

Los promedios y estadísticas de lentitud no tendrían tanta importancia si realmente


se pudiera aplicar el aforismo que indica que a justicia tarda pero llega. Pero en
muchos casos es sólo el proceso el que tarda y nada más.

Proceso escritos: La ritualidad y formalismo mencionados anteriormente tienen


una importante fuente en el hecho que el avance de los procesos penales se
relacionaba directamente con la escrituración del resultado de las diligencias y
actuaciones judiciales y en alguna medida con la presentación de escritos por las
partes.

Las querellas desde luego que tenían que ser escritas ya que así lo exigía el
artículo 94 del Código de Procedimiento Penal.

Aunque el artículo 89 del antiguo Código indica que la denuncia puede ser de
palabra o por escrito. Sin embargo, en el artículo siguiente se verifica la
protocolización ya que " la denuncia verbal se extenderá en un acta en presencia
del denunciante"
La práctica de la ratificación de las denuncias realizadas verbalmente resultaba
engorrosa y muchas veces una considerable pérdida de tiempo para los
denunciantes. Uno de los efectos de esta escrituración se reflejaba en largas
horas en los pasillos de los juzgados del Crimen a la espera de que los actuarios
se desocuparan de su recargado trabajo y pudieran tomarle la declaración escrita
al que se atrevió a denunciar un hecho supuestamente delictivo. Si el actuario
requería mas información citaba nuevamente al o los denunciantes para tomar la
nueva declaración y nuevamente se producían las largas esperas.

Defensa en los derechos de las partes: Uno de los clásicos principios en materias
de procedimiento penal es el principio de inocencia. Este se manifiesta de
múltiples formas y las más socorridas indican que: Cualquier persona es inocente
hasta que se pruebe su culpabilidad. La otra que constituye un corolario de la
primera indica que la carga de la prueba (onus probandi) recae sobre el que
atribuye un delito a otra persona.

Estos principios de universal en materias criminales conducen o se relacionan


con el principio del habeas corpus que nos indica que las personas tienen el
derecho a permanecer en libertad mientras no existan antecedentes y pruebas
suficientes para acusarlos de algún grado de participación en algún delito.

El principio antes mencionado se encontraba veladamente recogido en algunas


disposiciones, por ejemplo se indicaba en el artículo 42 del antiguo procedimiento
procesal penal que " A nadie se considerará culpable de delito ni se le aplicará
pena alguna sino en virtud de sentencia dictada por el tribunal establecido por la
ley fundado en un proceso previo legalmente tramitado"

Sin embargo los largos períodos de reclusión en períodos carcelarios en espera


de denegadas libertadas resultaban una flagrante contradicción del mencionado
principio. En concreto el imputado debía probar en las etapas procesales que era
inocente o que al menos no constituía un peligro para la sociedad.

En pocas palabras se invertía el principio y era considerado apto para ser recluido
(marcado como Culpable) mientras no demostrara su inocencia o por esas
cosas del proceso el juez decidiera sobreseerlo con la carga social que significa
para una persona haber permanecido en la cárcel

2.3 orígenes y fuentes del cogido procesal penal

Los orígenes del Código procesal penal se remontan al año 1992 en el cual la
Corporación de Promoción Universitaria (CPU) realiza un seminario internacional
para analizar las iniciativas que a nivel regional se encontraban en proceso de
discusión o de implementación para sustituir los procesos predominantemente
escritos por juicios orales. A comienzos del año 1993 con el impulso de CPU y la
Fundación Paz Ciudadana se constituye un foro en que participan académicos y
abogados penalistas y procesalistas para discutir el proceso penal chileno y la
elaboración de proyectos para una reforma futura. De este foro se constituyó una
Comisión Técnica formada por Cristián Riego, María Inés Horvitz, Jorge Bofil y
Mauricio Duce quienes entregaron un proyecto de Código Procesal Penal.

En Junio de 1995 se inició la tramitación parlamentaria la cual fue liderada por el


Ministerio de Justicia. Después de 5 años de trabajo legislativo, el 29 de agosto
de 2000 se aprobó por el Congreso y se público en el diario oficial el día 12 de
octubre de 2000. En conjunto con esta Reforma se dictaron nuevos textos legales
y se efectuaron otras reformas a otros cuerpos legales: Respecto a la creación del
Ministerio Público se presentó al Congreso en marzo de 1996 y se publicó en el
diario oficial el 16 de septiembre de 1997. La ley Orgánica Constitucional del
Ministerio Público se presentó en marzo de 1998 y se publicó en el diario oficial
el 15 de octubre de 1999. La ley que reforma el Código Orgánico de
Tribunales47 fue presentada en noviembre de 1998 y publicada el día 09 de marzo
de 2000. El proyecto que crea la Defensoría Penal Pública se presentó al
Congreso en julio de 1999 y fue publicada el día 10 de marzo de 2001.

Respecto a las fuentes del nuevo código, éste tuvo como fuente principal el
Código Procesal Penal Modelo para Iberoamérica, la Ordenanza Procesal Penal
Alemana de 1877, el Código Procesal Penal Italiano de 1988, el Código Procesal
Penal del Perú de 1991, el Código Procesal Penal de la Nación Argentina de 1992.

En cuanto a los Objetivos de la Reforma, de acuerdo al mensaje del ejecutivo, de


fecha 13 de junio del año 1995, con el cual se inició la tramitación del proyecto del
Código Procesal Penal, la modernización del sistema de administración de justicia
constituye un esfuerzo de crecimiento institucional ineludible para el desarrollo y
consolidación constitucional y democrático.

Se agregó que tal modernización fue definida como una política que tiende a
adecuar el conjunto de las instituciones que participan en la administración de
justicia a los procesos de desarrollo económico y político del país en las
dos últimas décadas.

Desde el punto de vista económico se señaló la pretensión de hacer más


redistributivo el gasto de justicia, evitando que el sistema penal produzca
marginalidad, lograr mayor rapidez en la resolución de litigios y maximizar la
imparcialidad y eficiencia del sistema legal en su conjunto.

Respecto del punto de vista político se expresó el requerimiento de una justicia


accesible, imparcial, igualitaria y que maximice las garantías de los derechos de
las personas.

En síntesis se expresó la necesidad de modernizar la justicia para garantizar la


gobernabilidad de parte del sistema político, la integración social y la viabilidad del
modelo de desarrollo económico.

Ahora bien, se reconoció la necesidad de reformar en su conjunto el sistema penal


lo que constituye una labor que va más allá de la reforma al proceso penal y que
supone:

 Modificar los criterios de criminalización primaria, introduciendo criterios


como los de lesividad y ultima
 Supervigilar la ejecución de las penas, para evitar así castigos excesivos y
favorecer la reinserción
 Modificar la relación entre el Estado y la policía, para favorecer la
oportunidad y selectividad en el uso de la
 Remplazar el proceso penal para transformarlo en un juicio genuino, público
y contradictorio, con igualdad de armas entre el estado y el inculpado y con
plena vigencia de la oralidad, la oportunidad y la inmediación.
 Satisfacer las exigencias del debido proceso.
 Respetar los derechos y garantías de las
 Mejorar la gestión jurisdiccional del Estado sobre la base de criterios de
eficiencia.
 Racionalizar el gasto público en

Se indicó también que la proyección de la reforma hacia el conjunto del sistema


penal debe producirse a través de dos mecanismos principales.

El primero de ellos es la creación de un ministerio público que, además de cumplir


su papel específico como órgano investigador y acusador en el procedimient
o penal, asuma su función de ordenar la utilización de los recursos represivos del
sistema conforme a criterios generales, conocidos y legitimados en medio de la
discusión pública y frente a órganos representativos de la comunidad.
El segundo consiste en devolver a las decisiones
judiciales y, en especial, a la sentencia judicial, su plena centralidad como
forma de control y legitimación de la utilización de dichos métodos.

En síntesis, se expresó que el proyecto establecía las bases procedimentales de


un nuevo sistema procesal penal que pretende abandonar el modelo inquisitivo y
avanzar hacia otro con una orientación de carácter acusatorio.

Estructura del nuevo código

El Código Procesal Penal se encuentra dividido en Cuatro Libros más un Título


Final, con un total de 485 artículos, más un artículo transitorio.

El libro primero de las disposiciones generales, regulado desde el articulo 1 al


165 y divido en 7 títulos:
Titulo I se refiere a los principios básicos artículos 1 al 13
Titulo II se refiere a la actividad procesal artículos 14 al 52
Titulo III se refiere a la acción penal artículos 53 a 68
Titulo IV se refiere a los sujetos procesales artículos 69 a 121
Titulo V se refiere a las medidas cautelares personales artículos 122 a 156 bis
Titulo VI se refiere a las medidas cautelares personales artículos 157 a 158
Titulo VII se refiere a las nulidades procesales artículos 159 a 165

El libro segundo del procedimiento ordinario, regulado desde el articulo 166 al


351 y dividido en 3 títulos:
Titulo I se refiere a la etapa de investigación artículos 166 a 258
Titulo II se refiere a la preparación del juicio oral artículos 259 a 280
Titulo III se refiere al juicio oral artículos 281 al 351

El libro tercero de los recursos regulado desde el articulo 352 al 387 y dividido en
4 títulos:
Titulo I disposiciones generales art 352 a 361
Titulo II recurso de reposición art 362 a 363
Titulo III recurso de apelación art 364 a 371
Titulo IV recurso de nulidad art 372 a 387

El libro cuarto de los procedimientos especiales y ejecución, regulado desde el


articulo 388 a 482 y divido en 8 títulos:
Titulo I procedimiento simplificado art 388 al 399
Titulo II procedimiento por delito de acción privada art 400 al 405
Titulo III procedimiento abreviado art 406 al 415
Titulo IV procedimiento relativo a personas que gozan de fuero constitucional art
416 a 423
Titulo V querella de capítulos art 424 a 430
Titulo VI extradición art 431 a 454
Titulo VII procedimiento para la aplicación de medidas de seguridad art 455 a 465
Titulo VII se refiere a la ejecución de las sentencias condenatorias y medidas de
seguridad art 466 a 482

2.4 principios en el nuevo código

Uno de los objetivos centrales de la reforma procesal es la adecuación del sistema


procesal a las exigencias de un Estado Democrático de Derecho.

Preocupación fundamental que se expresa en el origen del proceso de reforma es


la inconsistencia existente entre el sistema procesal penal chileno y las garantías
individuales reconocidas en tratados ratificados por Chile.

Por ello resulta indispensable estudiar los principios y garantías que el sistema
reconoce y consagra.

La tarea no resulta fácil pues, por una parte, el análisis de las garantías que
informan el proceso penal ha estado lejos de formar parte regular de los cursos de
derecho procesal penal en nuestro país. Lo poco que se ha realizado dice más
bien con los denominados principios formativos del procedimiento, presentándolos
en pares como criterios orientadores de las formas que adquiere el procedimiento
en su nivel de concreción. Se habla así del principio de publicidad - secreto,
oralidad – escrituración, mediación- inmediación. En este nivel de análisis, la
discusión en torno a estos principios no involucra juicios valorativos de
preferencia, lo que permite que éstos sean presentados de manera más bien
neutra, sin referencia a las limitaciones que impone su reconocimiento las
garantías individuales reconocidas por el ordenamiento jurídico.

En ese entendido podemos distinguir entre principios y garantías. Sin perjuicio de


ello, debe indicarse que la distinción en algunos puntos puede parecer forzada
porque, en el fondo, el reconocimiento de garantías procesales obedece, en buena
medida, a lo que se ha llamado constitucionalización de los principios procesales,
Así, por ejemplo, al considerar como garantía: “el derecho al juicio oral y público”
no estamos haciendo más que elevar a rango constitucional los principios de
oralidad y publicidad, excluyendo su antítesis teóricas (escrituración y secreto)
como alternativas válidas para la consolidación de este derecho.
Sin embargo no todos los principios que determinan un sistema procesal pueden
ser elevados al rango de garantías, pues buena parte de ellos obedece a las
necesidades de la organización del poder de persecución penal de un Estado y
son, por tanto, opciones políticas que no tienen necesariamente una dimensión
garantista. Así sucede con principios como el de oficialidad, verdad material y
legalidad y no tan indiscutiblemente con el principio acusatorio, que sin embargo
para efectos metodológicos será incluido en esta categoría.

Los sintetizaremos en los siguientes:

Derecho al juicio previo y única persecución

Señala el artículo 1 del Código Procesal Penal que ninguna persona puede ser
condenada o penada ni sometida a medida de seguridad sino en virtud de
sentencia dictada por tribunal imparcial.

No puede otra autoridad o persona arrogarse las facultades propias de los


tribunales de Justicia. Tampoco pueden estos sancionar a alguien sin que se haya
tramitado un procedimiento legalmente en su contra.

Toda persona tiene derecho a un juicio previo oral y público.

Busca el legislador conseguir un resguardo para todas las personas de forma


que a nadie se le imponga una pena sin que antes se haya tramitado un
juicio en su contra. Además del requisito de existencia de un procedimiento el
nuevo Código exige que la tramitación tenga que haberse realizado conforme
a la ley.

A los Romanos les gustaba afirmar que no hay pena sin juicio (nulla poena sine
iuditio) y que debe haber un procedimiento previo a la sentencia (nulla poena sine
processu) Parece constituir una buena forma de resumir este principio.

Nuestra Constitución recoge este principio en el artículo 19 número 3 que indica


que toda sentencia de un órgano que ejerza jurisdicción (pueda resolver
conflictos jurídicos) debe fundarse en un proceso previo legalmente tramitado.

El juicio oral tiene como características centrales su publicidad y oralidad,


encontrándose regido, también, entre otros, por los principios de inmediación y
continuidad de la audiencia, desarrollándose ante un tribunal colegiado de tres
miembros.

Principio de la Oralidad
Dos principios contenidos en el artículo primero del Código Procesal Penal
constituyen una verdadera novedad en la tramitación de nuestros tribunales.

En efecto, estos procedimientos son Orales y Públicos.

Señala el artículo 1 del Código Procesal Penal en lo que el mismo define como
juicio previo y única persecución que el hecho que ninguna persona podrá ser
condenada o penada, ni sometida a una de las medidas de seguridad establecidas
en este Código, sino en virtud de una sentencia fundada, dictada por un tribunal
imparcial. Toda persona tiene derecho a un juicio previo, oral y público
desarrollado en conformidad con las normas de este cuerpo legal.

Una de las cosas que destacan en este nuevo proceso, que en la segunda región
entró en vigencia en octubre del 2001, es que este se lleve a cabo oralmente.
Desde luego que resulta novedoso este principio de oralidad en circunstancias que
tanto los jueces, abogados, funcionarios y en general todas las personas que
tuvieron algún contacto con los procedimientos
Penales en nuestro país, estaban acostumbrados a que estos se lleven a
efecto por escrito. Es más, lo único importante era precisamente lo que constaba
por escrito en el respectivo expediente.

Bordeando un siglo, nuestra justicia persecutoria en materia Penal se ha basado


en la documentación acompañada por las partes y en especial en la escrituración
de las declaraciones y testimonios prestados por las personas citadas a declarar
en los respectivos procesos en las distintas calidades.

¿qué significa que el proceso sea oral? De acuerdo al Diccionario de la Real


Academia Española el termino oral proviene del latín os, oris, boca y alude a lo
que es expresado con la boca o con la palabra, a diferencia de escrito.

¿por qué el cambio de la escrituración a la oralidad? Como es sabido, por todos


quienes han intervenido en un juicio criminal tramitado con el sistema procesal
establecido en el Código Procesal Penal de 1906 nuestros tribunales debían
tomar conocimiento de lo acontecido en un proceso en forma indirecta o mediata.

En efecto, las normas dictadas para una realidad criminal muy distinta a las que
conlleva la vida moderna, conducían al tribunal a la tarea titánica de tratar de
desentrañar lo medular de expedientes llenos de vericuetos y contradictorias
declaraciones para sancionar o sobreseer a alguna de ellas por un hecho que a
esas alturas olvidado en el tiempo. El contacto con las personas de los inculpados,
autores, cómplices y víctimas en su conjunto muy excepcionalmente se verificaba
en forma directa.

La Oralidad propia del nuevo Código Procesal Penal tiene un doble objeto que se
puede encontrar inmerso y latente en todo su desarrollo. Este doble objeto
consiste fundamentalmente en lo siguiente:

A- Contribuir a garantizar el principio de la Inmediación por parte del juez.

B- Contribuir a la transparencia del procedimiento con la plena vigencia del


principio de la Contradictoriedad.

El principio de la inmediación es resguardado por el hecho que el juicio sea oral


toda vez que las personas deben declarar espontáneamente en base a su
memoria y a través de la palabra, de modo que puedan ser oídas por los jueces.

Señala el artículo 325 inciso segundo y siguiente del cuerpo legal procesal en lo
que se denomina apertura del juicio oral que “El presidente de la sala señalará las
acusaciones que deberán ser objeto del juicio contenidas en el auto de apertura
del juicio oral, advertirá al acusado que deberá estar atento a lo que oirá y
dispondrá que los peritos y los testigos hagan abandono de la sala de la
audiencia. Seguidamente concederá la palabra al fiscal para que exponga su
acusación y al querellante para que sostenga su acusación así como la demanda
civil si la hubiere interpuesto”.

En el otro lado de la balanza el siguiente artículo 326 indica que “realizadas las
exposiciones previstas en el artículo anterior, se le indicará al acusado que tiene
la posibilidad de ejercer su defensa en conformidad con el artículo . Al efecto, se
ofrecerá la palabra al abogado defensor…” y al término del artículo se indica que
“en cualquier estado del juicio, el acusado podrá solicitar ser oído, con el fin de
aclarar o complementar sus dichos”.

Resulta pues significativo este cambio en la forma en que se aborda la


administración la justicia criminal ya que se trata precisamente de un profundo y
radical acontecimiento. Ya no se trata de un juez solitario que guardando al
máximo la discrecionalidad primero tiene que investigar un hecho que ha llegado
a su conocimiento y luego, desdoblándose en su naturaleza se sienta delante del
acusado y busca asumir un rol imparcial. Con el nuevo sistema se busca que el
juez tenga un inmediato y directo contacto con los intervinientes y que entre
todos y conjuntamente esclarezcan los hechos.
El tribunal en este nuevo procedimiento recibe las pruebas que le presentan las
partes, en el orden que le indican las partes, escucha a los peritos y testigos y
finalmente resuelve sancionando al que corresponda o lo sobresee en su caso.

Esta simplificación en cuanto a la forma de llevar a efecto el procedimiento ya


que estas se realizan de palabra, sin perjuicio de que los dichos se deben
consignar conforme a la ley que nos encontramos estudiando, podrá contribuir en
forma importante a una expedita administración de Justicia en la medida que se
respeten los principios en que se sustenta.

Como indicamos, la oralidad también permite que este proceso se considere y


sea realmente contradictorio. Los intervinientes indicados en el artículo 12 del
código, deberán en la misma audiencia a la que asisten hacer valer sus derechos.
Se trata de un proceso en que las objeciones, observaciones y alcances
realizados por los que se encuentran en uno u otro lado de la acusación
realmente tienen cabida y puede inhibir una línea de investigación y pruebas, no
pronunciarse o favorecerla.

Debe ahora hacerse presente que conforme múltiples autores el sistema que se
busca implantar en nuestra sociedad corresponde parte de un supuesto que en la
actualidad es mas doctrinario que efectivo. De acuerdo a ese principio “toda
persona es inocente hasta que se demuestra lo contrario”. En nuestro cuerpo legal
se contempla en los primeros artículos la llamada “Presunción de inocencia del
imputado”. Debido a estas circunstancias es posible y altamente probable que más
de algún imputado arraigue su defensa en su negativa a hablar.

Este hecho no le resta validez al principio ya que en este caso el imputado se


ampara en su derecho a guardar silencio, en su derecho a no hablar que en
realidad en el caso de los abogados puede constituir un deber. Por ello no resulta
contradictoria con la oralidad la circunstancia que en más de algún caso constituya
una forma sumamente eficaz de asumir la defensa de algún imputado en contra
del que existan escasas evidencias probatorias.

Podemos afirmar en base a lo anteriormente expuesto que el nuevo proceso Penal


se basa en el principio de la oralidad toda vez que la forma de resolver la
controversia sea o no con una sentencia firme sólo puede fundarse en el material
probatorio rendido oralmente, esto es de viva voz.

Principio de la publicidad
Aparte del principio de oralidad, en el Proceso Penal, rige la publicidad. En el
Sistema Procesal Penal encontramos un equilibrio entre el principio de la
publicidad y el principio del Secreto. Al respecto se debe afirmar que conforme lo
exige la ley las actuaciones que realice el ministerio Público y la policía en la etapa
de investigación tienen una reserva relativa mientras que las actuaciones
judiciales son en términos generales públicas.

El artículo 182 establece la reserva de las actuaciones del Ministerio Publico y la


policía circunscrita a los terceros ajenos al procedimiento. En otras palabras las
partes intervinientes y el imputado tienen derecho a saber de las actuaciones de
ministerio publico, pero no lo tienen los terceros ajenos.

En ciertos casos excepcionales el juez de garantía puede permitir al Ministerio


Público, realizar determinadas actuaciones secretas para el imputado y los demás
intervinientes pero la medida es limitada en cuanto al un tiempo y en cuanto a la
materia. Ya se superó el antiguo secreto del Sumario.

Por otra parte, la situación de las actuaciones judiciales es totalmente diferente.


En efecto, en estas la regla general es que ellas sean públicas. De esta forma lo
consignan las normas que en la actualidad regulan el debido proceso y
específicamente la Constitución Política de la República, La convención
Americana sobre Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos

Principio del juez natural


Indica el artículo 2 del Código Procesal Penal que “Nadie puede ser juzgado por
comisiones especiales, sino por el tribunal que se señale la ley establecido con
anterioridad a la perpetración del hecho”.

Al igual que en el principio antes mencionado se trata de otorgar un resguardo a


la personas para que a todos se les aplique justamente el ordenamiento
jurídico, en este caso para que lo juzguen por quien y cuando le corresponde.

No pueden verificarse situaciones en que se constituyan comisiones o asambleas


públicas o privadas para juzgar a personas sin que la materia sea examinada
por quienes tienen el poder–deber de juzgar, esto es los tribunales de justicia.

Nuevamente es la constitución de la de la república la que menciona este Principio


en su artículo 19 Nº 3 que lo repite casi textualmente.

Exclusividad de la investigación penal


Nuevamente es nuestro Código Procesal Penal el que en forma clara plasma un
principio novedoso respecto a la investigación. Indica el Artículo 3 de la ley citada
que El ministerio público dirigirá en forma exclusiva la investigación de los hechos
constitutivos de delito, los que determinaren la participación punible y los que
acreditaren la inocencia del imputado, en la forma prevista por la Constitución.

No existen pues dudas en cuanto a que corresponde al Ministerio Público la labor


de investigar los hechos constitutivos de ilícito, la participación punible (en el Delito)
y los antecedentes que acrediten la inocencia del imputado.

El Ministerio Público como organismo de nuestro ordenamiento Jurídico es


examinado en un capítulo aparte en este texto debido a su importancia. La
regulación constitucional del Ministerio Público se encuentra recogida en el
artículo 83 y siguientes de nuestra Carta Fundamental, que dispone que el
Ministerio Publico dirigirá en forma exclusiva la investigación de los hechos
constitutivos de delito y en su caso, ejercerá la acción penal pública en la forma
prevista por la ley. Además esta obligación se encuentra contenida en la ley
Orgánica Constitucional del Ministerio Público.

Presunción de inocencia y medidas privativas o restrictivas de libertad.

Siguiendo el orden que tiene nuestro Código Procesal Penal debemos referirnos a
un principio que como ya mencionáramos al examinar los principios rectores del
antiguo sistema, siempre ha estado presente, al menos teóricamente, en
nuestros cuerpos legales pero que ahora tiene un planteamiento muy sólido.

De acuerdo al artículo 4 del CPP Ninguna persona será considerada culpable ni


tratada como tal en tanto no fuere condenada por sentencia firme.

De esta forma se presume inocente a las personas hasta que se pruebe su


culpabilidad. Es mas esa prueba debe estar recogida en una sentencia firme, esto
es aquellas que ya no pueden modificarse.

Este clásico principio del derecho también se encuentra recogido en el pacto


suscrito por Chile en San José de Costa Rica y en el artículo 8 Nº 2 y en el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos en el artículo 14 Nº2. Se trata de un
principio que protege al hombre. Se trata de un derecho humano fundamental
incluso previo a la existencia del Estado. Este último se limita únicamente a
reconocer y asegurar el ejercicio del principio.

Legalidad de las medidas privativas o restrictivas de libertad


Debido a la aplicación del principio de inocencia se han modificado los criterios
relativos a las medidas restrictivas y de privación de libertad del que se le imputa
un delito ya que es inocente y por lo tanto tiene derecho a solicitar su libertad,
mientras no se pruebe su culpabilidad.

A lo anterior es necesario agregar que de acuerdo al artículo el artículo 5 indica


que no se podrá citar, arrestar, detener , someter a prisión preventiva ni aplicar
cualquier otra forma de privación o restricción de libertad a ninguna persona , sino
en los casos y en la forma señalados por la Constitución y las leyes.

Estos principios son asegurados por la Constitución Política de la República en


sus artículos 19 números 2, 3 y 7 y en el artículo 9 del Pacto de Derechos
Humanos de San José de Costa Rica Respecto a Posibilidades de Restricción de
los Derechos reconocidos por la Ley

Protección de la victima
De acuerdo al artículo 6 del Código Procesal Penal el Ministerio
Público estará obligado a velar por la protección de la víctima del delito en
todas las etapas del procedimiento penal. Agrega el artículo que por su parte el
tribunal garantizará conforme a la ley la vigencia de los derechos de la víctima
durante todo el procedimiento.

La policía y los demás organismos auxiliares deberán otorgarle trato acorde con
su condición de víctima procurando facilitar al máximo su participación en los
trámites en que debiere intervenir.

Se trata de proteger a los afectados por el delito de modo que no sólo no aumente
el perjuicio o daño que los afectó sino que puedan hacer valer adecuadamente
sus derechos en el juicio. Por eso es que indica el inciso segundo del artículo 6
que “el fiscal deberá promover durante el curso del procedimiento acuerdos
patrimoniales, medidas cautelares u otros mecanismos que facilitan la reparación
del daño causado a la víctima. Este deber no importará el ejercicio de las acciones
civiles que pidieren corresponderle a la víctima”.

Se promueve de la forma que se explica, los acuerdos sobre el conflicto.

Derecho a defensa y facultades y derechos del imputado


La ley procesal penal en su artículo 8 indica que el derecho a defensa, en
concreto el derecho a ser defendido por un abogado puede ser hecho valer por la
persona a quien se le atribuye participación en un hecho punible desde la
primera actuación del procedimiento seguido en su contra y hasta la completa
ejecución de la sentencia.

Si el imputado no designa un abogado su defensa la efectuará la Defensoría Penal


Pública.

Para estos efectos se entiende por primera actuación cualquier diligencia de


investigación o cautelar que se realice por o ante un tribunal por parte del
Ministerio Público o la policía en la que se atribuye a una persona responsabilidad
en un delito.

Los artículos 9 y 10 dan cuenta de la necesidad de que las actuaciones del fiscal
(ministerio Público) que pudieren alterar los derechos de una persona a la
que se le imputa un derecho deben ser autorizadas por el juez de garantía.
En concreto el artículo 10 dice que si en cualquier etapa del procedimiento el
juez de garantía estima que el imputado no está en condiciones de ejercer los
derechos que le otorgan las garantías judiciales contenidas en la Constitución y en
los Tratados vigentes, debe adoptar de oficio, es decir por propia iniciativa, o a
petición de parte, las medidas necesarias para permitir dicho ejercicio.

Incluso si se trata de casos urgentes en que fuere indispensable la autorización


para el éxito de la diligencia , podrá ser solicitada y otorgada por cualquier medio
idóneo al efecto tales como teléfono , fax correo electrónico u otros sin perjuicio
de la constatación posterior. Estos preceptos resultan bastante novedosos en
especial en su aplicación. Se trata de preceptos protectores del “debido proceso”
que cautela los derechos de quien aparece como imputado en un delito. De
alguna forma puede descubrirse esbozado en este precepto el
anteriormente principio de la defensa y el hecho singular de la efectiva
presunción de inocencia.

Principio pro reo


Las leyes procesales penales son aplicables a los procesos ya iniciados a
menos que a juicio del tribunal las anteriores contuvieran normas más
favorables al imputado. Este principio se encuentra contenido en el artículo
11,.Se trata de la consideración del factor tiempo en relación con las leyes de
procedimiento en materia penales. En concreto se trata de que los hechos se
examinan en un juicio conforme a las leyes que rigen en ese momento salvo que
el tribunal estime que una ley anterior le resulta mas favorable.

Se trata de un principio clásico del derecho penal que también tiene un


reconocimiento en materia laboral. Es la carta fundamental la que recoge desde
hace ya décadas su formulación cuando indica en el artículo 19 número 3 que "
ningún delito se castigará con otra pena que la que señale una ley promulgada
con anterioridad a su perpetración, a menos que una nueva ley favorezca al
afectado.

2.5 principales innovaciones del nuevo código


El Código procesal penal establece, sin lugar a dudas, un sistema acusatorio el
cual parte de la base de la separación de labores de investigación y acusación con
la labor de sentenciador.

Por esto, se creó una nueva institución de carácter constitucional denominada


Ministerio Público, encargado de la investigación de los hechos delictivos. Los
Fiscales son los responsables de dirigir la investigación, auxiliados por la Policía
de Investigaciones y por Carabineros. Como contrapartida
al investigador y acusador se crea la Defensoría Penal Pública, quien velará
por la defensa de aquellos imputados que carezcan de defensor (abogado)
privado.

Como ente controlador de las garantías constitucionales en la fase de


investigación, impidiendo los excesos de la fiscalía, se crea un órgano
jurisdiccional, nuevo, denominado Juez de Garantía. Este tribunal de carácter
unipersonal, letrado (el juez necesariamente es abogado) y de derecho además
cumple con otras funciones especialmente señaladas en el Código. Por otra parte
se establece un Tribunal colegiado, letrado y de derecho que será el encargado de
dictar la sentencia definitiva condenatoria o absolutoria en el Juicio Oral.

Otra innovación importante es la calidad que asume en el proceso penal la víctima


del delito. Ésta para a ser titular de derechos y facultades procesales, sin perjuicio
de la querella o acción civil que pueda intentar en contra del imputado.

Respecto al procedimiento del juicio oral, éste se desenvuelve en tres etapas,


una primera etapa de Investigación, que estará a cargo del fiscal respectivo y que
se irá desarrollando a través de diversas audiencias ante el juez de garantía
siendo la más importante la “audiencia de formalización de la investigación”.

Una segundo etapa que se refiere a la Preparación del Juicio Oral, la cual se
verificará después de cerrada la investigación y en una audiencia ante el Juez de
Garantía. En esta audiencia se dará a conocer la Acusación interpuesta por la
fiscalía en contra del autor o autores del delito.
Por último, una tercera etapa, que se refiere al Juicio Oral, que se desarrolla
precisamente ante el tribunal colegiado, oral en lo penal. Se caracteriza por ser
oral, público y contradictorio. En esta etapa se deben rendir todos los medios de
prueba, salvo excepciones que estudiaremos en su oportunidad.

Como se verá, las diferencias con el procedimiento del código de 1906 son
tajantes: en éste primaba la escrituración, el secreto, la existencia de un solo
tribunal que investiga, acusa y sentencia, sin ningún respeto por las garantías
constitucionales.

2.6 La aplicación del nuevo código en nuestro país


De acuerdo al artículo 483 y siguiente del Título Final del Código Procesal Penal,
las disposiciones de éste cuerpo legal sólo se aplicarán a los hechos acaecidos
con posterioridad a su entrada en vigencia.

Respecto a la entrada en vigencia del Código se hace una distinción: Entrada


en Vigencia Respecto de Hechos Acaecidos en el Territorio Nacional: Cuarta y
Novena Regiones: 16 de Diciembre de 2000 Segunda, Tercera y Séptima
Regiones 16 de Octubre de 2001 Primera, Décimo Primera y Décimo Segunda
Regiones 16 de Diciembre de 2002 Quinta, Sexta, Octava y Décima Regiones 16
de diciembre de 2003 Región Metropolitana 16 de junio de 2005.

Entrada en Vigencia Respecto de Hechos Acaecidos en el Extranjero: En este


caso entrará a regir el código procesal penal a partir de la vigencia en la Región
Metropolitana, es decir desde el 16 de junio de 2005.

MÓDULO III

Introducción:

Con la reforma plasmada en el nuevo Código Procesal Penal, se incorporan una


serie de nuevos órganos, encargados de dar vida al sistema acusatorio. Entre
ellos, sin duda, destacan como principales actores el Ministerio Público, y la
Defensoría Penal Pública. En este módulo, revisaremos la estructura orgánica y la
regulación normativa de ambas instituciones, las formas de intervención en el
proceso penal y las atribuciones que la ley otorga a fiscales y defensores.

3.1 EL MINISTERIO PÚBLICO Y LA DEFENSORÍA PENAL PÚBLICA


El Ministerio Público o Fiscales:

Concepto:

La ley 19.640 nos señala que el Ministerio Público es un organismo autónomo y


jerarquizado, cuya función principal es dirigir en forma exclusiva la investigación
de los hechos constitutivos de delito, de la determinación de la participación
punible y de la acreditación de inocencia del imputado. Es por regla general el
titular de la acción penal pública.

Organización:

El Ministerio Público se organiza en una Fiscalía Nacional y en Fiscalías


Regionales, y estos a su vez en Fiscalías Locales (fiscales adjuntos).

El Fiscal Nacional:

Es el jefe superior del Ministerio Público, dura 8 años en su cargo sin posibilidad
de asumir nuevamente para el período siguiente, y es responsable del
funcionamiento del organismo. Tiene su sede en la ciudad de Santiago.

Los requisitos para ser nombrado Fiscal Nacional son los siguientes:

 Ser ciudadano con derecho a sufragio.


 Tener a lo menos 10 años el título de abogado.
 Haber cumplido 40 años de edad.
 No encontrarse sujeto a alguna de las incapacidades e incompatibilidades
previstas en la ley.

El nombramiento del Fiscal Nacional corresponde a tres instituciones, a la Corte


Suprema, en pleno, que elabora una quina (5 personas) acordada por la mayoría
absoluta de sus miembros en ejercicio. Luego esta quina es entregada al
Presidente de la República quien elige a uno solo el cual es propuesto al Senado,
el cual debe dar su acuerdo por a lo menos los dos tercios de sus miembros en
ejercicio.

Las principales funciones del Fiscal Nacional las podemos resumir en las
siguientes:

Fijar, oyendo previamente al Consejo General, los criterios de actuación del


Ministerio Público para el cumplimiento de los objetivos establecidos en la
Constitución y en las

Dictará las instrucciones generales que estime necesarias para el adecuado


cumplimiento de las tareas de dirección de la investigación de los hechos punibles,
ejercicio de la acción penal y protección de las víctimas y testigos. No podrá dar
instrucciones u ordenar realizar u omitir la realización de actuaciones en casos
particulares, con la sola excepción de lo establecido en el artículo 18.

Fijar, oyendo al Consejo General, los criterios que se aplicarán en materia de


recursos humanos, de remuneraciones, de inversiones, de gastos de los
fondos respectivos, de planificación del desarrollo y de administración y
finanzas.

Crear, previo informe del Consejo General, unidades especializadas para


colaborar con los fiscales a cargo de la investigación de determinados delitos.

Dictar los reglamentos que correspondan en virtud de la superintendencia


directiva, correccional y económica que le confiere la Constitución Política.

En ejercicio de esta facultad, determinará la forma de funcionamiento de las


fiscalías y demás unidades del Ministerio Público y el ejercicio de la potestad
disciplinaria correspondiente.

Nombrar y solicitar la remoción de los fiscales regionales, de acuerdo con la


Constitución y con esta ley orgánica constitucional.

Resolver las dificultades que se susciten entre fiscales regionales acerca de la


dirección de la investigación, el ejercicio de la acción penal pública o la protección
de las víctimas o testigos. En ejercicio de esta facultad, determinará la Fiscalía
Regional que realizará tales actividades o dispondrá las medidas de coordinación
que fueren necesarias.

Controlar el funcionamiento administrativo de las fiscalías regionales;


Administrar, en conformidad a la ley, los recursos que sean asignados al Ministerio
Público.

Solicitar, en comisión de servicio, a funcionarios de cualquier órgano de la


Administración del Estado, para que participen en las actividades propias del
Ministerio Público. Dichas comisiones tendrán el plazo de duración que se indique
en el respectivo decreto o resolución que las disponga.

Ejercer las demás atribuciones que ésta u otra ley orgánica constitucional le
confieran.

Los Fiscales Regionales:

Los Fiscales Regionales, quienes duran 8 años en sus cargos, sin derecho a ser
designados para un período posterior, tienen su competencia en la Región o
extensión geográfica de la Región que corresponda a la fiscalía regional a su
cargo.

En cada región habrá un fiscal regional, con la salvedad de la Región


Metropolitana en que habrá 4 fiscales regionales.

Son nombrados por el Fiscal Nacional, a propuesta en terna (3 personas) de la


Corte de Apelaciones de la respectiva región por mayoría absoluta de sus
miembros en ejercicio en pleno.

Los requisitos para ser nombrado Fiscal Regional son los siguientes:

 Ser ciudadano con derecho a sufragio.


 Tener a lo menos 5 años el título de abogado.
 Haber cumplido 30 años de edad.
 No encontrarse sujeto a alguna de las incapacidades e incompatibilidades
previstas en la ley.

Las principales funciones de los Fiscales Regionales son las siguientes:

Dictar normas e instrucciones necesarias para la organización y funcionamiento


de la fiscalía regional.

Conocer y resolver las reclamaciones que cualquier interviniente, efectúe por


escrito, en un procedimiento, formulare respecto de la actuación de un fiscal
adjunto.

Los Fiscales Adjuntos:


Están a cargo de las fiscales locales. Cada fiscalía local contará con los fiscales
adjuntos que determine la Fiscalía Nacional. El fiscal adjunto que esté a cargo de
la fiscalía local se denominará fiscal jefe.

Los requisitos para ser nombrado Fiscal Adjunto son los siguientes:

1. Ser ciudadano con derecho a sufragio.

2. Tener el título de abogado.

3. Reunir los requisitos de experiencia y formación especializada adecuadas


para el cargo.

4. No encontrarse sujeto a alguna de las incapacidades e incompatibilidades


previstas en la ley.

Son designados por el Fiscal Nacional a propuesta en terna del Fiscal Regional
respectivo.

3.2 LA CONSTITUCIÓN Y EL MINISTERIO PÚBLICO

La Constitución Política de la República en su capítulo VII regula al Ministerio


Público. Los artículos 83 a 91 reglamentan esta institución.

ARTÍCULO 83: Un organismo autónomo, jerarquizado, con el nombre de


Ministerio Público, dirigirá en forma exclusiva la investigación de los hechos
constitutivos de delito, los que determinen la participación punible y los que
acrediten la inocencia del imputado y, en su caso, ejercerá la acción penal pública
en la forma prevista por la ley. De igual manera, le corresponderá la adopción de
medidas para proteger a las víctimas y a los testigos. En caso alguno podrá
ejercer funciones jurisdiccionales.

El ofendido por el delito y las demás personas que determine la ley podrán ejercer
igualmente la acción penal.

El Ministerio Público podrá impartir órdenes directas a las Fuerzas de Orden y


Seguridad durante la investigación. Sin embargo, las actuaciones que priven al
imputado o a terceros del ejercicio de los derechos que esta Constitución asegura,
o lo restrinjan o perturben, requerirán de aprobación judicial previa. La autoridad
requerida deberá cumplir sin más trámite dichas órdenes y no podrá calificar su
fundamento, oportunidad, justicia o legalidad, salvo requerir la exhibición de la
autorización judicial previa, en su caso.
El ejercicio de la acción penal pública, y la dirección de las investigaciones de los
hechos que configuren el delito, de los que determinen la participación punible y
de los que acrediten la inocencia del imputado en las causas que sean de
conocimiento de los tribunales militares, como asimismo la adopción de medidas
para proteger a las víctimas y a los testigos de tales hechos corresponderán, en
conformidad con las normas del Código de Justicia Militar y a las leyes
respectivas, a los órganos y a las personas que ese Código y esas leyes
determinen.

ARTÍCULO 84: Una ley orgánica constitucional determinará la organización y


atribuciones del Ministerio Público, señalará las calidades y requisitos que deberán
tener y cumplir los fiscales para su nombramiento y las causales de remoción de
los fiscales adjuntos, en lo no contemplado en la Constitución.

Las personas que sean designadas fiscales no podrán tener impedimento alguno
que las inhabilite para desempeñar el cargo de juez. Los fiscales regionales y
adjuntos cesarán en su cargo al cumplir 75 años de edad.

La ley orgánica constitucional establecerá el grado de independencia y autonomía


y la responsabilidad que tendrán los fiscales en la dirección de la investigación y
en el ejercicio de la acción penal pública, en los casos que tengan a su cargo.

ARTÍCULO 85: El Fiscal Nacional será designado por el Presidente de la


República, a propuesta en quina de la Corte Suprema y con acuerdo del Senado
adoptado por los dos tercios de sus miembros en ejercicio, en sesión
especialmente convocada al efecto. Si el Senado no aprobare la proposición del
Presidente de la República, la Corte Suprema deberá completar la quina
proponiendo un nuevo nombre en sustitución del rechazado, repitiéndose el
procedimiento hasta que se apruebe un nombramiento.

El Fiscal Nacional deberá tener a lo menos diez años de título de abogado, haber
cumplido cuarenta años de edad y poseer las demás calidades necesarias para
ser ciudadano con derecho a sufragio; durará ocho años en el ejercicio de sus
funciones y no podrá ser designado para el período siguiente.

Será aplicable al Fiscal Nacional lo dispuesto en el inciso segundo del artículo


80 relativo al tope de edad.

ARTÍCULO 86: Existirá un Fiscal Regional en cada una de las regiones en


que se divida administrativamente el país, a menos que la población
o la extensión geográfica de la región hagan necesario nombrar más de uno.
Los fiscales regionales serán nombrados por el Fiscal Nacional, a propuesta en
terna de la Corte de Apelaciones de la respectiva región. En caso que en la
región exista más de una Corte de Apelaciones, la terna será formada por un
pleno conjunto de todas ellas, especialmente convocado al efecto por el
Presidente de la Corte de más antigua creación.

Los fiscales regionales deberán tener a lo menos cinco años de título de abogado,
haber cumplido 30 años de edad y poseer las demás calidades necesarias para
ser ciudadano con derecho a sufragio; durarán ocho años en el ejercicio de sus
funciones y no podrán ser designados como fiscales regionales por el período
siguiente, lo que no obsta a que puedan ser nombrados en otro cargo del
Ministerio Público.

ARTÍCULO 87: La Corte Suprema y las Cortes de Apelaciones, en su caso,


llamarán a concurso público de antecedentes para la integración de las quinas y
ternas, las que serán acordadas por la mayoría absoluta de sus miembros en
ejercicio, en pleno especialmente convocado al efecto. No podrán integrar las
quinas y ternas los miembros activos o pensionados del Poder Judicial.

Las quinas y ternas se formarán en una misma y única votación en la cual cada
integrante del pleno tendrá derecho a votar por tres o dos personas,
respectivamente. Resultarán elegidos quienes obtengan las cinco o las tres
primeras mayorías, según corresponda. De producirse un empate, éste se
resolverá mediante sorteo.

ARTÍCULO 88: Existirán fiscales adjuntos que serán designados por el Fiscal
Nacional, a propuesta en terna del fiscal regional respectivo, la que deberá
formarse previo concurso público, en conformidad a la ley orgánica constitucional.
Deberán tener el título de abogado y poseer las demás calidades necesarias para
ser ciudadano con derecho a sufragio.

ARTICULO 89: El Fiscal Nacional y los fiscales regionales sólo podrán ser
removidos por la Corte Suprema, a requerimiento del Presidente de la República,
de la Cámara de Diputados, o de diez de sus miembros, por incapacidad, mal
comportamiento o negligencia manifiesta en el ejercicio de sus funciones. La Corte
conocerá del asunto en pleno especialmente convocado al efecto y para acordar la
remoción deberá reunir el voto conforme de la mayoría de sus miembros en
ejercicio.
La remoción de los fiscales regionales también podrá ser solicitada por el Fiscal
Nacional.

ARTÍCULO 90: Se aplicará al Fiscal Nacional, a los fiscales regionales y a los


fiscales adjuntos lo establecido en el artículo 78.

ARTÍCULO 91: El Fiscal Nacional tendrá la superintendencia directiva,


correccional y económica del Ministerio Público, en conformidad a la ley orgánica
constitucional respectiva.

3.3 INTERVENCIÓN DE LOS FISCALES EN EL NUEVO PROCESO

El Fiscal Nacional debe asumir de oficio y de manera excepcional, la dirección de


la investigación, el ejercicio de la acción penal pública y la protección de las
víctimas o testigos respecto de determinados hechos que se estimaren
constitutivos de delitos, cuando la investidura de las personas involucradas como
imputados o víctimas lo hiciere necesario para garantizar que dichas tareas se
cumplirán con absoluta independencia y autonomía.

El Fiscal Regional debe conocer y resolver las reclamaciones que cualquier


interviniente, efectúe por escrito, en un procedimiento, formulare respecto de la
actuación de un fiscal adjunto.

Los Fiscales Adjuntos ejercen directamente las funciones del Ministerio Público
en los casos que se les asignen. Deben dirigir la investigación de los hechos
constitutivos de delitos, dirigir la actuación de la policía y además cuando
proceda ejercer las atribuciones que la ley les entregue.

Los fiscales deben ejercer y sustentar la acción penal pública en la forma prevista
por la ley. Deben, además, adoptar las medidas o solicitarlas en su caso, para
proteger a la víctima de un delito. Deben entregarle información acerca del curso y
resultado del procedimiento, de sus derechos y de las actividades que debiera
realizar para ejercerlos. Deben informar sobre su eventual derecho a
indemnización y la forma de accionar. Deben escuchar a la víctima antes de
solicitar o resolver sobre la terminación del procedimiento por cualquier causa.

3.4 DEFENSORÍA PENAL PÚBLICA


El Defensor Nacional: Es el jefe superior del Servicio. Para ser nombrado
Defensor Nacional, se requiere:

 Ser ciudadano con derecho a sufragio.


 Tener a lo menos 10 años el título de abogado.
 No encontrarse sujeto a alguna de las incapacidades e incompatibilidades
para ingresar a la administración pública.

Las funciones principales de la Defensoría Nacional:


Dirigir, organizar y administrar la Defensoría, controlarla y velar por el
cumplimiento de sus objetivos.

Fijar, oyendo al Consejo, los criterios de actuación de la Defensoría para el


cumplimiento de los objetivos establecidos en esta ley.

Fijar los criterios que se aplicarán en materia de recursos humanos, de


remuneraciones, de inversiones, de gastos de los fondos respectivos, de
planificación del desarrollo y de administración y finanzas.

Fijar, con carácter general, los estándares básicos que deben cumplir en el
procedimiento penal quienes presten servicios de defensa penal pública. En uso
de esta facultad no podrá dar instrucciones u ordenar realizar u omitir la
realización de actuaciones en casos particulares.

Aprobar los programas destinados a la capacitación y perfeccionamiento del


personal. Para estos efectos, reglamentará la forma de distribución de los
recursos anuales que se destinarán a estas actividades, su periodicidad, criterios
de selección de los participantes y niveles de exigencias mínimas que se
requerirán a quienes realicen la capacitación.

Nombrar y remover a los defensores regionales, en conformidad a esta ley.

Determinar la ubicación de las defensorías locales y la distribución en cada


una de ellas de los defensores locales y demás funcionarios, a propuesta del
Defensor Regional.

Elaborar anualmente el presupuesto de la Defensoría, oyendo al Consejo


sobre el monto de los fondos por licitar, y administrar, en conformidad a la ley, los
recursos que le sean asignados.

Representar judicial y extrajudicialmente a la Defensoría.

Contratar personas naturales o jurídicas en calidad de consultores externos


para el diseño y ejecución de procesos de evaluación de la Defensoría, con cargo
a los recursos del Servicio.

Llevar las estadísticas del Servicio y elaborar una memoria que dé cuenta de su
gestión anual. Para este efecto, publicará a lo menos un informe semestral con los
datos más relevantes e incluirá en la memoria información estadística
desagregada de los servicios prestados por el sistema en el ámbito regional y
nacional. Estos antecedentes serán siempre públicos y se encontrarán a
disposición de cualquier interesado, sin perjuicio de lo cual una copia de la
memoria deberá ser enviada al Presidente de la Cámara de Diputados, al
Presidente del Senado, al Presidente de la Corte Suprema, al Ministro de Justicia
y al Ministro de Hacienda.

Ejercer las demás atribuciones que la ley le confieran

Subrogación: (Reemplazo)

El Defensor Nacional será subrogado por el Defensor Regional que determine


mediante resolución, pudiendo establecer entre varios el orden de subrogación
que estime conveniente. A falta de designación, será subrogado por el Defensor
Regional más antiguo.

Procederá la subrogación por el solo ministerio de la ley cuando, por cualquier


motivo, el Defensor Nacional se encuentre impedido de desempeñar su cargo.

La defensoría Regional:
Es la encargada de la administración de los medios y recursos
necesarios para la prestación de la defensa penal pública en la Región, o en la
extensión geográfica que corresponda si en la Región hubiere más de una, a los
imputados o acusados por un crimen, simple delito o falta que sea de competencia
de un juzgado de garantía o de un tribunal de juicio oral en lo penal y de las
respectivas Cortes, en su caso, y que carezcan de abogado.

Existirá una Defensoría Regional en cada una de las regiones del país, con
excepción de la Región Metropolitana de Santiago, en la que habrá dos.

Las Defensorías Regionales tendrán su sede en la capital regional respectiva.


En la Región Metropolitana de Santiago, la sede y la distribución territorial serán
determinadas por el Defensor Nacional.

La Defensoría Regional estará a cargo de un Defensor Regional. El Defensor


Regional será nombrado por el Defensor Nacional, previo concurso público de
oposición y antecedentes.

Durará cinco años en el cargo y podrá ser designado sucesivamente, a través de


concurso público, cada vez que postule a un nuevo período.

El Defensor Regional cesará en su cargo por las causales establecidas en el


Estatuto Administrativo.
Para ser Defensor Regional, se requiere:

 Ser ciudadano con derecho a sufragio;


 Tener a lo menos cinco años el título de abogado,
 No encontrarse sujeto a alguna de las incapacidades e incompatibilidades
para el ingreso a la administración pública.

Las funciones del Defensor Regional:

Dictar, conforme a las instrucciones generales del Defensor Nacional, las normas
e instrucciones necesarias para la organización y funcionamiento de la
Defensoría Regional y para el adecuado desempeño de los defensores locales
en los casos en que debieren intervenir. En uso de esta atribución no podrá dar
instrucciones específicas ni ordenar realizar u omitir actuaciones en casos
particulares.

Conocer, tramitar y resolver, en su caso, las reclamaciones que se presenten por


los beneficiarios de la defensa penal pública, de acuerdo con esta ley.

Supervisar y controlar el funcionamiento administrativo de la Defensoría


Regional y de las Defensorías Locales que de ella dependan.

Velar por el eficaz desempeño del personal a su cargo y por la adecuada


administración del presupuesto.

Comunicar al Defensor Nacional las necesidades presupuestarias de la


Defensoría Regional y de las Defensorías Locales que de ella dependan.

Proponer al Defensor Nacional la ubicación de las Defensorías Locales y la


distribución en cada una de ellas de los defensores locales y demás
funcionarios.
Disponer las medidas que faciliten y aseguren el acceso expedito a la
Defensoría Regional y a las Defensorías Locales, así como la debida atención
de los imputados y de los acusados.

Autorizar la contratación de peritos para la realización de los informes que


solicitaren los abogados que se desempeñen en la defensa penal pública, y
aprobar los gastos para ello, previo informe del jefe de la respectiva unidad
administrativa regional.
Recepcionar las postulaciones de los interesados en los procesos de licitación,
poniendo los antecedentes a disposición del Consejo.

Entregar al Defensor Nacional, una vez al año, un informe de las dificultades e


inconvenientes habidos en el funcionamiento de la Defensoría Regional y sus
propuestas para subsanarlas o mejorar su gestión.

Proponer al Consejo las bases de las licitaciones a nivel regional.

Ejercer las demás funciones que le encomiende la ley y las que le delegue el
Defensor.

Las Defensorías Locales:


Son unidades operativas en las que se desempeñarán los defensores locales de
la Región. Si la Defensoría Local cuenta con dos o más defensores locales, se
nombrará un defensor jefe.

La ubicación de las Defensorías Locales en el territorio de cada Defensoría


Regional será determinada por el Defensor Nacional, a propuesta del respectivo
Defensor Regional.

Podrá haber hasta 80 Defensorías Locales en el país, las que serán distribuidas
conforme a criterios de carga de trabajo, extensión territorial, facilidades de
comunicaciones y eficiencia en el uso de los recursos.

Los defensores locales podrán ejercer funciones directivas o de jefaturas en las


Defensorías Locales en que se desempeñen. Asumirán la defensa de los
imputados que carezcan de abogado en la primera actuación del procedimiento
dirigido en su contra y, en todo caso, con anterioridad a la
realización de la primera audiencia judicial a que fuere citado. Asimismo,
la asumirán siempre que, de conformidad al Código Procesal Penal, falte
abogado defensor, por cualquier causa, en cualquiera etapa del
procedimiento.

Mantendrán la defensa hasta que la asuma el defensor que designe el imputado o


acusado, salvo que éste fuere autorizado por el tribunal para defenderse
personalmente.

Para ser defensor local, se requiere:

1. Ser ciudadano con derecho a sufragio


2. Tener título de abogado.

3. No encontrarse sujeto a alguna de las incapacidades e incompatibilidades


para el ingreso a la administración pública.

Los Beneficiarios de la Defensa Penal Pública:


Son todos los imputados o acusados que carezcan de abogado y requieran de un
defensor. La defensa penal pública será siempre gratuita. Excepcionalmente, la
Defensoría podrá cobrar, total o parcialmente, la defensa que preste a los
beneficiarios que dispongan de recursos para financiarla privadamente. Para estos
efectos considerará, al menos, su nivel de ingreso, capacidad de pago y el
número de personas del grupo familiar que de ellos dependan, en conformidad
con lo que señale el reglamento. Siempre que correspondiere cobrar a algún
beneficiario por la prestación del servicio de la defensa penal, se le deberá
informar de ello en cuanto se dé inicio a las gestiones en su favor, entregándole
copia del arancel existente y de las modalidades de pago del servicio. Para el
caso previsto, la Defensoría deberá elaborar anualmente el arancel de los
servicios que preste.

La Defensoría Regional determinará el monto que el beneficiario deberá pagar


por el servicio, en el momento en que se ponga término a la defensa penal
pública. El imputado o acusado que no se conforme con esa determinación podrá
siempre reclamar al Defensor Regional, y en última instancia, al juez o tribunal que
conozca o hubiere conocido las gestiones relativas al procedimiento, en forma
incidental.

3.5 Intervención de los Defensores en El Nuevo Proceso


Como se ha dicho en los párrafos anteriores la defensoría sólo puede ser ejercida
por abogados, es decir por personas que han estudiado la carrera que les otorga
la licenciatura en Ciencias Jurídicas y que detentan el título otorgado por la Corte
Suprema y no se encuentren suspendidos de su ejercicio.

Los defensores locales asumirán la defensa de los imputados que carezcan de


abogado en la primera actuación del procedimiento dirigido en su contra y, en todo
caso, con anterioridad a la realización de la primera audiencia judicial a que fuere
citado.

Asimismo, la asumirán siempre que, de conformidad al Código Procesal Penal,


falte abogado defensor, por cualquier causa, en cualquiera etapa del
procedimiento.
Estos abogados estarán sujetos, en el cumplimiento de sus deberes, a las
responsabilidades propias del ejercicio de la profesión y, además, a las que se
regulan en esta ley.

Los defensores penales públicos ejercerán su función con transparencia, de


manera de permitir a los defendidos el conocimiento de los derechos que les
confiere esta ley, así como de los procedimientos, contenidos y fundamentos de
las actividades que emprendan en el cumplimiento de sus funciones.

Designado, el defensor penal público no podrá excusarse de asumir la


representación del imputado o acusado.

La Defensoría Regional deberá elaborar una nómina de los abogados que, en


virtud de los procesos de licitación, deberán asumir la defensa penal pública de
los imputados o acusados en la región respectiva. Para estos efectos todos los
abogados se individualizarán con sus propios nombres y, según proceda, se
señalará su pertenencia a una persona jurídica licitada.

Dicha nómina, permanentemente actualizada, será remitida a la o las defensorías


locales, juzgados de garantía, tribunales de juicio oral en lo penal y Cortes de
Apelaciones de la Región.

El imputado o acusado elegirá de la nómina a que se refiere el artículo anterior al


abogado que, estando disponible, asumirá su defensa.

Estarán disponibles los abogados que no alcanzaren el porcentaje total de casos


en que les correspondiere asumir la defensa, en virtud de la licitación.

El abogado disponible que hubiere sido elegido queda designado como defensor
del imputado o acusado.

El imputado o acusado tendrá derecho a solicitar en cualquier momento, con


fundamento plausible, el cambio de su defensor penal público, petición sobre la
cual se pronunciará el Defensor Regional. El reemplazante será designado por el
imputado o acusado.

Se entenderá, por el sólo ministerio de la ley, que el abogado designado tiene


patrocinio y poder suficiente para actuar en favor del beneficiario, en los términos
que señala el inciso primero del artículo 7° del Código de Procedimiento Civil,
debiendo comparecer inmediatamente para entrevistarse con él e iniciar su labor
de defensa.
Leyes Especiales que rigen ambas instituciones

El Ministerio Público: Se encuentra regulado por el Capítulo VII de la


Constitución Política de la República y por la Ley Orgánica Constitucional 19.640.

La Defensoría Penal Pública: Se encuentra regulado por la ley 19.718.

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