Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
San Pablo en la primera carta a los Corintios 7, 10-11, hace referencia a la doctrina
contundente de Jesús respecto a la indisolubilidad del matrimonio, en (Mc 10, 2-12):
«Pero a las personas casadas, mando, no yo, sino el Señor, que la mujer
no se separe del marido; Que, si se separa por justa causa, no pase a otras
nupcias, o bien reconcíliese con su marido. Ni tampoco el marido repudie a
su mujer.» (1ª Corintios 7, 10-11).
El papa Inocencio III (1198-1216) fija las condiciones para el siguiente caso: se trata
de un matrimonio entre paganos, pero, después del bautismo de uno de los cónyuges, la
parte infiel no acepta vivir pacíficamente con el bautizado. Las razones que apunta el
Papa para disolver tales matrimonios son:
El Privilegio Petrino
Si la Iglesia disuelve el matrimonio en el que se cumplen las condiciones que demanda
el “privilegio paulino”, es que no todo matrimonio es indisoluble y por ello la Iglesia goza
de algún poder para disolverlo. Y, dado que el poder lo ejerce el Papa, los demás casos
posibles se engloban en lo que se denomina “privilegio petrino”.
Propuesta así la cuestión, el Papa Clemente VIII nombró una comisión de ocho
cardenales y cuatro auditores de la Rota que el 16-VI-1599 emitió por unanimidad un
dictamen favorable a que el Papa goza del poder de disolver el matrimonio rato y no
consumado. Desde esta fecha, la Iglesia admite este poder, que actualmente está recogido
en el Código (c. 1142).
Los problemas que se presentaban con mayor frecuencia eran estos tres y la solución
a cada caso fue la siguiente:
Es evidente que estos tres casos anulan matrimonios naturales (no sacramentales) y
permiten un matrimonio posterior dentro de la Iglesia. Estos casos se denominan
anulaciones “en favor de la fe”, pues se trata de proteger la situación de los bautizados.
El Papa lo lleva a cabo porque goza de una “potestad ministerial vicaria” para disolver
estos matrimonios y lo lleva a cabo cuando se dan esas condiciones en favor de la fe de
la parte bautizada.