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Los romanos celebraban la Saturnalia romana que no era más que un festival que
representaba el solsticio de invierno y honraban al dios Saturno. Durante esta
fiesta, los romanos se alborotaban y por ello, los pocos cristianos que existían en
aquella época, se oponían a estas celebraciones tan descontroladas. De esta
manera se dice que la Navidad surgió para sustitur la celebración de Saturno, rey
del Sol, que en inglés es “sun”, por lo que se tomó como el nacimiento del hijo de
Dios, que en inglés es “son”. Más tarde, cuando la religión cristiana se impuso en
todo el Imperio Romano, el rey Justiniano declaró la Navidad como unas fiestas
cívicas, aunque poco duró esta compostura, pues en la Edad Media las fiestas
navideñas se convirtieron en días para beber y estar de juerga de la mañana a la
noche.
Durante esa época, “magos” era el nombre que recibían los adivinos y astrólogos.
Se cree que estos magos provenían de diferentes zonas: Asia, África y Europa,
pero esto sólo intenta representar y unir las tres razas y continentes que se
conocían en aquella época, puesto que en la actualidad los historiadores declaran
que probablemente provenían de una zona que ahora es Andalucía.
A lo largo del tiempo se han representado a tres Reyes Magos con los nombres
de:
-Melchor, siendo éste un anciano con barba blanca quien llevaba como obsequio
el oro, representando con ello la naturaleza real.
-Gaspar: un joven rubio que en sus manos llevaba incienso, representando gloria,
alabanza y poder.
-Baltasar, un hombre de raza negra, quien lleva de regalo mirra como símbolo de
naturaleza humana.
Nombres e imágenes
Se dice que los nombres y las primeras imágenes de los tres reyes magos que
conocemos se ubican en Rávena, Italia, dentro de la iglesia de San Apolinar
Nuovo, donde se muestra con mosaicos a tres hombres vestidos con ropa estilo
persa y encima de ellos se leen los nombres antes mencionados.
Por otro lado, la historia de los tres Reyes Magos se encuentra en Alemania en la
Catedral de Colonia, construida especialmente para albergar éstas reliquias que
fueron llevadas ahí por el emperador Federico Barbarroja desde Milán.