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DIVISIÓN DE POSGRADOS
POSGRADO EN ANTROPOLOGÍA SOCIAL
TESIS
QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE
MAESTRO EN ANTROPOLOGÍA SOCIAL
PRESENTA
Ivan Artión Torres Urbina
Mijaíl Bakunin.
Elisée Reclus
“Los anarquistas saben que un largo período de educación debe preceder a todo gran
cambio fundamental en la sociedad”
El viejo anarquista, Piotr Kropotkin, señala que difícilmente puede haber una obra humana
que sea esencialmente individual, pues para que casi cualquier cosa -idea o acción- sea
posible, es necesario el concurso de un esfuerzo colectivo y social, así, para algo tan simple
como, por ejemplo, caminar por un camino, no es posible creer que basta el individuo y sus
ganas de caminar, sino una amplia gama de trabajos, conocimientos, vidas e historias
colectivas que hacen posible la existencia del camino, y aquello que le permite a la persona
caminarlo, enfatizando así que toda obra, por más “simple” e “individual” que pueda parecer,
es posible sólo por el concurso de las fuerzas y conocimientos colectivos que van más allá
del momento histórico contemporáneo y del contexto concreto.
Por su lado, el oso libertario, Mijaíl Bakunin insiste en que el individuo –así como la
Libertad- no puede existir, sino en medida en que es reflejo de los y las demás con quienes
comparte la vida, más allá de la esfera inmediata, señalando que el individuo o mejor dicho,
la persona, sólo es, en medida en que existe colectivamente.
Con todo este embrollo, sólo quiero señalar lo difícil que es redactar la parte “más
fácil” de este trabajo, que es el cómo agradecerle a quienes lo hicieron posible, sin dejar a
nadie fuera, y Kropotkin y Bakunin me vienen a revolver las ideas, haciendo que lo “más
fácil” se vuelva difícil, pues bajo esta lógica, y siguiendo además lo que en este trabajo se
plantea, emerge la enorme dificultad de decir categóricamente “este trabajo es mío, yo lo
hice”.
Este trabajo difícilmente puedo decir que “es mío”, pues no hubiera sido posible sin
el concurso de lo colectivo que rondan la historia, la mía y la que va más allá de mí; y sin
irnos tan lejos como nos insiste el viejo Kropotkin, fue posible gracias a mucha gente que
de una manera u otra participaron, aun sin darse cuenta, en su realización, y desde aquí se
hace obvio que muchas personas tendrían que ir en estas líneas y lo riesgoso de olvidar
algún nombre o mejor dicho de tener que nombrar algunos.
Además es necesario nombrar a Lizeth Alonso, Vania Vélez, María Luisa Espadas,
Vianey Hernández, Alberto Sermeño, Alfredo Zabala, Héctor Velázquez, Leopoldo
Gutiérrez, Miguel Meléndez, Ricardo Vázquez, Rubén Soto, Sergio Valdivia, José Luis
Santillán, Israel Pérez, quienes me compartieron de manera más profunda su historia y su
trabajo, y junto a ellas y ellos, a todas aquellas compañeras con las que me encontré,
platiqué, compartí un refresco, un cigarro, una sonrisa entre la máquinas y el trabajo.
Con el corazón anárquico en la mano, y todo el torpe amor que puedo sentir y ser,
a Barbarita, compañera de amores, de vida, de lucha, de sueños irredentos y de libertades,
con quien intentamos construirnos libres, amorosos, anárquicos y compartidos,
aprendiendo, soñando, siendo, sin ella poco de lo que soy sería posible, por enseñarme la
dignidad y la hermosa anarquía con cada idea, cada beso, cada cariño, cada paso.
Y como en la vida siempre hay otros amores que son parte de uno y sin quienes uno
no puede ser: a Jaimito-Valerito; a Patxón cachetón del corazón; a Wenda Amargatita; Al
Wax; al Werito; a la Cole del cora; a Frijolita Monroy; a mis anarcos y anarcas queridas de
la Biblioteca Social Reconstruir, en y con quienes he logrado encontrar un espacio
irredentamente anárquico en el cual seguir amando y luchando por la libertad: Martha, Tobi,
Kiko, Omar, Cabo, Barbarita, el resto y el restaurant de la bandita con quienes nos
encontramos ahí para compartirnos.
Aún faltan vidas, miradas, cariños, sueños irredentos que también son parte de este
trabajo: a Angélica, por cariño y acompañamiento de años; a Jimenita, por todo, que no es
poco; a la Const, por el encuentro de los pasos, las charlas, las palabras, las historias, las
sonrisas, las ideas revoloteando y estremeciendo a la vida, por los momentos de compartir-
nos, que es la única forma de hacer-nos, de soñar-nos, de reinventar-nos; a Monse, Mateo
y la familia obrera que siempre está presente resguardando en el corazón las raídas
banderas rojinegras; a Ireri, por las charlas siempre agradables, y bueno, a la tropa de
chicas irredentas todas; y a la bandita entre quienes compartimos ideas, risas, miradas.
Por último, porque no pueden faltar: a cada mujer y hombre que ha entregado la
vida y no ha dudado de entregar hasta su muerte en la lucha por la libertad: a los y las
irredentas anarquistas a lo largo de la historia, envueltas en sus bandera negras y
rojinegras, aunque estén hechas jirones, que se empecinan en soñar un mundo libre que
un día podremos construir con nuestras propias manos desnudas, pero también a cada
persona, más allá de las ideologías, que albergan en su mente, en su corazón, en sus
manos, sus pies, y en su acción el sueño de la libertad para construir otro mundo.
Este trabajo no es “mío” sino nuestro, porque mi acción, mi vida, mis ideas y hasta
mis manos y mis pasos, no son, y no podrían ser sin el concurso colectivo de todas y todos
ustedes. Este trabajo no sólo les pertenece por dedicatoria, sino que yo les pertenezco,
aunque eso sea irreductiblemente imposible.
Ivan.
INDICE
I. INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………..5
VII. BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………………241
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
I. INTRODUCCIÓN
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
¿Qué piensan los trabajadores del trabajo? ¿Cómo lo viven? ¿Qué les
significa?, son preguntas que nos podemos hacer para comprender su papel en la
vida social y cultural, desde los sujetos que hacen su vida alrededor de él. Esa es
una de las apuestas de esta investigación.
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Así, a inicios del siglo XXI, en una realidad política y social, en que las luchas
obreras difícilmente triunfan, estos trabajadores se vieron con una fábrica
desvencijada en sus manos. Y con éstas, sus conocimientos y capacidades se
dieron a la tarea de recuperarla físicamente para, en menos de medio año,
comenzar a producir, operando la nueva empresa bajo el modelo cooperativo.
Infinidad de dificultades han tenido que enfrentar para recuperar su trabajo, ahora
como cooperativistas, desde tener que aprender a administrar una empresa;
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Sin embargo, pese a todo esto, lograron, no sólo vencer a una de las
principales transnacionales del ramo llantero, y recuperar la fábrica para levantar un
proyecto propio en el que el trabajo, su administración y organización estuviera en
sus manos, sino que han logrado enfrentar una diversidad de dificultades para
mantener su proyecto en pie.
Han logrado crecer como cooperativa, pasando de los 587 socios fundadores
de TRADOC, incorporando a los nuevos socios y socias por medio de la Sociedad
Cooperativa Producción Empresarial de Profesionistas y Servicios (PROEM),
llegando a ser hasta antes de enero del 2018, alrededor de 1,400 cooperativistas,
quienes operan las áreas productivas, se encargan de diversos servicios internos
como Servicio Médico y Paramédico, Protección Civil, Seguridad, Seguridad
Industrial y la mayor parte de las tareas administrativas, en la cuales trabajan junto
al personal no cooperativista de Cooper Tires & Rubber Company.
Todo esto hace que esta experiencia fuera idónea para realizar esta
investigación, pues venían de una fuerte tradición obrera y sindicalista
independiente que logró derrotar a un monstruo transnacional, para constituir un
caso paradigmático del cooperativismo en México, por su persistencia y crecimiento,
que nos permite conocer un caso de más de 1,000 trabajadores, que además han
logrado proporcionarse uno de los mejores índices de percepciones económicas de
la región.
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Por último, tenemos un capítulo en el que intentaré dar forma a una serie de
reflexiones finales, que esperan no concluir demasiado y apuestan por la
continuidad. En éste, señalaré en un primer momento cómo actúan las memorias
cooperativistas, retomando el término acuñado por Elizabeth Jelin del trabajo de la
memoria en tres sentidos de su acción principalmente: sobre el pasado, en donde
la trabaja en la construcción de sentidos; sobre los sujetos, en donde adquiere una
fuerza formativa; y sobre el presente, en donde toma participación activa sobre la
actualidad cooperativista y su proyección hacia el futuro.
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Por otro lado extraeré una serie de reflexiones sobre una concepción
profunda y antropológica, que nos permita romper, o al menos problematizar la
concepción simplificada y economicista del trabajo, señalándolo cómo una compleja
gama de acción e interacción en cinco sentidos especialmente: entre conocimiento
y práctica, mediado por la experiencia directa; entre sujetos; y entre sus
conocimientos y experiencias; que forman parte de la interacción entre la dimensión
individual y la colectiva del trabajo; así como entre los conocimientos y experiencias
de un mismo sujeto, que nos permite romper con la idea de que trabajar es realizar
una tarea simple, fragmentada y repetitiva.
A partir de esto, señalaré cómo adquiere una importancia profunda para ellas
y ellos, una fuerza y un sentido formativo, identitario y de comunicación, rompiendo
con la idea de que el trabajo es una actividad denigrante, alienante y embrutecedora
que no implica ni permite un crecimiento de quien trabaja. También señalo cómo la
cooperativa fomenta y fortalece una concepción colectiva del trabajo, que el
capitalismo soterra constantemente; y cómo las prácticas cooperativistas adquieren
una fuerza performativa que actúa sobre sus sujetos; así como la importancia que
adquieren las metis trabajadoras, para cerrar con unas reflexiones sobre las
contradicciones que habitan en la cooperativa y cómo se ensamblan sus opuestos,
y la importancia de mantener un enfoque abierto que nos permita acercarnos a
comprender desde lo concreto cómo la vida social va tomando forma.
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Sonriendo y trabajando
En este capítulo intentaré señalar un marco teórico-conceptual que nos sea útil para
observar –desde la antropología- el trabajo como ámbito de vida, relaciones,
significados, prácticas y configuraciones de sujetos, a partir de diferentes
propuestas y conceptos que son útiles para asomarnos a este ámbito y a sus sujetos
desde un enfoque antropológico, y enriquecer el marco referente a las culturas del
trabajo en general, y en especial en lo respectivo a esta investigación en torno a
trabajadores y trabajadoras cooperativistas.
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“Se traduce en algo más que tirar a la basura bienes producidos (…) significa
también ser capaz de desechar valores, estilos de vida, relaciones estables, apego
por las cosas, edificios, gente y formas de hacer y de ser tradicionales” (Ibíd.; 316).
1
Este proceso no fue armónico, su implementación sobre la clase obrera fue una combinación de represiones
que obligaron a los sectores obreros combativos a amoldarse al modelo económico-productivo, y de
cooptación, mediante prebendas, de sindicatos para que cooperaran, lo que generó un debilitamiento de los
sectores combativos. De igual manera la aceptación de exigencias obreras por parte de la burguesía y del
Estado fueron resultado de fuertes presiones.
2
Esta “derrota” es en términos generales, no implica que el movimiento y la resistencia obrera hayan
desaparecido. Podemos plantear que el movimiento obrero combativo sufrió una fuerte derrota que lo llevó
a perder fuerza ante la preponderancia de sindicatos cooperantes.
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Es necesario señalar que el Estado del bienestar, aunque comúnmente se asume que es llamado así por
ciertos objetivos sociales que reivindicó, en realidad, me parece que, debemos concebirlo por el objetivo de
lograr un bienestar para el capitalismo mediante las políticas económicas, productivas y sociales que le
permitieron estabilizarse y desarrollarse a nivel mundial.
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Esta es un giro en las políticas económicas nacionales de los países periféricos para cambiar su modelo
industrial, pasando de la exportación de materias primas e insumos, y la importación de medios de
producción, hacia una industrialización para generar propios medios de producción.
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El ejército industrial de reserva es la población desempleada en busca de un puesto laboral, lo que genera
que aumente la demanda por trabajo y la competitividad por mantenerlo o lograrlo, con esto el capital puede
reducir los salarios.
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Principalmente mujeres, jóvenes, indígenas, migrantes.
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Llegó a ser común utilizar el término toyotismo para referirse al nuevo modelo
productivo adoptado7, sin embargo es necesario aclarar que éste es sólo uno de los
modelos de producción flexibles. Enrique de la Garza (1993) aclara que existe una
diversidad de éstos, que tienen como común denominador su tendencia hacia la
flexibilización de la organización del trabajo; procesos productivos; uso y
contratación de la fuerza de trabajo; uso de nuevas tecnologías. En este sentido la
caracterización del nuevo modelo es la flexibilidad, incluso en los modelos
productivos que implementa (De la Garza, 1993, Sotelo, 2003).
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Se le nombra toyotismo al modelo de organización del trabajo implementado en las fábricas Toyota.
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quien acuñó el término culturas del trabajo (Ibarra, 2011; 34). En la década de 1990
estas investigaciones centrarían su atención en la diversidad de factores
económicos, sociales, políticos y culturales, así como en las trayectorias biográficas-
laborales en relación a la identidad étnica, el género, la edad, las tradiciones
organizativas, etc., en la conformación no de una Cultura Obrera, sino de una
diversidad de culturas laborales o del trabajo en relación a cada contexto específico
(Guadarrama, 2000).
Este autor señala que la cultura del trabajo es “la generación, actualización y
transformación de formas simbólicas en la actividad laboral”, en la cual es
importante observar “tanto la influencia que tiene la acción simbólica sobre el
proceso productivo, como el papel del trabajo en la formación de la cultura”
(Reygadas, 2002b; 20)
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Reygadas entiende por trabajo el proceso mediante el cual se transforman las materias primas en un
producto, a partir de un esfuerzo humano (2002; 103).
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Para poder atender esta interacción entre lo material (el trabajo) y lo simbólico
(la cultura), propone el concepto de eficacia simbólica del trabajo, a partir del cual
plantea observar el impacto que tienen las transformaciones productivas en los
sujetos individuales y colectivos, en su construcción de significados. Señala que los
sujetos exportan representaciones, concepciones y prácticas desde lo laboral hacia
los demás ámbitos de su vida, experimentando una creación simbólica desde el
trabajo. Al trabajar se piensa, se generan concepciones, actitudes, valores,
prácticas a partir de las cuales se concibe el propio trabajador y concibe a los
diferentes sujetos con los que interactúa así como a las prácticas inmersas en la
interacción; es decir, se configuran significados y prácticas que se emplean en el
trabajo y más allá de éste (Ibíd.; 106-110).
Por el otro lado señala el concepto de la eficacia laboral de la cultura, a partir
del cual plantea observar la influencia de las maneras de percibir, sentir, valorar, de
los significados y prácticas desde lo no laboral hacia el ámbito del trabajo, es decir
cómo lo simbólico influye en el proceso material, cómo repercuten las costumbres,
valores y significados culturales en la actividad laboral.
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descritos como acciones moleculares que, poco a poco, hacen sentir su efecto
sobre la realidad material” (Ibíd.; 110).
Los sujetos llegan al trabajo con una carga simbólica que afecta directamente
su dinámica en la actividad y relaciones laborales, estos significados no son
exclusivamente referentes a lo laboral, sino que incluyen otras concepciones
respecto ámbitos más amplios. Así, la cultura del trabajo es el resultado de la
intersección entre estas dos dimensiones con sus tensiones, desfases,
correspondencias y diferentes configuraciones de significados.
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Otros trabajadores como uno, es decir sus “iguales”, pertenecientes a su misma actividad, estatus: obreros
con obreros, empleados con empleados, etc.
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Otros trabajadores diferentes a uno, es decir sus “no iguales”, pertenecientes a otra actividad o estatus:
obreros con empleados, con gerentes o con patrones, etc.
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“Esta tercera vertiente del concepto de cultura del trabajo apunta hacia la creación
de otro campo de análisis: el de la interacción en el proceso de trabajo que, a su
vez se inserta dentro del conjunto de la estructura global de las relaciones de poder
entre los actores en la producción. Así, la relación entre lo material y lo expresivo
en el trabajo se encuentra mediada por la dimensión del poder (…) La eficacia
simbólica del trabajo y la eficacia laboral de la cultura dependen de las relaciones
de poder que se establecen entre los actores productivos” (Ibíd.; 117).
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poder y sus expresiones (Ibíd.; 99), lo cual nos habla de la relación del trabajador
con el proceso y el producto del trabajo (Ibíd.; 102)
A partir de este marco teórico contamos con un eje con el cual relacionar
otras concepciones teóricas, que si bien pueden estar señaladas en la propuesta
de Reygadas, podemos encontrarlas más desarrolladas con otros autores y que
pueden servirnos para complementar este enfoque.
Al momento de observar las culturas del trabajo será importante atender cómo se
configuran las identidades colectivas –en este caso de los trabajadores-, para lo
cual me parece importante retomar los planteamientos de Alberto Melucci (1999)
que nos permitirán tener un enfoque para comprenderlas como -siguiendo a
Melucci- procesos anclados a la acción colectiva.
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“a) basada en la solidaridad, b) que desarrolla un conflicto y c) que rompe los límites
del sistema en que ocurre la acción” (Ibíd.).
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Y en ella, por sobre las otras dos dimensiones, la de la solidaridad debe estar
contenida, entendiéndola como la “capacidad de los actores de reconocerse a sí
mismos y de ser reconocidos como miembros del mismo sistema de relaciones
sociales” (Ibíd.; 41).
Es importante considerar que la identidad es un proceso que enmarca
relaciones y se produce a partir de éstas, y está en constante producción y
negociación con una complejidad interna y con relaciones hacia el exterior que
entrelaza tres dimensiones.
“La identidad colectiva como proceso enlaza tres dimensiones fundamentales que
distingo analíticamente, aunque en la realidad se entretejen: 1) Formulación de las
estructuras cognoscitivas relativas a los fines, medios y ámbito de la acción; 2)
activación de las relaciones entre los actores, quienes interactúan, se comunican,
negocian y adoptan decisiones, y 3) realización de inversiones emocionales que
permiten a los individuos reconocerse” (Ibíd.; 55).
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Este concepto nos habla de una serie de imperativos sociales que interpelan
a los sujetos de acuerdo al contexto social en el que se desenvuelven y que los
llevan a reproducir formas de conducta y comportamiento (Ibíd.; 24)
Yúcide propone la noción de performatividad “entendida más allá de la
instrumentalidad, como el modo en que se practica cada vez más lo social” (Ibíd.;43)
para comprender los procesos por medio de los cuales se constituyen “identidades
y entidades de la realidad social por reiteradas aproximaciones a los modelos (esto
es, a la normativa)” (Ibíd.; 46). Con esto, nos da un enfoque que nos permite
entender cómo las prácticas, comportamientos, actitudes y acciones reiterativas en
un conjunto social interpelan a los sujetos y se vuelven elementos que forman parte
de las identidades y de los grupos.
Bajo este enfoque es necesario tener en cuenta que los sujetos y el conjunto
social en el que interactúan, están interconectados por estas fuerzas performativas
que permiten la constitución y singularidad de los sujetos y la ordenación social,
además nos señala que tanto individuos como sociedades son campos de fuerza,
en los cuales –siguiendo a Judith Butler- se genera tención de la cual se deriva no
sólo el actuar interpelado por el grupo y sino la posibilidad de oponerse a esto.
“El sujeto y la sociedad se hallan conectados por fuerzas performativas que operan,
por un lado, para «refrenar» o hacer converger las muchas diferencias o
interpelaciones que constituyen y singularizan al sujeto, y por otro, para rearticular
la ordenación más amplia de lo social. Tanto los individuos como las sociedades son
campos de fuerza que constelan la multiplicidad. Según Butler, la tensión entre estas
fuerzas o «leyes» permite a los individuos-en-cuanto-constelaciones cambiar y no
conformarse a las circunstancias.” (Ibíd.; 47).
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“Se obliga a los sujetos no solo a actuar, sino a imaginar su acción dentro de una
estructura <<fantasizada>> (…) cuyos soporte son los contextos institucionales de
todo tipo, puede obligarnos a ocupar una posición normativa, aunque criticable (…)
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Esta fuerza performativa se hace parte de las identidades, los roles sociales,
de las formas de entablar relaciones y de las concepciones alrededor de todo esto,
por medio de la fuerza que ejerce y las formas en las que nos interpela, y que entra
en juego con otras, por lo que se vuelve en una fuerza importante para la
configuración de los sujetos, sus formas de actuar y sus concepciones, pues nos
dice Yúdice “me refiero pues a este encuadre de interpretación mediante el cual se
encauza la significación del discurso y de los actos” (ibíd.; 81) y –siguiendo a Butler-
las señala como acciones que son movilizadas tanto por las normas sociales que
tiene efectos materiales a partir de la reiteración de éstas, y que son parte de lo que
configura a los sujetos.
Tener en cuenta a la fuerza performativa, nos proporciona un ancla que nos
llama poner atención a las prácticas cotidianas –en este caso- alrededor del trabajo,
que también se inscriben y forman parte de lo que constituyen los procesos
identitarios, así como los significados alrededor de ser trabajador en un contexto
específico. El marco de las culturas del trabajo nos llama a atención justamente a la
intersección de lo material y lo simbólico y dentro de lo material debemos atender
no sólo a los actos de la producción, sino a una serie de comportamientos, formas
de interactuar y accionar.
En este sentido este concepto nos permitiría observar cómo el grupo –o los
grupos- a los que pertenece el sujeto, sus normativas, instituciones o formas
instituidas van ejerciendo una fuerza que entra en juego en la configuración, no sólo
sobre sus actos, sino sobre su relaciones, comportamientos y concepciones, por lo
que toman relevancia en su cultura del trabajo. Además, también entraría en juego
con sus procesos identitarios, tanto en lo individual como en lo colectivo.
Es necesario tener consideración sobre el hecho de que los sujetos no
forman parte de un exclusivo grupo social, sino –en diferentes escalas- de una
diversidad de éstos, que también tienen su propia fuerza performativa, por lo que la
interacción entre éstas se vuelve un campo en el que unas y otras se encuentran,
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Traducción de todas las citas extraídas del texto de Scott (1998) es mía.
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“La lógica que anima el proyecto, sin embargo, es de control y apropiación del
conocimiento local, porque está disperso y es relativamente autónomo, es casi
inadmisible. La reducción o, más aún utópico, la eliminación de metis y el control
local que conlleva son precondiciones, en el caso del estado, el orden administrativo
y la apropiación fiscal y, en el caso de la gran empresa capitalista, de la disciplina y
el beneficio del trabajador” (Ibíd.; 335-336)
“Bajo la gestión científica... los gerentes asumen... la carga de reunir todos los
conocimientos tradicionales que en el pasado habían sido poseídos por los obreros
y luego de clasificar, tabular y reducir este conocimiento a reglas, leyes, fórmulas...
Por lo tanto, toda la planificación que bajo el antiguo sistema fue hecho por los
trabajadores, necesariamente bajo el nuevo sistema paso a ser hecho por la
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Retomar este concepto-práctica nos será útil para tener en cuenta un foco de
atención dirigido a aquellas habilidades y conocimientos prácticos como elemento
de la cultura del trabajo. Estás metis no sólo nos hablarán de experiencia y
conocimientos prácticos, sino que –asumo- serán parte importante del repertorio de
elementos a partir de los cuales los trabajadores se reafirman como sujetos
creativos y capaces.
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Bajo estos supuestos, las asumo como un elemento que forma parte de la
cultura del trabajo, pues generaran conocimientos que sí bien son individualizados,
requieren de una comunidad de interés, que serán significados e incorporados como
elementos identitarios –individuales y colectivos- frente a una lógica laboral que
constantemente busca despojarlos de sus capacidades y creatividades y con esto,
de su valor como sujetos.
Me parece necesario incluir las metis en el análisis de las culturas del trabajo,
en medida en que son habilidades generadas en la interacción laboral cotidiana que
están cargadas de conocimientos situados que sólo pueden ser aprendidos
mediante la práctica y la experiencia, inmersas en una comunidad y un contexto
concreto. Además, bien señala Scott (1998) no sólo se refieren a actividades físicas,
sino también con habilidades que permean las interacciones sociales entre los
sujetos.
3. La importancia del pasado en el presente
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El tortuguismo laboral es una práctica común de sabotaje sobre la producción, que puede ser ejercido de
manera individual o colectiva frente a un descontento laboral, pudiendo ser parte de procesos de resistencia
organizada pero no frontal o una expresión de bajo perfil.
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Cooperativista en acción
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Le Goff señala que no sólo hace referencia al pasado, sino que “apunta a
salvar el pasado sólo para servir al presente y al futuro” (Ibíd.; 183), lo que nos indica
la afirmación de que no se le puede considerar como un recuerdo, sino de cómo
éstos son utilizados, concebidos, manipulados, significados para actuar sobre el
presente y más aún, sobre un futuro.
Por su parte Elizabet Jelin (2002) señala que es imposible encontrar una
única memoria, aun cuando una pueda presentarse como hegemónica, en cuyo
caso es necesario tener claro que los “libretos únicos” cuentan la versión de los
vencedores y que siempre hay otras interpretaciones, por lo que es necesario hablar
de memorias, lo que nos lleva a entenderla como un campo de lucha política activa
(Ibíd.; 5-6), siendo una acción que adquiere un sentido altamente significativo pues
es un mecanismo para afirmar la pertenencia y permite construir sentimientos de
autovaloración colectiva e individual (Ibíd.; 9), lo cual nos señala su carácter político.
La acción de la memoria, señala Jelin, es “el sentido del pasado en el
presente, y en función del futuro deseado” (Ibíd.; 12), lo que nos habla de su
complejidad, pues no es simplemente “lo pasado”, sino cómo algo de ese pasado
es traído y significado en el presente y entra en juego con una expectativa de futuro,
por lo que rompe con la linealidad del tiempo y se construye en una complejidad de
subjetividades, pues se construye en el presente.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Así, son procesos tanto individuales como colectivos en las que se relacionan
estrechamente el sujeto y su grupo, junto con concepciones, valores, significados y
prácticas, en donde las memorias individuales habitan o se posibilitan en los marcos
culturales del grupo, es decir “están inmersos en narrativas colectivas” (Ibíd.; 21),
en marcos históricos y culturales cambiantes, por lo que es necesario concebirla
más como una reconstrucción que cómo un recuerdo (Ibíd.).
Por otra parte, cuando habla de las memorias colectivas señala que éstas se
pueden entender como sentidos compartidos y producidos a partir de la interacción
en un contexto social y político específico, en el que se entretejen tradiciones y
memorias individuales que entablan diálogos.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
"Esta relación de mutua constitución implica un vaivén para fijar ciertos parámetros
de identidad (nacional, de género, política o de otro tipo), el sujeto selecciona ciertos
hitos, ciertas memorias que lo ponen en relación con <<otros>>. Estos parámetros,
que implican al mismo tiempo resaltar algunos rasgos de identificación grupal con
algunos y de diferenciación con <<otros>> para definir los límites de la identidad, se
convierten en marcos sociales para encuadrar las memorias. Algunos de estos hitos
se tornan, para el sujeto individual o colectivo, en elementos <<invariantes> o fijos,
alrededor de los cuales se organizan las memorias" (Ibíd.; 25).
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Es necesario entender que las memorias son diversas e interactúan, que son
tanto individuales como colectivas, que tienen un carácter político, en el sentido de
la búsqueda de sentido del pasado que es disputado tanto dentro de un mismo
grupo, como en grupos más amplios; como un proceso que se construye y re-
configura a partir de las subjetividades y la interacción de éstas, lo que nos será útil
al relacionarlo con la cultura del trabajo, por un lado en cuanto a su relación con los
procesos identitarios de los trabajadores; y por el otro, en relación a la subcultura
de resistencia (Scott, 2000) y cómo ésta se hace presente.
Será importante observar cómo estas memorias se hacen parte de los
significados, prácticas, concepciones, valores, expectativas, etc., que configuran la
subcultura de resistencia y cómo ambas entran en juego en los procesos de
construcción de la acción y la identidad colectiva y de la cultura del trabajo.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Para poder tener una vista completa es necesario observar ambos14, pues
en el primero se expresa cómo el poder/dominación se hace presente, y se concibe
a sí mismo y a la sociedad, mientras en el otro se muestran las aspiraciones,
utopías, la necesidad y las prácticas para negar-enfrentar la dominación. El discurso
público adopta formas establecidas por los dominantes, es una escena donde quien
ejerce la dominación tiene el control, mientras que el discurso oculto se construye
en espacios lejos de la mirada del otro (Ibíd.; 28).
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James C. Scott cuando habla de “discursos” (público y oculto), refiriéndose a prácticas discursivas,
expresiones, lingüísticas, gestuales, culturales, así como a una serie de acciones referentes o frente a la
relación de dominación.
14
Scott hace énfasis en no concebir el discurso público como falso y el oculto como verdadero, planteando
que es más complejo: el público son puestas en escena que reafirman la relación de dominación, mientras
que el oculto muestra como los subordinados conciben y viven la relación de dominación.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
mirada del dominante, por lo que tiene espacios, formas expresivas y un público,
adquiriendo un carácter colectivo con expresiones individuales (Ibíd.; 144-145).
En éstos podemos encontrar expresiones de rebelión velada o simbólica,
donde se niega o rechaza la dominación, que Scott señala como una
contraideología que normativiza sus prácticas, donde la solidaridad es importante
entre los sujetos y requiere de complicidad, de espacios sociales autónomos del
poder, donde se posibilitan la construcción de estas negaciones y la formulación
de patrones en los que se expresa de forma definida la cólera, en un proceso de
comunicación que posibilita la creación de una subcultura de la resistencia.
“La cólera, la humillación y las fantasías son, siempre, experiencias que se realizan
dentro de un marco cultural creado en parte por la comunicación marginal entre los
subordinados. En este sentido, probablemente no exista nada como una cólera,
humillación o fantasía completamente cruda. Incluso cuando no se comunican con
nadie, todas ellas están determinadas de antemano por la historia cultural de las
experiencias individuales. La idea fundamental es que una subcultura de la
resistencia o una contracostumbre es forzosamente un producto de la solidaridad
entre subordinados” (Ibíd.; 148).
Los dominados ejercen una vigilancia sobre estos espacios en los que se expresa
y florece su discurso oculto, pues en ellos se va construyendo a nivel colectivo, de
acuerdo al propio contexto, tomando diferentes formas en el lenguaje, gestos,
discursos, prácticas y significados que son excluidos del discurso público, creando
una subcultura de la resistencia que se opone a la dominación (Ibíd.; 53).
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
sustrato cultural que permite que las resistencias, sus prácticas, significados y
formas se legitimen entre los dominados.
Entre los trabajadores, al estar insertos en relaciones de dominación, está
será significada en la construcción del agravio y las formas de resistencia abierta
estarán en relación con esta subcultura de la resistencia y la infrapolítica de los
subordinados, la cual se hará parte de los significados y prácticas en torno al trabajo,
de las formas de interactuar entre ellos y con los otros sujetos laborales, de sus
concepciones de ellos mismos, de sus compañeros y también serán parte de sus
memorias e identidades tanto individuales como colectivas.
No perder esto de vista, nos permitirá entenderlo como uno de los elementos
que configuran al sujeto trabajador, sus identidades –individuales y colectivas- y sus
memorias, y también entrará en relación con sus metis y las prácticas y significados
alrededor de éstas, haciendo que tome relevancia en relación a la configuración de
su cultura del trabajo.
4. El ensamble, opuestos que se acomodan
15
La traducción de los textos de Ong (2006) y de Collier y Ong (2005) es mía.
16
Assemblage, que se puede traducir como ensamblaje o ensamble.
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Aihwa Ong, junto con Stephen Collier (Collier y Ong, 2005), insisten en
reflexionar los ensambles para abordar los fenómenos sociales y culturales, y
comprender cómo se articulan en situaciones específicas de ensamblaje, y
examinar sus elementos heterogéneos, permitiéndonos una orientación analítica
sobre lo maleable, específico e histórico de las formas de vida.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
opuesto y su acomodo, sin que esto signifique eliminar las fricciones y tensiones en
torno a esto.
Trabajando y concentrado
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Por otro lado, se le llega a concebir como una condena y un castigo (Chirinos,
2009), noción derivada de la tradición judeo-cristiana común en la Europa medieval,
en donde se relaciona estas actividades con el tripallium18, del cual se deriva el
término trabajo (Rieznik, 2001). Sin embargo, aun en la edad media comenzó a
darse un giro que fue alejándose de éstas, y emergió un enfoque positivo,
expresado en el término laboriosidad, ligado nociones protestantes, que marcan el
inicio de lo que se ha llamado la edad moderna. Esta concepción activa y positiva
fue retomada por pensadores como Adam Smith y es propia del capitalismo, que lo
liga a su carácter productivo (Chirinos, 2009).
17
Pablo Rieznik hace uso del término “hombre” para referirse al genérico humano, sin embargo en pos de
eliminar el uso de este término que pretende postular al masculino como el representante del género
humano, lo sustituiré por el término “humano”.
18
El tripallium era un instrumento con tres puntas con el que se herraba a los caballos y era usado como un
instrumento para “tripaliare” que significa torturar.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Karl Marx lo define como una relación entre el ser humano y la naturaleza,
una actividad propia del ser humano mediante la cual transforma su entorno a partir
de la acción de sus fuerzas para apropiarse de las materias y darles forma útil para
su vida, mediante lo cual se transforma a sí mismo (Rieznik, 2001), es decir, que lo
plantea cómo una actividad constituyente del ser humano y de la historia, cuya
alienación convierte al trabajador en una mercancía (Chirinos, 2009).
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Este giro ha sido señalado por David Harvey (2004) como hacia la flexibilidad,
que ya hemos señalado en este capítulo, por lo que sólo diremos que ésta, más que
un modelo laboral o económico, hace mención de una lógica específica que se va
imponiendo de acuerdo a cada contexto, siendo un factor en diversas
19
Es necesario no perder de vista el paralelismo temporal del proceso capitalista, en relación al del Estado
moderno.
55
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
A partir de estos datos, parece lógico hablar del “fin del trabajo”, sin embargo
no podemos olvidar, que por ejemplo, el 27% de la población mexicana empleada,
implica hablar de alrededor de 15 millones de personas. A demás hemos insistido
en la necesidad de no pensar el trabajo estrictamente desde lo económico, sino
abordarlo desde nuestra especificidad disciplinaria.
20
Organización Internacional del Trabajo. Modelos Estimados Noviembre 2016. Empleo por Sector.
22
Organización Internacional del Trabajo. Estimación Modelada por país 2017.
23
Banco Mundial, aportación de la industria al PIB, a nivel mundial y por país.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Por último, señalaré algunas cuestiones que nos ayudarían a tener un mejor
panorama de lo que ha ocurrido con las transformaciones globales y sus
implicaciones locales, si intentamos sostener que el trabajo productivo está
perdiendo –o no- su importancia en la generación de capitales.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Pablo Reizkin, intenta construir desde una posición marxista, una definición
antropológica del trabajo que vaya más allá de la postulada por el capitalismo y de
su carácter productivo, señalándolo como “la posibilidad del hombre de adecuar
especialmente el entorno a sus necesidades es, en definitiva la condición misma de
su supervivencia” (Rieznik, 2001; 1)24.
Su definición amplia, lo señala como las actividades mediante las que el ser
humano adecúa su entorno en relación a su sobrevivencia –que en el capitalismo
adquiere una dimensión económica-monetaria-. Insiste en definirlo antropológica e
históricamente, y retoma a Marx para entenderlo como una actividad propia del ser
humano en relación a la naturaleza, mediante la cual, transforma su entorno y a sí
mismo mediante sus fuerzas para apropiarse de las materias y darles una forma útil
para su vida, en la que participa su imaginación y creatividad para proyectar un
resultado esperado, que lo relaciona con el pensamiento simbólico (Ibíd.; 8-12).
Por su parte, María Pía Chirinos (2009) intenta hacer lo propio, señalándolo
como una respuesta del ser humano a sus necesidades, más allá del instinto y de
lo material, sino que busca también un bienestar ético y espiritual, insistiendo en
entender al trabajador no como un sujeto aislado, sino en relaciones vivas,
24
La referencia al paginado del texto Rieznik (2001), al ser una reedición digital se marca del 1 al 21,
correspondiente al numerado no de la revista, sino del artículo en formato PDF.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“La actividad que lleva a cabo el hombre o la mujer, con la participación de sus
facultades y potencias intelectuales y corporales, para alcanzar en primer lugar
aunque no exclusivamente unos bienes internos –conocimientos prácticos, teóricos,
habilidades, experiencia, etc.-, y contribuir a la mejora de las distintas dimensiones
de la vida humana” (Ibíd.; 19).
Esta actividad refleja una dimensión social pues “se aprende dentro de una
comunidad, se realiza en servicio de los demás y contribuye al enriquecimiento de
las tradiciones y culturas dentro de las que se desarrolla” (Ibíd.), y está en relación
directa con la dimensión moral del ser humano y su perfeccionamiento ya que “el
trabajador mejora en su trabajo y también en cuanto hombre cuando posee
25
Los bienes externos los se señala como “auténticos bienes” –materiales o no- que no están relacionados con
la actividad que uno realiza y que se hacen individuales, tales como: dinero, productos, honor, poder; mientras
que los bienes internos no son bienes individuales sino sociales, tales como: conocimientos teóricos o prácticos
y capacidades adquiridas que no pueden pertenecer a un individuo, sino que se comparten socialmente
(Chirinos, 2009; 14-15)
62
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Chirinos nos señala que esta relación intrínseca entre trabajo y vida moral no
debe confundirse con una relación entre trabajo y virtud.
“La relación entre trabajo y vida moral es intrínseca y necesaria. La relación entre
trabajo y virtud, en cambio, no, ya que cabe también que el trabajo induzca vicios.
La perversión del trabajo y del trabajador no es una quimera: se da por ejemplo
cuando se buscan sólo bienes externos como el poder, el honor, el dinero. En un
caso como en el otro, el trabajo puede ser un cauce para la realización de todo ser
humano como persona o también para su perversión” (Ibíd.).
Chirinos (2009 y 2011) apuesta por construir una noción más allá de la
oposición entre las nociones aristotélicas y tomistas26, que oponen la esencia de lo
humano con el realizar actividades dirigidas a resolver las necesidades inmediatas
humanas, en las que lo intelectual es considerado superior, de donde se deriva el
menosprecio –aún presente- del trabajo manual (Chirinos, 2011; 207).
26
Es decir, las concepciones presentes en la filosofía de Aristóteles y Santo Tomas y sus neo versiones.
27
Al respecto de si en el sector servicios se produce o no, me parece que de manera superficial, podemos
señalar que si bien, puede no hacerlo físicamente, sí se producen productos –y mercancías- aun cuando estas
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
6. Para cerrar
A partir este recorrido podemos acercarnos un marco teórico y conceptual que nos
permita pensar al trabajo más allá de lo económico y productivo, y desde la
especificidad antropológica, para intentar aproximarnos a una definición amplia
desde donde comprenderlo en sus propios contextos.
Este acercamiento nos será útil para comprenderlo más allá de la noción
simplificada y economicista, como una actividad en la que el ser humano actúa e
interactúa contantemente con otros sujetos, con su entorno y consigo mismo, en
busca de satisfacer las necesidades que socialmente requiere para sobrevivir, en la
que genera y acumula conocimientos que son parte de lo que le configura y que
está envuelta en una importante dimensión colectiva.
sean intangibles, que además sí generan capital que en última instancia es lo que le interesa producir al
capitalismo.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Por otra parte, tendrá que tomar en cuenta cómo las memorias y su trabajo,
actúan sobre los sujetos y su presente, para observar su relación con los sentidos
identitarios individuales y colectivos, con sus formas de actuar e interactuar, que
nos permita acercarnos a comprender cómo lo viven y realizan y se piensan a sí
mismos, a su trabajo, a sus compañeros, a otros sujetos con los que interactúan,
sin olvidar el carácter político de la memoria. Y en este sentido tendrá que observar
cómo la subcultura de la resistencia toma parte en este sentido.
A partir de todo esto podemos tener un marco que nos sea útil para observar
e intentar comprender la realidad concreta del trabajo, su importancia, sus sujetos,
más allá de lo estrictamente económico y de concepciones simplificadas que nos lo
presentan cómo actividades simples, fragmentadas, repetitivas, denigrantes y
alienantes, para intentar comprenderlo más allá y a pesar del capitalismo, sin dejar
de lado lo que éste le imprime mediante sus lógicas y dinámicas; y también más allá
de su carácter productivo, que nos permita acercarnos a otros ámbitos laborales
diversos.
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1. Orígenes y fundamentos
28
Es importante entender que aquí hablamos de socialismo en su más amplia concepción, dentro del cual se
desarrollan diferentes concepciones y práctica específicas, que pueden ir desde el primer socialismo, el
libertario o anarquista, el marxista o estatal con sus vertientes electoral o revolucionaria, el cristiano, por
mencionar los más conocidos.
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pretenden solucionar los problemas de la convivencia humana” (Ibíd.; 21) cuyo fin
“es hacer imposible la explotación del hombre por el hombre” mediante la
socialización de los medios de producción (Ibíd.; 22).
Bajo esta idea base es que se han ido desarrollando las diferentes corrientes
socialistas, cada una con definiciones propias. El cooperativismo –nos dice el autor-
aunque tiene su origen en relación a las ideas socialistas, no podemos entenderlo
como esencialmente socialista, pues hay concepciones cuyo objetivo puede ser
simplemente mejorar las condiciones de la vida social, y también hay concepciones
que mantienen en su centro la idea socialista en términos generales o están
vinculadas directamente a concepciones concretas de este pensamiento (Ibíd.; 187-
198).
Ellos han sido conocidos como parte de lo que el marxismo llamó socialismo
utópico, resaltando su carácter “no científico” y “no realizable”; sin embargo, el
anarquista Rudolf Rocker los cataloga dentro del socialismo constructivo o
experimental (Rocker, 1982), en referencia a sus puestas en práctica. Estos tres
pensadores y los grupos formados en torno a ellos y sus ideas, fueron participes de
las primeras ideas y experiencias que comenzaron el derrotero socialista y
cooperativista.
29
La influencia más conocía es la que ejerció en su discípulo Auguste Comte y su sociología.
30
La clase de los ociosos y la de los industriales
69
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Otro pensador, también francés, aunque con posiciones muy dispares a las
de Saint-Simon y sus discípulos (Ibíd.; 69), sería Charles Fourier y quienes se
acercaron a sus ideas, quienes insistieron que la transformación social debería estar
basada en la cooperación, por lo que pusieron en práctica un modelo de
comunidades amplias organizadas cooperativamente en lo referente a la producción
–agrícola e industrial-, vivienda, alimentación, educación, regidas mediante
asambleas democráticas, a las que Fourier llamó falansterios (Rama, 1976; 47-48),
los cuales fueron puestos en práctica en diferentes experiencias desde 1830, siendo
una importante influencia del cooperativismo, además, de entre estos grupos
surgieron pensadores que ejercieron influencia en las ideas socialistas como Víctor
Considerant, cuyo Manifiesto de la Democracia Pacífica se reconoce como la base
del Manifiesto del Partido Comunista -que años más tarde escribieron Marx y
Engels- y a la par también ejerció influencia en el socialismo anarquista (Ibíd.; 50-
51).
31
La fábrica no era organizada bajo el esquema cooperativo, pero sí implementó un modelo en el que gran
parte de las ganancias de los propietarios eran redistribuidos entre los obreros mediante una serie de
derechos sociales.
70
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32
Cada trabajador llevaba su producto y declaraba el tiempo invertido de trabajo y recibía un bono
intercambiable por productos equivalentes en tiempo de trabajo
71
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Por otro lado encontramos una concepción de cooperativismo socialista que tiene
por objetivo “desaparecer la explotación del hombre por el hombre” (Rama, 1976;
188) mediante la transformación paulatina y no violenta de la sociedad, rechazando
la intervención del Estado o postulando su desaparición, y rechazando la injerencia
de otros movimientos socialistas en su seno.
Por último una tercer concepción del cooperativismo es aquella que mantiene
estrecha relación con diversas ideas y programas socialistas, en la que el
cooperativismo “es una formula provisional para mejorar la condición del pueblo y a
la vez un organismo de la futura sociedad” (Ibíd.), dentro de la cual encontramos las
concepciones cooperativistas marxistas, anarquistas, socialistas cristianas, etc.
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33
Conformarse formalmente como una sociedad cooperativa tiene implicaciones no sólo jurídicas, sino
económicas, que forman parte de los obstáculos que las pequeñas cooperativas encuentran para sobrevivir,
ante una serie de disposiciones legales, así como atribuciones hacendarias que pueden poner en riesgo su
viabilidad económica. Por esto, es cada vez más común encontrar proyectos cooperativos, de producción,
consumo, servicios, comercio, tanto en las grandes ciudades, como en el mundo campesino que deciden no
formalizarse jurídicamente como cooperativa, pero sí organizarse y funcionar como tales.
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obrero y socialista, manteniendo una importante lejanía del Estado y sus aparatos
gubernamentales y políticos. El proyecto cooperativista llegó a México en tiempos
tempranos y se dieron experiencias incluso antes de adoptar el término
“cooperativa”, como el caso de la Caja de Ahorros fundada por trabajadores que
alcanzan a ser influidos por las primeras experiencias europeas, en 1839 en Orizaba
(Izquierdo, 2009). Aunque estos casos son marginales es importante observar que
se desarrollan prácticamente en la misma época en que se están desarrollando en
Francia o Inglaterra.
34
Rhodakanaty llegó a México en 1861 con la idea de poner en práctica los falansterios y formó entre 1861 y
1863 el Grupo de Estudiantes Socialistas que se transformó en la primera organización socialista que tuvo por
nombre La Social, que se adscribiría al ala libertaria del socialismo y al anarquismo.
Este grupo fue protagonista de primera línea de lucha social prácticamente por el resto del siglo XIX, tanto en
ámbitos artesanos, obreros y campesinos. Participaron activamente en: la rearticulación de Sociedades
Mutualistas como Sociedades de Resistencia; las primeras huelgas y victorias obreras; las insurrecciones
campesinas 1868-1880 que se extendieron por el valle de México, Puebla y Morelos y llegaron a Hidalgo,
Querétaro y Veracruz; la configuración del agrarismo campesino insurreccional; la organización de los Grandes
Círculos Obreros y del Congreso Obrero de 1876; las pugnas por mantener la autonomía obrera frente al
gobierno; los principales periódicos obreros y socialistas; la organización de la sección mexicana de la
Asociación Internacional de los Trabajadores (La Internacional) adscrita al ala anarquista; además fueron
pioneros en las reivindicaciones sobre la libertad de la mujer en sus programas de lucha y sobre la
participación activa de las mujeres en la vida política de los órganos obreros, como cuando de sus cinco
delegados al Congreso Obrero, tres eran mujeres obreras.
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Así tenemos una primera etapa germinal y autonómica muy relacionada con
el movimiento obrero y socialista, con cooperativas conformadas desde las propias
comunidades obreras o artesanas, manteniendo su autonomía frente al Estado, y
como una de las expresiones de lucha y organización que emergían de las viejas
sociedades mutualistas o de las luchas obreras.
La última década del siglo XIX se caracterizó por la anulación, mediante la violencia
o la política, de los diferentes procesos de lucha entre los trabajadores, por parte
del gobierno de Porfirio Díaz, quien logró apoderarse de los órganos obreros y
eliminar a los opositores, pero pronto el naciente siglo XX irrumpió como una época
de convulsiones, principalmente en los ámbitos campesinos, pero también entre los
trabajadores urbanos, levantando una polvareda de historias que tomaron forma de
revoluciones convulsionadas a las que se caracteriza como la “Revolución
mexicana” que fueron estallando antes o después de 1910 con una diversidad de
orígenes y objetivos.
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35
Luis N. Morones, dirigente del Sindicato de Electricistas fue quien a nombre de la Casa del Obrero Mundial
–sin consultar con los sindicatos- junto con el Dr. Atl, firmaron el pacto con Venustiano Carranza para organizar
los Batallones Rojos en contra de las fuerzas zapatistas y villistas; fundó del primer intento de corporativismo
sindical, que fue la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM); fundó el Partido Laborista Mexicano
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que postuló a Álvaro Obregón como presidente. Fue Secretario del Trabajo y participó en la elaboración de la
Ley Federal del Trabajo promulgada en 1931.
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36
Partido Nacional Revolucionario, que se transformaría en el Partido Revolucionario Institucional.
37
El paralelismo frente a la situación del movimiento sindical continúa, durante ésta época también se
consolida el corporativismo sindical con la formación de la Confederación de Trabajadores de México (CTM)
que en un inicio fue posible por la participación de órganos marxistas junto a órganos pro-gubernamentales,
que una vez consolidado el modelo se encargarían de expulsar a los marxistas de la central sindical.
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Las crisis económicas del capitalismo que se hicieron innegables entre las décadas
de 1960 y 1070 hicieron imperante la necesidad de adoptar “nuevas” 38 estrategias
para permitir que el capital repuntara en sus índices de acumulación (Harvey, 2004),
a partir de lo cual se originó el giro neoliberal que fue adoptado por los gobiernos
mexicanos. Frente a estas condiciones comenzaron a irrumpir nuevamente
concepciones cooperativistas fuera de los órganos corporativos para enfrentar las
condiciones económicas imperantes. En esta misma época irrumpieron diversas
expresiones del movimiento social que intentan sacudirse el control del control
corporativo y estatal, tanto en ámbitos cooperativos, obreros, campesinos, así como
de otros sectores que son entendidos dentro de los llamados “nuevos”39
movimientos sociales.
38
Insisto en entrecomillar “nuevas” pues muchas de estas estrategias y dinámicas habían imperando en el
mundo del trabajo y en la política estatal desde finales del siglo XVIII y hasta las primeras del siglo XX.
39
Entre las décadas de 1960 y 1970 irrumpieron diversos tipos de sujetos que levantaron movimientos sociales
que no partían de la “clásica” reivindicación de clase y cuyas reivindicaciones podían partir de sus sentidos de
identidad u otras concepciones, a los que se les han caracterizado como los “nuevos movimientos sociales”,
entre los que se conciben movimientos feministas, ecologistas, estudiantiles, contra el racismo, étnicos, etc.,
sin embargo la catalogación de estos movimientos como “nuevos” también es necesario mantenerla
entrecomillada, pues si bien, los movimientos clásicos se organizaban en torno a la cuestión de la clase social,
si revisamos a fondo dichos movimientos, incluso durante el siglo XIX, podremos encontrar fuertes
reivindicaciones feministas, ecologistas, contra el racismo e incluso étnicas y sexuales presentes dentro de
movimientos obreros; y por el otro lado, en estos “nuevos movimientos sociales” también es posible
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encontrar conexiones con cuestiones de clase, aun cuando estas no figuran centralmente, por lo que insisto
en entrecomillar el “nuevos” como recordatorio de la necesidad de problematizar la conceptualización.
40
La estrategia del llamado “Estado del bienestar”, debe ser entendida como una estrategia para profundizar
y legitimar al capitalismo en lo local y extenderlo en lo internacional, permitiendo su desarrollo mediante las
llamadas “políticas proteccionistas” del Estado, pero disfrazándolo en discursos de “bienestar social”. Así las
políticas Keynesianas del “Estado del bienestar” permitieron profundizar, extender y legitimar al Estado y al
capitalismo, utilizando discursos sociales, sirviendo también como estrategia de mediatización social y
política. Pero es necesario entender que el bienestar buscado, esencialmente fue el del Estado y el Capital,
aún sí para ello había que hacer algunas concesiones sociales. En este sentido el neoliberalismo es una ruptura
en las formas políticas, pero no con el fondo de la política capitalista, siendo una vuelta de tuerca en la lógica
de la explotación y la dominación.
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Difícil es contar una historia que tiene orígenes vivos que se asoman por los ojos de
los hombres y mujeres que trabajan en esta fábrica con sus manos agrietadas,
andando con lo único que tienen para sí, su trabajo y su vida. A estos dedos que
escriben les bastará con garabatear susurros de esta historia, intentando delinear
un asomo que permita conocer esta pequeña utopía obrera y cooperativista.
No pretendo contar una historia como tal, sino hacer eco de los susurros que
se asoman entre sus voces, sus miradas y sus manos, que trazan un invisible mapa
en el tiempo, cantado por una voz que recorre la fábrica en la que ellos y ellas
apuestan su vida, haciéndola vivir con sus manos; una voz silenciosa que inunda el
ambiente de esta fábrica que se levanta en los llanos del Salto, en las orillas de la
zona metropolitana de Guadalajara en Jalisco y que hacen que ésta rompa con otras
41
La historia de la lucha de los obreros del Sindicato Nacional Revolucionario de Trabajadores de la Compañía
Hulera Euzkadi ha sido contada en los trabajos de Enrique Gómez (2005), quien fuera asesor político del
sindicato y actualmente de la cooperativa, y de María Atilano (2008 y 2017), por lo que aquí no me dispongo
a hacer un texto histórico riguroso, sino más bien un relato en tono épico, para tener una imagen general de
su historia como sindicato, de la huelga en contra de Continental Tires y de la formación como Cooperativa
TRADOC, y es preciso señalar que este relato parte de los trabajos mencionados, así como de los propios
relatos de los y las cooperativistas.
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tantas fábricas que le rodean, una ruptura que tal vez no es perceptible a simple
vista, pero que se hace evidente e innegable si logramos asomarnos a sus adentros.
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Antaños son los susurros que se rumorean aquí. Apenas unos años después
de fundada la empresa, los obreros nada perezosos, porque los obreros rara vez
son tal cosa ¿te los podrías imaginar andando entre las máquinas moviéndose des-
pa-ci-to para no gastar energía como aquellas especies folívoras que escalan entre
los arboles selváticos?, no verdad. Bueno, decíamos que pronto echaron a andar
susurros sindicales que a la postre terminaron por llamar Sindicato Nacional
Revolucionario de Trabajadores de la Compañía Hulera Euzkadi. Y revuelto como
de por sí es el transcurrir de la historia, estos obreros participaron en la fundación
de lo que llegó a ser el monstruo sindical por excelencia en México, la CTM, y pronto
se vieron enfrentando a los lobitos que terminaron siendo una atroz jauría que logró
maniatar al movimiento obrero bajo el control del Estado, ante lo cual decidieron
romper con el monstruo charro y mantener su independencia sindical.
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Las imágenes de ese pasado son difusas, parece que no quedan más que
en viejos libros con portadas descoloridas que son atesorados por Panchito, quien
no duda en compartir los tesoros del archivo histórico del sindicato y la cooperativa,
mientras te sigue con la mirada que se asoma bajo su boina, al viejo estilo obrero,
para desplegar antiguas fotografías y libros que guarece celosamente como
custodio de un viejo tesoro obrero.
Aquel empresario con nombre de Eje 6 Sur, pronto se alió con una importante
empresa norteamericana de un tal Goodrich, haciendo que la Euzkadi se dedicara
exclusivamente a fabricar neumáticos automotrices y despidiera a sus obreras, para
quienes se cerraron las puertas de esta empresa, dejándola como un universo para
hombres, que no volvió a abrirse hasta que muerta la Euzkadi fue reinventada por
el sueño cooperativo.
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Los susurros del Estado del bienestar, aun cuando todavía hay quien cree en
la ilusión capitalista, dejan claro que el único bienestar que les importa es el suyo.
Durante años este sortilegio capitalista y estatal maniató al movimiento obrero
envolviéndolo en una pesadilla corporativa, soterrándolo bajo su control político.
Oscuras quimeras se erigieron de entre sus vapores para permitir al Estado y el
Capital esparcirse por el mundo, invadiendo comunidades, colándose bajo los
quicios de las ventanas hasta envolver a quienes viven del trabajo, enredándolos
en un sopor, mientras ellos se apoderaban de la vida social.
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orillados hacia las ciudades y los trabajadores despojados de sus herramientas para
ser acorralados en grises fábricas; las escuelas buscaban formar un pensamiento
uniforme para diluir los sueños y las voces diversas de los pueblos; toda la
maquinaria política buscaba despojar y maniatar las utopías para atraparlas bajo las
propias formas del Estado y el Capital.
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Los patrones han heredado de sus ancestros sus propias tradiciones, una de ellas
radica en despreciar y subestimar constantemente a los obreros. Sus propios relatos
sobre la clase obrera y el trabajo industrial les han hecho creer, no sólo que han
ganado todas las batallas, sino que el trabajo no tiene otro valor más que el
económico.
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voracidad, observa reinar al dinero y le brillan los ojos, creyendo que su distopía ha
triunfado. Observa la desesperanza, se alimenta de ella y engorda más y más,
siempre insatisfecho; mira al mundo inundado de muerte, despojo, explotación,
brutalidad, desprecio, dominación y se siente enamorado de sí mismo.
Estos obreros con sus manos llenas de trabajo y sus miradas llenas de
historia enarbolaron su dignidad, y siendo nadie, se hicieron un nosotros que pudo
enfrentar al monstruo y arrebatarle un poco de lo tanto que ha devorado y que para
ellos lo es todo: su trabajo. La Continental intentó implementar su lógica flexible de
explotación, donde lo único que no se flexibiliza es la voracidad por las ganancias y
la dominación sobre el trabajo, y como si se tratara de un épico enfrentamiento
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“La tenaz memoria del pueblo y la precisión de la narración, tal como la trasmite la
epopeya persa, no permite duda acerca de esta revolución en los antiguos tiempos,
encajada en la extraña fabula del monstruoso Zohak, que llevaba sobre sus hombros
dos enormes serpientes que sólo se alimentaban de cerebros humanos. Diecisiete
hijos del herrero Kaueh habían sido ya trepanados por las serpientes reales y no le
quedaba más que uno, designado por el tirano para sufrir el mismo destino.
Entonces Kaueh enarbolando su mandil de herrero en un palo y seguido de otros
trabajadores blandiendo sus herramientas, se precipitó sobre Zohak: el monstruo,
acobardado, huyó hacia el Demavend, donde el héroe Feridun le clavó sobre el
peñasco del volcán” (Reclus, 1906; 400).
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
pronto todo lo que has sido, tu historia, identidad, conocimientos, orgullo y mirarte
en medio de una nada atroz que te devora. No hace falta ser un genio para saber
que si al trabajador le quitan el trabajo, apenas quedaría siendo una d, una o, y una
r, para entender su importancia, no desde el capitalismo, sino desde quienes hacen
de él su vida.
Entre ellos emergieron Kauehs, tantos como tantos eran ellos, que lograron
resistir y emprender su propia batalla mítica para enfrentarse a la Zohak-Continental
hasta sus últimas consecuencias. Si uno alcanza a vislumbrar que la importancia
del trabajo para el trabajador va mucho más allá de lo económico –rompiendo el
sueño capitalista-, alcanza a entender por qué estos obreros apostaron su vida por
recuperar el trabajo enarbolando con fuerza una consigna que se convirtió en una
profecía obrera que ellos mismos se encargaron de cumplir: ¡Resistir un día más
que la Continental!
Vivieron 1,141 días con sus noches abrigados bajo la bandera roja y negra,
arropados por toda una historia de lucha de su clase: por aquellos irreductibles que
inventaron al imposible Capitan Ludd, construyéndose un rostro y un nombre
colectivo que se erigió como la pesadilla de quienes soñaban con arrebatarles el
trabajo, tradiciones, conocimientos, capacidades y la vida, para amontonarlos en
sus fábricas, donde soñaban se volverían apéndices mecánicos; por los susurros
de la Internacional de los Trabajadores que despertó la gran utopía obrera de
recuperar para sí mismos la vida, la historia y el trabajo; por aquellas mujeres y
hombres que cantaron entre las ruinas ¡Vive la Commune!; por cada susurro obrero
que ha resistido a lo largo y ancho de la historia.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
sobre todo con una dignidad desbordada que les urgió a no rendirse; algunos
obreros fueron aprendiendo a ocuparse de las tareas domésticas; la solidaridad se
desplegó hermosa y digna, para hacer posible el no claudicar, y comenzó en las
propias familias para hacer soportable la desesperación económica, aunque a
veces también las familias se tornaron hostiles ante la huelga.
Por más de tres años estos obreros y sus familias mantuvieron la cruenta
lucha, replicando la batalla entre Zohak y Kaueh, movilizándose en la localidad;
inundando las calles de una Guadalajara resguardada por la reacción del
gobernador Ramírez Acuña; resistiendo el constante asedio policial afuera de la
fábrica; mirando el ejército privado que la Continental mantenía resguardando la
planta; enfrentando la dolorosa presión cotidiana de las comunidades que vieron su
vida económica reducida al mínimo; viendo cómo en cada empresa ser de Euzkadi
se volvió una mancha negra que les condenó a no ser contratados; teniendo que
resistir las burlas de quienes aceptaron sus liquidaciones y que incluso se volvieron
parte de la estrategia patronal para romper la huelga.
La batalla traspasó las geografías haciendo que la huelga se viviera más allá
de la huelga, hacia la vida familiar y comunitaria, hacia la región paralizada
económicamente, hacia Guadalajara donde eran rodeados amenazantemente por
la policía, y les llevó a transitar por diferentes regiones del país donde les recibieron
obreros, sindicatos, estudiantes, campesinos, organizaciones sociales que les
acompañaron hasta a la ciudad de México en la Marcha de la Dignidad Obrera.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“Ellos no pueden ver el cielo. Viven sumidos en la sombra, hecha más oscura por
el humo. Viven ennegrecidos durante ocho horas, por el día o por la noche,
constantemente, como si no existiera el sol ni nubes en el cielo para que ellos las
vean, ni aire limpio para que ellos lo sientan. Siempre así e incansablemente, como
si sólo hasta el día de su muerte pensaran descansar.
Te estoy platicando lo que pasa con los obreros en esta fábrica, llena de humo y de
olor a hule crudo. Y quieren todavía que uno los vigile, como si fuera poca la
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
vigilancia en que los tienen unas máquinas que no conocen la paz de la respiración.
Por eso creo que no resistiré mucho a ser esa especie de capataz que quieren que
yo sea. Y sólo el pensamiento de trabajar así me pone triste y amargado” (Rulfo,
citado en Gómez, 2005; 7-8).
“Ellos no pueden ver el cielo” fue el susurro que caracterizó por décadas a
Euzkadi, oscuro signo de lo que el capitalismo hace con el trabajo y los trabajadores,
sin embargo estos obreros pudieron dar un giro a su historia, lograron que se les
adjudicara la mitad de la fábrica del Salto después de más de tres años de huelga.
Enrique Gómez, quien acompañó esta lucha, tituló a su libro Ellos sí pudieron mirar
el cielo, como testimonio de este giro.
Los susurros se enredan como el humo del cigarro que serpentea entre los
dedos dando giros anárquicos, acariciando memorias mientras estos obreros te
comparten su vida y voltean a ver su fábrica buscando los recuerdos del comienzo
de su utopía que les hizo ser dueños de su trabajo. Ser cooperativa no fue sino su
última opción, cuando ningún grupo empresarial quiso arriesgarse a comprar una
fábrica llena de obreros que habían derrotado a una gran trasnacional, haciendo de
la cooperativa una utopía obligada, un destino manifiesto que ellos no buscaban,
pero que se volvió la única posibilidad de recuperar su trabajo.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
rojinegras, mientras bebían café y soñaban con recuperar su trabajo, cómo la fábrica
se caía a pedazos.
Descubrieron que no sólo era un cadáver, sino que había sido invadida por
la fauna y la flora; la maleza había reclamado su lugar sobre la industria; las
máquinas se habían vuelto nidos y madrigueras; las víboras se atravesaban a su
paso; las lechuzas volaban escapando ante la presencia obrera; la naturaleza había
recuperado el espacio industrial, derrotando al desarrollo. La fábrica literalmente era
un cadáver capitalista.
¿Habíase visto alguna vez que alguien lograra revivir un cadáver y dotarlo
hermosamente de vida, sin nada más que sus manos y su trabajo?
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
¡El cadáver tenia vida!, pero como todo ser vuelto a la vida, poco quedaba de
lo que había sido anteriormente y se inventaba diferente. Las manos obreras
lograron lo que la ciencia cree imposible, lo que sólo las antiguas magias que ya
nadie recuerda aseguran poder lograr. El cadáver dejó de ser cadáver, se movía,
remendado, oxidado, un tanto maltrecho, pero vivía y respiraba ansias de vivir más,
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
el moderno Prometeo de Shelley había nacido de entre las manos obreras y tomaba
forma a fuerza de trabajo. La fábrica se volvió casa, comedor y dormitorio, los
obreros se acurrucaron sobre cartones a dormir entre las máquinas en jornadas que
no se contaban en horas, sino en la necesidad, porque ahora el trabajo era suyo, y
lo era en colectivo.
La primer llanta cooperativa hecha por este moderno Prometeo obrero iba a
ser servida en vajilla de fiesta para aquellos que burlándose y ansiando
anticipadamente su derrota, les habían dicho “la primer llanta que hagan les prometo
que yo me la como”. Poco a poco fueron comenzando a trabajar más máquinas,
integrándose más cuadrillas de obreros ahora cooperativistas para seguir dándole
vida a lo que un día fue un cadáver capitalista.
Sí Juan Rulfo insistió en que estos obreros no podían ver el cielo, y Enrique
Gómez apuntó que conquistaron su derecho a mirarlo, ellos demostraron que
además, por medio de su moderno Prometeo obrero, son capaces de acariciarlo,
pues para un trabajador ser dueño de su trabajo es igual a acariciar el cielo, y
además lo hacen en colectivo, sacudiéndole un tanto de lo que de capitalista le
queda, para inventarlo constantemente obrero.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
fábrica y señalan “ni yo mismo me la creo cuando veo todo esto que hemos logrado
nosotros”. La fábrica funciona como nunca antes lo había hecho, produciendo entre
20,000 y 23,000 llantas por día; sus condiciones de trabajo son impensables en la
región, no sólo en cuanto a los adelantos a rendimiento que sustituyeron a los
salarios, sino en cuanto a derechos laborales que están en extinción ante la
voracidad capitalista en México y el mundo.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
capacidades, sentidos de orgullo e identidad, que rompen con la idea del trabajo
fragmentado, para enarbolar el trabajo desde lo colectivo, desde ese nosotros que
les habita y que les ha permitido luchar frente al monstruoso Rey Zohak para
mantener vivo a su moderno Prometeo obrero.
Esta utopía, este moderno Prometeo obrero no está dado de una vez y para
siempre ni se erige perfecto, pues cojea, trastabilla, se tambalea y se mantiene vivo
sólo en medida en que estos trabajadores y trabajadoras asumen que tienen que
seguir luchando día a día, mediante su trabajo para que no se derrumbe, pues está
rodeado Reyes Zohaks que toman múltiples formas, y tiene en sus adentros
diversas contradicciones, propias unas y otras impuestas por el capitalismo del que
no se pueden escapar por completo.
Como el amoroso ser inventado por Mary Shelley, éste también está
ensamblado y remendado, y por las suturas se le cuelan susurros capitalistas que
imperan en el mundo, sus costuras constantemente están bajo amenaza de abrirse
y supurar, por lo que los trabajadores que se inventaron como un colectivo Kaueh
para terminar siendo un colectivo Dr. Víctor Frankenstein, saben que para mantener
su utopía viva y que su Prometeo obrero se mantenga en pie, no tienen otra
posibilidad que continuar trabajando y luchando en torno a sus propias
problemáticas, asumiendo sus múltiples contradicciones y enfrentando la necesidad
de existir en un mundo dominado por un monstruo capitalismo que busca devorarlos
o destruirlos.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Partiendo de esto, debemos entender que entre los y las socias cooperativistas
existen una diversidad de memorias que parten de las propias experiencias vividas
de manera individual insertas en las experiencias colectivas por las que atravesaron
los entonces obreros de la Euzkadi, sus familias, y que comparten ciertos
significados dados a ese pasado en torno a su presente y futuro cooperativista.
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Cuando mencionó Sujetos Cooperativistas diferentes, no sólo es en mención a las personas que relatan su
memoria, sino a, por ejemplo cooperativistas nuevos; cooperativistas fundadores, etc., pues su experiencia
colectiva e individual se diferencia de otros de sus mismos compañeros por el momento y situación desde
donde vivieron los sucesos recordados.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
La huelga fue un proceso político que atravesó a las familias obreras. Tanto Vania
como María Luisa eran adolescentes y uno de los primeros recuerdos que nombran
son las emociones que vieron reflejadas en sus padres.
“Fue una etapa bien difícil para todos en ese sentido, al principio yo creo que todos
de pronto, mis papás u otros, pensaron que iba a ser algo rápido, yo creo que nadie
se imaginaba que iba a ser tan largo el proceso (…) sí se le veía la tristeza, la
preocupación en la cara. Sí se le reflejaba… pues la tensión, de saber que había
cerrado y que no iba a haber ingresos” (Vania Vélez, abril 2017).
“Mi mamá (…) entró a trabajar por primera vez a una empresa como obrera (…) Para
mí fue impactante porque nunca había visto trabajar a mi mamá afuera y sí llegaba
toda cansada y toda sucia” (Vania Vélez, abril 2017).
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
sostén económico de las familias, además es muy común que al hablar con los
ahora cooperativistas, éste sea un aspecto señalado con importancia, pues
constantemente mencionan que si ellos pudieron resistir tanto tiempo, se debió a
sus familias. Esta transformación ha quedado fuertemente marcada en las
memorias de ellas.
“Se veían los dos cansados, se veía que era pesado el trabajo, pues sí, eran ocho
horas, le batallaban porque igual, porque a esta empresa que se tenía que trasladar
no había transporte. Pero fue, bueno, fue muy como muy emotiva esa parte para mí,
ver como hacían ellos como para sacarnos adelante” (Vania Vélez, abril 2017).
“Mi papá pus muy triste decía que él no merecía comer, porque no aportaba y mi
mamá le decía que no fuera payaso, que estaban casados, que eran en las buenas
y en las malas “hay que apoyarnos, siempre unidos, siempre juntos” (María Luisa
Espadas, diciembre 2017).
Otro momento en los relatos señala lo que para el padre implicó mantenerse
en la huelga y el acompañamiento de las familias.
“Ellos se iban poniendo de acuerdo, rolaban como ahorita, por decir, si estaban en
la mañana ellos se venían en la mañana a cuidar la entrada, si estaban en la tarde,
pues en la tarde, y en la noche igual pues, se venían a cuidar que nadie entrara y
que no sacaran nada (…), se venían las esposas a ayudar, para que fuera más
ameno la guardia (…), mi mamá sí llegó a venir, y recuerdo que mi hermano la trajo
en el carrito, ahí venían bien asustados, se fueron por donde las vías y estaba muy
oscuro (…) y ahí se quedaban, mi papá, pues bien agüitado, todo el tiempo bien
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
agüitado, pero pues nunca se echó para atrás” (María Luisa Espadas, diciembre
2017).
Vania por su lado relata haber observado las movilizaciones por la televisión
y recuerda el miedo experimentado por ella, y tras sus palabras se puede encontrar
también el coraje de ver cómo eran señalados y tratados los obreros por el gobierno,
y es importante observar que su preocupación se traslada de su papá hacia el
colectivo de obreros.
“Nos llegamos a enterar, incluso de cómo los trataban, cómo los recibían, todo lo que
les hacían (…) en los mítines, en las marchas que hacían, y cómo se comportaban,
el miedo que les hacían… bueno que les trataban de formar miedo, incluso que les
ponían antimotines y todo (…) Pues sí, sí me daba miedo, sí me daba miedo porque
iba mi papá, mi familia, y por todas las personas” (Vania Vélez, abril 2017).
“Yo creo que veía la esperanza, en lo que todos buscaban, era pues una fuente de
trabajo, conseguir tu fuente de trabajo, más a parte yo creo que confiaba mucho en
las personas que estaban dirigiendo todo el proceso, y pues no sé, yo creo que veía
la parte fuerte, el equipo, unos allá a lo mejor haciendo las confrontaciones, otros
apoyando las huelgas, y tenía una fe de que tal vez sí iba a haber la fuente de trabajo”
(Vania Vélez, abril 2017).
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resistieron hasta el fin del proceso. Vania señala abiertamente su orgullo ante la
victoria obrera.
“Mucha emoción, mucha felicidad y orgullo de saber todo lo que han logrado y cómo
lo lograron, a pesar de que la empresa estaba a lo mejor en malas condiciones,
después del desgaste con todo el proceso, pues sí fue algo muy impactante el que se
hayan logrado quedar con la empresa y que hayan logrado recuperar el trabajo”
(Vania Vélez, abril 2017).
“Cuando se acabó la huelga y anuncian que iba a volver a abrir (…), no nos la
creíamos (…) que ya iba a abrir, y que al principio no iban a ganar pues, pero que
iban hacer por las ganas de ya estar produciendo (…) Mi papá nos dijo que ahora
que lo mejor de todo, de que se abriera, era que ahora ellos iban a ser una
cooperativa, que ellos iban a hacer parte dueños de la empresa, que ya no iba a ser
nada más, por decir, en ese entonces, Euzkadi, sino que ellos mismos que
aguantaron la lucha iban a ser también los dueños de la misma, pues a mí me dio
mucho gusto cuando escuché eso” (María Luisa Espadas, diciembre 2017).
“Lo que cuentan es que estaba el pasto grandísimo, todo sucio, empezaron todos,
creo que en limpieza, empezaron a quitar hierba, la maleza, empezar a limpiar
adentro, las máquinas también para poderlas echar a trabajar más adelante, creo que
sí estuvieron haciendo mucho trabajo de campo antes, respecto al proceso y que fue
cansado sobre todo (…) todos trabajando igual en conjunto y todos en lo mismo”
(Vania Vélez, abril 2017).
En ambos relatos podemos ver cómo la huelga fue un proceso político que
atravesó y transformó a las familias obreras, las cuales no sólo se vieron
atravesadas por, sino que tuvieron un papel primordial en él, haciendo de la huelga
un suceso y una lucha colectiva más allá del colectivo obrero de Euzkadi, y desde
luego la huelga fue un proceso que se extendió como ondas hacia otros espacios
sociales. Hemos podido observar cómo compartieron emociones comunes: la
desesperación económica, la solidaridad y la esperanza colectiva que ambas
abrevaron de sus padres.
La huelga atravesó diversos escenarios sociales, el conflicto entre los obreros y los
patrones generó una serie fricciones y rupturas en las comunidades, y abrió un
campo de enfrentamiento más en la -de por sí- complicada situación.
“Mi papá es como muy reservado, por lo general no suele así como contestarles pero
sí se veía que le pegaba mucho, él se agüitaba que le decían ese tipo de comentarios,
porque en sí no eran así como muy amistosos, eran así como tipo burla, le decían “ya
agarra tu dinero, no estés batallando, esto no se va a abrir”, pero pues a ratos se veía
como que si se agüitaba y a lo mejor lo dejaba pensativo” (Vania Vélez, abril 2017).
“Había gente muy cruel (…) que se burlaba de nosotros, nos decían que “ay
pobrecitos llanteros, tanto dinero y de repente nada” y nos decían que esta empresa
nunca iba a volver a abrir “va a pasar como en la textil, ni se hagan ilusiones” así
nos decían” (María Luisa Espadas, diciembre 2017).
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“Yo recuerdo que ninguna empresa aquí en el corredor industrial les abrió las puertas,
al contrario, les cerraron todas las puertas de la industria para que no los contrataran
en producción o en algo. Igual los trabajos, fue muy difícil, duró mucho tiempo sin
trabajar” (Vania Vélez, abril 2017).
A partir de los relatos vemos como diferentes espacios sociales cada vez más
amplios fueron atravesados por la huelga y podemos hablar de cómo el conflicto se
expandió, lo que nos da pie a hablar de la huelga más allá de la huelga, para
entender a partir de este caso concreto, que la huelga es un conflicto que nunca
queda reducido al mero espacio laboral, ni está contenido alrededor de la fábrica, y
que nunca es solamente un conflicto jurídico o político, sino que atraviesa los
diferentes espacios y relaciones sociales en los que los involucrados interactúan.
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camisa de aquí que decía “Euskadi”, entonces yo me la llevé una vez en el proceso
de la huelga, para hacer educación física y me dice una maestra “¡ya quítate eso, no
se va a abrir!, quítate eso, ¿no te da vergüenza?”, y yo así de… dije guau, hasta ahí
mismo, en la misma escuela se tenía como, se podría decir que bullin” (Vania Vélez,
abril 2017).
“Pues mi familia fue la que estuvo ahí apoyando (…) que apoyaban la decisión que
iban a tener, la que habían tenido, igual también mi abuelito tenía una tienda de
abarrotes y en ese sentido, decía… apoyar en lo que necesitara ahí estaban mis
abuelitos (…) y esa parte fue bien importante y también bien bonita, porque que veías
que no todo eran burlas y reproches, sino que había algo más fuerte, que era eso, ver
que mi mamá siempre estaba ahí, mis abuelos y así, y es bien bonito recordar esa
parte, porque con la otra hasta te dan ganas de llorar nomás de acordarte, pero esta
otra parte es como… como… no sé, bien bonita, importante, y a mí me da orgullo
haber visto todo eso, haberlo vivido, sentirlo” (Vania Vélez, abril 2017).
“Me tocó encontrarme a una de mis maestras que me dijo, y me dice “guauuu yo
pensé que no se iba a abrir”, yo creo que, también creo que queda en ella la parte
cuando me hizo, no sé si me veía que me pegara mucho o no sé, pero sí me dijo “no
creí que esto se iba a abrir” (Vania Vélez, abril 2017).
“Ya cuando se acaba la plática él pasa al frente y me dice “me retracto de todo lo
dicho, ahora comprendo porque la defensiva siempre y siempre era algo positivo
acerca de la empresa”, -dice-, “y me deja un buen sabor de boca y otra imagen de
otra forma que yo no lo había visto”, -dice-, “yo no conocía realmente la historia”, y
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dijo que “era un orgullo haberlos conocido, que tuvieran la oportunidad y el tiempo
que haber ido a platicarles acerca de eso”, a partir de eso el profe me pidió el disco y
que si se pudiera estar apoyando en ese sentido, de que se estuviera yendo a contar
la historia ahí a la universidad. Eso sí me dio mucho gusto, mucha satisfacción” (Vania
Vélez, abril 2017).
En los relatos de estas jóvenes cooperativistas es posible encontrar por un lado una
constante distinción del “ellos” conformado por los obreros huelguistas y el “yo”, en
el que ellas se sitúan, sin embargo también irrumpe un “nosotros”. En el relato de
Vania es muy claro como ella se funde con el “ellos”, para situarse ella en la huelga
cuando enuncia “son frutos muy buenos los frutos que dio nuestra huelga” (Vania
Vélez, abril 2017).
Por su parte María Luisa no traslada su “nosotros” hacia la huelga, sino que
se inserta en la conformación de la cooperativa diciendo “me da orgullo saber que
somos muy luchones (…) somos luchones y (…) se vio demostrado el día en que
esta empresa se abrió” (María Luisa Espadas, abril 2017).
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“Lo bueno de trabajar aquí, pues…, no pues son muchas cosas, mira, te queda la
satisfacción, el orgullo de saber que es una empresa reabierta por los trabajadores,
por el esfuerzo de nuestros padres, por el esfuerzo, por la dedicación, por el amor,
que tenían de que no se acabara su trabajo (…) A uno le gusta trabajar y trabajar
bien, porque sabes estamos produciendo las cosas bien, sabes que va a los
llanteros mi trabajo y que va bien (…) y sabes que estamos produciendo todos juntos
de la mejor manera y saber que tu trabajo es parte de todo eso, es bien bonito, y
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“En el transcurso fue como fui aprendiendo que hay muchas cosas muy diferentes,
sobre todo la parte que aquí que todos, no necesitan que los supervisen, sino que
más que nada cada quien hace su parte y apoyar, y ese fue el cambio (…) sí me costó
adaptarme en la forma de cómo se manejan las cosas, pues sí, aquí no es la típica
empresa que si pasa algo se hace un castigo, se corre a la gente, sino más bien se
trata de ver cómo ayudarla para cambiar ese comportamiento, tratar de trabajar con
ellos, ir de la mano y trabajar en conjunto” (Vania Vélez, abril 2017).
“Me interesó también seguir en lo que mi papá estuvo, o sea, entrar en su empresa,
te encariñas, o sea te encariñas con lo que ves que él hace, lo que ves que a él le
encantaba hacer, cómo él se desvivió porque esta empresa se viniera arriba y dices
“bueno pues que emoción entrar a donde él se desenvolvió, donde él pasó tantos
años de su vida”, entonces dije “no, pues yo sí le entro entonces”” (María Luisa
Espadas, diciembre 2017).
“En cualquier otra empresa pasa algo y corren a las personas, no se tientan el corazón
si tienen familia y demás. En ese caso, lo que se me hace muy padre aquí de la
cooperativa es eso, que todos se agrupan y todos tratan de protegerse, es como una
familia grande, esa parte de las cooperativas se me hace muy padre, que todos se
apoyan y que siempre tratan de ver el bien por todos, no por sólo uno (…) se me hacía
difícil tratar de cómo hacer eso, por lo regular siempre necesitas, bueno yo en la otra
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empresa, era de que siempre andar detrás de las personas o sólo te ves en lo
individual, tratar de ver por ti mismo y cambiando y avanzando (…) y entro aquí y me
encuentro con ese cambio y tratando de cambiar también el chip de cómo sí apoyar
y cómo estar todos unidos, todos en conjunto” (Vania Vélez, abril 2017).
“Porque no sólo es que una haga bien lo que hace, sino que las hacemos bien entre
todas, entre todos, porque no sólo en su área de una, sino que es parte de todas las
demás áreas, digamos que es como algo que es parte de algo, y entonces la llanta
necesita de todas las áreas y todas son importantes, entonces eso es como que
bien padre, que no sólo es tu trabajo de tus manos, sino que además es tu trabajo
de como cooperativa” (María Luisa Espadas, diciembre 2017).
“Que siempre hay una familia, no sólo sanguínea, sino también de otras gentes, la
unión. Que fuerte… que fuerte unión de todos, porque sí fueron muchas personas las
que estuvieron ahí (…) es padre porque como muchos se conocen, son familiares,
amigos, pues tratan de protegerte, aunque ves en unos envidia y todo, pero pues
siempre están al pendiente de ti, que no te haga falta algo o si estás bien o cómo
estas” (Vania Vélez, abril 2017).
“Ya con mucho orgullo, cómo un contexto, no una empresa sino una cooperativa está
logrando todo eso y así como ahorita estamos siendo ejemplo para otras empresas o
para muchas personas que viven un proceso de huelga, también sea un ejemplo de
cómo sí se pueden hacer las cosas o cómo vamos a caminar y cómo se está logrando
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(…) Bueno yo siento que así como estamos trabajando, en un futuro, pues a pesar de
que ya TRADOC es una cooperativa muy reconocida y muy conocida, yo creo que va
a ser más fuerte” (Vania Vélez, abril 2017).
Por su parte María Luisa mira hacia un futuro más inmediato, a días del
nacimiento de su bebé siente el peso y la tristeza por abandonar su puesto de
trabajo, lo que nos habla de la estrecha relación con su trabajo, y además, en esta
parte de su relato introduce su preocupación por el proyecto cooperativista,
volviendo su relato hacia lo colectivo nuevamente.
Por último, a pesar de que tal vez no sea nada nuevo, es necesario insistir -a partir
de los relatos vivos de estas dos jóvenes cooperativistas- que los procesos políticos
nunca están contenidos en las esferas políticas formales o jurídicas, sino que se
extienden y trastocan los demás ámbitos de la vida social de los sujetos que son
atravesadas por el proceso. Las familias -y quienes las conforman- son trastocadas,
aunque nunca de una manera unívoca y exclusiva, por los procesos políticos que
van adentrándose en sus vidas cotidianas. Estas transformaciones pueden llegar a
trastocar las formas de relacionarse, de interactuar, los roles desempeñados por
cada uno y traer consigo rupturas o cohesiones que son vividas emocionalmente,
dándole al conflicto político otras aristas más allá de lo “propiamente político”, aristas
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sentido, para trabajar sobre el presente (Jelin, 2002) y se vuelven parte de lo que
constituye los sentidos de identidad individuales y colectivos (Le Goff, 1991).
En la chamba
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De los 587 obreros que resistieron la larga huelga de Euzkadi para conformar la
cooperativa fundadora, muchos de ellos llevaban años trabajando en la fábrica
cuando la Continental decidió cerrar la fuente de trabajo para doblegar al sindicato
e implementar modelos flexibles de trabajo. Estos trabajadores llevaban ya una
larga historia en relación con este trabajo, y por lo tanto, la etapa de sus vidas que
trabajaron en Euzkadi adquiere una fuerte relevancia, pues representa en muchos
casos la mitad de su vida laboral, en la que aprendieron a trabajar y en la que fueron
creciendo como trabajadores.
Entrar a trabajar a la Euzkadi era algo importante para ellos, por un lado,
porque en la región era de los trabajos mejor pagados, pero además porque trabajar
en esta fábrica significaba alcanzar un estatus –no sólo económico- por el renombre
de la empresa. El camino para ingresar era mediante la recomendación de algún
otro trabajador, quien mediante el sistema de escalafón y la fuerza del sindicato,
permitía a cada trabajador, llegado su turno, proponer a uno nuevo, por lo general,
parte de su familia, sus compadres o amigos, o bien vender su pase a alguien
interesado en ingresar.
“Yo entré por recomendación de un pariente, un tío mío al área de limpieza, lo que
pasaba es que alguien de adentro, o sea que un trabajador cuando le tocaba su
turno, pues podía recomendar a otro, o incluso vender su pase a alguien, porque
era muy valorado poder entrar aquí, todos querían entrar porque además de la paga,
pues como que era decir “yo estoy en la Euzkadi”, y pues eso era mucho, porque
era de las empresas más grandes de aquí en ese entonces. Antes teníamos un área
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“Entré a limpieza, todos entrabamos así, me tocó entrar a lavar baños y un mes
después me mandaron al departamento de molinos y bamburi (…) ahí duré
alrededor de un año, dos años y de ahí me fui a hacer prueba a llantas y ahí me
quedé de ensamblador de llanta en máquinas programadas, máquinas 75 de
camión, hacía llantas de camión” (Alberto Sermeño Aguayo, abril 2017).
43
Abundaremos al respecto de esto en el siguiente capítulo.
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Aprender a trabajar, para ellos era –y sigue siendo- importante, pues por un
lado les implicaba poder moverse en las diferentes áreas de producción y adquirir
un estatus fuera y dentro de la planta, pero además un crecimiento como trabajador,
lo que implica tener más conocimiento del proceso de producción de la llanta, así
como una mayor experiencia en su máquina y su paso.
“El trabajo siempre ha sido pesado pues, en las diferentes áreas, yo trabajé en
construcción de llantas haciéndole llanta de camión que anteriormente se construía,
era un trabajo pesado, la llanta era pesada, pero nos gustaba pues, nos gustaba
porque rendía, el trabajo lo sabíamos hacer y pues, remunerado, pues con mayor
razón, o sea, que a uno le gustaba trabajar aquí, porque por un lado afuera había
un reconocimiento de “mira él es de la Euzkadi”, pero adentro también, porque pues
por ejemplo, si uno llegaba a ser llantero, pues era como lo máximo, no sólo por el
pago, que era de los mejores, sino porque para llegar a ser llantero era que ya había
pasado por muchas áreas y habías aprendido mucho, sabías trabajar muchas
máquinas, porque así llegabas a ser llantero, no es que fuera regla, pero así
crecíamos todos, ibas aprendiendo cada vez más de lo que era producir una llanta,
ibas conociendo los procesos desde el principio, aprendías a usar en tu camino
diferentes máquinas, y ya cuando llegabas a llantero es porque ya habías pasado
por todo eso, entonces el que era llantero pues ya tenía su reconocimiento adentro,
porque ya habías aprendido mucho” (Héctor Manuel Velázquez Becerra, diciembre
2017).
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“Es que ahí en Euzkadi, pues, ¿cómo te podría explicar?, pues ahí nos hicimos
trabajadores pues, ahí aprendimos este oficio que tenemos, porque somos llanteros,
y sí, ahora somos una cooperativa y eso lo hace mucho mejor, pero no podemos
olvidar que fue en esta misma fábrica cuando era Euzkadi donde nos hicimos y nos
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
enseñamos a ser lo que ahora somos pues, o sea que ahí aprendimos a trabajar,
ahí aprendimos a manejar las máquinas y los procesos, ahí pues nos hicimos como
trabajadores y eso no lo puedo olvidar, entonces cómo que sí, a pesar de lo que
ocurrió al final, pues yo sigo recordando Euzkadi como con cariño, o sea, no sé si
me dé a entender, no es que yo prefiera volver a como era en Euzkadi, esto que
tenemos ahora es mucho mejor, pero sí que no puedo negarte que con todo y todo
lo que ocurría en Euzkadi, porque había sus problemas pues, yo recuerdo como con
cariño el nombre de Euzkadi, no el de Continental, o sea, no al patrón, sino el
nombre, porque nosotros éramos Euzkadi, el dueño es otra cosa, pero nosotros los
trabajadores éramos Euzkadi y ahí es donde nos enseñamos a ser trabajadores, o
sea que ahí nos hicimos pues, aprendimos pues, eso quiero decir” (Ricardo Vázquez
García, enero 2018).
Ellos señalan que este orgullo y sentido de identidad con Euzkadi, más que
con la empresa o con el patrón, es en relación con su historia y su trabajo y también
señalan los problemas que surgían en la empresa, que causaba descontentos entre
los obreros, que más allá del conflicto final, en el que la Continental intentó
implementar una serie de medidas de flexibilización laboral, para dar por terminado
por los hechos las prestaciones y condiciones laborales ganadas y expresadas en
el Contrato Ley, y que se relacionaban con medidas de movilidad obrera.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“No era muy agradable porque era muy egoísta, cada quien hacia su trabajo y lo
demás no importaba, era mi trabajo, mi trabajo, mi trabajo y yo encerrado en mi
trabajo y lo demás no, me valía gorro, individualmente yo era mi trabajo y lo demás,
cada quien a rascarse con sus uñas, casi así con los compañeros. (Alberto Sermeño
Aguayo, abril 2017).
“Con los encargados era pleitos (…) a veces hasta decía uno “voy a trabajar” casi a
fuerzas, “ya voy a ver a este cuate el supervisor y voy a peliarme con este cuate,
porque no hay material o porque va a faltar esto y va a quererme mandar a otro
departamento a otra máquina y no voy a querer ir y van a empezar los pleitos” y era
lo que uno pensaba cuando iba a venir a trabajar ahí en ese tiempo” (Alberto
Sermeño Aguayo, abril 2017).
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“Antes hubo intentos por reducir las condiciones de trabajo del Contrato, eso es lo
que se peleaba en la revisión de Contrato. Ellos tenían una estrategia, tenían
varias, pero una especial era despedir trabajadores para obligar por medio del
chantaje a una negociación al precio que ellos quisieran. Por ejemplo, a mí me
despidieron junto con otros compañeros en el 95, entonces, cuando yo estoy
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
despedido, fuimos 74 compañeros los que salimos, entonces iniciamos una lucha
para rescatar nosotros nuestro trabajo (…) Fue una táctica política que tenía que
ver con la revisión contractual anual, era parte de ese sistema sucio que tenían las
empresas: te voy a sacar trabajadores, pero a cambio de reinstalártelos te voy a
dar una prestación o te voy a hacer el favor de respetarte x artículos del Contrato
Ley, en fin, era el chantaje, como un secuestro para negociar lo que yo quiero al
precio que a mí me conviene. Con esto le quitaban la atención para lograr mejores
conquistas, mejorar en prestaciones, en incremento salarial, engrosar de alguna
manera el Contrato Ley, entonces en la práctica era un secuestro de contrato para
negociar al precio que ellos quisieran, ese era el sistema del estira y afloja entre la
relación obrero-patronal” (Francisco Javier Ramírez Márquez, enero 2017).
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Solución a la huelga
“Es que nunca nos imaginamos que fuera a hacer realidad lo que decían, venían
diciendo desde antes que quesque iba a cerrar la fábrica, que según iban a reducir
la planta, pero en rumores, pero pues es que siempre decían o hacia algo así cuando
se acercaba el tiempo de revisión de contrato, era, ahora entiendo, una amenaza
para nosotros, era como decirnos “o aflojan o cerramos”, pero en ese tiempo, pues
eso, pensábamos que eran sólo rumores como siempre, nunca llegamos a imaginar
que cumplirían, y creo que ellos no llegaron a imaginar que nosotros lograríamos
aguantar como aguantamos” (Héctor Manuel Velázquez Becerra, diciembre 2017).
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
eran varias propuestas o ideas que traían, era trabajar 12 horas diario, trabajar
cuatro días, descansar tres; eran varios esquemas que ellos planteaban de
diferentes formas, pero en todos ellos era el desconocimiento del Contrato Ley, era
bajar los salarios de los trabajadores, todas las prestaciones ya no las querían
reconocer, era empezar prácticamente como una empresa, un outsoursing, con
personal indirecto” (Francisco Javier Ramírez Márquez, enero 2017).
“La postura de nosotros, del nuevo sindicato, de la corriente roja, fue “vamos a
renegociar lo que se tenga que renegociar del Contrato Ley, pero me vas a
demostrar a mí con pruebas irrefutables por qué razón tenemos que modificar esos
esquemas de trabajo establecidos, entonces si tienes pruebas, demuéstramelo”.
Ellos decían que estaban a la quiebra, incluso con amenazas a nosotros “la empresa
está en quiebra y va a cerrar”, “bueno, hay un proceso para la quiebra, haz tu estudio
y preséntaselo al sindicato y demuéstramelo que estas en quiebra, pero nada más
porque a ti se te antoja ya no vas a reconocer el Contrato Ley, yo no lo voy a aceptar”
(Francisco Javier Ramírez Márquez, enero 2018).
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“Yo nunca me había acercado al sindicato, nunca, nunca, la verdad yo siempre fui
mis ocho horas de trabajo, era muy dedicado a mi trabajo, yo me dedicaba a mi
trabajo, yo sí, me invitaban compañeros, pero la verdad nunca… nunca me llamó la
atención a estar dentro del sindicato, o a estar dentro de comisiones, ni nada. Sí me
simpatizaban muchos compañeros y me invitaban también “oye vente”, no pues le
dije “no, la verdad, yo a mi trabajo” yo siempre fui muy dedicado ahí, pero uno veía
cómo se comportaban ellos y pues uno iba agarrándoles más confianza, porque se
veía pues que la merecían, aunque uno nunca se hubiera acercado a eso de
comisiones ni nada de eso, pero pues te digo, se veía que podíamos confiar en ellos,
después con la huelga esto fue contundente, pero antes pues sí tenían nuestra
confianza de hacer lo que se supone que deben hacer los sindicatos, y sí, lo hicieron,
desde que entró el comité nuevo en ese momento, se veía que sí iban a
defendernos, que iban a estar al pie del cañón” (Héctor Manuel Velázquez Becerra,
diciembre 2017).
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
La posición clara del Comité Sindical que entró en julio del 2001, que se
mantuvo durante los meses en que se entablaron negociaciones con la patronal, si
bien no fue intransigente, en el sentido de no estar dispuesto a negociar aspectos
del Contrato Ley que fueran aceptables y necesarios para un buen acuerdo entre
ambas partes, sí fue irreductible a aceptar las intenciones de la patronal, que
después de meses de negociación, llevó a la Continental a decidir el cierre unilateral
de la fábrica. Junto a esto, es necesario decir que la importancia de la planta del
Salto, respecto a las otras plantas de Euzkadi fue creciendo con los años, debido al
adelgazamiento de las plantillas laborales de las plantas uno, dos y tres, al punto
que al momento del cierre, la planta cuatro era la más importante de la empresa a
nivel nacional, y por lo tanto los trabajadores de ésta adquirieron mayor fuerza
dentro del sindicato.
“Las pretensiones de ellos eran tajantes, el Contrato Ley era muy caro para ellos,
entonces se requería hacer una transformación radical que de hecho, que hay que
decir que esta planta se operaba con otras condiciones de producción a diferencia
de las otras plantas (…) aquí la planta arrancó en las condiciones que le dio la gana
(…) y con el tiempo, fueron enviando la producción para esta planta, al punto que
se volvió la más importante de las plantas de Euzkadi, cuando cerró aquí, allá en
México ya sólo eran bodegas, ya habían reducido todo allá (…) y entonces como el
Comité se negaba a aceptar las propuestas de ellos, porque todas implicaban
acabar con el Contrato Ley, es que ellos deciden cerrar la fábrica en diciembre (…)
nosotros le exigíamos “demuéstrame que lo que dices es verdad” porque no íbamos
a aceptar así porque sí sin pruebas irrefutables (…) y por ese motivo es que la
fábrica sigue en operaciones hasta diciembre” (Francisco Javier Ramírez Márquez,
enero 2017).
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“Cuando cerró la fábrica fue una cosa que no se lo deseamos a nadie, yo recuerdo
perfectamente que fue un domingo, que estábamos en una comida, yo tenía que
trabajar al otro día temprano (…) y… nos avisan que la planta la habían cerrado, fue
un golpe muy duro, nos avisan los mismos compañeros, de vecinos de el Salto y por
teléfono, vía telefónica obviamente los de la… los del sindicato (…) me avisaron que
había cerrado la planta y que el Secretario General Jesús Torres se había ido a
México y que nos ocupaban en las oficinas sindicales para ver que íbamos a hacer,
hacer un plan de resguardo en la planta” (Alberto Sermeño Aguayo, abril 2017).
“Cuando cerraron la fábrica, pues me sentí mal, imagínate, yo me quedé con 2,000
pesos en mi bolsillo, yo estaba fincando mi casa, la estaba arreglando, entonces
pues todo lo que me habían dado de aguinaldo y eso, como yo lo debía en la caja
de ahorro, pues me lo descontaron, entonces, pues para mí fue una cosa muy fuerte
de que “y ahora que voy a hacer, qué vendrá en seguida” y eso, pues es una cosa
que sí, te afecta mucho emocionalmente, pero bueno, ya me guardé la cosa, y ya
hablé con mi familia y mi esposa se puso muy triste, porque ya se oía, se oía ya, se
murmuraba que esto iba a cerrar” (Héctor Manuel Velázquez Becerra, diciembre
2017).
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“Nadie nos lo esperábamos, nadie, yo pienso que a nadie. Cuando dicen que se
cerró la planta se nos vino el mundo abajo a la gran mayoría porque nadie lo
esperábamos, llegamos a la planta y comenzamos a organizarnos y a hacer
marchas, obviamente con el Sindicato por delante, el Comité Ejecutivo por delante
y nosotros respaldándolo, y a tocar puertas, emplazar a huelga y a empezar la lucha,
una lucha muy desigual, porque ellos tenían todo de su lado, y nosotros, pues
nosotros sólo nos teníamos a nosotros, fue como mirarnos con el mundo
derrumbado, pero pues teníamos que hacer algo, y pues el Sindicato, el Comité nos
iba guiando, pero tuvimos que hacer algo, y fue entonces, que, pues nos veíamos
haciendo, y eso daba fuerza, porque no es lo mismo ver que el Comité hace, a
vernos a nosotros con la necesidad de hacer, porque o le entrábamos o perdíamos
todo, entonces pues a hacer lo que nos tocaba, el Comité lo que le tocaba y nosotros
lo que nos tocaba, y pues veías a los compañeros haciendo, juntos, aunque luego
no estábamos juntos todos todo el tiempo, pero sabias que estábamos juntos como
trabajadores y eso daba fuerza pues” (Alberto Sermeño Aguayo, abril 2017).
“Es que, de un día para otro ves que te quedas sin nada, que el lugar donde
trabajaste 10, 20 años de pronto ya no se abre y te dicen así como si nada que ya
no va a abrir, pues imagínate qué se siente, imagínate qué es ver tu trabajo perdido,
pues es muy doloroso, y pues había que hacer algo, el Comité ahí tomo el papel
que le correspondía, cada uno a hacer lo que le corresponde, y pues todos a ver
que teníamos que hacer para enfrentar esto, porque no te puedes quedar parado
mirando, sí duele, pero había que hacer lo que había que hacer, a como podías
pues, pero pues eso, resguardar las puertas, esperar el trámite de la huelga, hacer
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
los turnos, no dejar que sacaran nada, pues eso, o actuábamos juntos o perdíamos
todo, y pues sí, todos actuábamos y actuábamos juntos, claro, el Comité nos dirigía,
porque ellos son los que sabían que se tenía que hacer en lo jurídico, y pues todos
a entrarle, aunque no quisieras le entrabas porque veías a tus compañeros entrarle,
y ahora que lo pienso, fíjate que creo que eso, aunque lo recuerdo con mucho dolor,
creo que es muy bueno, porque así es como te animas a no rendirte, cuando ves
que todos están jalando” (Ricardo Vázquez García, enero 2018).
Los primeros días después del cierre son recordados por los ahora
cooperativistas con una mezcla de tristeza, vértigo y también esperanzas de lograr
recuperar la fuente de trabajo, y en estos, la acción colectiva refuerza su sentido de
identidad como trabajadores de Euzkadi, que sí bien ya estaba presente, va
tomando mayor importancia para ellos.
“Los primeros días, creo que era cómo un remolino, que no sabías ni donde tenías
la cabeza, porque pues estábamos tristes, nos dolía mucho vernos así como
estábamos, pero también es que no podías quedarte parado, tenías que hacer lo
que tocaba, a veces creo que ni sabíamos qué hacíamos, el chiste era que hacíamos
porque había que hacer algo, el sindicato, los miembros del Comité pues ellos ahí
nos informaban y nos decían qué había que hacer, y formaron comisiones para
ayudarse con todas las tareas, y como que veías que éramos una misma cosa pues,
porque todos hacíamos, claro había quien no, pero la mayoría sí, y es en esos
momentos cuando te das cuenta que somos trabajadores, no sé cómo explicarlo, o
sea sabíamos que éramos trabajadores de Euzkadi porque todos los días
trabajábamos juntos, pero cuando cerraron, pues era diferente, porque veías que no
sólo estábamos juntos, sino que éramos juntos, no sé si me entiendes, es difícil
explicar, o sea que estábamos pues haciendo esto juntos de defendernos del cierre”
(Héctor Manuel Velázquez Becerra, diciembre 2017).
Estos momentos álgidos que son recordados vívidamente por los entonces
trabajadores de Euzkadi, sólo fueron los primeros de los 1,141 días que duró la
huelga, pero adquieren una importancia crucial para ellos, pues habla del día que
se les “vino el mundo abajo”, y también de una acción colectiva que les significó
fuertemente para entablar una larga lucha.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“Es que obviamente que teníamos que luchar por recuperar nuestro trabajo, porque
de qué íbamos a vivir, por un lado nadie nos iba a dar trabajo, sólo por haber sido
trabajador Euzkadi nos cerraban las puertas de todas las empresas en el corredor
de aquí del Salto, no nos querían trabajando ahí, y pues uno tiene que comer y
mantener la familia y todo, entonces, pues luchar por nuestros trabajos fue la única
opción que teníamos enfrente, y esa la tomamos, bueno, también podíamos agarrar
la liquidación y tener dinero por un tiempo, como hicieron muchos, pero el dinero al
final no es tan importante como el trabajo, porque mira, del trabajo no sólo comes,
que sí, pero además, renunciar a nuestro trabajo, aceptar que nos lo quitaran, era
como dejar que te arrancaran una parte de ti, de tu vida, yo así lo pienso, porque
¿qué es un trabajador sin su trabajo?, pues nada, y entonces nosotros somos
llanteros, eso es lo que somos, y teníamos que luchar porque no nos quitaran eso”
(Héctor Manuel Velázquez Becerra, diciembre 2017).
“Es que, pus teníamos que aferrarnos con mil uñas a que teníamos que recuperar
nuestro trabajo, ese era lo que teníamos en mente y lo que nos hizo no claudicar,
porque imagínate, yo tenía toda una vida de trabajar aquí, y así como yo, muchos
compañeros nos habíamos hecho aquí, ¡toda una vida!, cómo puedes aceptar así
tan fácil que venga alguien y te arrebate esa parte de tu vida, que te diga “ya no
más”, pues no tan fácil lo acepta uno, y yo lo pienso, yo aquí aprendí, me arrimaba
a ver, a aprender, fui aprendiendo y sería como perder todo eso que había aprendido
desde que entré” (Ricardo Vázquez García, enero 2018).
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
El trabajo adquiere sentido para ellos, en medida en que forma parte de sus
conocimientos, de sus aprendizajes y de su crecimiento como trabajadores y como
seres humanos, y lo dotan de una importancia vital, a partir de ser la actividad en la
que son conocedores y capaces, pero que además implica un proceso de
aprendizaje que los lleva a generar un conocimiento práctico que es parte del orgullo
por el trabajo y del sentido de identidad de los trabajadores.
“Uno ama su trabajo, porque uno se enseña trabajando, aprende, crece, porque
trabajar no sólo es apretar un botón, no, es conocer el proceso, la máquina, el paso,
y entonces uno va aprendiendo como trabajador y eso es importante aunque otros
no lo valoren, yo soy bueno en mi trabajo porque he aprendido y hago bien mi trabajo
porque lo amo y porque lo conozco y porque mi trabajo habla por mí, y entonces
imagínate que te lo quitan de pronto, es cómo si te quitaran tu vida creo yo, o no sé
si tanto así, pero sí más o menos pues, por ahí va la cosa, yo perdí mi brazo
trabajando en Euzkadi, en un accidente en una máquina, y volví a barrer y a limpieza
y eso, desde abajo otra vez, y pues se me dificultaba hacer muchas cosas, pero me
enseñé a hacer las cosas otra vez y busque la oportunidad de llegar a otra área, y
pues ahí me enseñé nuevamente y me clasifiqué en el área de Calderas, donde
estuve hasta el cierre de la fábrica, entonces aceptar perder mi trabajo, es como
renunciar a esos logros” (Ricardo Vázquez García, enero 2018).
Junto a la defensa del trabajo se conjuga otro elemento importante que llevó
a estos obreros a resistir 1,141 días de huelga, que enuncian como “orgullo” y
“dignidad”. Estos elementos son centrales en las motivaciones que los llevaron a no
aceptar el cierre de la fábrica y se repiten en sus relatos constantemente.
“Yo a veces pienso, y quizás esté mal, pero digo, arriba de la urgencia está una
palabra que se llama orgullo y dignidad, y yo, y los compañeros también, tenía esto
arriba de la urgencia, es decir seguir adelante y tratar de ganar el pleito a la
transnacional que era Continental, ya teníamos en la cabeza que le íbamos a ganar,
no sabíamos cómo pero teníamos que ganarle, porque estábamos defendiendo
nuestra dignidad, nuestro orgullo como trabajadores, no podíamos dejar que la
Continental sólo porque sí nos arrebatara nuestro trabajo, entonces pienso que la
dignidad, el orgullo nos llevó a resistir, a tener ese objetivo en nuestra cabeza, no
íbamos a dejar que nos hicieran eso, y no íbamos a dejar que nos arrebataran
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
nuestro trabajo, porque ¿qué seriamos sin nuestro trabajo y sin nuestra dignidad?”
(Alberto Sermeño Aguayo, abril 2017).
“Yo tuve un gran apoyo, que yo digo que fue un… fue fundamental, y no nada más
conmigo, sino con todos los compañeros, que fue el apoyo de la esposa, que fue un
valor que no tiene… no tienes ni cómo sopesar, porque fue muy grande el apoyo
que nos dieron, al menos a mí en lo personal (…) me decía mi esposa que no
agarrara el dinero porque ellos habían cerrado la planta, muy malamente, de mala
gana la habían cerrado. (…) ella me decía que no agarrara el dinero, que teníamos
que seguir luchando, porque ellos no tenían la razón y que teníamos que luchar por
nuestro trabajo, ellas nos impulsaban mucho a seguir adelante” (Alberto Sermeño
Aguayo, abril 2017).
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
referencia sobre este tema, como uno de los aspectos que los llevó a mantenerse
en la lucha, reconociendo que sin sus esposas, y sus familias en general, ellos
difícilmente hubieran podido mantenerse en la lucha, reconociendo el papel activo
que tuvieron las mujeres durante la huelga, incluso cuando no acostumbraran asistir
a la huelga, por lo que al momento de hablar de la huelga, ponen por delante el
papel jugado por ellas.
En este aspecto vale la pena señalar que en muchos de los relatos de los
obreros huelguistas, a pesar de que son ellos -los hombres- los que son miembros
del sindicato y quienes participan en las reuniones y decisiones formalmente
políticas de la lucha, mientras que ellas -las esposas- asumen un papel, pareciera
encajonado al seno de la familia, manteniendo la separación entre lo público como
espacio masculino y lo familiar como espacio femenino, es común que en el relato
de los obreros –y no sólo en este caso particular-, las decisiones políticas que ellos
llevan al sindicato, a las asambleas, sean discutidas previamente con la esposa,
donde ellas imprimen sus posiciones y forman pare de la decisión política formal,
aunque no de manera expresa, apuntando con esto, no que no exista la separación
de lo público y lo privado en términos masculino-femenino, sino que esto llega a ser
más complejo aún, pues las discusiones, posiciones y decisiones políticas llevadas
a cabo en el ámbito público y político, como lo es en este caso el sindical, no
excluyen, y más aún, no son, sin la discusión, la reflexión, la posición y la decisión
que se dan en el espacio privado o familiar, con las esposas, en este caso, de los
obreros.
“Desde mi papá, en paz descanse, mi papá, mis hermanos, mi esposa, a veces mis
cuñados, mi papá me apoyaba a veces económicamente, a veces juntaba a mis
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“Mi esposa… se puso a vender gorditas y tacos ahí en la casa de mi suegro, como
es pasadero de camiones y eso, ahí vendía sus gorditas (…) y yo agarré un trabajo,
con un compadre nos pusimos a pulir piezas, para DICA, una empresa de aquí, que
está aquí por la carretera (…) y ahí empezamos a trabajar en Juanacatlán, nos
daban, como éramos nuevos pues nos dejaban muy poco trabajo, mi salario era de
500 pesos a la semana y pues, la verdad, pus con eso empezamos, empezamos.
(Héctor Manuel Velázquez Becerra, diciembre 2017).
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“La situación fue muy dura, porque no nos daban trabajo en el corredor, sí había
trabajo, pero sí eras de Euzkadi no te querían dar trabajo, ni a las familias, si
detectaban que eras familiar de alguien de aquí, no le daban trabajo aunque fueras
hijo (…) además la fábrica tenía que estar custodiada 24 horas al día y teníamos
trabajos de la comisión que te tocaba, entonces, pues tenías que estar aquí,
entonces pues para mantener la familia, buscabas un trabajito y después te venías
a tu turno o la esposa es la que trabajaba (…) mi esposa, ella casi no se acercó a la
huelga, casi no, muy raro, ella se dedicaba más al hogar y a ayudarme porque
pusimos un negocito y ella se encargaba y yo me venía acá a luchar por la fuente
de trabajo” (Alberto Sermeño Aguayo, abril 2017).
“Yo estuve en Estados Unidos un año, dejé mi familia, mi esposa y todo y me fui a
trabajar después de que se terminó el trabajo con mi cuñado (…) aquí estaba
siempre en mis guardias, y apoyando, acompañando y todos echándole ganas y ya
después se acabó el trabajo, y ya le dije “yo me voy (…) no, no te apures, yo voy a
buscar otras oportunidades mejores, yo me voy a ir a Estados Unidos” (…) y me fui
a Estados Unidos a trabajar (…) luego volví cuando se hizo legal la huelga, pero no
se resolvía, entonces me volví a ir, primero yo, luego mi esposa también (…) y ya
cuando comenzó a resolverse esto nos regresamos” (Alberto Sermeño Aguayo, abril
2017).
“Yo tuve que estar prácticamente viviendo aquí día y noche por ser el responsable
de los archivos y ser el enlace de comunicación de lo que se estaba dando en
materia de negociación entre las dos partes, entonces era aterrizar la información
con todo el personal de base, con todos los compañeros del sindicato, pero además
era el enlace, lógicamente, cuando estaban en un trabajo externo, entonces
prácticamente yo estuve viviendo aquí los 1141 días que tuvimos de huelga”
(Francisco Javier Ramírez Márquez, enero 2017).
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“En las guardias cada tres o cuatro días se rolaban de puerta y de turno, para mí
era igual estar donde tocaba, porque ya teníamos en la mente que de aquí nada van
a sacar, ni un tornillo van a sacar, ni una llanta, menos (…) platicábamos,
cantábamos, tomábamos café, o a veces un trago (…) platicábamos de cuando
entramos a trabajar, del futbol, de las necesidades, de los problemas económicos,
de los problemas familiares, de sí llegáramos a ganar “no pues sí” y volteábamos a
ver la fábrica, y la fábrica todo el pasto seco, telarañas (…), cuando veía la fábrica
desde la huelga, sentía nostalgia, tristeza, ganas de llorar, porque yo debería estar
adentro trabajando y no era así, porque para mí lo importante era trabajar, para
sacar adelante a mi familia y mantenerme activo, no dejar de vivir, trabajar pues,
hacer lo que soy, soy trabajador y entonces sin trabajo como que no es uno, por
eso” (Alberto Sermeño Aguayo, abril 2017).
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
dialogar con el Sindicato de Euzkadi, así como presionar al gobierno federal para
participar de este proceso de negociación.
Este largo proceso de lucha implicó para los obreros, también un proceso de
aprendizaje, que mantienen vivo en sus memorias, dándole un importante sentido
a aquello que vivieron y aprendieron durante la huelga, para explicar lo que son
ahora como cooperativa.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“El alma de nosotros fueron las asambleas (…) nosotros teníamos el compromiso
de ofrecer un proyecto de vida, que era recuperar la fuente de trabajo y punto,
buscamos quien comprara la empresa, porque Continental no quería, y el
compromiso del Sindicato era recuperar la fuente de trabajo con el Contrato Ley
incluido (…) en las negociaciones, Continental no quiso reabrir (…) y ya en las
negociaciones, logramos el 50% de la fábrica como pago de los salarios caídos de
los que permanecimos en la lucha (…) la huelga no se ganó por dictamen, fue una
negociación que obligamos a Continental, y a partir de eso es que construimos un
proyecto de vida, que es esta cooperativa” (Francisco Javier Ramírez Márquez,
enero 2017).
“Vivir una huelga tan larga es desesperante, no ves el final, quizás ves una luz como
decía hace rato, pero no, nunca ves llegar, nunca le ves llegar, ves que ya llega y
ves que llega y se acerca y se acerca y se acerca y a la vez se aleja la posibilidad
de llegar a un acuerdo (…) es una lucha muy desigual porque los patrones tienen
de su lado a los gobiernos, a los medios, a la policía, y más aún, a quienes les gana
la desesperación, uno entiende que tenían que buscar la papa los que se liquidaron,
eso los llevó a aceptar el dinero, por eso es una lucha desigual (…) La luz la
empezamos a ver más clara cuando dictamina que la huelga es existente, ya la veo
un poco más clara, fueron 1,141 días de huelga, uffff…, es algo que no sabes ni
cómo lo resistes, lo resistes porque el mismo día a día te va empujando a resistirlo,
vuelvo a insistir, el orgullo, la dignidad, la convicción y las ganas de ganarle a una
trasnacional como era Continental, porque veíamos como se paseaban guardias
extranjeras fuertemente armadas dentro de la planta y te da más coraje, porque si
un mexicano roba un chicle va preso, pero si es una gran empresa transnacional la
que te roba la vida, ellos podían estar libremente armados dentro de la fábrica”
(Alberto Sermeño Aguayo, abril 2017).
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
En los últimos meses del 2004 comenzó el camino hacia constituirse como
cooperativa de trabajadores. Este momento marca un claro cambio en todo sentido
para los obreros que lograron resistir hasta el final de la huelga. Muchos de ellos no
sabían qué era una cooperativa, no estaba en su horizonte reabrir la fábrica bajo
este modelo laboral, en sus mentes estaba recuperar el trabajo, y sí la forma
propuesta era una cooperativa, entonces era la opción a seguir para conseguir su
principal objetivo de lucha.
“La verdad, cuando nos dijeron que iba a ser una cooperativa, pues no sabía ni qué
era una cooperativa, pus yo había oído hablar de cooperativas de ahorro y todo eso,
pero una cooperativa como la de la Pascual, sí oía, pero el sistema no sabía yo lo
que era una cooperativa, y pensé que era un reto muy grande, que era un reto para
nosotros, que teníamos un compromiso enfrente y la verdad, pus yo sabía que todo
dependía de nosotros (…) para estas alturas, aunque no sabía bien que era una
cooperativa, tenía claro que lo que fuera que fuera, dependía de lo que hiciéramos
nosotros, de nuestro trabajo y entonces había que entrarle con todo y aguantar lo
que viniera (Héctor Manuel Velázquez Becerra, diciembre 2017).
El reto que tuvieron enfrente es señalado por ellos como un reto muy grande,
que fueron comprendiendo conforme se fueron capacitando al respecto del modelo
cooperativista. El reto, ahora lo señalan como una transformación completa en todo
sentido, transformar su concepción del trabajo, de ellos mismos como trabajadores,
asumirse parte de un proyecto de vida y colectivo.
“Cuando se empieza a ver lo del acuerdo yo dije “ya la hicimos y nuestra historia va
a cambiar, nuestra forma de pensar debe cambiar, porque ya no iba a ser lo mismo
porque lo que queríamos era trabajar, y ya cuando nos dimos cuenta que sería como
cooperativa, se llegó al acuerdo de la cooperativa, nos dieron cursos de
cooperativismo y nos dimos cuenta que si no recojo esa basura, esa basura te va a
dar mal aspecto, entonces la tienes que recoger, porque ya eres tú la fábrica, eres
tú tu trabajo, eres tú el proyecto de vida, eres tú tus compañeros, eres tú el trabajo,
entonces pues si tienes que hacer las cosas, las tienes que hacer, porque ya no es
sólo hacer tu trabajo simple, sino que es hacer tu trabajo como parte de algo más
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
grande que tú, y si hay que recoger la basura hay que recogerla aunque tú seas
maestro llantero” (Alberto Sermeño Aguayo, abril 2017).
Este proyecto de vida, cómo ellos lo enuncian, no fue fácil, aún ganado el
acuerdo con Continental, si la larga lucha durante la huelga implicó para ellos
procesos de transformación, conformarse en cooperativa supuso una
transformación aún más profunda y además un proceso extenuante e intensivo de
trabajo para recuperar “el cadáver” que la Continental les había entregado.
“Cuando abrimos la reja, era un desastre, el licenciado que nos entregó la planta
nos dijo “les entrego el cadáver”, y Jesús decía “no es el cadáver, es peor que un
cadáver”, “¿quién lo va a levantar?” decíamos, “nosotros lo vamos a levantar”
decíamos, y “¿cómo lo vamos a levantar?” “vamos a hacer la lucha”. Fue muy duro
ver la fábrica por dentro por primera vez en muchos años, sí la veíamos desde afuera
cuando estábamos en huelga, y veíamos los pastos y veíamos todo abandonado,
pero ya entrar y ver “el cadáver” como nos dijo el licenciado éste, pues fue muy
impactante ver los cables que estaban rotos por lo roedores, ver las grúas
arrumbadas, ver el zacate que parecía selva, ver las máquinas arrumbadas con
telarañas, ver que todas las lechuzas volaban dentro de la planta, y pues ¿qué
hacíamos?, llorar y decir “dame fuerzas Dios mío para sacar adelante esto y lo
vamos a hacer” porque si duramos 1,141 días batallando, que no podamos sacar
adelante esta cosa” (Alberto Sermeño Aguayo, abril 2017).
“Nos dijeron “ahí está el cadáver” y nos entregaron la fábrica, no sabes lo que fue
ver la fábrica cómo estaba, casi cayéndose a pedazos, había lechuzas, víboras,
animales por todas partes, cuando la vi así, no sé, me dieron ganas de llorar, yo
había pasado muchos años en esa fábrica y nunca imaginé verla así como muerta,
y entramos y pues sí era como un muerto, y uno pensaba “híjole y ahora ¿cómo
vamos a revivir esto?¿cómo se revive un muerto?”, pues sólo que fuera uno mago
o algo así, porque pues uno piensa que no hay forma, pero pues teníamos que
hacerlo, teníamos que revivir este muertito y darle vida, y pues lo único que teníamos
146
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
como trabajadores era nuestro trabajo y nuestras manos ¿qué otra?” (Héctor Manuel
Velázquez Becerra, diciembre 2017).
Esta etapa de revivir al cadáver implicó mucho trabajo, y sobre todo trabajo
colectivo por parte de todos los obreros ahora cooperativistas, para enfrentarse con
los peores pronósticos que pesaban sobre ellos. La Continental había pronosticado
un lapso no menor a un año para que la fábrica comenzara a funcionar nuevamente;
otros pronósticos auguraban que no iban a poder echar a andar la fábrica.
“Los especialistas calculaban que tardaríamos por lo menos un año en echar a andar
la planta, no menos, aseguraban, y ¿qué crees?, que en unos meses ya comenzó
a funcionar, así fue esta historia de nosotros, nos decían que no íbamos a poder,
qué éramos puros viejos obreros, pero sí pudimos, la echamos a volar, así con todo
y todo, y en la mitad del tiempo que decían los ingenieros” (Ricardo Vázquez García,
enero 2018).
El trabajo colectivo fue fundamental para revivir el cadáver, sin paga, sin
horario de entrada o salida, muchos de ellos viviendo en la fábrica, durmiendo en
cartones junto a las máquinas, haciéndola de todo un poco, arreglando máquinas,
destartalando las inservibles para recuperar aquellas que tenían esperanza,
limpiando maleza, lo que hiciera falta hacer para lograr darle vida a lo que la patronal
insistía estaba muerto.
“Todo fue trabajar en equipo hombro con hombro, codo con codo, nadie era nadie
más que nadie, todos éramos iguales, para empezar, porque nadie iba a decir “yo
soy dueño”, y fue la mentalidad que tuvimos, nadie es más que nadie, todos tenemos
que trabajar, todos tenemos que recoger, todos tenemos que ser albañil, todos
tenemos que echar talacha, todos tenemos que cortar pasto, todos tenemos que
hacer lo mismo, todo tenemos que hacer todo, porque nadie nos lo va a pagar y no
vas a pagar a nadie y ya en base a eso sacamos adelante la planta. Primero fue
escombrar, limpiar, limpiar la planta tratadora, limpiar, cortar el pasto, tratar de echar
a volar los montacargas, las máquinas limpiarlas, tratar de conectar los cables que
estaban desconectados, estaban rotos, la planta de luz que fue un trabajo muy
arduo” (Alberto Sermeño Aguayo, abril 2017).
147
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“Poco a poco fuimos echando a volar todo esto, unos compañeros echaban a andar
un montacargas, otros la planta de luz, otros las Calderas, y así poco a poco, se
arreglaba una máquina, otra, un área de producción, otras, y poco a poco el cadáver
dejaba de estar muerto, y pues uno también, porque conforme veías que iba
levantando esto, pues uno se llenaba de vida también, así hasta que comenzaba a
echarse a volar las áreas de producción, con el material que había, que no era de
148
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
muy buena calidad, pero así, con lo que teníamos a la mano comenzamos a echar
a volar toda esta fábrica, hasta dejo de ser un cadáver, lo revivimos con nuestras
manos” (Héctor Manuel Velázquez Becerra, diciembre 2017).
Una vez revivido lo que fuera un cadáver, la fábrica comenzó a “echar a volar”
-como dicen ellos-, es decir que las manos obreras, mediante el trabajo colectivo
habían logrado no sólo revivir un cadáver, sino que además lo dotaron con alas para
volar como un proyecto no sólo de trabajo, sino que cómo apuntan ellos, de vida.
149
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
mucho tiempo y cuando las echabas a andar, era batallarla, batallarle” (Héctor
Manuel Velázquez Becerra, diciembre 2017).
“Fue muy emotivo, yo siempre estuve encerrado aquí, vivíamos aquí, dormíamos
aquí, fue muy bonito, muy emotivo, y si un compañero no podía venir, pues órale,
yo siempre me quedaba aquí, así fue hasta que esto lo echamos a volar y comenzó
a volar todo. De ese tiempo recuerdo bien bonito ver a todas las máquinas
trabajando, ver cómo íbamos echando a volar las máquinas, ver cómo poco a poco
íbamos volando, y veías que un día esa máquina se echaba a volar, y al otro día la
otra y así íbamos viendo como poco a poco todo iba volando, hasta que veíamos
todas las maquinas volando, veíamos como jalaban las cosas, los montacargas, las
máquinas, poco a poco todo iba levantando vuelo y ver que los estábamos echando
a volar nosotros, juntos, y veías que los compañeros trabajamos sin importar el
horario, sin importar la paga, que si era necesario aquí dormíamos, así en cartones,
así si era necesario estar aquí trabajando todo el día y la noche y la madrugada y
volver al otro día temprano, y que ese esfuerzo de todos era el que estaba
levantando esto, y lo estábamos echando a volar con nuestras manos, y
pensábamos cómo hacerle, como mejorar todo, y ahí todos dábamos ideas como
iguales, el ingeniero, el maestro, el operador, todos y así entre todos iba saliendo,
poco a poco, o sea que pus era como, por decir, que era tal cual nuestro trabajo y
nuestras manos las que estaban logrando esto, las que estaban echando a volar
todo esto, y que uno como obrero, o sea no uno como persona pues, nosotros como
obreros, como compañeros estábamos haciéndolo, lográndolo, y cuando veías cada
vez más máquinas volando, uyyyyyy, era algo bien bonito, se te movía todo, las
manos las sentías felices, lo que veías era algo que sentías en todo el cuerpo,
estábamos haciendo nuestro trabajo ya, nuestro producto, nuestra llanta y los
compañeros todos estábamos echándoles ganas. (Héctor Manuel Velázquez
Becerra, diciembre 2017).
150
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Así poco a poco, estos obreros revivieron el cadáver que la Continental les
había entregado, y lo habían echado a volar con sus manos y su trabajo, en una
acción colectiva en la que descubrieron ampliamente sus propias capacidades y su
orgullo ahora no sólo por el trabajo, sino por su cooperativa.
151
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
No son pocos los que -de ser necesario- se quedan después de su hora de
salida, o lo que asisten a jornadas dominicales cuando es necesario cubrir la
ausencia de otros; o quienes forman parte de las cuadrillas voluntarias para realizar
actividades de mantenimiento; o los que al llegar el momento de jubilarse piensan
la posibilidad de seguir trabajando de manera voluntaria.
En sus relatos sobresale el tema del amor por su trabajo, en el que resaltan
la relación que tienen ellos con el proceso y el producto de su trabajo, con el
conocimiento que supone, con el proceso de aprendizaje que les implica.
152
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Este es uno de los principales retos que ven por delante, cómo hacer que los
jóvenes cooperativistas no olviden esta historia, estas memorias, y el sentido que
tiene para ellos la cooperativa.
Queda, para cerrar este capítulo, las palabras de Ricardo Vázquez, quien
pronto tendrá que jubilarse, y no puede evitar la tristeza al pensar en separarse de
su trabajo. Este es una emoción que comparten los cooperativistas cuando se
acerca el momento de su jubilación, o bien, cuando ya están jubilados, que se
asoma entre sus relatos. El trabajo para ellos –y ahora para ellas también- es mucho
153
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
más allá que sólo una fuente de ingresos, es parte importante de su vida, de su
historia, y en cooperativa esto se potencializa hasta tocar el cielo.
“Estoy muy contento de estar aquí, al grado que no sé qué voy a hacer ahora que
me vaya, me falta poco tiempo ya y no sé qué voy a hacer, yo seguiría trabajando
aquí hasta sin que me pagaran, yo podría entrarle de capacitador, pero pues
depende de lo administrativo. Pero yo no quiero dejar de trabajar, porque es una
actividad, es una actividad diaria, de la cual uno aprende todos los días, y eso es
vivir, tener actividad y aprender, sino eso, yo creo que no se puede vivir, porque aquí
en este trabajo siempre estoy aprendiendo más, cada día, aprende uno con los
eventos que suceden, de cómo hacerlo, cómo debes actuar, cómo dirigirte con la
gente, que debes decir, lo bonito de trabajar, es aprender, eso es lo más bonito, de
otra manera sería muy monótono, no creces, no aprendes, es como si fueras una
máquina” (Ricardo Vázquez García, enero 2018).
La fábrica actualmente
154
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Esta fábrica un día fue “un cadáver” que les fue entregado desdeñosamente por un
representante de Continental Tires a los obreros de Euzkadi, quienes con sus
propias manos llenas de trabajo y esperanza lograron invocar una suerte de extraña
magia obrera para revivirla y construir un proyecto que les permitió recuperar lo que
la patronal había intentado arrebatarles, constituyéndose en una importante
experiencia de la lucha laboral del naciente siglo XXI en México y un vivo ejemplo
de las capacidades, posibilidades, limitaciones y contradicciones obreras para
levantar una pequeña gran utopía que para ellos va mucho más allá de lo laboral,
en la que han apostado su historia.
155
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“Eso somos, trabajadores pues, no sé cómo decirlo bien, pero yo creo que uno es
lo que hace, o sea que nosotros tenemos que trabajar, el trabajo es lo que somos y
si no trabajamos pues nos morimos, ¿qué seríamos sin trabajar?, no, sin él no
somos, el trabajo es lo que nos hace ser” (Alberto Sermeño, abril 2017).
“Es que yo creo que el problema es cuando piensas que primero eres otra cosa y
luego eres trabajador, no, yo creo, así pienso yo eh, que aquí antes que socios,
antes que co-propietarios, antes que nada somos trabajadores, ¿por qué?, por una
sencilla razón, todo este desmadre que hicimos tenía un objetivo que era recuperar
nuestro trabajo, eso era lo importante, entonces, bien, ya somos cooperativa y esto
es muy grande sí, pero sólo es posible porque antes que otra cosa somos
trabajadores” (Juan Briones, enero 2018).
156
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Por su lado, entre quienes son jóvenes, la idea del retiro es muy lejana, sin
embargo una tristeza anticipada similar les invade la mirada cuando alguna piensa
en la inminente separación temporal de su trabajo.
“Yo no sé qué voy a hacer ahora que deje de venir al trabajo, voy a extrañar mucho
todo esto, aunque parezca mentira, voy a extrañar mucho venir todos los días, ver
a mis compañeras, ponerme a trabajar en mi máquina, no sé, me da mucha tristeza
pensar que voy a dejar de venir no sé por cuánto tiempo” (María Luisa Espadas,
diciembre 2017).
Estas nociones nos hablan del papel fundamental que adquiere el trabajo, y
son recurrentes entre diferentes poblaciones obreras para quienes el trabajo
siempre es más que una simple actividad que les permite acceder al salario -en este
caso al adelanto a rendimiento- que les permite sobrevivir económicamente, sino
que se relaciona con una serie de procesos personales, tradiciones familiares,
experiencias de vida, aprendizajes y capacidades como sujetos, a partir de lo cual
se conciben a sí mismos.
“Soy trabajador, es lo que he sido toda mi vida, trabajando me hice pues, o sea aquí
aprendí a trabajar y es lo que soy, algunos pensarán que es bien fácil, pero no, para
ser quien soy ahorita, y mira que no es que me crea mucho, he tenido que aprender
muchas cosas, aquí pasas por muchas áreas y en cada una de ellas pues aprendes
y todo eso es parte de quien eres” (Ricardo Vázquez García, enero 2018).
157
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
44
Esta importancia del trabajo para el sujeto, si bien aquí se habla en el caso general del trabajo obrero y en
particular del trabajo cooperativo, apuesto no es exclusivo de este tipo de trabajadores, sino que adquiere
importancia para el sujeto, sea que trabaje en una fábrica, en un taller artesanal, en el campo, en una oficina,
en un salón de clases, etc.; y esta importancia del trabajo para el sujeto no es unidireccional, sino que puede
adquirir un sentido negativo también, de acuerdo al contexto concreto y del sujeto.
158
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Trabajando y posando
159
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
aquí somos cooperativistas, trabajamos para nosotros, es bien diferente trabajar sin
el látigo detrás y además trabajas con tus compañeros, colaboras con ellos, sabes
que lo que tú haces importa para el otro, para todos” (Alberto Sermeño, abril 2017).
Saber que el trabajo es suyo se marca como importante y además para los
socios de TRADOC fue importante no dejar de ser trabajadores ni convertirse en
patrones, a lo que respondió la creación del modelo de PROEM al que los
fundadores se integran junto con los nuevos socios que no cuentan con capital
social.
“Mira aquí para empezar el trabajo es nuestro, nadie nos está explotando, somos
co-propietarios de la empresa, pero además de eso aquí nosotros tomamos las
decisiones, todos contamos y eso es algo de la cooperativa, porque en una empresa
tradicional tú no vales, lo que pienses no importa, entonces ahí la cooperativa ya es
muy diferente y todos somos cooperativistas y eso también es importante para
45
Los y las socias de TRADOC participan de manera directa en las grandes decisiones de la empresa, mientras
que la totalidad de PROEM, en la que se incluye TRADOC, participan en diferentes niveles de decisiones
operativas en las áreas de trabajo.
160
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Es cierto que existen diferentes áreas de trabajo que son cubiertas mediante
contratistas46, como jardinería, limpieza, cocina, algunas tareas especializadas de
mantenimiento o algunas tareas de revisión final y embalaje del producto, y es
común que ellos mismos señalen sus propias limitantes e incapacidades como
cooperativa para cubrir estas áreas mediante el modelo cooperativista.
Pero volviendo al tema, podemos observar cómo toman fuerza las nociones
de “ser trabajadores antes que socios” o de “ser socios en medida en que somos
trabajadores”, lo que señala la amalgama entre estos dos elementos con sus
sentidos identitarios, haciendo que no pueda haber socios que no sean
trabajadores, ni –con los limites mencionados- trabajadores que no sean socios,
especialmente en el área de producción y la mayor parte de administración,
manteniendo el acento sobre el trabajo dentro de su concepción cooperativista.
46
El término “contratista” lo utilizan en la región para señalar a los trabajadores de empresas de
subcontratación u outsoursing.
47
Salvo el personal perteneciente a Cooper Tires & Rubber Company o de la Gerencia General que es
contratado por COCSA.
161
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
El trabajo adquiere una fuerza identitaria que se amalgama con la del ser
cooperativista y éstos, obviamente entran en relación con otros elementos diversos,
tales como religiosos, familiares, políticos, comunitarios, en una interacción
constante que conforma los procesos identitarios.
El trabajo, en una primera dimensión es una acción compleja que implica una inter-
acción entre conocimientos, experiencias y capacidades que adquieren un sentido
identitario; en una segunda dimensión es una inter-acción entre sujetos que las
adquieren y las despliegan; y en una tercera dimensión es una inter-acción con otros
sentidos identitarios más allá del trabajo, por lo que podríamos hablar del trabajo
como una acción y una interacción compleja que adquiere un sentido de identidad.
“Uno es lo que hace por eso el trabajo habla por ti, sí tú haces un buen trabajo estas
mostrando quién eres, si tú haces mal tu trabajo no importa lo que digas, ahí
demuestras quién eres y para hacer bien tu trabajo pues tienes que aprender, por
eso el trabajo es como una escuela, tienes que aprender y entre más aprendes eres
mejor y sólo lo puedes demostrar trabajando, por eso para mí es importante siempre
hacer mi trabajo lo mejor que pueda, porque es lo que soy” (Miguel Meléndez, enero
2018).
162
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“Yo creo que de por sí uno nunca trabaja solo, me parece que es imposible porque
tú haces algo, pero ese algo le sirve a alguien más que va a hacer otra cosa y así,
por ejemplo, el que hace almohadilla pues sí la hace, pero la almohadilla pasa a otro
paso donde alguien más hace otra cosa y así, entonces pues no es que tú trabajes
solo aunque tú hagas tu paso, y en la cooperativa eso es más fuerte, porque aquí
sabemos que cada quien hace su parte y entre todos hacemos el trabajo, es más
grande cómo aprendes a trabajar en la cooperativa” (Leopoldo Gutiérrez, enero
2018).
48
Es importante entrecomillar lo “individual”, como lo veremos más adelante, pues sí el trabajo es una acción
y una inter-acción constante, lo individual como tal, si bien no deja de estar, también se desdibuja.
49
La clase obrera surgió en el seno de la modernidad capitalista como sujeto social, y por lo tanto se liga
también al pensamiento del liberalismo, o lo que se ha dado por llamar “occidente”, que se podría
problematizar en muchos sentidos, sobre todo sí más allá de lo abstracto, entendemos que quienes la forman
no aparecieron de pronto como “seres nuevos” inventados por el capitalismo, sino que venían de poblaciones
existentes con sus concepciones, prácticas, lógicas, tanto artesanales como campesinas y le imprimieron sus
propios sentidos concretos a la abstracción de la “clase obrera”.
163
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“Lo que hemos logrado es muy grande, la huelga, la cooperativa, tú ves cómo ha
crecido esta empresa y te das cuenta de lo grande que es lo que somos y hemos
logrado” (Vania Vélez, abril 2017).
“Yo creo que todo esto que lograron nuestros padres y que ahora también nosotros
como cooperativistas es muy importante, yo recuerdo todo lo que les costó a ellos
luchar por esto cuando la huelga, y ahora que estoy aquí veo lo que hemos logrado
y es grande, y creo que no se hubiera logrado si no hubiera sido por la unión, porque
ahora ya como cooperativa es posible si todos hacemos lo que nos corresponde en
el trabajo, pero yo pienso que no sería posible si cada quien trabajara como aislado,
porque así no se puede” (María Luisa Espadas, diciembre 2017).
164
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Cooperativistas trabajando
50
Esto no es exclusivo de las y los trabajadores de esta cooperativa, se presenta en términos generales entre
poblaciones obreras, pero también en referencia otros ámbitos de trabajo diversos.
51
Salvo tal vez al inicio de su historia laboral.
165
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“Para hacer bien tu chamba tienes que aprender a trabajar, tienes que saber hacer
las cosas y eso es algo que sólo aprendes chambeando poco a poco y pues así vas
aprendiendo conforme avanzas de un lado a otro y te haces bueno en tu chamba y
cuando haces bien tu trabajo te sientes orgulloso porque el trabajo habla por ti”
(Rubén Soto, diciembre 2017).
“Aquí vas aprendiendo a trabajar, pero no es que aprendas una vez y ya, sino que
constantemente estás aprendiendo, sobre una máquina, sobre otra, sobre lo que se
hace en un área y en otras, así por donde vas pasando vas aprendiendo y eso es lo
que te hace poder ser bueno en el trabajo, uno es mejor dependiendo de lo que
sepas hacer” (Héctor Manuel Velázquez Becerra, diciembre 2017).
166
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“Yo soy maestro obrero, es decir que mi trabajo es enseñar a los demás, pero para
que yo sea hoy lo que soy, pues bueno, comencé desde hacer limpieza y fui pasando
por varias áreas y aprendiendo a hacer de todo, a trabajar en cada una de ellas, y
ser maestro obrero es que soy alguien que conoce diferentes áreas de trabajo, que
sé de diferentes máquinas, de diferentes tareas, eso es lo que soy y me da orgullo
decir que hoy mi trabajo en enseñar todo eso que he aprendido” (Alfredo Zabala,
diciembre 2017).
En Euzkadi los obreros hacían un recorrido que ellos señalan como “escalar”
que los hacia transitar desde las labores de limpieza hacia diferentes áreas en las
que tenían que aprender a trabajar para poder ocupar un puesto, y seguir
aprendiendo para continuar su trayecto, aprendiendo sobre diferentes máquinas,
procesos, materiales y tareas.
52
Esto lo pude observar entre las obreras textiles de Tehuacán durante mi investigación de licenciatura (2014),
en el que “saber trabajar” se vuelve un motivo de orgullo obrero que se traslada hacia que “el trabajo habla
de ti”, por lo que también es un elemento de su identidad como trabajadoras, y por lo tanto un acto
comunicativo.
167
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Cuando hablan del orgullo por su trabajo, por un lado están señalando sus
conocimientos y experiencias que les confieren capacidades y valor como
trabajadores y como sujetos, por lo que es común escucharles referirse a que “tu
trabajo habla por ti”, lo que nos hace volver al trabajo como una carta de
presentación. Esto nos permite asomarnos a la complejidad que hemos insistido
adquiere el trabajo como una acción y una interacción que adquiere sentido
identitario y de orgullo que además se descubre como un acto de comunicación.
53
Más adelante hablaremos al respecto de esta noción colectiva del trabajo.
54
Insisto en el caso de las trabajadoras de maquila textil con quienes trabajé durante la licenciatura, al trabajar
en un contexto sumamente violento y precario en el que aun así, estas características del trabajo están
presentes, pero en medida en que podamos asomarnos a otros ámbitos de trabajo diversos no exclusivamente
industrial o productivo, en los que, apuesto, esto estará más o menos presente, tomando formas específicas
de acuerdo a cada contexto.
168
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
y derrotar a su patrón, cuantimás siendo éste una de las más grandes empresas
transnacionales del ramo, lo que redobla el orgullo cooperativista55.
“Me siento orgulloso de todo esto, siento que ha valido la pena todo, la lucha y
aguantar tanto porque ahora tenemos esta empresa, imagínate lo que es haber
derrotado a una de las más grandes transnacionales de las llantas, no es fácil lograr
esto que hicimos, y ver cómo estaba la fábrica cuando nos la entregaron y ver cómo
la tenemos hoy. Es un orgullo saber que todo esto lo hicimos nosotros, porque no
ha sido fácil, ahorita ya parece fácil pero no, ha costado mucho” (Miguel Meléndez,
enero 2018).
“Claro que todo esto es un orgullo, más cuando te enteras de cómo está la situación,
aquí mismo en las fábricas del corredor industrial, cómo están los trabajadores, cada
vez peor, y entonces siento más orgullo, porque aquí lo que tenemos lo hemos
55
Para los trabajadores, sobre todo en medida en que están inmersos en ambientes de violencia patronal, el
sólo hecho de poder enfrentar al encargado o al patrón adquiere un sentido de orgullo, que se magnífica si en
la lucha laboral se logra ganarle, y entre más poderoso es el patrón se vuelve a magnificar, pues les implica
descubrirse con algo que la violencia patronal y la dinámica política y económica cotidiana les insiste que no
tienen: su capacidad de hacer frente a quien se presenta como alguien o algo a lo que ellos no pueden
enfrentar, ni mucho menos derrotar.
169
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
logrado nosotros con nuestra lucha y nuestro trabajo, fuimos capaces de lo que casi
nadie, ni nosotros creo, creíamos que íbamos a poder y ahora ves y sí pudimos y
no sólo pudimos sino que mira qué grande es esto ahora” (Ricardo Vázquez, enero
2018).
Hasta aquí hemos podido ir observando cómo el trabajo -en concreto el trabajo
obrero y cooperativista- ha pasado de la ilusoria imagen de una “actividad simple,
fragmentada, repetitiva y alienante”, a descubrirse como una acción compleja que
también es una interacción en el que podemos observar una serie de conocimientos
y capacidades que se vuelven parte de los sentidos de orgullo e identidad de los y
las trabajadoras, que además se presenta como un acto comunicativo. Hemos
enfatizado la dimensión del trabajo como inter-acción, y hasta ahora hemos podido
observar algunos aspectos desde dónde nos permitimos tal afirmación.
El trabajo mantiene una primera dimensión individual, sin embargo para los
cooperativistas adquiere fuertemente una dimensión colectiva que sobresale, y que
nos puede ayudar a entender el trabajo como proceso eminentemente colectivo aún
en otros ámbitos laborales no cooperativos. Insisto en señalar esta dificultad para
escindir lo individual de lo colectivo, y en el caso de trabajo, esto no es menos
complejo, aun cuando la lógica y dinámica capitalista insiste en fragmentarlo en
supuestas tareas simples realizadas por cada trabajador, y sin embargo no alcanza
a perder su carácter colectivo.
170
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“Uno de por sí aprende a trabajar con los compañeros, ellos te enseñan incluso
aunque no quieran, ahora que somos cooperativa sí es diferente porque ahora si
nos enseñamos todos (…) ahora que somos cooperativa no se trata de que tú hagas
lo tuyo, sino que entre todos lo hacemos, antes también era un poco así pero no lo
pensabas tanto así, con la cooperativa sí, porque si cada uno hace lo que le toca el
trabajo sale bien, aquí aprendes que cada quien hace algo, no importa en qué área
trabaja cada uno, todos hacemos el trabajo, allá en las oficinas, donde sea, aquí
aprendes eso que el trabajo no sólo lo que haces tú” (Miguel Meléndez, enero 2018).
Hemos mencionado que esta dimensión colectiva del trabajo emerge con
fuerza entre las y los cooperativistas, sí en relación al propio modelo cooperativo,
sin embargo también se hace presente más allá de éste. El capitalismo ha insistido
en fragmentar el trabajo, su práctica y sus nociones, y tiene sus intereses propios
en instaurar esto, tal vez el ejemplo más claro de esta pretensión sea el modelo
fordista-taylorista, mediante la cual, aparte de aumentar la productividad y
generación de ganancias, se busca arrebatar a los trabajadores de su capacidad de
incidir en el proceso de producción (Harvey, 2004), sin embargo el trabajo es un
proceso que difícilmente puede ser fragmentado e individualizado y puede –y debe-
ser entendido como un proceso de acción e interacción colectiva, lo que incluso se
puede entender más allá del núcleo productivo, de la geografía y del momento
histórico.
Al respecto, es útil recordar nociones colectivas del trabajo que han sido
señaladas, por ejemplo por Pierre Joseph Proudhon en el siglo XIX, para quien el
trabajo colectivo o asociado no es simplemente la suma del trabajo individual,
señalando que el capital explota justamente esta fuerza colectiva del trabajo, y junto
a esta, sus conocimientos y saberes, que tampoco son individuales (D´Auria, 2007;
18), mientras que otro anarquista reconocido, Piotr Kropotkin, apuntala aún más,
señalando que un trabajo específico en un momento histórico y en un contexto
concreto no pueden comprenderse exclusivamente a partir del núcleo productivo,
pues la posibilidad de que exista una máquina, una fábrica y un trabajador con un
conocimiento concreto no puede desligarse de un proceso más amplio de trabajo y
171
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Señalo esto para remarcar el carácter colectivo del trabajo –incluso social- y
la pretensión capitalista de fragmentar no sólo su realización como acción e
interacción, sino su concepción, lo que nos hace pensar “mi trabajo” fragmentado
del de los y las demás. Si bien, de acuerdo a cada contexto específico podemos
encontrar fuertes nociones individualizadas del trabajo56, en este caso concreto
emerge constantemente una noción del trabajo que no niega su dimensión
individual, sino que la integra en la colectiva.
Podemos desmenuzar la idea del trabajo individual desde sus relatos –que
van más allá de la cooperativa-, en los que señalan cómo aprenden a trabajar en
relación a sus compañeros cuando ingresan a una determinada área de producción,
comenzando con esto a complejizar la dimensión individual del trabajo.
“Una no llega sabiendo, llegas y ves y no sabes qué hacer, y tus compañeras te van
enseñando a hacer las cosas y también vas mirando y aprendes así de ellas, te
ayudan, te dicen cómo ajustar tu máquina y tú vas aprendiendo” (Vianey Hernández,
diciembre 2017).
56
Que también pueden problematizarse en este mismo sentido.
172
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“El que sabe le enseña al que no sabe, así aprendemos, yo así aprendí de la gente
y ya vas aprendiendo lo tuyo a partir de trabajar y llega el momento en que tú eres
el que sabe y te toca enseñarle a los que no saben, siempre ha sido así desde que
era Euzkadi, aunque en ese entonces sí había más como envidias porque luego
pensaban que les querías quitar su puesto y ahora eso ya casi no lo hay, ahora
aprendimos que si enseñamos a los nuevos entonces la carga es más pareja” (Juan
Briones, enero 2018).
“Ahora es más común que nos apoyemos entre nosotros, sí tú ves que uno está
atorado, que no sabe o que se atrasa, pues intentas echarle la mano, ya sea que le
enseñes a hacerlo o que le digas “pásame unas”, porque la cooperativa te enseña
que se trata de colaborar entre nosotros y pues de nada sirve que yo acabe mi tarea
57
Aquí estamos hablando del caso específico de la cooperativa, donde posiblemente es más fácil que emerja
la concepción colectiva del trabajo, y por lo tanto que podamos observar más claramente esta dimensión, sin
embargo es necesario señalar que durante la investigación que realicé con obreras de la maquila textil en
Tehuacán, también era posible encontrar prácticas y relatos que permiten observar esta dimensión colectiva,
aunque con su obvia distancia.
173
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“Aquí cada quien hace su parte, pero lo importante es lo que hacemos entre todos,
porque no importa que tengas, por decir algo, la almohadilla, sino tienes todo lo
demás pues no hay llanta y como cooperativa pues importa que esté la llanta toda
y no sólo una parte, entonces aunque sí cada quien hace su parte, lo importante es
que todos hagamos la llanta, desde el que está en las oficinas hasta el que la vende
ahí afuera de la fábrica” (Leopoldo Gutiérrez, enero 2018).
174
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Hemos mencionado que el trabajo no sólo es una acción, sino además una
interacción entre dimensiones, conocimientos y sujetos. En esta cooperativa existen
diferentes puestos mediante los cuales se organiza el proceso administrativo y
productivo. En el área productiva existen maestros obreros y coordinadores de área,
que son socios que por sus capacidades son designados a diferentes
responsabilidades, y también están los Jefes de Área y Gerentes administrativos.
Estas diferentes jerarquías, en ratos parecen desdibujarse tanto en el trato cotidiano
como en el trabajo, aunque no desaparecen.
58
El área de producción de principio a fin, tiene una extensión de 1 km de largo, y en algunas áreas tiene hasta
tres niveles de altura, y durante la realización de esta investigación estamos hablando de alrededor de 1,400
cooperativistas que se dividen en tres turnos.
175
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Llegar a ser coordinador es concebido como “un premio, donde lo que ganas
es más trabajo, más responsabilidad y más compromiso”, lo que nos hace pensar
ciertas cercanías –con su amplia distancia- con las concepciones de autoridad en
comunidades indígenas. Ser coordinador implica “estar dispuestos a trabajar más
que los demás en lo que sea necesario para que esto no se pare” (Juan Briones,
enero 2018).
A partir de esto podemos pensar que estas jerarquías hacen referencia a una
relación con la responsabilidad colectiva y señalan “administrativamente somos
como jefes, pero no somos jefes de nadie sino compañeros que nos toca más
chinga, o sea que aquí ser jefe no es ser jefe, sino chingarle más” (Juan Briones,
enero 2018), lo que nos permite entender una concepción de jerarquía, no
inexistente, pero sí diferente.
176
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
ocupan estos puestos y el resto de los socios y es posible observar que entablan
relaciones respetuosas entre unos y otros, sin que esto signifique ausencia de
conflictos.
“Aquí sí tenemos jefes, pero no es igual que en otras empresas tradicionales, aquí
es diferente, los jefes no son jefes se podría decir, porque el trato es diferente, por
ejemplo aquí los jefes toman en cuenta lo que la gente piensa y opina, te respetan,
es una cosa diferente aquí, sí son jefes pero a veces pareciera que no lo fueran”
(Ricardo Vázquez, enero 2018).
Este ha sido un camino que los y las cooperativistas han ido construyendo
en la práctica, intentando “cambiar el chip” de cómo se relacionan unos con otros,
por medio del diálogo directo para que por un lado los que participan en las áreas
de producción no se salten las jerarquías administrativas y les permitan participar
con ellos en el día a día de la fábrica, y por el otro que las jerarquías administrativas
no se entiendan como una relación de superioridad sobre los socios.
59
Personal de Cooper Tires & Rubber Company y contratado por la COCSA para puestos gerenciales.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“Aquí se intenta que haya respeto de todos, que los socios respeten al coordinador
y a los jefes de área, pero también al revés, aquí tenemos que cambiar de chip,
como decimos aquí, tenemos que pensar diferente, no importa si trabajas en la
máquina o de jefe o en las oficinas” (Juan Briones, enero 2018).
Este desdibujamiento de las jerarquías a veces llega a tal grado, que muchos
insisten en que “las jerarquías son en el papel y en lo administrativo”, a partir de lo
cual las caracterizo como jerarquías administrativas, pues muchas veces en la
práctica, se conciben como iguales al momento de trabajar y resolver alguna
situación, especialmente cuando quien ocupa el puesto es cooperativista.
“Yo siento que somos iguales, tengas el puesto que tengas, somos iguales, porque
cada quien hace lo que corresponde pero al final todos trabajamos igual, todos
cumplimos lo que nos toca y no hay diferencia sí te toca trabajar en oficinas o acá”
(Leopoldo Gutiérrez, enero 2018).
Por otro lado, entre los coordinadores así como entre los socios que
participan en el consejo de administración de la empresa y las áreas administrativas,
es común rechazar para sí la categoría de “Jefes” y enfatizar que son obreros que
realizan tareas administrativas u operativas.
“Mira, yo por ejemplo, se supone que sería una especie de jefe para mis
compañeros, pero en realidad no soy jefe de nadie, no, soy trabajador y mi trabajo
178
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
es coordinar pero no soy jefe de nadie, simplemente yo intento hacer lo mejor posible
mi trabajo para que todo esto funcione, pero yo no mando, yo no ordeno, yo pido
todo por favor, así aprendí, no soy más que nadie, aquí se puede decir que sí
demuestras que puedes hacer las cosas, puedes llegar a ser jefe, pero no mandas
a nadie, aquí los que llegamos a ser algo así como un jefe, el premio es más trabajo,
más responsabilidad, eso es para nosotros cubrir un puesto de jefes, y lo mismo
para este puesto que para quienes están ahí en las oficinas” (Juan Briones, enero
2018).
Existen otras jerarquías que podrían señalarse como políticas. Los socios
que adquieren éstas, por lo general también desempeñan funciones en las
jerarquías administrativas, ya sea de las cooperativas y/o de la empresa, sin
embargo su carácter no está marcado por sus funciones formales, sino por la
importancia política –hacia adentro y hacia afuera- que han adquirido desde poco
antes del cierre de Euzkadi y durante la huelga, así como desde la fundación de la
cooperativa. A estas jerarquías políticas, es común que los socios se refieran como
“nuestros líderes” o “nuestra dirección”.
179
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“Se ganaron nuestro respeto, pues no sólo supieron guiarnos cuando se nos vino
el mundo encima, sino que pudiendo vendernos y hacerse ricos, no lo hicieron y nos
demostraron ser dignos de nuestro reconocimiento. Todos supimos que a Chuy
Torres le ofrecieron sumas enormes de dinero por vendernos y él no aceptó ni un
quinto, él podría ser rico ahora, porque no eran miles de pesos lo que le ofrecían,
eran millones, y creo que hasta en dólares y no lo aceptó. Por eso él y los
compañeros que están con él se ganaron nuestro respeto, nuestra admiración,
porque además no sólo nos dirigieron y fueron quienes maquinaban las cosas, sino
que nos demostraron que ante todo eran parte de nosotros y hasta la fecha, tú los
ves, y es Presidente del Consejo, pero nunca lo vas a ver sintiéndose más que uno”
(Héctor Manuel Velázquez Becerra, diciembre 2017).
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“Aquí es importante cambiar de chip, esto quiere decir que tienes que pensar
diferente, tienes que olvidar mucho de lo que se aprende en las otras empresas
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
porque somos diferentes, entonces todos tenemos que cambiar nuestro chip y
ponernos otro, ahora sí que cooperativista” (María Luisa Espadas, diciembre 2017).
“Como muchas cosas, uno aprende de la gente con la que trabaja, sí la cuadrilla es
responsable y trabaja bien, la gente aprende a trabajar bien, pero sí la gente es
trabajosa entonces enseñan a ser trabajosa a la gente, como que es una escuela
también en ese sentido el trabajo, aprendes a cómo comportarte, desde ser
descuidado, grosero, buen trabajador, responsable, por ejemplo aquí cuando llegan
los nuevos, piensan que hay regaños, que tienes que pedir permiso para todo, y
182
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
como ven que aquí no es así, pues pronto ya entienden cómo se trabaja, pero eso
lo aprendes viendo a tus compañeros, lo bueno y lo malo ahí se aprende” (Juan
Briones, enero 2018).
“Cuando yo entré aquí, pues no sabía cómo era, aquí he aprendido a colaborar con
la gente, y eso es bien bonito, porque vas viendo que en el área la gente colabora y
se ayuda y está al pendiente y te enseñas a ser también así, aprendes esas cosas”
(María Luisa Espadas, diciembre 2017).
“Luego ves que llegan chavos que son muy aplicados, pero llegan a donde la gente
es trabajosa y sabes que los van a echar a perder, entonces, pues si puedes,
intentas jalarlo hacia otro lado para que no se eche a perder como ellos, porque si
se vuelve trabajoso es bien difícil jalarlo pa´ este lado, entonces pues como uno ya
más o menos conoce a la gente, pues tienes que tener cuidado con eso para que
no se eche a perder la gente, que aprenda de gente trabajadora” (Juan Briones,
enero 2018).
184
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Vale la pena señalar, para no olvidar, que la imagen del trabajo obrero como
masculino, más que una realidad trans-histórica, ha sido la construcción de un
relato que no necesariamente refleja la realidad social y obrera. Las mujeres han
formado parte de la clase obrera, trabajando dentro de las fábricas, dejando su vida
y trabajo entre las máquinas, y participando en los movimientos obreros
constantemente, seguramente no en igualdad de condiciones, pero no se podría
intentar contar la historia obrera y la de sus luchas sin tomar en cuenta su
participación.
El trabajo femenino en las fábricas ha sido una constante que puede tener
variaciones de acuerdo al momento y el lugar concreto del que se hable. Por
ejemplo, durante el siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX las mujeres
60
En sus inicios la Compañía Hulera Euzkadi producía diversos productos del hule y sus derivados, tales como
mangueras, guantes, zapatos tenis, neumáticos para bicicletas, pero conforme el mercado automotriz creció,
se convirtió en una empresa exclusivamente llantera, y con esto su fuerza de trabajo se masculinizó por
completo hasta su cierre en diciembre del 2001.
185
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Así, debemos entender que, sobre todo, esta imagen del trabajo obrero
como masculino es un relato político, que sin embargo pronto volvió a
resquebrajarse con la fuerte feminización del trabajo obrero en las maquilas, que
en el caso de México tomó cuerpo en la década de 1960. Es importante tener esto
en cuenta para romper con una imagen construida e instaurada social y
políticamente en la que el trabajo obrero es esencialmente masculino, aun cuando
en ciertos momentos y ramas industriales, como el caso de la llantera, sí fuera un
reflejo de la realidad social.
Las mujeres dieron un primer asalto en esta batalla para tomar su lugar, en la larga
resistencia obrera durante la huelga en Euzkadi. En los relatos de los
cooperativistas es recurrente escucharlos hablar sobre la participación de las
186
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Este tema ha sido abordado por María Atilano (2008), quien recupera
diversos testimonios de las mujeres de las familias obreras sobre su participación
durante la huelga de Euzkadi, sin embargo amerita ser señalado en esta
investigación, pues la participación de ellas fue fundamental para la resistencia y la
huelga en diferentes sentidos.
El primero refiere a lo económico, pues ellas fueron las que asumieron –en
gran medida- la responsabilidad de sostener a las familias, haciendo posible la
resistencia económica, sin la cual los obreros no hubieran podido mantenerse
firmes hasta derrotar a la Continental Tires. Esto llevó –en menor o mayor medida-
a una transformación que impactó, rompiendo la lógica del “hombre proveedor”,
llegando a generar cambios en las relaciones y concepciones a lo interno de las
familias obreras.
“Aquí, nosotros decimos que de no ser por las mujeres no hubiéramos podido
resistir y nada de esto sería lo que es, porque cuando nosotros nos quedamos sin
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
trabajo, ellas salieron, no sólo nos apoyaron, sino que agarraron al toro por los
cuernos y sacaron a flote a las familias, y no fue fácil, porque uno pensaba que las
mujeres tenían que estar en la casa, pero eso nos sacó de ahí” (Héctor Manuel
Velázquez, diciembre 2017).
Uno de estos cambios es referente de rol que jugaron las esposas, quienes
salieron del sitio del hogar, al que socialmente estaban “destinadas”, para volverse
la cabeza económica de las familias, muchas de ellas entrando como obreras en
fábricas o abriendo pequeños negocios que les permitieron sobrevivir la urgencia
económica familiar. Si bien, es cierto que estas transformaciones fueron parciales,
y no significa que se haya logrado desarraigar las dinámicas machistas de las
familias obreras, sí implicó una fisura importante que llegó a casos de cambios más
profundos en las relaciones y dinámicas familiares.
“Yo me quedé en la casa a cuidar a los niños, y aprendí a cocinar y hacer todo en
casa, y fíjate que no me costó mucho trabajo (…) no sabía cocinar, no sabía hacer
los lonches para mis hijos más grandes, peinar a mi hija (…) y pues aprendí, desde
entonces en casa pues así es” (Alfredo Zabala, diciembre 2017).
188
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Más allá del sentido económico, las mujeres tuvieron una participación
importante políticamente durante la huelga, especialmente en dos formas. Por un
lado, asistiendo individual o colectivamente a las guardias afuera de la fábrica, y
además asumieron una acción política activa dentro de sus comunidades con otras
mujeres de las familias obreras, llevando a cabo campañas de información para
contrarrestar las campañas de desinformación, ilusión y miedo con lo que la
Continental buscaba debilitar la huelga. (Atilano, 2008).
En términos formales eran los obreros los que “tomaban” las decisiones
respecto a la huelga, sin embargo, por lo menos las más importantes de éstas, es
común que no fueran tomadas de manera individual por ellos, sino en junto a sus
esposas. En no pocas ocasiones, la permanencia de ellos en la huelga, no sólo
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
dependía de que ellas les apoyaran, sino que incluso es posible encontrar relatos
donde ellos pensaron aceptar la liquidación y la oposición de ellas se volvió
fundamental.
“Mi señora me apoyó muchísimo, cuando yo me desesperaba ella era de “ni madres,
vamos a aguantar hasta donde se pueda”, así me decía, entonces pues ya uno
agarraba fuerzas, y pues las cosas las decidíamos así entre los dos, no es que yo
haya decidido estar en la huelga, es que fue decisión de los dos” (Juan Briones,
enero 2018).
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“En aquel entonces, eran puros hombres, no había nada de mujeres y ya yo le dije
“no pá, yo no voy a entrar, ahí trabajan puros hombres ¿cómo crees?” y me dijo “no
mira, ya lo platicamos con el Consejo de Administración, con Chuy Torres (…) y
pues bueno, acepté y así fue como entré, fui de las primeras mujeres en entrar al
área de producción” (Lizet Alonso, abril 2017).
Esto encontró un fuerte rechazo entre la mayoría de los socios, sin embargo
la cooperativa empujó el derecho de las hijas de los socios a incorporarse al
proyecto en igualdad de condiciones, con lo que comenzaron a tomar su lugar en
el trabajo y la cooperativa en un ambiente “de hombres”. Las pioneras tuvieron que
enfrentar una serie de obstáculos cotidianos como el rechazo a su ingreso y ciertas
dinámicas en las que “no querían enseñarnos a trabajar bien, no echaban al ruedo
sin decirnos cómo se hacían las cosas, yo creo que querían vernos fracasar”.
191
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
No eran pocos los socios que buscaban o esperaban verlas fracasar como
trabajadoras y cooperativistas, además muchas veces tenían que enfrentarse a sus
propias concepciones de que este no era un trabajo para mujeres. Sin embargo
“por orgullo y por dignidad me aferré, sí ellos podían hacerlo, porque yo no iba a
poder”, lo que las obligó en muchos sentidos a aprender –casi- sin maestros,
observando a sus compañeros para aprender a trabajar, animándose a hacer las
cosas para “demostrarme primero a mí misma que ellos estaban equivocados y
que yo también, que uno como mujer sí podíamos hacer este trabajo tan bien o
incluso mejor que ellos”.
“Era bien cansado, porque requiere mucho esfuerzo, te duelen las piernas, los pies,
la espalda, las manos, me dolía hasta el cabello porque nunca había hecho algo así,
pero poco a poco te vas acostumbrando, no que te dejes de cansar, eso nunca,
siempre te cansas y mucho, pero te acostumbras” (Vianey Hernández, diciembre
2017).
“Yo me canso muchísimo, de verdad que es muy cansado trabajar aquí, no es fácil,
yo al principio creía que me cansaba así porque era mujer, pero ahora creo que ellos
se cansan igual, sólo que no lo aceptan, pero les ves la cara y yo creo que les duele
el cuerpo igual que a mí” (María Luisa Espadas, diciembre 2017).
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Poco a poco las mujeres han ido tomando su lugar en el trabajo en la cooperativa,
adquiriendo conocimientos y experiencias que les permiten desplegar sus
capacidades obreras, que son parte de lo que ha permitido contrarrestar la negativa
masculina a aceptarlas como compañeras de trabajo. Actualmente hay alrededor
de 200 mujeres en la cooperativa, tanto en las áreas administrativas como
productivas.
193
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Para ellas es notable el avance que han tenido al respecto y observan “un
cambio de chip” importante, y reconocen que aún no es completo, pero lo entienden
como un proceso paulatino.
“Yo creo que hemos avanzado mucho, hemos cambiado el chip como decimos aquí,
yo desde que entré aquí no he sentido que haya ese machismo de antes, me
cuentan sí había mucho de no querer a la mujer trabajando aquí, pero ya no, somos
muchas las que estamos aquí y trabajamos bien, a veces hasta mejor que ellos”
(María Luisa Espadas, diciembre 20017).
Ellas van demostrando en la práctica sus capacidades y así han ido ganando
espacios, empujando, aferrándose a sus lugares en la fábrica y la cooperativa, pero
compartiendo iguales derechos que sus compañeros en todos los sentidos.
“Yo creo que ya nos consideran como iguales, porque trabajamos igual que ellos y
así una se gana el respeto, y sí es muy cansado, a veces hasta creo que tal vez sí
es trabajo de hombres, pero es cosa de acostumbrarse a eso, yo creo que ellos se
cansan igual que nosotras” (Vianey Hernández, diciembre 2017).
Por otro lado, no son pocas las mujeres que participan en labores
administrativas, lo que de acuerdo con sus tareas puede ponerlas en una condición
de cierta jerarquía administrativa, al respecto de lo cual también han ido avanzando
poco a poco en construir una cotidianidad en la que los compañeros pueden recibir
indicaciones de una compañera sin que esto implique un conflicto.
“Ya no hay eso que había antes, ya saben que las mujeres trabajamos igual de bien
que ellos, ha sido un trabajo de ir cambiando el chip, poco a poco siento que se ha
ido avanzando en esa cuestión, al principio entiendo sí les costó mucho aceptar a la
mujer en la fábrica pero han ido cambiando el chip, también por ejemplo yo soy
administrativa, pero trabajo mucho en piso, o sea en producción, les damos charlas
y todo eso, y al principio sí como que no les gustaba eso de recibir indicaciones de
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
una mujer, pero poco a poco vamos cambiando la forma de pensar” (Vania Vélez,
abril 2017).
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“No hay otra forma de aprender a trabajar más que trabajando, sí te enseñan un
poco los que ya saben, pero no es que te den clases de plática, sino que te jalan, te
dicen ven, pon atención, obsérvame y ya luego te van dejando a ti hacer cosas
cuidándote y ahí va uno agarrándole sus mañas al trabajo” (Rubén Soto, enero
2018).
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“Uno se gana su lugar demostrando que sabe trabajar, sólo así, sí sabes trabajar
los compañeros te van a dar tu lugar, te van a reconocer, incluso aunque seas más
joven o tengas menos antigüedad, si demuestras que sabes brincas a los números
viejos, aquí el número viejo marca, porque supone que al tener más antigüedad
tienes más conocimientos entonces eso te da un lugar entre los compañeros, pero
sí sabes trabajar no importa si eres número nuevo puedes brincar al viejo” (Alfredo
Zabala, diciembre 2017).
Pero también este conocimiento práctico contenido en saber las mañas del
trabajo o en saber sentir las máquinas, les permite la posibilidad constante de
197
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“Antes sucedía mucho que luego no te querían enseñar para que no fueras
competencia, entonces te enseñaban unas cosas pero otras no, pero uno aprendía
mirándolos trabajar, ahí se asomaba uno y cuando había chanza pues uno
comenzaba a meter las manos para ir aprendiendo (…) luego pues ya agarrabas
experiencia, incluso llegabas a ser mejor que los que no te querían enseñar al
principio y pues sí demostrabas hacer bien la chamba ya no importaba que fueras
número nuevo, la experiencia te daba tu lugar” (Alfredo Zabala, diciembre 2017).
“Luego pasa que los jefes de área creen que porque son ingenieros lo saben todo,
pero nosotros conocemos las máquinas y el trabajo, le sabemos sus mañas y vas
aprendiendo a sentir la máquina, sabes cómo se mueve, cómo se va desplazando
el material y eso ellos no lo saben, y ellos creen que porque tienen título pues saben
más que tú y no quieren hacerte caso, entonces pues lo dejas y cuando sale mal lo
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
que hicieron tú sólo los miras como diciéndoles “no que muy muy” y aprenden que
te tienen que escuchar, no porque uno sea muy muy, ellos serán muy lo que quieran,
pero nosotros llevamos años trabajando, sabemos qué les duele a las máquinas,
cómo hacen, cómo se mueven, y eso tiene un valor que no puedes aprender más
que trabajando” (Israel Pérez, diciembre 2017).
Estas metis obreras no sólo comienzan en una dimensión colectiva, sino que
vuelven a ella y en la cooperativa esto adquiere mayor fuerza, pues es común que
los socios más experimentados se muestren interesados en compartir sus
conocimientos y experiencias con los menos experimentados a partir de la
concepción colectiva del trabajo que la cooperativa fortalece, haciéndolos concebir
que al socializarlos potencializa que el área de trabajo realice bien su trabajo y
pueda solucionar problemas sin cargar esta responsabilidad exclusivamente entre
los más experimentados.
“Yo creo que uno siempre aprende de los demás y al final te toca la responsabilidad
de enseñar a otros, yo lo pienso así, porque yo así aprendí y mira ahora yo soy el
que me toca enseñarles a otros y me gusta enseñar, porque es mi trabajo, porque
apoyo a mis compañeros y a la cooperativa, pero también porque en medida en que
yo les enseñe lo que yo sé a la gente, pues la responsabilidad ya no sólo es mía y
si somos más los que sabemos entonces es más fácil hacer las cosas bien o
arreglarlas” (Alfredo Zabala, diciembre 2017).
Este compartirse las mañas del trabajo se vuelve parte importante del ser
cooperativistas, que entra en acción de manera cotidiana, buscando fortalecer el
proyecto colectivo, así en la cooperativa se fortalece la dimensión colectiva de este
conocimiento, que no deja de estar presente en todo conocimiento obrero.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
contexto específico, aunque pueda ser útil para otros contextos con su propia
experimentación necesaria. Esta forma de conocimiento no es exclusivo de la
cooperativa, ni del trabajo obrero, pero es importante señalar cómo en este caso
aparece como la forma “natural” obligada del conocimiento valido que se vuelve
parte del “ser trabajadores”
“Yo creo que lo bonito de trabajar es que siempre sigues aprendiendo, no me creas
si no quieres, pero yo llevo muchos años trabajando aquí y me gusta porque siempre
estoy aprendiendo algo nuevo, eso hace bonito el trabajo, cuando sigues creciendo
como trabajador, y aquí en la cooperativa hay esa oportunidad de siempre estar
aprendiendo, así el trabajo es bonito” (Ricardo Vázquez, enero 2018).
Señalan que aprenden a “sentir las máquinas” como parte de estas “mañas
del trabajo”, lo que nos habla de la constante acción e interacción del sujeto con su
materia de trabajo61, que es parte de la complejidad de la supuesta “simplicidad”
del trabajo obrero, en torno a texturas, sonidos, movimientos de la máquina o la
materia con la que trabajan, en la que el sujeto entabla una estrecha relación con
su ambiente de trabajo que sólo es posible mediante la acción y la interacción
directa en el trabajo. Mientras platicas con ellos observas cómo atienden
constantemente con la mirada o el oído su trabajo.
“Aprender a trabajar, aquí le decimos saber las mañas del trabajo, tiene que ver con
saber qué tienes que hacer y cómo tienes que hacerlo para que salga bien, por
ejemplo, aprender a sentir las máquinas, esto es que uno va conociendo a la
máquina, sabes que ruido hace, que movimiento hace, sabes dónde puede fallar,
porque la ves, la oyes y aprendes a identificar cuando está trabajando bien y cuando
61
Máquinas o materias
200
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
no, y cómo hace cuando va a fallar y cuando esta al punto” (Sergio Valdivia, enero
2018).
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
sus metis específicas, pero además requiere saber cómo tratar con cada una de
ellas y ellos para crear el mejor ambiente y dinámica de trabajo posible.
Si bien, estas metis sociales pueden ser necesarias para todos los
trabajadores y en otros casos de jerarquías administrativas, para los coordinadores
se vuelven fundamentales como parte de sus propias metis sobre su trabajo, pues
él está en constante interacción con sus compañeros del área y no sólo se dedica
a resolver problemas productivos sino posibles conflictos y disgustos entre sus
compañeros, capacidad que sólo puede adquirir mediante la práctica y la
interacción directa con sus compañeros, y le son útiles específicamente con ellos,
por lo que adquiere la forma de un conocimiento y una habilidad práctica y situada,
es decir de una metis.
Esta cooperativa es un proceso vivo y social y como tal adquiere una serie de
contradicciones constantes ineludibles, que son reconocidas y señaladas
constantemente por la propia cooperativa y sus socias y socios. Esto adquiere
202
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
203
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Los obliga a intentar reducir los costos de producción para poder tener
precios competitivos -trasladando el juego de opuestos hacia adentro de la fábrica-
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
sin afectar las condiciones de trabajo y vida que han logrado como trabajadores 62,
por lo que esta reducción de costos de producción se constriñe a la posibilidad de
aumentar la productividad.
Lograr ofrecer sus productos a precios accesibles les obliga a buscar reducir
sus costos de producción, llevando esta contradicciones hacia la fábrica, pues
tienen que lograr esto sin afectar sus condiciones de trabajo y vida ni la calidad de
su producción, por lo que no pueden eludir la necesidad de usar la estrategia de
aumentar la productividad -lo cual también es una forma capitalista- para lograrlo.
Aumentar la productividad les implica aumentar los ritmos de trabajo, lo que ha
llegado a generar descontentos entre algunos socios, que llegan a aludir a su
memoria sindicalista, al respecto de la negativa a aceptar los aumentos en los
ritmos de trabajo, señalando que esto implica arriesgar las condiciones y la calidad
del trabajo.
62
Reducir las condiciones de trabajo es una de las principales estrategias en el modelo capitalista para reducir
sus costos de producción y aumentar sus indicies de ganancia.
63
En esta fábrica se producen con la misma calidad las marcas propiedad de Cooper Tires & Rubber Company,
como Black Stone Tires, que es propiedad de TRADOC.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“Ya te habrás dado cuenta de lo que está ocurriendo, pues a eso a lo que me refiero,
que como somos cooperativa luego la gente cree que no tiene que trabajar porque
aquí no se corre a la gente, entonces pasa como con esto de la jornada dominical,
y pues yo la verdad sí creo que estamos a tiempo de acomodar las cosas, si la gente
no quiere trabajar está bien, que no trabaje, pero aquí uno viene a trabajar, tú ves a
compañeros que están aquí todo el día, vienen de madrugada, vienen en días
festivos y lo hacemos porque este es nuestro proyecto, pero ves que hay unos que
se agarran de cualquier cosa para no trabajar” (Juan Briones, enero 2018).
64
Esta cuadrilla de trabajo no trabajaría exclusivamente los domingos, pero tendría condiciones especiales de
trabajo, como una prima dominical sobre sus adelantos a rendimiento, así como condiciones especiales
respecto a sus descansos, y los nuevos socios que se integraron en ella, lo hicieron mediante un acuerdo
específico.
65
Esta reducción de personal implicaba la extinción, por lo menos parte, de dicha cuadrilla dominical.
206
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
esta situación. Por un lado la cooperativa siempre se había negado a aceptar esta
como una medida para solucionar sus problemas de productividad, por medio de
acordar una reducción general de los adelantos a rendimiento para evitar la
reducción de personal, sin embargo en esta ocasión era diferente.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Haciendo llantas
208
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
a partir de los cuales emerge esta concepción de su trabajo “en parte artesanal” es
por un lado la relación de sus sentidos con el trabajo; su relación con el proceso de
producción y las decisiones al respecto; así como su relación con el producto de su
trabajo.
“¿Por qué te digo esto?, porque nuestro trabajo, aunque somos una fábrica con
tecnología de punta, hay aspectos que son artesanales porque la calidad no la da la
máquina, la dan nuestras manos, son trabajos muy manuales y visuales, sí tienes el
láser que te guía, pero es fundamental nuestra vista, nuestras manos más que la
máquina” (Francisco Ramírez, enero 2017).
Suelen hacer mención al respecto de que aunque las máquinas sean muy
modernas, la calidad del trabajo depende de cómo ellos se involucran –por medio
de sus sentidos- con él, haciendo referencia principalmente al tacto y la vista para
sentir y ver, tanto la materia prima con la que trabajan como el proceso en la
máquina, insistiendo con énfasis en que hacer bien su trabajo no depende de la
máquina sino de ellos, a partir de lo que llegan a concebir el carácter artesanal de
su trabajo a pesar de ser industrial.
“Aquí es diferente, porque aquí nosotros estamos muy involucrados con el proceso
de trabajo, sobre todo en tú área, sabes qué es lo que tenemos que hacer en el día,
nos organizamos para ver cómo le vamos a hacer para cumplir eso y si pasa algo
nosotros vemos cómo se resuelve, entonces es diferente a otras fábricas donde a ti
ni te preguntan ni nada, tú sólo te quieren para hacer sólo tú tarea, aquí aunque
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“Sí, es cierto que no podemos estar en todo, pero sí estamos involucrados, o sea,
por ejemplo en el área sí mucho, pero también en general, como socios sabemos
por qué se está haciendo tal cosa, eso lo vemos en general en las asambleas,
entonces pues uno ya sabe el porqué de tal cuestión, y ahí sí estamos involucrados,
es como si fuéramos artesanos pero muy en grande claro, pero somos nosotros los
que estamos detrás de las decisiones” (Miguel Meléndez, enero 2018).
“Yo pienso que lo diferente, entre muchas otras cosas, es que aquí somos dueños
de nuestro trabajo, nosotros somos los que nos organizamos, somos los que
210
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
hacemos el trabajo, somos los que vendemos las llantas, y el trabajo es nuestro, no
le estamos trabajando a nadie, entonces eso es una gran diferencia, yo veo las
llantas, y aunque yo soy del área de seguridad contra incendios, yo sé que esa llanta
la hicimos nosotros” (Ricardo Vázquez, enero 2018).
Estos tres factores hacen que sea posible pensar su trabajo “en parte como
artesanos pero muy en grande” haciendo que coexistan dos nociones de trabajo,
que si bien no necesariamente son opuestas, sí se separan diametralmente. Esto
no significa que nieguen el carácter industrial de su trabajo, pero sí que conciben
algunos aspectos de su trabajo como artesanal. Si bien puede ser común que los
obreros reivindiquen que la parte más importante del trabajo no es realizada por la
máquina sino por ellos, el modelo cooperativista posibilita que los trabajadores
entablen –práctica y simbólicamente- una relación diferente tanto con el proceso
como con el producto de su trabajo, que hace posible pensarlo “en parte artesanal”.
Más allá de discutir que tanto sí o no, el trabajo aquí adquiere un carácter
artesanal, es importante observar cómo coexisten y se ensamblan estas nociones
del trabajo que suelen ser pensadas diametralmente, si no opuestas, sí distantes.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
“Hasta hoy la relación con Cooper ha sido de entendimiento, no es que sea fácil,
tenemos una serie de acuerdos a partir de los cuales entablamos la relación, ahí se
establece todo lo que tiene que ver con la sociedad con ellos y creo que hasta ahora
hemos logrado una relación de mutuo respeto, claro, no somos iguales, porque ellos
son lo que son y nosotros somos una cooperativa obrera, pero hemos encontrado
la forma de que sea una relación buena, a secas” (Jesús Torres, enero 2018).
66
Al fundarse Corporación de Occidente (COCSA) cada uno de los socios (TRADOC y Llanti System) contaban
con 50% de las acciones. Al incorporarse Cooper Tires, cada socio vendió una parte de sus acciones, en un
esquema en que TRADOC resguardaba el 42%, Cooper 42% y Llanti System 16%, buscando que ninguno de los
socios tuviera mayoría de acciones, sin embargo cuando Llanti System se retiró de la sociedad, TRADOC no
pudo comprar el 8% de acciones que permitiera que los socios que quedarían en la sociedad mantuvieran
paridad en acciones, por lo que Cooper Tires se volvió socio mayoritario de COCSA con un 58%, mientras que
TRADOC mantiene un 42%.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Así han logrado hacer funcionar una alianza que “sólo puede funcionar si es
una relación de ganar-ganar, de igual a igual aunque obviamente no seamos
iguales”, que se nos podría presentar como imposible debido a la oposición de las
lógicas de cada una de las partes. Una relación que no ha sido fácil mantener
equilibrada, y en la que la cooperativa han tenido que reconocer sus limitantes,
pero insistir en sus capacidades y potencialidades, que los hacen atractivos como
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Si bien, una de estas nociones aparece con más fuerza entre los socios67, la
otra no deja de estar presente haciendo obligada la coexistencia de dos nociones
opuestas de “ser dueños”.
67
Por lo menos en cuanto a mi experiencia durante esta investigación, a partir de los socios y socias con
quienes pude platicar, ya sea en entrevistas o en pláticas informales durante mi permanencia en las áreas de
producción o en las áreas de comedor y descanso.
214
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Quienes aluden a esta concepción señalan que “si se necesita trabajar más
pues trabajamos más, si toca venir a deshoras pues venimos, si toca trabajar en
días festivos pues venimos, no importa, porque todo esto depende sólo de nosotros
y de nadie más” (Juan Briones, enero 2018) y señalan el objetivo y origen del
proyecto, así como su esencia colectiva. En este sentido no son pocos los socios
que intentan cumplir lo mejor posible con su trabajo, pues señalan su
responsabilidad con el proyecto, que a su vez es una responsabilidad consigo
mismos y con su memoria.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
68
“Trabajoso” es el término con el que designan a una persona con la que cuesta trabajo relacionarse y
trabajar y que se niega a colaborar.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Cooperativistas trabajando
Estas memorias son parte de una misma, pudimos ver cómo mantener viva
la memoria sindicalista articulada con la memoria cooperativista de la fundación del
proyecto, fortalece las nociones y prácticas cooperativistas. En este sentido la
memoria sindicalista ejerce una fuerza importante sobre el proyecto cooperativista
pues “sabemos lo mucho que nos costó lograr todo esto” (Vania Vélez, abril 2017),
y esto está ligado a la noción cooperativa de “ser dueño”.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Por el otro lado también podemos encontrar como estas memorias, que en
esencia no son opuestas, sí llegan a tomar forma en nociones y prácticas opuestas
entre las y los socios, por ejemplo, al respecto de cubrir la jornada dominical. La
oposición de muchos socios a integrarse a esta jornada se relaciona con la
memoria sindicalista, en la que persiste la sentida negativa de trabajar los
domingos, que puede relacionarse con reivindicaciones religiosas, recreativas,
familiares, etc., lo que obligó a incorporar una cuadrilla de trabajo especial para
cubrir dicha jornada, que pronto también abrevó de esta memoria sindicalista para
justificar su negativa a incorporarse al trabajo dominical.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
69
Constantemente hablan de su dirigencia y su papel, señalando de manera especial a Jesús Torres, pero
también al grupo que junto a él entró a la dirigencia sindical justo antes del cierre y durante la huelga, y que
al convertirse en cooperativa fueron elegidos para sus órganos directivos. El caso de estas jerarquías políticas
es indiscutible, Jesús Torres y su grupo, que pertenecen a lo que en el Sindicato se conoció como la Corriente
Roja, de tendencia socialista han sido ratificados constantemente por la asamblea en sus cargos tanto dentro
de la cooperativa como de Corporación de Occidente.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Atenta al trabajo
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Para cerrar este trabajo señalaré algunos aspectos, esperando más que concluir,
abrir continuidades a las reflexiones y discusiones. No pretendo mencionar
cuestiones que no hayan sido señaladas con anterioridad sino insistir en la
potencialidad de la antropología y la etnografía para intentar acercarnos a la vida
social desde los propios sujetos, sus prácticas y concepciones, para aspirar a
acercarnos a una comprensión viva y a “ras de suelo” sobre una realidad que
siempre es más compleja de lo que se ve a simple vista, y que a la par, se nos
escapa entre abstracciones que se disipan en marasmos etéreos que pierden de
vista a las personas concretas.
Esto puede ser obvio, pues es el origen de esta cooperativa, pero adquiere
importancia, ante una realidad donde los dominadores insisten en decirnos que no
podemos enfrentarles y mucho menos ganarles. En ese sentido se hace vital
señalar esto en primer lugar, pues los hombres y mujeres parte de esta historia y
esta cooperativa son una muestra, pequeña tal vez, seguramente llena de
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Deteniéndose a saludar
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
El primer sentido nos invita a entenderla como una acción y una interacción
entre la experiencia propia y otras memorias, que podemos observar con las
jóvenes cooperativistas, cuyas memorias no parten exclusivamente de su
experiencia, sino que abrevan de las de sus padres, madres, familiares y socios con
los que trabajan en la cooperativa. Las memorias “individuales” se conforman en
una dimensión colectiva y no están dadas, sino que son una producción a partir de
la experiencia personal, la agencia del sujeto sobre qué abreva -y qué no- de otros,
y requiere de una interacción a partir de lo cual se integran y generan esos sentidos
con que se significa al pasado.
Esto depende de la interacción que permite que una persona se haga parte
de un suceso pasado, más allá de su participación directa en éste -como la huelga
o la fundación de la cooperativa-, incorporándose a un proceso y una historia que
hace suya y de la que se hace parte, adquiriendo una dimensión socializadora. Es
importante tener esto en cuenta para comprender el trabajo de la memoria como
una acción que produce sentidos sobre el pasado mediante la interacción entre la
experiencia propia y la incorporación de elementos de otras memorias,
incorporando al sujeto a la experiencia grupal, tomando parte en la construcción de
un “nosotros” que sitúa al “yo” en una dimensión colectiva.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
que se insiste formalmente como tal y que nos da pie para observar sus
posibilidades de transformación social y cultural.
La huelga se extendió más allá de los espacios fabriles hacia los núcleos
sociales de los obreros, sus familias, comunidades y región y en cada uno se hizo
70
La Ley Federal del Trabajo emitida en 1931 reguló jurídicamente la lucha obrera, legalizando la huelga pero
constriñéndola políticamente a demandas concretamente laborales y económicas de cada centro de trabajo,
coartando cualquier reivindicación política y social más allá de esto.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Esto se dio en términos generales en todas las familias, donde las mujeres
pasaron a ser el sostén económico, y si bien, por sí mismo no apunta a una
transformación profunda, sí implicó trastocar la cotidianidad familiar en la que el
trabajo fuera del hogar era para los hombres, mientras que ellas eran asignadas al
trabajo doméstico, y por lo tanto implicó la posibilidad de transformar significados y
prácticas de la cultura machista.
Si bien, el espacio de las asambleas era ocupado por ellos y sus voces, a
partir de lo que se podría asegurar que las decisiones políticas fueron tomadas por
los hombres, en sus relatos constantemente aparece el señalamiento sobre que
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
estas decisiones emitidas en el espacio público y político por ellos, eran discutidas,
consultadas y consensuadas con sus esposas. Esto nos señala que la decisión
política y su expresión pública, aunque era enunciada por ellos, no era tomada
individualmente sino compartida con ellas, lo que si bien, no rompe la frontera entre
lo público –o político- y lo privado –o familiar- en relación a hombres y mujeres, sí
nos muestra una complejidad sobre su frontera desdibujada en la forma de tomar
las decisiones.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
2. El trabajo cooperativo
Cuando hablamos de trabajo -en especial del industrial- persiste la concepción que
nos referimos a la realización de tareas simples, fragmentadas, repetitivas que no
permiten el crecimiento del sujeto, que es reducido a una especie de autómata que
repite una y otra vez la misma acción, cuya importancia principal -e incluso
exclusiva- es la económica. Esta es una noción simplificada y economicista, ansiada
y fomentada desde la lógica capitalista, la cual podría parecer cierta sí partimos de
abstracciones que no toman en cuenta a los sujetos.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
cuando éstos serán abrevados por otras personas, que aprenderán directa o
indirectamente de él.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Hemos dicho que podemos entender el trabajo como una compleja gama de
acciones e interacciones mediante las que el sujeto adquiere la capacidad para
“hacer bien” su labor, que adquiere suma importancia para él, pues es la expresión
de su capacidad, su proceso de aprendizaje, su generación de conocimientos y su
historia como trabajador.
Constantemente señalan que el trabajo “es lo que nos hace ser”, “es lo que
somos” y más allá aún, “sin él no somos”, lo que nos señala cómo no se conciben
a sí mismos sin trabajar, pues esto les implicaría perder sus capacidades, invalidar
sus conocimientos y experiencias, y con esto, anularse a sí mismos. En este sentido
se descubre como una acción que es parte de lo que les hace ser y en la que se
expresan a sí mismos. Podemos observar cómo “hacer bien el trabajo” implica
saberse portadores de conocimientos, experiencias y capacidades, que adquieren
un sentido de orgullo, no sólo en un ambiente cooperativo, sino incluso en ámbitos
laborales sumamente violentos y precarios.
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La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
uno”, lo que le denota como una acción comunicativa a partir de la cual interactúa
consigo mismo, con otros y con su entorno, haciéndolo una carta de presentación
sobre sus conocimientos, experiencias, capacidades, valor como sujeto, que habla
por uno y sobre quién se es.
233
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Por otro lado el modelo cooperativista permite que emerjan con fuerza estas
características del trabajo. Si bien, es cierto que la cooperativa no logra escapar del
capitalismo, sí logra impulsar dinámicas que parten desde una lógica diferente,
haciendo posible que éstas se presenten con mayor claridad que en otros ámbitos
laborales y que adquieran mayor importancia para los sujetos y para el proyecto.
71
A lo largo de este trabajo he mencionado el caso de las obreras textiles de la industria maquiladora en la
región de Tehuacán para contrastar algunos aspectos, frente a lo arrojado en la presente investigación. He
utilizado este caso, no porque sea el único, sino porque para empezar es un ejemplo de un ambiente laboral
sumamente violento y precario, pero además, porque realicé mi anterior investigación en torno a él, lo que
me permite contrastar de primera mano ambos ejemplos.
234
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
trabajo del área sea cubierto y bien hecho. En este nivel el sujeto sabe claramente
que su hacer está relacionado directamente con el de cada uno de sus compañeros.
Un segundo nivel se extiende del área de trabajo hacia las otras, más allá de
su inmediatez en la cadena de montaje, pues los trabajadores de cada una,
conciben que realizar bien su trabajo es parte de que las demás puedan hacerlo
también.
Este nivel se extiende más allá de las áreas productivas e incluye a las
administrativas y a las áreas de venta y montado de llantas que son operadas por
cooperativistas en sus puntos de venta en la entrada de la fábrica, en la plaza
comercial “Las vírgenes” y en la ciudad de México.
235
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
sobre quienes forman parte de él, que aprenden a trabajar, actuar e interactuar de
formas determinadas a partir ésta.
Por otro lado, es importante señalar la continuidad del proceso de las mujeres
para irrumpir en la realidad de este grupo obrero, que comenzó con la incursión de
la participación femenina en roles económicos y políticos durante la huelga, y que
continuó con su ingreso al trabajo mediante un proceso paulatino en que han
reclamado y tomado su lugar en la cooperativa. A partir de este proceso han logrado
romper ciertas concepciones y prácticas machistas que les negaban un lugar en un
236
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72
Con estas, me refiero a las metis obreras y a las metis cooperativistas
237
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
por socios, es decir por trabajadores que conocen en carne viva la importancia de
estos conocimientos, y le confieren un reconocimiento no sólo individual, sino
colectivo, por lo que son tomados en cuenta constantemente para la organización y
realización del trabajo, y se vuelven un elemento importante para llegar a ocupar
puestos operativos y administrativos.
El ensamble nos abre las puertas para comprender los procesos vivos desde
su realidad concreta, más allá de idealizaciones y lejos de un autoproclamarnos en
jueces sobre lo que debiera ser. Observar los procesos sociales desde este enfoque
nos permite acercarnos a comprender los juegos de opuestos y en qué medida es
verdad que la contradicción genera un choque inevitable en el que terminará por
destruirse uno u otro, o en qué medida se resuelven en ensambles complejos, con
sus fricciones y tenciones, que permiten la persistencia de la vida social.
238
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Para cerrar este texto, insistiré en señalar cómo a partir de estas y estos
trabajadores cooperativistas podemos acercarnos al trabajo desde otra perspectiva
ligada a quienes son atravesados por él y lo que les significa, que nos permite
esgrimir una concepción profunda y antropológica que nos permite comprenderlo
como una compleja acción e interacción a partir de la cual, el sujeto realiza una labor
específica, que adquiere un fuerte sentido de orgullo e identitario, haciendo posible
alejarnos y romper, o por lo menos problematizar de la noción simplificada y
economicista, surgida de la propia lógica y concepción del capitalismo, que insiste
en presentarlo como una actividad simple, fragmentada, repetitiva y alienante que
centra su importancia en torno a lo económico.
239
La cultura del trabajo en la cooperativa llantera TRADOC
Si bien, es cierto que la cooperativa no puede romper del todo con la fuerza
del capitalismo, también es cierto que abre posibilidades para entender y vivir el
trabajo de una manera diferente a la capitalista, que se hace parte de pensar la vida
de manera diferente también, donde lo colectivo sobresale frente a lo individual, sin
anularlo, en donde la cooperación adquiere fuerza como prácticas y significados
que viven en los sujetos, en un mundo donde política y económicamente se postula,
desde quienes dominan y explotan, lo individual y la competencia como esencia del
trabajo y la vida.
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