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Negro
Por
Daniel Estefan Berrio
Meki sostenía la mirada sobre la deslumbrante ciudad. Los fuegos
artificiales inundaban el cielo mientras que los trenes balan recorrían la
Bogotá del 2025, sobre kilómetros de puentes de cristal, fulminados en luces
de neón.
Caminó hasta el borde del edificio y después de haber cerrado sus ojos,
se dejó caer de los trecientos noventa metros de altura. Sabía que eso era
innecesario, pero le encantaba la adrenalina, la adrenalina y sentir la brisa
correr por todo su cuerpo.
Hacía más de cinco años que no la veía. Ella se había ido sin dejar rastro
ni explicación y ahora había aparecido de la nada. Dan se le acercó
rápidamente y le rodeó las mejillas con la palma de las manos, sin dejar de
mirar aquellos ojos cafés claro, los cuales se llenaban de sentimientos y
recuerdos que surgían segundo a segundo.
—¡Dan, no! ¡Déjame! ―él no hizo caso—. ¡Déjame, Dan! ¡Que te digo
que me dejes! —lo empujó hacia atrás y echó a correr, luego se detuvo para
verificar en el BM la fotografía de su víctima, mas no se percató de que Dan le
seguía.
La puerta se abrió con violencia y Meki giró hacia ella, lista para
disparar. Era Dan.
Meki dejó salir un suspiro y se dejó caer al piso. Rastrilló su cabello con
los dedos y preguntó:
Dan deslizó su espalda por la pared hasta que también quedó sobre el
embaldosado. Luego volvió su rostro hacia Meki.
—¡No, Dan! —lo tomó por el brazo y le quitó el teléfono de las manos.
Se escuchó un disparo y Meki fue lanzada contra la pared por el impacto de
una poderosa bala.
—No lo haré —le quitó la otra arma, y se levantó para salir del lugar.
Una granada de humo toxico cayó junto a ellos—. ¡Vaya! parece que debo
marcharme. Lo bueno es que tú no necesitas ir a un portal de tele-transporte
para ir a donde quieras. Así que te puedes ir sin ningún problema. No importa
que aun sigas coja.
—Está ahí. Marbon vendrá por nosotros. Necesita entregar los archivos
o el trabajo estará incompleto. Ese es el objetivo principal.
—No hace falta, tengo muchas más —hizo aparecer una calibre 9mm
semiautomáticas, y abrió fuego contra el sujeto. Este desaceleró y se cubrió
detrás de un autobús —. ¡Más te vale quedarte ahí! —advirtió.
—¡Oh, no! ―se quejó Meki al ver a Marbon apuntar con una lanza
granadas MGL―. ¡Dan, cuidado!
—Así es. Hoy ya la he usado dos veces. Me hace daño pero el impacto
es acumulativo. Si la uso una tercera vez dentro de veinticuatro horas, podría
causarme un severo daño cerebral. Creo que esa es la razón por la cual
Marbon tardó en llegar al apartamento de tu amigo, y en perseguirnos.
Ella rió.
—Okey, te lo diré —le brindó una sonrisa—. Solo debes presionar dos
veces el botón que está en el lado izquierdo del BM, pero antes debes elegir el
lugar al que deseas ir; de lo contrario te llevará por defecto al último lugar de
destino.
El cazador negro se dirigió hacia Meki, la cual estaba por hacer un tele-
transporte de medicina, más no pudo completar la operación, Marbon le
propinó una patada.
Marbon lanzó un rugido al tiempo que se cubría con una de las base del
puente. Se asomó con rapidez y disparó otras granada. Meki volvió a surcar
los aires. El sujeto se le acercó y procedió a arrancarle el BM de la muñeca;
Lo chequeó e hizo aparecer una espada catana. Levantó la espada con la
intención de atravesar a la muchacha, pero Dan lo detuvo con varios disparos,
haciéndolo caer al suelo.
—Creo que ahora estamos en un lio, ¿Qué pasa si envían por nosotros?